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La elección de Motril como caso de estudio vino propiciada por la detección de dos iniciativas paralelas de preservación del entorno rural y del patrimonio agrícola tradicional. Por una parte, la Junta de Andalucía promocionaba en 2006 la creación de un parque periurbano en el área norte de la ciudad, por otra, el primer Plan de Acción de la Agenda 21 Local proponía el mismo año la creación de un parque agrícola en el periurbano sur. Tras el estudio de casos se concluyó que ambas fueron iniciativas fallidas que tras cambios institucionales o de intereses se vieron truncadas en favor de otras políticas menos sostenibles basadas en la competitividad urbana y turística.
Paralelamente, el análisis de la situación en el entorno municipal de Motril detectó unos preocupantes procesos de transformación del espacio periurbano y rural de la Vega de Motril, resultado de la expansión urbana, turística y agrícola en el territorio durante las últimas cuatro décadas. El presente documento se ha centrado en la descripción de estos procesos.
Motril se encuentra a tan sólo dos kilómetros de la cálida franja litoral granadina del Mar de Alborán, como se denomina esta zona del Mediterráneo que ejerce una función reguladora de la temperatura. La Sierra de Lújar, al norte de Motril, desciende en sólo diez kilómetros hasta el nivel del mar, reduciendo la influencia de los vientos del nordeste. Esta situación estratégica proporciona a Motril un microclima subtropical único en toda Europa, idóneo para el turismo y para la agricultura intensiva.
En el municipio de Motril desembocan el río Guadalfeo y varias ramblas por las que discurre el agua de deshielo de la sierra. A lo largo de los siglos y en su transcurso hacia el mar estos cauces han realizado importantes aportaciones de áridos, convirtiendo la Vega de Motril-Salobreña en un suelo muy fértil que actualmente cuenta con una importante actividad agrícola. Estas aportaciones también han generado gran cantidad de playas, calas y ensenadas que hacen de esta costa una zona muy atractiva para el turismo.
Varias transformaciones durante el siglo XX han afectado a la regeneración de este sistema natural: la creación de la presa de Rules, la canalización del río Guadalfeo y de las ramblas y la construcción del puerto, que frena el flujo natural de esta parte de la costa. Sin embargo, fue en la década de los sesenta cuando tres procesos transformadores del territorio se pusieron en marcha, y desde entonces han ido evolucionando en paralelo. Responden a cada una de las tres actividades económicas más importantes de la comarca: la construcción, el turismo y la agricultura.
Los tres municipios de la Vega: Motril, Salobreña y Almuñécar, han mantenido un continuo crecimiento en los últimos cuarenta años. Los cabildos han dirigido sus políticas hacia el fomento de la construcción y el turismo, consiguiendo un enorme crecimiento de población que se multiplica en periodo estival. Esto ha provocado una gran presión en los acuíferos, a la par que una tremenda ocupación del territorio en parte de la costa e incluso de la playa.
Por otro lado, desde su introducción en la costa de Granada en el siglo X, la caña de azúcar se mantuvo como cultivo principal de la zona, hasta que en los años setenta se introdujeron los árboles subtropicales y en los ochenta los invernaderos hortícolas comenzaron a expandirse. Ambos cultivos son de regadío lo que conlleva una productividad mucho más alta que la de los cultivos tradicionales.
En la competencia entre los tres procesos, es el de la agricultura el que mayor presión ejerce sobre el territorio y sobre los otros dos. La expansión de los invernaderos reduce el suelo disponible para el turismo y la especulación urbana. La reducción de la calidad del paisaje de la agricultura ‘industrial’ no es compatible con el desarrollo turístico, por lo que mientras hacia el este se tiende al aumento de la proporción de invernaderos y a la disminución de las actividades hoteleras, hacia el oeste ocurre el fenómeno contrario.
Tres de los principales problemas ambientales detectados en el sistema de los invernaderos son la ordenación territorial, debido a la dispersión espacial de los invernaderos; el impacto paisajístico, debido a las prácticas agrícolas y a las transformaciones del terreno; y la generación de residuos orgánicos y no orgánicos, generados por las tres cosechas anuales.
