Ciudades para un Futuro más Sostenible
Búsqueda | Buenas Prácticas | Documentos | Boletín CF+S | Novedades | Convocatorias | Sobre la Biblioteca | Buzón/Mailbox
 
Documentos > La Construcción de la Ciudad Sostenible > http://habitat.aq.upm.es/cs/p5/a021.html

Volver al índice

Presentación


Los programas y proyectos aquí recogidos, representan los esfuerzos de diversos organismos internacionales (UNESCO; UNCED; UNCHS; UNDP; UNEP; OMS; ICLEI; DG. XI./U.E.; OECD; EUEA; EFCLW), y nacionales (principalmente, Ayuntamiento de Barcelona, y FEMP), en el afán de contribuir a la mejora del ambiente urbano y de las condiciones de habitabilidad de las ciudades y, en términos más amplios, de los asentamientos humanos. En la actualidad, estas iniciativas cobran validez en un doble sentido: primero, como muestra de los esfuerzos de dichos organismos, en los temas que estamos tratando, y segundo, como antecedentes metodológicos, teóricos o conceptuales, en la búsqueda de la "sustentabilidad o sostenibilidad", lo que en nuestro caso podría traducirse como la indagación acerca de los planteamientos precedentes para el "desarrollo urbano sostenible". Los resultados obtenidos son evidentes y nos enseñan que, a pesar de los esfuerzos realizados, los problemas, son cada vez más complejos y de difícil solución; lo cual indica que todavía existe un largo camino por recorrer y que, en los momentos actuales, continua siendo un reto, alcanzar marcos teóricos inter y transdisciplinarios para la interpretación del espacio urbano (ambiente y ecosistema).

Una breve revisión de los proyectos más representativos de estas dos últimas décadas (1974 - 1994), muestra que predomina un enfoque sectorial, aunque las aportaciones de los proyectos MAB 11, Ecoville, y últimamente el proyecto Ciudades Sostenibles (DG. XI / U.E) ponen el acento en una visión ecosistémica de la ciudad. El resto de proyectos enfatizan el dictado de medidas políticas, para atajar los cada vez más acuciantes problemas que aquejan a las ciudades[1], y los más recientes incorporan aspectos ligados a la sostenibilidad del medio ambiente urbano. En cualquier caso, se echan en falta enfoques conceptuales con una clara visión integral (holística), que permitan conceptualizar los problemas urbanos desde la multi dimensionalidad; así, por ejemplo, de una parte, los procesos y los elementos implicados en el sistema urbano, la dependencia externa de la ciudad con el territorio, la interpretación del desarrollo interno (barrios y zonas), y los cambios de la ciudad en el transcurso del tiempo; y de otra parte, las dimensiones económicas, político-administrativas, sociológicas, psicológicas y sobre todo culturales (formas propias de organización, uso y manejo del territorio, y costumbres, valores y modos de vida de la población), de manera que permitan comprender la compleja organización del sistema ciudad, y entender las relaciones sociedad-naturaleza, vigentes en la actual civilización, las cuales, en última instancia, han definido las características de los asentamientos humanos.

En estos años también hemos sido testigos de la creciente concienciación sobre los problemas ambientales, y en concreto la problemática del medio ambiente urbano y sus efectos nocivos en las ciudades y la calidad de vida de sus habitantes. Igualmente hemos asistido a los intentos para una mejor integración de la urbanización, el medio ambiente y el desarrollo sostenible; dichos intentos, en el campo de la ciencia urbana, han dado origen a nuevos términos como: Ecociudad, Ecoville, Ciudad Saludable, Ciudad Educadora, Ciudad Autosuficiente, Ciudad Sostenible, Ciudad Ecológica, Ecopolis... etc., aunque hay que decir, en esencia, que por ahora son términos que se mueven en el reino de lo deseable y lo futurible.

En relación, a estos temas, en el presente informe se recoge un resumen de trece proyectos inscritos en los respectivos programas de las instituciones que los promovieron, e incluso, en el caso de algunos de reciente implantación, que siguen en curso. Debemos advertir que la relación de proyectos que aquí se presentan no tiene la pretensión de ser exhaustiva. Somos concientes de que ello requiere un arduo trabajo, y el objetivo por ahora es referirnos a los más "emblemáticos o representativos", especialmente para el caso español. Además, la insuficiencia de información conspira con cualquier tentativa de presentar una relación completa de los proyectos realizados. En cualquier caso, creemos que las deficiencias aludidas, podrán ser solventadas a corto plazo, con la conexión a las redes de información -de reciente aparición- sobre esta temática.



Marco referencial


La actual problemática medioambiental se remonta a finales de los años 60, período en el cual habían irrumpido en la escena mundial una serie de problemas relacionados con el deterioro medioambiental, el movimiento de población hacia las ciudades y la incontrolable expansión urbana, que originaba nuevos tipos de pobreza y un escuálido urbanismo, con frecuencia estéril en términos culturales, ruidoso y degradante. A esta preocupante situación, se sumaba el creciente rechazo al sistema de valores por un número cada vez mayor de la población, la enajenación de la juventud y los problemas derivados del consumo del alcohol y las drogas, la inseguridad en el empleo, la inflación, así como otras perturbaciones económicas y monetarias. Síntomas de un modelo social en crisis que incluso empezaba a ser fuertemente cuestionado por diferentes movimientos sociales (México y Paris 1968) silenciados con la represión.

A principios de la década de los 70, la aparición del informe: "Los Límites del Crecimiento" (1971), auspiciado por el Club de Roma, sirvió para abrir el debate y crear conciencia sobre la capacidad del planeta frente a las necesidades y modos de vida de una creciente población mundial, cuyo progreso y desarrollo económico (la meta del crecimiento económico era sinónimo de bienestar) estaba cimentado en la voraz explotación de los recursos naturales disponibles, causando daños irreparables al medio ambiente, y poniendo en serio peligro el equilibrio global del planeta. Las conclusiones del mencionado informe indicaban que la humanidad no puede considerar el desarrollo material como su principal objetivo y proliferarse a una tasa acelerada, sin encontrar obstáculos a este proceso.

