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El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es un proceso para evaluar, de la forma más objetiva posible, «las cargas ambientales asociadas a un producto, proceso o actividad identificando y cuantificando el uso de materia y energía y los vertidos al entorno; para determinar el impacto que ese uso de recursos y esos vertidos producen en el medio ambiente, y para evaluar y llevar a la práctica estrategias de mejora ambiental.
El estudio incluye el ciclo completo del producto, proceso o actividad, teniendo en cuenta las etapas de: extracción y procesado de materias primas; producción, transporte y distribución; uso, reutilización y mantenimiento; y reciclado y disposición del residuo.» (SETAC, s.f.)[2].
De esta forma un ACV completo permite atribuir a los productos «todos los efectos ambientales derivados del consumo de materias primas y de energías necesarias para su manufactura, las emisiones y residuos generados en el proceso de producción así como los efectos ambientales procedentes del fin de vida del producto cuando este se consume o no se puede utilizar.
El ACV consiste por tanto en un tipo de contabilidad ambiental en la que se cargan a los productos los efectos ambientales adversos, debidamente cuantificados, generados a lo largo de su ciclo de vida.» (Antón Vallejo, 2004).
Los primeros estudios enfocados sobre algunas etapas del ciclo de vida de ciertos productos se remontan hacia fines de la década de los años 60 y principios de los 70. Esos estudios pusieron el énfasis en el análisis de la eficiencia, en el consumo de la energía y sus fuentes, el consumo de materias primas y, en menor medida, en la disposición final de los residuos generados.En 1969 la Coca Cola estadounidense financió un estudio destinado a relacionar y comparar el consumo de recursos para fabricar los envases para sus bebidas con las emisiones asociadas a los procesos productivos correspondientes. Por la misma época, también en Europa se estaba estudiando una especie de inventario que más tarde se conoció como «Ecobalance». En 1972, en el Reino Unido, Lan Boustead se dedicó a calcular la energía total que se requería para la fabricación de diversos tipos de envases (de vidrio, plástico, acero y aluminio) para bebidas. Sus conclusiones pueden consultarse en su artículo «LCA-How it came about-The beggining in the UK», publicado en International Journal of Life Cycle Assessment, 1 (3), 1996.
Al principio, se consideró que el consumo de energía tenía mayor prioridad respecto de la generación de residuos, las descargas y emisiones hacia el medio ambiente, entre otras cosas quizás porque todavía no había tantas demandas por parte de la opinión pública para que las empresas tuvieran en cuenta la prevención del deterioro ambiental, y porque el precio de los combustibles energéticos había subido tan abruptamente como para justificar darle esa prioridad.
Recuérdese además, que por esa época se produjo la crisis del petróleo, la que afectó principalmente a los países no productores, y que se manifestó por restricciones en la provisión de energía eléctrica, entre otras limitaciones al consumo de energía procedente de combustibles fósiles. Luego de superada esa crisis hubo un decaimiento en la importancia asignada al problema energético.
Trama y Troiano, 2001
Casi treinta años después, el ACV ha avanzado bastante pero, como expresa la norma IRAM-ISO 14040, «se reconoce que el ACV está todavía en una etapa temprana de su desarrollo», y hay quienes dicen que en realidad está en su primera infancia.
Una de las principales virtudes del ACV, al igual que ocurre con otros indicadores como la Huella Ecológica, es que permite integrar en un solo valor la complejidad de los sistemas de producción y consumo de productos, haciendo visibles impactos que otros indicadores no reflejan. En su cálculo se ha conseguido reflejar el factor duración y los ciclos de reutilización y reciclaje. Dado su enfoque integral permite saltar entre disciplinas relacionando diseño, fabricación, construcción y mantenimiento. Finalmente, en relación al sistema de consumo actual, permite valorar los productos desde el punto de vista de su impacto sobre el medio ambiente contrastando el simple enfoque económico del mercado.Gonçalves, 2004
Su desarrollo como método de valoración está todavía en sus etapas iniciales y cargado de polémica:
- El ACV es una herramienta que por su complejidad resulta en procesos que requieren tiempo y recursos materiales y humanos, muchas veces incompatibles con la capacidad actual de la industria de desarrollar este tipo de iniciativas.
- La información relativa a los inventarios de impactos ambientales en el ACV requiere un elevado nivel de información sobre materiales y procesos, que puede no estar disponible para un amplio espectro de situaciones.
