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Con el fin de analizar las políticas españolas para barrios
desfavorecidos se realizó un estudio de apoyo (ver créditos), cuyo
método de trabajo fundamental fueron las entrevistas a responsables
de distintas administraciones y de cincuenta actuaciones en barrios
seleccionadas por su posible interés.
Posteriormente, una vez preparada la base de datos de los censos
con la que se realizaron los estudios del capítulo 3, se analizaron
las características de los cincuenta barrios con actuación pública,
que como se verá no pueden considerarse en todos los casos barrios
desfavorecidos con arreglo a los criterios del capítulo 3.2.
En el apartado 4.1. se exponen las políticas de los tres niveles de
la Administración, más directamente relacionados con estas
actuaciones, poniendo ejemplos de las cincuenta estudiadas.
En el apartado 4.2. se analizan las actuaciones en tres grupos:
Cascos Históricos, Promociones de Vivienda y otros Barrios
periféricos. Asimismo se exponen los principales factores de
vulnerabilidad encontrados en los barrios estudiados.
En el apartado 4.3. se presentan las características estadísticas
de los cincuenta barrios, utilizando los mismos indicadores de los
estudios presentados en el capítulo 3.
Se detecta, en nuestro país, una relativa escasez de instrumentos
concebidos para afrontar los problemas de las áreas urbanas
vulnerables. Existe, lógicamente, experiencia en el diseño de las
políticas que cada ente público prepara con el fin de alcanzar los
objetivos propuestos en su respectivo ámbito de competencia. Pero
cuando se analiza la práctica de actuación de las administraciones
se observa que los casos en los que se han abordado políticas
focalizadas suelen consistir en la superposición de varias de estas
políticas sobre un barrio, lo que no supone una aportación a la
forma de intervención.
Con el fin de profundizar en el estudio de la actuación pública, se
consideró oportuno analizar una cincuentena de barrios en los que
se hubieran desarrollado, o se estuvieran desarrollando,
actuaciones de mejora, para comprobar las características de estos
barrios, conocer qué medidas se estaban aplicando, y considerar el
alcance efectivo de la interacción de las diferentes capas de la
acción pública. De esta forma, aunque no fuera posible un análisis
con profundidad, se tendría una información cualitativa sobre la
problemática de los barrios, tal y como la han ido definiendo las
administraciones, en base a intereses sectoriales y a
reivindicaciones ciudadanas.
En la siguiente tabla se presenta la relación de las actuaciones
estudiadas y las programas supramunicipales a los que los
municipios se han acogido, en su caso.
En los años de la transición política, la acción ciudadana fue
especialmente intensa y muchos de los nuevos gobiernos democráticos
municipales mostraron su voluntad de poner solución a la
desarticulación urbana. Como consecuencia, la década de los ochenta
se saldó con una mejora patente de las infraestructuras y de las
condiciones de las viviendas, aunque ello no se viese acompañado de
forma adecuada por intervenciones en las causas que estaban
provocando situaciones de deterioro de la calidad de vida, como: la
precarización de empleo, la escasa vida local política y social, el
malestar social vinculado a situaciones de inseguridad ciudadana
(droga, vandalismo, etc.), la dificultad de crear una sociedad
multicultural integrando nuevos inmigrantes, etc.
En los últimos años se han preparado algunos programas con una
mayor integralidad de actuación, en parte como consecuencia de la
extensión a nuestro país de las prácticas administrativas propias
de los fondos europeos. Pero no se cuenta con mecanismos de
seguimiento y evaluación que permitan aprender de la experiencia.
La esfera privada, hasta ahora, ha colaborado escasamente con la
pública en el establecimiento de operaciones mixtas integradas,
frecuentes en otros países. Existe experiencia de colaboración, en
el mundo de las operaciones de urbanización reguladas vía convenio
urbanístico, creación de consorcios, etc.; pero en el ámbito de las
políticas destinadas a intervenir en áreas urbanas vulnerables, la
experiencia no es la misma. En este contexto se incluyen en la
esfera privada tanto a las organizaciones mercantiles (empresas),
como a las entidades sin ánimo de lucro que canalizan los
movimientos surgidos en la sociedad civil (asociaciones vecinales,
temáticas, organizaciones no gubernamentales, etc.).
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU (1) |
Pob |
Programas Supramunicipales (1) |
1 |
Almería |
La Chanca |
PM |
2.752 |
MTAS-ARI-JA-(U) |
2 |
Cádiz |
Santa María y Populo |
CH |
8.257 |
URBAN1 |
3 |
Córdoba |
Las Moreras |
P40/60 |
6.307 |
JA-Conv. Plan comunitario |
4 |
Granada |
Cartuja-La Paz-Almanjayar |
P40/60 |
23.272 |
JA-MTAS-(U) |
5 |
Huelva |
Marismas del Odiel |
PM |
3.759 |
POB3-JA-URBAN1 |
6 |
Huelva |
Hispanidad y Torrejón |
P40/60 |
6.368 |
MTAS-JA |
7 |
Jaén |
Las Magdalenas-Vicente de Paul |
CH |
4.090 |
JA |
8 |
Jerez de la Frontera |
Rompechapines |
CH |
4.758 |
PERI- (U) |
9 |
Línea de la Conc. (La) |
La Atunara |
PA |
5.930 |
JA |
10 |
Línea de la Conc. (La) |
Junquillo |
P60/75 |
10.385 |
JA |
11 |
Lebrija |
Huerta Macena |
P75/90 |
1.849 |
JA |
12 |
Málaga |
Centro Histórico |
CH |
6.826 |
URBAN1 |
13 |
Málaga |
La Palma-Palmilla |
P60/70 |
21.053 |
JA |
14 |
Sevilla |
Poligono Sur |
P60/75 |
20.908 |
JA |
15 |
Sevilla |
San Luis-Alameda |
CH |
7.180 |
PERI-URBAN1 |
16 |
Zaragoza |
Casco Histórico |
CH |
9.990 |
PERI-MTAS-HORIZON-(U)-URBAN2 |
17 |
Gijón |
La Calzada-Natahoyo-Tremañes |
MX |
31.743 |
INEM-FSE |
18 |
Langreo |
Espacio Central |
MX |
21.690 |
MTAS-Conv.MFom/PA-URBAN1 |
19 |
Palma de Mallorca |
Herreria |
CH |
7.498 |
PERI/ARI-CAB-(U)-URBAN2 |
20 |
Palmas de G. C. (Las) |
La Isleta |
EN |
19.874 |
URBAN1 |
21 |
Telde |
Jinamar |
P75-90 |
25.000 |
MTAS-(U)-URBAN2 |
22 |
Toledo |
Santa María Benquerencia |
P60/75 |
12.880 |
URBAN1 |
23 |
Valladolid |
España-San Pedro Regalado |
MX |
5.941 |
PERI-URBAN1 |
24 |
Badalona |
Serra D'En Mena |
MX |
24.048 |
URBAN1 |
25 |
Barcelona |
Ciutat Vella |
CH |
90.612 |
PERI/ARI-LEADER-FCOHE-(U) |
26 |
Cornellá de Llobregat |
Sant Ildefons |
P60/75 |
28.348 |
(U) |
27 |
Girona |
Casco Histórico |
CH |
2.541 |
POB3-ARI-MTAS |
28 |
Girona |
Font de la Polvora (Onyar) |
P75/90 |
2.307 |
POB3 |
29 |
Prat de Llobregat (El) |
San Cosme |
P40/60 |
9.872 |
GC-MTAS-(U) |
30 |
Sant Adriá de Besós |
La Mina |
P60/75 |
10.694 |
GC-MTAS-(U) |
31 |
Sant Joan Despí |
Les Planes |
PP |
12.383 |
(U) |
32 |
Sta Coloma de Gram. |
Zona Sur |
MX |
41.756 |
Obj2/3-NOW-(U)-URBAN2 |
33 |
Sabadell |
Centro de la Ciudad |
CH |
23.891 |
URBAN1 |
34 |
Tarragona |
Barrio Poniente |
P60/70 |
19.798 |
(U) |
35 |
Badajoz |
Plaza Alta |
CH |
4.405 |
URBAN1 |
36 |
Cáceres |
La Ribera del Marco |
CH |
7.613 |
INEM/ET-(U) |
37 |
Coruña (A) |
Barrio Sudeste |
MX |
17.881 |
URBAN1 |
38 |
Vigo |
Casco Histórico |
CH |
11.221 |
PERI-URBAN1 |
39 |
Coslada |
Santiago y la Cañada |
PM |
1.093 |
(U) |
40 |
Madrid |
Periferia Sur |
MX |
1.204.347 |
CM Ofic Act. Prefererntes (OCAP) |
41 |
Melilla |
Reina Regente |
PM |
5.419 |
(U) |
42 |
Cartagena |
Casco Histórico |
CH |
7.805 |
PERI-URBAN1 |
43 |
Murcia |
Espinardo |
MX |
7.660 |
(U) |
44 |
Valencia |
Velluters (Incl. Plan Riva) |
CH |
4.430 |
GV-URBAN1 |
45 |
Valencia |
Centro Histórico (Plan Riva) |
CH |
22.580 |
GV-ARI-MTAS |
46 |
Valencia |
Distrito Marítimo |
PP |
58.643 |
GV |
47 |
Barakaldo |
Galindo-Borde del Casco |
MX |
15.795 |
PERI-URBAN1 |
48 |
Bilbao |
Bilbao La Vieja |
CH |
8.020 |
PERI-PPiloto |
49 |
Orihuela |
Centro Histórico |
CH |
6.716 |
PERI-GV |
50 |
Alicante/Alacant |
Casco Antiguo |
CH |
1.660 |
GV/PERI |
Fuente: La intervención pública en Áreas Urbanas Vulnerables, Cia. Planificadora, DGACC, MOPTMA, 1996.
(1) Para las siglas, ver glosario en el anexo.
La existencia de tres niveles en la administración pública con
competencias sobre el territorio (general, autonómica y municipal),
la especificidad de las políticas practicadas por cada autonomía,
y la particular naturaleza de los problemas en las distintas partes
del país, hacen que las políticas acometidas en las diferentes
regiones sean muy variadas.
Para lograr que sean más efectivas es necesario conocer mejor las
dificultades que han provocado situaciones de vulnerabilidad en
numerosos enclaves urbanos, e impulsar la cooperación de todas las
administraciones cuyas competencias concurren en la atención de
estos problemas.
A continuación se describen las principales políticas en curso.
En ausencia de políticas integradas, es útil establecer una primera
clasificación entre los entes que se ocupan del continente y los
que intervienen en el contenido; en este contexto, el continente es
el soporte físico (suelo, infraestructura, edificación, etc.)
mientras que el contenido es el sustrato humano que usa ese soporte
para sus diferentes fines (residencia, trabajo, movimiento, ocio,
educación, etc.).
La acción sobre el continente está, en general, transferida: es
cometido de los entes autonómicos a cargo de la política
territorial, si bien quedan en el nivel de la Administración
general las competencias derivadas de la facultad de proponer
legislación básica al Parlamento, y las medidas que se derivan de
la política económica nacional (vivienda, infraestructuras, etc.).
La acción sobre el contenido tiene una situación diversa en función
de las competencias transferidas a cada autonomía, pero puede
decirse que la Administración General tiene un papel importante que
cumplir, al llevar a cabo acciones sobre el empleo, la formación y
la protección social; acciones que se solapan sobre el territorio
con las políticas de infraestructura y equipamiento urbano, sin que
exista una coordinación generalizada ni homogénea entre los niveles
mencionados.
La Administración General incide por lo tanto de forma importante,
y concurrente con las otras Administraciones, en la situación y
evolución de las ciudades y sus barrios, desarrollando actuaciones
basadas en la política económica, en apoyo de objetivos globales
(como pueden ser p. ej., competitividad, cohesión social o
sostenibilidad), y del mantenimiento de la igualdad de
oportunidades en el conjunto del Estado.
A continuación se enuncian las principales actividades de
organismos de la Administración General, dirigidas de forma más
específica a afrontar problemas de las áreas urbanas desfavorecidas
aunque no se hayan establecido mecanismos de integración entre
estas diferentes políticas.
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales - Dirección General de
Acción Social, del Menor y de la Familia.
Esta DG acomete acciones de lucha contra la exclusión social, con
voluntad de desarrollar políticas integradas. Las actividades más
destacables en relación con este estudio son dos: el
establecimiento de una red de protección social, y la ejecución de
programas de acción social.
La Red de protección social es un sistema público de servicios
comunitarios que pretende superar el concepto de atención al
indigente, para proporcionar un servicio presente en todos los
ayuntamientos para ayuda a la población en dificultades. Está
compuesto por equipos multiprofesionales y cofinanciado por las
diferentes Comunidades Autónomas. Sus cuatro prestaciones básicas
son: información/orientación, ayuda a domicilio, alojamiento y
prevención/inserción social. La infraestructura de esta red se basa
en la existencia de Centros de Servicios Sociales, Albergues y
Centros de Acogida.
Los Programas de acción social se han diseñado como mecanismo de
lucha contra la exclusión social en ámbitos concretos, y con la
intención de integrar diferentes programas de asistencia
(sanitarios, mejora del hábitat, etc.) bajo la supervisión y
coordinación de un mismo equipo de trabajadores sociales. En
ciertos casos, estos programas han sido preparados para combatir la
exclusión de un colectivo no localizado territorialmente (etnia
gitana, tercera edad, etc), y en otros, para hacer lo mismo en un
enclave con problemas. La preselección de áreas susceptibles de ser
consideradas objeto de estos programas es realizada por las
Comunidades Autónomas, que presentan las áreas preseleccionadas a
las convocatorias que realiza el Ministerio.
Al concluir los Programas de Pobreza de la UE, el MTAS estableció
estas ayudas que convocó en los años 1994, 1995 y 1997, aprobándose
47 proyectos en 41 municipios. Entre las 50 actuaciones estudiadas
en este capítulo se han encontrado 9 que han sido adjudicatarias de
fondos de estos programas, cinco de ellas en barrios de promoción.
Los programas de acción social representan la experiencia española
más interesante desde el punto de vista de las acciones integradas
sobre áreas urbanas vulnerables. No es casual que algunas de las
áreas seleccionadas aparezcan entre las solicitudes al programa
URBAN, puesto que gracias al trabajo ya realizado cuentan con un
mayor conocimiento de los problemas, con objetivos de actuación
integrada, y con experiencia de gestión y de cooperación con el
vecindario y otros agentes.
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales - Instituto Nacional de
Empleo (INEM).
El INEM desarrolla cuatro líneas de trabajo con repercusión directa
sobre la exclusión social: las iniciativas locales de empleo, los
programas de colaboración con las Corporaciones locales, los
programas de colaboración con instituciones para la contratación de
los desempleados y el programa de Escuelas Taller y Casas de
Oficios.
Las Iniciativas Locales de Empleo están diseñadas para fomentar la
creación de pequeñas o medianas empresas que promuevan, impulsen y
financien iniciativas que utilicen recursos locales ociosos y
estimulen la actividad económica y el empleo. Son, por tanto, un
itinerario adecuado para canalizar hacia las áreas vulnerables los
fondos necesarios a condición de que existan proyectos concretos y
viables que generen puestos de trabajo locales. Tienen el interés
de permitir la focalización local de la inversión, por lo que
pueden incorporarse fácilmente a actuaciones integradas con otras
políticas concebidas desde el barrio.
Los Programas de Colaboración con las Corporaciones Locales tienen
como objetivo la contratación de desempleados en obras de interés
general y social, planteadas por una Corporación local. El INEM
aporta la subvención y la mano de obra. Esta es la línea de la que
se nutre, por ejemplo, el Plan de Empleo Rural (PER), y se ha
utilizado incluso para la construcción de viviendas, hoteles
municipales, etc., pero estos programas están hoy pensados para el
mundo rural, y tienen poca o nula incidencia en el medio urbano.
Los Programas de colaboración con instituciones tienen la misma
naturaleza que los anteriores, si bien se suscriben entre el INEM
y entes de la administración autonómica o estatal para fomento del
empleo, utilizándose para contratar trabajadores para la limpieza
de carreteras, etc.
El Programa de Escuelas Taller y Casa de Oficios (PETCO) inició su
actividad en el año 1985, con carácter experimental, bajo la
dirección y control del Instituto Nacional de Empleo. Se diseñó
como una medida de Fomento de Empleo Juvenil, mediante un sistema
de formación alternante con el trabajo y la práctica profesional,
en actividades relacionadas con la rehabilitación del patrimonio,
del medio ambiente, del entorno urbano y de la recuperación de
oficios artesanales. El Programa fue regulado por Orden Ministerial
en 1989, y por acuerdo del Consejo de Ministros de 1993 se comenzó
a utilizar también como instrumento de cooperación internacional.
Hasta el momento, el programa se ha dirigido a la rehabilitación
física de entornos protegidos o monumentos, y no ha actuado en
áreas urbanas degradadas con problemas simultáneos de exclusión;
pero es evidente su potencial si se integra en esquemas de
intervención multisectoriales sobre áreas urbanas vulnerables. Por
un lado, porque la experiencia adquirida es muy extensa, y se ha
desarrollado un sistema de estrecha colaboración del sector público
con el privado. Por otro, porque abre la posibilidad de que los
diferentes programas se preparen basándose en el trabajo de
miembros de una comunidad con problemas de marginación, para la
mejora de su propio entorno. Esto significa que se ha adquirido
gran experiencia en el manejo de este tipo de programas mixtos
públicos privados, y que se dispone de un gran potencial humano
capaz de dinamizar este tipo de proyectos, en contacto con los
problemas locales.
El PETCO es un buen indicio de la posibilidad de colaboración entre
organismos de la Administración General del Estado, Ayuntamientos
y organizaciones privadas; triángulo que se encuentra en la base de
sus actuaciones en todos los países que se han dotado de políticas
para la ciudad.
Debe destacarse, al mencionar estos programas del INEM, el papel de
los Agentes de Desarrollo Local, que son los trabajadores sociales
que se encuentran más próximos a los problemas, con capacidad para
prestar apoyo a los colectivos locales en orden a preparar
proyectos de intervención.
Entre las actuaciones estudiadas en este capítulo, las de Gijón,
Cáceres y Córdoba, han tenido este tipo de programas en sus
orígenes. Además muchos URBAN incluyen convenios de actuación con
el INEM.
Ministerio de Fomento - Dirección General de la Vivienda la
Arquitectura y el Urbanismo.
Desde los primeros años ochenta se inicia una nueva política de
rehabilitación que establece formas de cooperación con los
propietarios de viviendas y edificios, superando la política
anterior que se limitaba a los monumentos y Conjuntos Históricos.
El Decreto de 1983 estableció un sistema de ayudas para la
rehabilitación pública y privada, destinado a: viviendas, locales
en determinadas situaciones de los edificios y equipamientos
colectivos cuando se actúe en el marco de programas del medio
urbano.
En el Plan de Vivienda 1984-7 se incluyeron las ayudas establecidas
en el Decreto, como un elemento más de la política de Vivienda.
Paralelamente algunas Comunidades Autónomas desarrollaron para sus
regiones medidas de fomento y ayuda a la rehabilitación,
independientes o complementarias de las de carácter estatal.
Asimismo muchos Ayuntamientos crearon Oficinas de Rehabilitación
para la gestión y difusión de las ayudas, informando a la población
e impulsando la iniciativa de los particulares.
