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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Reino Unido
Región según Naciones Unidas: Europa occidental (Turquía incluida)
Región ecológica: Continental
Ámbito de la actuación: Ciudad
Instituciones: Gobierno Local, organizaciones no gubernamentales
(ONG) y organizaciones de base comunitarias (OBC) y sector
privado (sector informal incluido)
Palabras clave = Servicios básicos. Prevención de la
delincuencia. Eficacia en el uso de la energía. Salud. Desarrollo
urbano.
Categorías = Vivienda y uso del suelo: vivienda accesible.
Servicios sociales: reducción y prevención de la delincuencia;
seguridad ciudadana. Protección del medio ambiente: salud
ambiental; creación de áreas verdes en la ciudad.
Contacto principal:
Hulme Regeneration LTD
Briarfields, Boundary Lane
Hulme, Manchester, Reino Unido
M15 6EB
Patrocinador:
National Federation of Housing Associations
(NFHA)
175 Grays Inn Road
Londres, Reino Unido
WC1X 8UP
0171 278 6571
Socio:
Manchester City Council
Stringer, Graham
Town Hall
Manchester, Reino Unido
M60 2LA
Socio:
Hulme Regeneration LTD
Briarfields, Boundary Lane
Hulme, Manchester, Reino Unido
M15 6EB
Socio:
North British Housing Association
Stripmatter, Richard
4 The Pavillions
Portway, Preston, Reino Unido
Inicio: 1990
Interrupción: en marcha
Historia
El núcleo de infravivienda de Hulme comenzó a ser eliminado a
finales de los años 30, dentro del programa de erradicación de
infravivienda de Manchester. La operación se completó después de
la Segunda Guerra Mundial y, a principios de los 60, se construyó
un nuevo barrio. El proyecto de 5.500 viviendas consistía
básicamente en bloques en altura con galerías de acceso en cada
planta, que no tardó en convertirse en un lugar al que la gente
sólo iba a vivir si no tenía más remedio. Se produjeron algunos
accidentes con niños no acostumbrados a vivir en altura y nunca
fue adecuado para la vida familiar. A todos estos problemas se
añadían la mala calefacción y las goteras en la cubierta. Como
cada vez era más difícil alquilar una vivienda, sólo quienes no
tenían otra opción iban a vivir allí y se fue convirtiendo en una
zona con un alto número de delincuentes y personas con problemas
de salud mental, lo cual contribuyó a incrementar el rechazo a
trasladarse al barrio.
Las exigencias por parte de la comunidad de que se llevara a cabo
una intervención drástica condujeron en 1991 a la realización de
un estudio sobre las posibilidades de emprender una acción que
respondiera globalmente a todos los problemas, y en 1992 se
consiguió financiación dentro del programa gubernamental City
Challenge. En estos momentos 3.000 viviendas ya han sido
demolidas y se han comenzado a rehabilitar las 2.500 restantes,
para ofrecer alojamiento principalmente a ancianos y a solteros,
manteniendo un sistema de acceso controlado para conseguir un
incremento en los niveles de seguridad. Las primeras cuatro fases
de la nueva promoción residencial ya están terminadas y ocupadas;
hay contratadas seis fases más y otras cuatro vendrán a completar
el programa en el futuro.
La implicación vecinal se refleja tanto en el tipo de desarrollo
como en su gestión de cara al futuro. Cuatro asociaciones de
vivienda locales (Mosscare, Manchester and District, Family y la
recién formada People First) y una cooperativa (Homes for Change)
gestionarán dos tercios de las viviendas y, a continuación, las
adquirirán en propiedad lo antes posible. Homes for Change está
desarrollando un plan residencial de alta densidad que ofrece
talleres y viviendas en torno a un patio central, dando forma a
su idea de una comunidad urbana compacta que vive y trabaja en
el corazón de la ciudad. Las dos grandes asociaciones que se han
encargado de la promoción serán las propietarias y gestoras de
las restantes viviendas.
Una buena práctica
Al igual que en gran parte del Norte de Europa, la vivienda de
masas se desarrolló en Inglaterra durante los años 50 y 60 con
el objetivo de hacer frente al enorme déficit existente y de
ofrecer viviendas dignas y en gran número a las personas sin
hogar y a los habitantes de los núcleos de infravivienda. Dado
que entonces se prestó muy poca atención a la calidad de dichas
viviendas o a su entorno, gran parte de ellas deben ser demolidas
ahora.
Hulme tiene que ser totalmente reconstruida, pero las nuevas
viviendas sociales, cuya construcción es imprescindible para
hacer frente a las necesidades de la población de bajo nivel de
renta, van a ser realizadas con la participación de los vecinos
y teniendo en cuenta sus ideas. Serán construidas con una visión
contextual e incluirán todos aquellos otros elementos esenciales
para que la vida comunitaria sea viable. La nueva comunidad
surgirá de la anterior, reteniendo al 80% de los residentes
actuales. El éxito del proceso de regeneración de Hulme, por lo
tanto, está asegurado.
Impacto cuantitativo y cualitativo
En este momento ya casi se han demolido totalmente 3.000
viviendas de baja calidad alojadas en bloques monolíticos con
accesos mediante puentes y corredores. En su lugar, se alzarán
1.000 viviendas de alta calidad para alquiler, dos franjas de
tiendas, talleres y un centro de salud. Más de 1.000 viviendas
destinadas a venta quedarán integradas en forma de bloques
diseminados entre las viviendas de alquiler, en una zona donde
antes la gente no podía acceder a la compra de una vivienda.
