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Calidad de Vida y Praxis Urbana
Julio Alguacil Gómez| Madrid (España), julio de 1998.
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5. La calidad de vida como síntesis de la complejidad

Introducción: El origen de la idea de Calidad de Vida

La Calidad de Vida es un constructo social, relativamente reciente, que surge en un marco de rápidos y continuos cambios sociales. Es fruto de los procesos sociales que dirigen una incierta transición desde una sociedad industrial a una sociedad postindustrial. Ya hemos visto cómo tras la consecución, relativamente generalizada en occidente y socialmente aceptada, de las necesidades consideradas como básicas (alimentación, vivienda, educación, salud, cultura...), se vislumbran aquellos efectos perversos provocados por la propia opulencia del modelo de desarrollo económico. Aparecen externalidades de carácter ambiental que producen nuevas problemáticas de difícil resolución bajo los presupuestos de la economía ortodoxa o monetarizada. Junto a ellas persisten las viejas externalidades sociales, pero también a éstas tradicionales externalidades (desigualdad social, pobreza, desempleo...) hay que añadir otras nuevas de naturaleza psico-social que se derivan de los modelos de organización y de gestión en la relación del hombre con la tecnología y las formas de habitar. Las grandes organizaciones y la enajenación del individuo de los procesos de decisión, la impersonalidad de los espacios y de los modelos productivos, la homogeneización de los hábitos y de la cultura inducida a través de los mass media, que vienen a reforzar estilos de vida unidimensionales, de individuación, de impersonalidad, han producido la pérdida de referentes sociales de pertenencia y de identificación.

Si bien, antes de continuar, es conveniente poner de manifiesto el protagonismo que la percepción de los problemas medio ambientales ha tenido sobre la construcción de la idea de Calidad de Vida, de tal forma que se hace difícil separar uno de otro. No vamos a profundizar en cómo el medio ambiente contribuye de forma muy directa a la percepción de la Calidad de Vida, pero sí es importante reseñar cómo contribuye indirectamente sobre la misma. La incorporación del medio ambiente como variable que tiene un gran influjo sobre la vida humana manifiesta unos efectos colaterales sobre la totalidad de las dimensiones de la misma. La interacción del medio ambiente sobre el uso del tiempo y del espacio, sobre el territorio, la salud y el trabajo, la cultura y las relaciones sociales, recrean fenómenos que vienen a mostrar con mayor claridad la interdependencia de las diversas dimensiones de la vida humana, y vienen a mostrar la conveniencia de reconocer la existencia de sistemas abiertos y los límites del propio ecosistema. Un medio ambiente deficiente significa una salud deficiente, igual que también pone en evidencia los desequilibrios territoriales y sociales, lo que a su vez puede ser motivo de tensiones y conflictos sociales de muy diversa naturaleza. Con ello no queremos decir que cualquier referencia a la Calidad de Vida lleve implícita obligatoriamente la dimensión ambiental, pero sí que ésta ha sido protagonista de primer orden en la construcción de la idea de Calidad de Vida y en su carácter sistémico. De hecho, no es frecuente referirse a una única dimensión humana cuando hacemos referencia a la Calidad de Vida, igualmente no es fácil referirse a la falta de Calidad de Vida si no es desde una perspectiva de la carencia o de la deficiencia de varias dimensiones de la vida humana.

Esa multiplicidad de factores, en su sentido negativo, que son a la vez causa y consecuencia de la crisis del modelo productivo, y del consiguiente cuestionamiento del mismo, es desde donde se puede entender el surgimiento de una creciente inquietud por un futuro que se presenta cada vez más incierto y menos previsible. Precisamente la imprevisibilidad del futuro induce el ejercicio de la subjetividad, dando utilidad a la capacidad subjetiva de los sujetos. Esta alarma se empieza a manifestar arropándose en un nuevo concepto cargado de subjetividad, pero no por ello de inoperancia, como es el de la Calidad de Vida[77] , del que cronológicamente podemos situar, su consolidación definitiva, con el inicio de la década de los años setenta[78]. Si bien esa preocupación se presenta en una doble vertiente: una es de corte más institucional y otra es de corte más ciudadano. La primera de ellas es el resultado de la necesidad de establecer referencias socio-políticas en una proyección de futuro, que no pueden dejar de reconocer el hecho diferenciador que se constata entre lo social y lo productivo, entre la cantidad y la calidad. La dinámica socio-política no puede obviar en su discurso y en sus declaraciones de intenciones, la elaboración de documentos y a la vez la definición de principios programáticos que sean armónicos con los valores sociales emergentes.

Por otro lado, desde la perspectiva de lo ciudadano, emergen nuevas posibilidades, en relación al mayor conocimiento y a la mayor disponibilidad de tiempo libre, que hacen posible desarrollos de consciencia social y de emergencia de nuevos valores sociales, de otras dimensiones de la relación del sujeto con la naturaleza y del sujeto con los demás sujetos sociales. Frente a la racionalidad económica que hace énfasis en las estrategias instrumentales, emerge una racionalidad de los valores que viene a establecer conexiones entre la técnica y la ética. La respuesta ciudadana a la racionalidad económica toma forma organizativa en nuevos movimientos sociales cuya aparición constituyen, en sí mismos fenómenos de conciencia que hacen suyo el concepto de Calidad de Vida dándole un sentido de potencialidad y de creatividad cultural, que viene a cuestionar los modelos de organización acordes con la racionalidad económica imperante. La Calidad de Vida es a la vez un proyecto (una imagen de futuro) y un proceso (una praxis social y política) que implica simultáneamente la aplicación de sistemas de valores a la acción cotidiana y por tanto, implica también la consideración de desarrollos cualitativos (subjetivos) que tienen también sus implicaciones en función de sus objetivos, y que precisan de estrategias objetivadas.

En ese sentido se recoge de Blanch (1981: 338) la idea de que la Calidad de Vida es «una síntesis vital de contemplación esperanzada y de lucha diaria» donde «la conciencia moral amplía el campo de su experiencia de la realidad presente y con ello va siendo el sujeto ético cada vez más capaz de adquirir la certeza de lo incierto y virtual, y de realizar aquello que le está inspirando ese futuro real utópico». Así, la Calidad de Vida surge como el objeto y el objetivo perseguido desde aquello que se venía a distinguir en apartados anteriores como necesidades radicales, o lo que es lo mismo, de aquellos valores que preconizan la optimización de las necesidades humanas reconociendo su naturaleza múltiple (salud, autonomía, y autonomía crítica, en los términos apuntados por Doyal y Gough). En definitiva, la Calidad de Vida no es tal, si no pensamos en términos de optimización de las necesidades universales, y ello supone ir más allá del concepto ralo de Bienestar preconizado desde el surgimiento del Estado-providencia. Y todo ello en la medida que la democracia participativa como exponente fundamental de la optimización de la autonomía humana (autonomía crítica = comunicación + conocimiento + concienciación + acción) en el proceso de la consecución de la Calidad de Vida, es un elemento, que aunque cargado de subjetivismo, es axiológico en la prosecución de la misma.

El contenido complejo del concepto de Calidad de Vida: la superación de la idea de Bienestar

Tomando como punto de partida estas primeras consideraciones de interpretación histórica y contextual, es necesario desgranar aquellos aspectos tangenciales que rodean el concepto de Calidad de Vida con la intención de profundizar en la significación del mismo. Hay una serie conceptual de aspectos que habitualmente se funden y se confunden con la Calidad de Vida y que no son estrictamente equivalentes, pero que nos pueden ayudar a profundizar en su significado y en sus contenidos. Así, son de uso común expresiones como: estilos de vida, modos de vida, el nivel de vida, el sentido de la vida, aspectos que tomados aisladamente pierden su referencia sobre un sentido pleno de la vida --como proceso y con diversidad de componentes-- y que de ningún modo parece que puedan ser sustitutos del concepto de Calidad de Vida. Ahora bien, tomados como expresiones solapadas que conforman un conjunto, nos pueden ayudar a encontrar el significado de la Calidad de Vida. Pero veamos antes que nada, las apreciaciones que podríamos establecer en torno a los distintos aspectos:

