Ciudades para un Futuro más Sostenible
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Documentos > Temas de sostenibilidad urbana > http://habitat.aq.upm.es/temas/a-buena-practica.html   
Buena Práctica
Natalia Rieznik Lamana
Agustín Hernández Aja
Madrid (España), julio de 2005.[1]


Índice General

 

Definición

Buenas Prácticas son acciones o iniciativas con repercusiones tangibles y mesurables en cuanto a la mejora de la calidad de vida de los habitantes y del medio ambiente de una forma sostenible y que pueden servir como modelos para que otros países o regiones puedan conocerlos y adaptarlos a su propia situación.

La comunidad internacional ha considerado que para que una actuación o política urbana merezca el calificativo de Buena Práctica debe reunir, al menos los siguientes requisitos:

Hernández Aja, 2001b

Las Naciones Unidas y la comunidad internacional estimulan y utilizan las Buenas Prácticas como medio para:

UN-HABITAT y Municipalidad de Dubai, 2003

Cuestiones clave

Orígenes: el Programa de Buenas Prácticas y Liderazgo Local[2]

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos Habitat II, que tuvo lugar del 3 al 14 de junio de 1996 en Estambul (Turquía), culminó una serie de conferencias mundiales organizadas por las Naciones Unidas y dedicadas a los temas que centran la atención de la humanidad en estos momentos: la Cumbre de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992), la Conferencia sobre Población (El Cairo, 1994), la Cumbre sobre Desarrollo Social (Copenhague, 1995) y la Conferencia sobre la Mujer (Beijing, 1995).

La Conferencia Hábitat II, también llamada Cumbre de las Ciudades, tenía como objetivo debatir ideas encaminadas a elaborar un Plan de acción que reflejase el compromiso de los diversos países miembros de Naciones Unidas para mejorar el entorno y el modo de vida de los habitantes de este planeta crecientemente urbanizado. En este sentido, planteaba la necesidad de recuperar la atención sobre la ciudad, analizar los cambios económicos y sociales, revisar el enfoque de sus problemas y oportunidades, y renovar el planteamiento de las formas y usos de las ciudades, de su gestión y de sus actuaciones necesarias.

Como resultado de la Cumbre se preveía, como efectivamente se recogió en la llamada «Declaración de Estambul», la adopción de un Programa Hábitat que abordase soluciones a los dos objetivos básicos de la Conferencia: vivienda adecuada para todos y desarrollo de asentamientos urbanos sostenibles en un mundo en proceso de urbanización y el compromiso de su puesta en práctica en los estados miembros, regiones y ciudades, a través del establecimiento de planes de acción.

Para preparar este programa cada uno de los países miembros debía presentar un Informe Nacional que describiera la situación de la vivienda y de los asentamientos humanos en su país, evaluando los progresos realizados desde la Conferencia de Vancouver y que sirviera de base a los futuros planes de acción nacionales.

En este contexto y a fin de aportar ideas y experiencias para apoyar los informes nacionales y los planes de acción se propuso a los Comités Nacionales de los diversos países reunir ejemplos de buenas prácticas que respondieran a los objetivos de la Conferencia: asentamientos humanos más sostenibles y vivienda adecuada para todos. De esta forma, durante los preparativos de la Conferencia de Naciones Unidas Hábitat II, surge la primera Convocatoria de Buenas Prácticas como un instrumento para identificar políticas y actuaciones urbanas que, desde unos criterios de sostenibilidad, se hubiesen mostrado eficaces para mejorar las condiciones de vida en las ciudades y pueblos y pudiesen servir como ejemplo de las nuevas tendencias y formas de actuación que se querían impulsar.

Además, la Municipalidad de Dubai anunció la creación del Premio Internacional de Buenas Prácticas para la mejora de las condiciones de vida con la finalidad de favorecer y mejorar la concienciación de la sociedad acerca de los logros alcanzados en la mejora de la calidad de vida de nuestras ciudades y de nuestros entornos rurales, desde la perspectiva del desarrollo sostenible.

Posteriormente, y como consecuencia del éxito de esta experiencia, el Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UNHABITAT) creó el Programa de Buenas Prácticas y Liderazgo Local (BLP). Se trata de un programa descentralizado en cuyo desarrollo participan diversos socios entre los que se incluyen departamentos universitarios como la Universidad de Harvard, organizaciones no gubernamentales como ENDA Tiers Monde, Global Econetwork o instituciones como el Instituto Brasileño de Administración Municipal.

El objetivo del programa es promover políticas y estrategias efectivas para el desarrollo sostenible de los asentamientos humanos mediante la transmisión de información y conocimientos sobre experiencias y soluciones de eficacia probada. Como instrumentos para conseguir dicho objetivo, el programa se basa fundamentalmente en la continuación y desarrollo de las dos iniciativas promovidas con motivo de la Conferencia en 1996:

Evoluciones en los concursos

Desde el primer Concurso de Buenas Prácticas (BBPP) en 1996, se han realizado ya cinco convocatorias (1996, 1998, 2000, 2002, 2004). En líneas generales siguen los mismos procesos, pero ha habido pequeñas variaciones entre ellos:

El primer año los Comités Nacionales hicieron una selección de experiencias interesantes, pero de éstas sólo podían enviar un número limitado al Concurso Internacional. Por ejemplo, en el caso de España, sólo 9 de las 44 seleccionadas, fueron enviadas.

En el segundo concurso, las experiencias candidatas podían presentarse directamente al Concurso Internacional sin pasar por el intermediario de los Comités Nacionales. Pero en algunos casos, como en España, estos sí se mantuvieron. Cervera y Hernández Aja (1999), miembros de la Biblioteca CF+S, hicieron la siguiente evaluación de estos cambios:

El modelo de organización desarrollado para la conferencia de Estambul en 1996, puso en pie un sistema de organización nacional, basado en los Comités Nacionales que tuvo eficacia muy diversa aunque globalmente cumplió con el objetivo. A medio plazo, uno de los objetivos del Comité Director es lograr la independencia del programa respecto de los gobiernos, basándose en compromisos con las entidades asociadas sin carácter gubernamental. Objetivo presente en la convocatoria del concurso de 1998, en la que (salvo en algunos casos, como el de España) se ha prescindido de la organización puesta en pie para el concurso de 1996, buscando potenciar las iniciativas individuales (remisión directa de la documentación de prácticas por las organizaciones a centros regionales, etc), pero que ha resultado menos eficaz en la tarea de recopilación que el modelo de 1996, amplificando la asimetría en la participación de las distintas regiones del planeta, con muy baja participación de África, de ciertas regiones de América, y de Europa. En el caso de España, la tarea fue asumida por el Comité Nacional (mantenido con buen criterio), con un resultado que ha sido calificado de modélico por los responsables del programa (el Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UNCHS); pero que a nuestro juicio, en comparación con los resultados de 1996, ha producido lo que podríamos llamar una deriva institucional en las prácticas catalogadas.
Cervera y Hernández Aja, 1999

La convocatoria del tercer concurso introdujo algunos cambios en las áreas temáticas: Lucha contra la exclusión social se convierte en Género y lucha contra la exclusión social, y Desarrollo territorial y urbano integrado y Ciclos de consumo y producción de recursos naturales incorporan el término sostenible: Desarrollo territorial y urbano sostenible y Gestión sostenible de los recursos naturales, introduciendo un concepto más ‘de moda’ pero de gran ambigüedad.

