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Foro Iberoamericano y del Caribe de Mejores Prácticas
Asentamientos Humanos para un futuro sostenible
Fecha: 3, 4 y 5 de noviembre de 1997
Sede: Cuesta Blanca, Córdoba, Argentina.
Organización: El Agora
Una vez, abrimos una plaza adentro de un cine; en otra ocasión,
hicimos florecer un patio lleno de vecinos en el medio de la
Legislatura. También, hemos logrado convertir en academia las mesas
de un boliche de onda y nunca podremos olvidarnos de aquellos mozos
que oficiaron de especialistas.
Pero lo que más nos entusiasma, en realidad, no es cambiar los
lugares de lugar, no es imaginarlos y construirlos; lo que nos
apasiona verdaderamente, es llenarlos de personas, de gente con
ganas de jugar-se en cada uno de esos viejos nuevos territorios
conquistados.
Esa costumbre de inventar espacios para el encuentro y de crear
atmósferas propicias para que fluya la conversación - reflexión, es
una de nuestras "mejores prácticas" y a través de ella hemos hecho
interesantes descubrimientos: hemos comprobado que las personas
todavía se sienten atraídas hacia las historias que cuentan los
demás y que a todos nos alivia hablar sobre los problemas, sobre lo
que pensamos y sentimos, sobre lo que desearíamos para el futuro.
Hemos descubierto, también, que en el hipercomunicado mundo de hoy,
la conversación cara a cara, el diálogo entre pares, sigue
despertando una misteriosa atracción; quizás, la misma misteriosa
atracción que sentían nuestros primitivos ancestros cuando un
impulso los movía a colocar sus cuerpos en círculo, alrededor del
fuego allá en la profundidad de las cavernas.
Ese círculo mágico que los humanos todavía somos capaces de dibujar
- alrededor del fuego, abajo de un árbol, al costado de un
mostrador, en el codo de una esquina - nos protege de la muerte,
del aislamiento, de la soledad.
Es en el acto de hablar y de escuchar al otro donde podemos
exorcizar los miedos porque el diálogo nos hace compartir los
sueños, agregarle otras voces, otros gestos, nuevos rostros.
"Sin nadie a quien hablar de estas cosas me quedo hablando conmigo
mismo, para adentro."- dice el narrador paraguayo [Roa Bastos
, 1971: 5] - "Puedo malgastar mis palabras; a qué voy a malgastar mi
silencio."
"El habla corta el silencio en dos mitades." [Benedetti , 1993: 72]
- le contesta el poeta desde la orilla uruguaya del Río de la
Plata.
"Valen más dos temores que una esperanza." - interviene cantando la
juglar desde la orilla argentina (María Elena Walsh. Dame la mano
y vamos ya (canción).
"!Ay! No quieres. Te asusta la pobreza." - grita el poeta desde
Chile - "Nosotros la extirparemos como un diente maligno que hasta
ahora ha mordido el corazón del hombre." [Neruda , 1994].
Y este diálogo virtual entre poetas tiene para nosotros más sentido
porque el silencio que nos separa y los temores que hoy nos juntan
tienen que ver con la pobreza y la inseguridad, con el hambre y el
abandono. Entonces, dialogar ya no es solamente una cuestión de
gustos y costumbres. Se convierte en imperiosa necesidad, en
estrategia, en búsqueda desesperada de alternativas.
Hay demasiadas palabras gastadas en el globalizado mundo; es
necesario, entonces, construir otros relatos pero... ¿cómo componer
nuevas narrativas donde puedan escucharse todas las voces? ¿cómo
recuperar cada silencio? ¿Seremos capaces de incorporar otros
ritmos?
Los miembros de El Agora sabemos que las personas aquí reunidas
provienen de distintas geografías pero intuímos que comparten
iguales esperanzas y estamos convencidos de que aunque vivan en
España, en Paraguay, en Chile, en Francia, en Brasil, en Canadá, en
otras provincias argentinas o en el Uruguay, también están
acostumbrados a jugarse.