En este contexto, presionados por la eclosión de los movimientos sociales urbanos, y preocupados por la situación, los organismos internacionales pertinentes comienzan a tomar cartas en el asunto. Se organizan reuniones y se convocan conferencias, al más alto nivel político, para alertar a todos los gobiernos de los distintos países y continentes, sobre la grave situación. Los problemas tienen dimensiones de alcance mundial y ciertas características comunes (se trata de problemas complejos y sumamente variados puesto qure incluyen elementos técnicos, sociales, económicos y políticos, e interactúan vigorosamente entre sí), que afectan a todos los países en ciertos niveles de desarrollo, independientemente de los sistemas políticos y sociales vigentes. Entre las reuniones convocadas tiene singular importancia, para el caso que nos ocupa, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, (CNUMAD/ UNCED), celebradas primero en Estocolmo (1972), y recientemente en Río de Janeiro (1992). Reuniones que han servido para que los representantes de las diferentes naciones tengan en cuenta la necesidad de atender los problemas medioambientales, ocasionados por el crecimiento económico ilimitado, basado en la explotación exhaustiva e indiscriminada de los recursos naturales, con un desmesurado afán de enriquecimiento.

En este sentido, se evidencian las derivaciones implícitas en todos los programas y proyectos implementados, a nivel internacional, con las reuniones celebradas a nivel político, para conocer la problemática mundial. En el ámbito particular de este informe, la Conferencia de Estocolmo sirvió para dar un decisivo apoyo al Programa MAB de UNESCO, que había nacido un año antes (1971), y que posteriormente lanzará los Proyectos MAB 11 en diversas partes del mundo. La experiencia acumulada en la ejecución de los diferentes proyectos, a lo largo del tiempo, ha permitido clasificarlos en tres generaciones, que pasaremos a explicar de forma breve. De la primera generación de estudios los proyectos más representativos son los siguientes: "El Programa de Ecología Humana de Hong Kong" (1974); "Estudio de Sistemas Regionales para Götland", Suecia (1976); "Sensivitastsmodell de Frankfurt", Alemania (1976); y "Ecología Urbana aplicada a la ciudad de Roma" (1977).

En la segunda generación de estudios destacan proyectos como "Lae y su entorno", Papua, Nueva Guinea (1977); y "Proyecto climático de Dayton", Estados Unidos de América (1979). A comienzos de 1979, los proyectos MAB 11 estaban en marcha en unos cuarenta países. Precisamente en España, y como parte de esta generación de estudios, se realiza el proyecto "Percepción del paisaje y predicción del impacto de la urbanización y grandes obras públicas" (1973), promovido desde la Universidad Autónoma de Madrid, por Fernando González Bernáldez.

La tercera generación de estudios MAB 11 está representada por los proyectos tales como "Estrategias alternativas para mejorar las condiciones de alimentación y uso de energía en las ciudades. El caso argentino" (1985); y "Ecología urbana del Valle de México: mamíferos silvestres de la cuenca de México", (1985). En el caso español, existe un significativo número de proyectos, que se realizan en el "Centre del Medi Urba" del Ayuntamiento de Barcelona. Dichos proyectos son: "Los niños y su ciudad: Barcelona" (1979 - 1980), auspiciado por el Ayuntamiento de Barcelona y dirigido por J. Muntañola; "Descubrir el Medio Urbano 1: Itinerario por los barrios de la Sagrada Familia y del Clot" (1981), liderado por Miguel Monge; "Descubrir el Medio Urbano 2: Ecología de una ciudad, Barcelona" (1985), dirigido por Pares, M.; Pou, G.; y Terradas, J.; "Descubrir el Medio Urbano 3: Itinerario por el Puerto, la Ribera y Barceloneta" (1985), dirigido por Asensi, J.M.; y Saura, C.; "Descubrir el Medio Urbano 4: El agua en Barcelona" (1986), dirigido por Conillera, P.; Llabres, A.; Pares, M.

De estos proyectos, para la temática que estamos tratando, destaca sin lugar a dudas, "Descubrir el Medio Urbano 2: Ecología de una ciudad, Barcelona", trabajo pionero en el ámbito español, y que recoge las experiencias, sobre este tema, de proyectos MAB11, realizados con anterioridad (Hong Kong, Seul, Roma, etc.). Actualmente el Programa MAB, conjuntamente con el Programa Life de la Unión Europea, está apoyando el Plan Verde de Valencia (1992 - 1996), un Plan Especial de Urbanismo que desarrolla una política verde integral para la ciudad; de esta manera Valencia es una de las doce ciudades europeas que examinará su "sostenibilidad" mediante unos índices que intentarán ajustarse, de forma progresiva, a los lineamientos definidos en el proyecto "The European Sustainability Index Project".

En síntesis, la red de proyectos ecológicos integrados de asentamientos humanos de distintos tamaños y complejidad, impulsados por el Programa MAB, ha permitido elaborar un interesante enfoque metodológico y conceptual que, a través del contenido de los proyectos, se fueron ejecutando y reformulando cuidadosamente durante más de una década. Lo cual representa una seria garantía a la hora de retomar sus aportaciones y sacar conclusiones de sus experiencias.

En la misma década de los 80 se implementa el Proyecto Ecoville (1981), en el marco del Programa de análisis de cambios en la Biosfera, de la Federación Internacional de Institutos para el Estudio Avanzado (IFIAS), que cuenta con el patrocinio de la Universidad de Toronto y, posteriormente, con el apoyo del Programa MAB de UNESCO, debido a que compartía los objetivos básicos del análisis ecológico de los asentamientos humanos. En este sentido, uno de los propósitos del proyecto Ecoville es el de trabajar para la creación de ciudades sanas y sostenibles desde el punto de vista ecológico, y se formula como un programa pragmático de estudios, enfocado más al problema de los servicios en ciudades con un rápido crecimiento de población para encontrar soluciones a los problemas de la urbanización acelerada en los países en desarrollo, prestando particular atención a las dimensiones ecológicas de estos problemas.