  1. Nivel de Vida: posiblemente la vulgaridad más corriente e ilustrativa es la utilización indistinta del concepto de nivel de vida y el de la Calidad de Vida. También es tan corriente como impropio identificar exclusivamente el nivel de vida con las rentas disponibles, esto es tan sólo uno de los componentes que conforman el nivel de vida: el del consumo privado, de naturaleza más individual. El nivel de vida tiene otro componente como es el consumo colectivo, en el que a su vez quizá habría que diferenciar el consumo de los servicios públicos (lo que junto al nivel de rentas definiría el Bienestar), y otro consumo colectivo de bienes no mensurables que podrían derivarse de la carencia de calidad ambiental o seguridad personal, aunque esto tendría más que ver más con los modos de vida y sobre todo con la existencia de una diversidad tolerante de estilos de vida. En todo caso, hay que reseñar cómo el nivel de vida contendría los aspectos de la vida más objetivados y mensurables, y por tanto, más comparables entre ámbitos distintos.
  2. Modos de Vida: las formas de ser y estar en la vida tienen un cierto grado de homogeneidad. A diferencia de los estilos de vida --que veremos seguidamente--, el modo de vida tiene una esencia colectiva que viene determinada por patrones comunes de orden cultural (conjunto de costumbres, valores, convicciones y conocimientos adquiridos y compartidos por un conjunto social a través de una historia y experiencia común que hace que los sujetos se comporten socialmente del mismo modo). Ahora bien, los cada vez más acelerados cambios sociales, la temporalidad de los valores y la frenética fragmentación social hace que los modos de vida se diluyan más, cada vez, en una diversidad muy amplia de estilos de vida. En todo caso, los modos de vida serían la más clara expresión de los valores y, por tanto, de lo subjetivo.
  3. Estilos de Vida: dentro de los márgenes del nivel de vida y en gran medida de los modos de vida, los estilos de vida representarían los significados paradójicos de las opciones individuales y por tanto serían la expresión de una heterogeneidad posible y la de una heterogeneidad probable. La heterogeneidad posible consiente la capacidad de elección voluntaria (vivir solo o acompañado, residir en un sitio u en otro, tener unos horarios u otros, alimentarse de una u otra forma, inscribirse en una redes sociales u otras, etc.). La heterogeneidad probable viene marcada por la excesiva determinación del nivel de vida, es decir por la intolerancia derivada de las diferencias o no reciprocidades de los niveles de vida, y por tanto, la existencia de desequilibrios sociales que producen y reproducen hábitos sociales contradictorios y no recíprocos, en definitiva, de baja tolerancia (deseos y prácticas de dominio, de poder, de ilegitimidad, de ilegalidad, de pobreza, etc.). Una combinación de factores objetivos (más comparables) y subjetivos (no comparables entre distintos ámbitos) caracterizará a los estilos de vida[79].
  4. El sentido de la vida: hasta ahora hemos visto distintos aspectos que parece conveniente relacionar para finalmente considerarlos como componentes de la Calidad de Vida. La Calidad de Vida no puede prescindir del nivel de vida o del bienestar, tampoco puede prescindir de una identidad del sujeto, que éste consigue a través de su modo de vida, y finalmente la calidad de vida no se puede alcanzar si no hay un marco de libertad de opciones que definan su estilo de vida. El concepto de autonomía crítica establecido por Doyal y Gough nos puede ayudar a cerrar-abrir la definición circular-espiral de la Calidad de Vida. El sentido de la vida implica un circulo virtuoso (en espiral, no vicioso): el devenir consciente sobre el resto de los componentes (nivel, modo y estilo), o lo que es lo mismo, una autonomía crítica que sólo se puede conseguir si se tiene un determinado grado de bienestar, de identidad y de libertad, que serán la condición para ser conscientes del proceso (Consciencia --> Acción) de la Calidad de Vida, que será a su vez la condición para alcanzar las cotas equilibradas (adecuadamente óptimas) de bienestar, identidad y libertad (Ver Lámina 4).


Lámina 4. El concepto de autonomía crítica

Considerar el sentido de la vida como un componente articulador de la complejidad de la Calidad de Vida nos permite acceder a la idea de la Calidad de Vida como proceso que integra al sujeto. Definir la Calidad de Vida sin desechar su complejidad sólo es posible aproximándose a través de una supradefinición, unas subdefiniciones de cada uno de sus componentes y de cada uno de los subcomponentes, y buscar un elemento de articulación entre los mismos. La supradefinición define a la Calidad de Vida como un grado óptimo de la satisfacción de las necesidades humanas. Las subdefiniciones, aunque exceden al alcance de la investigación, se pueden buscar mediante estadios intermedios a través de sistemas de indicadores. Y finalmente la articulación es múltiple, y múltiple entre diferentes planos de componentes, aunque también exceden a nuestro objeto de investigación abordaremos este aspecto más adelante de forma suficiente. Si bien, sí estamos en condiciones de establecer un sujeto articulador y un sentido de la articulación. El sujeto articulador no puede sino ser el propio sujeto integrado colectivamente en el proceso, y el sentido articulador es el proceso mismo, es decir, la capacidad de acceso a los recursos por parte del sujeto para poder dominar y conducir conscientemente su propia vida.

La idea de proceso se nos manifiesta como fundamental y nos revela a la Calidad de Vida como una nueva dimensión receptora de los vertidos de múltiples dimensiones, y a la vez es recurrente al permitir la irradiación de éstas, sin que pierdan personalidad. La idea de proceso nos permite entender a la Calidad de Vida como realidad dinámica, abierta y continuamente emergente. Ahora estamos en condiciones de establecer una contextualización diacrónica (ver el Cuadro 4) en donde la dimensión de la Calidad de Vida se nos presenta como síntesis y superación de conceptos como el de felicidad, y su sustituto: el concepto de bienestar.


Cuadro 4: Contextualización diacrónica del concepto de Calidad de Vida
FELICIDADBIENESTARCALIDAD DE VIDA
Pre-IndustrialIndustrialPost-industrial
EspiritualidadMaterialidadReconocimiento de los bienes materiales y de los bienes inmateriales
SubjetividadObjetividadSubjetividad + Objetividad. Búsqueda del equilibrio entre la libertad individual y los vínculos colectivos
Microsocial-LocalMacrosocial-GlobalTolerancia de lo local y lo global. Búsqueda de lo complementario entre lo micro y lo macro
Autonomía de la éticaAutonomía de la economíaAutonomía de la Política


El advenimiento de la sociedad industrial y la implantación de la idea de Bienestar supusieron el relegamiento de distintos aspectos primordiales de la vida humana. La segmentación de la vida (del tiempo: división social del trabajo) y la fragmentación de la vida (del espacio: concentración y zonificación de las actividades urbanas) van aparejadas a múltiples escisiones que distancian al sujeto de los procesos sociales. El objeto y lo objetivo se imponen al sujeto y lo subjetivo, la materialidad sustituye a la espiritualidad, lo económico (disgregador) sustituye a lo religioso (unificador), la individuación (disolución de las solidaridades tradicionales) sustituye a lo comunitario... El conocimiento sobre los límites ecológicos y la preocupación por las futuras condiciones de vida en el planeta (conciencia) vuelven a poner en escena renovados aspectos de la subjetividad humana y de la autonomía ética. Es la emergencia de la idea de bienes inmateriales y la reformulación de la ecuación del bienestar mediante la cual, superando la concepción tradicional que equipara a éste con el nivel de vida, se añade un sumando que tiene en cuenta junto al medio físico, las condiciones de vida. Como señala M. Setién (1993: 138) «la Calidad de Vida no equivale a bienestar o felicidad individual, pero sí a la satisfacción global. Se trata de un atributo colectivo», que contiene el nivel de vida y el modo de vida pero va más allá abriendo camino a una potencialidad donde los objetivos y prácticas de la vida se retroalimentan mutuamente en un proceso rizomático (espiral), continuo y permanente, en una aproximada[80] satisfacción óptima de las necesidades sociales.

En definitiva, la Calidad de Vida viene a significar a la misma vez, una síntesis y ampliación --propia de la riqueza de lo complementario-- entre el sujeto individual y el sujeto colectivo, entre el carácter subjetivo y objetivo, entre el análisis microsocial y el macrosocial, entre la escala local y la global, lo que puede permitir la superación de la tradicional ruptura entre la cultura científico-técnica y la cultura científico-humanista. Es esta lectura de la Calidad de Vida, como síntesis que nos viene a reseñar la reciprocidad entre elementos y dimensiones, la que nos lleva a pensar en la Calidad de Vida como una expresión de la complejidad.

La Calidad de Vida como una expresión de síntesis y reciprocidad

Tenemos que insistir en que la Calidad de Vida no puede ser considerada en manera alguna como de una naturaleza estática. La satisfacción de las necesidades universales está sujeta a los cambios de los satisfactores y, en consecuencia, a los cambios de las formas de acceso a la satisfacción de las necesidades, lo que hace de la Calidad de Vida un proceso de desarrollo continuo, que en un mundo de frenéticos cambios de valores y transformaciones sociales supone una recomposición permanente de los sujetos en la apreciación de lo que es Calidad de Vida. La percepción que tengan los sujetos de la Calidad de Vida, no es firme. Puede producirse la situación de que los sentimientos de insatisfacción de los sujetos sean crecientes en la medida que también sean mayores sus cotas de bienestar (García Duran y Puig, 1980), pero ello se producirá más en la medida en que la conciencia sea más individualista, más autoislada en relación al conjunto social y en relación a los límites ecológicos. Es decir, la mayor disponibilidad de acceso a los recursos --estados de abundancia-- en detrimento de una menor accesibilidad a los recursos en otros lugares y/o en el futuro, inducidos por el propio sistema productivo y de consumo, se nos revela como un claro ejemplo, no sólo de la inherencia de la subjetividad en la idea de la calidad de vida, y la aplicación de la objetividad de la misma (aplicación de la cosmología cuantitativa occidental a la medición de los recursos tanto en su vertiente de uso como de cambio), sino que también nos muestra que es muy sensible a los cambios sociales que la afectan transversalmente.

