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Se exponen a continuación los criterios metodológicos y proceso
de trabajo utilizados para el desarrollo de los estudios
cuantitativos presentados en el capítulo 3 titulado "Tres
aproximaciones a la desigualdad urbana en España".
Estos estudios se plantearon para poder atender las demandas de
información del Grupo de Trabajo de la OCDE, ante la falta de
información sobre las características y situación de los barrios
desfavorecidos españoles. Debido a ello la metodología se fue
definiendo en base a propuestas de la OCDE a los equipos
colaboradores que preparaban los informes nacionales.
El estudio se ha apoyado en dos trabajos paralelos que
desarrollaron dos equipos de investigación, que han colaborado
estrechamente a lo largo de su realización:
Finalmente, con posterioridad a estos trabajos, la Subdirección
de Estadística del Ministerio de Fomento, realizó un estudio
sobre un Índice de desigualdad urbana, con la colaboración de
ARDE S.A., a partir de los indicadores utilizados en estos
trabajos. Los resultados de este último estudio se presentan en
el apartado 3.3 titulado "Índices de desigualdad urbana".
Todos los trabajos fueron contratados y coordinados por el
Ministerio de Fomento, a través de la D. G. de Actuaciones
Concertadas en las Ciudades, hasta mayo de 1996, concluyéndose
los trabajos sobre Índices de desigualdad en la Subdirección
General de Estadística y Estudios, de la D.G. de Programación
Económica y Presupuestaria, y con la colaboración de la
Subdirección General de Urbanismo.
La información utilizada ha sido la derivada de los Censos de
Población y Vivienda de 1991, elaborados por el Instituto
Nacional de Estadística, con el nivel de desagregación espacial
de sección censal.
Una sección censal es una unidad territorial que se establece y
delimita con criterios operativos para el trabajo de campo en las
operaciones estadísticas, y que se define fundamentalmente por
criterios de volumen de población. El tamaño medio de una sección
ronda los 1.500 habitantes y cuando, debido al crecimiento
urbano, el tamaño demográfico de una de estas unidades
territoriales es excesivo (en torno a 3.000hab), se divide en
dos, lo que, obviamente, dificulta el seguimiento en el tiempo
de las variables a este nivel de desagregación.
La necesidad de utilizar esta fuente venía dada no sólo por la
obligatoriedad de trabajar con fuentes estadísticas oficiales y
de ámbito nacional sino también por la imposibilidad de utilizar
otras fuentes para trabajar a un nivel de desagregación
territorial suficiente que permitiera delimitar barrios o áreas
dentro de la ciudades, y que tuvieran cobertura en el conjunto
del país.
La utilización de esta fuente de información presenta ciertas
limitaciones que es preciso recordar. Algunas de ellas, ligadas
al propio proceso de realización de la operación censal:
Finalmente, la ausencia de indicadores ligados al nivel de renta
es otra importante limitación censal para los fines de este
trabajo, aunque sea ésta una carencia bastante extendida entre
países. Es preciso también señalar que con ocasión de los Censos
de Población y Vivienda del año 1991 es cuando, por primera vez,
se han sometido a explotación estadística el cien por cien de los
cuestionarios censales ya que con anterioridad se disponía
únicamente de una muestra. Este hecho imposibilita el análisis
intercensal de la evolución de estas unidades censales.
Entre las demandas de información del Grupo de trabajo de la
OCDE, como se verá en el próximo apartado, se incluía un conjunto
de variables que debían obtenerse de diversos procesos
administrativos: indicadores de mortalidad y natalidad,
indicadores de delincuencia y criminalidad, etc.
Es preciso señalar que la información derivada de la gestión
administrativa, con muy escasas excepciones, no alcanza en
nuestro país un nivel de desarrollo suficiente. Bien es cierto
que en este tipo de información se plasman, lógicamente, buena
parte de las arbitrariedades y otras peculiaridades del
funcionamiento de la burocracia, pero más allá de lo que podrían
denominarse deficiencias lógicas, se detecta la falta de
planteamiento estadístico en su concepción y en su
aprovechamiento (en los casos en que éste existe).