Por eso, los invitamos a convertirse en artífices de este Seminario
- Taller, en coautores de esta gran conversación, en hacedores de
un diálogo abierto que siente las bases de un mundo abierto, en
tejedores de una red que sirva para unir los temores y las
esperanzas de nuestras gentes, de nuestras comunidades, de nuestros
países.
Si este Seminario - Taller sobre Mejores Practicas se convierte en
una plaza, en una película que nos hace reír y llorar, en una
tertulia del universo virtual, en una asamblea, en una caverna, en
una cumbre internacional, en una reunión de amigos alrededor de la
mesa de un bar, habremos cumplido con éxito nuestra tarea.
Martes, 4 de noviembre
8:30 hs: Presentación de prácticas en torno a pobreza urbana y
seguridad ciudadana.
Compartiendo experiencias.
13:00 hs: Receso.
15:00 hs: Trabajo en comisiones.
Construyendo compromisos de cara al futuro
Hacia la creación de la red HABISUR
Miércoles, 5 de noviembre
8:30 hs: Trabajo en comisiones
Acuerdos y compromisos
10:30 hs: Plenario
12:00 hs: Cierre del Seminario
La pobreza urbana y la seguridad ciudadana constituyen
problemáticas cruciales de nuestra época. El futuro de nuestras
ciudades - ámbito donde la mayor parte de la humanidad vivir el
siglo que viene - depende de que enfrentemos con éxito estos
desafíos.
Los problemas fundamentales de la vida urbana son cada día más
complejos y el tejido social de la mayoría de las ciudades se
manifiesta cada vez más fragmentado y estratificado. Esto convierte
a las ciudades en espacios altamente vulnerables a la violencia, al
aislamiento y a la pérdida de seguridad de las personas y de los
grupos humanos que lo habitan.
La lucha contra la pobreza urbana y el logro de ciudades más
seguras son desafíos que comprometen a toda la humanidad. Para
superar con éxito estas problemáticas necesitamos apoyarnos en la
experiencia de los individuos y de las organizaciones comprometidas
con el logro de una mejor calidad de vida, con el respeto por las
diferencias, con la equidad, con la integración social, creando
redes y construyendo nuevas solidaridades. Estos son problemas que
nos involucran a todos y todos podemos participar aportando
posibles soluciones.
En la última década se manifiesta en nuestra región el crecimiento
cuali-cuantitativo de la pobreza y el tejido de la sociedad parece
deshacerse a una velocidad cada vez mayor. Estas situaciones
impactan desfavorablemente en la calidad de vida de los
asentamientos humanos. En este contexto, es necesario redefinir el
contenido local, individual y personal de la seguridad.
La seguridad entendida como un bien público exige servicios ligados
a las demandas y a la responsabilidad de los ciudadanos. Desde esta
perspectiva, queda estrechamente relacionada con los derechos
humanos, el derecho constitucional, el derecho civil y
administrativo, con la forma en que los individuos y las
organizaciones reaccionan frente a las transgresiones, con el modo
de trasmitir los conflictos a la policía o a la justicia y con las
opciones elegidas para superarlos.
La ciudad es un buen lugar para reconocer y enfrentar los problemas
relacionados con la seguridad de las personas y en la base de las
políticas contra la violencia está la construcción de una ética
ciudadana, la participación social y la legitimidad de las
instituciones para tramitar los conflictos y obtener mayor consenso
en la imposición de medidas represivas.
La violencia se construye y se activa cuando se produce una
exclusión: exclusión del sistema de pertenencia, de contención, de
identidad, del sistema que sujeta a un miembro con su grupo, con su
comunidad, con su país. Por lo tanto, la inclusión se constituye
como el significante primordial que representa el movimiento de
ligazón con la ley, con la cultura, con las relaciones
interpersonales, con el orden simbólico. Es un indicador de salud
mental.
Por ello y para entender los problemas de seguridad - inseguridad
urbana es necesario comprender y explicitar el significado y las
consecuencias de los procesos de exclusión y segregación social y,
a partir de allí, imaginar mecanismos y estrategias de superación.
