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3.11. Integrar las redes peatonales y ciclistas con las zonas verdes
Tanto si las redes peatonales y ciclistas se utilizan para los
desplazamientos obligatorios por la ciudad como para el ocio, el hecho
de que puedan separarse del tráfico normal de una calle corredor es
siempre un criterio de diseño adecuado y el proyectista debería de
tender a conseguirlo. Al tratarse de un indicador básicamente de
diseño de las redes es complicado legislar al respecto e incluso
ejemplarizarlo en una guía de forma que su inclusión en un catálogo de
recomendaciones sería la opción más adecuada.
3.12. Aumentar el espacio disponible para el peatón
Durante muchos años el espacio que tradicionalmente se le asignaba al
peatón ha venido disminuyendo paulatinamente a favor de los medios de
circulación motorizados. Esta tendencia parece que se está invirtiendo
de forma que muchos de los centros urbanos (sobre todo los históricos)
están siendo peatonalizados con el consiguiente aumento del espacio
disponible destinado al peatón. Sin embargo esta situación no está
recogida en ninguna legislación urbanística autonómica (un par de
menciones indirectas) a pesar de que sería relativamente sencillo
establecer un estándar que relacionase los metros cuadrados destinados
al peatón con el número de habitantes, la superficie construida o los
metros cuadrados de calzada destinados al transporte motorizado.
3.13. Construir redes peatonales y ciclistas de barrio
Es evidente su necesidad si se apuesta por el barrio como unidad de
identidad ciudadana y como pieza clave en la organización de la
ciudad.
3.14. Disponer aparcamientos para bicicletas
Existe un estándar ya consolidado en la legislación urbanística
española que es la fijación de un número mínimo de plazas de
aparcamiento para vehículos automóviles lo que no deja de ser una
perversión desde el punto de vista de incentivar el transporte
colectivo. Pero no en lo que se refiere al aparcamiento para
bicicletas que, por el contrario, sí parece interesante para mejorar
la sostenibilidad de los desplazamientos.
3.15. Integrar la bicicleta con el transporte público
Este indicador debería ser más bien propio de los pliegos de
condiciones de las concesiones del transporte colectivo y ser objeto
de consideración por parte de los responsables de dichos medios de
transporte aunque también podría legislarse al respecto obligando a
los concesionarios de las líneas (o a la propia administración) a
reservar espacios o sistemas que permitieran el transporte de
bicicletas en autobuses, tranvías o trenes.