- La aplicación del ACV en productos complejos, en los que los límites del sistema se extienden en una multiplicidad de actividades, puede resultar en grados de complejidad incompatibles con evaluaciones fiables del Ciclo de Vida. Es este el caso de la construcción en el que la complejidad es evidente.
- El ACV incide sobre una gran diversidad de variables que no poseen siempre el mismo sentido, es decir, puede darse el caso de que la mejor opción energética no sea la que genere menos residuos o emisiones. Además de este condicionante, hay que considerar cuestiones como la definición de escalas comunes de evaluación entre variables y situaciones distintas.
Gonçalves, 2004
Uno de los puntos débiles de la metodología del ACV es la subjetividad de la que depende en algunos pasos del cálculo:
La metodología del ACV pretende objetividad y transparencia. En la fase del Inventario de Ciclo de Vida (ICV) los valores de cargas ambientales corresponden a un esfuerzo de objetivizar al máximo todo el conjunto de datos y parámetros utilizados. Dichos valores pueden variar en función de la exactitud de los datos y de su precisión. No ocurre así con la determinación de los impactos ambientales introducidos en el paso Evaluación del Impacto del Ciclo de Vida. Tanto su identificación, su evaluación, como su ponderación respecto a otros impactos puede responder a criterios subjetivos.La utilización de modelos para el cálculo de los impactos resulta a su vez una fuente de subjetividad. Un modelo es una representación simplificada de los fenómenos y mecanismos que se dan en la realidad. La elección de dónde y de qué simplificación introducir no deja de ser parcialmente subjetiva. Diferentes investigadores pueden desear usar diferentes modelos que corresponden a diferentes premisas y simplificaciones.
La naturaleza de las elecciones e hipótesis que se hacen en el ACV, el establecimiento de los límites del sistema, la selección de la fuente de datos, las categorías de impacto, pueden ser subjetivas (ISO 14040). Diferencias en los datos de entrada pueden causar diferencias en el alcance, límites geográficos, etc. Estas diferencias pueden ser originadas por diferentes actitudes relacionadas con el concepto de naturaleza e intereses: sector industrial, movimiento ecologista, asociación de consumidores, gobierno...
Antón Vallejo, 2004
Esto influye por tanto en la validez y representatividad de los datos obtenidos:
La calidad e incertidumbre de los datos utilizados en el inventario influirán en la interpretación de los resultados. En vistas a una mayor transparencia han habido diferentes propuestas de normalización de los datos. Cabe destacar el trabajo previo desarrollado por The Society for Promotion of Life-cycle assessment (Spold) (1997). Sin embargo el trabajo más reciente es el informe técnico que propone la estructura y los requerimientos de los datos utilizados en el inventario.ISO, 2002
Actualmente se encuentran muchas páginas en la red que ofrecen sus servicios a empresas para calcular el ACV de sus productos. Gracias a cierta inquietud en los consumidores, las responsabilidades legales, sociales y políticas que pueden implicar los impactos ambientales, y a algunas medidas que empiezan a tomarse, como el ecoetiquetado, ciertas empresas empiezan a interesarse por el ACV; especialmente en realizar estudios comparativos para determinar las ventajas y desventajas medioambientales relativas de productos que pueden desarrollar la misma función. Esto les permite identificar hacia dónde deberían dirigir prioritariamente los esfuerzos para minimizar dichos impactos, al tiempo que ofrecen una imagen de preocupación por el medio ambiente al consumidor. Si continuaran y se apoyaran este tipo de iniciativas se podría lograr que cada fabricante se hiciera responsable de saber de dónde vienen sus materias primas, su energía y sus insumos, y cuál será el destino final de sus productos. El ACV podría por tanto tener aplicaciones interesantes si se pone esa información de cada producto a disposición del consumidor.
Numerosos autores, como Margarita de Luxán (1996), reivindican el ACV como una herramienta necesaria en una arquitectura más sostenible:
Para descubrir la incidencia de la construcción y el alojamiento en los problemas medioambientales hoy, se debe de analizar por entero el proceso que engloba la edificación. Habitualmente al hablar de alojamiento, se valora la adecuación o la conciencia energética de los edificios en función solamente del gasto o ahorro energético en la climatización e iluminación durante su uso, así como la contaminación que produce en su entorno inmediato. Sin embargo, las relaciones entre edificación y medio ambiente son mucho más extensas y complejas.Si se analiza la actividad entera que implica una construcción, se habrá de valorar su incidencia medioambiental en todo el proceso:
- Extracción de rocas, minerales y materiales de todo tipo.
- Gastos energéticos y procedimientos para la fabricación de elementos constructivos.