La novedad principal para una actuación en barrios, se establece en
el nuevo Decreto de 1993 sobre rehabilitación en el que se
priorizan las actuaciones en Áreas de Rehabilitación Integrada
(ARI), en zonas con procesos de degradación. Los Planes de Vivienda
recogieron estas medidas. Las ARI han de ser declaradas como tales
por el Ministerio, a propuesta de las CCAA en desarrollo de
convenios con los Ayuntamientos. Entre las medidas pueden incluirse
rehabilitación de viviendas, edificios y de equipamiento e
infraestructuras, incluida la reurbanización y la construcción de
nuevas edificaciones prevista en el programa del ARI. Las
actuaciones se han de ajustar al planeamiento (Plan General o PERI
de la zona) y plantearse como objetivo la persistencia de
diversidad social y de usos preexistentes, asi como el
realojamiento de los residentes cuando resulte necesario.
El Ministerio de Fomento ha asignado fondos de los Planes de
Vivienda a 33 ARI declaradas desde 1993, en un conjunto de 25
municipios, ya que en Barcelona se localizan dos ARI y otras ocho
en Madrid.
Entre las 50 actuaciones estudiadas en este capítulo hay cinco ARI
en los municipios de Almería, Barcelona, Gerona, Palma de Mallorca
y Valencia. Estas operaciones han desarrollado, en casi todos los
casos, unas Gerencias muy potentes para la ejecución de los
trabajos públicos y la impulsión de la rehabilitación privada.
Asimismo en todas ellas se ha ido progresando a políticas más
integradas con medidas sociales y de desarrollo local.
Programas de la UE gestionados por distintos Ministerios.
La UE ha lanzado a lo largo de los años distintos programas, a
cargo de FEDER y FSE, que han servido de apoyo a las actuaciones en
barrios, unos por ir directamente destinados a ellos (P. Piloto y
URBAN), y otros orientados a grupos sociales vulnerables que se
instrumentan de forma localizada.
En los Programas de lucha contra la Pobreza (FSE) han participado
varios proyectos en ciudades españolas. En el segundo programa
concluido en 1989 habían participado 16 proyectos españoles. En el
programa Pobreza 3 concluido en 1994, se eligieron 4 proyectos
españoles en las Marismas de Odiel (Huelva), Onyar est (Girona),
Montes de Oca (Burgos) y Madrid.
Los Proyectos Piloto urbanos (FEDER) tenían como objetivos el
desarrollo económico de barrios desfavorecidos, medidas ecológicas
con objetivos económicos, rehabilitación de cascos antiguos y
explotación de las ventajas tecnológicas urbanas. En España se
eligieron proyectos en Bilbao (La Vieja), Fuenlabrada, Pobla de
Lillet y Valladolid en la 1. fase, y en Bilbao (Otzarkoaga), Gran
Canaria, Granada y León en la 2. fase.
La Iniciativa URBAN (FEDER-FSE) tiene como objetivos la creación de
empresas, formación profesional, mejora de infraestructuras,
protección del medio ambiente, fomento de la igualdad de
oportunidades entre géneros, creación de equipamientos sociales,
etc. En España se han elegido 29 proyectos (17 en 1995 y 12 en
1998) a los que se unen dos del programa REGIS en las Canarias. Los
proyectos están localizados en las ciudades de Albacete, Avilés,
Badalona, Badajoz, Barakaldo, Cádiz, Cartagena, Castellón, Córdoba,
A Coruña, Huelva, Langreo, León, Madrid, Málaga, Murcia, Palma de
Mallorca, Las Palmas, Pontevedra, Sabadell, Salamanca, Sta. Coloma
de Gramenet, Sta. Cruz de Tenerife, Santander, Sevilla, Toledo,
Telde, Valencia, Valladolid, Vigo y Zaragoza. De los 31 proyectos
URBAN españoles 15 son actuaciones en los cascos históricos de las
ciudades. Entre las actuaciones estudiadas se encuentran 19 de los
31 proyectos URBAN.
Otros programas del FSE que han enfocado parcialmente esta
temática, han sido:
Actualmente se están definiendo los Pactos territoriales para el
empleo que pueden tener importancia para las ciudades y podrían
desarrollar actuaciones focalizadas en los barrios con mayores
problemas de empleo.
La capacidad de maniobra de los gobiernos autonómicos es amplia en
materia de intervención sobre las áreas urbanas en dificultades, si
bien, para instrumentar programas integrados, deben establecer,
muchas veces, convenios de colaboración con entidades de la
Administración General del Estado. Así es como se canalizan los
fondos estatales y comunitarios destinados tanto a protección
social como a fomento del empleo y también, en ciertos casos, la
concertación precisa en materia de grandes infraestructuras o la
financiación de la política de vivienda.
Hasta el momento, sólo Andalucía, Catalunya y la Comunidad Madrid,
se han dotado de mecanismos específicos destinados a hacer posibles
las operaciones integradas sobre áreas urbanas vulnerables. En
otras CCAA, se apoya a los municipios para actuaciones por la vía
urbanística y las Areas de Rehabilitación.
El sistema andaluz de ciudades se caracteriza por la existencia de
un número elevado de ciudades medias, con una estructura económica
propia de centros agrarios de servicios. La región sufre dos tipos
de marginación: en el mundo rural habitan entre 300 y 400.000
personas de etnia gitana, con diferentes grados de integración, y
por otra parte, la periferia urbana y ciertos centros históricos
acusan problemas de marginación. La lucha contra estas bolsas de
marginación y pobreza está basada en actuaciones sobre la vivienda,
además de aquellas derivadas de programas concertados con la
Administración General, ya mencionados. Hay tres programas en
marcha: eliminación de la infravivienda, rehabilitación integrada,
y barriadas de actuación preferente.
El Programa de Eliminación de la Infravivienda se centra en áreas
urbanas marginales, para acometer numerosas intervenciones muy
pequeñas de mejora de la vivienda: aumento del espacio,
aislamiento, instalaciones, etc. Cuenta con la colaboración
económica de los habitantes, una vez iniciadas las obras, y ha
conseguido buenos resultados de acuerdo con los objetivos
planteados; pero se trata de una intervención sólo sobre las
viviendas infradotadas pertenecientes a familias de escasos
recursos.
Los Programas de Rehabilitación Integrada desarrollan Áreas de
Rehabilitación Integral, según los procedimientos legales que
ordenan este tipo de intervenciones, de índole básicamente
urbanística (casos de Trinidad - Perchel, en Málaga, o de La Chanca
en Almería), y mediante convenios para la inversión de agentes de
la administración central.
El Programa de Intervención en Barriadas de Actuación Preferente se
inició en 1989 por el Gobierno andaluz con el objetivo de articular
socialmente ciertos territorios deprimidos, actuando sobre los
siguientes frentes: educación, protección de sectores más
desfavorecidos, eliminación de las causas productoras de
desigualdad material, social y cultural, accesibilidad al empleo y
al ocio, participación social. Para ello, el Plan elabora políticas
de coordinación de las administraciones públicas para lograr una
acción unitaria mediante la integración de los recursos. La
declaración de Barriada de Actuación Preferente se realiza por la
Consejería de Acción Social a solicitud del Ayuntamiento en el que
se ubica.
En 1993 se declararon 12 barriadas de actuación preferente. En los
programas se articulan los fondos procedentes de seis consejerías.
En parte, son fondos captados de los programas comunitarios y de
las subvenciones a entes locales y asociaciones sin ánimo de lucro,
sobre la base de la convocatoria de ayudas públicas. Además, se
desarrolla el programa en otras barriadas (denominadas de
Especiales Necesidades) sobre otros 29 barrios que sufren
determinadas carencias, pertenecientes a ciudades de tamaño menor.
Entre las cincuenta actuaciones estudiadas, hay 15 en Andalucía y
en 11 de ellas se ha actuado con los programas de barriadas
preferentes.
La Generalitat carece, por el momento, de una línea de política
urbana integrada con cobertura autonómica, por lo que las
actuaciones urbanas se realizan normalmente desde una perspectiva
sectorial. La política de vivienda está transferida y corre a cargo
de la Direcció General de l'Habitatge y las actividades
urbanísticas corren a cargo de la Direcció General d'Urbanisme.
Otros departamentos con competencias en materia de bienestar
social, cultura, educación y otras, han colaborado en determinadas
actuaciones puntuales. En la mayor parte de los casos en los que se
ha producido una cierta articulación de políticas sectoriales en el
medio urbano, la iniciativa ha corrido a cargo de los
ayuntamientos, como en los casos de Barcelona (Ciutat Vella),
Girona, El Prat, etc.
En 1995 el Departament de Benestar Social, lanzó el Pla de
Dinamització de Desenvolupament Comunitari para la legislatura
1995-9, con los objetivos de territorializar las medidas del Pla
Integral de Lluita contra la Pobresa i l'Exclusió Social,
instrumentar el Pla de Dinamització Cívic i Comunitari, y potenciar
el tejido asociativo y la participación vecinal. Al finalizar 1997,
se habían convenido planes de dinamización con 10 municipios para
31 barrios. En la gran mayoría de los planes participan de 7 a 12
entidades ciudadanas. Los 6 a 10 proyectos incluidos en cada plan
desarrollan medidas de: educación/formación/cultura, inserción
sociolaboral, atención personal, participación y asociacionismo,
etc.
Entre las 50 actuaciones estudiadas las actuaciones en que la
Generalitat ha ensayado políticas más integradas han sido las
actuaciones de La Mina y S. Cosme. En 1983 el Parlament de
Catalunya aprobó un Plan Interdepartamental para el Barrio de La
Mina (Sant Adriá), que se continuó en 1988 con un plan municipal y
proyectos del MTAS, y que en 1994 dio lugar a un convenio con la
Generalitat para un Plan Integral del barrio. En San Cosme (El
Prat), se estableció en 1992 un convenio Generalitat - Ayuntamiento
para un Plan Integral en el barrio.
En la Comunidad Valenciana, hasta el cambio de gobierno autonómico
de 1995, las intervenciones en el medio urbano se han canalizado
esencialmente a través de las siguientes líneas o programas de
actuación:
Entre las cincuenta actuaciones analizadas en este estudio se
encuentran los planes de los centros de Valencia (RIVA), Alicante
(RACHA) y Orihuela. En este ultimo se puso en marcha una Casa de
Oficios en 1995, y en el de Valencia se consiguió la adjudicación
de un URBAN en la zona de Velluters. Asimismo la Generalitat
desarrolló en Valencia un Plan de actuaciones urbanísticas para el
distrito marítimo (6 barrios con 59.000 hab.) en donde se había
constituido una Comisión de lucha contra la droga.
La región madrileña ha concentrado su esfuerzo en el sur del
municipio de Madrid, en lo relativo a los problemas que aquí se
están analizando. El camino escogido por la CM para abordar la
cuestión fue la aprobación en 1991, por unanimidad, por la Asamblea
de Madrid, de un Plan Integral de Desarrollo Social y Lucha contra
la Marginación en ocho distritos meridionales del municipio
madrileño, y la creación de un organismo específico, la OCAP
(Oficina de Cooperación para Actuaciones Preferentes), que recibió
el encargo de instrumentarlo.
El Plan era extensivo sobre los distritos, sin segmentar el
territorio en áreas concretas, dado que se había detectado una
situación de gran vulnerabilidad relativa de toda la zona respecto
del resto de la ciudad. Esta experiencia representa una línea de
intervención claramente contrapuesta a los programas de
intervención sobre áreas urbanas mucho más acotadas que son
características de las políticas seguidas en otros países. En
España, la inmigración hacia las grandes ciudades ha procedido del
medio rural nacional, y el espacio vulnerable está mas difuminado
en un entorno mucho mayor del continuo urbano, sin que cada
operación inmobiliaria haya supuesto la llegada de un nuevo
contingente de familias con otra cultura, lengua o hábitos. Esto ha
evitado, salvo casos extremos, la aparición de fronteras interiores
en los diferentes barrios tipológicos, y ha alumbrado situaciones
de marginalidad menos focalizadas. La vulnerabilidad de amplias
capas de población del sur madrileño está basada en la falta de
oportunidades de todo un estrato social, asentado en un espacio muy
extenso, más que en la deficiencia de las condiciones físicas,
aunque en algunos barrios, dentro de esta área, el conjunto de las
condiciones de todo tipo favorece la tendencia a la exclusión.
La OCAP actuó en cinco direcciones: interviniendo en los procesos
básicos de integración (educación, empleo y vivienda), mejorando
las condiciones de vida (medio ambiente, transporte y
equipamiento), fomentando la extensión de los servicios a los
ciudadanos, actuando sobre los colectivos más marginados y
vulnerables, y, finalmente, fortaleciendo y reestructurando el
tejido social.
El modo de actuación consistía en el establecimiento de políticas
horizontales para poder así coordinar las inversiones de las
diferentes consejerías autonómicas y otras administraciones
inversoras, concebidas para una intervención vertical. Además,
disponía de fondos propios, si bien muy escasos, para acometer
acciones concretas complementarias que se utilizaron
preferentemente para apoyar un número elevado de iniciativas
surgidas de la propia población, con la mira puesta en el
fortalecimiento del decaído tejido asociativo. Sin embargo la
escasez de recursos propios y la dificultad de incidir sobre la
aplicación de los fondos de la Consejerías, dificultaron
enormemente la actuación de la OCAP, que fue suprimida en 1995 por
el nuevo Gobierno regional.
Ante la escasa actuación pública frente a los problemas de estos
distritos, en abril de 1997 se constituyó la Plataforma por la
Dignidad del Sur, que agrupaba organizaciones ciudadanas y estaba
respaldada por la Federación regional de Asociaciones de Vecinos,
y se celebró una importante manifestación reivindicativa en
Villaverde. La Comunidad de Madrid se mostró interesada en
consensuar un modo de trabajo, elaborándose un plan que se aprobó
a final de año, que recogía reivindicaciones vecinales y establecía
un seguimiento de su ejecución entre la Consejería de la
Presidencia y la Plataforma ciudadana.
El plan que se está desarrollando, denominado Programa de
Actuaciones Preferentes abarca un periodo de seis años (1998 -
2003) con una inversión prevista de 3.000 M ptas. año, si bien de
momento, en su primer año de desarrollo, se trata fundamentalmente
de un plan de obras y, por lo tanto, la participación ciudadana
queda reducida a las decisiones presupuestarias y de localización,
al no tratarse de actuaciones que se puedan desarrollar desde los
barrios.
En este nivel de la administración se han producido la mayor parte
de las iniciativas de actuación sobre barrios vulnerables. Pero aun
así, la capacidad municipal de activar procesos está limitada por
varios motivos: escasez de recursos propios, disponibilidad de una
estructura interna político - técnica con dificultades para
instrumentar procesos novedosos, y ausencia de un marco legal
adecuado para canalizar esos procesos.
La capacidad de coordinar procesos integrados de intervención es
mayor en los Ayuntamientos, por su mejor conocimiento de la
realidad urbana y por la existencia de "terminales" de otras
administraciones que cooperan con las locales (p. ej. agentes de
Desarrollo Local y otros trabajadores sociales), por lo que han
podido canalizar, y presentar, propuestas a las iniciativas
comunitarias y a los programas nacionales existentes para acometer
actuaciones en barrios con problemas, subyaciendo en su actividad
una cierta visión integradora especialmente cuando las actuaciones
avanzaban y se adquiría una mayor experiencia sobre la naturaleza
de los problemas y los modos de actuación.
Por otra parte, los Ayuntamientos son los ámbitos de la
administración en los que puede ser más eficaz el diálogo directo
con los diversos colectivos sociales, si bien la situación actual
no se caracteriza por la fluidez de ese diálogo, muy disipado en
los últimos años, y sin cuya revitalización será difícil acometer
acciones socialmente aceptadas. Es un círculo vicioso: la sociedad
ha perdido el pulso para formular demandas, por atonía de los
movimientos sociales urbanos; pero sin la instrumentación de
programas que respondan a las demandas sociales y que incluyan
procesos de participación activa de los afectados no es fácil que
se reanimen las estructuras organizativas locales. Así, la mayor
parte de las experiencias estudiadas responde a actuaciones
detectadas desde el sector público, que ha absorbido gran parte del
protagonismo de la sociedad civil. Esta absorción es inadecuada
para romper el círculo vicioso de desfavorecimiento, y resta
respaldo social a iniciativas que son, por lo demás, sumamente
necesarias.
También se han detectado situaciones inversas: se dan casos en los
que la dinámica social supera ampliamente a la municipal, y el
Ayuntamiento se convierte en un obstáculo para poder acceder a
ciertas convocatorias o acometer iniciativas procedentes de otras
instancias. Ello es una muestra del recelo con el que ciertas
corporaciones han visto el despertar de la sociedad civil al margen
de los canales políticos clásicos, y el largo camino que queda por
recorrer hasta que los impulsos surgidos desde la base social no
sólo no sean vistos con desconfianza desde algunas instancias del
poder político, sino que sean fomentados como elementos
imprescindibles para llevar a buen puerto operaciones complejas
sobre la ciudad.
Como era de esperar, la manera en que cada municipio ha enfocado el
problema es específica, y dificulta sobremanera una clasificación
precisa de los procedimientos. Existe, eso sí, una falsa impresión
de homogeneidad, motivada por la naturaleza de los programas a los
que los Ayuntamientos pueden acogerse (iniciativas comunitarias,
nacionales, autonómicas), y que a veces induce a retorcer la
presentación de los objetivos, para adaptarse a los requerimientos
genéricos de una convocatoria determinada. Otras veces no es la
eventual rigidez de los requisitos la que provoca esta adaptación,
sino la voluntad de utilizar un canal para obtener fondos con los
que responder a necesidades que no siempre tienen que ver con los
objetivos perseguidos por la convocatoria.
El protagonismo municipal no puede ser excluyente, vista la
distinta capacidad de los municipios y la estructura española de
reparto del poder. La instrumentación de programas de intervención
con mayor o menor grado de integración sólo está siendo posible
desde la concertación de los diferentes agentes públicos (los
privados, en España, aún no han hecho su aparición en este
escenario) con capacidad inversora. Esa vía es la natural en el
sistema español, en el que, por otra parte, existe una cultura del
convenio como medio apropiado para plantear intervenciones urbanas,
con años de experiencia acumulada. Pero tras el estudio de las
experiencias de actuación, cabe aventurar que el manejo de los
distintos niveles administrativos y de las distintas capas de las
políticas temáticas es suficientemente complejo como para que se
logre mayor eficacia cuando hay un órgano específico de gestión con
cierta autonomía, capaz de convocar todas las energías susceptibles
de confluir sobre una zona en dificultades.
La mejora de la coordinación de los servicios municipales, y con
otros agentes, en actuaciones con necesidad de planteamientos
integrales, suele venir asociada a la necesidad de financiación de
las propuestas por otros organismos, y especialmente a la
financiación de la UE, que en algunos programas empieza a exigir
políticas integradas, en sustitución de otras departamentales o
sectoriales, y la cooperación con otros agentes y con los
afectados.
En unos casos se empieza por una actuación de rehabilitación, en
otros por una de desarrollo local, o por un programa de acción
social, y se acaba completando las actuaciones a lo largo del
tiempo con otros programas que empiezan a verse como necesarios y
se van madurando, hasta que se consigue la financiación y puesta en
marcha. En muchos casos según puede verse se acaba en un URBAN,
aunque algunas otras actuaciones URBAN las plantean los municipios
sin una historia previa de actuaciones.
Veamos ejemplos de la vía urbanística, la via del desarrollo local,
la via del desarrollo comunitario.