Es el planteo de la seguridad como un bien colectivo el punto que
nos permite articular los ejes: pobreza urbana y seguridad
ciudadana.
La pobreza no es causa de la violencia pero forma parte de ella:
los sectores más desfavorecidos de la población también sufren las
consecuencias de la acción criminal; más aún, son las principales
víctimas de la violencia policial, un factor que contribuye en gran
medida al sentimiento de inseguridad ciudadana.
Es un error plantear la temática de la seguridad exclusivamente
asociada al cuidado y protección los bienes materiales de algunos
sectores. Es ilusorio suponer que las élites estarán protegidas si
todos los habitantes de una ciudad no se sienten protegidos.
La inclusión de todos los sectores sociales como beneficiarios de
la seguridad es un punto importante para ser tenido en cuenta a la
hora de diseñar políticas públicas de integración a la ciudadanía;
políticas para las cuales, también debería contribuir la iniciativa
privada y las organizaciones de la sociedad civil.
El gran desafío, entonces, para el logro de la equidad reside en el
rescate de un proyecto social y en la renovación del sistema
político profundizando la práctica democrática. Como dice Jorge
Castañeda "la democracia no resolverá sola todos los problemas pero
sin ella no existen soluciones".
El tratamiento de los temas pobreza urbana y seguridad ciudadana,
en el marco de este Seminario Taller apunta a enfocar nuestras
"lupas" hacia la búsqueda de experiencias demostrativas que se han
desarrollado en nuestra región alrededor de estos problemas, para
estimular su difusión, para promover la reflexión sobre las
acciones que hemos sido capaces de generar y para construir nuevas
solidaridades.
Dicho Plan incluye un preámbulo y capítulos en los que se analizan
metas y principios, compromisos y acciones concretas, subdivididas
en los siguientes temas:
El Foro se centrará en el análisis de prácticas ya existentes y de
nuevas iniciativas, con vistas a extraer lecciones aprendidas y a
promover la transferencia de estas lecciones a través del
intercambio, formación y creación de actividades para el desarrollo
de dirigentes locales.
Para posibilitar el cumplimiento de estos objetivos, el Foro
estableció un Secretariado ad interim, con sede en HABITAT
(Brasil), y nodos subregionales.
Las actividades para la consolidación del Foro se programaron en la
reunión de Río; así surgieron los seminarios sub-regionales de
comunicación, análisis y exploración de capacidades de
transferencia de las Mejores Prácticas ya catalogadas. En el marco
de ese programa de trabajo, la ONG argentina EL AGORA fue propuesta
como nodo sub-regional del Cono Sur (Chile, Paraguay, Uruguay y
Argentina) para la realización de este Seminario.
Se procura obtener, en paralelo, la atención de los medios de
comunicación y de opinión, para difundir los objetivos del programa
de Mejores Prácticas y lanzar la convocatoria de premios 1998.
1. Asociación
Las prácticas deben combinar acciones entre instituciones,
entidades, sectores diversos.
Deben relacionarse con algunas - al menos 2 - de las siguientes
entidades:
3. Sostenibilidad
Manifestada en cambios duraderos en:
4. Liderazgo
Iniciativas que inspiren actividades innovadoras, que fomenten
cambios y promuevan procedimientos transparentes, responsables y no
excluyentes de adopción de decisiones.
5. Habilitación de la comunidad
Potenciar la capacidad de mujeres y hombres para: mejorar sus
propias condiciones de vida; acceder a los recursos y la
asistencia; participar eficazmente en la adopción de decisiones y
el establecimiento de asociaciones; y responsabilizar de sus actos
a las organizaciones y los líderes.
6. Género e inclusión social
Iniciativas que: acepten la diversidad social y cultural y
respondan a ella; promuevan la igualdad y la equidad social, por
ejemplo, sobre la base de ingresos, género y edad; y reconozcan y
valoren distintas capacidades.