- Gastos energéticos y procedimientos para la fabricación de sistemas y equipos de instalaciones.
- Transportes de materiales, elementos y equipos.
- Puesta en obra, medios y maquinaria.
- Gastos energéticos en climatización e iluminación y contaminación derivada.
- Mantenimiento y uso, agua, residuos y vertidos.
- Reutilización y procedimientos para cambios de uso.
- Derribo y derivaciones del abandono de las edificaciones.
Al relacionar cada una de estas fases con los principales problemas medioambientales actuales, se descubre la verdadera extensión de las repercusiones derivadas de la construcción:
Luxán, 1996
Rocas Industriales Minerales Materiales | Fabri. elementos construc. | Fabric. sistemas, equipo, instala | Transporte a obra | Construc. Puesta en obra | Gasto energético climátiz. | Gasto energético ilumin. | Manten. agua usos varios | Reutiliz. cambio de uso | Derribo. Abandono | |
MUNDIALES | ||||||||||
Cambio climático e invernadero | x | x | x | x | x | x | x | x | ||
Agotamiento del ozono | x | x | x | x | x | |||||
Deforestación | x | x | x | x | x | |||||
Pérdida de biodiversidad | x | |||||||||
Contaminación de mares | x | x | x | x | x | x | ||||
Gasto de recursos no renovables | x | x | x | x | x | x | x | |||
LOCALES | ||||||||||
Contaminación atmosférica | x | x | x | x | x | x | x | |||
Contaminación de aguas continentales | x | x | x | x | x | |||||
Deterioro del mar y costas | x | x | x | x | x | x | ||||
Residuos tóxicos | x | x | x | x | x | x | x | x | ||
Riesgos industriales | x | x | x | |||||||
Erosión y desertización | x | x | x | x | ||||||
Abuso de recursos renovables | x | x | x | x | ||||||
Ocupación de suelo con vertidos | x | x | x | x | x |
La corrección de muchos de estos problemas desde el campo de la construcción viene unida a la revisión de procesos de los campos de la minería, la industria, etc., y otros se encuentran indisolublemente ligados a replanteamientos urbanísticos y sociales, pero no por ello han de olvidarse al hacer las valoraciones globales de la arquitectura desde lo sostenible o medioambiental.Luxán, 1996
Por tanto, para resolver los problemas generados a lo largo del proceso de edificación se debe revisar e intervenir en la fase a la que están ligados:
- La obtención y extracción de materiales para la construcción, que aproximadamente representan el 50 por 100 de los totales, se encuentran ligadas a revisiones necesarias desde la minería y la industria.
- La corrección que debe darse en la fabricación de elementos constructivos, sistemas y equipos avanzará en paralelo a las mejoras en los procedimientos industriales, y sus resultados son imprescindibles para una valoración global del gasto energético en la edificación.
Para apreciar su importancia, y a falta de muchos datos precisos, cabe comentar como ejemplo que la energía gastada en la fabricación de los elementos básicos, sin equipos de instalaciones, de una vivienda de 75m2 útiles, convencional, en bloques de 3 plantas, del nivel correspondiente a las exigidas para la vivienda de promoción pública en España en los años 80, representa el equivalente al consumo en calefacción de la misma vivienda durante aproximadamente 45 años en el área de Madrid y 51 en el área de Barcelona.
Tendero, s.f.
- La fase en la que deviene del transporte a obra depende del aprovechamiento de materiales y elaboraciones del entorno, del tipo de transporte y de las distancias de recorrido a las que se vean obligados.
- La adecuación y reorganización que cabe irse planteando en la puesta en obra implica la apreciación de las mejoras en rendimientos de maquinarias y su diseño, y un mayor cuidado en el tratamiento provisional y temporal de las condiciones naturales del entorno afectado.
- Las fases siguientes: las que habitualmente se ligan a la edificación, son también determinantes; no podemos olvidar que el mantenimiento de los edificios representa el 33 por 100 de la energía gastada, de la que el 12,5 por 100 del consumo total en España corresponde a las viviendas, lo que equivale al 40 por 100 del consumo por habitante; que el consumo eléctrico de las viviendas absorbe el 70 por 100 del producido; y que el 50 por 100 de la contaminación que sufrimos, deriva del alojamiento.
IDAE, 1993
Por tanto «la importancia en la elección de los elementos y materiales es fundamental, y tiene una incidencia mucho mayor de lo que se supone generalmente en el comportamiento de adecuación de los edificios y el gasto energético» (Luxán, 1996).