Esta actuación irresponsable de las autoridades competentes y de los propios actores implicados, no sólo afecta al medio ambiente litoral, que puede llegar al colapso, sino que también incide de forma creciente sobre los beneficios económicos y sobre la comercialización de los productos, dado que se reducen las cosechas, se incrementan los gastos y disminuye la calidad y la imagen de mercado, afectando a los precios de los hortofrutícolas de la zona sin distinción entre los productores cuidadosos con el medio y los que no se preocupan lo más mínimo por el entorno. La responsabilidad de los agentes implicados (agricultores, cooperativas y empresas implicadas) pasa por seguir el camino de la sostenibilidad.
La Vega de Motril-Salobreña es un espacio agrario singular según el Plan Especial de Protección del Medio Físico de Granada (PEPMF). Esto es debido a que ha formado a través de los siglos un patrimonio natural-cultural propio, albergando gran cantidad de ecosistemas y conjugando usos agrarios tradicionales con otros más diversificados en busca de nuevas formas de desarrollo.
El paisaje agrario de la Vega de Motril, según los tipos de paisaje definidos por la Comisión Europea, se encuadra como paisaje dotado de elevado valor natural y cultural, dependiente de la actividad agraria y amenazado por la marginalización de la agricultura, en los que esta actividad desempeña un papel específico a la hora de lograr la calidad medioambiental.
Además, existen diferentes unidades de paisaje en la vega influenciadas por la hidrografía como factor geográfico explicativo del emplazamiento y el desarrollo urbano, alimentado por la existencia de ricas y fértiles vegas, en algunos casos, y en otros recientes por el desarrollo de la agricultura intensiva en torno a las ramblas.
El Estudio sobre las Unidades de Paisaje en la Provincia de Granada describe la Vega de Motril como un mosaico de nuevas y viejas agriculturas, caña de azúcar, cultivos hortícola, invernaderos y cultivos subtropicales, mayoritariamente aguacates, mientras que en las pendientes se establecen los cultivos arbóreos subtropicales, con una progresiva introducción de invernaderos. Esta idílica descripción contrasta con los problemas identificados en la Conferencia de Regiones Mediterráneas en 1993 y ratificados un año después en la Carta del Paisaje Mediterráneo. En ella, además de subrayar la fragilidad que numerosos ecosistemas mediterráneos tienen por sus propias características naturales, se añadieron otros problemas de origen antrópico como la masiva urbanización, la industrialización, el turismo de masas, el abandono de tierras de cultivo o la conversión de éstos en monoespecíficos e intensivos. Todos ellos problemas que en mayor o menor medida pueden asociarse a la Vega de Motril.
La Vega de Motril, como ecosistema, es un importante elemento relacionado con la sostenibilidad de la zona debido a su importancia paisajística, pero a su vez, se encuentra expuesto a un elevado riesgo ambiental por su vulnerabilidad y su fragilidad.
Tres procesos urbanizadores han coevolucionado en las últimas décadas, respondiendo cada uno a una de las demandas de los diferentes sectores productivos dominantes en el municipio: construcción, turismo y agricultura.
El proceso urbanizador de la ciudad ha ido extendiendo sus límites, como si de una mancha de aceite se tratara. La construcción, tercera economía del municipio hasta la llegada de la actual crisis, ha promovido el crecimiento físico y económico desde los años sesenta. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2003 clasifica la corona completa exterior del actual límite urbano como Suelo Urbanizable. Supone más de un millón de metros cuadrados en la zona de mayor calidad ambiental del municipio, destinados principalmente a segunda residencia.
Tras su aprobación, la Junta de Andalucía promocionó la implantación de un parque periurbano como segunda corona urbana sobre Suelo de Protección Hidrológica. Su finalidad era crear un espacio de ocio y esparcimiento destinado a los ciudadanos y a la contención de un futuro aumento de la ciudad. Debido a la controversia del planeamiento vigente, que permite construir dotaciones en Suelo No Urbanizable, el Ayuntamiento prevé la construcción del futuro recinto ferial en parte del suelo destinado al parque periurbano.
