Situación actual del ecosistema urbano
La ciudad se puede entender como un ecosistema [1] siendo el hombre
y sus sociedades subsistemas del mismo. Contiene una comunidad de
organismos vivos, un medio físico que se va transformando fruto de
la actividad interna, y un funcionamiento a base de intercambios de
materia, energía e información. Su principal particularidad reside
en los grandes recorridos horizontales de los recursos de agua,
alimentos, electricidad y combustibles que genera, capaces de
explotar otros ecosistemas lejanos y provocar importantes
desequilibrios territoriales. La sostenibilidad de los sistemas
agrarios ha marcado tradicionalmente la sostenibilidad local de los
asentamientos, hasta que la Revolución Industrial genera un cambio
en la escala territorial de los sistemas urbanos estableciendo
redes que facilitan el transporte horizontal de abastecimientos y
residuos.
El modelo de intercambio de materia y energía de una ciudad es
opuesto al de un ecosistema natural, ya que en éstos los ciclos son
muy cortos y el transporte de materias y energía es eminentemente
vertical. El intercambio gaseoso que en los ecosistemas naturales
se reduce a la fotosíntesis y la respiración en el caso de la
ciudad incluirían los gases de la combustión de calefacciones,
coches e industrias.
La ciudad crea sus propias condiciones intrínsecas ambientales,
lumínicas, de paisaje, geomorfológicas, etc independientemente de
las de su entorno y con sus características particulares propias.
Por lo tanto el concepto general del ecosistema urbano estaría
constituido por todos los factores que se enumeran a continuación:
- Climáticos: temperatura, humedad, y viento.
- Físicos: nueva geomorfología territorial.
- Lumínicos: consideraciones relativas a la luz.
- De equilibrio ambiental: ruidos, vibraciones, etc.
- Paisajísticos: con el medio circundante.
- Sociales y psicológicos: de relaciones interpersonales
urbanas.
En este estudio se van a concretar los factores climáticos
relativos al ecosistema urbano, profundizando en los mismos para
establecer las condiciones térmicas y energéticas que diferencian
a la ciudad de su entorno circundante. No se consideran, por tanto,
el resto de los campos en los que la ciudad altera sustancialmente
las condiciones originarias de un lugar, para valorar sus
repercusiones y elaborar las respuestas adecuadas en cada una de
esas áreas.
La idea final del análisis es poder establecer una relación clara
y directa entre los condicionantes naturales existentes en un
determinado lugar, y su transformación a lo largo del tiempo,
positiva o negativa, como consecuencia del asentamiento de la
población, y considerarlos para que los desarrollos urbanos del
futuro estén adecuados a su medio natural.
El funcionamiento milenario de la biosfera ofrece un ejemplo
modélico de sistema que se comporta de modo globalmente sostenible.
La Tierra es un sistema abierto de energía pero cerrado en
materiales. Sin embargo los ecosistemas urbanos son sistemas
abiertos [2], esto es necesitan degradar energía y materiales para
mantenerse en vida, y no solo del entorno local sino que degradan
amplias áreas territoriales. La cuestión clave está en que la
economía de los hombres sepa aprovechar la energía solar y sus
derivados renovables para cerrar los ciclos de materiales,
posibilitando que los residuos de éstos se conviertan otra vez en
recursos. Lo cual evitaría el progresivo deterioro de la Tierra por
agotamiento de los recursos y contaminación por los residuos.
Para el mantenimiento de la atmósfera terrestre existen los ciclos
biológicos, que mantienen estable tanto los aportes como las
salidas de oxígeno, por lo que ésta permanece equilibrada. Los
principales ciclos son los siguientes:
El ciclo biológico. Es el de la reacción química de la fotosíntesis
y su inversa la respiración. Gracias a ella los componentes de
oxígeno y dióxido de carbono, O2 y CO2, están estrechamente ligados
y equilibran sus concentraciones. Dentro de los ciclos biológicos
destacan:
- el del oxígeno atmosférico, gracias a la acumulación en los
océanos, el O2 se repone a la atmósfera. Es sorprendente la
constancia de sus proporciones en la composición del aire, al
proceder de tan diversas reacciones, y actualmente no constituye un
elemento problemático por que su ciclo sigue siendo estable.
