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La Primera Conferencia de este carácter (Hábitat I) se celebró
en Vancouver (Canadá) en junio de 1976 y tuvo como principal
consecuencia la creación, en 1978, del Centro de las Naciones
Unidas para los Asentamientos Humanos (UNCHS), órgano
intergubernamental de ámbito mundial con sede en Nairobi (Kenya).
En 1988 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la
"Estrategia Mundial para la Vivienda hasta el año
2000",estrategia que es objeto de un seguimiento periódico por
el citado órgano de Naciones Unidas.
Para la organización de las aportaciones y conclusiones de la
Conferencia Hábitat II, se constituyó un Comité Preparatorio
(PrepCom) que celebró una primera reunión en Nueva York en marzo
de 1993 para analizar los objetivos, financiación y otros
aspectos de la Conferencia; la primera sesión sustantiva del
PrepCom tuvo lugar en Ginebra en abril de 1994 y el segundo
período de sesiones (PrepCom II) ha tenido lugar en Nairobi del
24 de abril al 5 de mayo pasado. Una última sesión del PrepCom,
antes de la Conferencia de Estambul, está previsto que tenga
lugar en Nueva York en el mes de febrero de 1996.
Por otra parte, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo conocida como "Cumbre de la Tierra", que
tuvo lugar en Río de Janeiro en junio de 1992, constituye también
un importante antecedente a tener en cuenta, dado que en ella se
aprobó el denominado "Programa 21" (Agenda 21), que sitúa el
desarrollo sostenible en el centro de los objetivos a alcanzar
para el siglo XXI.
Por todo ello, puede afirmarse que en la Conferencia "Hábitat
II", bautizada también como "Cumbre de la Ciudad", los Informes
Nacionales que, con arreglo a unas directrices de marco y formato
establecidas por el Comité Preparatorio, han de presentar los
países participantes en ella serán elementos capitales de la
misma. Estos informes tienen por objeto presentar la situación
de la vivienda y de los asentamientos humanos en cada país,
evaluar los progresos realizados desde la Conferencia de
Vancouver y servir de base a los futuros Planes de Acción
nacionales. Junto a los debates de las sesiones plenarias, las
conclusiones de los foros alternativos y la presentación de
ejemplos de buena práctica, constituirán el sustrato de la
Conferencia, del que deben salir las conclusiones finales de la
misma. Los Informes han de incluir la aplicación de una serie de
indicadores que permitan establecer comparaciones a nivel mundial
y conduzcan a una revisión selectiva de las políticas utilizadas
hasta el momento en cada país.
El concepto de sostenibilidad se incardina así en los dos temas
de la Conferencia: sostenibilidad entendida como "desarrollo que
satisface las necesidades de nuestra generación sin comprometer
la posibilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus
propias necesidades" [1] . Ello requiere, sin duda, un cambio
sustancial en los patrones actuales de pensamiento, producción
y consumo de nuestra sociedad. La sostenibilidad significa,
también, preservar el capital natural y como ya señalara Donella
H. Meadows [2], ello supone que en una sociedad sostenible la
población, el capital y la tecnología deben estar equilibrados
y cumplirse tres condiciones básicas:
Aspectos y cuestiones, todas ellas, que están fuertemente
interrelacionadas entre sí, por lo que su consideración ha de
tener siempre un carácter integral centrado en el desarrollo
urbano sostenible, que constituye el reto principal de HÁBITAT
II y justifica su denominación de "Cumbre de la Ciudad" (City
Summit). Sin olvidar, por ello los efectos territoriales y
transnacionales de las políticas de asentamientos humanos
(migraciones, traslado de los problemas de contaminación o
residuos a otras regiones o países, efecto invernadero, etc...),
ni las cuestiones de participación democrática, descentralización
administrativa y autogobierno local o partenariado público-privado que ya fueron señaladas en la Carta de las ciudades
europeas hacia la sostenibilidad [3].
Junto a todo ello, el irreversible proceso de urbanización
mundial y el hecho de que las aglomeraciones urbanas
(particularmente las de los países más desarrollados) sean las
grandes consumidoras de suelo, agua, energía y recursos naturales
y las grandes generadoras de contaminantes y residuos, hace que
los problemas medioambientales globales estén ligados
inevitablemente a los estilos de vida y a los modelos urbanos de
usos del suelo en los países desarrollados; es, por tanto, a
éstos a los que corresponde, en primer lugar, hacer examen de los
errores cometidos y plantear modelos alternativos de ciudades
sostenibles que puedan aplicarse a los países en vías de
desarrollo en otras partes del mundo: modelos que permitan
conciliar el desarrollo urbano y la mejora de las condiciones de
vida con la preservación de los recursos naturales que
constituyen un patrimonio a legar a las generaciones futuras.
El Informe se estructura en las cuatro partes sugeridas por
Naciones Unidas [4], con dos documentos anexos: uno de carácter
estadístico, centrado fundamentalmente en los indicadores urbanos
y de vivienda establecidos por el Secretariado y otro que
recogerá los ejemplos de mejores prácticas que puedan servir como
modelos útiles a otros países para alcanzar los objetivos de
sostenibilidad que están ligados a los dos temas clave de la
Conferencia
La amplia participación en el proceso de elaboración del informe,
de los actores y agentes, tanto públicos como privados, es
reflejo del conjunto de los sectores sociales que intervienen en
la creación y el desarrollo de los asentamientos humanos en su
más amplia acepción y, en particular, en la creación de suelo
urbanizado, en la dotación de infraestructuras y servicios, en
la construcción de viviendas, en la protección del medio ambiente
y del patrimonio cultural y en su financiación y gestión. Esta
participación se ha implementado a través de la constitución de
un Grupo de Trabajo inicial, luego elevado a la categoría de
Comité Nacional en la línea de las recomendaciones de Naciones
Unidas, y de un Comité de redacción del Informe. El Grupo de
Trabajo/Comité Nacional (de cuya composición se da cuenta en el
apartado siguiente), ha tenido una triple función:
Se considera que con ello se ha dado suficiente respuesta a las
recomendaciones del Secretariado de Naciones Unidas y se ha
conseguido que el Informe refleje, en lo posible, los distintos
puntos de vista de los agentes que intervienen en los procesos
de urbanización y edificación, en la construcción de la ciudad
y en su gestión.
El Comité ha tenido desde el principio un carácter abierto y
participativo, actuando como secretariado del mismo la Dirección
General para la Vivienda, el Urbanismo y la Arquitectura por ser
el órgano directivo del Ministerio más directamente implicado en
los temas objeto de la Conferencia.
Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente
Fecha de referencia: 31-05-1997
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