El proceso urbanizador de la agricultura, y particularmente de los invernaderos, es un nuevo tipo de transformación territorial que crece a razón de 80 hectáreas por año. Este proceso es el resultado de las iniciativas llevadas a cabo por los productores locales. La caña de azúcar, introducida en el siglo X por los árabes, transformó la costa de Granada. Se mantuvo como cultivo principal de la zona hasta la llegada y expansión de técnicas más productivas en la década de los setenta, cuando granjeros locales introdujeron invernaderos y árboles subtropicales, como el aguacate y la chirimoya. Es la única ‘granja subtropical’ existente en Europa.
Los invernaderos son una clase de actividad agroindustrial y actualmente la principal fuente económica de la costa de Granada. Su rápido desarrollo ha superado la capacidad de respuesta de la administración pública, y hasta la aprobación de una normativa específica de invernaderos por el Ayuntamiento de Motril en 2004, no existía ningún control sobre esta actividad. La Universidad de Granada, a petición del Ayuntamiento de Motril, realizó un estudio de viabilidad para la implantación de un parque agrario periurbano en la zona sur del núcleo urbano, donde se encuentran los últimos reductos de caña de azúcar, en peligro de extinción. El estudio proponía un modelo de gestión o un plan de desarrollo económico sostenible, que mediante una bolsa de suelo público arrendado fuese utilizado para la recuperación de la agricultura tradicional. La iniciativa no siguió adelante por un cambio institucional que conllevó un cambio de intereses en el Plan de Acción de la Agenda 21 Local de Motril.
El proceso urbanizador del turismo se ha extendido desde los años ochenta, provocando una tremenda ocupación del territorio en parte de la costa e incluso de la playa. El turismo es la segunda economía del litoral granadino, su oferta se basa en la segunda residencia —existen alrededor de 12.000 en el término municipal (datos de 2003) y tiene una importante carencia de plazas hoteleras de calidad. Ofrece 1.354 plazas en hoteles, 840 más en hostales y pensiones y 1.675 plazas de camping de primera y segunda categoría (datos de 2008).
La Diputación de Granada apostó en 2008 por la creación de la marca turística «Costa Tropical de Granada», que junto con la «Iniciativa de Turismo Sostenible» —una subvención millonaria de la Junta de Andalucía—, promueve una política de desarrollo ‘sostenible’ turístico que se central en el turismo del golf.
En la competencia entre los tres procesos, es el de la agricultura el que mayor presión ejerce sobre el territorio y sobre los otros dos. Al contrario que en el caso de la urbanización, los invernaderos predominan en el este de la comarca y desaparecen gradualmente hacia el oeste, en cuyo extremo no aparece ninguna instalación. Los importantes cambios en la estructura agraria son debidos, sobre todo, a la expansión de los invernaderos, que reducen el suelo disponible para el turismo y la especulación urbana. Esto es consecuencia de que la reducción de la calidad del paisaje producida por los invernaderos no es compatible con el desarrollo turístico. El control de la expansión y la ordenación espacial, atendiendo a la multifuncionalidad paisajística, podría constituir una respuesta adecuada para disminuir los conflictos espaciales entre los invernaderos y el turismo, y para preservar al mismo tiempo los paisajes agrarios tradicionales de la comarca litoral granadina.
El Suelo Urbano del municipio de Motril corresponde al 10,23% de su área total. Dispone de 51.482 unidades urbanas, de las cuales el 63,84% son de uso residencial, y el 36,16% corresponden a otros usos. La superficie total de las parcelas urbanas suponen 1.161,5 hectáreas, de las cuales un 44,82% están edificadas y el 55,18% son aún solares (datos de 2006).