Cuando nos referimos al concepto de Calidad de Vida estamos haciendo referencia a una diversidad de circunstancias que incluirían tanto dimensiones mensurables (objetivas), como de otras de más incierta cuantificación (subjetivas), dimensiones todas ellas que conforman parte de un conjunto de valores y hechos que no se pueden disociar. Amalio Blanco (1988), desde una perspectiva de la psicología ambiental, propone una distinción entre los dos vocablos que componen el concepto de Calidad de Vida. Por un lado, el vocablo vida haría referencia al ámbito de las relaciones sociales, a las actividades humanas, al acceso a los bienes y los riesgos a los que se encuentra sometido. Vida sería, pues, sinónimo de la calidad de las condiciones en que se van desarrollando las diversas actividades del individuo, las condiciones objetivas y subjetivas indirectamente objetivables. El vocablo calidad aparece como aspecto central de comparación de los atributos o características de una cosa con los que poseen otras de nuestro entorno, se correspondería más con la percepción individual y subjetiva de unas condiciones de vida objetivas.

Precisamente el constructo de Calidad de Vida es el resultado de las relaciones entre las condiciones objetivas de vida y las percepciones individuales que de ellas se tienen, relación cuyo fruto es un mayor o menor grado de satisfacción. Así, autores como Levi y Anderson (1980: 6) describen la calidad de vida como «una medida compuesta de bienestar físico, mental y social, tal y cómo lo perciben cada individuo y cada grupo, y de felicidad, satisfacción y recompensa (...) Las medidas pueden referirse a la satisfacción global, así como a ser componentes, incluyendo aspectos como salud, matrimonio, familia, trabajo, vivienda, situación, competencia, sentido de pertenecer a ciertas instituciones y confianza en los otros». Reflexión que lleva a E. Pol (1987: 237) a la afirmación de que «esta definición nos acota una concepción de calidad de vida como un constructo complejo y multifactorial, sobre el que pueden desarrollarse algunas formas de medición objetivas a través de una serie de indicadores, pero en el que tiene un importante peso específico la vivencia que el sujeto pueda tener de él».

Es preciso buscar el dónde se unen lo objetivo y lo subjetivo, el cómo lo objetivo y lo subjetivo coexisten y se refuerzan mutuamente. En este sentido, la Calidad de Vida supone una fusión de lo subjetivo y de lo objetivo, una síntesis que viene determinada por la cualidad recíproca de incorporar los valores a los hechos, y los hechos a los valores, fusionando lo emocional y lo racional. Esta reversibilidad (los valores y emociones tienen su proyección en la realidad objetiva, y los hechos y acciones tienen su proyección sobre la subjetividad de los sujetos) entre lo objetivo (las condiciones de vida) y lo subjetivo (la cualidad) ha sido denominada por Adorno (1992) como la «capacidad mimética subjetiva» que tiene el sujeto activo. La capacidad mimética subjetiva es la síntesis de objetividad y subjetividad, de intencionalidad y de espontaneidad, porque muestra que tanto lo racional como lo emocional tienen ya en sí mismos un carácter trayectivo que es el que les permite fusionarse en lo que algunos autores han denominado como racionalidad estética (Rodríguez Eguizábal, 1996). Para estos autores la racionalidad estética se refiere a la capacidad mayeútica[81] de los sujetos para instaurar en la relación sujeto-objeto la potencialidad para hacer emerger lo social a través de sus estados emocionales.

Sin embargo, la experiencia de los sujetos, construida en esa paradoja marcada por la coexistencia y retroalimentación de las emociones y de la realidad objetiva, es la base para que los sujetos adquieran lo que Ortega y Gasset (1996) denominaba como una capacidad estimativa[82] que orienta la acción humana buscando el equilibrio entre la libertad individual y la vinculación colectiva, entre lo micro-social y lo macro-social, entre las emociones y la razón. Esa capacidad estimativa es reforzada por la comunicación y el conocimiento, que a su vez estimulan el devenir consciente. Sólo a través de ese proceso se logrará acotar (controlar) la subjetividad (subjetividad objetivada) y la objetivación (objetivación subjetivada). La acotación de la subjetividad y de la objetividad, a través del desarrollo de su capacidad estimativa, es lo que puede permitir al sujeto encontrar un estado de equilibrio entre las necesidades y las aspiraciones, un conocimiento entre lo que se quiere, según lo que se puede, reduciendo paulatinamente (a través de un proceso en forma de bucle recursivo -ver la Lámina 5)las distancias entre las necesidades y los límites físicos y sociales, respecto de los deseos. En esta lógica se designa el significado de la Calidad de Vida como una forma de adaptación entre las condiciones de vida objetivas y las expectativas y potencialidades del sujeto, tal y como el mismo las aprecia tanto individualmente como grupo colectivo.


Lámina 5. Acceso a la calidad de vida a través de la capacidad estimativa

Precisamente el concepto de Calidad de Vida desde su vertiente de cualidad, más cualitativa, subjetiva, emocional o cultural es donde emerge como contestación a los criterios economicistas y cuantitativistas de los que se encuentra impregnado el denominado Estado del Bienestar. El concepto de Calidad de Vida ayuda a retomar la perspectiva del sujeto, superando y envolviendo al propio concepto de bienestar. Por ello resulta difícil acotar un concepto que se construye socialmente como una representación social que un colectivo puede tener sobre su propia calidad de vida. De ahí la necesidad de profundizar en lo que ha sido tradicionalmente desechado, en aquellos aspectos más emocionales que se derivan del concepto, y más concretamente en los análisis de la satisfacción, o si se prefiere en los análisis de las experiencias subjetivas que tienen los sujetos activos y en aquellos procesos que implican el desarrollo de la identidad social. El sentimiento de satisfacción y la realización personal no pueden entenderse sin introducir la noción de apropiación y la idea de la dirección controlada conscientemente por los propios sujetos.

Desde esta perspectiva, entendiendo la Calidad de Vida como síntesis de la razón emocional y de la razón técnica, de la consciencia y del conocimiento, emerge la razón como integralidad. La Calidad de Vida refiere un completo espectro de las dimensiones de la experiencia humana que se corresponde totalmente con la satisfacción de las necesidades humanas, tanto las denominadas básicas como las no básicas, las materiales como las inmateriales, las primarias como las secundarias, las vitales como las radicales... de tal forma que no se pueden disociar unas de otras. La satisfacción óptima de las necesidades y por ende la consecución de altas cotas de Calidad de Vida es preciso ir a buscarlos donde lo subjetivo se objetiviza (o si se prefiere cuando se pone en disposición de operativizarse), donde lo objetivo se relativiza, donde lo subjetivo y lo objetivo se funden. Así cualquier mejora, económica o social, que implique un coste o pérdida de cualidad, significa un perjuicio en otro lugar o en otro tiempo, en otra dimensión humana; mientras que cualquier mejora que implique favorecimientos simultáneos en otros lugares, tiempos o dimensiones humanas tiene efectos multiplicadores que llevan a mayores cotas de satisfacción vital.

Los componentes de la Calidad de Vida y su asociación

Como hemos visto hasta ahora el significado de la Calidad de Vida no es unívoca, ni parcialmente aislada, ni total; es a la vez un subsistema y un metasistema[83], y como tal es multidimensional admitiendo puntos de mira muy diversos. La naturaleza de cada dimensión no viene definida aisladamente, sino que se define en función y en interacción con el conjunto del sistema, y en función e interacción con todas y cada una de las dimensiones humanas que intervienen. Llegados a este punto surge el interrogante de si la Calidad de Vida, dada su naturaleza compleja, es mensurable. Es indudable que para que el sujeto pueda ser un sujeto activo precisa de criterios y programas operativos que sean causa y efecto (en forma de bucle) del conocimiento y el devenir consciente sobre sus propias condiciones de existencia. Sin embargo, las técnicas de medición de las dimensiones tomadas aisladamente, que son esencialmente cuantitativas, no logran superar el estrecho marco de una objetividad siempre relativa, mientras que la medición de todas las dimensiones humanas en su conjunto es difícilmente abarcable desde una eficacia operativa, y además distorsionaría la realidad de los diversos componentes de la vida humana[84].

La medición mediante indicadores cuantitativos es parcial, mientras que la medición cualitativa: ¿es un contrasentido? Antes bien el alcance de la Calidad de Vida, que no puede medirse de forma directa, puede establecer mediciones indirectas que complementando y combinando de manera opinativa indicadores y análisis objetivos y subjetivos permitan obtener criterios operativos encaminados a una optimización de las necesidades humanas. En este sentido, y haciendo referencia a la dimensión ambiental pero que hacemos extensible a cualquier dimensión de la vida humana, se pronuncian Marans y Rodgers (1975: 343)[85]: «las medidas objetivas de los atributos ambientales son inadecuadas en sí mismas como indicadores de calidad de vida. Sólo tomando en cuenta sus relaciones con los indicadores subjetivos llegan a adquirir significado humano y pueden ser consideradas como una guía fiable para las decisiones políticas».

En todo caso no es el objetivo del presente trabajo establecer un sistema más de indicadores de Calidad de Vida[86], pero si pretendemos una aproximación --que nunca puede tener la pretensión de ser completa y concreta-- que nos ayude a hacer más comprensible el carácter complejo de la Calidad de Vida y, sobre todo, que nos permita el establecimiento del sentido de las condiciones necesarias (o los componentes complejos de los indicadores[87] en la calidad de vida) --no a la información en sí, sino al tipo de información necesaria-- para que ésta pueda encaminarse hacia unas metas o cotas óptimas de satisfacción humana. Es decir, nos interesa fundamentalmente lo que podríamos considerar como el escalón previo a la construcción de un sistema de indicadores: la agrupación de los componentes de la vida y la asociación a que pueden dar lugar. Nuestra intención, recordémoslo, es demostrar la emergencia de iniciativas que complementando distintas dimensiones de la vida humana se inscriben o apuntan una lógica de la complejidad y nuevas formas de acción social.