Las etapas del ciclo de vida, según Gonçalves (2004), son:
El ACV de la arquitectura considera el Ciclo de Vida de los edificios o estructuras físicas que constituyen el espacio urbano. Se podrían considerar las siguientes etapas:
Entradas | Límite del Sistema | Salidas |
| ||
Energía | Extracción de recursos | Productos utilizables |
Materiales | Producción de materiales | Residuos sólidos |
Distribución | Emisiones atmosféricas | |
Construcción | Efluentes líquidos | |
Ocupación y mantenimiento | Otras emisiones | |
Demolición | Energía residual |
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo llevada a cabo en Río de Janeiro en 1992 [también llamada Cumbre de la Tierra] se suscribió La Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la que contiene principios aprobados por los Estados para lograr acuerdos internacionales que respeten los intereses de todos y protejan la integridad global del ambiente. Específicamente, el Principio 16 dice: «Las autoridades nacionales deben tratar de promover la internacionalización de los costos medioambientales y la utilización de instrumentos económicos teniendo en cuenta el enfoque que, en principio, los que contaminan deben asumir el costo de la contaminación sin menoscabo del interés público y sin distorsionar el comercio ni la inversión internacional.»[...] la International Standards Organisation (ISO) y la International Electrotechnical Commission (IEC), en agosto de 1991, establecieron formalmente el Strategic Advisory Group on the Environment (SAGE), cuya misión consistió en desarrollar:
- un enfoque común de la gestión ambiental similar a la administración de la calidad;
- la capacidad de alcanzar y medir mejoras en el desempeño ambiental;
- normas internacionales para facilitar el comercio y eliminar las barreras comerciales.
Se consideró que era responsabilidad de cada país definir criterios de control de acuerdo con su realidad interna y teniendo en cuenta el efecto regional o global. Para ello se deberían considerar criterios ambientales, niveles de contaminantes, evaluaciones de riesgos para el ambiente y la salud, y especificaciones tecnológicas para productos y procesos.
Como resultado del trabajo del SAGE, en enero de 1993, la ISO creó el Comité Técnico 207, encargado del desarrollo de normas sobre Sistemas de Gestión Ambiental (SGA), las que deberán incluir un amplio rango de disciplinas ambientales. Estas normas están agrupadas en la ISO 14000.
La finalidad fundamental es promover una gestión más eficaz del medio ambiente en las empresas u otras organizaciones y proporcionar instrumentos útiles (prácticas óptimas de organización) para recopilar, interpretar y transmitir información ecológicamente pertinente a fin de mejorar la actuación ambiental.
El conjunto de normas y guías ISO 14000 define la esencia de un sistema de gestión ambiental y los procedimientos de auditoría necesarios para la verificación. También define tres conjuntos de herramientas importantes de implementar en un Sistema de Gestión Ambiental: evaluación del ciclo de vida, evaluación del desempeño ambiental y etiquetado ecológico.
CEPIS, 1997
En el conjunto de normas anterior, la ISO 14040 es la relativa al ACV. Dada su complejidad, esta normativa establece un protocolo al cual deberá ajustarse todo estudio de ACV. La ISO 14040 da la siguiente definición del ACV:
«El ACV es una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados a un producto: compilando un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema; evaluando los impactos ambientales potenciales asociados a esas entradas y salidas, e interpretando los resultados de las fases de inventario e impacto en relación con los objetivos del estudio.»ISO 14040, 1997
Las categorías generales de impactos medioambientales que precisan consideración incluyen el uso de recursos, la salud humana y las consecuencias ecológicas (ISO, 1997). [...]Dentro de la normalización ISO se deben distinguir normativas e informes técnicos. A día de hoy se han elaborado cuatro normativas relacionadas con el ACV:
- ISO 14040: Gestión medioambiental, ACV, Principios y estructura (1997).
Especifica el marco general, principios y necesidades básicas para realizar un estudio de ACV, no describiéndose la técnica del ACV en detalle.- ISO 14041: Gestión medioambiental, ACV, Definición del objetivo y alcance y el análisis del inventario del ciclo de vida (1998).
En esta normativa se especifican las necesidades y procedimientos para elaborar la definición de los objetivos y alcance del estudio y para realizar, interpretar y elaborar el informe del análisis del ICV (LCI).- ISO 14042: Gestión medioambiental, ACV, Evaluación del Impacto del Ciclo de Vida; Environmental management LCA-LCIA/Life Cycle Impact Assessment (2000).