La novedad aportada para el cuarto concurso fueron las actualizaciones: prácticas ya premiadas en convocatorias anteriores podían volver a presentarse poniendo al día la información aportada. Algunos expertos habían sugerido en años anteriores que se actualizaran los datos de las experiencias seleccionadas para poder ver el éxito o fracaso de las actuaciones y asegurarse de que la información de los contactos siguiera vigente. Sin embargo, el método actual de actualización, que consiste simplemente en volver a presentarse al concurso, ha recibido algunas críticas ya que en muchos casos no se aporta apenas información nueva, y en cambio se repite mucha de la aportada en la anterior convocatoria.

En esta convocatoria también se añadió un nuevo criterio básico: innovación y posibilidad de transferencia, un aspecto que, a lo largo de los concursos han tenido en cuenta los expertos en el momento de la evaluación, y que finalmente se ha decidido incluir en las bases del concurso.

Comentarios de los expertos: diversidad de experiencias y dificultad para homogeneizar criterios

Uno de los aspectos cuidados en el proceso español es que los catálogos de experiencias, que publican las prácticas seleccionadas en cada concurso, incluyen informes de los expertos encargados de la selección. Cada experto redacta su propio documento, que suele incluir una explicación detallada de los criterios usados en la evaluación de las actuaciones (completando los criterios básicos y específicos definidos en las bases), una exposición de las dificultades encontradas, una valoración general de las prácticas presentadas ese año, etc.

Los aspectos más comentados por los evaluadores están relacionados con la gran diversidad de experiencias, que por un lado ha creado una enriquecedora base de datos que ofrece gran variedad de soluciones, pero por otro lado crea dificultades a los expertos al tener que valorar entre sí experiencias difícilmente comparables (por diferencias de escalas, contextos, etc). Se presentan a continuación algunos extractos de estos informes en los que plantean los puntos más conflictivos:

Diferenciar entre supervivencia y mejora

[En el concurso] se empiezan a diferenciar de forma palpable dos grandes objetivos que se corresponden con las preocupaciones sociales a escala mundial y que, frecuentemente, se mezclan entre sí no se sabe muy bien si de forma intencionada. La primera es una cuestión que podríamos denominar de supervivencia y que afecta, en el ámbito mundial a los países más pobres y en el ámbito nacional a las áreas geográficas y a las capas sociales más desfavorecidas, directamente relacionado con los mínimos vitales dignos. Habría que decir claramente que los ataques contra la sostenibilidad del planeta a escala global no los producen, de forma general, ni estos países, ni estas áreas geográficas ni estas capas sociales.

El segundo problema es una cuestión de calidad de vida. Los países más ricos, las áreas geográficas o las clases sociales más favorecidas ya no tienen necesidad de plantear temas relacionados con los mínimos vitales, sino más bien de cómo mantener o aumentar el nivel de vida que ya tienen. La dificultad es que para lograrlo, deben conseguir que el planeta lo soporte.

Ambos temas deberían ser separados muy cuidadosamente con objeto de poder analizar el proceso que, en estos momentos, tiene lugar en las zonas intermedias. Es decir, en aquellos lugares, países o capas sociales, que sin llegar a ser los más ricos o favorecidos, tampoco están incluidos en el área de supervivencia. El terreno del conflicto es éste. Los que han alcanzado niveles más altos pretenden echar a las espaldas de los que no están tan altos la carga de la sostenibilidad global. Y los que están más abajo no la asumen, entendiendo que hasta que no lleguen a ser los de más nivel tienen todo el derecho al uso y al abuso.

Habría que dejar claro que las Buenas Prácticas que se refieran a los niveles de supervivencia (de mínimos de calidad de vida) no se deberían de medir con los mismos criterios que el resto. Y por eso, en general, parece que es una buena práctica el que se separen las Buenas Prácticas en áreas temáticas. El único problema que plantea el sistema es que entonces se tienda a una especialización excesiva y a que hagan compartimentos demasiado cerrados que impidan ver la globalidad de algunos temas.

Fariña, 2000

Tamaños, escalas, presupuestos y diversidad

En relación a la escala de actuación, los expertos opinan que se deberían evaluar las experiencias por su impacto relativo en su ámbito de aplicación. Con ese objetivo, se podría elaborar un protocolo de selección en el que se homogeneizasen conceptos y se tuviese en cuenta la escala:

Hernández Aja, 2001b

Resulta muy difícil, desde el punto de vista de la selección, comparar prácticas de una gran entidad (por ejemplo, los URBAN) cuyo impacto, implicaciones, consecuencias, etc, todavía están sin analizar, con otras de mucha menor cuantía. La simple baremación cuantitativa no deja lugar a dudas: importancia del impacto, número de organismos implicados, valor de ejemplaridad, etc... la gran actuación se coloca siempre por delante. Y sin embargo, una apreciación más cualitativa podría sacar a la luz, en el segundo caso, valores de mucho interés. Probablemente debería de existir algún tipo de apartado para las pequeñas actuaciones de forma que pudieran ser seleccionadas y competir entre ellas, al margen de las basadas en inversiones multimillonarias. Pensamos, por tanto, que sería interesante la creación de un área que englobara las pequeñas actuaciones.
Fariña, 2000

En general se han primado los proyectos que, a cada escala, consiguen un planteamiento integrado del objeto del proyecto. Pero resulta complejo aplicar la misma vara de medir a intervenciones muy ambiciosas, que movilizan instituciones potentes, con fuerte apoyo económico y a proyectos más humildes que, a iniciativa muchas veces de la propia población, consiguen poner en marcha con dificultad medidas que casi podrían pasar desapercibidas si no fuera porque implican un cambio de planteamientos que empieza a romper la inercia de los modos de actuar en la ciudad.

También el ámbito territorial en el que se ubican las experiencias es muy diverso: en este caso las prácticas abarcan desde intervenciones en ciudades pequeñas, casi pueblos, [...] hasta proyectos en ciudades pertenecientes a las principales áreas metropolitanas [...]. Tal diversidad de escalas es interesante en el aspecto de fomentar un menú amplio de Buenas Prácticas que pueda servir de referencia a la gama diversa de ciudades que existen en el territorio español.

Velázquez, 2001

Cambio de lógica

En este año 2000 retomamos la tarea de seleccionar experiencias urbanas notables dentro del panorama español desde el mismo planteamiento de evitar el superlativo, e incluso en algún grado el comparativo, para no caer en el concepto banal de buena práctica como modelo indiscutible que puede replicarse en otras ciudades sin apenas cambios.