Patrocinado por la Universidad de Toronto, Canada, el proyecto Ecoville se diseminará posteriormente en una serie de proyectos independientes en ciudades de todo el mundo (siete en países de Africa; seis en América Latina y diez en Asia oriental), lográndose conformar una red de veintiseis grupos cooperativos formada por departamentos universitarios, unidades gubernamentales de investigación y organizaciones no gubernamentales. La orientación principal del proyecto Ecoville se dirige hacia las vinculaciones ecológicas tanto dentro de la ciudad como en relación a su entorno. Por lo tanto, el proyecto se apoya sobre algunos juicios normativos; el principal de ellos plantea que nos es intelectualmente válido, ni politicamente aceptable, formular recetas para acciones sólamente sobre la base de cambios en la biosfera. El impacto de la urbanización en la biosfera debe ser apreciado conjuntamente con las necesidades básicas de las poblaciones humanas (urbanas y rurales), en el contexto de los procesos sociales, económicos y políticos en los niveles nacionales e internacionales. Desde esta perspectiva, el propósito normativo del Proyecto Ecoville pasa por intentar generar de forma más efectiva la preocupación acerca de los procesos biosféricos y de las vinculaciones ecológicas en el planeamiento y gestión de la urbanización. Es decir, estudiar la urbanización en el contexto del ecodesarrollo, que se convierte en el planteamiento central del enfoque Ecoville, el cual puede resumirse en la consideración de los aspectos siguientes:

  1. La adopción de un enfoque sistémico internacional.

  2. El interés puesto en la selección de ciudades principales y su rol en el ecodesarrollo.

  3. La relación de la ciudad principal con el entorno rural, con los centros de orden menor, con la formulación nacional de políticas y con el sistema económico y político internacional.

  4. El interés puesto en seis aspectos internos de la ciudad principal, es decir: infraestructuras, calidad ambiental, estado biopsíquico, equidad y distribución, organización y administración y la vulnerabilidad y resiliencia. [R- White; I. Burton , 1983]
También en Canadá, pero ésta vez en Ottawa, se celebró (1986) la Primera Conferencia mundial sobre la promoción de Salud, en la cual se debatieron las acciones para alcanzar una nueva sanidad que permita garantizar la salud para todos en el horizonte del año 2000; fruto de ello fue la elaboración de la Carta de Ottawa para la promoción de la salud. Además, se presentaron los primeros resultados del proyecto Toronto/Ciudad Saludable, que motivó posteriormente a la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud en Europa, a impulsar un proyecto piloto de Ciudades Saludables (Healthy Cities Project). Esta iniciativa tenía, como principal objetivo, promover la salud en el ámbito urbano y estimular el interés y la acción destinados a mejorar la salud de las personas que viven en las ciudades, el lugar preferente de vida y desarrollo del ser humano.

En principio, el proyecto europeo propuso suscitar la participación de seis a doce ciudades, preferentemente repartidas en igual número de países, con el objetivo de ejecutar un proyecto piloto de cinco años de duración que permitiera probar la validez y eficacia del concepto "ciudad saludable", y medir sus potenciales efectos beneficiosos desde el punto de vista social, sanitario y medioambiental en relación a una lista de indicadores que quedaban por precisar. Se organizaron diversas reuniones de información (Lisboa, 1986) para confirmar las ciudades que iban a participar, entre las cuáles estaba Barcelona; y otras de carácter técnico, para precisar los detalles prácticos del proyecto: Göteborg/Suecia (1986,Barcelona/España (1987), Rennes/Francia (1987), y Düsseldorf/Alemania (1987).

Identificado el grupo piloto de ciudades, que finalmente sumaron treinta (entre las que estaban incluidas por parte española Barcelona y Sevilla), pertenecientes a dieciocho países miembros de la región europea de la OMS, se estableció un plan de trabajo que cubría el período 1989 1992. Plan que se basaba en monitorizar y evaluar los esfuerzos realizados y la experiencia recogida. Al mismo tiempo, considerando el gran número de ciudades interesadas en participar en el proyecto, se decidió estimular la constitución de redes nacionales de ciudades saludables. El inesperado éxito del proyecto, exigió a la organización el desarrollo de actividades destinadas específicamente a las redes nacionales, con el fin de promover intercambios de experiencias entre las ciudades saludables europeas, e incentivar la difusión y cooperación con ciudades interesadas en países en desarrollo. La experiencia acumulada ha demostrado que el proyecto ciudades saludables es el vehículo más efectivo y versátil para incorporar la salud en el ámbito local.

En la actualidad se esta desarrollando, una segunda fase del proyecto (1993-1997), con un grupo de aproximadamente sesenta ciudades, en el que, continuando con la metodología de monitorización y evaluación de esfuerzos y experiencias, se pone enfásis especial en lo referente a políticas públicas saludables y a la planificación de la salud en la ciudad de un modo integral, así como en el establecimeinto de una red de ciudades saludables en todos los países de Europa. La aspiración de mejorar las condiciones de salubridad y habitabilidad en las ciudades significa promover la salud, y ayudar a la gente a ser más saludable; prevenir la enfermedad y las discapacidades; crear un entorno con carácter marcadamente ecológico; reconocer e identificar las necesidades de los pobres y los socialmente desfavorecidos y, también, crear servicios que sean accesibles para todos y sensibles a las necesidades y deseos de la población a la que se destinan. [Tsouros, Agis , 1993]