- el del dióxido de carbono, con fácil disolubilidad en el agua
conteniendo los océanos más de 60 veces de CO2 que la atmósfera, y
éstos pueden ser fuente o sumidero dependiendo de las
circunstancias. El CO2 atmosférico sí supone un serio problema
medioambiental, ya que su concentración no es constante.
Los ciclos de nitrógeno y argón atmosféricos. Complementan con los
dos anteriores las cuatro componentes básicas del aire. Sin embargo
el nitrógeno es muy poco activo, comparándolo con el O2 o el CO2,
y el argón al ser un gas noble es totalmente estable.
- el ciclo del nitrogeno, su flujo es insignificante en
comparación de su enorme abundancia, ya que está presente en la
corteza terrestre, en los océanos, en los animales y en las
plantas. Su exhalación molecular es el principal fuente de
nitrógeno atmosférico. Sus principales productoras son las
bacterias, pero es un tema de preocupación medioambiental su enorme
producción por parte del hombre.
- el ciclo del argón, se acumuló en la atmósfera por
desintegración radiactiva del potasio y por su nula actividad ha
ido progresivamente incrementando su concentración atmosférica.
El ciclo de los compuestos del nitrógeno. Estos son el óxido
nitroso N2O, el amoníaco NH3, y el dióxido de nitrógeno NO2. La
reducción de nitratos mediante bacterias y las descargas
atmosféricas constituyen las principales fuentes. El aumento de los
fertilizantes nitrogenados pueden constituir a medio plazo un serio
problema medioambiental.
El ciclo de los compuestos del carbono. Estos compuestos son, el
metano CH4, y el monóxido de carbono CO. En el ciclo del CO
intervienen los procesos biológicos, producido por microorganismos
de las aguas superficiales de los océanos, y la fotosíntesis. Sus
concentraciones son muy variables en las ciudades y en el campo, y
constituye un serio problema medioambiental ya que el hombre se ha
convertido en su principal productor, cuantificadas en unas 200
millones de toneladas anuales, superando las fuentes naturales. En
cuanto al metano también ha sufrido un aumento en su concentración,
causada por la contribución humana al efecto invernadero.
El ciclo de los compuestos del azufre. Son compuestos transitorios
del estado de oxidación del azufre: el sulfuro de hidrógeno H2S, el
dióxido de azufre SO2, y el trióxido de azufre SO3. El SO2, se
combina rápidamente con el agua para formar ácido sulfúrico SO4H2.
Su fuente principal son las superficies pantanosas, albuferas y
marismas por la descomposición bacterial de la materia orgánica y
por la combustión. El SO2 procedente de las industrias por la
combustión de los combustibles con presencia de azufre, constituye
uno de los principales problemas ambientales de las zonas
industriales.
El ciclo del ozono atmosférico. Junto con el vapor de agua, el
ozono constituye los dos gases no permanentes más importantes
sometidos a procesos de transformación continuos. El ozono
estratosférico, es donde se concentra principalmente en la llamada
"capa de ozono", protectora de las nocivas radiaciones
ultravioletas procedentes del sol. También está presente, aunque en
menores concentraciones en la troposfera, pero de vital importancia
para los procesos de contaminación atmosférica. El ozono se forma
por colisiones entre átomos y moléculas de oxígeno, y puede ser
destruido por la acción de la radiación solar o por colisiones con
oxígeno monoatómico. Esta continua transformación de oxígeno a
ozono y viceversa se mantiene en equilibrio fotoquímico por encima
de los 30 km, pero se acumula en niveles más bajos limitada por las
pérdidas de :
- las reacciones cerca del suelo entre materiales oxidables y el
ozono (transportado hasta aquí por turbulencias del aire).