Los municipios han utilizado mucho la vía urbanística para abordar
este tipo de operaciones, especialmente en cascos históricos y
arrabales interiores. Tanto la legislación como la práctica
urbanística son los vehículos sobre los que se ha acumulado más
experiencia de intervención, aunque hasta el momento ésta se haya
centrado fundamentalmente en operaciones de rehabilitación urbana
realizadas a través del planeamiento especial, declaración de Áreas
de Rehabilitación Integrada, etc. Tan solo en contadas ocasiones
puede observarse el recurso a otros métodos, que persiguen mejorar
la cohesión social de los habitantes de zonas en crisis mediante el
fortalecimiento de las estructuras sociales locales.
Probablemente el caso más interesante de cooperación entre agentes
y de integración progresiva de medidas, liderado por el
Ayuntamiento (Junta de Distrito), lo sea el de Ciutat Vella en
Barcelona. Para impulsar la rehabilitación y coordinarla con otras
actuaciones, se dispone de dos entes: la Comisión del ARI con
participación de la Administración, vecinos, comerciantes, etc., y
la sociedad mixta municipal Promoció Ciutat Vella, S.A.
(PROCIVESA), con capital público y privado. En 1987 se inició el
Plan Integral de Actuación en el Distrito Municipal de Ciutat
Vella, que integraba programas de urbanismo, vivienda, seguridad,
bienestar social, movilidad, equipamiento e infraestructuras. Para
la rehabilitación de viviendas, se han establecido un ARI con
convenios de colaboración entre el Gobierno del Estado, la
Generalitat y el Ayuntamiento. Se han desarrollado asimismo
proyectos acogidos a distintos programas de la UE.
Un buen ejemplo de la utilización de esta vía es el Ayuntamiento de
Gijón, que creó en 1988 el Consejo de Desarrollo Local y el
Servicio Técnico de Desarrollo Local. En 1993 se aprobó el Plan
estratégico de Gijón, concebido como un plan de acciones socio -
económicas integradas, realizandose en 1997 el Documento de
Evaluación del Plan estratégico e inicia su renovación como "Gijón
Calidad Urbana".
El plan aborda una visión integrada de la actuación en la ciudad y
sus barrios desde el enfoque inicial del desarrollo local, y ha
impulsado actuaciones a través de su Agencia Local de Promoción
Económica y Empleo (Centro de empresas, Sociedad mixta de Turismo,
Servicio de Formación y desarrollo Local, Parque científico -
tecnológico, comercialización de suelo industrial), Planes de
empleo locales, Plan de comercio y potenciación de ejes
comerciales, etc. Asimismo ha desarrollado actuaciones de apoyo a
la universidad, institutos de formación y programa de implantación
de la reforma educativa de la LOGSE programas de actuaciones con
jóvenes, mujeres, jubilados y disminuidos físicos; fomento del
asociacionismo; programa operativo de Medio ambiente local, mejora
de la calidad del aire y sustitución de instalaciones
contaminantes, recogida selectiva de residuos y Centro de recogidas
especiales y Plan de saneamiento integral; actuaciones en
transporte (Centro de transportes, estación de autobuses y mejora
de la integración urbana de la estación de ferrocarril), etc.
Lo más destacable de la actuación del Ayuntamiento de Gijón es su
utilización del Plan Estratégico como instrumento de coordinación
de las actuaciones en el municipio, con participación de distintos
agentes y con una importante iniciativa municipal, así como su
énfasis en el desarrollo local como tarea municipal para garantizar
mediante la iniciativa pública los derechos básicos de la
comunidad, con una visión amplia del mismo incluyendo política de
empleo y política industrial.
Sus actuaciones en barrios desfavorecidos y con grupos vulnerables,
se enmarcan consecuentemente en una actuación global sobre el
desarrollo socio económico de la ciudad, y en una participación
general de los agentes, que puede favorecer una mejor integración
de los barrios desfavorecidos.
Un ejemplo interesante de plan de barrio participado en el
diagnóstico y la actuación, puede verse en el barrio de Las Moreras
en Córdoba.
El movimiento ciudadano empezó como una coordinadora temática en
relación con el problema de la droga. Conforme avanzaron en el
análisis de la problemática ampliaron las reivindicaciones hacia el
desarrollo socioeconómico del barrio. Su estrategia ha sido la
participación, exigiendo que se promuevan acciones de desarrollo
comunitario, interviniendo en su diseño, seguimiento, evaluación y
ejecución, pero sin requerir subvenciones para cogestionar
servicios.
En 1995 se empezó a consolidar el plan en reuniones con el
Ayuntamiento y otras Administraciones, y se definió un convenio
entre los principales agentes, para lo que fue necesario dar forma
legal a las asociaciones ciudadanas que no la tenían.
Se estableció un Convenio Marco con participación del Ayuntamiento,
Diputación y Gobierno Civil, que aprobó cada Institución, en tanto
que la Junta colabora sin participar directamente en la Comisión
del Convenio. Además de las asociaciones ciudadanas, participan
también los sindicatos.
La dirección del plan se lleva desde una Comisión de Seguimiento y
Comisiones Temáticas, todas ellas paritarias entre las
Administraciones y los agentes sociales. Su función es impulsar la
ejecución, coordinar y evaluar. Se apoyan en grupos técnicos mixtos
que diseñan los proyectos. La participación de las asociaciones
ciudadanas se coordina a través de un Plenario de Asociaciones, y
de Grupos de Trabajo temáticos que establecen sus necesidades,
prioridades y objetivos. Existen Comisiones de Formación,
Educación, Infraestructuras, Justicia y Acción social, y finalmente
una de coordinación.
En 1996, con el cambio de equipo de gobierno municipal, se produjo
una paralización temporal de la cooperación, que fue retomada tras
algunas movilizaciones y presión de los medios de comunicación y
opinión publica. En estos momentos hay 16 proyectos en marcha que
incluyen: la formación ocupacional con parados, mujeres, jóvenes;
la formación personal y atención a desescolarizados; dinamización
sociocultural; acciones sociales; e intervención en espacios
urbanos degradados.
Analizadas las características de los cincuenta barrios sometidos
a intervención pública que se habían escogido, se establecieron una
serie de descriptores, o factores de vulnerabilidad, y una
clasificación de barrios en tres grandes grupos con similar
problemática y tratamiento (cascos históricos, barrios de promoción
y otros barrios periféricos). En este apartado se exponen los tipos
de barrios (4.2.1) y los factores de vulnerabilidad identificados
(4.2.2).
La selección de descriptores resulta difícil ya que los asuntos
relativos a un barrio están relacionados con otros exteriores al
mismo, y a su vez éstos con otros condicionantes de orden superior,
progresando así en una cadena causal que permite inferir que las
decisiones tomadas en esferas muy alejadas del mismo repercuten en
él de forma significativa. Esta obviedad plantea alguna dificultad
metodológica, ya que, en una cadena causal, cada eslabón de la
misma es a la vez causa del subsiguiente y efecto del precedente,
de manera que es imposible, cuando se secciona esa cadena por un
nivel determinado, como el barrio, deslindar la naturaleza exacta
del descriptor de este nivel. Se optó, en esta primera
aproximación, por adjudicar a cada factor descriptor de
vulnerabilidad una etiqueta de causa, aunque subsista la sospecha
de que no todos pueden tener un tratamiento homogéneo ni como
causas ni como elementos de intervención.
La ciudad se organiza como espacio social, según un aglomerado
compuesto por diferentes cristalizaciones de sus distintos momentos
históricos. Según se expuso en el capítulo 3.2 cuando se estableció
una tipología de Formas de Crecimiento Urbano de las ciudades
españolas, las distintas formas de promoción inmobiliaria (desde la
autoconstrucción al polígono, pasando por las casas de pisos entre
medianerías, etc.), han supuesto en distintos momentos históricos
las formas de ciudad que acogían a distintos grupos sociales, y han
mantenido una determinada evolución en su ocupación por estos, si
bien alterada por las remodelaciones, y los impactos de grandes
operaciones urbanas, que ocasionan cambios en las rentas del suelo.
Para la siguiente exposición se han definido los barrios en función
de que fueran:
Del total de 50 casos en estudio, 19 se enmarcan en este grupo, es
decir un 38% del total. Se han incluido algunos barrios centrales
contiguos a los cascos históricos, en la medida en que muchas
ciudades españolas presentan barrios degradados incluidos en el
interior de grandes cascos que se encuentran en condiciones de
menor deterioro, pero también barrios con problemas que, si bien
están fuera del casco histórico, se pueden considerar parte
integrante del centro urbano, del que sólo un análisis morfológico
e histórico puede diferenciarlos.
Los métodos de intervención pública sobre estos espacios centrales
han seguido, por lo general, la vía urbanística, la intervención
temática, o la de las operaciones puntuales sobre el patrimonio
histórico, pero en pocas ocasiones ha afrontado la problemática de
la población asentada de manera integrada con la intervención
física.
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU (1) |
Pob |
Programas Supramunicipales (1) |
2 |
Cádiz |
Santa María y Populo |
CH |
8.257 |
URBAN1 |
7 |
Jaén |
Las Magdalenas-Vicente de Paul |
CH |
4.090 |
JA |
8 |
Jerez de la Frontera |
Rompechapines |
CH |
4.758 |
PERI- (U) |
12 |
Málaga |
Centro Histórico |
CH |
6.826 |
URBAN1 |
15 |
Sevilla |
San Luis-Alameda |
CH |
7.180 |
PERI-URBAN1 |
16 |
Zaragoza |
Casco Histórico |
CH |
9.990 |
PERI-MTAS-HORIZON-(U)-URBAN2 |
19 |
Palma de Mallorca |
Herreria |
CH |
7.498 |
PERI/ARI-CAB-(U)-URBAN2 |
25 |
Barcelona |
Ciutat Vella |
CH |
90.612 |
PERI/ARI-LiDER-FCOHE-(U) |
27 |
Girona |
Casco Histórico |
CH |
2.541 |
POB3-ARI-MTAS |
33 |
Sabadell |
Centro de la Ciudad |
CH |
23.891 |
URBAN1 |
35 |
Badajoz |
Plaza Alta |
CH |
4.405 |
URBAN1 |
36 |
Cáceres |
La Ribera del Marco |
CH |
7.613 |
INEM/ET-(U) |
38 |
Vigo |
Casco Histórico |
CH |
11.221 |
PERI-URBAN1 |
42 |
Cartagena |
Casco Histórico |
CH |
7.805 |
PERI-URBAN1 |
44 |
Valencia |
Velluters (Incl. En 45) |
CH |
4.430 |
GV-ARI-URBAN1 |
45 |
Valencia |
Centro Histórico (Plan Riva) |
CH |
22.580 |
GV-ARI-MTAS |
48 |
Bilbao |
Bilbao La Vieja |
CH |
8.020 |
PERI-PPiloto |
49 |
Orihuela |
Centro Histórico |
CH |
6.716 |
PERI-GV |
50 |
Alicante/Alacant |
Casco Antiguo |
CH |
1.660 |
GV/PERI/PERI |
La vía urbanística como medio para la instrumentación de
operaciones de mejora en cascos históricos se ha materializado, en
general, a través del planeamiento especial de reforma interior
(PERI) y de las Areas de Rehabilitación Integrada (ARI). Pero esta
vía, por sí misma, no tiene capacidad de intervenir sobre los
problemas de la población, ni de actuar sobre los problemas
externos que pudieran estar originando situaciones de
vulnerabilidad: deja intactas las causas externas que pudieran
estar marginando el barrio.
El caso del barrio de Rompechapines, en el casco de Jerez de la
Frontera, es característico de un enfoque temático dirigido a la
mejora del estado físico de una zona, en la que la intervención
sobre el colectivo humano que usa o habita el barrio es tanto o más
necesaria que sobre el contenedor: la prostitución y el tráfico de
droga ha desplazado a la población del barrio, que difícilmente
volverá a habitarlo aunque se mejore el ambiente físico, pues el
barrio está cumpliendo una función en el conjunto de la ciudad como
válvula de escape para la instalación de actividades marginales.
De las 19 actuaciones en cascos estudiadas, hay 10 con programa
URBAN. Gran parte de los URBAN se han adjudicado a operaciones en
cascos que tenían una historia de actuación previa, y algunos otros
han utilizado programas europeos para dotar las operaciones de
mayor integralidad, como ocurre en las actuaciones de Bilbao,
Barcelona y Girona.
De los 50 casos estudiados hay 14 promociones unitarias, lo que
representa un 28% del total, si bien también hay promociones
incluidas en algunas actuaciones como la Periferia sur de Madrid y
en algunos de tipología mixta como los de Coruña, Barakaldo,
Badalona, Valladolid, Santa Coloma y Murcia.
Estos barrios se encuentran en todo tipo de ciudades en que se
hayan hecho operaciones públicas para resolver problemas de
alojamiento, pero especialmente en las ciudades medias y grandes de
fuerte crecimiento en las décadas de los cincuenta y sesenta.
Representan una parte muy significativa del conjunto de barrios con
problemas, al igual que está sucediendo en el resto de los países
industrializados, lo que da idea de que ciertos planteamientos de
la acción pública debieran ser reconsiderados.
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU (1) |
Pob |
Programas Supramunicipales (1) |
3 |
Córdoba |
Las Moreras |
P40/60 |
6.307 |
JA-Conv.Pcomunitario |
4 |
Granada |
Cartuja-La Paz-Almanjayar |
P40/60 |
23.272 |
JA-MTAS-(U) |
6 |
Huelva |
Hispanidad y Torrejón |
P40/60 |
6.368 |
MTAS-JA |
10 |
Línea de la Conc.ón (La) |
Junquillo |
P60/75 |
10.385 |
JA |
11 |
Lebrija |
Huerta Macena |
P75/90 |
1.849 |
JA |
13 |
Málaga |
La Palma-Palmilla |
P60/70 |
21.053 |
JA |
14 |
Sevilla |
Poligono Sur |
P60/75 |
20.908 |
JA |
21 |
Telde |
Jinamar |
P60/75 |
25.000 |
MAS-(U)-URBAN2 |
22 |
Toledo |
Santa María Benquerencia |
P60/75 |
12.880 |
URBAN1 |
26 |
Cornellá de Llobregat |
Sant Ildefons |
P60/75 |
28.348 |
(U) |
28 |
Girona |
Font de la Polvora (Onyar) |
P75/90 |
2.307 |
POB3 |
29 |
Prat de Llobregat (El) |
San Cosme |
P40/60 |
9.872 |
GC-MTAS-(U) |
30 |
Sant Adriá de Besós |
La Mina |
P60/75 |
10.694 |
GC-MTAS-(U) |
34 |
Tarragona |
Barrio Poniente |
P60/70 |
19.798 |
(U) |
Este patrón de asentamiento puede observarse en todas las grandes
operaciones del extinto Instituto Nacional de la Vivienda para
acoger movimientos de población (Telde, Toledo, etc.) y también en
las operaciones de realojo como en Córdoba, Granada o barrios de la
periferia sur de Madrid. Todavía se siguen edificando en algunas
periferias de las grandes ciudades, ahora con regímenes de
promoción distintos, pero siempre provocando los mismos problemas
de falta de diversidad social y económica, que a su vez generan
vulnerabilidad. La escala de este tipo de barrios garantiza la
segregación espacial del conjunto, y por tanto dificulta la
integración de sus habitantes en el conjunto de la ciudad.
Entre las actuaciones se observa más atención por parte de las CCAA
y menos programas URBAN, en contra de lo que ocurre en otros países
europeos en donde los fondos europeos se aplican fundamentalmente
a este tipo de barrios.
En este tipo de actuaciones se encuadran 17 de las 50 estudiadas,
es decir, un 34% del total. Se trata de áreas de la periferia
interior de la ciudad que pueden ser: arrabales del siglo pasado
que llegan hasta el momento actual como piezas diferenciadas y
dotadas de fuerte personalidad, antiguos centros de actividad que
quedan desplazados del centro urbano actual adquiriendo una
posición periférica en términos de la dinámica de la ciudad,
barriadas modernas construidas informalmente casa por casa, a veces
de manera incontrolada, que ya han ganado el status urbano por su
consolidación de hecho, o áreas mixtas en las que se encuentran
varias tipologías.
Todas estas zonas se encuentran entre las más susceptibles de
acumular todo tipo de problemas, en tanto han sufrido de
desequipamiento crónico, difícil conexión con el resto de la
ciudad, baja calidad de las infraestructuras, y un espacio urbano
que, las más de las veces, carece de calidad, cuando no es
directamente agresivo.
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU (1) |
Pob |
Programas Supramunicipales (1) |
20 |
Palmas de G. C. (Las) |
La Isleta |
EN |
19.874 |
URBAN1 |
17 |
Gijón |
Calzada-Natahoyo-Tremañes |
MX |
31.743 |
INEM-FSE |
18 |
Langreo |
Espacio Central |
MX |
21.690 |
MTAS-Conv.MOPTMA/PA-URBAN1 |
23 |
Valladolid |
España-San Pedro Regalado |
MX |
5.941 |
PERI-URBAN1 |
24 |
Badalona |
Serra D'En Mena |
MX |
24.048 |
URBAN1 |
32 |
Sta Coloma de Gram. |
Zona Sur |
MX |
41.756 |
(U) |
37 |
Coruña (A) |
Barrio Sudeste |
MX |
17.881 |
URBAN1 |
40 |
Madrid |
Periferia Sur |
MX |
1.204.347 |
CM/OCAP |
43 |
Murcia |
Espinardo |
MX |
7.660 |
(U) |
47 |
Barakaldo |
Galindo-Borde del Casco |
MX |
15.795 |
PERI-URBAN1 |
9 |
Línea de la Conc. (La) |
La Atunara |
PA |
5.930 |
JA |
1 |
Almería |
La Chanca |
PM |
2.752 |
MTAS-ARI-JA-(U) |
5 |
Huelva |
Marismas del Odiel |
PM |
3.759 |
POB3-JA-URBAN1 |
39 |
Coslada |
Santiago y la Cañada |
PM |
1.093 |
(U) |
41 |
Melilla |
Reina Regente |
PM |
5.419 |
(U) |
31 |
Sant Joan Despí |
Les Planes |
PP |
12.383 |
(U) |
46 |
Valencia |
Distrito Marítimo |
PP |
58.643 |
GV |
Parcelaciones marginales como La Chanca almeriense, la Ribera del
Marco cacereña o la Reina Regente melillense, responden, en escalas
y configuraciones muy diversas, a este patrón. En las parcelaciones
periféricas, o en zonas como La Atunara o La Isleta, su relativa
antigüedad y carácter popular, han determinado la existencia actual
de una gran diversidad social y económica (aunque débil), y, por
otro lado, la pequeña escala de las edificaciones, permite un
mantenimiento mínimo que mantiene la decencia del espacio urbano,
también caracterizado por la diversidad característica de la
acumulación de actuaciones individuales. La suma de ambas
diversidades es un lenitivo para los problemas sociales de los
moradores: riqueza social (familias de todas las edades, con varias
generaciones viviendo bajo el mismo techo) y variedad visual
(gracias a la posibilidad de control autónomo del espacio urbano),
pero apenas amortiguan los efectos del paro y de la falta de
recursos.
No ocurre lo mismo en las áreas mixtas de las periferias de las
ciudades medias y metropolitanas, con aluviones de población
inmigrada, edificios en altura, y en general con menor diversidad
social y económica, aunque sin llegar a la situación de las grandes
promociones de vivienda pública.
El estudio de estas actuaciones muestra que los barrios en los que
se está interviniendo tienen unas características, y unos procesos
en curso, que se pueden sistematizar acudiendo a una serie de
factores descriptivos. Según se verá, estos factores interactúan y
no tienen todos el mismo nivel de causalidad. El trabajo se ha
realizado mediante entrevista a personas responsables de las
distintas actuaciones, pero para determinar de forma precisa cuales
son los procesos que actúan en cada barrio, sería necesario un
trabajo in situ en mayor profundidad, utilizando técnicas
cualitativas de diagnóstico participado, especialmente si el
análisis está orientado a una actuación posterior.