Ello unido a la falta de tradición en la producción de
información a un nivel micro, desde una perspectiva territorial,
hace que no se pueda disponer de información administrativa
relevante para el análisis de la desigualdad y del bienestar en
el territorio que sea homogénea para el conjunto del Estado.
Por lo que se refiere al tamaño poblacional de lo que debían
considerarse barrios por los diferentes países, la recomendación
fue la de considerar espacios urbanos que agruparan entre 5.000
y 10.000 habitantes.
Aunque no se indicó un nivel máximo de población, o de barrios,
que pudieran ser propuestos, se establecía un 5 por ciento como
límite por debajo del cual podían añadirse barrios que no
sobrepasen los filtros establecidos. La redacción de este párrafo
era, presumiblemente, deliberadamente ambigua. Por una parte, se
hablaba de número de barrios, cuando éste es un concepto
inexistente desde una perspectiva comparativa a nivel
internacional (y ni siquiera nacional); por otra, no es claro si
ese 5 por ciento se refería al conjunto de ciudades de 100.000
habitantes o a cada una de ellas individualmente.
Finalmente la OCDE estableció criterios estrictos por lo que se
refería a:
Para la determinación de los criterios definitivamente adoptados
en este trabajo para la selección de un conjunto de barrios
desfavorecidos se han tenido en cuenta, obviamente, los
requerimientos de la OCDE, pero ha sido necesario tomar en
consideración otros aspectos adaptados a la situación española.
Por una parte, existen una serie de limitaciones en la
información disponible que no han permitido utilizar todas las
variables establecidas por la OCDE, como se verá posteriormente.
Por otra, se ha considerado necesario tomar en cuenta algunas
características específicas de la realidad socioeconómica de
España -que no siempre están presentes en otros países europeos,
o no lo están con la misma intensidad en los momentos actuales-,
a la hora de determinar los indicadores a utilizar, tanto para
definir las variables filtro, como para describir las áreas
seleccionadas.
Finalmente, el análisis urbanístico ha permitido realizar una
delimitación de trazos más finos que la derivada de un mero
análisis de datos estadísticos.
Se ha considerado que los límites poblacionales establecidos por
el grupo de trabajo de la OCDE no se ajustan a la realidad
territorial y urbana española por varios motivos:
Además se han expandido los límites de población que definen un
barrio desde los 3.500 a los 15.000 habitantes, y se incluyen en
los estudios, de forma separada, todas aquellas secciones
individuales que cumplen los criterios establecidos de tasa de
paro y nivel de estudios.
Los trabajos previos realizados en relación con este estudio,
permitieron extraer una serie de conclusiones que sirvieron,
parcialmente, para la elaboración del método de trabajo. Entre
ellas, y a partir de un análisis de tipologías elaborado para dos
provincias - Madrid y Cádiz - se deducía la relevancia de algunas
variables para el análisis de la desigualdad y las relaciones
existentes entre las variables consideradas.
De entre estas conclusiones se quieren destacar algunas que han
influido directamente en el planteamiento y método de trabajo que
se ha llevado a cabo:
Ya se ha indicado que una de las variables filtro indicada por
el Grupo de Trabajo de la OCDE es el nivel de renta o una
estimación de él. Sin embargo, no existen en España estimaciones
del nivel de renta que desciendan a un nivel de agregación
inferior a la provincia, ni tampoco estimaciones que aproximen
dicho nivel de renta.
Es por ello que se decidió utilizar como variables proxy:
La tasa de paro global ha sido la otra variable filtro utilizada.
Tal y como indicaba la OCDE, el límite que se ha tomado para la
selección es el correspondiente a una tasa de desempleo superior
en un 50 por ciento a la tasa de paro nacional, en el censo de
1991.
Respecto a las variables descriptivas que se utilizan en el
trabajo, se ha contemplado un doble criterio:
El proceso de trabajo ha exigido la coordinación en el tiempo,
de los dos equipos investigadores (cuantitativo y urbanístico)
y el Instituto Nacional de Estadística que ha suministrado la
información.
