Ciudades para un Futuro más Sostenible
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Informe Nacional de España


Rodolfo Segura
Consejero Técnico, Dirección General para la Vivienda, el Urbanismo y la Arquitectura (España)



1. Estructura y contenido


El informe se estructura en las cuatro partes sugeridas por el Secretariado de la Conferencia:

El informe se acompaña de dos documentos anexos: un documento de carácter estadístico (Indicadores urbanos y de vivienda, siguiendo la relación sugerida por Naciones Unidas); y una selección de ejemplos de Mejores Prácticas.

El Informe ha sido elaborado por un Grupo de trabajo (que ha aportado la información necesaria) y un Comité de redacción (responsable del texto final), constituidos en el seno del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, bajo la supervisión de un Comité Nacional en el que junto a otros Departamentos Ministeriales, han estado representadas las Comunidades Autónomas, la Administración local, Organizaciones profesionales y del sector de la construcción, Entidades financieras y diversas Organizaciones No Gubernamentales.

Estas notas se centran en algunos aspectos fundamentales de la evolución del sector de la vivienda y los asentamientos humanos desde la anterior Conferencia HABITAT I [Vancouver , 1976] con particular atención al diagnóstico de la situación actual; en las líneas básicas en las que habrá de basarse un Programa HABITAT para España, y en las líneas de Cooperación internacional que nuestro país ofrece en el sector considerado.



2. El caso español: evolución 1976-1996


El período transcurrido desde la Conferencia de Vancouver hasta ahora, ha sido para España un período históricamente significativo, caracterizado por dos acontecimientos importantes:

La evolución partía de una situación de crisis recesiva caracterizada por una notable reducción de la tasa de crecimiento (2,1% de media entre los años 1975 al 1978), la caída de la cuota de formación interior bruta de capital (desde el 27,9 % del PIB en 1974 al 20% en 1978), el crecimiento de los precios (tasa media anual del 19,3 % entre 1974 y 1978) o la caída del excedente neto empresarial (que de una participación equivalente al 9,4% de la Renta Nacional en 1974, pasa al 5,2% en 1978).

Los efectos de nuestra integración en la Unión Europea, al cumplirse los diez años de la misma, quedan reflejados en el aspecto socioeconómico por los siguientes parámetros:

Entre los aspectos de la evolución 1976-1996 más directamente relacionados con los asentamientos humanos y con la vivienda, que en el Informe se describen y analizan con detalle, cabe destacar:


Los anteriores aspectos son sólo algunos de los más significativos para reflejar una evolución que tiene cierto carácter singular (diferente sin duda a la de otros países de nuestro entorno) al ser consecuencia de la coincidencia de un proceso de cambio político e institucional con la adaptación de nuestra estructura económica a las condiciones de competencia y libre mercado derivadas de la integración en la Unión Europea.



3. Diagnóstico de la situación


La evolución, tanto de los asentamientos humanos como de la vivienda, que se ha producido en España en estos últimos veinte años, evolución que el Informe Nacional español presenta con amplio apoyo de datos y gráficos, ha conducido a una situación muy distinta de la que existía en 1976 (año en que tuvo lugar la Conferencia de Vancouver HABITAT I), con nuevos problemas pero también con nuevas oportunidades.

El Informe resume el diagnóstico de la situación actual en los puntos siguientes:

3.1. En materia de asentamientos humanos


3.2. En materia de vivienda

La anterior relación constituye un elenco de los problemas prioritarios a los que España habrá de enfrentarse en materia de vivienda y de asentamientos humanos a lo largo de los próximos años. Problemas a los que, en buena parte, ya se ha tratado de dar solución por medio de diversos planes y políticas sectoriales que se exponen en el informe:

Los problemas citados configuran tanto las posibles metas y objetivos como las líneas de actuación que han de guiar un futuro Plan Nacional de Acción o "Programa HABITAT" par España.