La conclusión que obtenemos de todo lo anterior se podría enunciar de la siguiente manera: a mayor intersección y reciprocidad entre los aspectos objetivos y subjetivos, y a mayor intersección y reciprocidad entre las dimensiones de los componentes de la vida humana, mayor será el grado de optimización de la Calidad de Vida. De ahí que el concepto de Calidad de Vida se haya investigado desde muy distintas perspectivas y disciplinas, las más de las veces de forma parcial y aislada. De ahí, también, la necesidad de abordar el análisis de la Calidad de Vida con estrategias multidisciplinares que reconozcan la complejidad en toda su extensión. Algunos autores como Hutchinson, et al. (1979)[88] identifican la Calidad de Vida con tres dimensiones: física, social y emocional. Vamos a seguir esa perspectiva trinitaria de las dimensiones, aunque sin despreciar que la diversidad de aspectos sectoriales y globales que pueden incidir en la falta de calidad de vida hace que cada uno de ellos obtenga su propia carta de naturaleza. Así, por ejemplo, la calidad residencial o la calidad urbana, es por tanto, un aspecto parcial como otros con los que se encuentra a su vez relacionado, pero en ningún caso pueden ser entendidos como aspectos periféricos dentro de la Calidad de Vida. Lo mismo se podría decir de cualquiera de las otras dimensiones de la Calidad de Vida.

La delimitación del concepto de la calidad de vida no tiene, en consecuencia, un sentido unívoco. Para su construcción proponemos la autoimplicación de tres grandes dimensiones o áreas lógicas que se pueden representar bajo una forma triangular (trilogía) tal como se muestra en la Lámina 6.


Lámina 6. Delimitación del concepto de calidad de vida

La relación solapada que se establece entre los distintos vértices del triángulo nos marca diversas disciplinas y enfoques en el tratamiento analítico de la Calidad de Vida. Igualmente el planteamiento complejo incide en la idea de sostenibilidad, en la medida que hay que buscar puntos de equilibrio que no supongan una degradación de cada una de las perspectivas:

  1. Relación entre calidad ambiental y bienestar: Ecología urbana.
  2. Relación entre calidad ambiental e identidad cultural: Antropología urbana.
  3. Relación entre bienestar e identidad cultural: Desarrollo urbano.

A su vez, en cada una de las perspectivas, y siguiendo con la representación triangular, establecemos tres grandes dimensiones principales siempre presentes en la calidad de vida: la escala territorial sobre la que se determina la calidad ambiental, el bienestar sobre el que se determina el nivel de vida, y las interacciones sociales que determinan la identidad cultural (Ver el Cuadro 5). Éstas a su vez, las podemos desgranar en otras dimensiones que se ponen en contacto entre sí y que según giremos a modo de un caleidoscopio podremos encontrar distintos elementos de autoimplicación (Cuadro 5):


Cuadro 5: Principales dimensiones presentes en la calidad de vida
Calidad Ambiental (Area territorial -escala-) Bienestar (Condiciones objetivadas) Identidad Cultural (vínculos e interacciones sociales)
Habitacional, Vivienda Producción-Reproducción (Trabajo, empleo y trabajo doméstico) Tiempo disponible (libre y liberado de ocio)
Residencial (local, barrio) Salud Participación y apropiación
Urbana, territorio (metrópoli, región, planeta) Educación (aprendizaje y formación) Relaciones sociales y redes sociales


El desarrollo pormenorizado de cada una de las subdimensiones fundamentales expresadas en esta figura, puede ser el cometido de una serie de monográficos posteriores que, descendiendo a campos particulares de análisis e interpretación, vayan constituyendo un cuerpo estructurado y sistemático, o lo que podríamos considerar también como sistemas o subsistemas de indicadores sociales.

La relación combinada entre cada una de las perspectivas con el resto nos abren, por tanto, distintas intersecciones que son lógicas y sentidos en la construcción de la Calidad de Vida. Pero antes de entrar a desarrollar esas dimensiones de la Calidad de Vida hay que tener en cuenta dos aspectos que nos acercan aún más a la complejidad. En primer lugar, hay que considerar que las dimensiones y subdimensiones reflejadas en el Cuadro 5 se encuentran atravesadas por una serie de variables que podríamos considerar como dependientes y que son considerablemente sensibles a la acción humana:

  1. Los sujetos: estructura socio-demográfica de la población.
  2. Los objetos: el ambiente construido por el hombre. Los soportes físicos creados para el desarrollo de las actividades humanas, de los que nos interesan fundamentalmente los equipamientos considerados en sentido amplio, es decir, como espacios de consumo colectivo.
  3. El ambiente y las condiciones naturales: el aire, el agua, el suelo, la flora y la fauna.

Cada una de estas variables consideradas de manera independiente o de forma aislada nos permiten la construcción de indicadores simples. Ateniéndonos a cada una de las dimensiones podrían ser por ejemplo: la Tasa de Actividad entre las mujeres menores de 29 años en un ámbito de terminado, la cantidad de m2 de espacio deportivo por habitante, o el número de árboles por habitante de un determinado ámbito, etc.

En segundo lugar, tenemos que distinguir entre las condiciones actuales (más objetivas, se encuadran en el campo de cómo son los hechos) y las condiciones óptimas (más subjetivas, el cómo pueden-deben ser los hechos). El primer elemento se refiere, en un sentido más estricto, a los indicadores. Mientras que el segundo se corresponde más con el sentido de la acción humana, lo óptimo perseguido, y se suele identificar con el concepto de standard (Fuentes Bodelón, 1980: 192). El indicador como instrumento de medida del estado actual de los hechos y fenómenos puede medir impactos y afecciones, y de esa manera descubre el sentido negativo (riesgos y daños para la vida humana), mientras que el standard apunta hacia los recursos de mejora de las condiciones y de la protección frente a los riesgos y peligros. En consonancia con esta diferenciación vamos a seguir el esquema desarrollado en el Cuadro 6 para compernder el desarrollo de las dimensiones de la Calidad de Vida.


Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (desarrollo)

(a) Solo como forma de buscar una contraposición a la Calidad de Vida vamos hacer mayor énfasis en el sentido negativo de lo que miden los sistemas de indicadores.

STANDARD o PARÁMETROS: El sentido positivo y proyectivo de la Calidad de Vida (lo que puede-debe ser: ascenso). Condiciones para la optimización de la Calidad de Vida