En el ámbito español, el proyecto Ciudades Saludables tiene especial relevancia, porque está contribuyendo a sentar las bases para la introducción de un nuevo concepto de salud pública a partir de los municipios, un ámbito particularmente cercano a los ciudadanos y mucho más sensible a las necesidades de la población. Precisamente, la clave del proyecto reside en la acción local y el desarrollo de redes de ciudades que colaboren en la formulación de estrategias de acción para fomentar y proteger la salud de sus ciudadanos, lo cual, ha generado amplio interés y soporte tanto en la región europea como más allá de sus fronteras. La Red Española de Ciudades Saludables, basada en principios y actividades acordes con el programa de la OMS, se inició en la reunión celebrada en Barcelona (1987), donde se puso la primera piedra. Posteriormente, la firma del convenio (1988) entre el Ministerio de Sanidad y Consumo, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y el Ayuntamiento de Barcelona, sirvió para la creación legal de la Red, la cual se dará a conocer durante el 1er Congreso Español de Ciudades Saludables, celebrado en Alicante (1989).

Posteriormente, se han celebrado los congresos de Pamplona (1990), Zaragoza (1993), Santander (1994) y Madrid (aunque éste último fue celebrado conjuntamente con otras instituciones que trabajan sobre el tema de ciudades ecológicas, denominándose "Congreso de Ciudades Saludables y Ecológicas". 1995). Los frutos de estas reuniones, han sido, entre otras cosas, la creación de las Redes Autonómicas de Ciudades Saludables, a saber: Red Andaluza, Red de Castilla La Mancha, Red Catalana, Red Navarra, y Red Valenciana, que garantizan la consecución de los objetivos de la Red española, y la meta genérica del proyecto, cual es la promoción de la salud y el bienestar de los ciudadanos.

Por otra parte, en el ámbito del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), a mediados de los 80, se decide implementar el Programa de Gestión Urbana, PGU (1986), que es una iniciativa de cobertura mundial, impulsada para fortalecer la gestión urbana en los países en desarrollo. Ejecutado por el Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, (UNCHS/HABITAT), y el Banco Mundial (Proyecto Desarrollo Urbano), el programa adicionalmente cuenta con el apoyo de varios países (Alemania, Dinamarca, Irlanda del Norte y Reino Unido) y la colaboración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quién contribuye con sus conocimientos en materia de salud ambiental, así como otras organizaciones multilaterales, bilaterales y no gubernamentales, estas últimas de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos de América, Reino Unido y Suecia.

El PGU está concebido para un horizonte temporal de diez años (1986 - 1996), y básicamente tiene como propósito la cooperación técnica con los países en desarrollo en la generación de las capacidades locales de gestión para enfrentar problemas en cinco áreas:

Los actores fundamentales son los propios países en desarrollo, en los niveles nacionales, regionales, municipales y locales, siendo el objetivo final incrementar la contribución de las ciudades al desarrollo económico y social, a través del diseño de estrategias que posibiliten la erradicación de la pobreza. En este contexto, el programa desarrolla diversas actividades que contribuyen a la generación de esta capacidad de gestión: consultas a nivel de ciudad y país, paneles regionales, elaboración de informes, sintésis y apoyo técnico global.

En otro orden de cosas, la publicación del Informe: "Nuestro Futuro Común", de la Comisión Brundtland (1987), significó un revulsivo a la forma de pensar de la comunidad internacional, entre otras razones, debido al esfuerzo por articular la relación entre naturaleza y sociedad, así como por los elocuentes datos presentados, sobre el consumo de energía y alimentos en el mundo: los países desarrollados, con sólo el 26 por 100 de la población mundial, consumen el 80 por 100 de la energía, el acero y otros metales, y el papel del mundo; y el 40 por 100, aproximadamente, de todos los alimentos. Igualmente son responsables del empobrecimiento del planeta a consecuencia de la progresiva pérdida de la biodiversidad y los recursos naturales. Todo lo cual sirvió para entronizar el concepto de sustentabilidad y su corolario, el desarrollo sostenible. Dichos conceptos son integrados rápidamente a la retórica política, alcanzando una amplia difusión, de forma que tanto los gobiernos, como las organizaciones sociales, utilizan estos términos para justificar los actos que se proponen llevar a cabo. Se debe puntualizar que el concepto entendido en la actualidad como Desarrollo Sostenible, es decir "un desarrollo capaz de asegurar la satisfacción de las necesidades actuales, sin poner en peligro o comprometer la subsistencia de las futuras generaciones" se asemeja, e incluso ,como dice I. Sachs (1992), es la traducción anglosajona, del concepto que en los primeros años de la década del 70, se denominó Ecodesarrollo.

El "Informe Brundtland", fue ampliamente difundido, y al parecer, fue tomado en cuenta por los gobiernos en la elaboración de los programas sobre medio ambiente y desarrollo. En particular, la Comisión Europea, en la redacción del Cuarto Programa de Medio Ambiente (1987-1992), subraya la necesidad de un planteamiento integrado en relación con el Medio Ambiente Urbano. De hecho, posteriormente, la elaboración del "Libro Verde sobre el Medio Ambiente Urbano" ( 1990, aprobado por el Consejo de Ministros, en 1991), parte desde una concepción integral, e insiste en que se debe superar el enfoque sectorial en el tratamiento de los problemas urbanos, lo cual significa, no sólo, dirigirse a las causas más próximas de la degradación ambiental, sino examinar también las opciones sociales y económicas que constituyen la auténtica raíz del problema. Evidentemente, dichos lineamientos se formulan como un primer paso para iniciar el debate y la reflexión, y se proponen señalar posibles líneas de actuación sobre esta temática.