4. Líneas de acción para un Programa Hábitat Español


El informe, en su tercer apartado, tras explicitar el marco económico y social de las políticas recientes en materia de asentamientos humanos (constituido básicamente por el "Programa de Convergencia 1992-1996" y su posterior revisión de 1994, elaborados en cumplimiento del Tratado de Maastricht), expone de forma resumida los principales Planes y Estrategias territoriales aprobados o en curso, y plantea las líneas generales de lo que debería ser un Programa HABITAT para España, siguiendo la pauta del documento de Principios y Compromisos y del Plan de Acción Mundial que se está elaborando como documento final de la Cumbre de Estambul.

El marco conceptual en el que se plantean estas líneas es el del desarrollo sostenible en su sentido más amplio: el de las condiciones a promover en la vivienda y en las ciudades para que la sociedad española, en su conjunto, avance hacia un desarrollo equilibrado capaz de preservar e incrementar el capital natural que asegure el mantenimiento de la vida y el bienestar, no sólo de nuestra generación sino también de las generaciones futuras.

La situación actual puede resumirse en dos problemas básicos relativos a la construcción y funcionamiento de las ciudades españolas:

El resultado de unas formas de crecimiento y de funcionamiento no sostenibles, sin políticas integrales adecuadas a medio y largo plazo y con formas de gestión demasiado condicionadas por el mercado inmobiliario y por concepciones funcionalistas de la ciudad ya superadas (abuso del "zoning", preponderancia del vehículo privado, etc...) es el de unos asentamientos con los graves problemas que se han enumerado en el diagnóstico.

El planteamiento de las líneas de acción de un Programa Hábitat para España, pasa por identificar los principales retos a los que ha de enfrentarse la sociedad española en los próximos años, en relación con tres grandes áreas temáticas:


4.1. La vivienda adecuada para todos

Cabe señalar, como retos básicos para España en relación con este tema-clave de la Conferencia los siguientes:

Facilitar el acceso a la vivienda:

Ello supone favorecer el acceso de todos los ciudadanos a una vivienda digna y adecuada, en cualquiera de sus formas (propiedad o alquiler), cumpliendo así el mandato de nuestra Constitución, mejorando la eficiencia del mercado y a través de otras medidas de carácter financiero o fiscal.

En este sentido es esencial una política de suelo que permita poner en el mercado, al menor coste posible, suelo urbanizado suficiente para absorber la demanda de construcción de nuevas viviendas.

De manera particular es necesario apoyar, además, a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, a través de regímenes especiales de protección y ayudas públicas, para que puedan tener acceso a la vivienda que no pueden obtener en las condiciones normales del mercado.

Favorecer la reutilización del parque de viviendas existente:

En España existe un importante parque de viviendas, en buena parte subutilizado o abandonado como consecuencia de su inadecuación física o funcional (o de ambas circunstancias). Esta situación supone un despilfarro de recursos y contribuye a la "insostenibilidad" del crecimiento urbano al dirigirse la demanda hacia la urbanización de nuevos suelos donde ubicar las viviendas adecuadas a la demanda existente.

Ello requiere medidas que favorezcan la rehabilitación de viviendas y la mejora de las condiciones de habitabilidad de las inadecuadas, para que puedan entrar en el mercado y ser reutilizadas.

Mejorar su eficiencia energética y medioambiental:

Por sus características constructivas (materiales, técnicas de construcción e instalaciones) una gran parte de las viviendas existentes (y también de las de nueva construcción) son, con independencia de su calidad, claramente ineficientes desde el punto de vista de ahorro de energía, consumo de agua y, en general, de sus aspectos medioambientales.

Su repercusión en el desarrollo sostenible de la ciudad es importante, por lo que se requieren medidas, tanto normativas como de apoyo financiero y fiscal que favorezcan las actuaciones encaminadas a mejorar dicha eficiencia y que contribuyan a la adaptación de las viviendas a las condiciones climáticas de las distintas regiones españolas.