El conjunto de factores de vulnerabilidad de los barrios se ha
agrupado, para su presentación, en los relativos a su continente
(físicos) y los relativos a su contenido (sociales y económicos).
En la siguiente tabla se hace una presentación matricial de las 50
actuaciones según su localización en la ciudad (agrupaciones por
formas de crecimiento urbanos), y los factores predominantes que
provocan su situación de vulnerabilidad. En todo caso, no debe
olvidarse que esta matriz se establece tan solo para facilitar la
presentación de los datos, puesto que los factores de
vulnerabilidad están relacionados entre sí, como se verá en la
exposición que se desarrolla en los próximos apartados.
Para realizar esta clasificación, sólo se ha atendido a los
factores que se intuyen como predominantes en cada caso,
sobreentendiendo que las relaciones que existen entre todos ellos
implica que donde aparece uno, intervienen también en cierta medida
muchos otros. Si se observan las situaciones más repetidas, se
tendrá una primera visión de los factores que están más
relacionados en la vulnerabilidad de cada grupo de barrios, y en el
conjunto de barrios sometidos a actuación publica.
Como primera reflexión es necesario considerar, como podrá verse en
este apartado y en las tablas del apartado 4.2.3, que no todos los
barrios sobre los que se está actuando pueden considerarse barrios
vulnerables, aunque todos ellos estén afectados por algún factor de
vulnerabilidad.
Los factores que se han detectado, y que se analizan a
continuación, son los siguientes:
La propia condición material de la ciudad puede ejercer una
influencia perjudicial sobre sus pobladores por distintas causas.
Si el ambiente urbano es percibido como una agresión, es difícil
esperar actitudes cívicas hacia aquel, por parte de quien no ha
estado en situación de intervenir en la creación de un entorno
grato, o simplemente no ha dispuesto de los medios para evitar la
decadencia del mismo.
En las ciudades de destino, los inmigrantes rurales tienen escasa
capacidad de influir sobre la materialización del entorno urbano,
tanto en el mantenimiento personal de las viviendas (alquileres,
comunidades de vecinos, vivienda publica, etc.), como en los
espacios públicos, o en las características de las remodelaciones,
etc., dada la escasez de estructuras político-administrativas
descentralizadas, y la escasa participación cívica.
Esta situación de alienación contribuye a dificultar la relación
afectiva con el barrio, produce sensación de impotencia en el
habitante, esto es, conciencia de que no dependen de él las grandes
decisiones que afectan a su bienestar físico. Y produce también
desarraigo, que puede expresarse como sentimiento de extrañamiento
e inadaptación a las pautas de comportamiento urbanas.
FACTORES DE VULNERABILIDAD |
BB. EN CASCOS HISTÓRICOS (1) |
BB. PERIFÉRICOS DE PROMOCIÓN (1) |
OTROS BB. PERIFÉRICOS (1) |
|
F I S I C O S |
DISTORSIÓN DE TEJIDOS Y/O TIPOLOGÍAS |
7 |
11, 13, 21, 26 |
17, 18, 31, 32, 39, 41 |
DETERIORO |
2, 7, 8, 12, 15, 16, 19, 25, 27, 33, 35, 36, 38, 42, 44, 45, 48, 49, 50 |
4, 10, 13, 14, 21, 34 |
1, 9, 18, 20, 23, 31,.32, 39, 41, 43, 46, 47 |
|
DEFICIENCIAS AMIBIENTALES |
|
14, 21, 29, 30 |
5, 17, 18 ,32, 47 |
|
S O C I A L E S |
DESEQUILIBRIO DEMOGRÁFICO |
12, 16, 19, 25, 27 33, 44 |
10, 11, 22, 28, 30, 34 |
1 |
MOVIMIENTOS DE POBLACIÓN |
|
6, 10, 11, 21, 22, 26, 29, 30, 34 |
17, 18, 23, 24, 31, 32, 41 |
|
RECHAZO CULTURAL |
8, 19, 25, 27, 35 |
4, 13, 14, 22, 28, 29, 30 |
17, 32, 37, 41, 43 |
|
INTRODUCCIÓN DE ACTIVIDADES MARGINALES |
8, 12, 15, 16, 19 25, 27, 35, 36, 38 42, 44, 45, 48, 49, 50 |
3, 4, 6, 10, 13, 14, 21, 29, 30, 34 |
1, 9, 17, 20, 23, 37, 39, 41, 43, 46, 47 |
|
BAJA CUALIFICACIÓN EDUCATIVA |
7, 12, 15, 35, 49 |
3, 4,10,.11, 13. 14, 21, 28, 29, 30 |
1, 5, 9, 24, 32, 39, 41 |
|
E C O N Ó M I C O S |
MARGINACIÓN DE ACTIVIDADES TRADICIONALES |
8, 19, 27, 33, 36 |
|
|
IMPACTO DE POLÍTICAS SECTORIALES |
33 |
11 |
17, 18, 20, 47 |
|
PRECARIZACIÓN DE LA COMUNIDAD |
2, 7, 8, 15, 25, 35, 42, 44, 49, 50 |
3 ,4, 6, 10, 11, 13, 14, 21, 28, 29. 30 |
1, 5, 9, 18, 20, 23, 37, 39 |
(1) La numeración que figura en las casillas se corresponde con los códigos de actuación de las tablas
anteriores.
Todas estas cuestiones se presentan al observador muy entreveradas,
por lo que interesa introducir técnicas de contraste para poder
examinarlas una por una. Así, el conjunto de factores físicos de
vulnerabilidad se debate en tres líneas de análisis que son, en
todo caso, coadyuvantes: distorsión, deterioro y deficiencia
ambiental.
La distorsión.
Se refiere a la existencia de trazados morfológicos (viario,
parcelación, etc.), o de tipologías edificatorias, especialmente
inadecuadas para favorecer un desarrollo normal de las actividades
y de las afinidades, de los habitantes actuales (población,
empresas y otras entidades sociales) con el lugar, con el espacio,
barrio o ciudad donde viven.
Esto puede suceder por varios motivos, p. ej., en el caso de
barrios históricos, por la incapacidad de la estructura viaria,
catastral o de los edificios para resistir nuevos modos de usar el
barrio, o por la ausencia de elementos urbanos complementarios, que
hoy son demandados como parte del capital fijo de las ciudades. En
el caso de los barrios modernos, por la existencia de estructuras
de escala desmesurada, por un reparto segregado de usos que resulta
especialmente impropio para el desarrollo de la normal actividad
ciudadana, por la ausencia de diversidad y de lugares de encuentro
y prestación de servicios en el entorno próximo, por una relación
insuficiente o inadecuada con otros lugares vitales de la ciudad,
etc.
Temas que se pueden resolver mediante el diseño material del
espacio urbano, y una gestión urbanística e inmobiliaria, de
acuerdo con los afectados, para complementar los barrios con los
elementos que necesitan, desarrollando una mayor diversidad,
centralidad propia, y atractividad para la vida local.
El conjunto de las actuaciones estudiadas da una imagen curiosa de
la situación de los barrios. Se podía esperar una mayor frecuencia
de los fenómenos de distorsión en los cascos antiguos (las formas
de vida han cambiado mucho en el último medio siglo), y menor en
los barrios modernos (se supone que han sido diseñados considerando
los modos de vida actuales), pero la realidad es exactamente la
opuesta. Entre los barrios centrales y los cascos históricos
estudiados, sólo los de origen musulmán, como el de La Magdalena
(Jaén), presentan este factor como determinante: la estrechez y
pendiente de sus calles no permite el tránsito rodado, lo que ha
frenado la implantación comercial y residencial por problemas de
acceso. También se presenta en 3 de los 7 barrios no planeados
(parcelaciones mixtas y periféricas) en Coslada, Melilla y S Joan
Despi, cuando previsiblemente deberían concentrar con más
intensidad este factor.
En el otro extremo del arco, entre las promociones planificadas, al
menos tres barrios tienen problemas de distorsión en lugares tales
como Huerta Macena (Lebrija), La Palma (Málaga), Jinamar (Telde) y
Sant Ildefons (Cornellá), así como muchos barrios de promoción de
la periferia madrileña, o los que se encuentran en áreas de
tipología mixta en La Calzada (Gijón), Serra d'en Mena (Badalona),
Zona Sur (Sta Coloma), o Sudeste (La Coruña).
Esta inversión lógica parece indicar que, muchos siglos después,
los cascos históricos, con sus posibilidades de mezcla y diversidad
de actividades, siguen representando una oferta más flexible para
absorber los cambios en el modo de vivir; y que, por otro lado, la
producción espontánea de la ciudad muestra, en ocasiones, una mayor
adaptabilidad, por lo que la escala menuda de la estructura urbana
puede valorarse como un factor integrador, en contraposición con la
actuación planeada de polígonos.
El deterioro.
Se corresponde con la situación en la que se encuentran tantos
barrios en los que la mala calidad inicial y/o la ausencia de
mantenimiento y de mejoramiento de los espacios público y privado
derivan en la aparición de zonas de progresiva degradación
ambiental.
El mantenimiento en buen estado de conservación del patrimonio
edificado se dificulta con los cambios de escala (comunidades de
vecinos, polígonos, etc.) que hacen imposible que el ciudadano, que
tiene escasos recursos económicos, se implique directamente en las
labores necesarias de mantenimiento y mejora de la vivienda y su
entorno. El forzado desentendimiento del habitante no se ve
compensado suficientemente en los barrios más necesitados por los
servicios públicos. Estos barrios requieren mayor atención en la
provisión de bienes y servicios que corresponde asegurar a las
administraciones a través del gasto público y la redistribución
fiscal.
El mayor deterioro urbano se concentra en barrios centrales y
cascos históricos, siendo apreciable en todos los casos estudiados
en mayor o menor grado, y llegan a tener un grado tan agudo que
pueden estar incidiendo en el aumento de la vulnerabilidad. Los
barrios de Santa María (Cádiz), Rompechapines (Jerez), Herrería
(Palma), Velluters (Valencia), o los cascos históricos de Málaga,
Zaragoza, Barcelona, Gerona, Sabadell, Badajoz o Cartagena, exhiben
un aspecto tal en algunas zonas, que distingue a sus habitantes
como pertenecientes a un grupo social marginado.
Tampoco es de extrañar la aparición de cuadros de grave deterioro
urbano en los barrios informales periféricos, ya que, al fin y al
cabo, han sido levantados mediante edificación de menor calidad,
para uso propio o para una oferta barata. Los barrios de La Chanca
(Almería), España (Valladolid), Espinardo (Murcia), Les Planes
(Sant Joan D'espí) o el Marítimo (Valencia) son espacios en los que
sus habitantes han carecido de recursos para mantener en
condiciones su hábitat, y en los que la acción municipal ha tardado
en llegar para hacer lo propio con el espacio público.
El que los barrios planeados también den muestras de un fuerte
deterioro a los pocos años de su ocupación es ya más preocupante,
pues denota un error estructural en la concepción de estos grupos
residenciales. Así, p. ej., la Cartuja (Granada), Polígono Sur
(Sevilla) o La Mina (St. Adriá), barrios construidos en el último
cuarto de siglo, tienen una situación de deterioro que muestra la
dificultad que los vecinos han tenido para cuidar edificios que
sólo pueden mantenerse mediante técnicas profesionales, lo que
exige adoptar acuerdos entre comunidades de propietarios
económicamente frágiles
La deficiencia ambiental.
Hace referencia a condicionantes externos que, en frecuentes
ocasiones, son los causantes directos de la insalubridad
medioambiental de un área urbana, de su peligrosidad o,
simplemente, del desprestigio de la misma. Puede ser un foco
próximo contaminante (instalación fabril, vertedero, incineradora,
línea eléctrica de transporte de AT, aeropuerto, etc.), un elemento
interno o de borde especialmente agresivo (ferrocarril, autopista,
u otra barrera infraestructural), o una situación geográfica o
geológica peligrosa o insalubre (inundabilidad, humedad,
sismicidad, percepción visual de parajes degradados, mala
localización o comunicación).
El hecho es que ciertos barrios, especialmente los más vulnerables
por otros factores, carecen de capacidad endógena para superar
situaciones que responden a necesidades generales o a la baja
calidad del emplazamiento y que, en tanto no cesen o puedan ser
superadas, gravitarán como una hipoteca sobre las posibilidades de
recuperación del área.
Esta situación se encuentra rara vez en cascos históricos, si se
excluye el de Terrassa (barreras infraestructurales), o
Rompechapines (Jerez), cuyas actividades marginales (prostitución,
droga) se vieron notablemente reforzadas con motivo del
establecimiento de la base de Rota. Tampoco aparecen con gran
frecuencia en los barrios periféricos informales que se han
estudiado, si bien la zona sur de Santa Coloma de Gramenet se ve
afectada por suelos de mala calidad, con problemas de drenaje, o
Galindo (Barakaldo) que se encuentra junto a ruinas industriales y
al ferrocarril.
Pero son muy frecuentes en los barrios planeados, lo que tiene su
propia lógica, ya que se asentaron sobre suelo tradicionalmente
residual que gestionó el sector público muchas veces con carácter
de urgencia e incluso en contra del planeamiento aprobado. Así, el
barrio de las Marismas del Odiel (Huelva) se enfrenta a una potente
contaminación medioambiental, el de La Mina (San Adrián del Besós)
se ve afectado por una depuradora, una incineradora, una central
térmica y barreras ferroviarias, y el área central de Langreo, esta
afectado por la ominosa presencia de ruinas industriales.
Los diferentes factores de vulnerabilidad que se encuentran cuando
se analizan los procesos en curso en un barrio determinado, no
siempre cubren los tres grandes encabezados. En concreto, los
factores físicos tienen un relativo grado de autonomía respecto de
los sociales, y se han dado frecuentes casos en los que el buen
estado físico de un barrio enmascara sus problemas de fondo.
Hoy, se puede afirmar que, en gran medida, las operaciones de
remodelación de barrios no parecen haber atajado la vulnerabilidad
social de las comunidades que los habitan. Así, si como antes se
comentaba, pueden establecerse relaciones entre la existencia de
deficiencias en la urbanización, y en las edificaciones, y las
características de algunos problemas sociales, no se puede afirmar
que el corolario sea igualmente cierto: la ausencia de deficiencias
físicas no elimina los problemas sociales. A lo más, elimina parte
de las tensiones, pero aquellos permanecen y pueden agravarse por
otras causas.
El grupo de los factores sociales adquiere especial relevancia en
el contexto de este trabajo. Sin minusvalorar los factores físicos
y los económicos, cabe pensar que de este grupo parten algunas
graves situaciones de rechazo a las condiciones de convivencia en
los barrios desfavorecidos.
En cierto modo, podría decirse que los factores sociales son, ante
todo, culturales, si se consigue emplear esta palabra en su más
amplio sentido antropológico; y por ello, son los que primero
afectan a la cohesión social de un colectivo urbano. Las grandes
migraciones campo - ciudad han tenido la consecuencia del
desarraigo como principal coste social, en la medida en que han
propiciado la ruptura cultural.
Como en el caso de los factores físicos, ahora es conveniente
identificar por separado los factores sociales que parecen tener
mayor responsabilidad en las situaciones de vulnerabilidad. Se han
identificado cinco: desequilibrios demográficos, movimientos de
población, rechazo cultural, introducción de actividades marginales
y baja cualificación educativa.
Los desequilibrios demográficos.
Aparecen cuando la pirámide de población de un área urbana difiere
sensiblemente de la de la ciudad a la que pertenece; es, por ello,
un concepto relativo en el contexto de este estudio. Estas
situaciones aparecen en áreas urbanas de todo tipo: si es en cascos
históricos o barrios centrales habrá una mayor proporción de
población envejecida, y ausencia de parejas jóvenes y niños; si es
en barrios periféricos de nueva creación, son los mayores los que
se encontrarán peor representados, etc.
En todos los casos se produce una ruptura de la convivencia
intergeneracional que arroja a los individuos en los brazos de un
Estado del Bienestar, con problemas de eficacia y escasez de
recursos. La convivencia familiar está en la base del paraguas de
protección social, pues complementa (cuando no sustituye) las
prestaciones públicas. Ciertos experimentos de los trabajadores
sociales intentan reconstruir los nexos intergeneracionales
siquiera sea de manera artificial, fomentando la relación de
jóvenes con ancianos en los barrios, lo que da idea de que esta
situación es percibida como un problema desde las instancias
públicas, que son responsables de una carga que no pueden soportar
adecuadamente.
En la ciudad tradicional este problema se manifestaba de forma
mucho menos acusada: aunque las diferentes generaciones no
habitasen bajo el mismo techo, sí habitaban espacios urbanos poco
distantes, y la diversidad de la oferta inmobiliaria permitía un
cierto agrupamiento familiar y el mantenimiento de las relaciones
intergeneracionales. Los modernos barrios de promoción pública, y
muy en especial los de los años setenta, han ofrecido enormes
cantidades de vivienda de programa fijo (60-80 m2), pensada para un
único tipo de familia y para un único régimen de tenencia, y las
cosas no están mejorando en la medida en que el agravamiento del
problema coincide con la debilitación del Estado del Bienestar.
Las fuerzas del mercado no permiten, hoy, recomponer la diversidad
de los barrios (familiar, social e intergeneracional), en base a la
oferta inmobiliaria, porque los sectores que faltan en los barrios
desfavorecidos son económicamente débiles: jóvenes que necesitan
independizarse, ancianos que quisieran vivir cerca de sus hijos y
nietos, etc. Sólo el sector público podría facilitar una mayor
diversidad de oferta inmobiliaria en los barrios que la necesitan,
mediante oferta de suelo y construcción de distintos tipos de
vivienda, en venta y en alquiler.
Los casos más agudos de desequilibrio demográfico se dan, desde
luego, en los cascos históricos; en ellos subsiste una población
envejecida y carente de recursos para mudarse, mientras que las
generaciones sucesivas han tenido que abandonar los cascos
empujados por la búsqueda de espacios menos insalubres para sus
hijos, o expulsados por otros múltiples factores (transformación
del uso residencial, tamaño y estado de las viviendas disponibles,
política hipotecaria y crediticia de acceso a la vivienda, etc.).
No se han detectado grandes desequilibrios demográficos en los
barrios periféricos informales estudiados. Es natural, puesto que
a ellos fluye parte de los vecinos expulsados de las áreas
centrales, pero tampoco estos barrios han facilitado adaptar la
vivienda a distintas composiciones familiares, y lograr así el
mantenimiento de agrupaciones familiares intergeneracionales. Los
casos mas agudos entre los estudiados parecen ser los de Málaga,
Zaragoza, Palma y Girona.
Los barrios planeados, en especial las grandes unidades, se
encuentran ya a más de una generación de su establecimiento, pero
sólo han podido reconstituir en parte la diversidad generacional.
En algunos, como los barrios de Toledo, Sant Adria o Girona, se
detectan desequilibrios bastante graves. A riesgo de equivocación,
podría conjeturarse que, en el futuro próximo, este tipo de
factores resurgirá en estos barrios, puesto que los hijos ya no
caben en las pequeñas casas, y mucho menos cabrán los nietos.