En ella se describe y establece una guía de la estructura general de la fase de Análisis del Impacto del Ciclo de Vida (AICV) (LCIA). Se especifican los requerimientos para llevar a cabo un AICV y se relaciona con otras fases del ACV.- ISO 14043: Gestión medioambiental, ACV, Interpretación del ciclo de vida. Environmental management, LCA-LCI (2000).
Esta normativa proporciona las recomendaciones para realizar la fase de interpretación de un ACV o los estudios de un ICV, en ella no se especifican metodologías determinadas para llevar a cabo esta fase.Se han elaborado además documentos técnicos para ayudar a la elaboración de estudios de ACV como son:
- ISO/TR 14047: Ilustrative examples on how to apply ISO 14042: Life cycle assessment, Life cycle impact assessment (2002).
Proporciona un ejemplo de cómo aplicar la norma ISO 14042.- ISO/CD TR 14048: Environmental management Life cycle assessment LCA data documentation format (2002).
Este documento proporciona información relacionada con los datos utilizados en un estudio de ACV.- ISO/TR 14049: Ilustrative examples on how to apply ISO 14041 (1998).
Este informe técnico proporciona ejemplos para realizar un ICV de acuerdo con ISO 14041. Estos ejemplos deberán entenderse como no exclusivos y que reflejan parcialmente un ICV.Antón Vallejo, 2004
De acuerdo con la metodología propuesta por la normativa ISO 14040 un proyecto de ACV puede dividirse en cuatro fases: objetivos y alcance del estudio, análisis del inventario, análisis del impacto e interpretación.Tal y como ilustra la figura siguiente estas cuatro fases no son simplemente secuenciales. El ACV es una técnica iterativa que permite ir incrementando el nivel de detalle en sucesivas iteraciones.
Antón Vallejo, 2004
En esta fase se define el tema de estudio y se incluyen los motivos que llevan a realizarlo. Un objetivo podría ser por ejemplo comparar dos o más productos diferentes que cumplen las mismas funciones, para aplicar la información que se obtenga en la comercialización o en la reglamentación del uso de alguno de ellos. Otra meta podría ser determinar posibilidades concretas de introducir mejoras en el diseño de productos existentes, o en la innovación a través del diseño de nuevos productos, etc.
También en esta fase se establece la unidad funcional. La unidad funcional describe la función principal del sistema analizado. Un ACV no sirve para comparar productos entre sí, sino servicios y/o cantidades de producto que lleven a cabo la misma función. Por ejemplo, no es válido comparar dos kilos de pintura diferentes que no sirvan para realizar la misma función, cubrir un área equivalente con una duración similar.En el caso de los sistemas agrícolas, por ejemplo, la principal función es la producción de alimentos (Audsley, 1997). En estos casos, normalmente se considera como unidad funcional un kilo de producto fresco. La unidad funcional proporciona una referencia respecto a la cual las entradas y salidas del sistema pueden ser normalizadas en un sentido matemático.
Debido a su naturaleza global un ACV completo puede resultar extensísimo. Por esta razón se deberán establecer unos límites que deberán quedar perfectamente identificados. Los límites del sistema determinan qué procesos unitarios deberán incluirse dentro del ACV. Varios factores determinan los límites del sistema, incluyendo la aplicación prevista del estudio, las hipótesis planteadas, los criterios de exclusión, los datos y limitaciones económicas y el destinatario previsto.
Antón Vallejo, 2004
Según el Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS), en los límites del sistema generalmente se incluyen:
En los límites del sistema generalmente se excluyen:
El segundo paso es recolectar y cuantificar las entradas y salidas de materia y energía correspondientes al sistema producto durante su ciclo de vida.
Esta fase comprende la obtención de datos y los procedimientos de cálculo para identificar y cuantificar todos los efectos ambientales adversos asociados a la unidad funcional. De una forma genérica denominaremos estos efectos ambientales como «carga ambiental». Ésta se define como la salida o entrada de materia o energía de un sistema causando un efecto ambiental negativo. Con esta definición se incluyen tanto las emisiones de gases contaminantes, como los efluentes de aguas, residuos sólidos, consumo de recursos naturales, ruidos, radiaciones, olores, etc. Cuando se trabaje con sistemas que impliquen varios productos, en esta fase se procederá a asignar los flujos de materia y energía así como las emisiones al medio ambiente asociadas a cada producto o subproducto.Antón Vallejo, 2004
La estructura de esta fase viene determinada por la normativa ISO 14042, distinguiendo entre elementos obligatorios y elementos opcionales (ver figura 4).