SISTEMAS DE INDICADORES: Las condiciones ciertas actuales, en un sentido coyuntural (lo que es: estabilidad o posibilidad de descenso o retroceso) (a)
EL SENTIDO DE LA CALIDAD AMBIENTAL
1) Interrelación habitacional - residencial (vivienda-barrio)
Medio Ambiente Urbano, calidad del entorno construido. Satisfacción residencial.Estado de la degradación urbana. Estado de la densidad de lo construido (grado de ocupación de suelo). Insatisfacción residencial. Distribución de los usos del espacio.
2) Interrelación residencial-urbana (barrio-ciudad). Interrelación residencial - territorio (barrio-ciudad-planeta)
Integración de funciones urbanas, ordenación y planificación urbana. Plurifuncionalidad y compatibilidad de funciones urbanas. Ocupación del suelo. Modelos urbanos de ámbito local que contribuyen a una sostenibilidad ambiental mejorando, al mismo tiempo, el medio local (natural y construido). Modelos de gestión de los residuos urbanos (reemplazar, reducir, reutilizar, reciclar, recuperar). Niveles de satisfacción ciudadana. Separación de funciones urbanas. Monofuncionalidad e incompatibilidad de funciones. Impacto sobre los bienes colectivos por siniestralidad natural o involuntaria. Grado de insatisfacción ciudadana.
3) Interrelación habitacional - urbana (vivienda-ciudad). Habitacional - territorio (vivienda-ciudad-territorio)
Ordenación del territorio. Compatibilidad ambiental. Parámetros de Satisfacción urbana.Desequilibrios territoriales. Incompatibilidad ambiental. Impacto sobre los bienes personales por siniestralidad natural o involuntaria. Grados de insatisfacción urbana.
EL SENTIDO DEL BIENESTAR
4) Interrelación trabajo - educación
Modelos de formación adecuados para la integración en la vida laboral. Modelos adecuados de formación continua en la integración de la vida laboral. Grados de inadaptación e inadecuación de los modelos de formación para la vida laboral. Existencias de tiempo, espacios, medios y recursos para la formación en la empresa. Grado de eficacia del sistema educativo.
5) Interrelación educación - salud
Modelos de prevención sanitaria, y estilos de vida higiénicos y saludables.Grado de desconocimiento, desinformación e inconsciencia de los riesgos y peligros sobre la salud. Comportamientos, actitudes y conductas no saludables.
6) Interrelación empleo - salud
Ergonomía. Entorno laboral libre de riesgos. Calidad en el empleo y salud laboral. Satisfacción en el trabajo.Medida de la excesiva prolongación de la jornada laboral. Accidentalidad en el trabajo, condiciones de riesgo y habitabilidad en el trabajo. Grado de insatisfacción en el trabajo.
EL SENTIDO DE LA IDENTIDAD CULTURAL
7) Interrelación tiempo disponible - participación y apropiación
Fundamentos de autonomía en la distribución del tiempo. A mayor tiempo liberado mayores oportunidades para la participación. Condiciones de uso del espacio-tiempo. Cantidad de tiempo libre utilizado en actividades participativas.
8) Interrelación apropiación y participación - redes y relaciones sociales
Diversidad social e interculturalidad. Capacidad de formar parte de redes y libertad de opciones para pertenecer a unas y no a otras redes, o establecer unas relaciones y no otras. Diversidad de redes y para la apropiación colectiva. Satisfacción institucional. Condiciones de accesibilidad a las redes, formas de control social, exclusión social. Rasgos de homogeneidad social. Grado de adecuación de la capacidad estimativa de los sujetos a través de procesos participativos. Grado de aislamiento social. Distribución de espacios adecuados y diversos para la apropiación colectiva. Niveles de insatisfacción con las instituciones.
9) Interrelación tiempo disponible - redes y relaciones sociales
Disponibilidad de tiempo para participar de la vida social a distintos niveles de redes sociales. Intensidad y continuidad. Cuanto mayor tiempo liberado mayor oportunidad para establecer, y mantener, contactos y relaciones sociales. Grado de utilización del tiempo libre para establecer o mantener contactos y relaciones sociales. Falta de tiempo para establecer relaciones sociales densas e intensas y ser elementos de las redes sociales.
Pero no sólo pueden circunscribirse al interior de sus perspectivas de calidad sino que también puede buscarse una mayor complejidad estableciendo intersecciones multidimensionales en distintos sentidos:
10) Intersección habitacional - trabajo/reproducción (vivienda-trabajo). Habitacional-empleo
Solapamiento equilibrado del espacio de la producción y de la reproducción. Las nuevas tecnologías, nuevos estilos de trabajo y nuevas ocupaciones suponen la posibilidad de trabajar en la propia vivienda. ¿Es calidad de vida? Podría considerarse, siempre que las condiciones físicas lo permitan y se pueda reconocer en términos de espacio y de tiempo una esfera de otra. Recursos y condiciones para poder trabajar en el propio alojamiento. Compatibilidad con la esfera doméstica (privacidad, relaciones familiares...). Accesibilidad económica a la vivienda. Variables de vulnerabilidad de los hogares.
11) Intersección habitacional - salud (vivienda-salud)
Vivienda adecuada y saludable (accesibilidad física, ventilación, iluminación, superficie, temperatura, aislamiento, materiales, equipamientos, servicios. Visualización interior-exterior). Estado del edificio. Vivienda inadecuada e insalubre. Condiciones físicas del alojamiento. Hacinamiento. Variables de precarización de los hogares.
12) Intersección habitacional - educación (uso de la vivienda y espacios comunitarios)
Urbanidad: Pedagogía de la convivencia. Conocimiento del uso adecuado de espacios comunes y aparatos domésticos.Conflictos en las relaciones familiares y vecinales. Incompatibilidades y competencia por la distribución de uso del espacio habitacional y comunitario.
13) Intersección habitacional - tiempo libre
Disponibilidad para una adecuada distribución del tiempo en el hogar. Tiempo para la privacidad, la vida afectiva y el reposo. Dedicación y distribución del tiempo en el hogar. Distribución de las tareas domésticas. Cantidad de tiempo libre para el reposo.
14) Intersección habitacional - apropiación
Apropiación del espacio habitacional y comunitario. Calidad y uso adecuado de los espacios comunitarios. Participación en la gestión del espacio. Visualización de los espacios comunitarios y adyacentes desde la vivienda. Versatilidad física de la vivienda. Satisfacción residencial. Carencia y/o mal uso o diseño de los espacios comunes y de la distribución de la vivienda. Vivienda inadaptada y poco versátil. Régimen de tenencia y seguridad de ocupación. Variables de vulnerabilidad y precarización.
15) Intersección habitacional - relaciones sociales
Pautas de convivencia y cohabitación. Pautas para unas relaciones familiares y vecinales, recíprocas y solidarias. Calidad (densidad, intensidad, continuidad) de las redes de apoyo primario.Niveles de soledad obligada. Conflictos vecinales y características de las redes de apoyo primario. Equilibrio superficie/distribución de la vivienda, según el número de miembros en el hogar.
16) Intersección residencial (barrio-vecindario) - trabajo y empleo
Integración urbana de los espacios para el desarrollo de actividades económicas. Residencia proximidad al lugar de trabajo. Modelos de versatilidad habitacional para mayor movilidad residencial. Adecuación del empleo a las necesidades locales.Obligación de desplazamientos en medios de transporte. Lugar de trabajo separado y distanciado de lugar de residencia. Zonificación urbana. Niveles de adecuación del empleo a las necesidades locales. Condiciones de accesibilidad al transporte público.
17) Intersección residencial (barrio-vecindario) - salud
Calidad paisajística, acústica y del aire. Inexistencia de malos olores. Accesibilidad a espacios públicos, abiertos, zonas verdes, equipamientos sanitarios y deportivos.Distancias y barreras para acceder a los equipamientos deportivos y sanitarios. Distancias y barreras para acceder a zonas verdes y de esparcimiento. Nivel de riesgos en la vía pública respecto de hechos involuntarios (tráfico rodado, actividades molestas, insalubres y peligrosas...). Estado del medio ambiente urbano.
18) Intersección residencial (barrio-vecindario) - educación
Pedagogía urbana. Accesibilidad y proximidad a equipamientos educativos. Calidad de la enseñanza primaria y secundaria. Integración de los modelos educativos en el contexto local (Programas de conocimiento en la escuela adaptados a la vida local --historia local, economía local, etc.--).Distancias y barreras para acceder a los equipamientos educativos. Niveles de adecuación e integración de los centros educativos en la vida social y en el tejido urbano. Estado de la calidad de la enseñanza primaria y secundaria. Nivel de conocimientos sobre la propia localidad.
19) Intersección residencial (barrio-vecindario) - tiempo libre
Disponibilidad de tiempo para disfrutar de la vida de barrio (compras, paseo, estancia, paisaje, visitas, encuentros). Accesibilidad y proximidad a los equipamientos de esparcimiento.Dedicación de tiempo libre a la vida de barrio. Condiciones apropiadas del tejido y estructura urbana para el disfrute de la vida de barrio. Distancias y barreras para acceder a los equipamientos de esparcimiento. Cantidad de tiempo invertido en el acceso a los servicios urbanos básicos.
20) Intersección residencial (barrio-vecindario) - participación y apropiación
Percepción, reconocimiento y apropiación del espacio residencial. Pautas de participación en asociaciones de barrio o localidad. Canales institucionales de participación en la vida administrativa del ámbito residencial. Criterios de proximidad y accesibilidad a los servicios administrativos y equipamientos sociales. Criterios de proximidad y equipamientos sociales. Criterios de proximidad y accesibilidad a los lugares de participación y decisión política. Modelos de gestión ciudadana del espacio urbano.Condiciones del tejido urbano y del tejido asociativo. Condiciones de los instrumentos, canales y recursos para la participación ciudadana. Distancias y barreras para acceder a los servicios administrativos y equipamientos sociales. Distribución de los servicios administrativos. Estados de la descentralización administrativa.
21) Intersección residencial (barrio-vecindario) - redes y relaciones sociales.
Cohesión y vertebración social. Sentimientos de formar parte de redes y de un espacio de pertenencia. Criterios de proximidad y accesibilidad a los lugares de encuentro. Sentimientos de seguridad personal y de integración. Criterios de adecuación de los espacios destinados a usos compartidos y de relación. Presencia y calidad de medios abiertos y diversos de comunicación local (escritos, auditivos y audiovisuales).Condiciones de seguridad personal y ciudadana. Grado de conflictividad social y adecuación de los medios de protección social. Exclusión social y descohesión social. Niveles de violencia urbana. Nivel y distribución de espacios adecuados (lugares de encuentro) para usos compartidos y de relación.
22) Intersección territorio (metrópoli-región-planeta) - trabajo y producción
Desarrollo sostenible. Economía verde. Compatibilidad ambiental. Modelos productivos que contribuyan a la sostenibilidad ambiental.Impactos del sistema industrial y del modelo productivo y de consumo. Impactos sobre el territorio de los modos, medios e infraestructuras del transporte. Impactos sobre el medio ambiente de la generación de residuos industriales.
23) Intersección territorio (metrópoli-región-planeta) - salud
Parques suburbanos y espacios naturales. Flora y fauna. Calidad paisajística, calidad del aire, calidad del agua, calidad del suelo, calidad de los alimentos.Emisiones de contaminantes del aire, agua y suelo y alimentos. Estados de la flora y de la fauna. Producción y gestión de los residuos. Enfermedades relacionadas con la actividad humana sobre el medio ambiente y su evolución.
24) Intersección territorio (metrópoli-región-planeta) - educación
Pedagogía ambiental. Percepción y valores sobre la problemática ecológica a nivel global. Modelos educativos que contribuyan a una pedagogía de la sostenibilidad y de la interculturalidad. Satisfacción del sistema educativo.Grado de conocimiento sobre las causas y consecuencias de la crisis ecológica a nivel global. Niveles de conocimiento sobre otras culturas. Comportamientos de los sujetos. Condiciones de acceso a los recursos educativos de grado superior. Niveles de insatisfacción con el sistema educativo.
25) Intersección territorio (metrópoli-región-planeta) - tiempo libre
Disponibilidad de tiempo liberado para viajar, hacer turismo, vacaciones, fines de semana.Cantidad de tiempo libre de concentración estacional para poder dedicarlo al turismo vacacional y de fin de semana. Utilización del tiempo libre. Satisfacción con la utilización del tiempo libre. Nivel de viajes a otros lugares o a otros países.
26) Intersección territorio (metrópoli-región-planeta) - participación
Extensión de la responsabilidad social. Canales institucionales adecuados y tolerantes con los principios de la democracia participativa. Instrumentos adecuados para la protección de los ciudadanos. Calidad del sistema judicial. Modelos de cohabitación del Estado y la Sociedad Civil (modelos de relación entre administración y ONGs, y entre asociaciones locales y ONGs).Estado de la participación política de los ciudadanos. Estado de las libertades esenciales y de la democracia participativa. Estado del sistema judicial. Niveles de aportaciones de las diferentes administraciones, instituciones y asociaciones a programas de cooperación solidaria. Situación y grado de apoyo al tejido asociativo y a las ONGs.
27) Intersección territorio (metrópoli-región-planeta) - redes sociales
Accesibilidad a los medios técnicos y los recursos para establecer una comunicación libre, dar y recibir información en largas distancias. Medios de comunicación (escritos, auditivos y audiovisuales plurales) y de calidad.Condiciones de accesibilidad a las grandes redes de información. Niveles de control de las técnicas y medios de comunicación. Niveles de participación en las ONGs. Grado de coordinación y organización de las ONGs y asociaciones a nivel internacional. Nivel de conocimientos de idiomas. Contactos directos e indirectos con sujetos de otros países.
28) Intersección trabajo-tiempo disponible
Liberación del Trabajo. Relación equilibrada entre el tiempo de trabajo y el tiempo liberado. Modelos de organización del trabajo compatibles con la satisfacción óptima de las necesidades humanas. Reparto del trabajo. Diversidad opcional de trabajo. Diversidad opcional de posibilidades de distribución del tiempo de trabajo. Distribución del tiempo de trabajo y del tiempo liberado. Estado de la confrontación entre el tiempo de trabajo y el tiempo de paro.
29) Intersección trabajo - participación y apropiación
Liberación en el trabajo (creatividad, autoestima, capacidad de decisión). Economía social, desarrollo endógeno, democracia laboral. Libertad y medios de sindicación. Modelos de participación en la dirección de la empresa y los beneficios. Satisfacción en el trabajo.Niveles de autonomía y condiciones en el control del proceso productivo. Situación de la afiliación sindical. Conflictos laborales. Niveles de participación en los beneficios de la empresa y en la distribución de remuneraciones. Satisfacción en el trabajo.
30) Intersección trabajo y empleo - redes y relaciones sociales
Relaciones laborales de reciprocidad e igualdad. Seguridad emocional en el trabajo. Responsabilidad social en el trabajo. Redes densas, continuas e intensas.Recursos de información del acceso al empleo. Distribución de los medios utilizados para acceder al empleo. Nivel de acceso al empleo a través de redes. Discriminación en el trabajo en función de clase, edad, sexo, religión, ideología, étnica, estado físico o discapacidad. Recursos en términos de espacio, tiempo, medios y procedimientos, para la relación con los compañeros de trabajo.
31) Intersección salud - tiempo libre
De forma genérica el equilibrio entre tiempo de ocio y tiempo de no-ocio lleva implícito un equilibrio físico y mental. No obstante se puede afirmar la necesidad de un tiempo disponible para la higiene, el cuidado personal, el deporte y el esparcimiento al aire libre.Distribución del tiempo libre dedicado a la higiene, al cuidado personal, al deporte y al esparcimiento al aire libre.
32) Intersección salud - participación y apropiación
Recursos para la difusión de la salud. Modelos de salud comunitaria. Modelos y Canales de acceso a la gestión de la salud. Sistemas de calidad en la atención al enfermo.Control de la gestión sanitaria. Canales de participación en el sistema sanitario. Conflictos en el sistema de salud. Niveles de participación en las actividades y asociaciones de salud. Niveles de insatisfacción con el sistema sanitario.
33) Intersección salud - redes y relaciones sociales
Modelos de información sanitaria. Modelos de protección a la infancia y la vejez. Planificación familiar. Asociacionismo de mujeres, asociacionismo de enfermos. Asociacionismo de los profesionales de la sanidad. Solidaridad y redes de autoayuda Recursos para la información sanitaria. Estado de los instrumentos mediadores entre la gestión y los profesionales de la salud y los usuarios. Discriminación en el sistema sanitario en función de clase, edad, sexo, religión, ideología, etnia, estado físico o discapacidad. Niveles de las redes de autoayuda y en las redes de información.
34) Intersección educación - tiempo libre
Pedagogía del uso del tiempo liberado. Pedagogía de la solidaridad en el tiempo libre. Disponibilidad de tiempo para el aprendizaje, la cultura y la formación.Distribución y cantidad del tiempo dedicado a la educación y la formación.
35) Intersección educación - participación y apropiación
Pedagogía de la solidaridad, creatividad social y formación para los valores democráticos y tolerantes. Educación comunitaria. Modelos de participación en el sistema educativo. Pedagogía de la capacidad estimativa.Control de la gestión educativa. Conflictos en el sistema de educación. Niveles de insatisfacción con el sistema educativo. Niveles de asociaciones de los escolares y estudiantes. Grado de integración del tejido asociativo en la gestión educativa.
36) Intersección educación - redes y relaciones sociales
Programas para la igualdad y reciprocidad en el acceso a la educación y la formación. Redes densas, continuas e intensas. Asociacionismo de estudiantes, padres de alumnos y profesionales de la enseñanza. Pluralidad y adaptación del sistema educativo.Discriminación en el sistema educativo en función del nivel de renta, edad, sexo, religión, ideología, etnia, enfermedad o discapacidad. Estado de los instrumentos mediadores entre la gestión y los profesionales de la educación y los usuarios. Distribución de las formas de acceso a la educación. Nivel de acceso a la educación a través de redes.