Además, la rígida estructura tipológica (bloque abierto, viviendas
con un programa estricto) hace imposible una ampliación espontánea
de la vivienda, por lo que el desdoblamiento de hogares se produce
fuera del barrio, forzando el desequilibrio demográfico como sucede
en los cascos. La rígida estructura de la propiedad de la vivienda,
agravada por las trabas fiscales a la movilidad, hace inadecuados
estos barrios para garantizar a largo plazo la imprescindible
diversidad generacional.
Los movimientos de población.
Están en el origen de la mayor parte de los problemas urbanos, y en
cierta medida son causa de los demás, si hubiera que atenerse a una
clasificación más rigorista. Pero se han tratado al mismo nivel
para poder estudiar un abanico complejo de factores en cada caso
concreto. En ciertos barrios desfavorecidos, la llegada masiva de
nuevos pobladores en un lapso de tiempo relativamente pequeño ha
generado problemas específicos que, hasta que no transcurre una
generación, son incluso mayores que los provocados por el
desequilibrio demográfico, y se manifiestan en términos de
desequipamiento, de desabastecimiento, o de las primeras y más
dolorosas fases de desarraigo.
El proceso de desarrollo cultural en un barrio nuevo que, casi de
repente, se ve poblado por un gran número de familias que provienen
de lugares diversos, es largo si se debe producir de manera
espontánea. Pero hay trabajos sociales que pueden acortar el
proceso, o hacerlo menos traumático en sus fases más agudas. En el
peor de los casos, el estudio de este tipo de factores debería
permitir extraer las conclusiones necesarias para que las políticas
futuras no reincidieran en los mismos errores.
Los barrios centrales y cascos históricos no registran apenas este
tipo de factores. Es lógico, son zonas que centrifugan población,
o que la reciben en un goteo de estratos de jóvenes y de
inmigrantes, que se reasientan en los centros deprimidos. Sin
embargo, recientemente, está llegando nueva población inmigrante
extracomunitaria con escasos recursos a algunos barrios, que a
veces se encuentra en situación ilegal, y que solo encuentra
alojamiento en los alquileres mas bajos de los barrios mas antiguos
y degradados, salvo que se incorpore al chabolismo. Entre los casos
estudiados el mas significativo puede ser el de Ciutat Vella en
Barcelona.
Esto mismo ocurre en algunos barrios periféricos de ciudades que
reciben población joven o inmigración exterior de baja
cualificación y escaso poder adquisitivo, en los que se presentan
algunos de los cuadros propios de zonas de recepción de nuevos
pobladores. Sin embargo, parece que la propia estructura de este
tipo de barrios amortigua la llegada, ya que no se produce de
manera masiva, ni las unidades de promoción tienen, por lo común,
una dimensión tal que trastoque la vida de estas áreas. Los barrios
de España (Valladolid), Les Planes (Sant Joan D'Espí), Sur (Santa
Coloma de Gramanet) o Reina Regente (Melilla) son exponentes de
estos asentamientos.
Los barrios periféricos de promoción han surgido para alojar
precisamente estos contingentes de los fuertes movimientos de
población de las décadas de los cincuenta y sesenta, por lo que no
es de extrañar que sea en ellos en los que el problema se vive de
manera más aguda. Barrios como La Hispanidad (Huelva), La Calzada
(Gijón), Jinamar (Telde), Sta M. Benquerencia (Toledo), Sant
Ildefons (Cornellá), San Cosme (Prat del Llobregat) o La Mina (Sant
Adriá de Besós), asi como otros de la periferia sur madrileña o de
Serra D'en Mena (Badalona) han recibido su población en pocos años,
siendo este factor un elemento de su situación problemática
posterior.
El rechazo cultural.
Se hace aquí referencia, con este termino, a la dificultad que un
grupo social tiene para integrar minorías en su seno entendiéndolas
como un enriquecimiento de la diversidad cultural, más que como un
peligro.
Precisamente las zonas periféricas, y las promociones, que
concentran una mayor cantidad de inmigración desarraigada son las
más ávidas de construirse una nueva identidad cultural, lo que es
facilitado en aquellos casos en los que la oferta inmobiliaria ha
segmentado a la población de tal manera que existe una gran
coincidencia en el tramo de edades, oficios, estados civiles y en
las extracciones sociales de los moradores. Pero también en barrios
centrales, se forman colectivos homogéneos de población envejecida,
gentes del-barrio-de-toda-la-vida.
En ambos casos, la aparición de actitudes diferentes importadas por
nuevos grupos minoritarios que se incorporen al barrio es percibida
con desconfianza, e interpretada como una agresión. Ya se trate de
minorías étnicas (gitanos), religiosas (musulmanes), nacionales
(inmigrantes extranjeros) o de grupos de jóvenes (más capacitados
para la socialización inmediata, y por tanto sospechosos de haber
accedido a la formación de una identidad de grupo). El rechazo se
produce por miedo a lo desconocido (en definitiva, por falta de
educación), y por su efecto disolvente de las energías de los
antiguos residentes, ocupadas en plantear sus necesidades, no
siempre fáciles de comunicar a los recién llegados. Nuevamente, en
este caso, el trabajo social puede ayudar a acelerar la generación
de actitudes que, si no son solidarias, al menos sean tolerantes.
Los centros históricos y barrios centrales sufren este problema en
tanto que la llegada de minorías marginales choca frontalmente con
hábitos inveterados de una población envejecida y que percibe la
nueva situación como una causa mas para la degradación de su
hábitat. Es el caso de Rompechapines (Jerez), o de La Herrería
(Palma de Mallorca) con la llegada de colectivos dedicados a
actividades marginales; del casco histórico de Gerona, con la
llegada de inmigrantes ilegales; de la Plaza Alta de Badajoz con la
minoría gitana.
Aparece también este factor, aunque con menos frecuencia, en los
barrios periféricos no planeados, en los que se acumulan minorías
magrebíes o gitanas: así sucede en la Zona Sur de Santa Coloma de
Gramanet, o en Reina Regente en Melilla. Estos barrios favorecen la
aparición de asentamientos marginales (chabolas, infravivienda,
ocupaciones) por su propia estructura informal.
En los barrios de promoción, se presentan estos procesos con mayor
frecuencia, lo que puede ser interpretado como la percepción de una
amenaza en aquellos colectivos que aún no han arraigado lo
suficiente como para poder integrar sin riesgos otras culturas. Los
barrios granadinos de La Cartuja, La Paz y Almanjayar, los
gijoneses de La Calzada, Natahoy y Tremañes; el toledano de Santa
M. Benquerencia; el gerundés de Onyar, o el coruñés del Sudeste,
reciben población gitana, portuguesa o magrebí con dificultades
para hacerse aceptar por parte de los habitantes más antiguos.
La introducción de actividades marginales.
Este proceso puede ser efecto de otros factores que aquí se están
enumerando; pero, para los propósitos de esta descripción, se hace
referencia a la baja resistencia de un barrio a la implantación de
este tipo de actividades, acaso por motivo de la escasa
organización asociativa alcanzada, que le dificulta concretar una
oposición social cuando comienzan a introducirse.
Los mundos de la droga y de la prostitución, a su vez conectados
entre sí, pueden establecerse sobre un área porque han sido
erradicados de otra más combativa, que los ha expulsado. La
aparición de vías rápidas o la intrusión masiva de vehículos ajenos
en los espacios públicos de un barrio, seccionándolo y
degradándolo, puede ser la consecuencia de una política de
ordenación del tráfico en otros barrios aledaños o zonas de la
ciudad. Una determinada institución (prisión, centro de
rehabilitación de drogodependientes, sede de una secta, etc.) cuya
ubicación en el barrio se haya decidido desde otra instancia sin
contar con el vecindario, puede ser vivida con hostilidad, y
degradar las ya difíciles relaciones de convivencia, etc.
Sólo cuando una comunidad tiene un cierto nivel de cohesión social
es capaz de hacer frente a este tipo de situaciones y rechazarlas
como agresiones, o de asimirlarlas si se consigue incorporarlas a
una actuación global sobre el barrio. Nuevamente, es posible
acelerar la formación de los nexos culturales que desembocan en
cohesión social mediante el apoyo público al tejido asociativo,
para elevar el nivel de conciencia ciudadana, y para ello hay que
compartir la preparación de las decisiones con los afectados y
plantearlas contemplando la problemática local y la actuación
amplia en distintos campos, evitando actuaciones sectoriales
agresivas provenientes del exterior, pero que impactan sobre estos
barrios.
Las actividades marginales no parecen tener preferencia por ningún
tipo de barrio en particular, y se dan con profusión en todos ellos
ya sean centrales o periféricos. Si es en los cascos, alimentadas
por la mayor densidad, que ofrece mayores oportunidades
(delincuencia, prostitución), y si es en las periferias,
propiciadas por una mayor sensación de impunidad o existencia de
clientela específica. Allí donde se producen situaciones de
vulnerabilidad pueden aparecer las actividades marginales y, si
esto ocurre, entran a colaborar en la espiral de exclusión en el
barrio.
La baja cualificación educativa.
Es también un factor relativo y debe contemplarse con suma cautela.
A efectos de este estudio, se utiliza este factor refiriéndolo a la
educación precisa para desarrollar las actividades y el tipo de
relaciones culturales propias del contexto en el que se inserta el
barrio, y no en términos de niveles educativos alcanzados referidos
a los estándares culturales del país, considerado en su conjunto.
Se trata de entender cuales son los niveles educativos o de
formación profesional que serían adecuados ante la precarización de
la población, más que atender a una comparación pretendidamente
igualitaria de niveles educativos con los barrios prósperos de la
ciudad.
Pero, sea cual fuere el criterio para la definición de los niveles
de cualificación educativa, ésta produce una enorme cantidad de
problemas en los barrios: la falta de educación es muy activa en
términos de la generación de actitudes intolerantes, así como en
los de la producción de comportamientos destructivos motivados por
el fracaso escolar y el abandono. Por no mencionar la constitución
de un semillero de paro y la subsiguiente posible aparición de
actividades delictivas aparejadas a la desocupación.
Las carencias educativas aparecen con menor frecuencia en los
cascos históricos. Debe interpretarse en el sentido de que la
población envejecida no es la más susceptible de ser formada, ni de
la que pueda pensarse que un incremento en la calidad de su
formación la hará menos vulnerable. En tanto que población ya fuera
del mercado de trabajo, sus problemas son muy distintos.
Los barrios periféricos no planeados son los que presentan la mayor
incidencia de este factor. Ello habría quizás que atribuirlo a la
menor calidad relativa del equipamiento educativo, cuando no a la
existencia de déficit de instalaciones, así como a situaciones
familiares y de entorno social.
Los barrios de promoción unitaria a pesar de disponer normalmente
del equipamiento público en proporción suficiente, sufren
intensamente estos problemas, por lo que hay que achacarlos a otros
factores relativos a la adecuación de la enseñanza, absentismo,
fracaso y abandono, etc., que interactúan entre sí.
El tercer gran grupo de factores determinantes de situaciones de
vulnerabilidad es el económico. Tradicionalmente considerado como
el principal, y, casi único, causante de problemas, hoy en día
puede considerarse este grupo de factores en una posición de
responsabilidad compartida, lo cual no significa que su importancia
decrezca. Lo que sucede es que ciertos barrios vulnerables parecen
demostrar una capacidad de resistencia frente a la adversidad
económica que sólo se puede explicar por medio de la importancia de
otros factores culturales de cohesión que no han fallado cuando la
situación económica parecía insostenible.
Pero no se debe minusvalorar la gran importancia de la variable
económica. Términos como "Barrio en crisis", o "con problemas", son
tautologías por no mencionar otras palabras más duras, ya que se
trata de las áreas donde se concentra la parte "perdedora" de esta
sociedad. En los barrios económicamente prósperos, es muy difícil
localizar los cuadros agudos que aquí se describen.
Los factores de vulnerabilidad de los barrios españoles se generan
en las entrañas de la estructura económica propia del contexto
geopolítico europeo, y de la situación de las distintas regiones de
este país, lo que se refleja en la organización del espacio social
de las ciudades. Por ello mismo se debe utilizar la fiscalidad para
hacer llegar a los barrios vulnerables aquellos fondos cuya
ausencia ha determinado en parte la crisis, si bien el conjunto de
factores habría que rastrearlo muy lejos del espacio físico ocupado
por las zonas seleccionadas, lo que cae fuera de los límites de
este trabajo.
Los factores económicos relacionados con estos procesos pueden
resumirse en tres, por lo que respecta a los barrios estudiados: la
marginación de las actividades tradicionales, los impactos de las
políticas sectoriales y la precarización de la comunidad.
La marginación de las actividades tradicionales.
Se está produciendo por la aparición de nuevas formas de
organización social que entran en conflicto con las actividades
tradicionales, sin que se adopten medidas de control respecto a la
oportunidad, condiciones y calendarios del reajuste, al menos en
determinadas zonas de las ciudades.
Un ejemplo claro es la desaparición del comercio minorista debido
a la reestructuración del sector con superficies medias, grandes
almacenes y, finalmente, las "grandes superficies". Si desaparece
el comercio de barrio, mueren con él muchas otras cosas (ocupación
de las plantas bajas, actividad callejera, empleo cerca de la
vivienda, diversidad social de los usuarios de un área, etc.), a
cambio de ganar, en el mejor de los casos, tan sólo, una mayor
economía del producto. Pero se trata de un porcentaje diferencial
mínimo, si se compara con los perjuicios inducidos a la estructura
urbana de las ciudades españolas, con los consecuentes costes
sociales y aumento del gasto público.
Pero, aparte del comercio, la marginación de actividades de escaso
valor añadido en las ciudades parece imparable (artesanía, oficios,
servicios mecanizables, etc.). Todo ello reduce a muchos barrios,
y en especial los vulnerables, a un estado que se pensaba propio de
las ciudades dormitorio, con la circunstancia agravante de que los
hace presa fácil de la introducción de actividades marginales.
La cuestión estará entonces en saber si se trata de actividades que
se extinguen porque han cumplido su ciclo natural de vida, o si por
el contrario, están siendo víctimas de la lógica económica, según
la cual el mercado es el único que debe reordenar el valor y los
usos del suelo en las ciudades (como árbitro absoluto de la
situación), sin reconocer el valor cultural de las estructuras
existentes, que se dejan reducidas a mero objeto de intercambio.
Los barrios vulnerables siempre serán perdedores en esta lógica.
Un local comercial, un taller o una oficina ocupan un suelo y unos
locales cuyo valor viene determinado por los usos autorizados, e
intermediado por la ordenación urbanística. Los planes y la gestión
de los barrios deben procurar la existencia de una cierta
diversidad de actividades en los barrios, especialmente en los
desfavorecidos, que tienen mayores dificultades de mantener
actividades de mayor debilidad económica que han de competir en el
mercado. Si en estos barrios no hay acciones positivas públicas en
defensa del interés colectivo, se convierte en mercancía pura
aquello que expresa una forma de vida, y por tanto altera los nexos
culturales de una colectividad, aumentando su fragilidad.
La marginación de estas actividades se da, sobre todo, en los
cascos históricos: el barrio jerezano de Rompechapines ha perdido
todo su comercio, si bien en este caso el responsable habrá que
localizarlo en los sectores de actividades marginales que se han
enseñoreado de un espacio tan central. El barrio de La Herrería, en
Palma de Mallorca, ha sufrido una situación parecida, mientras que
las grandes superficies comerciales han ahondado los problemas del
centro histórico de Sabadell. Son muchos los centros que están
sufriendo la desaparición de su tejido económico tradicional; pero
en los casos estudiados la situación no ha podido ser compensada
con otras actividades, en tanto que las marginales han aparecido
con fuerza en casi todos los casos, siendo ya difícil reconocer la
causa inicial que ha disparado el proceso de degradación.
Por otro lado los barrios de promoción carecen de diversidad de
usos y mantienen una escasa dotación de empleo local en servicios
comerciales, talleres, pequeñas empresa, u otro tipo de servicios.
Son barrios que carecen de locales adecuados, ni de una ordenación
apropiada, para la convivencia de la vivienda y la actividad
económica, y que tampoco han tenido una política adecuada de
desarrollo local; requiriendo una política correctora que, p. ej.,
en Francia se está acometiendo de forma sistemática.
Las políticas sectoriales.
Se ha tratado de identificar las principales situaciones,
detectadas a lo largo del estudio, en las que existe la convicción,
por parte de las autoridades responsables de las zonas urbanas con
dificultades, o de asociaciones representativas de los vecinos, o
de profesionales que han intervenido en la zona, de que los
problemas del barrio presentan vinculaciones directas con
determinadas políticas sectoriales. Parece importante señalarlas,
aunque ha sido imposible el análisis en detalle del comportamiento
de estas vinculaciones, para poder establecer cual es la parte de
responsabilidad de las políticas sectoriales señaladas por los
agentes afectados en los procesos de deterioro realmente producidos
en cada zona.
El primer hecho que llama la atención al examinar el conjunto de
los casos analizados es el de la abundancia de situaciones en las
que es posible identificar, prácticamente desde el comienzo del
análisis, presuntas vinculaciones entre la situación de degradación
o vulnerabilidad urbana examinada, y alguna clase de políticas
sectoriales. Basta con retroceder suficientemente en la historia de
cada caso (entendida como serie de antecedentes próximos, no como
historia lejana de cada comunidad), para encontrar uno o varios
sucesos o procesos socioeconómicos que están en la base del
deterioro observado.
Normalmente, estos orígenes del problema tienen que ver con algún
tipo de política sectorial, esto es, con alguna decisión o conjunto
de decisiones adoptada por algún ámbito sectorial de la
Administración, ya sea en los diversos planos de la esfera
económica, o en otros terrenos urbanísticos, de vivienda, de
asistencia social, etc.
Políticas financieras.
Las políticas financieras tienen carácter transversal en el
conjunto de la economía y aún de la sociedad, lo que supone que sus
efectos directos o indirectos sobre las ciudades se manifiestan en
una multiplicidad de planos. En este estudio interesa identificar
algunas vinculaciones directas entre ciertos cambios o
transformaciones de las políticas financieras y la evolución de
determinados problemas urbanos.
En los años ochenta se registró en el plano internacional un
profundo proceso de liberalización de los movimientos de capital,
en los que España se vio progresivamente implicada, sobre la base
de una sucesión de medidas de liberalización de los mercados
financieros internos, que culminaron en 1989 con las medidas de
libre circulación de capital a escala comunitaria adoptadas en
función de los compromisos del Acta Única.
El efecto conjunto de factores como la nueva estabilidad política,
los altos tipos de interés, la alta tasa de cambio, la
infravaloración de los activos españoles, etc., influyó en la
entrada masiva de capital extranjero en España que se registró
desde la segunda mitad de los años ochenta. Una fracción sustancial
de la afluencia de capital tuvo como destino la inversión en
activos reales, y principalmente en activos inmobiliarios en las
grandes ciudades y en determinadas zonas turísticas. Lo que influyó
en el boom de precios inmobiliarios que se produjo en esos años.
El reciente encarecimiento de los precios de la vivienda ha sido
señalado directamente como uno de los problemas que han acentuado
la vulnerabilidad social urbana en algunos de los casos analizados,
como el Sur de Madrid, confirmando la segregación social de los
barrios vulnerables cuyo mercado se mueve poco, respecto a otros
próximos que se han encarecido.
En otros casos se han señalado influencias indirectas no menos
importantes. Por ejemplo, algunos centros históricos degradados que
permanecieron más o menos al margen del proceso de subida de los
precios por su escaso atractivo para la demanda solvente de
vivienda -y mucho menos para la inversión especulativa-, han
registrado una mayor afluencia de población marginal, que ha
contribuido a acelerar su deterioro social. Este parece haber sido
el caso, por ejemplo, de Alicante o Gerona, pero también de
Cartagena, o de zonas de las Ciutats Vellas de Barcelona y Valencia
antes de comenzar sus respectivos programas de rehabilitación.