La actualización progresiva de las rentas más antiguas de viviendas en alquiler, que hace posible la generación de recursos de inversión para su mejora y las ayudas sectoriales destinadas a fomentar el ahorro y la utilización de energías menos contaminantes, favorecerán este necesario proceso.

Considerar la vivienda inseparable de su entorno:

El entorno urbano de la vivienda (equipamientos públicos, espacios libres, etc...) constituye un complemento necesario e inseparable de ella para asegurar un nivel adecuado de calidad de vida.

La vivienda no puede hoy plantearse separadamente como un elemento al margen del entorno que constituye su ecosistema inmediato; la vida urbana se desarrolla en la vivienda y en los espacios y equipamientos públicos que la rodean, a nivel de barrio en un primer escalón y a nivel del conjunto urbano en un segundo escalón del que el barrio constituye un elemento del sistema global.

Las actuaciones en materia de vivienda han de considerarse, por ello, incardinadas en la construcción de la ciudad, enlazando así con el segundo de los grandes temas aquí considerados.

4.2. La ciudad sostenible y su entorno territorial

Los principales retos a tener en consideración en relación con este segundo tema-clave, son los siguientes:

Recuperar el concepto de ciudad frente a la mera urbanización:

Las ciudades españolas se expanden, aunque las grandes no tengan crecimiento poblacional. La expansión se produce, en ocasiones, dejando agujeros negros en la ciudad, como las áreas centrales, o periféricas, de industria y servicios abandonadas, y como los barrios deteriorados, y barrios en declive social, que quedan fuera de los mercados, estancados en situaciones de vulnerabilidad cuando no de marginalidad.

Es este un proceso de urbanización insostenible a largo plazo, tanto social como ambientalmente, que además es perjudicial para el crecimiento económico, por lo que la recuperación del concepto tradicional de la ciudad, más allá del mero desarrollo de la urbanización, es una exigencia insoslayable.

Lograr una ciudad próspera y cohesionada:

En las últimas décadas muchas ciudades han realizado grandes esfuerzos en la creación de infraestructuras destinadas a mejorar su competitividad, con resultados desiguales, tanto por la falta de estrategias globales de desarrollo, como de incorporación y concertación suficiente con los agentes sociales.

Un reto importante para la prosperidad y cohesión de las ciudades es la creación de los ambientes productivos adecuados, especialmente en los barrios o áreas en declive, así como el logro de la conexión de las áreas en recesión, con los mercados locales y con las actividades dinámicas de las llamadas "áreas de oportunidad", donde se asientan las nuevas actividades.

Reducir la "huella de la ciudad" en el territorio:

Las ciudades son ecosistemas abiertos, que dependen de los intercambios con el exterior del territorio que ocupan. Para su funcionamiento necesitan tener garantizada la aportación de suministros externos, su distribución y utilización interna, y la posterior exportación de productos y expulsión de residuos al exterior.

El reto está pues en lograr mejorar la habitabilidad interna manteniendo la sostenibilidad global, es decir, sin incrementar los impactos ambientales globales ni destruir innecesariamente los recursos locales, ni los de otras áreas que la sustentan, procurando un balance positivo del capital natural existente.

Dar prioridad a la mejora de la ciudad existente:

Los retos expuestos no cuestionan tanto el cómo construir nuevas ciudades, sino, fundamentalmente, el qué hacer con lo que tenemos: un medio en degradación y unas ciudades ineficientes, sobre todo ante los objetivos de sostenibilidad, cohesión social y competitividad.

Hay que reestructurar las ciudades existentes, rehabilitarlas, regenerar sus áreas en declive, aprovechar las infraestructuras infrautilizadas. El reto fundamental de la ciudad es crecer hacia dentro, y hacerlo bien, creando prosperidad, equidad y sostenibilidad, independientemente de si algunas ciudades puedan requerir en ciertos momentos expansiones y cierto crecimiento hacia el exterior.