Esta estrategia basada en la articulación entre múltiples planos de la realidad a través de la vinculación sinérgica entre parámetros (como meta) e indicadores (como punto de partida) permite captar la realidad minimizando, o disminuyendo, los efectos empobrecedores de su segmentación. Siguiendo la sugerente propuesta epistemológica de Hugo Zemelman (1987: 26-51) «...los conceptos-indicadores deben permitir la captación de los puntos de articulación entre las diferentes áreas disciplinarias o temáticas, lo cual implica construir observables que no coincidan con los determinados en cada área... Los observables son determinados, no tanto por aquello que el concepto que los incluye define, sino por sus posibilidades de articulación con los observables de otros conceptos, puesto que su función es contribuir a la delimitación del contexto del problema». Ello supone, en definitiva, una vinculación entre los procesos estructurales y los que son determinados por la potencialidad de la praxis de los sujetos sociales, vinculación desde la que los sujetos-en-proceso pueden obtener la capacidad operativa para establecer una dirección, un sentido, en la construcción de alternativas.

A modo de conclusión: Tesis de la síntesis

A lo largo de la exposición se viene argumentando que se trata de superar lo meramente cuantitativo para introducir también los aspectos cualitativos. Se trata de asumir la complejidad incorporando nuevas dimensiones capaces de superar la visión simplista de la lógica del bienestar por una perspectiva compleja de calidad de vida. El concepto de Calidad de Vida permite y también obliga a considerar el análisis de la complejidad. Es decir, de cómo el exceso de satisfacción (el uso de satisfactores no sinérgicos) de unas necesidades relativas generalmente expresadas en términos cuantitativos, que globalizadas son insostenibles, puede ir en detrimento del medio ambiente, de la identidad cultural y de la extensión del propio bienestar, por lo que se pretende introducir en la construcción del concepto de la Calidad de Vida aquellos efectos autorregulativos que impliquen la generación de nuevas condiciones que se inscriban en una triple lógica de sostenibilidad, de cooperación y de gobernabilidad (ver la Lámina 7).


Lámina 7. El concepto de Calidad de Vida desde la complejidad

Desde ese carácter múltiple, interdependiente y pluridisciplinar de las variables que permiten el acceso a la calidad de vida se sugieren nuevas vías de incisión en el desarrollo social que introducen nuevas formas y contenidos. A través del concepto de Calidad de Vida se incorpora la sostenibilidad ambiental y se puede recuperar el sentido de las necesidades culturales de identidad (apropiación, participación, sociabilidad). La reacción de la sociedad a los indicios del deterioro de las condiciones de habitabilidad precisa de un cambio de sentido que sólo parece posible con la democratización de las estructuras y la concienciación de los ciudadanos. Las condiciones necesarias para ello se traducen tímidamente en fenómenos emergentes (ver el Cuadro 7) que interaccionan entre sí de tal forma que la lectura de la figura que se propone no debe realizarse de una forma lineal, es decir, por ejemplo, las condiciones que pueden aportar los nuevos modelos urbanos no son exclusivamente una respuesta a la metropolitanización, sino que también son una respuesta a la globalizacion y a la homogeneización. Los nuevos modelos urbanos no podrán ser si no son construidos junto a renovados modelos económicos y a una nueva sociabilidad, y viceversa.