El panel "Refrescando los compromisos de Estambul 96 sobre difusión
de Mejores Prácticas"
Fueron panelistas las siguientes personas, representantes de
organismos y entidades relacionadas con la temática del Seminario:
Foro Iberoamericano y del Caribe de Mejores Prácticas
Miguel Angel Carrillo. Ministerio de Fomento del Gobierno de España
Sthepen Walsh. HABITAT. LAC.
Foro Europeo para la Seguridad Ciudadana
Michel Marcus
Centro Internacional de Prevención del Crimen - CIPC-Montreal
Lily Ann Gauthier
SEHAS- Servicio Habitacional y de Acción Social
Marta Baima De Borri
Unión de Organizaciones de Base por los Derechos Sociales
Pedro Plaza
El Sr. Stephen Walsh, en su calidad de representante del
Secretariado del Foro Iberoamericano y del Caribe (HABITAT LAC), se
refirió a los antecedentes de la reunión y explicó los alcances del
Seminario de la Subregión Cono Sur en el contexto del Foro
Iberoamericano y del Caribe. Puntualizó los objetivos del Foro y la
agenda de reuniones de los otros nodos, agenda que culminará a
fines de noviembre con la reunión del Foro en Cali. Para ello
invitó a los participantes a proponer ideas y recomendaciones que
integrarán el Documento Final de dicha reunión.
La representante de SEHAS, Marta Baima de Borri comentó su
participación en la Comisión que tuvo a su cargo la preparación del
Informe que las ONG de Argentina presentaron en HABITAT II
(Estambul) e hizo un análisis sobre los contenidos y el seguimiento
en el país de la Agenda HABITAT.
El señor Pedro Plaza habló en calidad de dirigente de la Unión de
Organizaciones de Base por los Derechos Sociales y relató su
experiencia en Estambul como una instancia muy provechosa que pudo
multiplicar a los demás líderes de las organizaciones de base que
coordina. Demandó por una mayor seguimiento de la Agenda de HABITAT
por parte de los Gobiernos y expresó su deseo de que esta Reunión
pueda contribuir al reconocimiento de las prácticas que muchos
sectores vienen desarrollando en torno al tema de pobreza urbana y
seguridad ciudadana.
Una vez finalizado el abordaje de los temas relacionados con la
Agenda HABITAT y luego de que el público pudo interiorizarse de sus
alcances mediante el planteo de preguntas a los panelistas, se dio
por terminada la primera parte del Panel para, luego, presentar a
los invitados que expusieron sobre seguridad ciudadana.
La representante del Centro Internacional de Prevención del Crimen
- CIPC-Montreal, Lily Ann Gauthier, trazó un breve panorama de los
objetivos del CIPC que tiene como meta fundamental ayudar a las
ciudades y a los países a reducir la delincuencia, la violencia y
la inseguridad focalizando el know how internacional sobre la
prevención. Remarcó que en los últimos años, el concepto de mejores
prácticas está tallando su reputación como herramienta sólida para
optimizar recursos. En ese contexto, el CIPC decide crear su
oficina de Mejores Prácticas, con el objetivo de identificar, de
organizar y de diseminar las experiencias exitosas en materia de
prevención. Acaba de publicar una recopilación titulada "Las Cien
Mejores Prácticas a través del Mundo". Allí se reúnen prácticas que
resultan exitosas en su intención de reducir la inseguridad, la
violencia y la criminalidad. Su difusión intenta estimular la
multiplicación de experiencias exitosas proponiéndose como una
invitación a salir de la apatía.