- el efecto sobre el ozono de los óxidos de nitrógeno de la
estratosfera. Dado que la presencia de óxidos de nitrógeno NO, son
poco frecuentes actualmente en la atmósfera este camino es poco
importante, sin embargo las exhalaciones de los aviones
supersónicos pueden alterar los NO.
Otro factor destructor del ozono son los compuestos del flúor y del
cloro, empleados en la refrigeración. El contenido de ozono no es
estable a lo largo del año, y es relativamente bajo en el Ecuador
y alto sobre latitudes superiores a los 50.N. Durante la larga
"noche polar", el ozono se acumula en los polos al no poder ser
destruido fotoquímicamente por la falta de energía solar. Las
continuas mediciones de la capa de ozono revelaron que sus
concentraciones en la Antártida era prácticamente nula durante la
primavera austral, y hoy constituye un hecho indiscutible la
presencia del "agujero de ozono austral". En la zona boreal también
han descendido los niveles de la capa de ozono en los últimos años,
reflejo de las variaciones y cambios que ha introducido el hombre
en el medio natural.
El ciclo hidrológico. Los procesos de evaporación, condensación y
precipitación del agua determinan sus valores de concentración
atmosférica, de sus relaciones tierra-mar-aire y de sus tres
estados físicos: gaseoso-líquido-sólido. En el cuadro siguiente se
resumen los ciclos naturales expuestos anteriormente, especificando
cuales son las fuentes y sumideros urbanos que servirán de modelo
para establecer los ciclos ecológicos urbanos, extrapolación de los
ciclos naturales sobre la ciudad y su entorno circundante.
Los ciclos naturales y el equilibrio medioambiental [3]
COMPUESTO
|
FUENTE
|
SUMIDERO
|
RIESGO
|
02
Oxígeno
|
Fotosíntesis.
|
Respiración, oxidación y
combustión.
|
Alta estabilidad.
Bajo riesgo.
|
CO2
Dióxido de carbono
|
Respiración, masa oceánica,
y acción del hombre.
|
Fotosíntesis y la masa
oceánica por su alta
disolubilidad.
|
Concentraciones muy
variables.
Muy alto riesgo.
|
N
Nitrógeno
|
Corteza terrestre, fijación
a través de plantas
leguminosas y bacterias.
Acción del hombre.
|
Compuestos orgánicos
facilitados por
microorganismos.
|
Alta estabilidad. Riesgo
moderado ante la acción
humana.
|
Ar
Argón
|
Desintegración radioactiva
del postasio.
|
Irrelevantes.
|
Alta estabilidad y
concentración.
Sin riesgo.
|
N2O
Dióxido nitrógeno
|
Reducción a nitratos por
medio de las bacterias y
descargas atmosféricas.
|
Biológico y descomposición
fotoquímica en la
estratosfera.
|
Estabilidad alta.
Riesgo moderado ante los
abonos nitrogenados.
|
NH3
Amoníaco
|
Descomposición biológica de
la materia orgánica.
|
Caída libre, barrido.
Por la lluvia, diluido,
disuelto o lavado.
|
Estable.
Riesgo moderado.
|
CO
Monóxido carbono
|
Microorganismos de los
océanos, y combustión
incompleta. Acción humana.
|
Consunción bacterial del
suelo y fotosíntesis.
|
Variabilidad en la ciudad y
el campo. Alto riesgo,
efecto invernadero.
|
CH4
Metano
|
Degradación de la materia
orgánica en tierras
pantanosas. Acción humana
por el crecimiento
demográfico y del ganado
vacuno.
|
Oxidación y procesos
biológicos.
|
Variable.
Alto riesgo, efecto
invernadero.
|
H2S
Sulfuro hidrógeno
|
Emanaciones de tierras
pantanosas por
descomposición bacterial
materia orgánica.
|
Caída libre, barrido.
Por la lluvia, diluido,
disuelto o lavado.
|
Riego moderado.
|
SO2
Dióxido azufre
|
Combustión. Por actividades
industriales al quemar
combustibles con azufre.
|
Caída libre, barrido.