Un resumen esquemático de las tareas realizadas, ordenadas
temporalmente, es el siguiente:
El objetivo del trabajo ha sido:
Para ello se ha partido de la elaboración de criterios para la
determinación de la homogeneidad funcional de los barrios,
proponiéndose conceptos que podrían servir de base tanto para la
determinación de los barrios desfavorecidos en el caso español,
como para la reflexión sobre las causas de estos procesos y
situaciones, y, en su caso, la determinación de problemas tipo
y el diseño de métodos de intervención urbanística sobre los
barrios identificados y, de forma más amplia, sobre las áreas
vulnerables de las ciudades españolas.
Los barrios objeto de estudio se han definido mediante el
análisis urbanístico de las secciones censales con índices de
desfavorecimiento, obtenidas por explotación del censo de1991.
El trabajo se ha limitado a aquellas ciudades mayores de 50.000
habitantes, así como Cuenca y Mérida, próximas a esta dimensión,
e importantes en sus sistemas de ciudades por ostentar
capitalidad.
Para la determinación de los barrios, a partir del estudio
cuantitativo de las variables censales ya descrito, se ha seguido
un método de trabajo desarrollado en las cuatro fases que se
describirán a continuación: delimitación sobre el plano de los
ámbitos de las secciones censales que habían pasado los filtros,
entrevista con la administración municipal, trabajo de campo,
revisión estadística de las delimitaciones propuestas.
Una vez que se disponía del listado de secciones censales que
superaban los filtros establecidos, se realizaba su delimitación
sobre el plano de secciones censales de la ciudad, con el fin de
realizar una primer análisis urbanístico, determinando
continuidades, definiendo barreras y realizando un primer
análisis de la homogeneidad morfológica de los espacios. Para
ello resultaba necesario disponer de un plano de secciones
censales por cada ciudad, no siempre disponible en el INE, siendo
necesario a menudo obtenerlo del propio municipio.
Usualmente las secciones censales no coinciden con áreas
homogéneas, siendo necesario tomar decisiones sobre la inclusión
o no de secciones completas en la delimitación de los barrios,
considerando los valores de la explotación de los datos del censo
y la realidad física o espacial de las zonas.
La delimitación de barrios se hizo en primer lugar en gabinete,
consultando la cartografía básica más actualizada disponible, y
apoyándose en la consulta de publicaciones y estudios de la
ciudad correspondiente, con lo que fue posible realizar una
determinación orientativa de áreas homogéneas previa al trabajo
de campo.
A continuación se realizó la consulta sobre las áreas homogéneas
delimitadas en gabinete, mediante entrevista directa con
representantes de la administración municipal de los municipios.
En ocasiones se han detectado áreas vulnerables que no han
aflorado en el análisis estadístico, pero que se consideran como
barrios desfavorecidos en el municipio. Asimismo se han dado
casos de barrios detectados en la explotación del censo que no
se perciben como tales por las administraciones municipales.
La entrevista con la administración municipal aportó información
complementaria sobre la situación real de los barrios y la
existencia o no de proyectos o programas de intervención en
ellos, que se reflejan en las fichas urbanísticas de los barrios.
La supervisión municipal del catalogo y las delimitaciones de los
barrios, sería necesaria en un futuro tanto para la determinación
del grado de vulnerabilidad como para la comprobación de la
delimitación del límite de los barrios funcionales.
El listado de contactos y direcciones para cada ciudad se realizó
basado en los directorios aportados por la Federación Española
de Municipios y Provincias (FEMP), el Ministerio de Fomento y la
sección de Urbanismo del Instituto Juan de Herrera.
El proceso de los contactos con los municipios fue el siguiente:
La visita a 88 ciudades españolas por un grupo reducido de
investigadores requirió de un esfuerzo logístico considerable,
tanto por la selección y formación del equipo de trabajo, como
por la realización de un calendario razonable, que incluyera las
citas previas que aseguraran el éxito del trabajo.
El trabajo de campo de los equipos se desarrolló de la siguiente
manera: entrevista con el contacto municipal, obtención de la
cartografía actualizada y la información complementaria, visita
al área homogénea para su correcta delimitación.
Todos los equipos de trabajo dispusieron de un protocolo
unificado para la obtención de datos, de forma que la información
obtenida fuese lo más homogénea posible, y se dispusiese de una
jerarquía del grado de importancia de la información a obtener.
Tras el trabajo de campo y la entrevista a la administración
municipal, se dispuso de una información que permitió relacionar
lo que hasta ese momento eran datos estadísticos con espacios
reales, y por tanto determinar cuales eran los barrios homogéneos
formados por las secciones censales determinadas como
desfavorecidas.