"La integración de la seguridad a las políticas de desarrollo" fue
el título de la ponencia de Michel Marcus, representante del Foro
Europeo para la Seguridad Ciudadana. Dijo que hoy se hace necesario
que las políticas de reducción de la inseguridad aparezcan como
componentes esenciales de las políticas de desarrollo y que la
implementación de estas políticas integre el concepto de democracia
en sus expresiones más próximas y localizadas para que puedan ser
visualizadas por los ciudadanos como una respuesta concreta a sus
problemas cotidianos. Una parte importante del desarrollo social
contribuye a la reducción de la inseguridad; por lo tanto, es
necesario elaborar políticas más focalizadas sobre la disuasión y
la represión de la delincuencia. Con frecuencia se responsabiliza
a los sectores más pobres de nuestra sociedad de ser los
principales generadores de la inseguridad ciudadana; pero lo que
esta concepción no contempla es que estos sectores son también
víctimas de la violencia urbana. La seguridad, considerada como un
bien común se convierte en patrimonio del conjunto de la sociedad;
por lo tanto, es el conjunto de la sociedad quien debe reconocer y
legitimar las normas definidas o controladas por la autoridad
pública. Se refirió al concepto de "governance" de la seguridad
para expresar que su logro queda supeditado a una serie de acciones
que involucran no sólo a la sociedad civil sino a los distintos
servicios estatales y requiere la articulación de todos los
sectores del Gobierno. Por lo tanto, la seguridad es coproducida.
Y su coproducción se concibe y pone en marcha en el seno de un
proceso de concertación a distintas escalas y con diversos grados
de envergadura. Finalizó definiendo los contenidos de una política
local de la seguridad y destacó los siguientes puntos: dar
seguridad a las personas, hacer los espacios más seguros, regular
los conflictos y reforzar la aplicación de la ley.
Como cierre de la actividad del primer día, el Sr. Miguel Angel
Carrillo, del Ministerio de Fomento del Gobierno de España, enmarcó
las acciones del Foro Iberoamericano y del Caribe en el contexto de
la Agenda HABITAT y destacó los objetivos que lo guían más allá del
programa de Mejores Prácticas, poniendo el acento en los alcances
del lema "Asentamientos humanos para un futuro sostenible" .
Expresó que las conclusiones de este Seminario serían incorporadas
al Plan general del Foro en la próxima reunión de Cali y sugirió a
los participantes que elaboraran propuestas para dar continuidad a
las acciones iniciadas. También consideró como muy recomendable la
creación de un Secretariado del Cono Sur que pueda servir de enlace
y dinamizador del Foro entre los países que conforman la subregión.
Se explica a los participantes que la selección de estas 9
prácticas que se expondrán no responde a criterios de "mejor"
práctica sino, simplemente, se han elegido dos por país que serán
expuestas en dos etapas.
En la primera se presentaron 4 prácticas (una por país participante
en la reunión) relacionadas con la disminución de la inseguridad
ciudadana. Ellas fueron:
En la segunda etapa de esta actividad se exponen experiencias más
relacionadas con la temática de la pobreza urbana y estrategias
para disminuirla. Se presentaron 5 prácticas:
Construyendo compromisos de cara al futuro
Con el fin de atender a las recomendaciones de los integrantes del
Foro Iberoamericano y del Caribe, Stephen Walsh y Miguel Angel
Carrillo, respecto a la necesidad de accionar en pos de la
institucionalización de la subregión del Cono Sur con vistas a una
participación más fluida en el marco del Foro, se organizaron dos
comisiones de trabajo que tuvieron como objetivos específicos
elaborar propuestas en torno a los siguientes temas: estructura de
la subregión, contenidos y núcleos temáticos, estrategias de
financiamiento y esbozo de un cronograma para el próximo año.
Después de un fructífero intercambio de ideas se reúnen en Plenario
y ambos grupos exponen sus propuestas que coinciden, en su mayoría.
El Seminario-Taller finalizó dejando en los asistentes la sensación
de haber participado en una reunión que estuvo amparada por un
clima de apertura y camaradería. Los encuentros informales que se
produjeron en los momentos de descanso también contribuyeron a esta
creación colectiva donde el humor, el canto y la conversación
permitieron acortar las distancias y estrechar los lazos entre las
instituciones intervinientes y los países representados.