El Suelo Rústico corresponde al 89,77% del municipio y supone una superficie de 10.187 hectáreas. De ellas, 2.823 titulares se distribuyen 8.359 parcelas (datos de 2001: última revisión metodológica de la Dirección General del Catastro). Los usos recogidos por el actual PGOU de 2003 en este Suelo Rústico No Urbanizable, son:
Usos | Área (ha) | Porcentaje (%) |
| ||
1. Superficies artificiales | 756,85 | 6,92 |
1.1 Zonas urbanas | 756,85 | 6,92 |
1.1.1.Tejidos urbanos continuos | 668,16 | 6,11 |
Tejido urbano | 376,00 | 3,45 |
Equipamiento deportivo | 0,35 | |
Urbanizaciones residenciales | 42,92 | 0,39 |
Urbanizaciones agrícola | 40,26 | 0,36 |
Zonas industriales y comerciales | 1,38 | |
Zonas portuarias | 18,09 | 0,16 |
1.1.2. Zonas mineras, vertederos y construcción | 88,68 | 0,81 |
2. Zonas agrícolas | 5.870,00 | 53,60 |
2.1. Superficies de secano | 258,23 | 2,36 |
2.2. Superficies de regadío | 4.941,07 | 45,20 |
2.3. Áreas agrícolas heterogéneas | 661,52 | 6,05 |
3. Zonas forestales y naturales | 4.303,57 | 39,36 |
4. Zonas húmedas | 11,32 | 0,10 |
Respecto a la propiedad y gestión del suelo agrícola, el territorio de Motril se puede clasificar como territorio minifundista: la dimensión media de explotaciones es de 0,95 hectáreas. La proporción entre suelos cultivados y suelos sin cultivar es de 41% cultivado frente a 59% sin cultivar. De las 4.176 ha cultivadas sólo se destinan 306 ha a secano y el resto, 3.870 ha, a regadío, distribuyéndose éstas entre cultivos subtropicales 50%, cultivos de invernadero 26% , hortalizas al aire libre 17% y caña de azúcar 7%.
Superficie por tipo de cultivo | Hectáreas (ha) | Porcentaje (%) | Tipo |
| |||
Pastos y terrenos incultos | 4.992 | 49 | Secano sin cultivar |
Especies maderables de crecimiento lento | 1.019 | 10 | Secano sin cultivar |
Olivar | 102 | 1 | Secano cultivado |
Frutos Secos | 204 | 2 | Secano cultivado |
Labor de regadío | 1.935 | 19 | Regadío cultivado |
Plantas subtropicales y mediterráneas | 1.935 | 19 | Regadío cultivado |
Cultivos total | 10.187 | 100 |
En el caso de los invernaderos, la escasez de suelo y el relieve del terreno ha conducido a un asentamiento disperso (2,32 hectáreas de media por explotación) y ha provocado un elevado fraccionamiento del terreno. Estos factores son los que han impedido la difusión de invernaderos de gran dimensión. Los invernaderos suelen ser en propiedad (73,16%) y tienen un carácter predominantemente familiar, típico de este tipo de horticultura, en la que la intervención de trabajadores asalariados, muy frecuentemente, tiene carácter estacional y con frecuencia muy puntual. Son generalmente inmigrantes que llegan temporalmente a la zona, coincidiendo con el inicio de la recolección, aunque hay un gran número que se han establecido en la zona de forma permanente, contribuyendo al crecimiento económico, al aumento de población y al crecimiento de la tasa de rejuvenecimiento. Los titulares de las explotaciones son generalmente hombres con una edad media de 45 años, y suelen tener estudios primarios (60,3%). Los titulados universitarios (4%) suelen ser los titulares de las mayores explotaciones de carácter no familiar y ejercen de mano de obra a tiempo parcial.
Datos | Mínimo | Máximo | Medio | Desviación típica |
| ||||
Superficie total de la explotación (ha) | 0,11 | 3,43 | 0,95 | 0,65 |
Número de invernaderos por horticultor | 1,00 | 9,00 | 2,32 | 1,37 |
Superficie de los invernaderos (ha) | 0,053 | 2,64 | 0,40 | 0,28 |
La agricultura ocupa un lugar destacado en la economía del municipio de Motril. El proceso de industrialización agrícola sufrido durante las últimas cuatro décadas ha reducido su diversidad y su multifuncionalidad implícita; como consecuencia, su agricultura ‘industrial’ se encuentra entre los máximos valores posibles en el proceso de capitalización de la agricultura.
Son varios los factores que han contribuido al desarrollo del sector en esta provincia:
La enorme brecha existente entre el valor por unidad de superficie de la producción agrícola de secano y de regadío (33 veces mayor la segunda) ha generado fuertes incentivos en los últimos años para la transformación en regadío de los secanos más aptos. Este hecho ha incrementado los regadíos un 40% sin remitir la presión, habiéndose llegado a agotar en muy poco tiempo las aguas disponibles.