Se procedió entonces a estudiar conjuntos de secciones
desfavorecidas a fin de definir áreas homogéneas, incluyendo en
su caso secciones censales próximas que sin superar por sí mismas
los valores de referencia formaban una unidad espacial homogénea
con los espacios contenidos en secciones censales desfavorecidas.
Estas delimitaciones se revisaron y comprobaron hasta obtener
barrios relativamente homogéneos que cumplían las condiciones
establecidas en cuanto a los filtros de paro, nivel de estudios
y carencias, pudiendo ser identificados como barrios
desfavorecidos.
Finalmente se procedió a completar la ficha urbanística
correspondiente a cada barrio.
La utilización de las formas de crecimiento como instrumento de
análisis está ampliamente extendida en la cultura urbanística,
y su aplicación es conocida. Se trata de un concepto que aúna la
morfología y tipología del tejido urbano consolidado, con el
momento histórico y social de su creación. Así resultan
perfectamente distinguibles las áreas urbanas que tienen su
origen en los cascos rurales de los arrabales metropolitanos
construidos al socaire de los crecimientos urbanos de principio
del siglo, y estos a su vez de las áreas de autoconstrucción
toleradas en terrenos rústicos en la cercanía de los centros
industriales de los años 50 y 60, etc.
En este caso se ha realizado una reclasificación, de las formas
de crecimiento de las ciudades españolas inventariadas por otros
estudios anteriores, que permitiese realizar sugerencias de
intervención sobre áreas homogéneas, definiendo 13 formas de
crecimiento diferentes:
Áreas anteriores a los planes de ensanche del siglo XIX, dentro
de esta clasificación se pueden hacer divisiones tanto por su
origen histórico como por las transformaciones posteriores que
se produjeron sobre ellos. Se caracterizan por tener una trama
basada, en líneas generales, en los accidentes geográficos, con
crecimientos sobre los caminos radiales históricos, y estar
limitados por los sucesivos perímetros defensivos o fiscales.
Sobre estos tejidos se produjeron operaciones sucesivas tanto de
apertura de vías y plazas, como de reconstrucción sobre los
solares existentes, pero se encuentra en ellos una homogeneidad
tanto en un trazado, como en una imagen reconocible como previa
al siglo XIX.
Los ensanches son el primer planeamiento global de la forma
urbana. Con unos criterios científicos de definición y con una
idea de abarcar los crecimientos urbanos durante un gran período
de tiempo, ordenan áreas de crecimiento en torno a la ciudad
existente, y tienen gran entidad tanto por su extensión y la
regularidad de su trazado (calles en retícula), como por
representar un área central urbana, tanto física como
económicamente.
Se trata de crecimientos urbanos coetáneos al ensanche. Son áreas
formadas por parcelaciones de fincas rústicas próximas a las
carreteras radiales de la ciudad formando paquetes reticulares
más o menos regulares. La promoción era individual, por los
propietarios de los terrenos, fuera del espacio ordenado por los
ensanches y al margen de las ordenanzas higienistas de la época.
Su absorción posterior por el crecimiento de la ciudad,
normalmente a partir de la década de los cincuenta, produce la
sustitución progresiva de la edificación sin modificar su
estructura.
Recoge aquellas áreas de la ciudad fruto de promociones de
viviendas unifamiliares con jardín, que englobarían tanto las
colonias de hotelitos, como cierto tipo de promociones públicas
de baja densidad en hilera, realizadas antes de los años 60, y
normalmente a principios de siglo.
Se trata de un conjunto de áreas con origen en promociones
públicas destinadas a resolver "el problema de la vivienda". Son
normalmente promociones unitarias que se desarrollan mediante
proyectos, donde el objetivo básico es el de proporcionar
exclusivamente viviendas mínimas, con pocas dotaciones y con
urbanizaciones mínimas en su origen.