De acuerdo al dictamen del Comité Económico y Social (VII - 1991), en el Libro Verde se expone la problemática relacionada con el medio ambiente urbano, y se hace un amplio análisis de las causas de la degradación urbana. En un segundo capítulo se formulan los objetivos y directrices tendientes a una mejora del medio ambiente urbano. Una vez expuestos los eventuales instrumentos de actuación comunitaria, se especifican los diferentes ámbitos y las medidas aplicables a toda la Comunidad:

Para todos estos ámbitos se formulan propuestas de líneas de actuación comunitaria. Dichas propuestas, sin embargo, no deben considerarse como planes ejecutables, sino como ejemplos de medidas posibles o necesarias. La Comisión elabora de modo instrumental -teniendo en cuenta la competencia limitada de la Comunidad- recomendaciones, medidas de apoyo, etc., que en su mayor parte deben aplicarse directamente a las ciudades.

En síntesis, el Libro Verde, representa la primera iniciativa útil de la Comisión Europea en el ámbito del Medio Ambiente Urbano, ofreciendo un marco de actuación política para su mejora. La preocupación por la solución de los problemas urbanos obedece no sólo a contribuir en gran medida a resolver los problemas ambientales más acuciantes a nivel mundial, en particular el efecto invernadero y la lluvia ácida, sino porque en las ciudades se concentra la mayor parte de la población, la actividad económica y consecuentemente las emisiones de gases y residuos. A su vez, en las ciudades se toman decisiones a largo plazo, y a menudo de forma irreversible, sobre inversiones en infraestructuras, suministro energético, industrial y tratamiento de aguas y de residuos. A tenor de lo expuesto, la ciudad es el principal centro de acción para el estudio y mejora del medio ambiente urbano. Pero para poder obtener mejoras sensibles será necesario actuar tanto a nivel nacional como comunitario, comparando las respectivas funciones y responsabilidades en un marco de cooperación. A nivel comunitario, es importante que las distintas políticas sectoriales tengan debidamente en cuenta los problemas de las zonas urbanas, y que converjan hasta llegar a constituir una estrategia comunitaria para las ciudades de Europa. (Libro Verde. 1991).

Retomando la secuencia cronológica de los proyectos, el inicio de la década del 90, está marcado por un hecho relevante en la relación entre ambiente urbano y educación. Esta preocupación, que nace desde la perspectiva de los gobiernos locales, se había gestado en un encuentro de ciudades, y en Barcelona, al calor de la preparación de los Juegos Olímpicos, surgió la idea de definirse como ciudad educadora, para vivir la fiesta olímpica mundial en paz y libertad. Para el efecto, organizado por el Ajuntament de Barcelona, se celebro del I Congreso de Ciudades Educadoras (1990), evento en el que se discutieron un conjunto de aproximaciones teóricas a la concepción de la ciudad educadora, expresión de gran contenido significativo que, en definitiva, plantea la consideración de las posibilidades educativas del conocimiento de la ciudad y las experiencias de relación entre ciudad y escuela, entre educación y nuevas redes culturales.

El resultado del Congreso se plasmó en la aprobación de la Carta de Ciudades Educadoras, declaración de intenciones que contiene veinte puntos de compromiso, aceptados y firmados por los gobiernos locales de las ciudades que querían ser y reconocerse como ciudades educadoras. Posteriormente, se han celebrado los congresos de Göteborg (1992), y Bolonia (1994), que han servido para formar la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras, con el objetivo de ofrecer experiencias e ideas y acoger, avalar e integrar otras, en un proceso de enriquecimiento. Igualmente se crea el Banco Internacional de Experiencias de Ciudades Educadoras, donde se recogen las numerosas experiencias en este campo. Finalmente se debe destacar que la comisión permanente, formada ya por representantes de ciudades de los cinco continentes, dibuja una posible articulación continental, regional y nacional dentro de la asociación.

En el ámbito de la atención de los problemas urbanos, el Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, CNUAH (UNCHS), emprende (1990), conjuntamente con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA (UNEP), el Programa Ciudades Sustentables, (Sustainable Cities Programme). Dicho programa fue concebido para proveer a las autoridades locales de técnicas y habilidades para el mejoramiento de la planificación urbana, medioambiental y la capacidad de gestión. El programa tiene proyectos de demostración en catorce ciudades en todo el mundo, a saber: Concepción (Chile), Guayaquil (Ecuador), Tunis (Tunez), Ibadan (Nigeria), Accra (Ghana), Dakar (Senegal), Dar-es-Salaam (Tanzania), Ismailia (Egipto), Katowice (Polonia), Madras (India), Shenyang, Wuham (China) y otras ciudades secundarias de Indonesia; uno de los propósitos, es fomentar y compartir experiencias y habilidades entre ciudades de diferentes regiones del planeta. Los proyectos no solamente buscan redefinir lo que una ciudad necesita para alcanzar un desarrollo sostenible y saludable, sino que además se están rediseñando los medios para alcanzar mayor presencia de áreas verdes. Para ello se organizan grupos especiales en los que participan representantes de los gobiernos locales, organizaciones no gubernamentales, comunidades de base y el sector privado. Estos grupos formulan estrategias para enfrentar diversos problemas urbanos, como la eliminación de desechos y el uso de terrenos públicos.

El Programa de Ciudades Sustentables continúa un proceso que empezó cuando el PNUMA (UNEP) y el Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, (UNCHS/HABITAT), colaboraron en el desarrollo de las directrices medioambientales para la gestión y planificación de asentamientos, publicada conjuntamente en 1987. Adicionalmente, el programa está estrechamente unido a otros proyectos en curso, enfocados hacia la mejora del Medio Ambiente Urbano y sus relaciones con el desarrollo, como son el Programa de Gestión Urbana (PGU), reseñado con anterioridad, y que está promovido por el PNUD (UNDP), (UNCHS), el Banco Mundial, y otras organizaciones; y el Programa de Mejora del Medio Ambiente Metropolitano, promovido también por el PNUD (UNDP), y el Banco Mundial.