Políticas industriales.
Las políticas industriales que de un modo más evidente han influido
sobre los procesos de deterioro de la cohesión social urbana han
sido las de reconversión de sectores tradicionales que mostraban
una elevada concentración de actividad en determinadas localidades
concretas.
El caso probablemente más notorio entre los analizados es el de
Langreo, en donde la crisis combinada de la minería del carbón y la
industria metalúrgica han sumido a la ciudad en un profundo
declive. Pese a que la reducción de los empleos disponibles se ha
realizado en general en el marco de programas de protección que han
evitado la caída en la pobreza de la inmensa mayoría de la
población afectada por las reconversiones, la falta de expectativas
económicas y sociales en la ciudad, así como el extremo deterioro
de su medio ambiente, han determinado la práctica congelación de la
inversión en la ciudad, tanto en actividades productivas como en
vivienda y en cualquier otro ámbito de la inversión privada. Los
excedentes de renta que continúan existiendo en la zona se
invierten sistemáticamente en el exterior, bien sea en los sectores
inmobiliarios en Oviedo o Gijón, o incluso en la costa
mediterránea, o en valores mobiliarios gestionados por la banca
local, especializada en la captación de pasivo.
De este modo, aunque los elementos básicos de la estructura social
de la ciudad se mantienen todavía prácticamente incólumes, dado el
relativamente escaso tiempo transcurrido desde el comienzo de los
grandes procesos de reconversión, comienza ya a percibirse la
pérdida de población y su sustitución por poblaciones marginales
atraídas por la abundancia de viviendas vacantes a bajo precio,
todo ello en un marco de perceptible deterioro físico del espacio
urbano. De no mediar intervenciones acertadas la situación social
es susceptible de empeorar notablemente en los próximos años.
Otros casos en los que se han señalado explícitamente las crisis
sectoriales como inductoras principales o parciales de procesos de
deterioro social urbano han sido el de Sabadell, relacionado con la
crisis y reestructuración del sector textil, y el de La Coruña,
relacionado con la crisis del sector pesquero.
Políticas comerciales.
Se suele considerar que la crisis del pequeño comercio por la
extensión de las grandes superficies es una de las principales
razones que han determinado el declive y deterioro de los cascos
históricos en la generalidad de las ciudades españolas. Sin
embargo, el examen del conjunto de los casos analizados parece
indicar que esta situación no está tan generalizada como se suele
dar por sentado en el debate urbanístico.
Una buena parte de los cascos históricos analizados habían perdido
ya su preponderancia comercial en el seno de sus respectivas
ciudades mucho antes de que comenzara la expansión de las grandes
superficies comerciales, hace ahora unos quince años. Habían sido
sustituidos en este papel por los ensanches modernos por lo que se
refiere al comercio de carácter no cotidiano, y mantenían tan sólo
una limitada actividad comercial al nivel de barrio, centrada en el
comercio de alimentación y en algunas actividades artesanales. Se
han detectado algunas excepciones a esta situación general, como es
el caso del centro de Sabadell o, en menor medida, la Ciutat Vella
de Barcelona, pero en general, el proceso de deterioro de los
cascos históricos es más antiguo, y el factor que más ha acelerado
su deterioro en etapas recientes es el de la concentración de
actividades marginales atraídas por la propia postración del
barrio, como se ha señalado más arriba.
Algunos barrios populares, o incluso algunas zonas de promoción
moderna, que habían llegado a alcanzar una cierta independencia
comercial a principios de los años ochenta, han podido verse más
afectados por la extensión de las grandes superficies comerciales.
Estas zonas cuentan, en general, con mayor proporción de familias
normalizadas, con estilos de vida más modernos y con mayor
disponibilidad de automóviles que los cascos históricos, en los que
se detecta un mayor envejecimiento de la población. En
consecuencia, la atracción de las grandes superficies comerciales
sobre los consumidores se manifiesta con mayor intensidad en ellas,
y los procesos de sustitución del pequeño comercio por las grandes
superficies alcanzan una mayor amplitud.
Políticas de infraestructuras.
En la influencia de las políticas infraestructurales sobre los
procesos de vulnerabilidad cabe diferenciar dos grandes ámbitos.
El primero es el que se refiere a la incidencia de las grandes
dotaciones de transporte sobre los reequilibrios territoriales,
poniendo frecuentemente en desventaja a las localidades más
pequeñas y menos dinámicas frente a las grandes poblaciones, que
pueden resultar más atractivas para la localización de la actividad
y el empleo, así como para la realización de actividades
comerciales.
El segundo es el que se refiere a la degradación de determinadas
zonas por la presencia de grandes infraestructuras que ejercen una
influencia negativa desde el punto de vista ambiental, degradando
la calidad de vida en la zona e impulsando de este modo un proceso
de devaluación y progresivo deterioro. Este parece ser, por
ejemplo, el caso de los barrios de Poniente de Tarragona, que
sufren problemas de segregación territorial debido a los trazados
de autopistas y líneas férreas, así como la presencia de tendidos
de alta tensión al servicio de los polígonos industriales próximos.
Una situación similar se da en Prat de Llobregat, en donde las
zonas más vulnerables se localizan prácticamente junto a la verja
del aeropuerto internacional de Barcelona, estando sometidas al
ruido y otras perturbaciones derivadas del tráfico aéreo.
Políticas de vivienda.
Prácticamente en todos los casos de zonas de promoción moderna en
los que se detectan problemas de deterioro de la cohesión social es
posible rastrear el origen del problema en las antiguas
intervenciones para alojar poblaciones en mayor o menor grado de
dificultad. Al intentar resolver problemas indudablemente
acuciantes en su día, se fueron creando para el futuro problemas
posiblemente mucho mayores, que ahora empiezan a eclosionar, en
muchos casos, con menores posibilidades de solución que en el
momento inicial.
La creación del problema empezaba por la propia selección de los
alojados, que reunía en un mismo recinto a cientos o miles de
familias que se encontraban, por definición, en condiciones de
inferioridad económica, laboral o cultural, y continuaba, en muchos
casos, con la deficiente calidad de la edificación, o con la
aplicación de criterios urbanísticos que se han revelado con el
tiempo como profundamente inadecuados creando barrios dormitorio,
muy alejados de la experiencia de los ensanches y cascos con
diversidad social y funcional. Lo verdaderamente preocupante es
observar como se sigue todavía incurriendo en errores similares,
cuando ya se cuenta con evidencias más que suficientes de las
seguras consecuencias que este tipo de actuaciones depararán en el
futuro.
Se han detectado casos en los que se sigue segregando en
determinadas actuaciones a las familias consideradas más
"conflictivas", que acabarán siendo concentradas en algún lugar en
el que indefectiblemente empeorará su situación. En otras ocasiones
se sigue insistiendo en ubicar a minorías étnicas en localizaciones
manifiestamente inadecuadas para su estilo de vida y sus hábitos
culturales. La profusión de este tipo de situaciones es muy notable
en la mayoría de las comunidades autónomas, hasta el punto de que
incluso en aquellas en las que los problemas de deterioro urbano
son prácticamente inexistentes, como es el caso de Baleares, es
posible detectar este tipo de situaciones puntuales, que se
arrastran durante años sin que sea posible hallar para ellas una
solución efectiva.
Por otro lado, hay que destacar las carencias de la política de
vivienda, que marginan aun más a los grupos vulnerables. Hay una
notable carencia de viviendas para jóvenes que no pueden
emanciparse por su precaria situación económica, al no encontrar
vivienda adecuada en tamaño y precio, especialmente en alquiler.
También falta una actuación publica de las distintas
administraciones en la construcción de viviendas para los grupos
mas excluidos, que empiezan a crecer en nuestras ciudades, muchos
de los cuales no pueden adquirir ni tan siquiera una vivienda de
protección oficial, por lo que requieren una oferta en alquiler,
publica o protegida. Experiencias como la de Provivienda en Madrid,
avalando los alquileres a familias sin recursos son ejemplo de
algunas vías a seguir.
La gestión de suelo en los barrios consolidados es fundamental, y
debe ser impulsada por las Administraciones procurando introducir
vivienda que diversifique el parque existente y favorezca la
resolución de las necesidades locales. El procedimiento mas
adecuado seria el desarrollar Programas de vivienda en los barrios
vulnerables que persiguieran estos objetivos y aprovecharan las
oportunidades de suelo vacante u obsoleto para promover vivienda
variada y reordenar algunos aspectos de los barrios, dotándolos de
nuevas centralidades y locales para actividades económicas, junto
a la rehabilitación de los espacios publico y la reordenación de
los itinerarios peatonales, el transporte público y el tráfico.
Finalmente hay que destacar el problema de las viviendas
desocupadas en los barrios degradados, especialmente cascos y
arrabales. Es realmente en estos barrios donde se concentra la
vivienda desocupada de las ciudades, alcanzando proporciones de
hasta el 20 o 30% en algunas zonas, y suele tratarse de viviendas
en muy malas condiciones, cuando no en ruina, a veces provocada por
el propietario para forzar la sustitución del edificio por otro con
mayor edificabilidad. La gestión urbanística y las políticas de
vivienda son en gran medida las causantes de esta situación y
deberían reconsiderarse para impulsar la rehabilitación y entrada
en mercado de rentas bajas, en venta o alquiler.
La precarización de la comunidad.
Este factor se refiere a situaciones de decaimiento general del
tono económico de una ciudad (merma del poder adquisitivo,
congelación de salarios y pensiones, reducción de las inversiones
y el consumo, paro y precarización del empleo, etc.), y afecta a
toda la ciudad, pero no en todos los barrios tiene el mismo efecto,
ya que el gasto familiar es muy variable, y en los barrios
estudiados las necesidades básicas consumen casi todos los
recursos.
Existen, sin embargo, numerosos barrios en crisis en los que este
problema no se da de manera evidente, porque circula una cierta
masa monetaria que procede de la economía informal y de las
pensiones, subsidios, jubilaciones incentivadas, etc. De todas
maneras, y aún en los casos en que estos ingresos salvan la
situación, no se puede perder de vista que estas fuentes suelen ser
menores que los salarios equivalentes para las mismas categorías
profesionales; así, cuando el grueso de la masa monetaria de un
barrio circula por estos canales, se puede afirmar que se está
produciendo precarización, siempre en relación con otras áreas más
dinámicas, claro está.
En ausencia de intervenciones, la precarización abre la puerta a la
introducción de actividades marginales, y fomenta en consecuencia
la exclusión social. Estos fenómenos son característicos de ciertos
cascos históricos con población envejecida, o de barrios ocupados
por población trabajadora de sectores reconvertidos o aún en
declive.
Al igual que sucedía al comentar otros factores (deterioro,
introducción de actividades marginales), éste está muy extendido
entre las diferentes tipologías de barrios, y aparece en más de la
mitad de los casos estudiados, especialmente en los barrios de
promoción.
En este apartado se analizan las características de los 50 barrios
con actuación publica, a partir de una batería de indicadores
elaborados con la información del censo de 1991. Los indicadores
presentados son los mismos que se utilizaron en el apartado 3.2 de
este informe al analizar los 374 barrios desfavorecidos en ciudades
de >50.000 hab que se habían seleccionado con la metodología allí
expuesta. Al no disponerse del seccionamiento censal de las
actuaciones de Telde y Melilla, no se han podido preparar los datos
de estos dos barrios.
Las actuaciones de Ciutat Vella en Barcelona, y de la Periferia sur
de Madrid se presentan separadamente dado que, por su gran tamaño,
los datos no son comparables con las demás actuaciones. En el
apartado correspondiente se presentan los barrios desfavorecidos
(seleccionados con el método del apartado 3.2 de este informe), que
se localizan dentro de cada una de estas dos grandes actuaciones
distritales.
Las actuaciones estudiadas con la metodología del grupo de trabajo
de la OCDE han sido por lo tanto 46. Asimismo en las áreas
vulnerables de Barcelona y Madrid, se dispone de información de 16
barrios que superan los filtros nacionales, que se utilizaron para
establecer el desfavorecimiento a efectos de aquel estudio.
A lo largo de los distintos puntos de este apartado se han incluido
tres tablas con las características demográficas, sociolaborales y
de vivienda de los barrios, ordenados en los mismos tres grupos
utilizados en el apartado anterior: cascos históricos, promociones
y otros barrios periféricos. Al final del apartado se incluyen dos
tablas con las características de los barrios desfavorecidos de las
dos grandes actuaciones de Barcelona y Madrid.
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU |
Pob |
Paro % |
Sin Estud % |
Viv sin Agua % |
Viv sin WC % |
Viv sin B/D % |
2 |
Cádiz |
Santa María y Populo |
CH |
8.257 |
35,7 |
29,1 |
16,0 |
28,8 |
36,0 |
7 |
Jaén |
Magdalenas-Vicente de P. |
CH |
4.090 |
30,2 |
42,5 |
0,0 |
3,7 |
8,8 |
8 |
Jerez de la F. |
Rompechapines |
CH |
4.758 |
34,4 |
20,2 |
6,9 |
14,5 |
18,5 |
12 |
Málaga |
Centro Histórico |
CH |
6.826 |
25,3 |
15,2 |
1,7 |
5,6 |
12,5 |
15 |
Sevilla |
San Luis-Alameda |
CH |
7.180 |
27,2 |
22,0 |
2,6 |
5,3 |
11,4 |
16 |
Zaragoza |
Casco Histórico |
CH |
9.990 |
16,9 |
8,8 |
0,1 |
2,4 |
8,1 |
19 |
Palma de M. |
Herreria |
CH |
7.498 |
18,4 |
20,5 |
0,5 |
2,6 |
10,9 |
25 |
Barcelona |
Ciutat Vella |
CH |
90.612 |
Ver |
tabla |
Barna |
||
27 |
Girona |
Casco Histórico |
CH |
2.541 |
12,2 |
16,2 |
0,9 |
3,3 |
11,5 |
33 |
Sabadell |
Centro de la Ciudad |
CH |
23.891 |
13,1 |
4,9 |
0,1 |
6,3 |
5,3 |
35 |
Badajoz |
Plaza Alta |
CH |
4.405 |
37,3 |
30,2 |
0,4 |
6,7 |
17,4 |
36 |
Cáceres |
La Ribera del Marco |
CH |
7.613 |
20,5 |
16,9 |
0,9 |
1,4 |
5,6 |
38 |
Vigo |
Casco Histórico |
CH |
11.221 |
22,5 |
11,7 |
0,1 |
0,9 |
5,9 |
42 |
Cartagena |
Casco Histórico |
CH |
7.805 |
31,6 |
23,8 |
0,3 |
0,9 |
7,1 |
44 |
Valencia |
Velluters (Incl. en 45) |
CH |
4.430 |
24,9 |
15,9 |
0,2 |
3,1 |
13,7 |
45 |
Valencia |
Centro Histórico |
CH |
22.580 |
17,7 |
8,3 |
0,1 |
1,9 |
6,9 |
48 |
Bilbao |
Bilbao La Vieja |
CH |
8.020 |
34,7 |
15,1 |
0,0 |
0,1 |
8,8 |
49 |
Orihuela |
Centro Histórico |
CH |
6.716 |
24,7 |
34,0 |
0,6 |
1,5 |
4,0 |
50 |
Alicante |
Casco Antiguo |
CH |
1.660 |
37,8 |
26,3 |
1,6 |
3,0 |
12,0 |
3 |
Córdoba |
Las Moreras |
P40/60 |
6.307 |
55,2 |
48,2 |
0,0 |
0,1 |
0,0 |
4 |
Granada |
Cartuja-La Paz-Almanjayar |
P40/60 |
23.272 |
37,5 |
40,2 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
6 |
Huelva |
Hispanidad y Torrejón |
P40/60 |
6.368 |
37,0 |
26,8 |
0,0 |
0,3 |
0,3 |
10 |
Línea de la Conc. (La) |
Junquillo |
P60/75 |
10.385 |
56,9 |
38,4 |
0,0 |
0,1 |
0,3 |
11 |
Lebrija |
Huerta Macena |
P75/90 |
1.849 |
38,0 |
41,7 |
0,0 |
0,3 |
0,0 |
13 |
Málaga |
La Palma-Palmilla |
P60/70 |
21.053 |
48,3 |
31,3 |
0,2 |
0,2 |
0,9 |
14 |
Sevilla |
Poligono Sur |
P60/75 |
20.908 |
43,4 |
35,0 |
0,0 |
0,1 |
0,1 |
21 |
Telde |
Jinamar |
P75-90 |
25.000 |
Sin |
datos |
|||
22 |
Toledo |
Sta María Benquerencia |
P60/75 |
12.880 |
15,5 |
15,1 |
0,0 |
0,5 |
0,1 |
26 |
Cornellá de Llobregat |
Sant Ildefons |
P60/75 |
28.348 |
18,8 |
20,5 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
28 |
Girona |
Font de la Polvora (Onyar) |
P75/90 |
2.307 |
31,4 |
35,9 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
29 |
Prat de Llobregat (El) |
San Cosme |
P40/60 |
9.872 |
32,2 |
29,3 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
30 |
Sant Adriá de Besós |
La Mina |
P60/75 |
10.694 |
33,2 |
34,9 |
0,2 |
0,2 |
0,4 |
34 |
Tarragona |
Barrio Poniente |
P60/70 |
19.798 |
19,3 |
21,5 |
0,0 |
0,1 |
0,7 |
20 |
Palmas de G.C. (Las) |
La Isleta |
EN |
19.874 |
32,4 |
18,4 |
0,4 |
0,3 |
2,0 |
17 |
Gijón |
Calzada-Natahoyo-Trem. |
MX |
31.743 |
24,0 |
14,7 |
0,1 |
0,3 |
0,6 |
18 |
Langreo |
Espacio Central |
MX |
21.690 |
23,1 |
15,8 |
0,5 |
1,5 |
3,8 |
23 |
Valladolid |
España-S Pedro Regalado |
MX |
5.941 |
27,8 |
19,8 |
1,8 |
6,9 |
9,8 |
24 |
Badalona |
Serra D'en Mena |
MX |
24.048 |
22,8 |
25,4 |
0,1 |
0,7 |
1,8 |
32 |
Sta Coloma de Gram. |
Zona Sur |
MX |
41.756 |
21,6 |
24,1 |
0,0 |
0,6 |
1,3 |
37 |
Coruña (A) |
Barrio Sudeste |
MX |
17.881 |
17,0 |
12,0 |
0,2 |
0,5 |
1,4 |
40 |
Madrid |
Periferia Sur |
MX |
1.204.347 |
Ver |
tabla |
Madrid |
||
43 |
Murcia |
Espinardo |
MX |
7.660 |
19,4 |
28,5 |
0,2 |
0,6 |
1,4 |
47 |
Barakaldo |
Galindo-Borde del Casco |
MX |
15.795 |
24,4 |
11,6 |
0,1 |
0,6 |
4,4 |
9 |
Línea de la Conc. (La) |
La Atunara |
PA |
5.930 |
45,6 |
42,6 |
0,9 |
2,0 |
4,5 |
1 |
Almería |
La Chanca |
PM |
2.752 |
37,3 |
62,8 |
1,7 |
2,8 |
5,7 |
5 |
Huelva |
Marismas del Odiel |
PM |
3.759 |
39,8 |
44,9 |
1,4 |
9,1 |
9,4 |
39 |
Coslada |
Santiago y la Cañada |
PM |
1.093 |
17,6 |
27,2 |
0,9 |
6,8 |
9,9 |
41 |
Melilla |
Reina Regente |
PM |
5.419 |
Sin |
datos |
|||
31 |
Sant Joan Despí |
Les Planes |
PP |
12.383 |
17,4 |
20,1 |
0,0 |
0,5 |
1,0 |
46 |
Valencia |
Distrito Marítimo |
PP |
58.643 |
22,3 |
17,0 |
0,5 |
2,1 |
2,4 |
Total 374 Barrios Desfavorecidos (cap. 3.2) |
2.875.845 |
30,8 |
25,7 |
0,9 |
2,9 |
5,8 |
|||
Total municipios >50.000 hab |
19.971.668 |
18,9 |
15,0 |
0,3 |
1,1 |
2,2 |
|||
Filtros nacionales de desfavorecimiento (cap 2.3) |
28,5 |
28,5 |
0,6 |
3,3 |
11,0 |
Fuente: INE, Censos de población y vivienda de 1991. Elaboración propia.