Los participantes, representantes de ONGs., Municipios,
Asociaciones, Universidades y Organizaciones de Base de Argentina,
Chile, Paraguay y Uruguay, expresamos:
"...Desde tiempos inveterados, siempre ha habido individuos y
grupos, organizaciones y movimientos animados por pura inspiración
libertaria y solidaria, autoanalítica y autogestiva. Estos grupos
han nacido y crecido ya sea en el seno de macroentidades propias
del estado y del capital como radicalmente fuera de ellas, en pleno
tejido heterogéneo, contradictorio, no totalizable, virtual y
pluripotencial de las micromallas sociales.....Es en las grietas
del fracaso del reformismo heterogestivo y ante el panorama global
de su tendencia declinante, que las fuerzas inventivas y vitales de
las redes sociales pueden encontrar los infinitos caminos para su
actualización productivo-deseante-revolucionaria" [Baremblitt
, 1995].
Vivimos un momento de perplejidades y dudas, de ruptura de modelos
y paradigmas, de profundización de las divisiones sociales,
agravamiento de las injusticias, de apatía y desinterés cívico, de
ausencia de proyectos colectivos. Sin embargo, como en toda época
signada por la crisis, nuestro tiempo también trae consigo una
serie de cambios y transformaciones positivas, perspectivas
promisorias y el resurgimiento de nuevos horizontes que parecieran
anunciar la renovación de potencialidades democráticas, el
surgimiento de nuevos actores en el escenario social y el despuntar
de novedosos movimientos sociales.
Frente a la encerrona trágica que supone el agravamiento de los
procesos de exclusión social y el aumento sobrecogedor de la
pobreza, algunos sectores de la sociedad han comenzado a
desarrollar prácticas innovadoras con el fin de intentar algunas
soluciones que disminuyan las consecuencias de tan grave crisis.
Hay otra historia que se despliega en innumerables historias de
vida.
Se manifiesta así, también en nuestra región, el surgimiento de una
infinidad de grupos, organizaciones de base, asociaciones
intermedias que desarrollan emprendimientos y proyectos sociales
buscando mejorar la calidad de vida de diversos sectores de la
población.
A pesar de la diversidad de los objetivos que los orientan, de la
multiplicidad de problemas a los que intentan dar respuesta, de las
variadas estrategias que ponen en juego - desde la negociación
hasta la confrontación directa -, de los grandes o pequeños
resultados que han sido capaces de conseguir, todos ellos comparten
rasgos comunes.
Se trata de prácticas creativas, experimentales, flexibles,
incluyentes, surgidas del contacto directo con las demandas y
necesidades, que profundizan el aspecto de factibilidad y
concreción de resultados. Acciones concretas, histórica y
geográficamente situadas, que son llevadas a cabo por diversos
actores, no siempre separados por clases, sectores o disciplinas.
Pareciera que frente a la desestructuración de lo macro, producida
como consecuencia del retraimiento del estado benefactor, emergen
nuevos actores generando intentos de estructuración de lo micro. En
un principio, estas acciones suelen darse en ámbitos locales,
temporalmente coyunturales a las necesidades y a las motivaciones
que le dieron origen. Pero lentamente y en virtud de los logros
obtenidos y de la autoafirmación que supone recuperar el
protagonismo, van desplegando su accionar hacia otros territorios
más abarcativos.
De modo autogestivo, ensayando opciones, buscando alternativas y
aprendiendo en la marcha, muchas comunidades, grupos y sectores
están encontrando soluciones a sus problemas más acuciantes: la
escasez de vivienda, la falta de acceso al empleo, la pobreza de
oportunidades educativas, la necesidad de mayor seguridad ciudadana
y de ampliación de la vida democrática, etc. Y en función de los
buenos resultados que están logrando, empiezan a surgir en el
escenario sociopolítico como una opción, como un modelo
alternativo, como una guía para el diseño de políticas.
Estas prácticas no siempre son valorizadas desde el mundo académico
que privilegia los desarrollos teóricos, las categorizaciones
conceptuales, muchas veces estériles a la hora de producir
resultados concretos para la solución de problemas concretos. Es,
por ello, que su surgimiento implica un desafío: plantea la
necesidad de un cambio profundo de las características adquiridas
por vía de la división técnica del trabajo en la relación entre
saber y poder de los especialistas y profesionales con los grupos
o colectivos autoesclarecidos, autoplanificados, autodirigidos.