Por otra parte, en el marco del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, a principios de esta década, durante el Congreso Mundial de "Gobiernos Locales para un Futuro Sostenible", celebrado en las Naciones Unidas en New York (1990), y patrocinado por la Unión Internacional de Autoridades Locales (IULA), representantes de más de dos centenares de autoridades locales de todas partes del mundo, fundaron el Consejo Internacional para las Iniciativas Medioambientales Locales (ICLEI), con el propósito de constituirse como una red de autoridades locales, para facilitar el intercambio de experiencias entre pueblos, ciudades y países, y difundir ejemplos de buena práctica medioambiental. Un dato destacable es que, un año más tarde (1991), más de un centenar de ciudades firmaron la declaración de Toronto sobre Ciudades en el Mundo y su Medio Ambiente, comprometiéndose a la preparación de planes de desarrollo sostenible.

En 1992, cerca de medio centenar de ciudades tomaron parte en el Foro Urbano Mundial, uno de los eventos asociados con la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED); en este evento se firmó el Compromiso de Curitiba para el Desarrollo Urbano Sostenible. En muchas direcciones este compromiso proporciona directrices para la acción en las ciudades y anima a seguir preparando planes de acción para el desarrollo sostenible en consulta con las comunidades locales.

Actualmente, ICLEI está facilitando la puesta en práctica de la Agenda Local 21, que desarrolla a nivel local los planteamientos del Programa 21 (aprobado en la Conferencia de Río 92), agilizando los procesos de gestión y promoviendo las asociaciones entre gobiernos locales y otros sectores, con miras a establecer pautas para alcanzar modos de crecimiento social y económico sostenibles. Además, está apoyando el Programa Modelo de Comunidades (Model Comunities Programme),y la Campaña Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles (The European Sustainable Cities and Towns Campaign).

Sin lugar a dudas, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, CNUMAD (UNCED), también conocida como la "Cumbre de la Tierra", celebrada en Río de Janeiro (1992), sirvió para llamar la atención mundial sobre la necesidad de cuidar la salud del planeta y promover el desarrollo sostenible a escala global. Fruto de las deliberaciones de las distintas comisiones, sus principales resultados fueron: la Declaración sobre Medio Ambiente y Desarrollo; el Programa 21; el Convenio sobre la Diversidad Biológica; la Convención Marco sobre el Cambio Climático; y la Declaración de principios respecto de los bosques.

La Unión Europea, tuvo un papel destacado en las negociaciones de Río, firmando los acuerdos sobre el Cambio Climático, y las acciones que hay tomar para reducir las emisiones de carbón; todos los estados miembros se comprometieron a la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo y apoyaron la Agenda 21, un detallado programa de acción que esboza los caminos y medios para llevar a cabo los propósitos de la Cumbre.

El Programa 21, aprobado por todos los países miembros de Naciones Unidas, refleja un nuevo compromiso político al más alto nivel en favor del desarrollo sostenible, convirtiéndose en un plan de acción internacional para entrar en el siglo XXI. Dicho programa es un documento complejo, que contiene cuarenta capítulos; cada capítulo esta dividido en una o varias áreas de subprogramas, y contiene una amplia variedad de actividades que deben llevar a cabo los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales y/o el sector privado. Al respecto, la Asamblea General de las Naciones Unidas (1993), ha establecido, en el marco del Consejo Económico y Social, una Comisión de alto nivel sobre Desarrollo Sostenible, (CSD), integrada por representantes de cincuenta y tres países escogidos al efecto, con el fin de supervisar la marcha de la ejecución del Programa 21. En este sentido, los respectivos gobiernos deberán preparar estrategias nacionales para el desarrollo sostenible y remitir informes progresivos a la Comisión de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (CSD), quien controlará los progresos de los acuerdos alcanzados en Río.
La Unión Europea, haciéndose eco de los principales aspectos tratados en la Cumbre de la Tierra/Conferencia de Río 92, relacionados con la superpoblación, el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la deforestación, la contaminación, la capa de ozono y el reciclaje de residuos, decide realizar un cambio considerable de su política con respecto al Medio Ambiente, con la creación del Quinto Programa de acción titulado "Hacia un desarrollo sostenible. Programa Comunitario de Política y Actuación en materia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, para el período 1993 - 2000". Dicho programa no sólo se preocupa por la protección del Medio Ambiente, sino que aborda las formas de gestión del crecimiento futuro, tratando de abordar las causas de fondo, más que los síntomas de los problemas ambientales. Resalta el concepto de responsabilidad conjunta y compartida en relación con el medio ambiente, en lugar de un criterio jerarquizado, e introduce la idea de que no podemos utilizar libremente ni abusar del Medio Ambiente terrestre, el cual, al igual que los factores de producción, tiene un valor y un precio que han de reconocerse.(Diario Oficial de las Comunidades Europeas, N. C 138/5.1993)

En lo que tiene relación con el ambiente urbano y las ciudades, el programa concretamente hace hincapié en el uso racional de los recursos. En primer lugar producir menos y utilizar lo que se produce de forma más eficaz; en este sentido, reutilizar y reciclar es un aspecto vital si queremos conservar los recursos finitos. La gestión de residuos debe basarse en los principios de evitar los desechos, recuperar (reciclando o reutilizando) la mayor cantidad de residuos posible y asegurarse de que los restantes se eliminen de forma segura y eficaz. Por otra parte, también es muy importante tomar medidas relacionados con el consumo energético, con el fin de reducir las emisiones de CO2. De forma prioritaria se debe potenciar la utilización de fuentes de energía renovables y no contaminantes, así como la recuperación de energía residual de los procesos industriales para generar electricidad y calor.