La alternativa es apoyar y ensalzar aquellas intervenciones que reflejan un deseado proceso de cambio de lógica que poco a poco empieza a cuajar en la práctica de la gestión urbana de la administración local. Cambio de lógica que considera el medio ambiente como un elemento transversal que debe impregnar la solución a cualquier problema urbano. O que valora la participación y colaboración de las numerosas organizaciones e instituciones que actúan en la ciudad, como la espina dorsal de una sociedad civil que ha de jugar un papel cada vez más relevante en la sociedad, incluyendo la implicación de la ciudadanía tanto en sus grupos organizados como en los no organizados. Cambio de perspectiva que parte de la percepción de la crisis urbanística que afecta a las ciudades, en sus diversas facetas; ya hablemos de crisis ambiental, de congestión, de exclusión y dualidad social, de falta de vitalidad económica, de sus secuelas en problemas como el alto desempleo de sus habitantes, etc. Este nuevo paradigma exige un cambio de rumbo en la administración de las ciudades que debe traducirse en planteamientos más integrados para hacer frente a los problemas urbanos, en nuevas formas de gestión, legislación y reglamentación de acuerdo con estos nuevos enfoques, en una distribución de fondos económicos según estas nuevas pautas, en la profundización en el conocimiento de las tendencias de dichos problemas y en la evaluación y seguimiento de las posibles intervenciones que se plantean. [...]

En resumen, las prácticas seleccionadas son buenos proyectos, adecuados a cada ciudad en concreto, con un alto grado de realización, con la garantía de aquiescencia por parte de la ciudadanía que supone que, en su realización, han colaborado varias organizaciones e instituciones y, por fin, que hayan creado una trayectoria y unas estructuras que permiten que las soluciones sean duraderas en el tiempo. Se han intentado evitar las soluciones puntuales o parciales, a pie de crisis, que generan más problemas en su realización de los que aciertan a solucionar. En la medida de lo posible, los proyectos elegidos se han intentado seleccionar entre las aportaciones más radicales, en el sentido literal del término, de ir a la raíz de los problemas, frente a planteamientos que reaccionan únicamente a los síntomas de estos mismos problemas. Es decir, retomando los conceptos definidos en el Catálogo de Buenas Prácticas de 1996, buenas experiencias en el sentido de la sostenibilidad fuerte o global (Naredo y Rueda, 1996) frente a la llamada sostenibilidad débil o local, evitando soluciones de maquillaje que no entran en el fondo de los problemas. Y aunque no hay criterios exactos para definir totalmente qué es una buena práctica y no existen ejemplos indiscutibles, sí existen unos principios que han guiado el sentido común y la coherencia en la selección de casos a destacar.

Velázquez, 2001

Información sobre las experiencias

Falta de información

Uno de los aspectos más comentados por los evaluadores es la dificultad para determinar el verdadero carácter de la práctica disponiendo sólo de la información de la ficha, en el Informe sobre la Evolución de las Buenas Prácticas Españolas (Hernández Aja, 2001b) se señala que «sería interesante que los expertos pudieran obtener información complementaria y en su caso visitar la práctica previamente a su evaluación»:

Habría que destacar, en algunos casos, la insuficiencia de la información suministrada. En general, las grandes actuaciones son conocidas por los expertos (o por lo menos debieran de serlo) pero las pequeñas no. Y son precisamente las pequeñas las que presentan informes que a veces se centran en la anécdota y no en lo esencial (en algún caso escritos a mano y prácticamente ilegibles) y que no permiten ofrecer al evaluador una idea cierta de lo que se está evaluando. Se mezcla lo que se desea hacer, con el proyecto y con lo efectivamente realizado. No concuerda lo que dice que se ha hecho con las inversiones realizadas. Se presentan en áreas temáticas en las que la aportación es irrelevante, mientras que en las que tendrían algo que decir no lo hacen. Se trocean las actuaciones en áreas separadas de forma que el impacto en cada una es irrelevante, mientras que si se hubiera presentado de forma conjunta probablemente se hubiera seleccionado.

Se trata de un problema de difícil solución. Por una parte resulta imprescindible que la información esté condensada y por eso es bueno poner límites a la extensión de lo que se presenta. Pero también resulta necesario contar con información suficiente y, en algunas ocasiones, la entidad que presenta la actuación no acierta totalmente a la hora de realizar el extracto. Probablemente la situación mejoraría, por lo menos en parte, si a la propuesta resumida tal y como se entrega ahora se acompañara otra más amplia aclarando determinadas cuestiones o completando la información. De cualquier forma, en la descripción condensada deberían aparecer claramente separados: los objetivos, el proyecto concreto, y las actuaciones efectivamente llevadas a cabo.

Fariña, 2000

A su vez, estos problemas pueden generar otros riesgos:

Las garantías del proceso español son importantes, pero su propia manera de hacer deja algunos cabos sueltos. Las prácticas que forman parte del concurso son prácticas en papel y en ningún momento del proceso existe un seguimiento físico de la práctica. Los expertos, a la hora de juzgarlas, han de confiar en las palabras y en la visión subjetiva del autor. Y esta situación se puede convertir en un arma de doble filo. Es peligrosa la apropiación por parte de las corrientes políticas y de los poderes públicos de todo el proceso.
Rodríguez, 2001

Una posible solución sería, como se señala anteriormente, un pequeño trabajo de campo, o pedir información adjunta a la ficha del concurso. Otra propuesta sería intentar obligar a los concursantes a aportar una información más completa y objetiva:

 

En lo que se refiere a la documentación presentada por los concursantes adolece, en gran cantidad de casos, de concreción en los datos. Se cuenta lo bueno ayudándose de conceptos demasiado generales, sin profundizar excesivamente, y no se hace un esfuerzo objetivo en relatar los puntos negativos que puedan empañar la imagen de éxito de la actuación. Esto puede ser consecuencia del formato de la ficha oficial de las Naciones Unidas. [...] Muchas veces se omiten datos técnicos sencillos que ilustrarían las actuaciones de forma más eficaz que el habitual recurso de aludir al presupuesto. [...]

Debería exigirse una autoevaluación seria que incluya un análisis por parte de los implicados en las experiencias, en el que se explique qué obstáculos han encontrado, qué no ha funcionado, imprevistos y soluciones, replanteos o cambios de rumbo sobre la marcha.

García, Gómez y Morán, 1999

Repetición de información y ritmo bianual

Sin embargo, aunque parezca contradictorio, también hay problemas por repetición de información: han pasado muchas convocatorias y con los concursos realizados ya se dispone de una gran base de datos. Las soluciones presentadas empiezan a repetirse. Se plantea entonces una reflexión ante el doble objetivo del concurso: sigue siendo interesante premiar buenas prácticas, pero quizás ya no interesa añadir todas ellas a la base de datos ¿o quizás habría que buscar otra forma de clasificar la información? ¿O cambiar la periodicidad del concurso para dar tiempo a que se desarrollen nuevas experiencias interesantes?