Cuadro 7: Condiciones necesarias para la optimización de la calidad de vida
Condiciones necesarias para la optimización de la calidad de vida Condiciones ciertas
Nuevos modelos urbanosMetropolitanización
Nuevos modelos económicosGlobalización
El tercer sector como nueva sociabilidadHomogeneización


La consideración del concepto de Calidad de Vida como un enfoque multidimensional que aporta complejidad nos revela tres dimensiones a resolver:

  1. La fragmentación del tiempo y la compartimentación del espacio que desde la Metropolitanización establecen la separación de unas cosas de las otras cosas y la falta de integración en lo sectorial.
  2. La concentración y jerarquización del poder que desde la globalización de la economía supone el distanciamiento y aislamiento de los sujetos frente a los procesos económicos y sociales en los que se inscriben.
  3. La racionalidad separada que desde la homogeneización de la cultura condena a la enajenación del sujeto del control de los procesos sociales e incide en la desvertebración de los tejidos sociales.

El solapamiento de los fenómenos emergentes globales[89], que representan un contraste en forma de respuesta, que desde el sentido de las necesidades humanas se da al sentido de la racionalidad económica y que da sentido de conjunto a la metropolitanización, globalización y homogeneización, la podemos representar con una nueva figura trilógica (Lámina 8):


Lámina 8. Solapamiento de fenómenos emergentes

  1. La interacción entre condiciones y sujetos remite a la cooperación (en segundo término a la sostenibilidad y a la gobernabilidad): frente a la jerarquización y la centralización de las decisiones, hay que instituir vínculos entre los procesos de decisión, los agentes sociales afectados y los análisis y métodos de evaluación. En el contexto actual de crisis estructural bajo componentes muy heterogéneos (sociales, ambientales y económicos) adquieren singular importancia todos aquellos aspectos del ámbito de la participación y de los modelos de gestión en claro contraste con la lógica de la rentabilidad y la estrategia del corto plazo. En primer lugar es necesario establecer una articulación administrativa en un doble sentido vertical y horizontal, mediante la creación de una red de intereses mutuos entre los organismos de distintas escalas encargados de la creación y gestión de los procesos que deben ir de la mano de una descentralización efectiva y una comunicación más fluida. En segundo lugar es necesaria asimismo una articulación ciudadana entre los sujetos, también en un doble sentido vertical y horizontal, mediante la creación de redes de intereses mutuos en aras de la satisfacción de las necesidades humanas. En tercer lugar, necesitamos una articulación entre la administración y los ciudadanos, que haga a estos últimos más ciudadanos y menos usuarios pasivos, y de aquella menos administración (menos distancia burocrática y tecnocrática) y más instrumento de participación.
  2. La interacción entre el espacio y las condiciones nos remite al concepto de sostenibilidad (en segundo término a la cooperación y a la gobernabilidad). Frente a la fragmentación del tiempo y la sectorialización del espacio y las funciones, hay que incidir en el solapamiento y articulación de los sectores de actividad humana: se trata de poner en contacto y aprovechar las sinergias de los sectores de intervención provocando a la vez un efecto de mayor comunicación y de concienciación entre los usuarios separados por la lógica institucional. Integración sectorial y vertebración del tejido social son dos elementos que pueden y deben ir acompañados en aras de la sostenibilidad. En ese sentido, junto a la coordinación de los objetivos específicos de cada una de las políticas sectoriales (producción, reproducción y distribución) habría que incorporar una nueva función estratégica: la armonía entre la satisfacción de las necesidades y los límites del ecosistema
  3. La interacción entre el espacio y los sujetos nos remite a la idea de gobernabilidad (en segundo término a la cooperación y a la sostenibilidad). Frente a una Racionalidad Separada, una Racionalidad Integrada. Se trata de superar la tradicional divergencia entre la cultura institucional y la cultura de los ciudadanos. Es necesario adecuar las acciones institucionales a la historia y características económicas y sociales de las comunidades locales. Frente a la tradicional separación de las funciones y de los sujetos, y la separación entre los sujetos mismos, que de hecho suponen una enajenación de los ciudadanos de los procesos de diseño y de uso de los espacios, contenedores, servicios y actividades, y que supone también la exclusión de determinadas condiciones sociales emergentes, es necesario poner en marcha los mecanismos que permitan a los propios sujetos afectados identificarse y sentir como propios los espacios y las actividades que se desarrollan en ellos. Sólo si los sujetos, a través de su experiencia, tienen posibilidad y capacidad para ser creativos en la organización del espacio, en el contenido de las actividades y en la distribución del tiempo podrían crearse las condiciones adecuadas para optimizar la rentabilidad social y económica de los mismos. Pero también a través de ese modelo de implicación se crean los requisitos más favorables para que los ciudadanos puedan devenir en procesos de redescubrimiento, concienciación y autorregulación de las necesidades y por tanto en la detección de las carencias reales. En este sentido, los espacios a escala humana son el ámbito adecuado que permite una restauración social y ambiental.

Finalmente, se pretende desarrollar en siguientes apartados las condiciones óptimas para el desarrollo de las respuestas y para ello se continúa con la siguiente tesis, que por otra parte se viene esbozando: la virulencia de los efectos de la metropolitanización, globalización y homogeneización se producen, a la vez que se sufren, en las grandes ciudades. Y también, igualmente, las respuestas alternativas a la racionalidad económica sólo pueden cuajar en el escenario urbano (ver el Cuadro 8). En este sentido parece adecuado reproducir, como argumentación de la clave urbana el siguiente punto concluyente apuntado por S. Rueda y J.M. Naredo en los materiales aportados por España a la Conferencia de Habitat II: «Resolver los problemas en el seno de la ciudad supone mejorar la habitabilidad y con ella, la calidad de vida. La calidad de vida de los ciudadanos depende de factores sociales y económicos y también de las condiciones ambientales y físico-espaciales. El trazado de las ciudades y su estética, las pautas en el uso de la tierra, la densidad de la población y de la edificación, la existencia de los equipamientos básicos y un acceso fácil a los servicios públicos y al resto de actividades propias de los sistemas urbanos tienen una importancia capital para la habitabilidad de los asentamientos urbanos. Por lo tanto, para que se cubran las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos respecto a la habitabilidad de los barrios y la ciudad entera es aconsejable que se orienten el diseño, la gestión y el mantenimiento de los sistemas urbanos de modo que se proteja la salud pública, se fomenten el contacto, el intercambio y la comunicación, se fomente la seguridad, se promuevan la estabilidad y la cohesión social, se promuevan la diversidad y las identidades culturales, y se preserven adecuadamente los barrios, los espacios públicos y edificios con significado histórico y cultural» (Rueda y Naredo, 1996: 85).


Cuadro 8: Papel de las ciudades escenario de alternativas a la racionalidad económica
Habitabilidad (Calidad) Desarrollo-bienestar (Cantidad) Identidad cultural (Cualidad)
Las ciudades son unos ecosistemas de escala.En las ciudades se establecen sinergias en el tiempo libre y la racionalidad integrada.Las ciudades son constelaciones de redes del tejido social superpuestas.
Hacia la sostenibilidad Hacia la cooperación Hacia la gobernabilidad


Desde ese carácter multidimensional e interdependiente de las variables que permiten el acceso a la Calidad de Vida se sugieren nuevas vías de incisión en el desarrollo social que introducen nuevos formas y contenidos. A través del concepto de Calidad de Vida se incorpora la sostenibilidad ambiental y se puede recuperar el sentido de las necesidades culturales de identidad (apropiación, participación y sociabilidad). La reacción de la sociedad a los indicios del deterioro de las condiciones de habitabilidad en las grandes ciudades precisa de un cambio de sentido que sólo parece posible con la democratización de las estructuras; y la concienciación de los ciudadanos sólo parece posible con estrategias de desarrollo de escala humana. La vigencia de la discusión sobre el modelo urbano y la emergencia de nuevos modelos económicos, así como la también actual reflexión sobre la emergencia de un Tercer Sector con capacidad de control sobre los procesos, aparecen como determinantes. Las dimensiones de la Calidad de Vida son y están autoimplicadas, es decir, se representan en horizontes planos a la vez que se encuentran verticalmente atravesadas por variables que emanan de cada una de las dimensiones. Desde esa perspectiva se construyen las bases para el desarrollo de nuevas iniciativas complejas.