La caña de azúcar, cultivo hegemónico durante casi diez siglos, está siendo sustituida por leñosos subtropicales y hortícolas al aire libre y bajo invernadero. Las hortalizas son las que proporcionan una producción con mayor valor por unidad de superficie, pero debido a que necesitan más agua y más mano de obra, es previsible la conversión hacia el cultivo de frutales con implantación de nuevas técnicas de riego por goteo. La producción del invernadero es casi el doble que en arenado, y casi el cuádruple que en tierra al exterior. Aunque los input de fuera del sector son mayores en los invernaderos, también existe esta proporción en el empleo de mano de obra.
Usos | Hectáreas (ha) | Porcentaje (%) |
| ||
1. Herbáceos | 2.243 | 19 |
1.1. Huerta | 576 | 25,68 |
1.2 .Invernaderos | 999 | 44,54 |
1.3. Tierras arables | 668 | 29,78 |
2. Leñosos | 2.698 | 24,74 |
2.1. Olivar | 80 | 2,99 |
2.2. Frutales | 2.616 | 96,96 |
2.3. Viñedo | 1 | 0,05 |
3. Pastos | 2.761 | 25,32 |
3.1. Pastizal | 1.058 | 38,31 |
3.2. Pasto con arbolado | 11 | 0,43 |
3.3. Pasto arbustivo | 1.691 | 61,25 |
4. Especies forestales | 1.333 | 12,23 |
5. Otros espacios no agrícolas | 1.865 | 17,11 |
6. Superficies especiales | 3 | 0,03 |
Total | 10.187 | 100 |
Superficie (ha) | |
| |
Aire libre | 1.200 |
Invernaderos | 4.718 |
Total | 5.918 |
La superficie total de hortalizas en la costa de Granada en el año 2003 ascendía a 5.918 hectáreas, de las que casi el 80% correspondían a cultivos bajo plásticos, y el resto a horticultura tradicional al aire libre. La principal concentración de la horticultura bajo plástico se concentraba en Motril.
Actualmente, las cuatro hortalizas más producidas en Motril son: tomate, pimiento, pepino y judía verde. Otros productos comunes son el tomate cherry y la sandía. El principal producto es el pepino holandés, siendo el tomate cherry el segundo en importancia. Ambos se destinan fundamentalmente a la exportación. La importancia de estos productos no sólo repercute a nivel regional, sino también a nivel nacional, siendo Granada, con el 21% de la producción total nacional, la segunda productora de España de pepino holandés tras Almería.
Aunque los cultivos de hortalizas son muy versátiles, ya que se pueden modificar muy fácilmente en función de las oscilaciones del mercado, se ha llegado a consolidar una gran especialización, conformando el 40% del valor de la producción total agrícola. Los frutales son el segundo grupo en importancia, con el 31% del valor de la producción agrícola.
La especialización, muy alta en términos de superficie cultivada, lo es aún más en términos del valor de la producción. Una hortaliza, el pepino, y dos frutales, el chirimoyo y el aguacate, representan el 70% de la producción agrícola, casi pudiendo denominarlo monocultivos en el litoral granadino.
Respecto a su introducción dentro del mercado agroalimentario, es importante destacar que en el litoral granadino la principal forma de comercialización se realiza a través de alhóndigas (63,5%), aunque existen otras entidades asociativas (35,1%). Con la aparición de los cultivos forzados, las alhóndigas han experimentado un proceso de modernización, que consiste en la prestación de servicios adicionales para los agricultores, como las ventas de factores productivos, para competir así con las cooperativas. Muchas alhóndigas disponen de cadenas de manipulación de los productos, con lo que cada vez es más frecuente la existencia de una figura mixta «alhóndiga-manipuladora». También han creado departamentos de exportación que distribuyen los productos agrícolas, entre ellos los de la mercado, lo que supone un trámite legal largo y delicado.
