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Conservación de la biodiversidad y de los usos agrícolas frente a la presión de las infraestructuras metropolitanas en el entorno de El Prat de Llobregat
Un proceso de negociación entre las administraciones local y regional, y de coordinación de la planificación territorial impulsado por la presión ciudadana


Carlos Verdaguer Viana-Cárdenas

El caso de El Prat de Llobregat puede considerarse ejemplar en relación con la conservación de los usos naturales y agrícolas, debido sobre todo a la magnitud de las presiones a las que se ha visto sometido. En efecto, no son muchos los términos municipales que se hayan visto afectados simultáneamente por los planes de expansión de un puerto y un aeropuerto de proyección internacional como son los de Barcelona, así como por la inserción de una línea de alta velocidad ferroviaria, entre otras infraestructuras y equipamientos territoriales. Más excepcional es, sin embargo, el hecho de que, ante semejantes presiones, El Prat haya sido capaz de preservar su identidad urbana de la fagocitación y, por añadidura, incrementar la calidad de su entorno natural y mantener y recuperar los usos agrícolas, todo ello mediante un proceso de negociación interadministrativo que ha permitido coordinar los diversos vectores de planificación territorial en juego.

En relación con los usos agrarios dentro de este proceso, especialmente relevante ha sido la figura del Parque Agrario del Bajo Llobregat, en torno al cual giran todas las políticas territoriales de protección del suelo agrícola de la comarca afectada.

Así pues, los elementos fundamentales del caso son los siguientes:





Índice General

 

1 Introducción

Pegado a la margen izquierda del río Llobregat, a unos cuatro kilómetros de la línea de costa, el núcleo de El Prat de Llobregat, con un término municipal de 32,2 kilómetros cuadrados y una población de 63.697 habitantes a 1 de enero de 2009, ocupa un lugar estratégico dentro del territorio barcelonés. Es esta posición la que explica tanto las principales oportunidades como los principales problemas y amenazas que caracterizan su historia.


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Figura 1: Foto aérea de El Prat de Llobregat y su entorno

Fuente: Institut Cartogràfic de Catalunya.


Habiendo sido en su origen una población eminentemente agrícola, dedicada sobre todo al cultivo intensivo de hortalizas, su proximidad a un centro industrial de la importancia de Barcelona la convirtió a partir de mediados del siglo XX en el territorio natural de expansión del suelo industrial de la Zona Franca que se había desarrollado en el otro margen del río en relación con el puerto. Por otra parte, la topografía plana de su entorno convertía éste en el lugar idóneo para la creación del nuevo aeropuerto en 1941, así como en el terreno de paso de la creciente red viaria y ferroviaria. Son estas circunstancias las que explican en parte la estructura compacta de un núcleo urbano constreñido por el desarrollo industrial e infraestructural, pero también el hecho de que el suelo agrícola no afectado por estos desarrollos permaneciera a salvo de las pautas de dispersión residencial características de las poblaciones situadas más al interior en la comarca del Bajo Llobregat. Puede decirse que la compacidad en principio forzada de El Prat ha acabado convirtiéndose en una de sus mejores oportunidades para la preservación de los últimos reductos de suelo agrícola dentro del término municipal.

En cuanto a la población de El Prat, que permanece relativamente estable desde 1980, sus pautas de ocupación económica han ido siguiendo los cambios en el modelo y, así, de una población eminentemente agrícola a finales del XIX se pasó a una ocupada principalmente en la industria y en la construcción a lo largo del siglo XX, iniciándose hace un cuarto de siglo la transformación hacia el sector servicios.

2 Naturaleza y biodiversidad

El Delta del río Llobregat constituye una amplia llanura aluvial de 98 kilómetros cuadrados de superficie que se extiende desde el Montjuic, en la margen izquierda del río, hasta la comarca del Garraf por la margen derecha, y por el norte hasta el desfiladero de Sant Andreu de la Barca. Cuenta con una gran diversidad de hábitats, desde el sector sumergido de la plataforma continental, la playa y el pinar costero hasta las áreas de cultivos del interior.