T. Paro |
T. Analf y sin Est |
Filtro Paro |
Filtro sin Est |
|
Andalucía |
27 |
24 |
40,5 |
36 |
Aragón |
14 |
9 |
21 |
13,5 |
P. de Asturias |
20 |
11 |
30 |
16,5 |
Baleares |
17 |
15 |
25,5 |
22,5 |
Canarias |
27 |
20 |
40,5 |
30 |
Cantabria |
20 |
11 |
30 |
16,5 |
Castilla-La Mancha |
16 |
20 |
24 |
30 |
Castilla y León |
17 |
10 |
25,5 |
15 |
Catalunya |
16 |
15 |
24 |
22,5 |
C. Valenciana |
21 |
17 |
31,5 |
25,5 |
Extremadura |
22 |
21 |
33 |
31,5 |
Galicia |
19 |
15 |
28,5 |
22,5 |
C. de Madrid |
14 |
14 |
21 |
21 |
R. de Murcia |
17 |
23 |
25,5 |
34,5 |
Navarra |
15 |
10 |
22,5 |
15 |
País Vasco |
20 |
8 |
30 |
12 |
La Rioja |
14 |
9 |
21 |
13,5 |
Ceuta |
30 |
25 |
45 |
37,5 |
Melilla |
29 |
26 |
43,5 |
39 |
España |
19 |
19 |
28,5 |
28,5 |
De los 18 barrios en «casco histórico» se está actuando en 4
(Zaragoza, Girona, Vigo y Valencia) que no sobrepasan los filtros,
si bien dentro del casco de Valencia (un distrito completo), hay
barrios como el de Velluters (actuación 44) que sobrepasa los
filtros de carencias y que se aproxima a los filtros
socioeconómicos de su región. También los cascos de Zaragoza, Palma
y Vigo se aproximan a los filtros de carencias y a los filtros
socioeconómicos regionales pero sin llegar a superarlos. Entre los
otros 14 barrios más desfavorecidos, 8 superan los filtros
socioeconómicos y los otros 6 superan los filtros de carencias en
las viviendas, si bien los de Sabadell, Cáceres y Velluters,
superan sólo uno de los filtros de carencias, y en los casos de
Sabadell y Cáceres con situación socioeconómica mejor que la media
de sus regiones.
Lógicamente la mayor parte de las actuaciones en cascos se apoyan
en la rehabilitación, dadas las malas condiciones de un numero
elevado de viviendas, como puede comprobarse en la tabla. La gran
mayoría, excepto Cádiz, Málaga, Sabadell, Badajoz y Cáceres, tenían
una política de rehabilitación en marcha a través de programas
nacionales o regionales. Sin embargo, la asignación de proyectos
URBAN a algunas de las 10 actuaciones en cascos estudiadas
requeriría una consideración mayor, ya que las actuaciones de
Zaragoza, Palma y Vigo, tienen bajos indicadores de
desfavorecimiento, y las de Málaga, Sevilla, Sabadell y Velluters,
alcanzan el desfavorecimiento por índices de carencias. Los cascos
con actuación URBAN que más requieren una actuación de este tipo,
en función de sus índices de desfavorecimiento, son los de Cádiz,
Badajoz y Cartagena.
Las 13 actuaciones en barrios de promoción sobrepasan los filtros
de desfavorecimiento, salvo en las actuaciones de Tarragona, Toledo
y Cornellá, y lo hacen, lógicamente, en los indicadores
socioeconómicos. En estos barrios participan en las actuaciones las
CCAA, salvo en los casos de Tarragona, Cornellá y Girona, y sólo
dos tienen URBAN a pesar de ser, en su conjunto, los barrios con
mayor desfavorecimiento socioeconómico. De los dos URBAN, el de
Toledo corresponde a un barrio que no sobrepasa los filtros
nacionales ni regionales de desfavorecimiento.
Entre los 15 barrios periféricos, los de Las Palmas, Valladolid,
Murcia, La Línea, Almería, Huelva y Coslada, superan los filtros
nacionales de desfavorecimiento, y los de Badalona y Sta. Coloma,
superan los regionales. Entre estos 7 barrios que superan los
filtros nacionales se encuentran los 3 barrios de parcelación
marginal, el único barrio en ensanche (La Isleta), y el único
poblado anexionado (La Atunara).
En este grupo hay cuatro barrios que no disponen de fondos de
programas de administraciones supramunicipales, aunque todos ellos
se presentaron a la primera convocatoria de URBAN, y dos de ellos
sobrepasan indicadores de desfavorecimiento (Coslada y Murcia).
Entre los ocho barrios que no sobrepasan los índices de
desfavorecimiento, hay cuatro (Coruña, Barakaldo, Langreo y
Badalona), que disponen de proyectos URBAN. Entre los ocho barrios,
seis son de tipologías mixtas y los otros dos parcelaciones
periféricas.
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU |
Pob |
Paro % |
Paro Jov % |
Trab. Event % |
Peon % |
T. no cual % |
Sin estud % |
2 |
Cádiz |
Santa María y Populo |
CH |
8.257 |
35,7 |
60,0 |
46,5 |
10,6 |
32,2 |
29,1 |
7 |
Jaén |
Las Magd.-Vicente de P. |
CH |
4.090 |
30,2 |
42,0 |
71,1 |
16,3 |
38,1 |
42,5 |
8 |
Jerez de la Frontera |
Rompechapines |
CH |
4.758 |
34,4 |
61,5 |
52,7 |
5,6 |
16,1 |
20,2 |
12 |
Málaga |
Centro Histórico |
CH |
6.826 |
25,3 |
48,4 |
40,4 |
3,1 |
15,9 |
15,2 |
15 |
Sevilla |
San Luis-Alameda |
CH |
7.180 |
27,2 |
51,4 |
38,5 |
3,3 |
14,8 |
22,0 |
16 |
Zaragoza |
Casco Histórico |
CH |
9.990 |
16,9 |
38,6 |
29,7 |
5,1 |
16,8 |
8,8 |
19 |
Palma de Mallorca |
Herreria |
CH |
7.498 |
18,4 |
35,5 |
42,8 |
4,8 |
19,4 |
20,5 |
25 |
Barcelona |
Ciutat Vella |
CH |
90.612 |
Ver |
tabla |
Barna |
|||
27 |
Girona |
Casco Histórico |
CH |
2.541 |
12,2 |
24,0 |
41,6 |
14,8 |
23,7 |
16,2 |
33 |
Sabadell |
Centro de la Ciudad |
CH |
23.891 |
13,1 |
22,6 |
19,9 |
1,5 |
4,4 |
4,9 |
35 |
Badajoz |
Plaza Alta |
CH |
4.405 |
37,3 |
62,2 |
43,4 |
7,2 |
21,2 |
30,2 |
36 |
Cáceres |
La Ribera del Marco |
CH |
7.613 |
20,5 |
44,0 |
32,6 |
5,2 |
18,9 |
16,9 |
38 |
Vigo |
Casco Histórico |
CH |
11.221 |
22,5 |
47,0 |
33,1 |
5,6 |
14,2 |
11,7 |
42 |
Cartagena |
Casco Histórico |
CH |
7.805 |
31,6 |
52,9 |
50,1 |
8,9 |
24,5 |
23,8 |
44 |
Valencia |
Velluters (Incl. en 45) |
CH |
4.430 |
24,9 |
38,7 |
39,5 |
3,8 |
14,3 |
15,9 |
45 |
Valencia |
Centro Histórico |
CH |
22.580 |
17,7 |
39,5 |
27,0 |
2,2 |
10,7 |
8,3 |
48 |
Bilbao |
Bilbao La Vieja |
CH |
8.020 |
34,7 |
59,0 |
35,7 |
7,8 |
21,6 |
15,1 |
49 |
Orihuela |
Centro Histórico |
CH |
6.716 |
24,7 |
34,8 |
56,2 |
18,5 |
23,9 |
34,0 |
50 |
Alicante/Alacant |
Casco Antiguo |
CH |
1.660 |
37,8 |
44,1 |
56,2 |
10,2 |
27,7 |
26,3 |
3 |
Córdoba |
Las Moreras |
P40/60 |
6.307 |
55,2 |
65,2 |
78,1 |
24,5 |
49,7 |
48,2 |
4 |
Granada |
Cartuja-La Paz-Alm. |
P40/60 |
23.272 |
37,5 |
55,0 |
62,1 |
12,6 |
38,1 |
40,2 |
6 |
Huelva |
Hispanidad y Torrejón |
P40/60 |
6.368 |
37,0 |
55,0 |
61,6 |
12,7 |
29,5 |
26,8 |
10 |
Línea de la Conc. (La) |
Junquillo |
P60/75 |
10.385 |
56,9 |
69,1 |
63,1 |
15,3 |
39,8 |
38,4 |
11 |
Lebrija |
Huerta Macena |
P75/90 |
1.849 |
38,0 |
54,3 |
96,2 |
38,1 |
5,4 |
41,7 |
13 |
Málaga |
La Palma-Palmilla |
P60/70 |
21.053 |
48,3 |
60,6 |
69,0 |
17,6 |
43,1 |
31,3 |
14 |
Sevilla |
Poligono Sur |
P60/75 |
20.908 |
43,4 |
57,6 |
64,7 |
16,1 |
40,2 |
35,0 |
21 |
Telde |
Jinamar |
P60/75 |
25.000 |
Sin |
Datos |
||||
22 |
Toledo |
Sta M. Benquerencia |
P60/75 |
12.880 |
15,5 |
28,9 |
26,6 |
6,1 |
20,6 |
15,1 |
26 |
Cornellá de Llobregat |
Sant Ildefons |
P60/75 |
28.348 |
18,8 |
29,0 |
42,1 |
11,6 |
24,4 |
20,5 |
28 |
Girona |
Font de la Polvora |
P75/90 |
2.307 |
31,4 |
39,8 |
73,2 |
29,3 |
48,7 |
35,9 |
29 |
Prat de Llobregat (El) |
San Cosme |
P40/60 |
9.872 |
32,2 |
46,0 |
55,9 |
15,3 |
34,9 |
29,3 |
30 |
Sant Adriá de Besós |
La Mina |
P60/75 |
10.694 |
33,2 |
42,9 |
54,0 |
17,7 |
36,8 |
34,9 |
34 |
Tarragona |
Barrio Poniente |
P60/70 |
19.798 |
19,3 |
33,8 |
48,4 |
10,3 |
24,1 |
21,5 |
20 |
Palmas de G. C. (Las) |
La Isleta |
EN |
19.874 |
32,4 |
54,7 |
45,2 |
8,7 |
18,8 |
18,4 |
37 |
Coruña (A) |
Barrio Sudeste |
MX |
17.881 |
17,0 |
36,2 |
26,7 |
5,3 |
15,5 |
12,0 |
47 |
Barakaldo |
Galindo |
MX |
15.795 |
24,4 |
54,2 |
38,2 |
8,9 |
21,4 |
11,6 |
17 |
Gijón |
Calzada-Natahoyo-Trem |
MX |
31.743 |
24,0 |
49,3 |
36,8 |
7,9 |
18,3 |
14,7 |
18 |
Langreo |
Espacio Central |
MX |
21.690 |
23,1 |
57,5 |
30,7 |
10,4 |
17,3 |
15,8 |
23 |
Valladolid |
España-San Pedro R. |
MX |
5.941 |
27,8 |
47,0 |
37,6 |
13,9 |
27,4 |
19,8 |
24 |
Badalona |
Serra D'En Mena |
MX |
24.048 |
22,8 |
35,4 |
43,2 |
11,9 |
23,0 |
25,4 |
32 |
Sta Coloma de Gram. |
Zona Sur |
MX |
41.756 |
21,6 |
32,9 |
43,9 |
12,8 |
24,0 |
24,1 |
40 |
Madrid |
Periferia Sur |
MX |
1.204.347 |
Ver |
Tabla |
Madrid |
|||
43 |
Murcia |
Espinardo |
MX |
7.660 |
19,4 |
32,1 |
45,1 |
17,1 |
28,4 |
28,5 |
9 |
Línea de la Conc. (La) |
La Atunara |
PA |
5.930 |
45,6 |
63,8 |
65,2 |
11,1 |
31,5 |
42,6 |
1 |
Almería |
La Chanca |
PM |
2.752 |
37,3 |
53,8 |
50,5 |
9,6 |
24,5 |
62,8 |
5 |
Huelva |
Marismas del Odiel |
PM |
3.759 |
39,8 |
53,3 |
74,1 |
19,3 |
33,2 |
44,9 |
39 |
Coslada |
Santiago y la Cañada |
PM |
1.093 |
17,6 |
24,6 |
50,4 |
18,9 |
32,5 |
27,2 |
41 |
Melilla |
Reina Regente |
PM |
5.419 |
Sin |
Datos |
||||
31 |
Sant Joan Despí |
Les Planes |
PP |
12.383 |
17,4 |
25,7 |
40,9 |
11,4 |
23,2 |
20,1 |
46 |
Valencia |
Distrito Marítimo |
PP |
58.643 |
22,3 |
39,6 |
36,1 |
8,3 |
19,1 |
17,0 |
Los barrios en Cascos Históricos tienen población más envejecida,
en general, y el menor tamaño medio de hogar, ya que 9 de los 18
barrios no alcanzan 3 personas por hogar, alcanzándose el valor
máximo (3,7) en Jaén y Cáceres, y el mínimo (2,5) en Velluters.
Las 13 Promociones de Vivienda, en cambio, tienen más población
joven y los tamaños de hogar más altos, superándose en 6 de ellos
un tamaño de 4 personas por hogar, con el valor máximo (6) en
Lebrija y el mínimo (3,2) en Cornellá. Los otros barrios tienen más
población joven y menos personas mayores que la media de los
municipios, y hogares con un tamaño entre 3 y 4 personas.
La tasa de paro es claramente superior en las Promociones de
Vivienda superando el 30% en 10 de 13 barrios y el 40% en 4 de
ellos. Estos barrios presentan asimismo valores muy altos en paro
juvenil, trabajo eventual, trabajo no cualificado y población sin
estudios. Entre los cascos históricos solo 6 de los 18 superan el
30% y, en cambio, otros 5 no alcanzan el 20%. Los otros barrios
muestran altos valores en las parcelaciones marginales y valores
bajos en las áreas periféricas de tipología mixta.
Los Cascos Históricos tienen una mayor proporción de viviendas en
alquiler sobrepasando 8 de los 18 el 50% y otros 5 el 30%, cuando
la media nacional es del 18%. Entre las promociones, tan solo dos
actuaciones públicas (Córdoba y Granada), superan el 15% de
viviendas en régimen de alquiler y en los otros barrios la gran
mayoría tiene entre un 10 y un 20%.
Los Cascos tienen una alta proporción de vivienda desocupada
alcanzando 10 de los 18 barrios más de un 30%, además de serias
carencias de servicios en las viviendas. Los demás barrios tienen
situaciones similares a las medias nacionales, ligeramente mejores
en las Promociones de Vivienda, que se han construido en las
ultimas décadas, si bien algunas parcelaciones marginales tienen
altas carencias en las viviendas.
Los cascos históricos.
Hay 9 barrios en cascos con población muy envejecida, casi todos en
grandes ciudades. Los barrios de Málaga, Zaragoza y Valencia tienen
la población más envejecida, tamaños de hogar muy pequeños (2,5 a
2,7), y una ocupación de viviendas con más de 33 m2 por persona. En
situación similar, con tamaños de hogar inferiores a 2,8 personas,
y población ligeramente menos envejecida se encuentran los barrios
de Sevilla, Palma, Girona, Alicante y Bilbao, que tiene asimismo
las mayores superficies de vivienda por habitante, superiores a 29
m2, excepto Girona (17 m2).
Los barrios de Jaén y Cáceres tienen, en cambio, población más
rejuvenecida y tamaño de hogar de 3,7 personas. Los otros 7 barrios
en cascos tienen población más equilibrada o algo envejecida con
tamaños de hogar entre 3 y 3,5 personas.
