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Ciudades Educadoras


Fecha de inicio: 1987

Duración: continúa

Contexto geográfico de aplicación: Distintos países de la Unión Europea; Europa central y oriental; Rusia; Canadá; USA; América Latina; Africa y Oriente medio.

Organismos responsables: Instituto Municipal de Educación. Ayuntamiento de Barcelona.
Asociación Internacional de Ciudades Educadoras




Síntesis del contenido:


El concepto de Ciudad Educadora es una nueva dimensión complementaria y, hasta cierto punto, alternativa al carácter formalizado, centralista y a menudo poco flexible de los sistemas educativos, que conlleva implícita la interacción antre las propuestas de la educación formal, no formal e informal. Hay que asegurar, en primer lugar, un funcionamiento óptimo del sistema educativo formal, pero es preciso integrar en una misma perspectiva la acción educativa de los distintos ámbitos y agentes educativos a partir del diálogo y la colaboración.

Esta nueva dimensión tiende a crear una comunicación bidireccional en cada uno de los ámbitos citados, y a proporcionar una mayor vitalidad y funcionalidad educativa. También comporta considerar que la educación de los niños, jóvenes y ciudadanos en general no es sólo responsabilidad de los estamentos tradicionales (estado, familia y escuela) sino que también lo es del municipio, de las asociaciones, de las industrias culturales, de las empresas con voluntad educadora y de todas las instancias de la sociedad. Por ello hay que potenciar la formación de los agentes educativos no escolares y el fortalecimiento del tejido asociativo.

La ciudad es el marco de la intervención, pero ha de tener en cuenta la dimensión metropolitana y estar abierta a la cooperación con las ciudades de su entorno. La propia realidad urbana ha de ser un elemento determinante en la configuración de la acción educativa y ha de reequilibrar las desigualdades sociales que en ella se dan. Una ciudad educadora debe promover el respeto a la diversidad y facilitar la afirmación de la propia identidad cultural. A partir del conflicto y la confrontación propios de la vida urbana, es necesario facilitar sistemas de participación que permitan la acción transformadora de los individuos como ciudadanos y que eviten cualquier forma de discriminación.

Las acciones educativas que tienen lugar en un marco de ciudad educadora han de integrar el conocimiento y la vivencia del territorio. Vivencia de los conocimientos y conocimiento de las vivencias y posibilidades que nos ofrece la ciudad como escenario del desarrollo activo de los ciudadanos, en especial de los niños y jóvenes. El objeto prioritario es la formación de ciudadanos conocedores de sus derechos y obligaciones respecto a la colectividad que, a partir del conocimiento y la identificación con la propia ciudad, lleven a cabo una acción participativa y transformadora de la misma.

El conocimiento de la ciudad se hace a partir de dos tipos de programas: las ofertas educativas orientadas a descubrir y conocer la ciudad, y los programas que se refieren a la ciudad como marco de referencia de los problemas y de las posibles soluciones. Dichos programas pretenden, por una parte, el conocimiento a partir de la observación o la experiencia para identificarse con la ciudad y crear hábitos cívicos y, por otra, formar una nueva ciudadanía activa y comprometida que aprende participando y ayudando a encontrar respuestas alternativas.

Los programas de conocimiento de la ciudad los reciben, por otra parte, de forma casi exclusiva los escolares. Sería preciso ampliarlos a otros sectores de población implicando en ellos a todo tipo de organizaciones sociales, sobre todo a las de carácter asociativo.

En el marco de la ciudad educadora las administraciones locales tienen como función básica la promoción de la participación ciudadana en la gestión y transformación de su ciudad potenciando aquellas acciones que impliquen la interacción entre niños, jóvenes, adultos y ancianos. Por esta razón es preciso que promuevan la formación específica de los distintos agentes educativos y la participación e iniciativa ciudadana poniendo los recursos necesarios a su disposición.

Los gobiernos locales, como administración más próxima a los ciudadanos, deben velar por la racionalización y el equilibrio de la oferta educativa que se da en su territorio, priorizando los sectores de población más desfavorecidos. Por ello optarán por una colaboración activa con los demás niveles de la administración y favorecerán la participación de agentes económicos y sociales, y de todos los ciudadanos en general, en la planificación de las acciones educativas.

Además de promover la existencia de propuestas y recursos educativos, las administraciones locales asegurarán un sistema de información que garantice el acceso de todos los ciudadanos a la oferta educativa. El desarrollo de medios de comunicación de carácter local puede ser una fórmula válida para la consecución de los objetivos propuestos, al igual que los sistemas de difusión por medio de los maestros y otros agentes educativos y sociales que tienen efectos multiplicadores.

También se valora la necesidad de establecer sistemas de evaluación en profundidad para conocer el impacto de las iniciativas educativas que se lleven a cabo en el territorio, ya que actualmente sólo se dispone de datos cuantitativos.

En este sentido también es necesario promover espacios de diálogo e intercambio entre ciudades (Congresos, Talleres, etc.), para ofrecer la posibilidad de confrontar la propia experiencia con la de otros, y ayudar a objetivar los problemas, los modelos de intervención, las metodologías de trabajo y, por tanto, a consolidar o reformar la propia experiencia. Y estos espacios de debate e intercambio han de hacerse extensivos a técnicos y a agentes sociales que no trabajan específicamente en el campo educativo pero que tienen una fuerte incidencia en la configuración de nuestras ciudades, como son los urbanistas, los profesionales de los medios de comunicación y otros. Y han de ampliar el ámbito de reflexión a otros sectores de edad, incluyendo experiencias más diversas y desvinculadas del sistema escolar, y sobre todo las que comportan una interacción entre los distintos ámbitos educativos y los diferentes sectores de edad. (Informe Final. I. Congreso Internacional de Ciudades Educadoras. Barcelona 1990).

Alfredo Lozano

Fecha de referencia: 30-06-1997

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