La adopción del Quinto Programa marco, significa implementar nuevas acciones en materia medioambiental, las cuales vienen a reforzar las directrices apuntadas en el Libro Verde, favoreciendo la elaboración de nuevas estrategias. Esta oportunidad será aprovechada por el grupo de expertos sobre medio ambiente urbano, que la Comisión había creado con representantes de los países miembros y especialistas independientes, y que por resolución del Consejo de Ministros, se les había encomendado las tareas siguientes:

Aplicados en sus tareas, y apoyados por un ambiente favorable, tanto a nivel internacional (directrices emanadas de la Cumbre de la Tierra y la Agenda 21), como a nivel europeo, por la aparición del Quinto Programa de acción ("Hacia un desarrollo sostenible"), asi como el Libro Blanco sobre el Crecimiento la Competitividad y el Empleo, elaborado por la Comisión (XII - 1993), donde se dan muestras del cambio de prioridades políticas en cuanto a las relaciones entre la Economía y el Medio Ambiente, el grupo de expertos propone la realización del Proyecto Ciudades Sostenibles (1993), con los siguientes objetivos:

Dicho proyecto tiene un horizonte temporal de dos años (1993-1995) y ,de acuerdo al primer informe (1994), se plantea la posibilidad de orientar sobre la evaluación de la sostenibilidad fundamentada en la teoría de ecosistemas. Esto significa, por ejemplo, que se deben tomar en consideración los impactos de la política y de la acción sobre el consumo de energía y de recursos, la producción de desechos, la capacidad regional del transporte y las cuestiones ambientales que afectan a la calidad de vida (tranquilidad y acceso a los espacios abiertos). También debe prestarse especial atención a los efectos que acrecientan, o erosionan, la capacidad de autoregulación de un sistema, y reconocer la interconexión existente entre las dimensiones ambientales, económicas y sociales [Fudge Colin , 1994].

Por otra parte, se abordan temas como la materialización de los conceptos de sostenibilidad, haciendo énfsis en el pensamiento sobre ecosistemas; la aplicación de principios e instrumentos a áreas clave de actuación política; la relación entre sostenibilidad y economía urbana; la integración del medio ambiente urbano y la ordenación del territorio; el medio ambiente urbano en relación con la movilidad y la accesibilidad; recomendaciones para las directrices políticas, la práctica y la investigación; y los temas claves en la gestión urbana para el desarrollo sostenible.

Finalmente, se anuncia que los resultados previstos del proyecto son un informe sobre actuación política, una guía de buenas prácticas y una base de datos sobre lo ya realizado. Además, hay que resaltar, en relación al proyecto ciudades sostenibles, las nuevas acciones emprendidas tales como la Iniciativa Comunitaria Urban (1994), cuyos proyectos inciden sobre tres ejes fundamentales: renovación urbana, animación socioeconómica, e integración social. Así como apuntar el apoyo que se recomienda, sobre todo, a las campañas ambientales orientadas a lograr la sostenibilidad a nivel local y mundial, como por ejemplo las campañas sobre: "Ciudades en favor del clima" y el "Club de ciudades sin coches".

Otras iniciativas que también cuentan con el apoyo de la Comisión Europea (cofinanciamiento de fondos) son los Proyectos Integrales de Revitalización de Barrios en Crisis, impulsados por la Asociación Internacional para la Revitalización de Barrios en Crisis, y en el que están participando Madrid y Toledo; los trabajos de la Asociación de Ciudades Metropolitanas Europeas, Eurocities, que actualmente cuenta con cincuenta y ocho miembros, de los cuales cinco son ciudades españolas: Barcelona, Madrid, Málaga, Valencia, Valladolid, y Vigo. Esta iniciativa está enfocada hacia trabajos relacionados con mejores prácticas de proyectos urbanos. Precisamente, en el caso español se han seleccionado la Campaña de Regeneración urbana de Barcelona, que ha venido ejecutándose desde el período 1986-1992, y continuará hasta 1999; y el Plan Estratégico para la revitalización de Bilbao Metropolitano (1989).

En el contexto de las directrices emanadas del Quinto Programa de acción de la Unión Europe en materia de Medio Ambiente (1993-2000), la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, en su Programa cuatrienal de trabajo (1993-1996), recoge los objetivos de sostenibilidad y, en concreto, las cuestiones relativas al desarrollo sostenible que se ven reflejadas en el capítulo 5: "Aspectos Socioeconómicos del Medio Ambiente". En el marco de este capítulo, los principales proyectos directamente relacionados con el tema de la la sostenibilidad urbana son:

Dichos proyectos están integrados bajo el principio rector de la sostenibilidad en sentido amplio, es decir, sostenibilidad ambiental, social y económica y hacen hincapié en enfoques innovadores que puedan contribuir a la sostenibilidad de los asentamientos humanos y en el potencial de las áreas urbanas desde la perspectiva del desarrollo regional basado en consideraciones de tipo social, económico y ambiental. Actualmente se reconoce la importancia de un enfoque integrado hacia estas tres áreas, ya que están estrechamente relacionadas entre sí, por lo que el hecho de no prestar atención a alguna de ellas puede repercutir en las otras y poner en peligro los esfuerzos orientados a lograr la sostenibilidad. Del mismo modo, los esfuerzos realizados en cualquiera de ellas pueden utilizarse como instrumento para fomentar la sostenibilidad en las otras dos.

En relación, al tema del desarrollo regional sostenible, las recientes directrices del Documento "Europa 2000 + Cooperación para el Desarrollo del Territorio Europeo", elaborado por la DG.XVI, de la Comisión Europea. Bruselas,(1995), abordan de manera exahustiva esta temática, siendo de particular relevancia para las actuaciones que se quieran implementar en el ámbito de la sostenibilidad regional.