Duplicar cada dos años el número de prácticas documentadas y recogidas en la base de datos no es de mucha utilidad cuando la información no se ha actualizado. Sí lo sería para quien se acerca a consultarlas por simple curiosidad, o buscando ideas que le inspiren inicialmente, pero al intentar profundizar en el trabajo realizado y su evolución esto no bastaría.
García, Gómez y Morán, 1999

El Informe sobre la Evolución de las Buenas Prácticas señala que un cambio en la frecuencia también ayudaría al Grupo de Trabajo sobre Buenas Prácticas:

El ritmo bianual del Concurso consume la mayor parte del trabajo del Grupo de Trabajo sobre Buenas Prácticas, dado que sus actividades (selección de prácticas, envío al Concurso Internacional, resultados de éste, difusión de los resultados y convocatoria del siguiente concurso) se suceden sin descanso, con lo que se plantea proponer al UNCHS reducir el número de concursos ampliando su periodicidad.

Instrumento de difusión

La difusión de buenas prácticas es uno de los objetivos principales del Concurso. A nivel internacional esta función se cumple a través de Internet, donde está disponible la base de datos de todas las prácticas premiadas. En España, todas las prácticas seleccionadas en cada Concurso por el Comité Nacional son publicadas en un catálogo y se ponen a disposición del público en el servidor gratuito Biblioteca Ciudades para un Futuro más Sostenible:

El interés del programa no reside en la perfección de cada una de las prácticas que premia y selecciona. Su fuerza radica, por un lado, en la capacidad de reunirlas y ordenarlas en el mismo lugar para que lleguen a constituir un instrumento de análisis de la realidad desde la experiencia local, susceptible, por tanto, de incitar a la reflexión sobre los criterios y los modos de hacer más comunes; y por otro, en su intención de transformar poco a poco la manera de hacer hasta conseguir que los criterios necesarios para que una buena práctica sea considerada como tal acaben siendo los criterios lógicos y corrientes de actuación.
Rodríguez, 2001

Seguimiento de las prácticas

Tras tres concursos internacionales, en los que la mayoría de las Buenas Prácticas españolas seleccionadas por el Comité Nacional han sido incluidas en los catálogos de Naciones Unidas, se ha reunido un número suficiente de experiencias en nuestro país para iniciar un proceso de valoración y reflexión crítica en profundidad. Este es un aspecto primordial, y es también uno de los más descuidados en todo el proceso internacional de las Buenas Prácticas. Un primer paso ha sido la elaboración del informe que se presenta en este boletín (Hernández Aja, 2001b), y el trabajo no sería en balde si llevara a un análisis de la situación en nuestro país, e incluso a plantear un concurso con una temática específica que identificara las experiencias españolas ejemplares y dignas de ser replicadas. También sería de interés hacer un cierto seguimiento de las prácticas que llevan tiempo en marcha, para valorar cómo han ido cambiando los objetivos y las estrategias de los proyectos a medida que se va conociendo más la realidad y aparecen nuevas dificultades.
Gómez, 2001

Desde que se escribió esta crítica, se ha publicado un exhaustivo informe sobre las Buenas Prácticas españolas. Sin embargo, esto quizás es insuficiente. El análisis de las prácticas premiadas, no sólo permite realizar un proceso de reflexión y aprendizaje, sino que es una forma de evitar que el concurso sufra una deriva institucional. Los gobiernos, al estar mejor informados y disponer de mayores medios, pueden tender a acaparar el concurso, convirtiendo la base de datos en un espacio de propaganda de sus medidas. Uno de los lectores de la Biblioteca CF+S opina que la mejor forma de evitar esta tendencia es realizar un seguimiento de los resultados a largo plazo de las prácticas, publicando análisis críticos sobre sus objetivos y sus resultados (no sólo cuantitativos). Si la base de datos ofreciera este aparato crítico se pondría en su justo lugar la importancia de cada experiencia.

Existen también otros riesgos que podrían restar calidad al concurso: la ambigüedad de ciertos términos de las bases (como la definición de sostenibilidad), o la falta de experiencias interesantes que se presenten, que podría llevar a premiar experiencias que no sean realmente buenas prácticas por no dejar el concurso sin ganador, etc. Son aspectos a los que los organizadores deberán estar atentos para intentar garantizar una base de datos sólida.

Aplicaciones: mecanismos del concurso y la base de datos, procesos de evaluación[3]

Concurso Internacional

Frecuencia: bianual.

Candidatos a presentar una práctica:

Proceso de selección:

  1. Las candidatas rellenan un formulario que envían directamente al Concurso Internacional (salvo en algunos casos, en que el Comité Nacional sigue jugando un papel de intermediario).
  2. Los formularios son revisados por una comisión de técnicos libre (Technical Advisory Committee (TAC)). Esta comisión realiza un informe que incluye una descripción del proceso de evaluación, una lista de las 100 mejores prácticas, y una lista reducida de 50 prácticas (aproximadamente) que son enviadas al jurado para la selección final.
  3. El Jurado de Mejores Prácticas selecciona de la lista corta las experiencias que reciben el Premio Internacional de Dubai. El número máximo de prácticas premiadas es 10, pero el jurado puede recomendar menos de 10 o ninguna dependiendo de la calidad de las prácticas.
  4. Finalmente, la Municipalidad de Dubai, tras hacer la selección definitiva de los award, comunica a todos los candidatos su situación.
  5. A continuación, todas las prácticas seleccionadas son introducidas en las bases de datos, con una clasificación por categorías temáticas y con su correspondiente calificación:

Bases de datos:

Categorías temáticas:

Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de puestos de trabajo; formación profesional; acceso a créditos; y acceso igualitario al empleo, la formación y el crédito.

Desarrollo económico: creación de empresas (sectores formal e informal); fomento de la inversión; formación de capital; capacidad empresarial; formación; oportunidades para la cooperación; microcréditos; desarrollo económico local/metropolitano; desarrollo industrial; formación de capital y capacidad empresarial; y acceso igualitario a los recursos económicos.

Servicios sociales: educación; ocio; salud y bienestar; seguridad ciudadana; reducción y prevención del delito; reforma del sistema judicial; acceso igualitario a los servicios sociales (especialmente para las mujeres); y grupos vulnerables (incluyendo a las mujeres).

Gestión ambiental: reducción de la contaminación; creación de zonas verdes en la ciudad; introducción de criterios ecológicos en el entorno urbano; tecnología ambientalmente responsable; restauración ambiental; higiene ambiental; seguimiento y control; sostenibilidad ecológica; contabilidad ecológica; incentivos para una gestión responsable; gestión de recursos; evaluación, seguimiento y control integrados; contabilidad ecológica; ecoturismo; e indicadores de sostenibilidad.

Infraestructuras, comunicaciones y transporte: uso y producción de la energía; transporte y movilidad; medios de comunicación; abastecimiento de agua potable; gestión y tratamiento de residuos; saneamiento; tecnología infraestructural; saneamiento ecológico; y acceso igualitario a las infraestructuras (especialmente para las mujeres).

Vivienda: vivienda asequible; carencia de hogar, personas sin hogar; propiedad del suelo y seguridad; acceso a la financiación de la vivienda; industria de la construcción; diseño ecológico; mejora y modernización de asentamientos precarios; materiales de construcción y tecnología constructiva; acceso igualitario a la vivienda y su propiedad; viviendas en alquiler; y ordenanzas y estándares.