Coincidentes con el desarrollo de los años 60, se produce un giro
en la producción de viviendas económicas, la promoción privada
encuentra en ella un campo muy rentable y sustituye en parte a
la promoción pública. La vivienda se producía para la venta
existiendo pocos promotores que construyeran para alquiler. Se
trata de un conjunto heterogéneo de áreas de la ciudad, donde lo
fundamental es el modo de producción inmobiliaria, basado en la
realización de bloques de vivienda exentos y usualmente en
promociones de muchas unidades. En estas áreas lo fundamental es
la autonomía de la volumetría de la edificación respecto de la
calle, quedando el espacio urbano minusvalorado, ya que
usualmente se reducen las cesiones de vía pública que se suponía
compensada por el espacio libre privado existente en torno a las
edificaciones.
La transición democrática y su coincidencia con la implantación
de la ley del suelo de 1975 tuvieron su reflejo espacial en el
desarrollo de promociones de vivienda de protección oficial
auspiciada por los poderes públicos. Primero el antiguo
Ministerio de la Vivienda, como fue el caso de la "Operación de
barrios en Remodelación" de Madrid, y más tarde con el desarrollo
de los nuevos planes generales de urbanismo realizados por los
nuevos Ayuntamientos democráticos, generaron un conjunto de
nuevas áreas de crecimiento que fueron desarrolladas, bien
directamente por las distintas empresas municipales de vivienda,
o bien cedidas al movimiento cooperativista. La vivienda publica
se produjo en su inmensa mayoría para venta a largo plazo con
intereses subvencionados.
Estos barrios se realizaron con aplicación de las ordenanzas de
bloque abierto, jugando no obstante los arquitectos con distintas
posibilidades de ordenación, que permitían la emulación de la
manzana cerrada mediante la resolución de edificios (torres y
bloques) en disposición perimetral de las manzanas. Estos barrios
representan también el mayor esfuerzo posible de la
administración por dotarlos de los equipamientos y reservas del
reglamento de planeamiento de la Ley del Suelo para equipamientos
y zonas verdes, y una urbanización de calidad.
El desarrollo de los nuevos Planes Generales municipales de
urbanismo al auspicio de la ley del 75, generó un conjunto de
ámbitos con desarrollo en paralelo a las promociones públicas,
en los que se siguen fielmente las cesiones obligatorias del
reglamento de planeamiento y el control municipal del trazado,
y a menudo de la tipología, que se aproxima a la manzana cerrada.
La promoción inmobiliaria tiende a la producción de vivienda en
régimen libre y normalmente en venta.
Se han agrupado en este tipo los núcleos urbanos anexionados a
las grandes ciudades a partir de los años 50, que están formados
por unos tejidos a medio camino entre los cascos antiguos y las
parcelaciones periféricas.
Los evidentes esfuerzos en erradicar la infravivienda no han
impedido el mantenimiento y en su caso la aparición de nuevos
núcleos. A la persistencia de las antiguas bolsas de marginalidad
se suman nuevas poblaciones excluidas de la economía formal que
se procuran un alojamiento en los márgenes de la ciudad, a las
que se incorporan parte de los nuevos emigrantes de escasos
recursos. La situación sin ser nueva adquiere nuevos tintes de
marginación, tanto porque supone la constatación de la
imposibilidad de resolver un problema que se enquista en el
tiempo, como porque los nuevos núcleos están formados por
poblaciones con un plus de marginalidad, tanto por su composición
(que incluye desde inmigrantes africanos, a poblaciones asociadas
a la droga, etc.), como por el carácter de lo construido, que
queda muy lejos de las pautas de autoconstrucción habilidosa de
hace cuarenta años.
La determinación de un mínimo en la población de las áreas
vulnerables impide, a veces, realizar una delimitación como
barrio de ciertas áreas que siendo homogéneas son sin embargo
pequeñas. En estos casos, se ha tenido que incluir en una misma
área espacios con distintos orígenes para alcanzar el tamaño
mínimo de barrio. La existencia de áreas mixtas, permite
reflexionar sobre la existencia de una geografía social en
nuestras ciudades, geografía que establece las pautas de
estructuración de la población y las inversiones, y que actúa
consciente o inconscientemente en la dirección de reforzar la
distribución de la población por rentas o por cualquier otro
rasgo diferenciador.
Las áreas mixtas se han dividido en dos grupos, centrales y
periféricas, en base a sus diferentes características derivadas
de sus relaciones con la estructura urbana de la ciudad.