Se trata de descubrir hasta qué punto estas iniciativas establecen las bases que podrían alentar mecanismos para una participación real y directa en los aspectos de la gestión de los procesos sociales, de las intervenciones y de las prestaciones del sistema urbano. La reciprocidad de lo cualitativo y lo cuantitativo permite entender la acción de escala humana capaz de rellenar espacios de actividad social, de la recuperación y ampliación ambiental mediante herramientas que recreen los sentimientos de pertenencia y de identidad, que a la vez faculten la apropiación de los espacios y la participación en la toma de decisiones. En definitiva, completar la trilogía del concepto de la Calidad de Vida afrontando problemas sectoriales autoimplicados con y para el sujeto, en donde la sociabilidad se inscribe como un factor de primordial importancia y donde se desarrolla la capacidad de los usuarios para autogestionar sus propias condiciones de vida como objetivo estratégico para alcanzar mayor rentabilidad social y mayor calidad de vida. Precisamente ello nos llevaría finalmente a considerar la necesidad de integrar adecuadamente los análisis y a incorporar métodos de evaluación, y los nuevos componentes para la gestión, de manera que se pueda evaluar el rendimiento social en relación a las prestaciones y los recursos disponibles.

Hasta ahora se ha desarrollado lo que se podría denominar como el sentido utópico, como las condiciones abstractas tan posibles como imposibles, pero que según este sentido analítico son tan necesarias para alcanzar una optimización de la Calidad de Vida. Esta aproximación que se ha realizado a través de los distintos enfoques teóricos ha proporcionado la base y el sentido de las nuevas emergencias.

Este recorrido por la idea de Calidad de Vida se prosigue desde el concepto de modelo urbano[90] en una doble vertiente: en primer lugar como marco contextual en el que se desenvuelve nuestro sistema social, y por tanto como punto de partida (el ser), para seguidamente afrontar el sentido de las condiciones concretas necesarias para el desarrollo de la potencia[91] (el deber ser como posibilidad). En consecuencia la estructura de la investigación continúa con una crítica del metropolitanismo cuyos efectos son evidenciados por la emergencia de nuevas iniciativas (detectadas en el trabajo empírico), que precisan, a la vez que anuncian otros modelos urbanos, una re-vuelta de/a la ciudad.


Notas


[77]: Habría que considerar aquí la existencia de al menos dos grandes perspectivas del concepto de Calidad de Vida. Una primera perspectiva más institucional, supuso ya desde el origen del concepto una transposición a lo social de las técnicas y de los instrumentos de medición y de valoración de los fenómenos económicos, por lo tanto, se inscribe en un enfoque basado en la construcción de indicadores cuantitativos de los umbrales de satisfacción (Lles & Tobío, 1990: 68). Una segunda gran perspectiva sociocultural y psicosocial pone de relieve cómo los comportamientos sociales, las formas de vida y la satisfacción de las necesidades, no se pueden medir exclusivamente a partir de posiciones estructurales, dado el carácter multidimensional del que se viene dando cuenta. En consecuencia, es el momento de aclarar que aquí se adopta esta segunda perspectiva proyectándose la idea de Calidad de Vida, que tiene que ver más con el desarrollo complejo y reflexivo del propio concepto.
[78]: Desde sus orígenes el concepto de Calidad de Vida ha venido acompañado de la preocupación por encontrar la medida de la misma. El movimiento científico empeñado en el ejercicio de desarrollar sistemas de indicadores adquiere un auge definitivo en los años sesenta, la institucionalización del concepto de Calidad de Vida no se advierte hasta el inicio de la nueva década. En 1970 la OCDE establece un programa de estudio de la evolución del bienestar o de lo que denomina como «áreas de preocupación social» a través del que se pretenden establecer los criterios políticos a seguir que presten atención a los aspectos cualitativos. En 1972 se organiza la Conferencia Internacional sobre Calidad de Vida por parte del sindicato de los metalúrgicos alemanes IG Metall, En junio de 1974 se crea el Ministerio de la Calidad de Vida en Francia y en 1976 se firma la Charte de la Qualité de la Vie por parte del primer mandatario francés. Mientras que en España habrá que esperar hasta la carta magna de 1978 para que el concepto de Calidad de Vida ocupe un lugar de relevancia institucional (la Constitución española ya recoge en su breve preámbulo la idea de «promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida»; mientras en el articulado aparece el concepto en dos de sus artículos, en el 45.2 --donde se hace referencia a la «utilización racional de los recursos naturales con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida»-- y en el 129.1 --donde se hace referencia a la Seguridad Social cuya función afecta directamente a la calidad de vida o al bienestar general--, de tal manera que sin un gran desarrollo sí se recogen las tres grandes dimensiones que, como planteamos más adelante, engloban el concepto de Calidad de Vida: El medio ambiente, el bienestar, y la cultura). En todo caso no es el lugar aquí de establecer un desarrollo histórico exhaustivo sobre el concepto de Calidad de Vida, para ello nos remitimos al trabajo desarrollado de forma muy completa por otros autores como María Luisa Setién (1993), sobre todo en el campo de la investigación sobre los indicadores sociales, o Jaime Lleó de la Viña (1980) haciendo más hincapié en el caso del campo institucional.
[79]: Para la consideración integrada de los distintos planos y dimensiones que supone el enfoque de los Estilos de Vida puede consultarse a Ruiz Olabuénaga (1984), cifrado por Carlos Lles y Constanza Tobío (1990).
[80]: Como Drewnowski (1974), llegamos a la conclusión de que, además de imposible, también es innecesario llegar a una definición cerrada de Calidad de Vida, ya que lo que realmente precisamos es establecer pseudo definiciones útiles que nos permitan establecer sentidos de la integración del sujeto en los procesos sociales, o lo que es lo mismo, conocer las formas de apropiación del sujeto de sus condiciones sociales de vida.
[81]: «La capacidad mayeútica --definida por Rodríguez Eguizabal-- es la potencia de objetivación de una emoción en el acto social a través de un alumbramiento, o sea de la manifestación de algo que el individuo posee (un valor) pero que no ha tenido necesariamente que formulárselo ni ser consciente de él» (Rodríguez Equizábal, 1996: 40-41).
[82]: Vamos a entender la capacidad estimativa del sujeto de una forma particular, y siempre dentro del sentido dado a la autonomía crítica: como el nivel de conciencia adquirido a través del acceso al conocimiento (de continua adaptación al medio, a los recursos y a las condiciones) y a los procesos de comunicación fluida (de reciprocidad en la relación con otros sujetos).
[83]: De acuerdo con E. Morin (1993: 166), subsistema se refiere a «todo sistema que manifiesta subordinación, con respecto a un sistema en el cuál está integrado como parte», y metasistema se refiere a «el sistema resultante de las interrelaciones mutuamente transformadas y englobante de dos sistemas anteriormente independientes», añadiendo que «no solamente no hay frontera neta entre estas nociones (en la realidad), sino que son intercambiables (por el observador)».
[84]: A este respecto la Unesco en su reunión de expertos en Calidad de Vida llego a la siguiente conclusión: «En cuanto al tema de un indicador único de Calidad de Vida por agregación de experiencias individuales, parece imposible establecer una suma de calidades, puesto que el todo sería muy diferente de la suma de las partes» (Unesco (1979: 96)), (Cfr. por Setién, 1993).
[85]: Cfr. por María Amérigo (1995).
[86]: Un Sistema de Indicadores Sociales referidos a la Calidad de Vida como Sistema requiere de una certera selección entre una infinitud de indicadores, lo que excede las pretensiones del presente trabajo. Otros autores han realizado ese ingente esfuerzo con desigual resultado. Habría pues, que referenciar una lista muy extensa de los autores e instituciones que se han preocupado por la construcción de sistemas de indicadores sociales, no obstante, no queremos dejar de reflejar algunos de los sistemas de indicadores más relevantes, entre aquellos que podemos considerar más cercanos o que de alguna forma son un punto de partida para el área de investigación que desde aquí se apunta. Entre los más clásicos no podemos dejar de citar a Drewnowski (1974), Zpaf (1975 y 1980) y Michalos (1985), mientras entre los trabajos más recientes nos merecen especial atención Doyal y Gough (1994), y en nuestro país la propuesta desarrollada para el caso del País Vasco por María Luisa Setién (1993).
[87]: No es nuestra intención aquí, establecer indicadores en su acepción estricta más comúnmente aceptada: el indicador es la información actualizada en forma de concreción estadística de un concepto, fenómeno o dimensión, o de una parte de éstos, sobre unas condiciones determinadas y actualizadas en el espacio y en el tiempo. Son por tanto instrumentos de medida que substituyen a los conceptos abstractos para hacer más legible y operativa la información. Sin embargo, aquí nos interesa más bien establecer los componentes de los indicadores, las variables de las representaciones teóricas en un sentido proyectivo (de potencialidad) y la capacidad de interacción entre esos componentes.
[88]: Citado por José Sánchez Alhama (1993).
[89]: De acuerdo con E. Morin (1993a: 129-130) «Se puede llamar emergencias a las cualidades o propiedades de un sistema que presentan un carácter de novedad con relación a las cualidades o propiedades de los componentes considerados aisladamente o dispuestos de forma diferente en otro tipo de sistema», para Morin «todo sistema global presenta cualidades emergentes».
[90]: Se podría hacer desde otros conceptos, desde otras perspectivas, desde otras disciplinas, pero tanto la potencialidad --por su carácter multidimensional, temporal y espacial-- de lo urbano, como el objeto y objetivos del presente trabajo así lo determinan.
[91]: Se entiende aquí la idea de potencia como la cresta que despunta entre las vertientes, es decir como los procesos emergentes que inscriben una lógica del Sujeto-en-proceso en un contexto desfavorable, y que por ello (y a pesar de ello) conlleva transformaciones.


Edición del 30-5-2006
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