Ordenación territorial: planeamiento y calificación del suelo; sistemas de información geográfica (SIG); incentivos al desarrollo; conservación de espacios libres; urbanización y desarrollo de suelo; remodelación urbana y suburbana; gestión inmobiliaria; e igualdad de derechos de propiedad y herencia (especialmente para las mujeres).

Buena gestión urbana: gestión y administración públicas; fomento de la colaboración pública y privada; legislación; políticas públicas; recursos humanos y formación de dirigentes; descentralización; movilización de recursos; reforma institucional; sistemas de informacion administrativa; auditoría; visión de futuro; apertura y transparencia; evaluación; responsabilidad; gobernabilidad urbana y metropolitana; colaboración con la sociedad civil; presupuestos y toma de decisiones participativas; transparencia y responsabilidad; seguimiento, evaluación y auditoría; y mujeres en puestos de responsabilidad.

Equidad de género e inclusión social: funciones y cometidos por razón del género; necesidades por razón del género; plena participación en la sociedad; acceso a los recursos; control de los recursos; legislación; eliminación de trabas a la igualdad de género (medidas de discriminación positiva); características étnicas; integración; y fomento del autoliderazgo de las mujeres.

Situaciones de emergencia y desastres naturales: reducción de la vulnerabilidad (ordenanzas de la edificación y normativa de la ingeniería); concienciación y preparación cívica; planificación para casos de emergencia; sistemas de prevención; capacidad de reacción; reducción de riesgos; sistemas de supervivencia; rehabilitación y reconstrucción; evaluación de riesgos; planificación para casos de emergencia y sistemas de alerta temprana; y necesidades y riesgos por razón del género.

Modelos de producción y consumo: reciclaje y reutilización de residuos; eficiencia en el uso de la energía, eficiencia energética; uso y consumo de agua; conservación de recursos, ahorro de recursos; concienciación del consumidor; responsabilidad de los productores; ciclos de producción y consumo; y producción de energías limpias.

Procesos de planificación urbana y regional: aplicación local de la Agenda 21, realización de Agenda 21 Local; programación de la inversión del capital; elaboración de presupuesto; planificación comunitaria; remodelación urbana; gestión y resolución de conflictos; proceso consultivo; conservación del patrimonio cultural; planeamiento regional; recursos para el planeamiento regional; planeamiento urbano y metropolitano; planificación de la conservación del patrimonio cultural; y normativa de planeamiento.

Tecnologías, instrumentos y métodos: soporte lógico (incluyendo sistemas expertos); soporte físico; sistemas y técnicas de gestión; transferencia de tecnologías; investigación y desarrollo; instrumentos y técnicas de planificación; creación de redes; sistemas y tecnologías de información y comunicación; tecnologías apropiadas; formación y capacitación; técnicas para infraestructuras, tecnología infraestructural; y soporte lógico y soporte físico.

Arquitectura y diseño urbano: diseño eco-lógico y asequible; conservación del patrimonio arquitectónico; paisajismo; diseño comunitario sostenible; y edificios verdes.

Personas mayores: diseño de viviendas seguras y accesibles; participación; salud; empleo; actividades multigeneracionales; transporte; viviendas agrupadas; seguridad económica; y empleo y seguridad económica.

Uso de la información en la toma de decisiones: indicadores; sistemas de información geográfica (SIG), técnicas de cartografía; sistemas de gestión de la información; uso de tecnologías de la comunicación; mejora de la participación; investigación; medidas políticas; empleo de los medios de comunicación y fomento de la concienciación; y datos y análisis desagregados por géneros.

Infancia y adolescencia: de 0 a 9 años; de 10 años a la edad adulta; salud y nutrición; educación y formación profesional, cuidado de día y cuidados fuera de horario escolar; programas ambientales dirigidos a los jóvenes; desarrollo de la capacidad de participación y del liderazgo en niños; programas de ocio y culturales; legistación/intercesión; programas de apoyo comunitarios (protección frente a abusos, abandonos, violencia y delincuencia); abusos, trabajo infantil, guerras; y grupos vulnerables.

Participación ciudadana y riqueza cultural: participación comunitaria; riqueza social y cultural; expresión y animación; educación cívica; artes; y respeto a la diversidad cultural.

Agua y saneamiento: gestión del suministro y de la demanda; servicios para los pobres urbanos; saneamiento de bajo coste; saneamiento ecológico; prestación de servicios básicos por microempresas; y acuerdos de colaboración pública, privada y comunitaria

Vivienda y derechos humanos: aplicación del derecho a una vivienda digna; prevención de deshaucios forzados; propiedad asegurada; arrendamientos seguros; dotación de infraestructura pública para una vivienda digna; vivienda accesible; habitabilidad y adecuación cultural de la vivienda; vivienda asequible; e igualdad de derechos de propiedad y herencia (para las mujeres).

VIH-SIDA: planes estratégicos municipales para el VIH-SIDA; acuerdos de colaboración pública, privada y comunitaria; huérfanos, acogida, hogares encabezados por niños a causa del VIH-SIDA; iniciativas de información e intercesión (campañas locales); medios de comunicación; y reformas legales y políticas (políticas de vivienda: estructuras familiares cambiantes debido al VIH-SIDA).

Cooperación técnica e internacional: cooperación y ayuda multilateral; cooperación y ayuda bilateral; cooperación entre ciudades; creación de redes; aprendizaje e intercambio entre iguales; formación continua; y desarrollo del liderazgo.

Comunidades con capacidad de recuperación y adaptación: catástrofes naturales; crisis económicas; crisis sanitarias; conflictos y terrorismo; y alianzas estratégicas.

Criterios básicos

Los principales criterios considerados para premiar una Buena Práctica son los siguientes:

Impacto, demostrando mejoras tangibles en las condiciones de vida de las personas en cualquiera de las esferas temáticas propuestas.

Asociación entre al menos dos de las siguientes entidades:

Sostenibilidad, manifestada en cambios duraderos en:

Liderazgo y fortalecimiento de la comunidad, a través de:

Género e inclusión social, a través de iniciativas que acepten y respondan a la diversidad social y cultural; promuevan la igualdad y equidad social —por ejemplo en los ingresos, el género, la edad y las condiciones físico/mentales— y reconozcan y valoren las distintas capacidades.

Innovación y posibilidad de transferencia, a través de iniciativas que propongan formas de actuación innovadoras en su contenido y experiencias imitables o de las que se pueda aprender.