4.3. La gobernabilidad de las ciudades

La gobernabilidad de las ciudades y, en general de los territorios sobre lo que éstas se asientan, constituye un tema complejo en el que se entremezclan cuestiones competenciales y de coordinación administrativa con cuestiones de articulación de la participación ciudadana, de la búsqueda de la equidad y de la cohesión social, de obtención de recursos financieros o de planificación y gestión urbana. Los principales retos a considerar en relación con esta gobernabilidad, son los siguientes:

Necesidad de actuaciones integradas:

Las ciudades tienen nuevos problemas, pero, su problema principal es que suelen disponer de unos mecanismos de gestión inadecuados para abordarlos. La gestión de la ciudad tiende a compartimentarse sectorialmente, pretendiendo la simplificación y agilización de procedimientos, sin un marco de actuación que aborde los problemas integralmente.

Es necesario redefinir la gestión para actuar conjuntamente en distintas dimensiones de la ciudad, superando políticas sectoriales e incorporando a los agentes sociales. Solo así se conseguirá que las distintas actuaciones, a corto y largo plazo sumen sus efectos, en la dirección del desarrollo sostenible.

Adecuar la gestión al ámbito territorial de los problemas:

El esfuerzo por lograr mejorar las prácticas políticas y administrativas, y dotar al territorio y las ciudades de un buen gobierno, implica estudiar en cada caso los ámbitos territoriales adecuados a la resolución de cada problema, y la mejor articulación de competencias para la intervención.

La reconsideración de territorios y competencias, no debe conducir necesariamente a reestructuraciones importantes, especialmente a corto plazo. Más bien debe provocar la coordinación y cooperación entre ellas, ya que la ciudad es un objetivo vital para todos los niveles de gobierno.

Fortalecer la autonomía local y la participación ciudadana:

El municipio es el gobierno más cercano al ciudadano, y es por ello, en que hay que apoyarse para desarrollar actuaciones locales. No es posible enfrentarse a los problemas con políticas adecuadas, si los municipios no asumen el protagonismo local en las políticas de desarrollo urbana, cohesión y sostenibilidad.

Para ello deben elaborar planes estratégicos o marcos de actuación, consensuados social y políticamente, que permitan programar actuaciones con visión de medio y largo plazo, e incorporar a las mismas a otras administraciones, a los ciudadanos y a los agentes privados que intervienen en los procesos de construcción de la ciudad.

Fomentar la cooperación interadministrativa:

Los retos del desarrollo sostenible exigen una mayor integración y cooperación en la actuación de todos los agentes públicos. Hay que reenfocar el gobierno del territorio coordinando la ordenación territorial, la gestión urbana y de inversiones, y las políticas social y ambiental. Y para ello hace falta organizar en torno a estrategias concretas de actuación a todos los agentes de los distintos niveles de la administración: de la administración del Estado, de las regiones, de las ciudades y, en su caso, de sus barrios.

4.4. El proceso hacia la sostenibilidad

El desarrollo sostenible de las ciudades, es el único desarrollo posible a largo plazo, y, por lo tanto, el único aceptable como marco de trabajo. Es un desafío político fundamental para la democracia y para el gobierno de las ciudades.

La complejidad de los problemas que se plantean requiere, probablemente, la aplicación de más recursos, pero sobre todo reconsiderar la manera de aplicar los existentes, romper barreras y cooperar ampliando la base social e institucional, integrando los recursos en nuevas formas de actuación. Éste es quizás el principal reto, en estos momentos.

La elaboración institucional de un Programa HABITAT para España es, fundamentalmente, un proceso hacia la sostenibilidad y ello requiere un previo debate sobre los temas más importantes que afectan a la vivienda, a la ciudad y al territorio, debate en el que tengan una participación activa todos los agentes sociales e institucionales y que, al tiempo que profundicen en la problemática y propongan nuevas formas de actuación, contribuyan a la creación de opinión y al cambio de los hábitos de consumo que están en la raíz del desarrollo no sostenible de nuestra sociedad.