La agricultura intensiva de invernadero es un modelo de explotación de los recursos naturales muy similar al de la industria. Es un sistema altamente productivo que requiere de gran cantidad de recursos (input) y que producen numerosas y cuantiosas cosechas, asociadas a grandes cantidades de residuos. Los principales flujos de recursos, o input son:
El concepto de agricultura ‘industrial’ (Massaro, 1998) está ligado al alto grado de cambios y equipamientos que exige en el territorio así como a los elevados valores de insumos y niveles productivos que la caracterizan, propios de las regiones industrializadas, entre los que se pueden citar:
La imposibilidad de que los invernaderos asuman y reintegren la gran cantidad de residuos que producen, a diferencia de lo que ocurre en otras agriculturas, supone que estos flujos residuales hayan sido considerados como uno de los principales problemas a resolver en los territorios donde los cultivos forzados están muy extendidos. Este tipo de agricultura industrial produce hasta diez veces más residuos que el resto de agriculturas presentes en la comarca litoral granadina.
En sus referencias territoriales para la planificación y la gestión de los bienes patrimoniales, el plan identifica los espacios naturales de mayor significación territorial de Andalucía, recogiendo aquellos ya definidos por la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA). Entre ellos se encuentran los parques periurbanos, definidos como «espacios naturales situados en las proximidades de un núcleo urbano, hayan sido o no creados por el hombre, que atienden a las necesidades recreativas de la población».
Se añade, en el Plan Ordenación Territorial de Andalucía (POTA), la identificación de la Vega de Motril como un valioso ámbito agrario desde el punto de vista paisajístico, especificando que las laderas subtropicales de Motril deberán ser introducidas como espacios a proteger en los planes de ordenación del territorio de la costa de Granada. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) 2003 de Motril es anterior a este plan por lo que las consideraciones aportadas por el POTA no han sido incorporadas a la planificación del municipio.
Se encuentra formulado y en periodo de tramitación tras recibir las alegaciones.
El Plan de Ordenación del Territorio del Litoral de Granada es una estrategia para coordinar las políticas urbanísticas y sectoriales en una zona caracterizada por sus desarrollos diferenciados entre interior y litoral y entre áreas oriental y occidental. Su ordenación se centra en el sistema de transportes, el de comunicaciones, los espacios verdes, las áreas de oportunidad y los equipamientos sociales y culturales.
Entre las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Motril se encuentra la del corredor litoral, el cual el POT limita a 200 metros hacia el interior para cualquier uso, incluido el de invernadero y hasta los 500 metros sólo recoge uso hotelero. Las propuestas continúan con la solicitud para extender todo el eje del Guadalfeo como gran eje del turismo interior.
Las directrices de ordenación estructural dividen el territorio en tres bandas paralelas al río Guadalfeo. Cada banda está caracterizada por la predominancia de un sector productivo: La franja turística paralela al río, la central que recoge el núcleo urbano y el puerto (ciudad-industria) y, por último, la más alejada del río, destinada a la agricultura.
Las directrices de evolución urbana declaran su intención de mantener o limitar su crecimiento a un anillo circular periférico, completando la trama urbana. Sin embargo, califica más de un millón de metros cuadrados en la zona perimetral para desarrollo de viviendas y 500.000 m2 de nueva clasificación industrial en la zona central de la Vega. Se disponen 1.700 hectáreas para agricultura bajo plástico. Además se consolidan las viviendas construidas ilegalmente y parte de la industria ilegal, lo que confirma que se trata de un modelo desarrollista de crecimiento. Los crecimientos previstos se concentran en la zona de mayor calidad y fragilidad ambiental, que es la Vega de Motril y se clasifican suelos urbanizables en el sur, la única área que parece que podría conectar el centro de la ciudad con la vega.
La Ley de Protección Ambiental de Andalucía es inadecuada. Excluye los invernaderos de su catalogación, limitando el informe ambiental a superficies superiores a 10 hectáreas en pendientes superiores al 10%, sin tener en consideración los efectos aditivos de las pequeñas parcelas. Considera esta actividad agrícola sin reconocer las características industriales de los procesos, instalaciones, infraestructuras viarias y electricidad. No es hasta 2004 cuando el Ayuntamiento de Motril emite una normativa municipal de invernaderos en la que da unas directrices de organización sobre las parcelas y exige la solicitud de licencia para nuevos asentamientos.
Este catálogo clasifica la Vega de Motril en zona de protección especial compatible: una zona en la que por su valor ecológico, productivo o paisajístico, interesa limitar la realización de actividades constructivas o transformadoras del medio, a excepción de aquellas estrictamente necesarias para el aprovechamiento de los recursos primarios que resulten compatibles con el mantenimiento de sus características y valores protegidos.