Por la lluvia, diluido,
disuelto o lavado.
|
Aumento de su
concentración.
Alto riesgo.
|
O3
Ozono
|
Colisiones entre átomos y
moléculas de oxígeno.
|
Acción de la radiación solar
o colisiones con oxígeno
monoatómico. Compuestos de
fluor. Industria.
|
Concentraciones muy
variables y en alarmante
descenso. Alto riesgo.
|
H2O
Ciclo hidrológico
|
Evaporación y condensación.
|
Precipitación.
|
Ciclo estable.
Sin riesgos.
|
El medio urbano supone una profunda alteración de las condiciones
físicas y ambientales de un territorio. El calor emitido por la
quema de combustibles y el uso de la electricidad alcanza en las
ciudades un peso importante con relación al emitido por el sol,
sobre todo en el invierno, originando los trastornos climáticos
locales conocidos como "inversión térmica". La conductividad de
los materiales constructivos es varias veces superior a la que
tendría el territorio en su estado natural y agrava el problema
de la disipación del calor [4]. La gran cantidad de superficies
lisas, asfaltadas, modifican por un lado la escorrentía
superficial para la evacuación de las aguas de lluvia, creándose
otras vias; impiden la penetración de agua en el subsuelo en
zonas de recargas de acuíferos; y por último aumentan el albedo
de suelo y la radiación difusa. El alcantarillado reduce la
evapotraspiración del suelo y plantas. La sostenibilidad local
de las ciudades se ha venido apoyando en una creciente
insostenibilidad global de los procesos urbanos de apropiación
de recursos y eliminación de residuos, hasta el momento actual.
En el caso de Madrid, en 1956 el 10% del suelo estaba ocupado por
usos urbanos indirectos como embalses, vertederos, actividades
extractivas y carreteras frente al 23% del año 1980 [5]. Desde
1960 a 1968 se dobló en consumo de energía per capita en esta
Comunidad. Respecto al consumo diario por persona de la
conurbación madrileña en 1983 (según Naredo y Frías, 1987) se
puede estimar en:
- 2,6 kilos equivalentes de petróleo
- 252 litros de agua
- 2 kilos de alimentos y bebidas
- 8 kilos de materiales de construcción
- 214 litros de aguas residuales
- 1/4 de generación de fangos en las depuradoras
- 5 kilos de vertidos atmosféricos
- 6 kilos de residuos inertes, escombros
- 1 kilo de residuos industriales (1/5 tóxicos o peligrosos)
- 1 kilo de residuos sólidos urbanos
Estas cifras evidencian la insostenibilidad urbana donde se
consumen cantidades masivas de recursos no renovables y generan
cantidades enormes de residuos que no se reciclan. El apoyo en
fuentes energéticas renovables es casi nulo. Pensar en nuevas
estrategias en la que los modelos urbanos territoriales sean más
compatibles con el medio ambiente, es uno de los principales
retos actuales, y también a las conclusiones a las que se quiere
llegar desde esta investigación.
El desequilibrio ambiental se manifiesta mediante una serie de
síntomas que constituyen los elementos básicos de la patología
urbana en el momento actual. Se resumen en la siguiente tabla las
alteraciones que introduce la ciudad sobre su territorio
circundante, estableciendo los síntomas de la patología urbana
actual de nuestras ciudades. Para ello se diferencian en uno de
los lados de la tabla los ciclos urbanos (atmosférico,
hidrológico, materia orgánica y residuos y energético), y en el
otro los síntomas más importantes que manifiestan esta patología
urbana a que se ha hecho referencia.
Desequilibrios urbanos actuales
Ciclo urbano
|
Síntomas de la patología urbana
|
Atmosférico
O2 CO2 CO SO2 O3
|
Aumento de la contaminación ambiental, polución.
Aumento del CO2 y CO.
Recalentamiento de la atmósfera urbana.
Efecto de isla térmica urbana.