Los elementos considerados obligatorios son:
- Selección de las categorías de impacto, indicadores de categoría y modelos.
- Clasificación: en esta fase se asignan los datos procedentes del inventario a cada categoría de impacto según el tipo de efecto ambiental esperado. Una categoría de impacto es una clase que representa las consecuencias ambientales generadas por los procesos o sistemas de productos.
- Caracterización: consiste en la modelización, mediante los factores de caracterización, de los datos del inventario para cada una de dichas categorías de impacto.
Cada categoría de impacto —por ejemplo acidificación— precisa de una representación cuantitativa denominada indicador de la categoría, —por ejemplo emisión de ácido equivalente. La suma de diferentes intervenciones ambientales para una misma categoría se hará en la unidad del indicador de la categoría. Mediante los factores de caracterización, también llamados factores equivalentes, las diferentes intervenciones ambientales, emisiones de gases, por ejemplo, se convierten a unidades del indicador. Es necesario el uso de modelos para obtener estos factores de caracterización. La aplicabilidad de los factores de caracterización dependerá de la precisión, validez y características de los modelos utilizados.
Antón Vallejo, 2004
En la fase de elección, modelización y evaluación de categorías de impacto hay cierta subjetividad ya que no todas las categorías están consensuadas. [3]
Un ejemplo de categorías de impacto que, según el CEPIS, se incluyen generalmente es:
Sin embargo las siguientes categorías están peor definidas o sólo son usadas por algunos profesionales:
También existen una serie de elementos opcionales que pueden ser utilizados dependiendo del objetivo y alcance del estudio de ACV:
- Normalización: se entiende por normalización la relación de la magnitud cuantificada para una categoría de impacto respecto un valor de referencia ya sea a escala geográfica y/o temporal.
- Agrupación, clasificación y posible catalogación de los indicadores.
- Ponderación: consiste en establecer unos factores que otorgan una importancia relativa a las distintas categorías de impacto para después sumarlas y obtener un resultado ponderado en forma de un único índice ambiental global del sistema.
- Análisis de calidad de los datos: ayudará a entender la fiabilidad de los resultados del AICV. Se considerará obligatorio en análisis comparativos.
Antón Vallejo, 2004
Una diferencia importante entre los diferentes métodos de evaluación de impactos reside en la opción de analizar el efecto último del impacto ambiental, endpoint, o bien, considerar los efectos intermedios, midpoints. Las categorías de impacto ambiental intermedias se hallan más cercanas a la intervención ambiental, permitiendo, en general, modelos de cálculo que se ajustan mejor a dicha intervención. Éstas proporcionan una información más detallada sobre de qué manera y en qué punto se afecta al medio ambiente. Las categorías de impacto finales son variables que afectan directamente a la sociedad, por tanto su elección resultaría más relevante y comprensible a escala global. Sin embargo, la metodología para llegar a cuantificar el efecto último no está plenamente elaborada, no existe el suficiente consenso científico, como se menciona en Hertwich (2002), necesario para recomendar su uso. Por todo ello, actualmente, es más común recurrir a categorías de impacto intermedias.Antón Vallejo, 2004
ISO 14042 define de manera implícita tres áreas de protección, AoP, como categorías de impacto finales (salud humana, entorno natural y recursos renovables). Udo Haes et al (1999a) en el primer informe del segundo grupo de trabajo en AICV de la Society of Enviromental Toxicology And Chemistry (SETAC) añade una cuarta: entorno modificado por el hombre (man-made environment). Esta cuarta área cubriría los aspectos de protección de los cultivos, bosques productivos, edificios y materiales de fenómenos como la lluvia ácida o impactos de ozono. Udo de Haes et al (2002) sugiere dividir el AoP, entorno natural en dos: 1. Biodiversidad, que incluye la diversidad genética, de especies y ecosistema y 2. Funciones de soporte a la vida, que se refiere a aquellas funciones tales como: clima, ciclos hidrológicos, fertilidad de los suelos y ciclos biogeoquímicos que regulan la vida en la tierra.Antón Vallejo, 2004
La interpretación es la fase de un ACV en la que se combinan los resultados de análisis del inventario con la evaluación de impacto. Los resultados de esta interpretación pueden adquirir la forma de conclusiones y recomendaciones para la toma de decisiones. Permite determinar en qué fase del ciclo de vida del producto se generan las principales cargas ambientales y por tanto qué puntos del sistema evaluado pueden o deben mejorarse. En los casos de comparación de distintos productos se podrá determinar cual representa un mejor comportamiento ambiental.Antón Vallejo, 2004