[Baremblitt].
La marginalidad está ligada con la desterritorialización, empuja
hacia los bordes. Pero las poblaciones atomizadas recuperan en los
intersticios, en ciertas brechas, en grietas urbanas, los rituales
de sociabilidad y algo de las ceremonias perdidas de su historia.
Algo del deseo social circula por allá. Las oposiciones bipolares:
normal-patológico, trabajores-desocupados, integrados-excluidos, no
logran abarcar la plenitud de energía que está allí en juego.
Es hora de pensar la sociabilidad del margen fuera de la
negatividad, como función positiva del deseo en el campo social,
como avatares de los flujos, devenires y fugas del deseo. Indicios
de modos diferentes - ni deficientes, ni marginales -, simplemente
infinitos en la producción de subjetividades [Volnovich , 1995].
Se las llama de diversas maneras: "buenas prácticas", "mejores
prácticas", "prácticas exitosas". Pero, más allá de las diferencias
ideológicas, estratégicas o políticas que adquiere su denominación,
lo importante es que introducen nuevos protagonistas en el
escenario social, amplían el horizonte político, cultural,
económico de la región y generan la posibilidad de acciones
combinadas entre diversos sectores: Gobierno y sociedad civil,
iniciativa privada y organizaciones no gubernamentales,
universidades y poblaciones.
Esta articulación de intereses, recursos, agentes y resultados crea
nuevos vínculos entre actores, presenta otras alternativas de
trabajo y de reflexión; dibuja una esfera de nuevas solidaridades
que abren el espacio público, independiente del estado, de los
intereses atomizados del mercado y de los objetivos estrechos de
las corporaciones.
Cada una de estas prácticas implica un modelo de autoorganización,
confirma que es posible abandonar la lógica del determinismo y usar
espacios de libertad y de creatividad, espacios instituyentes de
una nueva ética.
En la organización de estrategias autogestivas de supervivencia, el
sujeto complejo se ve a sí mismo construir el mundo, se ve unido al
mundo, perteneciente a él y con autonomía relativa, inseparable y
a la vez distinguible. Ocupa un lugar paradójico: es la vez
construido y constructor.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos
[Galeano , 1989].
La consecución práctica de bienes y servicios se convierte en una
estrategia de trabajo. Pero el campo de las acciones (lo fáctico)
es un terreno de enorme incertidumbre, ya que la acción está allí
pero es muda y su efecto normativo práctico conlleva al grupo a una
serie de operaciones que no siempre pasa por lo simbólico y lo
discursivo [Rodríguez Nebot , 1995]. O sea, nos enfrentamos a unas
lógicas prácticas (Bordiueu) cuyo soporte de acción no está siempre
explicitado y solamente es detectable en un a posteriori. Estas
acciones no siempre formalizadas ni explicitadas generan, a su vez,
un aprendizaje valioso, no sólo para los actores del emprendimiento
sino para toda la sociedad.
Por ello, es necesario estimular un movimiento de intercambio entre
prácticas con vistas a su conocimiento y difusión y a la
horizontalización de sus saberes, movilizar esos conocimientos -
que no siempre se difunden más allá del ámbito donde ejercen sus
operaciones -, hacer circular esos saberes para que sean útiles a
la acción de otros grupos.
Sería más interesante aún completar este proceso con instancias de
reflexión, de elucidación de su sentido para intentar entender cómo
se articulan entre sí, cuáles son los ejes que las atraviesan,
cuáles sus posibilidades de generalización a otros sectores, a
otros países.
Las redes de intercambio de experiencias hacen posible esta
circulación y permiten que los conocimientos y competencias de unos
pueden recrearse en acciones de otros contribuyendo a un proceso de
formación recíproca. Porque en ese terreno, son expertos todos
aquellos que han podido crear una novedad o una alternativa para
resolver un problema, para ampliar un servicio, para mejorar algún
aspecto de su vida cotidiana.