Cod |
Municipio |
Barrio |
FCU |
Pob |
Viv Alq % |
Viv Desoc % |
Viv ant 1945 % |
Viv sin Agua % |
Viv sin WC % |
Viv sin B/D % |
M2 viv por pers |
2 |
Cádiz |
Santa María y Populo |
CH |
8.257 |
88,3 |
9,2 |
79,7 |
16,0 |
28,8 |
36,0 |
16,0 |
7 |
Jaén |
Las MagdalenaV.P. |
CH |
4.090 |
10,2 |
7,3 |
27,3 |
0,0 |
3,7 |
8,8 |
20,4 |
8 |
Jerez de la Frontera |
Rompechapines |
CH |
4.758 |
57,2 |
21,2 |
51,8 |
6,9 |
14,5 |
18,5 |
25,6 |
12 |
Málaga |
Centro Histórico |
CH |
6.826 |
68,1 |
32,6 |
41,1 |
1,7 |
5,6 |
12,5 |
36,4 |
15 |
Sevilla |
San Luis-Alameda |
CH |
7.180 |
51,5 |
21,2 |
37,2 |
2,6 |
5,3 |
11,4 |
28,9 |
16 |
Zaragoza |
Casco Histórico |
CH |
9.990 |
34,5 |
32,9 |
26,9 |
0,1 |
2,4 |
8,1 |
33,5 |
19 |
Palma de Mallorca |
Herreria |
CH |
7.498 |
59,2 |
39,6 |
44,5 |
0,5 |
2,6 |
10,9 |
41,3 |
25 |
Barcelona |
Ciutat Vella |
CH |
90.612 |
Ver |
tabla |
Barna |
||||
27 |
Girona |
Casco Histórico |
CH |
2.541 |
63,7 |
38,0 |
45,0 |
0,9 |
3,3 |
11,5 |
17,2 |
33 |
Sabadell |
Centro de la Ciudad |
CH |
23.891 |
23,0 |
15,5 |
32,3 |
0,1 |
6,3 |
5,3 |
37,1 |
35 |
Badajoz |
Plaza Alta |
CH |
4.405 |
42,1 |
31,7 |
50,8 |
0,4 |
6,7 |
17,4 |
28,1 |
36 |
Cáceres |
La Ribera del Marco |
CH |
7.613 |
19,6 |
23,7 |
21,8 |
0,9 |
1,4 |
5,6 |
25,4 |
38 |
Vigo |
Casco Histórico |
CH |
11.221 |
45,7 |
23,3 |
24,5 |
0,1 |
0,9 |
5,9 |
27,5 |
42 |
Cartagena |
Casco Histórico |
CH |
7.805 |
53,2 |
41,1 |
36,3 |
0,3 |
0,9 |
7,1 |
28,0 |
44 |
Valencia |
Velluters (Incl. en 45) |
CH |
4.430 |
52,9 |
34,8 |
34,6 |
0,2 |
3,1 |
13,7 |
36,2 |
45 |
Valencia |
Centro Histórico |
CH |
22.580 |
38,4 |
34,0 |
30,2 |
0,1 |
1,9 |
6,9 |
44,7 |
48 |
Bilbao |
Bilbao La Vieja |
CH |
8.020 |
22,2 |
23,5 |
49,2 |
0,0 |
0,1 |
8,8 |
28,8 |
49 |
Orihuela |
Centro Histórico |
CH |
6.716 |
8,2 |
26,6 |
19,5 |
0,6 |
1,5 |
4,0 |
23,8 |
50 |
Alicante/Alacant |
Casco Antiguo |
CH |
1.660 |
43,5 |
34,5 |
40,0 |
1,6 |
3,0 |
12,0 |
34,5 |
3 |
Córdoba |
Las Moreras |
P40/60 |
6.307 |
45,8 |
31,9 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
0,0 |
14,7 |
4 |
Granada |
Cartuja-La Paz-Alm. |
P40/60 |
23.272 |
17,6 |
12,4 |
0,2 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
19,2 |
6 |
Huelva |
Hispanidad y Torrejón |
P40/60 |
6.368 |
5,6 |
4,9 |
1,6 |
0,0 |
0,3 |
0,3 |
18,8 |
10 |
Línea de la Conc. |
Junquillo |
P60/75 |
10.385 |
1,3 |
0,4 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
0,3 |
15,8 |
11 |
Lebrija |
Huerta Macena |
P75/90 |
1.849 |
0,3 |
1,3 |
0,0 |
0,0 |
0,3 |
0,0 |
28,1 |
13 |
Málaga |
La Palma-Palmilla |
P60/70 |
21.053 |
3,3 |
2,6 |
0,1 |
0,2 |
0,2 |
0,9 |
19,6 |
14 |
Sevilla |
Poligono Sur |
P60/75 |
20.908 |
2,5 |
13,3 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
0,1 |
19,7 |
21 |
Telde |
Jinamar |
P75-90 |
25.000 |
Sin |
datos |
|||||
22 |
Toledo |
Sta M. Benquerencia |
P60/75 |
12.880 |
8,5 |
16,6 |
0,2 |
0,0 |
0,5 |
0,1 |
21,7 |
26 |
Cornellá de Llob. |
Sant Ildefons |
P60/75 |
28.348 |
11,1 |
8,2 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,1 |
18,5 |
28 |
Girona |
Font de la Polvora |
P60/75 |
2.307 |
5,7 |
7,3 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
33,7 |
29 |
Prat de Llob. (El) |
San Cosme |
P40/60 |
9.872 |
0,8 |
20,4 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
20,2 |
30 |
Sant Adriá de Besós |
La Mina |
P60/75 |
10.694 |
3,2 |
5,0 |
2,5 |
0,2 |
0,2 |
0,4 |
17,0 |
34 |
Tarragona |
Barrio Poniente |
P60/70 |
19.798 |
13,1 |
16,6 |
0,1 |
0,0 |
0,1 |
0,7 |
21,6 |
20 |
Palmas de G. C. |
La Isleta |
EN |
19.874 |
24,5 |
15,8 |
24,2 |
0,4 |
0,3 |
2,0 |
22,3 |
37 |
Coruña (A) |
Barrio Sudeste |
MX |
17.881 |
28,6 |
14,7 |
5,6 |
0,2 |
0,5 |
1,4 |
26,0 |
47 |
Barakaldo |
Galindo |
MX |
15.795 |
10,5 |
10,0 |
25,0 |
0,1 |
0,6 |
4,4 |
23,3 |
17 |
Gijón |
Calzada-Nata.-Trem. |
MX |
31.743 |
14,6 |
10,8 |
2,1 |
0,1 |
0,3 |
0,6 |
23,2 |
18 |
Langreo |
Espacio Central |
MX |
21.690 |
23,3 |
13,7 |
19,5 |
0,5 |
1,5 |
3,8 |
24,0 |
24 |
Badalona |
Serra D'En Mena |
MX |
24.048 |
17,0 |
10,9 |
80,0 |
0,1 |
0,7 |
1,8 |
18,8 |
40 |
Madrid |
Periferia Sur |
MX |
1,2 M |
Ver |
tabla |
Madrid |
||||
23 |
Valladolid |
España-San Pedro R. |
MX |
5.941 |
9,4 |
7,3 |
15,3 |
1,8 |
6,9 |
9,8 |
21,4 |
32 |
Sta Coloma de G. |
Zona Sur |
MX |
41.756 |
18,0 |
11,2 |
2,1 |
0,0 |
0,6 |
1,3 |
18,8 |
43 |
Murcia |
Espinardo |
MX |
7.660 |
10,3 |
17,6 |
26,1 |
0,2 |
0,6 |
1,4 |
25,4 |
9 |
Línea de la Conc. |
La Atunara |
PA |
5.930 |
3,6 |
8,0 |
4,3 |
0,9 |
2,0 |
4,5 |
18,6 |
1 |
Almería |
La Chanca |
PM |
2.752 |
7,1 |
18,5 |
20,1 |
1,7 |
2,8 |
5,7 |
18,1 |
5 |
Huelva |
Marismas del Odiel |
PM |
3.759 |
2,9 |
11,2 |
11,7 |
1,4 |
9,1 |
9,4 |
18,6 |
39 |
Coslada |
Santiago y la Cañada |
PM |
1.093 |
12,0 |
15,3 |
6,0 |
0,9 |
6,8 |
9,9 |
24,1 |
41 |
Melilla |
Reina Regente |
PM |
5.419 |
Sin |
datos |
|||||
31 |
Sant Joan Despí |
Les Planes |
PP |
12.383 |
16,3 |
7,4 |
0,3 |
0,0 |
0,5 |
1,0 |
18,4 |
46 |
Valencia |
Distrito Marítimo |
PP |
58.643 |
17,7 |
17,5 |
12,7 |
0,5 |
2,1 |
2,4 |
28,0 |
Estos 9 barrios con más vivienda antigua, alquiler y carencias,
tienen a su vez altas proporciones (20-40%) de vivienda desocupada,
salvo el de Cádiz (9%). El casco de Zaragoza tiene un 33% de
vivienda desocupada y un 35% de alquiler, con índices de carencia
bastante altos, en tanto que el de Bilbao con un parque bastante
antiguo (49%) y un 22% de alquileres, tiene un 23% de viviendas
desocupadas y carencias también bastante altas.
Los barrios con menor proporción de alquileres son los de Orihuela
(8%) con menores carencias que los demás, y Jaén (10%) con sólo el
7% de viviendas desocupadas.
Por otro lado los barrios en casco antiguo tienen mejores
condiciones sociolaborales que los otros tipos, aunque hay 8 que
superan los filtros de paro y sin estudios, y tienen altas
proporciones de trabajadores eventuales y de no cualificados. Estos
barrios, que deben ser los de mayor precarización económica de la
población, son los de Cádiz, Jaén, Jerez, Badajoz, Cartagena,
Orihuela, Alicante y Bilbao.
Las promociones de vivienda.
Estos barrios se edificaron en las ultimas décadas y fueron
ocupados, en su momento, por población joven en régimen de
propiedad. Tan sólo los de Granada y Córdoba tiene una proporción
superior al 15% de alquiler, y se trataba de vivienda publica, en
tanto que 9 de los 13 barrios no alcanza el 10%. Las viviendas
desocupadas sólo superan el 20% en El Prat y Córdoba, que estaba en
plena remodelación, en tanto que en 7 de los 13 barrios no llegaba
al 10%.
La estructura demográfica de estos barrios es muy joven con tamaños
de hogar grandes, superando en 6 de ellos las 4 personas de media,
y alcanzando el máximo en Lebrija con 6 personas. Los barrios con
pirámides más equilibradas son los de Huelva y Cornellá. Salvo el
caso de Lebrija, en un marco agrario, no se aprecian diferencias
significativas entre los barrios a pesar de las diversidad de
regiones y de tamaño de las ciudades en que se localizan.
Estos barrios tienen la población en las peores condiciones
socioeconómicas, superando los filtros 10 de los 13 estudiados, se
trata de 7 barrios andaluces y tres catalanes. En todos ellos se
acumulan los peores valores de paro, paro juvenil, trabajadores
eventuales, trabajadores no cualificados y personas sin estudios,
hasta alcanzar proporciones acumuladas realmente alarmantes.
Otros barrios periféricos.
Desde el punto de vista demográfico, estos barrios, que son
relativamente modernos en la construcción de sus edificaciones,
tienen pirámides relativamente equilibradas destacándose tan solo
Langreo por su población envejecida, ante el abandono de la
juventud por la relativa obsolescencia de su economía,
manteniéndose en el vecindario pensionistas, y jubilados
anticipados, y los barrios de La Chanca y Serra D'En Mena por su
población joven escasez de tercera edad. Los tamaños medios de los
hogares se mueven entre las 3 y 4 personas.
Entre los demás barrios se pueden distinguir varios grupos sobre la
base de las formas de crecimiento urbano.
El barrio de la Atunara en La Línea y las dos parcelaciones
marginales andaluzas, tienen población en las perores condiciones
socioeconómicas, similares a las promociones, y carencias en las
viviendas. La parcelación marginal de Coslada tiene también
viviendas con carencias y condiciones socioeconómicas mejores pero
que saltan los filtros regionales.
El único barrio en Ensanche, el de La Isleta en Las Palmas, tiene
paro elevado que supera el filtro nacional, pero una situación
media en los demás indicadores. En cambio, las dos parcelaciones
periféricas en Valencia y Sant Joan Despi, no muestran
desfavorecimiento relativo en ningún indicador.
En cuanto a los 8 barrios de tipología mixta, tan sólo el de
Valladolid salta algún filtro de desfavorecimiento, en tanto que
los de Langreo, Badalona y Sta Coloma, saltan filtros regionales,
y los otros cuatro barrios tienen condiciones medias, como ocurría
con algunos cascos históricos. El único con carencias importantes
en las viviendas es el de Valladolid
Las áreas vulnerables de Madrid y Barcelona.
Las actuaciones en Madrid (Periferia sur) y Barcelona (Ciutat
Vella), se desarrollan sobre áreas muy extensas, que en su
totalidad no cumplen las condiciones de desfavorecimiento que se
han utilizado en este estudio, pero que presentan condiciones
genéricas de vulnerabilidad e incluyen en sus ámbitos barrios con
condiciones más agudas que si cumplen dichas condiciones.
El distrito de la Ciutat Vella de Barcelona incluye todo lo que era
la ciudad hasta principios del siglo XIX. Es un área extensa de 386
Has con 51.808 viviendas ocupadas y una población de 90.612 hab, en
el que predomina la vivienda en alquiler y la población obrera
originaria ha sido sustituida en parte por población marginal.
La edificación antigua y poco cuidada requiere rehabilitación en su
mayor parte y el medio ambiente urbano está muy deteriorado por la
escasez y baja calidad de los espacios públicos y por la
contaminación acústica y atmosférica, debida en gran medida a la
intrusión del vehículo privado en las áreas centrales. Debido a
ello el Ayuntamiento ha actuado integralmente en el conjunto del
área a través de políticas urbanísticas, sociales, económicas y de
vivienda.
En la tabla pueden apreciarse las características de cinco barrios
interiores a Ciutat Vella que se identifican como desfavorecidos
siguiendo la metodología del estudio de la OCDE. Estos barrios
acumulan 60.000 hab (66% de Ciutat Vella) presentando carencias
importantes en los servicios de las viviendas (hasta 5 y 10 veces
superiores a la media nacional), en tanto que las tasas de paro
oscilan entre 20-27% (que no llegan a superar la media nacional más
el 50%), pero son sin embargo muy superiores a la media municipal
(14,7%). La proporción de personas sin estudios se sitúa en 20-24%
siendo la media municipal de 12.3%.
La Periferia Sudeste de Madrid es un área de actuación de la
anterior administración regional en la que reside 1.204.347 hab
(40% del municipio y 25% de la metrópoli). Se trata de un área
extensa de la ciudad definible como vulnerable por sus
características globales.
Es una situación común en las ciudades españolas, en las que las
condiciones socioculturales de la población presentan gran
homogeneidad en amplios distritos, con bajos niveles de formación,
alta precariedad en el empleo, elevadas tasas de paro y escasos
recursos económicos. Estos grupos sociales llegaron a la ciudad en
los años 50 y 60 y han acabado ocupando viviendas en propiedad, en
general, tanto en promociones de vivienda como en áreas construidas
solar a solar en terrenos planificados, o en zonas que absorbió la
ciudad en su crecimiento, bien antiguos núcleos o bien
parcelaciones irregulares o incluso ocupaciones ilegales de
terrenos. Dentro de este magma urbano aparecen también las
promociones públicas de realojo de las zonas de chabolistas.
En la tabla pueden apreciarse las características de 11 barrios de
este área que acogen 71.000 habitantes y que son identificables
como desfavorecidos al saltar los filtros de vulnerabilidad que se
han utilizado en estos estudios. En 8 barrios la proporción de
personas sin estudios supera el 36% siendo la media municipal de
13.3% y la tasa de paro oscila entre 19-28% siendo la media
municipal 14.1%. Los otros tres barrios con menores desigualdades
en estos indicadores, presentan serias carencias de servicios en
las viviendas.
Barrio |
Cod. |
Forma Crec. |
Pob. |
Pob. <15 (%) |
Pob. >65 (%) |
Tam medio Hogar |
Paro (%) |
Paro Jov. (%) |
Trab Event (%) |
Peon (%) |
T. no Cuali (%) |
Sin est (%) |
Viv Alq (%) |
Viv Desoc (%) |
Viv ant 1945 (%) |
Viv sin agua (%) |
Viv sin WC (%) |
Viv sin B/D (%) |
M2 Viv por pers |
La Barceloneta |
25 |
CH |
13.169 |
11,9 |
24,9 |
2,5 |
20,9 |
32 |
29,8 |
7,8 |
23,2 |
22,8 |
57,3 |
17,4 |
60,3 |
0,4 |
0,2 |
18,5 |
17,2 |
Sector Oriental |
25 |
CH |
11.782 |
10,7 |
26,5 |
2,4 |
21 |
30,4 |
30,7 |
7,5 |
23,4 |
20,1 |
68,5 |
21,3 |
66,6 |
0,6 |
2,5 |
20,1 |
26,5 |
Raval Sur-Gótico |
25 |
CH |
11.902 |
11,7 |
24,4 |
2,7 |
25,9 |
36,1 |
34,9 |
7,1 |
28,2 |
24,1 |
68,8 |
26,2 |
61,5 |
0,4 |
2,7 |
17,6 |
29,3 |
Raval Centro |
25 |
CH |
9.590 |
11,9 |
25,4 |
2,5 |
27,1 |
39,1 |
36,7 |
10,5 |
30,4 |
22 |
72,5 |
26,4 |
67,1 |
0,6 |
3,5 |
23,5 |
24,6 |
Raval Norte |
25 |
CH |
13.516 |
10 |
28,2 |
2,3 |
21,5 |
30 |
31,5 |
6,4 |
26,8 |
21,2 |
70,9 |
20,6 |
72,6 |
0,2 |
2,8 |
19,7 |
25,8 |
Municipio de Barcelona |
14,3 |
17,4 |
2,9 |
14,7 |
27,1 |
23,1 |
3,3 |
12 |
12,3 |
35,8 |
11,9 |
23,8 |
0,1 |
0,8 |
3,1 |
Barrio |
Cod. |
Forma Crec. |
Pob. |
Pob. <15 (%) |
Pob. >65 (%) |
Tam medio Hogar |
Paro (%) |
Paro Jov. (%) |
Trab Event (%) |
Peon (%) |
T. no Cuali (%) |
Sin est (%) |
Viv Alq (%) |
Viv Desoc (%) |
Viv ant 1945 (%) |
Viv sin agua (%) |
Viv sin WC (%) |
Viv sin B/D (%) |
M2 Viv por pers |
Caño Roto |
40 |
P40/60 |
5.838 |
19,4 |
15,4 |
3,3 |
20,4 |
31 |
39,4 |
9,8 |
22,9 |
37 |
7,2 |
10,3 |
3,1 |
0,9 |
1,9 |
2,7 |
20,5 |
Opañel |
40 |
PP |
4.690 |
18 |
12,1 |
3,2 |
15,8 |
29,8 |
25,7 |
5,2 |
16,3 |
20,1 |
16,5 |
11,5 |
8,2 |
3,3 |
5,7 |
7,8 |
22 |
Orcasur |
40 |
P75/90 |
7.610 |
20,4 |
11,7 |
3,6 |
25,5 |
38,2 |
50 |
8,5 |
28,4 |
36,7 |
46,3 |
13,1 |
2,9 |
1,3 |
2 |
3,2 |
22,9 |
San Fermín |
40 |
P75/90 |
6.197 |
19,6 |
16,8 |
3,4 |
22 |
34,7 |
53,2 |
15,1 |
28,9 |
37,5 |
17 |
15,8 |
9,6 |
1,7 |
1,3 |
2,3 |
20,9 |
Pozo del Tio Raimundo |
40 |
P75/90 |
7.583 |
21,9 |
10,4 |
3,8 |
23,3 |
33 |
56,2 |
15,1 |
32,9 |
39,7 |
1,1 |
5,1 |
0 |
0 |
0,3 |
0,1 |
24,1 |
Entrevías |
40 |
P40/60 |
6.900 |
14,4 |
14,6 |
3,3 |
20,3 |
27,5 |
47,8 |
10,2 |
27,9 |
36,8 |
16,1 |
4,6 |
0,2 |
0 |
0 |
0,1 |
20 |
Vallecas 2 |
40 |
PP |
7.526 |
13,6 |
21,3 |
2,7 |
16,8 |
23,8 |
35,5 |
5,5 |
21,9 |
20,6 |
42,8 |
21,3 |
44,6 |
0,4 |
5,9 |
21,5 |
19,1 |
Palomeras Norte |
40 |
P75/90 |
3.424 |
19,9 |
13,8 |
3,5 |
19,4 |
29,7 |
44,6 |
13,8 |
31,5 |
36,9 |
1,5 |
2,8 |
0 |
0 |
0 |
0 |
25,7 |
Vallecas 1 |
40 |
PP |
10.308 |
13,7 |
20,2 |
2,7 |
17,1 |
27,1 |
34,8 |
6 |
22,9 |
22,1 |
30,6 |
15,8 |
39,3 |
0,6 |
4,5 |
14,9 |
19,5 |
Plata y Castañar |
40 |
P75/90 |
6.040 |
24,9 |
8,5 |
3,9 |
23,8 |
34,4 |
55,6 |
17,7 |
35,3 |
36,9 |
8,9 |
10,9 |
0,1 |
0,1 |
0,4 |
0,4 |
20,6 |
UVA de Vallecas |
40 |
P75/90 |
4.869 |
23,5 |
10,8 |
4 |
28 |
36,5 |
59,5 |
16,8 |
39,3 |
37,3 |
1,4 |
2 |
0,3 |
3,1 |
3,2 |
3,2 |
22,8 |
Municipio de Madrid |
15,1 |
15,1 |
3,1 |
14,1 |
28,2 |
24,9 |
3,5 |
15,2 |
13,6 |
19,2 |
12,5 |
14,6 |
0,2 |
1 |
2,8 |
Fecha de referencia: 20-10-2001
Documentos > La desigualdad urbana en España > http://habitat.aq.upm.es/due/a4.html |