En su artículo «De la sostenibilidad a los ecobarrios», Verdaguer habla de la importancia de este concepto como uno de los principios básicos de la sostenibilidad:
La información constituye precisamente el elemento básico del siguiente principio, que hace hincapié en la desmaterialización de los procesos. Si se consideran el conocimiento y la experiencia como recursos fundamentales, la sustitución generalizada de flujos de materiales por flujos de información y el énfasis en los procesos de difusión, coordinación y planificación puede permitir un mejor aprovechamiento de los recursos materiales y energéticos en todos los órdenes. Extendiendo el concepto a la energía humana en general, considerada como el recurso renovable por excelencia, y dentro de ciertos umbrales, la sustitución de procesos basados en el uso intensivo de recursos materiales por otros más volcados hacia el uso de recursos humanos puede constituir en muchos casos la solución más innovadora y sostenible.En relación con lo anterior, y de acuerdo con el principio relacional, cobra especial importancia la necesidad de considerar los procesos en toda su secuencia. En el ámbito de la producción de objetos, una herramienta esencial a este respecto es el llamado análisis mina-vertedero, imprescindible a la hora de establecer comparaciones entre la carga ambiental asociada a procesos diferentes destinados a conseguir fines similares. En relación con el principio de prevención y evitación, y con la idea global de cerrar los ciclos, este análisis puede contribuir a diseñar procesos circulares del tipo mina-vertedero-mina en el que los residuos de un determinado proceso, reducidos al mínimo, puedan pasar a formar parte como materia prima o producto de mina del mismo u otro proceso. Este es un campo especialmente estudiado por la denominada economía ecológica, frente a la economía convencional que no tiene en cuenta a la hora de establecer valores los costes asociados al impacto ambiental. Este tipo de análisis puede ayudar a dilucidar con rigor si algunos procesos aparentemente inmateriales o de alta eficiencia no van unidos en segunda instancia a otros procesos que pongan en cuestión la supuesta sostenibilidad.
Verdaguer, 2000
La Construcción sostenible, que debería ser la construcción del futuro, se puede definir como aquella que, con especial respeto y compromiso con el Medio Ambiente, implica el uso sostenible de la energía. Cabe destacar la importancia del estudio de la aplicación de las energías renovables en la construcción de los edificios, así como una especial atención al impacto ambiental que ocasiona la aplicación de determinados materiales de construcción y la minimización del consumo de energía que implica la utilización de los edificios.Casado, 1996
La Construcción Sostenible se dirige hacia una reducción de los impactos ambientales causados por los procesos de construcción, uso y derribo de los edificios y por el ambiente urbanizado.Lanting, 1996
ESTRATEGIA GENERAL | ESTRATEGIA ESPECIFICA |
Prolongación de la vida del producto | Duración adecuada |
Adaptable | |
Confiable | |
Útil | |
Recuperable | |
Reutilizable | |
Prolongación de la vida del material | Reciclable |
Selección del material | Reformulación |
Substitución | |
Reducción de la densidad del material | |
Mejorías del proceso | Transporte |
Empaque | |
Mejores Métodos de Administración | Administración de la Oficina |
Administración de la Calidad Total | |
Contabilidad Medioambiental | |
Mejor Suministro de Información | Etiquetado del Producto |
Clements, Richard B. et al. (1997) Guía Completa de las Normas ISO 14000 Barcelona, Ediciones Gestión 2000, S.A. (tr. del inglés: Ana García Beltrán) ISBN: 84-8088-209-3
Vázquez Espí, Mariano (2001) «Construcción e impacto sobre el ambiente: el caso de la tierra y otros materiales», Informes de la Construcción, vol. 52, no. 471. También publicado en Boletín CF+S 20: http://habitat.aq.upm.es/boletin/n20/amvaz.htmlEjemplo de aplicación de la herramienta del ACV para analizar y evaluar el impacto sobre el ambiente de ciertos materiales de construcción. Se analizan herramientas relacionadas con el ACV como energía incorporada, coste exergético y coste material.
Daumal, Francisco y Gerardo García (1978) «La energía y el ciclo vital del edificio», CAU, n. 50, pp 30-37.
Estevan, Antonio, Mercedes Llop, Marta Román, Alfonso Sanz y Pilar Vega (1992) Análisis comparativo de externalidades y condicionantes de la competitividad por modos de transporte Madrid: Dirección General de Planificación Interregional de Grandes Infraestructuras. Ministerio de Obras Públicas y Transporte.