Las innovaciones más ricas nacen en las pequeñas escalas en el
marco de circunstancias particulares, pero no se conocen más allá
de sus ámbitos cercanos si no cuentan, como las ondas, con un medio
favorable para su propagación. La riquísima experiencia acumulada
en cada una de estas prácticas representa un valioso aprendizaje
que debería ser incorporado en la memoria de la comunidad; pero ese
proceso resulta empobrecido cuando no existe la posibilidad de
comparación, generalización y articulación con otras experiencias
de otros grupos o comunidades.
Los saberes que estas prácticas actualizan aparecen como
competencias; integran un saber-hacer que resuelve la dicotomía
teoría-práctica. Esta capacidad colectiva de experticia configura
un importante stock de información y experiencia que estructura los
ejes de una inteligencia social. Pero estos aprendizajes corren el
riesgo de perderse y cerrarse sobre sí mismos en la medida en que
no son rescatados, conectados con otros procesos, asociados con
otros emergentes, enriquecidos con nuevas variables. La
recopilación, diseminación y reflexión conjunta de estas prácticas
brindan la posibilidad de recuperar esas innovaciones a escalas más
amplias con vistas a la construcción de una memoria colectiva. Por
eso, el intercambio de experiencias y mejores prácticas se
convierte en un modo de acceso, informal y no tradicional, a nuevos
espacios del saber.
El vaivén entre acción - reflexión - memoria deviene una estrategia
fundamental a la hora de potenciar alternativas para la
construcción de un mundo más solidario y menos excluyente.
El desarrollo de los medios de comunicación crea una posibilidad
interesante para la diseminación de estas prácticas puesto que
brinda un canal capaz de hacer circular planetariamente esos
saberes convertidos en acciones y permite que puedan constituirse
en formas de acción colectiva más eficaces.
Nuevas micropolíticas. Nuevas entidades existenciales. Nuevas
intensidades. Nuevas emociones.
Otros territorios escenográficos.
En otras velocidades. Siempre "entre".
Por "los bordes" de los nuevos proyectos.
Así entendemos nosotros la experiencia.
La elaboración en la acción con otros.
Siempre otros de otros.
Nuevas individualidades posibles.
Desterritorializando siempre para crear otros ritornelos.
Otros espacios-tiempo. [Pavlosky y Kesselman , 1995].
Roa Bastos, Augusto (1971) "Nonato" (cuento) en Cuerpo presente y
otros cuentos. (Biblioteca Básica Universal. Centro Editor de
América Latina. Bs. As.)
Benedetti, Mario (1993) "El habla" (poesía) en Inventario Dos. (Seix
Barral. Bs. As.)
Neruda, Pablo (1994) "La pobreza" (poesía) en Los versos del
Capitán. (Periolibros. UNESCO, Fondo de Cultura Económica y Diario
Página 12. Argentina, junio 1994) .
Galeano, Eduardo (1989) El libro de los abrazos. (Editorial Siglo
XXI) .
Baremblitt, Gregorio (1995) "Diez postulados para pensar una
estrategia de supervivencia a nivel de las redes sociales" en
Redes, el lenguaje de los vínculos. (Dabas y Najmanovich
compiladoras. Editorial Paidós) .
Volnovich, Juan Carlos (1995) "Los que viven en el margen de la
sociedad civil" en Redes, el lenguaje de los vínculos. (Dabas y
Najmanovich compiladoras. Editorial Paidós) .
Rodríguez Nebot, Joaquín (1995) "El que espera en el umbral.
Problemas en la intervención de redes sociales" en Redes, el
lenguaje de los vínculos. (Dabas y Najmanovich compiladoras.
Editorial Paidós) .
Pavlosky, Eduardo y Kesselman, Hernán (1995) "Pensar en escenas" en
Redes, el lenguaje de los vínculos. (Dabas y Najmanovich
compiladoras. Editorial Paidós) .
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