Menor renocación del aire con respecto al entorno.
|
Hidrológico
O2 H2O
|
Desequilibrio ambiental.
Disminución humedad relativa áreas densificadas.
Alteración acuíferos naturales.
Aumento de las escorrentías superficiales.
Salinización de suelos por regadíos intensivos.
Contaminación aguas superficiales y subterráneas.
Alteración del clima urbano (precipitación y temperatura).
|
Materia orgánica y residuos
N Ar N2O NH3 CH4
|
Aumento de los residuos sólidos urbanos de materia orgánica,
con excedente de nutrientes.
Alteración de la composición del suelo.
Contaminación de las aguas subterráneas por infiltraciones.
Salinización de las tierras, pérdida de fertilidad.
|
Energético
|
Agotamiento de las energías no renovables.
Coste energético y contaminación.
|
Fuente: Elaboración propia
A continuación se ejemplifica esta patología con datos
cuantitativos obtenidos para el casco urbano de una población de
la Comunidad de Madrid: Tielmes. La cuantificación es el
resultado de multiplicar los estandares unitarios por el número
de habitantes o la superficie del término municipal, según los
casos. Los datos sirven tan sólo de encuadre general de la
patología local de un asentamiento, y se basan principalmente en
los datos de población (1.845 habitantes en el período
1980-1990). En el cuadro se plantea el desequilibrio final entre
fuentes y sumideros.
Fuentes urbanas de Tielmes
|
Sumideros urbanos de Tielmes
|
1. CICLO ATMOSFÉRICO URBANO
Emisión total de contaminantes:
* SO2 3.136 kg/año
* NOx 21.771 kg/año
* CO2 14.617 kg/año
|
Dilución atmosférica.
Depósito partículas en suspensión.
Transporte de contaminación por vientos.
|
2. CICLO HIDROLÓGICO
Precipitación: 295 mm
Depósito agua municipal
Río Tajuña para riegos
|
Evaporación 350 a 500 mm
Consumos urbanos 36,9 m3/día
Recarga acuíferos 200 Hm3
Consumos regadíos 400 a 500 Hm3
|
3. CICLO MATERIA ORGÁNICA
Total residuos urbanos 67,34 T/año
|
Vertedero convencional mancomunado en el
término de Colmenar de Oreja
|
4. CICLO ENERGÉTICO
Ene. solar teórica invi. 2.507 MWh/año
Ene. solar teórica ver. 6.774 MWh/año
Energía eólica 0
Energía minihidraúlica 0
|
Ene. reflejada invierno 1.329 MWh/año
Ene. reflejada verano 3.590 MWh/año
Ene. absorbida invierno 1.178 MWh/año
Ene. absorbida verano 3.183 MWh/año
Consumo eléctrica 6.106 MWh/año
|
Esther Higueras
Fecha de referencia: 22-07-1998
1: Ecosistema: Relación multivariada entre organismos y medio
ambiente en un espacio determinado, llegando a lograr una
constancia en ese medio ambiente. MARGALEF, R. 1986
2: J. M. Naredo [1996] Sobre el origen, el uso y el contenido
del término sostenible (Ciudades para un futuro más sostenible,
MOPTMA.)
3: Elaboración propia a partir de los datos resumidos del
apartado anterior.
4: Estos datos y los siguientes han sido obtenidos en MOPTMA:
[1988] Medio Ambiente en España; [1993] Informe de Transporte y Medio
Ambiente; Tested, Wood, Ferari [1990] Energy and Environment en
the 21st Century (MIT Press) ; J.C. Duplessy, A. Pons, R. Fontechi
Climate and global change (Comisión Europea) ; Instituto de Estudios
Medio Ambientales de Milán European Environmental Book; F. Diaz
Pineda Ecología: conceptos básicos.
5: J.M. Naredo [1996] Sobre la insostenibilidad de las
actuales conurbaciones y el modo de paliarla (Primer Catálogo
Español de Buenas prácticas. MOPTMA.)