Áreas temáticas y Criterios específicos (España)

Esta lista de criterios definida por Naciones Unidas es reelaborada por el Grupo de Buenas Prácticas del Comité Hábitat Español, para adecuar los criterios y las áreas temáticas de referencia a la realidad española:

 
ÁREAS TEMÁTICAS CRITERIOS ESPECÍFICOS
Vivienda
Accesibilidad física, económica y social para grupos desfavorecidos.
Vivienda ecológica, ahorro energético.
Rehabilitación.
Género.
Alquiler.
Desarrollo territorial y urbano sostenible Planificación sostenible de los usos del suelo y de la estructura urbana.
Mejoras del medio ambiente urbano (físico, económico y social) en barrios, ciudades medias y zonas turísticas.
Rehabilitación urbana.
Equilibrio funcional, mejora de las dotaciones.
Accesibilidad /diseño para todos.
Género.
Políticas de suelo.
Género y lucha contra la exclusión social Grupos étnicos, parados de larga duración, jóvenes, familias monoparentales.
Igualdad y equidad de género (hombre/mujer) en la toma de decisiones y en el diseño de actuaciones.
Barrios desfavorecidos.
Seguridad ciudadana y prevención de la delincuencia.
Generación de empleo y erradicación de la pobreza.
Fomento de la participación y asociacionismo.
Género.
Inmigrantes.
Diversidad cultural.
Gestión sostenible de los recursos naturales Mejora de los sistemas de gestión, información y seguimiento.
Uso y producción más eficaz de la energía: reducción del consumo, energías renovables, reciclaje...
Recuperación de suelos contaminados.
Ciclo del agua.
Ciudad y entorno natural Integración y protección del entorno natural: mar, ríos, huertos, bosques...
Conservación, utilización y gestión de la naturaleza en el medio urbano: parques, corredores, cinturones verdes...
Ecoturismo.
Transporte y accesibilidad Reducción de emisiones contaminantes.
Potenciación de modos de transporte no contaminantes.
Mejora y fomento del transporte colectivo.
Integración de infraestructuras de transporte y reducción del impacto ambiental.
Fomento de la accesibilidad general a los servicios.
Género.
Discapacidad.
Gobernabilidad urbana Sistemas de gestión, administración e información más eficientes y transparentes: descentralización, ventanilla única, información continuada y abierta, etc.
Fomento de las participación en la toma de decisiones y de la responsabilización de los ciudadanos: presupuestos participativos, asociacionismo, gestión mixta de servicios, etc.
Mejora de la coordinación administrativa: nuevas estructuras intersectoriales.
Políticas o legislaciones relacionadas con la actuación, apoyo por parte de políticas o legislación municipal, regional, nacional o supranacional, creación de nueva legislación , cambios en políticas como consecuencia de la actuación.
Género.
Políticas y legislación.

Proceso de evaluación en España

La reelaboración de los criterios de selección no es el único aspecto que distingue el proceso español del que siguen la mayoría de los países. En general las prácticas son enviadas directamente al Concurso Internacional, sin embargo las candidatas españolas envían su formulario al Comité Hábitat Español que tiene establecido su propio procedimiento de evaluación a través del Grupo de Trabajo sobre Buenas Prácticas:

  1. El Grupo de Trabajo estudia las fichas recibidas, y en muchos casos entra en contacto con los remitentes con el fin de verificar los datos o pedir información complementaria. A continuación, las prácticas son clasificadas por áreas temáticas.
  2. Para la evaluación se constituye cada año un Comité de Expertos (formado por tres personas) que estudia todas las fichas de las candidatas españolas.
  3. El Grupo de Trabajo se reúne con los expertos. Estos presentan las prácticas proponiendo una selección de candidatas al Concurso Internacional.
  4. A partir de ésta, pero revisando de nuevo todas las experiencias, el Grupo de Trabajo hace la selección definitiva de las prácticas españolas que se envían al Concurso. Dado que este procedimiento asegura una evaluación rigurosa, por personas más cercanas a la realidad de las experiencias realizadas, desde la cuarta convocatoria se ha acordado que todas las candidatas españolas seleccionadas por este procedimiento sean calificadas, como mínimo, como good.[4]
  5. España tiene su propio catálogo de Buenas Prácticas para cada concurso, en el que, además de las fichas de las experiencias, se incluyen artículos de los expertos explicando criterios y reflexiones relacionados con la evaluación.

Conceptos y actores relacionados

Mejores Prácticas

Sinónimo de buenas prácticas. Mejores Prácticas corresponde a la traducción literal de la expresión que se usa en el Concurso Internacional: Best Practices. Sin embargo, el Comité Habitat Español ha elegido usar la expresión Buenas Prácticas. Se encuentran múltiples y diversas razones a este uso. La catalogación utilizada en el Concurso incluye prácticas premiadas (award), mejores (best) y buenas (good). «El hecho de que las prácticas catalogadas como buenas también tengan valor, y de que las siglas BP en inglés tengan su correspondencia con buenas prácticas en español hace que subsista una cierta ambigüedad en la denominación, que unas veces emplea el termino buenas, y en otras el término Mejores.» (Cervera y Hernández Aja, 1999).

Isabel Velázquez, invitada como experta al concurso del 2000, explica además:

En la primera convocatoria de este concurso internacional [...], el Comité Hábitat español cometió una errata deliberada traduciendo el Premio de Mejores Prácticas Urbanas (Best Practices Award) por un más humilde Concurso de Buenas Prácticas. Este intencionado error de traducción, fiel al conocido dicho de «traduttore-tradittore», refleja el concepto preciso que el Comité Hábitat Español quería imprimir a la selección de experiencias urbanas innovadoras que empezaban a producirse en las ciudades españolas. En este año 2000 retomamos la tarea de seleccionar experiencias urbanas notables dentro del panorama español desde el mismo planteamiento de evitar el superlativo, e incluso en algún grado el comparativo, para no caer en el concepto banal de Buena Práctica como modelo indiscutible que puede replicarse en otras ciudades sin apenas cambios.
Velázquez (2001)

Comité Hábitat Español

El Comité Nacional Hábitat II se constituyó en 1994 con el objetivo de preparar la contribución de España a la conferencia de Estambul. Tras ésta, el Comité Nacional, que desde ese momento pasa a denominarse Comité Hábitat Español, decide consolidar sus actividades al objeto de coordinar la aplicación en España del Programa Habitat.

El Comité Hábitat Español se conforma como un lugar de encuentro y relación entre los distintos niveles de la Administración, y entre éstos y la Sociedad Civil y tiene como función principal el seguimiento de la aplicación de los planes de acción en materia de asentamientos humanos, promoviendo el debate sobre la ciudad sostenible, en cuyo marco se inscribe la convocatoria del Concurso de Buenas Prácticas y la edición de los catálogos de las prácticas seleccionadas.