En muchas ciudades españolas, se produce una urbanización difusa,
relacionada con la existencia de un tejido rural previo, basado
en pequeñas parcelas y economía mixta, que ha conformado barrios
a medio camino entre el campo y una periferia marginal.
El trabajo no pretende, tan solo, determinar las áreas homogéneas
contenidas en el conjunto de secciones censales seleccionadas
como desfavorecidas por el análisis estadístico, sino que
pretende también avanzar una descripción de aquellos aspectos
sociourbanísticos no incluidos en el censo, pero que permitirían
determinar problemas tipo y por tanto avanzar en el diseño de
operaciones complejas que busquen luchar contra los factores de
la vulnerabilidad urbana desde distintos frentes. También se
pretende comenzar un análisis que vaya detectando aquellos
aspectos, de los barrios estudiados, que pudiesen servir como
base para proyectos integrales de intervención urbana.
Para ello se han descrito en la ficha de barrio algunos de sus
problemas y oportunidades:
Se refiere tanto a la accesibilidad del área respecto al resto
de la ciudad, atendiendo así a su pertenencia a una estructura
compleja, como a la accesibilidad interior del barrio,
determinando la posibilidad de circular por él.
Se trata de definir aquellas carencias de servicios urbanos, que
pueden ser causa de una subvaloración del ámbito, en concreto la
provisión de los servicios considerados como imprescindibles por
la ley del Suelo: abastecimiento de agua, de energía eléctrica
y existencia de saneamiento, pero también a la calidad y
disposición de estos.
En realidad se debe hablar de calidad de la vivienda al tratarse
de espacios básicamente residenciales y considerarse la calidad
de la vivienda como uno de los factores del barrio. En este caso
se dispone de información estadística sobre las carencias de
servicios básicos en la vivienda y de la superficie por
habitante, pero la descripción debería ir más allá, definiendo
su aspecto, calidad, disposición y grado de mantenimiento,
factores que pueden servir también para caracterizar el grado de
vulnerabilidad del espacio, o el tipo de actuaciones a realizar
sobre los alojamientos.
El espacio público es uno de los elementos característicos de la
calidad de un barrio. Forma la base del soporte urbano y, por su
tamaño y disposición, no puede ser transformado sin complejos
sistemas de gestión y planeamiento. Un espacio urbano inadecuado
a los usos y necesidades de la población y la edificación,
implicará bien políticas de transformación radical de su tamaño
y disposición, bien la transformación de los usos que sobre él
se realizan.
Si disponemos de un espacio público reducido, no será posible el
tránsito a pié, no existirán espacios públicos para la estancia
y el paseo, y el espacio disponible acabará ocupado por el
vehículo privado, por lo que será necesario acometer proyectos
que recuperen el espacio para el uso de los ciudadanos. Al
contrario existen ámbitos en los que la relativa sobreabundancia
de un espacio indiferenciado entre unas edificaciones dispersas
y sin leyes de composición claras, no facilita su uso ni la
identificación de los ciudadanos con su barrio, necesitando de
una acotación de espacios, de forma que se recupere la diferencia
entre lo público y lo privado, y se delimiten y faciliten las
responsabilidades en el uso, la gestión y el mantenimientos de
los distintos espacios.
Los datos estadísticos disponibles para la determinación del
nivel de rentas se han referido al nivel de estudios y a las
carencias de servicios básicos en las viviendas, estas variables
no parecen suficientes para determinar el nivel socioeconómico
de los habitantes de un área. Es necesario un trabajo sociológico
de mayor calado, pero una visita al ámbito permite en cualquier
caso percibir características y situación de sus habitantes, que
es interesante describir.
El medio ambiente urbano es un concepto en desarrollo. En su
visión más general supondría una reflexión sobre la huella
ecológica del área estudiada, y en su visión más limitada una
reflexión sobre las cualidades inmediatas del espacio, desde la
calidad del espacio público para la estancia de los ciudadanos,
a la calidad del aire o los límites de ruido, hasta la relación
con la "naturalidad", entendida esta como la cualidad de un
espacio tanto para mejorar las condiciones del espacio público
frente a las variaciones del clima, y por su capacidad de
permitir que lo edificado se relacione con lo mejor de las
cualidades de lo exterior, permitiendo desde el soleamiento a la
iluminación natural.