5. La cooperación internacional


El Informe español, por último, recoge en su apartado final las líneas generales, criterios y prioridades de la cooperación internacional española, con particular referencia a los sectores de Vivienda y de Desarrollo de los Asentamientos Humanos.

En el marco de los objetivos de la política española de cooperación, cabe destacar algunos rasgos significativos, como son:

Los componentes básicos de la cooperación bilateral (que para 1995 ha supuesto más de 125.000 millones de pesetas) son los créditos FAD, los Programas y Proyectos de asistencia técnica, cultural o científica, y las subvenciones a las actividades de las ONGs, entre otros.

En el terreno concreto de los asentamientos humanos, la cooperación española tiende a tratar las actuaciones desde u n enfoque integrado, trabajando en una línea de fortalecimiento de las instituciones municipales, como agentes de desarrollo. Programas de capacitación de recursos humanos y de mejora de la gestión municipal, Proyectos concretos de dotación de servicios públicos o de construcción de viviendas, y Programas de desarrollo rural son algunos de los campos, en los que se citan ejemplos recientes.

Las posibilidades de cooperación que España puede ofrecer comprenden las siguientes áreas:

Cada una de estas posibilidades comporta grados diferentes de acuerdos institucionales para su puesta en marcha (desde una simple carta de intenciones hasta Convenios concretos en el marco de Acuerdos de cooperación científica y técnica ya suscritos entre los Estados) y medios presupuestarios específicos en función de lo que el Programa o Proyecto demande. En este sentido, el Informe español, además de señalar algunos programas ya en marcha, a los que es posible incorporarse, plantea la gama de posibilidades señaladas, dejando que sea cada país interesado el que identifique los temas de posible interés, el tipo de cooperación requerida y las instituciones implicadas. La materialización de cada operación de cooperación bilateral estará ligada a los medios financieros disponibles en cada ejercicio económico, tanto por parte de las instituciones implicadas como por la Agencia Española de Cooperación Internacional.



6. Conclusión


El Informe español para la Conferencia "Hábitat II" presenta, en resumen, una doble vertiente:

Por un lado, describe minuciosamente la evolución de los asentamientos humanos y de la vivienda a lo largo de los veinte años transcurridos desde la anterior Conferencia, relacionándola directamente con la evolución política y económica de España en un período que ha sido históricamente importante y significativo.

Por otro lado, el informe expone el diagnóstico de la situación actual, los planes y estrategias en curso para hacer frente a la misma, las líneas de acción a seguir para la elaboración de un Programa o "Agenda" Hábitat para nuestro país y las posibilidades de cooperación internacional que, en los campos de la vivienda y de los asentamientos humanos, puede ofrecer a otros países, particularmente a aquellos con los que, como los que componen la comunidad iberoamericana, mantiene lazos de lengua y tradición seculares.

Rodolfo Segura Sanz, doctor arquitecto ETSAM y técnico urbanista IEAL. Pertenece desde 1969 al Cuerpo Especial de Arquitectos del MOPTMA, habiendo ocupado diversos puestos en la Comisión del Área Metropolitana de Madrid, Dirección General de Urbanismo, Instituto del Territorio y Urbanismo..., y siendo en la actualidad Consejero Técnico de la Dirección General para la Vivienda, el Urbanismo y la Arquitectura. Es, asimismo, miembro del Grupo de Expertos sobre Medio Ambiente Urbano de la Comisión de la Unión Europea y pertenece al Bureau directivo de la Federación Internacional de Vivienda y Urbanismo (IFHP/FIHUAT). Ha sido el coordinador del Informe Nacional español para la Conferencia HABITAT II.

Fecha de referencia: 30-04-1997

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