Hernández Aja, 2001b

Composición del Comité (en el Concurso de 2002)

Secretaría:
Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo (Ministerio de Vivienda) (hasta 2004 ha estado en la Dirección General de la Vivienda, la Arquitectura y el Urbanismo del Ministerio de Fomento)

Participantes:
El Comité mantiene desde su constitución un carácter abierto, participan en él desde representantes de d epartamentos de la Administración del Estado a miembros de diveras ONG: Ministerio de Asuntos Exteriores, Ministerio de Administraciones Públicas, Ministerio de Vivienda, Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Sanidad y Consumo, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Comunidades Autónomas, Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Arquitectos sin Fronteras, Asociación de Empresas Constructoras de Ambito Nacional (SEOPAN), Asociación Española de Promotores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS) , Asociación Nacional de Empresarios Gestores de Cooperativas y Comunidades de Vivienda (AGE-COVI), Asociación para las Naciones Unidas en España, Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (AEDENAT), Cáritas Española, Centro de Información de las Naciones Unidas en España, Ciudades y Desarrollo, Coalición Internacional del Hábitat (HIC), Sección española, Confederación de Asociaciones de Vecinos del Estado Español (CAVE) , Confederación de Cooperativas de Vivienda de España (CONCOVI) , Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid (ETSIAM), Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI), Federación Nacional de Mujeres para la Democracia, Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI), Fundación Hogar del Empleado (FUHEM), Ilustre Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología, Ingeniería sin Fronteras, Inter-Acción Centro Navapalos, Plataforma Hábitat, Comisión Justicia y Paz, Paz y Cooperación, Organización Solidaridad con los pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAL), Sociedad y Territorio para Iberoamérica (SyT) , Universidad de Alicante, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad San Pablo-CEU.

Foros o Grupos de Trabajo

Para una mayor eficacia y operatividad en el desarrollo de las funciones del Comité Hábitat Español, se han constituido cuatro Foros o Grupos de Trabajo, también de carácter abierto a todos los miembros del Comité:

Grupo de Trabajo sobre Buenas Prácticas

Grupo encargado de asegurar el proceso de difusión y selección de Buenas Prácticas: elabora la ficha de recogida de datos, el folleto informativo que difunde entre organizaciones e instituciones interesadas en la iniciativa, selecciona las Buenas Prácticas junto al Comité de Expertos, ofrece asesoramiento en la cumplimentación de la aplicación informática necesaria para participar en el concurso y realiza su traducción al inglés, publica el Catálogo de Buenas Prácticas Españolas, etc.

Objetivos:
El Grupo de Trabajo sobre Buenas Prácticas tiene como objetivos fomentar políticas de intervención sobre la ciudad que respondan a los temas del Programa Hábitat: Asentamientos Humanos Sostenibles y Vivienda adecuada para todos, a través de su difusión de experiencias desarrolladas por los gobiernos y la sociedad civil, y del impulso de un proceso de debate y reflexión sobre las mismas que permita extraer enseñanzas extrapolables para el diseño de políticas de intervención y gestión urbana sostenibles. Estos objetivos se concretan en las siguientes actividades:

Coordinación:
Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo (Ministerio de Vivienda).

Participantes (en el Concurso de 2002):
Ministerio de Vivienda (Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo), Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Ministerio de Medio Ambiente, Federación Española de Municipios y Provincias, Ayuntamiento de Madrid (Empresa Municipal de la Vivienda (EMV)), Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Plataforma Hábitat, Confederación de Asociaciones de Vecinos de España (CAVE).

Foro sobre Grupos Vulnerables

Coordinado por la Subdirección General de Programas de Servicios Sociales de la Dirección General de Acción Social, del Menor y la Familia (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales).

El objetivo del Foro sobre Grupos Vulnerables es promover el debate sobre los problemas de integración social, marginación y degradación del entorno, mediante la organización de reuniones, seminarios y jornadas con el fin de analizar y definir los problemas actuales en las ciudades españolas.

Foro sobre Vivienda Sostenible

Coordinado por la Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo (Ministerio de Vivienda).

Creado con el objetivo de promover el debate sobre la sostenibilidad en materia de vivienda, el Foro sobre la Vivienda Sostenible [...] desarrolla actividades encaminadas a analizar actuaciones, recopilar documentación, elaborar informes, formular recomendaciones, etc. Entre los informes realizados por este foro encontramos: el Informe sobre el borrador del Plan de Vivienda y Suelo 1998-2001, y el Informe sobre Borrador de Ley de Ordenación de la Edificación y sus efectos sobre la sostenibilidad de la vivienda.

Grupo de trabajo sobre Indicadores de Sostenibilidad

Coordinado por la Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo (Ministerio de Vivienda).

Sus objetivos son:

Este grupo ha realizado el Informe sobre los indicadores locales de sostenibilidad utilizados por los municipios españoles firmantes de la Carta de Aalborg (2004).

Grupo de trabajo sobre Políticas Urbanas Sostenibles

Coordinado por la Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo (Ministerio de Vivienda).

El objetivo general es promover el desarrollo de políticas urbanas y territoriales sostenibles (buenas políticas), para lo que se estudiará la posibilidad de elaborar catálogos, propuestas y recomendaciones, así como estrategias de difusión.

Hernández Aja, 2001b

Foro Iberoamericano y del Caribe sobre Mejores Prácticas

Organismo creado a raíz de Habitat II para coordinar el desarrollo del Programa Hábitat en la región de América Latina y el Caribe con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

El foro nació con vocación de convertirse en un instrumento de difusión y transferencia de las buenas prácticas y en un lugar de encuentro y debate entre la sociedad civil y los gobiernos locales y nacionales latinoamericanos interesados en estudiar la problemática de los asentamientos humanos en la región.

En un primer encuentro celebrado en Río de Janeiro en mayo de 1998 se estableció una agenda de actividades y se crearon una serie de nodos regionales para coordinar las actuaciones. Posteriormente se han realizado diversos encuentros relacionados con el Programa de Buenas Prácticas. En 2005 ha participado en la organización del Premio Medellín de Transferencias de Buenas Prácticas en América Latina y el Caribe. Puede consultarse información actualizada de sus actividades en su página web oficial:
http://www.mejorespracticas.org/

Más información

Catálogos de Buenas Prácticas

Catálogos de Buenas Prácticas Españolas:

Concurso Latinoamericano y del Caribe para la Transferencia de Buenas Prácticas:

Organizado por la Fundación Hábitat Colombia y el Foro Iberoamericano y del Caribe para las Mejores Prácticas (Foro ILAC/BP). Este concurso sigue los criterios y metodología establecidos por el Programa BLP y está articulado al Concurso Internacional de Dubai: http://www.buenaspracticas.org/buenaspracticas.html.

Documentos de Hábitat II

Documentos oficiales

Declaración de Estambul sobre los Asentamientos Humanos:
http://habitat.aq.upm.es/aghab/adeclestambul.html

Programa Hábitat:
http://habitat.aq.upm.es/aghab/aproghab.html

Documentos preparatorios

Reunión regional europea de los Comités Habitat (Madrid, noviembre 1995):
http://habitat.aq.upm.es/rech/

Iberoamérica ante Hábitat II (Actas de las jornadas celebradas en Madrid, mayo de 1996):
http://habitat.aq.upm.es/iah/

Agenda Habitat España: contribución de las ciudades al desarrollo sostenible:
http://habitat.aq.upm.es/aghab/aghabes.html

Informe Nacional de España ante Hábitat II:
http://habitat.aq.upm.es/in/

Documentos de seguimiento

Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo milenio
(Declaración oficial de Estambul+5)
http://habitat.aq.upm.es/aghab/adecmil.html

Hernández Aja, Agustín  (2001a)   «Informe sobre las Buenas Prácticas Españolas y su relación con la aplicación del Programa Hábitat en España»,   Boletín CF+S, 17/18: Tercer Catálogo de Buenas Prácticas Españolas 2000. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/aaher.html 