En este apartado de problemas se trata la identidad como factor
negativo, tanto por una percepción negativa por el resto de la
ciudad, como por la falta de sentimientos de pertenencia y
dominio de las poblaciones que habitan un barrio.
En el caso del equipamiento, el problema existe si hay carencias,
aunque también influye su apariencia y estado, su situación
marginal en la estructura urbana y la mala calidad de sus accesos
y espacios públicos asociados. Asimismo podrían reseñarse, cuando
se disponga de información local, los problemas en la gestión y
la falta de participación de las poblaciones servidas, evaluando
por ejemplo las actividades y número de asociados en las
asociaciones de padres y alumnos de los colegios.
Los grupos sociales activos suponen una oportunidad para el
desarrollo de proyectos con capacidad de transformación. Su
experiencia y su conocimiento de la realidad del ámbito son
importantísimos a la hora de definirlos y desarrollarlos.
Las demandas estructuradas de servicios, obras, etc., que se
transforman en reivindicaciones, desvelan las carencias más
percibidas por la población, esto no significa que estas sean las
más urgentes, pero en cualquier caso sirven como indicador de la
percepción social del ámbito.
La existencia de proyectos ciudadanos, significa al mismo tiempo,
una voluntad de implicación de las poblaciones en la
transformación de su espacio y una base inestimable para la
generación de proyectos integrales.
Los suelos públicos son un importante capital inicial de un
espacio, permiten el desarrollo inmediato de las operaciones
necesarias, sin tener que esperar al desarrollo de planes y
largas gestiones para la obtención del suelo necesario.
La calidad medio ambiental, va a significar cada vez más un
indicador del valor de un ámbito, tanto por lo que supone en la
capacidad de restauración emocional de sus poblaciones, como por
su importancia como soporte de actividades sociales relacionadas
con el medio ambiente, como por lo que tiene de significación
positiva para el resto de la ciudad.
La existencia de edificaciones o espacios de valor, pueden
suponer tanto la base para una identidad positiva de un área,
como la oportunidad de disponer de soportes valiosos capaces de
soportar usos complejos.
Como complemento de los estudios sobre barrios desfavorecidos la
Subdirección General de Estadística y Estudios del M. de Fomento
ha elaborado unos índices de desigualdad urbana. Para su
elaboración se ha partido de una doble experiencia:
Los indicadores se han escogido procurando que sean claros en su
significado, que no se dupliquen entre sí, y que supongan una
aproximación razonable a las situaciones (no al riesgo) de
desigualdad urbana:
Ambos índices complejos (IDS e IDU) se elaboran para los tres
ámbitos territoriales (nacional, regional y municipal). Se
dispondrá, por lo tanto, en cada sector urbano de una batería de
seis índices que permitirán analizar su situación socioeconómica
y/o urbana en los contextos nacional, regional y municipal, que
representan distintos marcos de calidad de vida.
El mismo análisis puede hacerse para otras unidades espaciales
desagregadas distintas de la sección estadística, como pueden ser
barrios que se delimiten por su interés como unidad funcional y
urbana (identidad social, procesos de transformación en curso,
organización vecinal, etc.), siempre que su delimitación se
corresponda con agregaciones de secciones censales. Los índices
se calcularon, en este caso, también para los 374 barrios
desfavorecidos seleccionados, en los municipios mayores de 50.000
hab. (apartado 3.2 del Informe).
La metodología para la elaboración de los índices toma como
referencia la utilizada por el Index of Local Conditions inglés.
Los pasos estadísticos para la combinación de los cinco
indicadores en índices han sido los siguientes:
Los IDU se obtienen sumando a cada uno de los tres IDS un índice
de carencias de servicios en las viviendas (ICV) único. El ICV
se ha calculado como media de los tres índices estandarizados de
viviendas sin agua corriente, sin WC y sin Baño/Ducha, en el
ámbito regional.
Indicadores demográficos:
Esta ficha se distribuye a quien lo solicite en Word (.doc) para
los 374 barrios estudiados en el capitulo 3.2.
Fecha de referencia: 20-10-2001
Documentos > La desigualdad urbana en España > http://habitat.aq.upm.es/due/am.html |