Para terminar este breve recuento de programas y proyectos internacionales, debemos mencionar el Programa Urbano de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OECD, que tiene como objetivos: realzar la comprensión de los ecosistemas de áreas urbanas; evaluar ejemplos de buena práctica en mejora del medio ambiente urbano y valorar la eficacia de políticas integradoras promovidas por autoridades locales y por otras agencias de los sectores público, privado o voluntarias, en varios niveles de gobierno. Un número de políticas generales y directrices principales han surgido desde este programa, todas ellas de gran relevancia en el ámbito urbano. Más recientemente, y de particular importancia para el tema que estamos tratando, es el "Proyecto Ciudad Ecológica", (The Ecological City Project) acordado por el grupo de asuntos urbanos de la OCDE para el período 1993 - 1995. Dicho proyecto está centrado principalmente en políticas de desarrollo y procesos de sosteniblidad ambiental.
Entre los objetivos del proyecto están la clarificación del significado de sostenibilidad para la ciudad y la búsqueda de estrategias integradoras para que ésto pueda ser conseguido. La integración parece trabajar mejor mediante la persecución de metas claras que son atrevidas y bastante importantes para requerir nuevos procedimientos y estructuras. En este sentido, una estructura integradora exige técnicas que puedan interactuar en distintos sectores de la compleja realidad urbana, alcanzando no sólo a las actividades u organización urbana, sino también al inventario crítico de los recursos consumidos en la ciudad y producidos por ella. Igualmente a la calidad de los servicios y los efectos de las actividades urbanas sobre otras regiones y el territorio.

Por último, en relación a la mejora de la sostenibilidad en las ciudades, o en nuevos asentamientos, se deben destacar las actuaciones de la la Academia Europea del Entorno Urbano, empeñada en llevar a la práctica la construcción experimental de asentamientos sostenibles en diversos países europeos (Alemania, Austria, Dinamarca, Grecia, Países Bajos y Suiza). También la Declaración por una ciudad accesible y habitable , síntesis de las cuestiones planteadas de cara a favorecer una mayor habitabilidad en las ciudades, fruto de los congresos celebrados en España sobre "Movilidad y Calidad Ambiental en las ciudades" (Granada 1993), y la "Ciudad accesible", (Toledo 1994). La elaboración de la "Carta de las Ciudades Europeas hacia la sostenibilidad", (conocida como La Carta de Aalborg, en el marco de la 1a Conferencia sobre Ciudades Sostenibles, celebrada en Aalborg , Dinamarca (1994) es otro ejemplo en este sentido. También, en relación al tema de las ciudades, recientemente la Asociación de Ciudades Metropolitanas Europeas, EUROCITIES, ha elaborado una Carta de Ciudades Europeas (Bolonia, 1995). Hacia la revisión de el Tratado sobre la Unión Europea, con lo cual se quiere reclamar mayor protagonismo al papel de las ciudades en la construcción de la nueva Europa.

En conclusión, tras la presentación de este mosaico de iniciativas tendentes a la mejora del ambiente urbano, podemos decir que existe una clara percepción de los problemas que aquejan a las ciudades, aunque todavía no se ha acertado con soluciones válidas. Y no se trata de buscar recetas aplicables en cualquier lugar. Es obvio que la degradación ambiental es el elevado precio que se ha pagado por el desarrollo, tanto por parte de los países enriquecidos a su coste, como por los países empobrecidos económicamente por ésta misma causa. Quizás, el mayor conflicto que actualmente confronta la afanosa búsqueda del desarrollo, es que los países pobres están empeñados y quieren seguir el modelo de los países ricos.

En este contexto, en los países industrializados avanzados, la actual situación medioambiental que afecta de cerca a la calidad de vida, la salud y al futuro de los ciudadanos no sólo pasa por la búsqueda de metodologías innovadoras o estrategias integradoras, que recuperen la visión global de la ciudad en relación con todo el territorio, sino que exige el planteamiento de medidas drásticas que pasan por modificar los hábitos de consumo. Algo que los propios ciudadanos no estarían muy dispuestos a realizar. En contraposición, la acuciante problemática de las ciudades del tercer mundo, exige pensar en formas alternativas al modelo urbano impuesto por la colonización europea, de manera, que recuperen y encuentren sus propios estilos de vida. En cualquier caso, tanto en el Norte como en el Sur es necesario un cambio radical de la voluntad política. Los numerosos datos e informes científicos sobre el perjuicio que está sufriendo el medio ambiente son alarmantes, y es necesario la cooperación de todos (políticos, planificadores, empresarios, financieros, sectores público y privado, organizaciones sociales, etc.), para hacer frente a este desafío y convertir la retórica sobre el medio ambiente en acciones concretas[2]. Existe preocupación por la certeza, que muchas de las principales batallas ambientales deberán librarse este decenio, pues el próximo siglo, puede ser demasiado tarde.

Alfredo Lozano

Fecha de referencia: 30-06-1997


1: El Nuevo estilo de vida imperante en las sociedades modernas y por consiguiente en la ciudad (se calcula que para el año 2000, más del 50 por 100 de la población mundial vivirá en las ciudades), está ocasionando graves problemas ambientales y necesidades, relacionadas con:

2: La calidad del aire en las ciudades, o para ser más precisos, la concentración y efecto combinado de contaminantes, sigue aumentando debido a las emisiones procedentes de vehículos de motor; las reservas de agua de la Comunidad, no han mejorado en los últimos 20 años. Desde 1970 el índice de retirada ha aumentado en un 35 por 100, no sólo en la región mediterránea, sino en toda la Comunidad. Hasta finales de siglo, la degradación física y química del suelo continuará, no sólo porque ha aumentado el uso de fertilizantes y pesticidas en un 60 por 100, en las últimas décadas, sino también debido a fuentes difusas de contaminación atmosférica. En cuánto a los residuos urbanos, la Comunidad produce más de 100 millones de toneladas al año. La mayoría se destinan a los vertederos, aumentando así el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas y del suelo.

Documentos > La Construcción de la Ciudad Sostenible > http://habitat.aq.upm.es/cs/p5/a021.html
 
Ciudades para un Futuro más Sostenible
Búsqueda | Buenas Prácticas | Documentos | Boletín CF+S | Novedades | Convocatorias | Sobre la Biblioteca | Buzón/Mailbox
 
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la EdificaciónDepartamento de Urbanística y Ordenación del Territorio