Hernández Aja, Agustín  (2001b)   Informe sobre la Evolución de las Buenas Prácticas Españolas y su Relación con el Cumplimiento del Programa Hábitat   http://habitat.aq.upm.es/evbpes/abpes.html 

Comité Hábitat Español  (2001)   Informe Nacional de España en Estambul+5   http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/ainf0.html 

Textos de opinión

Cervera, Jaime y Hernández Aja, Agustín  (1999)   «Las Buenas Prácticas: ¿propaganda institucional o difusión de ejemplos para la mejora de la realidad?»,   Boletín CF+S, 10: Segundo Catálogo de Buenas Prácticas 1998. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n10/ajcer.html 

García Moreno, Ricardo; Gómez Muñoz, Gloria; Morán Alonso, Nerea  (1999)   «Internet y Buenas Prácticas»,   Boletín CF+S, 10: Segundo Catálogo de Buenas Prácticas 1998. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n10/abec.html 

Gómez Muñoz, Gloria  (2001)   «Sobre las Buenas Prácticas»,   Boletín CF+S, 17/18: Tercer Catálogo de Buenas Prácticas 2000. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/aggom.html 

Fariña Tojo, José  (2000)   «Supervivencia y mejora de la calidad de vida: ejemplos notables de actuaciones españolas en materia de desarrollo territorial y urbano, vivienda, transporte y accesibilidad»,   Boletín CF+S, 17/18: Tercer Catálogo de Buenas Prácticas 2000. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/ajfar.html 

Naredo, José Manuel  (1996)   Sobre el origen, el uso y el contenido del término sostenible,   en La construcción de la ciudad sostenible. Primer Catálogo de Buenas Prácticas 1996. Madrid: Ministerio de Obras Publicas, Transportes y Medio Ambiente. También disponible en http://habitat.aq.upm.es/cs/p2/a004.html 

Rodríguez Alonso, Raquel  (2001)   «El Programa de Buenas Prácticas de Naciones Unidas y su implantación en España»,   Boletín CF+S, 17/18: Tercer Catálogo de Buenas Prácticas 2000. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/arrod.html 

Velázquez Valoria, Isabel  (2001)   «El medio ambiente en el Concurso de Buenas Prácticas Urbanas Habitat II»,   Boletín CF+S, 17/18: Tercer Catálogo de Buenas Prácticas 2000. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/aivel.html 

Recursos en Internet

Biblioteca Ciudades para un Futuro más Sostenible (CF+S)
http://habitat.aq.upm.es/

Sitio patrocinado por la Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo (Ministerio de Vivienda, España), albergado en el servidor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Es la página oficial con la base de datos de los concursos de Buenas Prácticas, donde se publican las buenas pácticas premiados (en castellano), pero su objetivo más amplio es:

Dubai International Award for Best Practices to improve living environment
http://dubai-award.dm.gov.ae/

Página del concurso donde se explica todo lo relacionado con él: convocatorias, calendarios, formularios para participar, explican los criterios de selección, etc.

Best Practices Database in Improving the Living Environment
http://www.bestpractices.org/

Base de datos de las Buenas Prácticas en inglés. Están disponibles de forma gratuita todas las fichas de las prácticas premiadas en el concurso. Se pueden hacer búsquedas por año, calificación, etc.

Best Practices and Local Leadership Programme
http://www.sustainabledevelopment.org/

Página del Programa de la ONU responsable del concurso y de la base de datos de Buenas Prácticas (ambos enlaces llevan a la misma página). Está enlazada con la base de datos en inglés, tiene información sobre el programa y múltiples cuestiones relacionadas con el concurso. Están disponibles los informes del TAC y del Jurado de todos los concursos . En ellos se explica por ejemplo, la propuesta de añadir una nueva categoría, promising, para las prácticas descartadas, no premiadas como good ni siquiera, pero en su mayoría descartadas por tener poco desarrollo. El jurado pide que se les envíe una carta para animarles a presentarse en próximas convocatorias cuando tengan más resultados que ofrecer.

United Nations Human Settlements Programme
http://www.unhabitat.org/

Programa de Naciones Unidas que alberga el Programa de Buenas Prácticas.

Ejemplos de aplicación

La mayor dificultad para seleccionar ejemplos interesantes es la falta de información disponible sobre las Buenas Prácticas realizadas, tanto en el mundo como en España.

El Informe sobre la Evolución de las Buenas Prácticas Españolas y su Relación con el Cumplimiento del Programa Hábitat selecciona y evalúa experiencias realizadas a distintas escalas con un mínimo grado de desarrollo (la información sobre todas ellas está disponible en: http://habitat.aq.upm.es/evbpes/abpes_4.html):

Otros servidores sobre buenas prácticas urbanas

En esta definición se ha considerado el término buena práctica relacionado con el concurso de la ONU pero es un concepto que se ha generalizado para designar experiencias que aportan efectos positivos. Existen concursos o bases que datos que reúnen prácticas interesantes, se hace aquí una pequeña selección de ellos:

Bibliografía consultada

Cervera, Jaime y Hernández Aja, Agustín  (1999)   «Las Buenas Prácticas: ¿propaganda institucional o difusión de ejemplos para la mejora de la realidad?»,   Boletín CF+S, 10: Segundo Catálogo de Buenas Prácticas 1998. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n10/ajcer.html 

Hernández Aja, Agustín  (2001b)   Informe sobre la Evolución de las Buenas Prácticas Españolas y su Relación con el Cumplimiento del Programa Hábitat   http://habitat.aq.upm.es/evbpes/abpes.html 

UN-HABITAT; Municipalidad de Dubai  (2004)   Premio Internacional de Dubai sobre Mejores Prácticas para Mejorar las Condiciones de Vida. Guía para la remisión y Formulario para el premio 2004   Emiratos Árabes Unidos 

Velázquez Valoria, Isabel  (2001)   «El medio ambiente en el Concurso de Buenas Prácticas Urbanas Habitat II»,   Boletín CF+S, 17/18: Tercer Catálogo de Buenas Prácticas 2000. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/aivel.html 

Notas


[1]: Este artículo forma parte del trabajo de documentación Glosario de términos clave relacionados con un urbanismo y una arquitectura más sostenibles realizado en Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, desarrollado gracias a una beca del Ministerio de Educación y Cultura y bajo la tutela de Agustín Hernández Aja.
[2]: Fuente: Hernández Aja, 2001b.
[3]: Según las bases del Concurso de 2004.
[4]: De la misma forma, las prácticas seleccionadas por el concurso de Navarra son enviadas directamente al Concurso Internacional por el Comité Hábitat Español, confiando en el proceso de evaluación del concurso de esta comunidad (la única que tiene concurso propio).


Edición del 22-10-2005
Revisión: José Luis Nicolás Rodrigo
Carlos Jiménez Romera

Documentos > Temas de sostenibilidad urbana > http://habitat.aq.upm.es/temas/a-buena-practica.html   
 
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