Igualmente, en la promoción se han previsto viviendas especiales
para personas que precisan ayuda adicional para poder vivir de
forma independiente.
Los aspectos más importantes del plan son los siguientes:
El plan ha sido desarrollado para reflejar su contexto urbano.
Antes de que las asociaciones de vivienda se implicaran, las
propuestas contemplaban un desarrollo de baja densidad similar
a los que se producen en la periferia de la ciudad.
Posteriormente, y en conexión con la junta municipal, las
asociaciones han elaborado un programa diferente cuyo objetivo
es desarrollar viviendas de alta calidad pero que reflejen su
entorno urbano y generen una comunidad sólida en la que los
encuentros y los contactos informales se produzcan más
fácilmente, de modo que exista una mayor sensación de compartir
un entorno del cual todos los residentes se sientan responsables,
en lugar de que cada ciudadano se mantenga en su propio espacio
defensivo.
La vivienda social debe ser económicamente asequible para los
grupos de renta baja. Si no pueden satisfacer el alquiler
exclusivamente con los salarios a su alcance sin ayuda estatal,
puede serles imposible mejorar su situación mediante el trabajo,
ya que sus rentas en un momento dado se limitarían sólo a
sustituir la subvención estatal perdida. Los pisos de alquiler
de Hulme están subvencionados para que sus alquileres sean
comparables a los oficiales existentes. Un piso de un dormitorio
se alquila por 42 libras semanales y uno de tres dormitorios por
49 libras. Ambos alquileres están justo al alcance de los hogares
de bajo nivel de renta, que pueden ganar entre siete y ocho mil
libras al año.
Las nuevas viviendas han sido construidas con un alto nivel de
eficiencia energética y este nivel ha aumentado, por encima
incluso de lo exigido por la normativa, a medida que se han ido
desarrollando las fases sucesivas.
En comparación con las 1.000 viviendas que se demolieron, los
nuevos hogares reducirán las emisiones de dióxido de carbono en
un 1.000.000 de kilogramos por año, como mínimo.
El entorno de la ciudad se ha visto realzado. El plan recoge el
enfoque de la Unión Europea, según el cual las ciudades deben ser
compactas para concentrar vivienda, ocio y trabajo sin necesidad
de recurrir a extensas redes de transporte o a la utilización del
valioso suelo natural y agrícola.
Aún no se ha estudiado cuantitativamente el impacto sobre la
delincuencia, pero los residentes ya dicen sentirse más seguros
y se ha creado una atmósfera que expresa la confianza en que el
problema ya se ha conseguido reducir.
Cambios en la estrategia o en la práctica
Este plan supone el primero de una nueva serie de promociones que
reconocen, en primer lugar, que la vivienda no puede ser
contemplada aisladamente, sino que constituye la verdadera base
de una comunidad, y, en segundo lugar, que la nueva vivienda
puede, por sí misma, ayudar a transformar una zona gracias a las
oportunidades que genera.
El plan de Hulme ha otorgado voz a la comunidad local y ha
tratado de reflejar su visión de lo que es preciso cambiar, en
lugar de imponerla desde fuera. También ha contribuido a reunir
a los residentes, las asociaciones de vivienda, los negocios
locales, las autoridades sanitarias y educativas, la
administración local y al gobierno para trabajar juntos en aras
de objetivos establecidos de mutuo acuerdo.
Esta forma de trabajar es ahora moneda corriente dentro del
Presupuesto Gubernamental Único de Regeneración. Hulme no ha sido
ni mucho menos el primero o el único plan que ha contribuido a
esta forma de pensar, pero ha ayudado a promocionar este enfoque
al demostrar que, con los recursos adecuados y la determinación
de conseguir un cambio a largo plazo, puede producir resultados.
El emplazamiento del plan ha sido profusamente visitado por
ministros del gobierno y asesores estratégicos, así como por
autoridades universitarias y locales y ha ejercido una gran
influencia en la difusión del mensaje de que la renovación basada
en la colaboración público-privada puede funcionar.
Conseguir alquileres accesibles y mejores niveles de diseño no
ha sido fácil. Aunque los esfuerzos estaban respaldados en
principio por organismos financieros, las reglas habituales de
financiación han dificultado el camino hacia el éxito. El
argumento, empleado por parte de la comunidad, de la importancia
de la accesibilidad económica, fue lo que finalmente condujo a
que se aprobaran disposiciones especiales de subvención. La
experiencia de Hulme está contribuyendo a reavivar el debate
sobre la accesibilidad económica por doquier, tanto en las
sociedades promotoras como en los organismos gubernamentales.
Como resultado de las discusiones en torno al diseño del plan,
el Ayuntamiento de Manchester ha desarrollado unas Ordenanzas de
Diseño Urbano. Los principios que rigen estas Ordenanzas (entre
los que se incluye la densidad, el uso de superficies duras, el
espaciamiento entre viviendas, la distancia de las casas a la
linde trasera y la necesidad de espacios abiertos) fueron
desarrollados a partir de los principios que se aplicaron en
Hulme. Otras ciudades, en el Reino Unido y en Europa, están
mostrando interés en adoptar ideas similares.
Por otra parte, al crear una comunidad más estable, ofrece
oportunidades a largo plazo para que el tema de la sostenibilidad
sea considerado en profundidad.
Para consultar un artículo de David Baron sobre las viviendas de Hulme, contenido en el número 4 del boletín de la Biblioteca, pulse aquí.
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