Maldonado Ramos, Luis (investigador responsable) et al (1999) Determinación del rendimiento y coste energético en la construcción de cerramientos de fábrica de adobe, bloque de tierra comprimida y entramado, para su aplicación en proyectos de desarrollo sostenible y política medioambiental Acción especial: Memoria. Programa Nacional de I+D en Medioambiente. CICYT. Departamento de Construcción y Tecnología Arquitectónicas de la UPM.
Roodman, David M. & Nicholas Lenssen (1995) A Building Revolution: How Ecology and Health Concerns Are Transforming Construction Washington: World Watch Institute. Traducción castellana: Revolución en la construcción, Bilbao: Bakeaz, 1997.
Valero, Antonio (2000)El marco termodinámico para iluminar la sociedad actual, en Economía, ecología y sostenibilidad en la sociedad actual. José Manuel Naredo y Fernando Parra (eds). Madrid: Siglo XXI, pp. 67-95.
Woolley, Tom, Sam Kimmins, Paul Harrison y Rob Harrison (1997) Green Building Handbook London: E & FN Spon.
International Organization for Standardization (ISO): se puede a acceder a una breve descripción de la serie de normas ISO 14000, y comprar las series (standards)
ISO 14000: tiene breves resúmenes y guías en línea, y permite comprar manuales y standards
Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS) organismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS): en su página dispone de dos artículos relativos a la familia de normas ISO 14000 con textos disponibles y una amplia bibliografía comentada sobre el tema en el apartado «Evaluación del ciclo de vida»:
- «Repindex 63: ISO 14000»
http://www.cepis.ops-oms.org/eswww/proyecto/repidisc/publica/repindex/repi063.html
- «Repindex 65: Familia ISO 14000»
http://www.cepis.ops-oms.org/eswww/proyecto/repidisc/publica/repindex/repi065.html
En la red se pueden obtener múltiples ejemplos de análisis de vida de productos, se pone a continuación una pequeña lista de análisis relativos a productos de la construcción:
Martín, Alicia y Stolkiner, Marta (2004) «La Madera en la construcción y el análisis del ciclo de vida», SAGPyA Forestal, número 31, junio. http://www.sagpya.mecon.gov.ar/new/0-0/forestacion/revistas/Revista31/analis31.pdfBreve artículo en la revista Forestal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de Argentina (SAGPyA) con datos comparativos entre materiales de construcción.
Cardim de Carvalho Filho, Arnaldo (2001) Análisis del ciclo de vida de productos derivados del cemento. Aportaciones al análisis de los inventarios del ciclo de vida del cemento. Tesis doctoral de la Universidad Politécnica de Cataluña, doctorado en Ingeniería Civil. http://www.tdx.cesca.es/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-0731101-125703/TESIS.pdfTesis doctoral sobre el análisis del ciclo de vida de productos derivados del cemento. Tiene un detallado análisis de ciclo de vida de estos productos, explicando y utilizando distintas metodologías, y una presentación previa sobre el ACV en materiales de construcción.
Environmental Profiles of Building Materials, Components and Buildings (BRE) (Perfiles medioambientales de los materiales de construcción, componentes y construcciones).
http://cig.bre.co.uk/envprofiles/document.jsp?jsessionid=1792741118134435234
La fundación BRE lleva más de tres años realizando una base de datos de libre consulta en internet. En su página se pueden consultar los perfiles medioambientales de múltiples materiales constructivos, una certificación que da BRE, la metodología utilizada para su elaboración, etc.
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[1]: Este artículo forma parte del trabajo de documentación
Glosario de términos clave relacionados con un urbanismo y una arquitectura más sostenibles
realizado en Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, desarrollado gracias a una
beca del Ministerio de Educación y Cultura y bajo la tutela de
Agustín Hernández Aja.
[2]: http://www.setac.org/. Extraído
de: Randa Group (consultoría ambiental, gestión de riesgos y previsión
social)
.
[3]: Actualmente está en curso una iniciativa auspiciada por
United Nations
Environmental Program (UNEP), y SETAC, dentro de la cual se pretende establecer el
marco general de la fase de AICV e identificar las necesidades de
investigación. Probablemente en el futuro éste será el marco de referencia para
el estudio de las diferentes categorías de impacto.
[4]: Fuente: Vázquez Espí (2001).
Documentos > Temas de sostenibilidad urbana > http://habitat.aq.upm.es/temas/a-analisis-ciclo-vida.html |