La Vega de Motril es declarada en 2004 paisaje agrario singular, por formar a través de los siglos un patrimonio natural-cultural propio. A esta categoría pertenecen espacios con una notable singularidad productiva, condicionada por determinantes geográficos y/o por el mantenimiento de usos y estructuras agrarias tradicionales de interés social y ambiental.
En el año 2000 Motril firmó la Carta de Aalborg y puso en marcha un proceso de Agenda 21 Local.
Primer Plan de Acción de la Agenda 21 Local de Motril, 2006. Da importancia al paisaje agrario como una forma de desarrollo sostenible:
Segundo Plan de Acción de la Agenda 21 Local de Motril, 2009. Apuesta por la marca turística «Costa tropical»:
Expectativas relativas al futuro del turismo: Puesto que existen varias iniciativas que sobre este territorio promueven el mismo inquietante fin, parece bastante plausible que el proceso urbanizador del turismo sea impulsado económicamente desde diferentes ámbitos institucionales y avance consumiendo suelo agrícola productivo o expectante. La apuesta desde la Diputación provincial por la marca turística «Costa Tropical de Granada» incitó la elaboración de un Plan de Marketing Turístico basado en encuestas elaboradas a los habitantes del municipio (empresarios turísticos y turistas habituales de la zona) y se centra en lo que denomina desarrollo turístico ‘sostenible’.
La consecución es la «Iniciativa de Turismo Sostenible», subvención millonaria de
la Junta de Andalucía que promueve una política de desarrollo ‘sostenible’
turístico centrada en el turismo del golf, que pretende aumentar los ingresos en un
54% en cuatro años.
La consecución del Plan Urban, que supone la inversión europea de 14 millones
de euros para la ciudad, apunta a un futuro desarrollo turístico absolutamente
insostenible.
Expectativas relativas al futuro de la agricultura: Se
prevé que el proceso de expansión de superficie regada en la comarca
litoral granadina continúe. Los límites planificados podrían ser
sobrepasados debido a las expectativas que genera el incremento de
recursos disponibles y a que las administraciones (central, regional y
local) no están implementando respuestas. Estas podrían ser la mejora de regadíos, las
políticas de precios, la reutilización del agua, el control y la persecución de las
ocupaciones ilegales, e incluso la planificación espacial sostenible.
Expectativas relativas al futuro de la ciudad: Debido a la
ingente cantidad de superficie calificada como urbanizable por el
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2003, se espera su colmatación en un futuro no muy lejano. La creación
definitiva del parque periurbano aseguraría el cierre de un anillo verde que contendría el
futuro crecimiento de la ciudad.
Atendiendo a la evaluación realizada sobre la situación del litoral granadino, se extraen las siguientes conclusiones relacionadas con los distintos conceptos:
Pasado presente y futuro del puerto de Motril, en XXVII Semana de estudios del mar. Ceuta, Asociación de Estudios del Mar: pp. 142-159.
Juan Rodríguez Pintorde Motril
Impacto de la agricultura intensiva en el Sudeste español: Transformación urbana del medio ambiente, Asociación Buxus.
La valoración ambiental-territorial de las agriculturas de regadío en el litoral mediterráneo: el caso de Granada, Urbanismo Granada.
The territorial model evolution of the Coast of Granada., en I Congreso Internacional El espacio del Litoral. Barcelona.
Factores estructurales y políticas que limitan o favorecen la producción agroalimentaria con identidad territorial, Alter. III Congreso internacional de la red SIAL alimentación y territorios. Universidad Internacional de Andalucía. Baeza.
Asociación de Ecologistas de Motril
Instituto de Estadística de la Junta de Andalucía
Laboratorio de Urbanismo y Ordenación de Territorio de la UGR
Periódico regional Info Costa Tropical
Periódico La Opinión de Granada
Presentación del Plan Agrario de Motril por la UGR
Diagnóstico Ambientaldel Plan de Acción de la Agenda 21 Local de Motril.
Diagnóstico Ambiental. El Pleno del Ayuntamiento no lo aprueba.
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