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Figura 2: El entorno natural del aeropuerto de El Prat

Fuente: Institut Cartogràfic de Catalunya.


Cuenta también con una serie de humedales de agua salobre, los más importantes de los cuales son los de La Ricarda y el Remolar. Sin embargo, tal como indica Sanz Moliner (2002): «Las zonas húmedas representan hoy día menos del 3% de la superficie del Delta. Esta realidad obedece a la larga transformación humana que ha experimentado este territorio. En un principio existía una amplia franja litoral de marismas, formada por terrenos arcillosos y arenosos situados detrás de la línea de dunas costeras, que constituían una zona deprimida, inundable por la acción de los temporales marinos o de las precipitaciones. Este frente continuo se fue fragmentando hasta llegar a la situación actual, en que las marismas son piezas aisladas, sometidas a discontinuidades muy importantes. Dentro de este cinturón de marismas hay diversas lagunas litorales, originadas, tal como hemos visto, como albuferas a partir de barras de arena o bien como antiguas desembocaduras abandonadas por el río Llobregat. Posteriormente, diversas balsas de origen artificial completaron el panorama.»

En cualquier caso, el Delta del Llobregat sigue poseyendo unos ecosistemas especialmente ricos, con una rica fauna vertebrada e invertebrada, además de una abundante vegetación autóctona con más de veinte variedades de orquídeas. Su carácter estratégico dentro de la ruta migratoria del mediterráneo occidental y en el conjunto de humedales del litoral catalán le otorga una gran riqueza ornitológica, acogiendo 356 especies de pájaros. Destaca entre estas especies el chorlitejo patinegro (Charandrius alexandrinus); un 40% de cuya población nidifica en la playa de la desembocadura del río.

Esta rica biodiversidad se ha visto reflejada en los últimos tiempos, afortunadamente y gracias en parte a la presión ciudadana, en un conjunto de figuras legales de protección. Entre los veinte hábitats naturales de interés comunitario con que cuenta, tres son de interés prioritario para su conservación. Las lagunas de La Ricarda-Ca l'Arana, el Remolar-Filipinas y la Murtra forman parte actualmente del Pla d'Espais d'Interès Natural (PEIN) [Plan de Espacios de Interés Natural] de Cataluña y estas mismas áreas, más el litoral de El Prat y los Reguerons, con un total de 573 hectáreas, están comprendidas dentro de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

3 Agricultura

Hasta el siglo XV, la agricultura en el Delta del Llobregat estuvo en correspondencia con las duras condiciones sanitarias y de seguridad de un territorio básicamente inhóspito como es el de marisma. Se trataba de una agricultura de subsistencia, complementada por la caza y la pesca. El lento desarrollo agrícola a lo largo del tiempo se tradujo en unos rendimientos muy bajos, basados en cultivos extensivos y numerosa mano de obra, con jornales míseros y aperos inadecuados. El eje del sistema tradicional era la masía familiar, en la que los productos hortícolas se complementaban con la cría de ganado y de aves de corral, dentro de una economía de autoabastecimiento en la que los excedentes y la comercialización eran prácticamente inexistentes.

No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando esta lenta transformación permitió la introducción, primero, de los cultivos de secano, principalmente cereales, y en segundo lugar legumbres. A finales de dicho siglo comenzó a sacarse partido de la proximidad del río y, debido también al descubrimiento de las aguas artesianas, se introdujo finalmente la agricultura de regadío. En este proceso tuvo importancia también la aparición de nuevos propietarios debido a los procesos de desamortización que acabaron con muchas de las estructuras rurales del Antiguo Régimen.

Los canales de riego que comenzaron a construirse entonces, especialmente el Canal Derecho del Río Llobregat, fueron convirtiendo en dominantes los cultivos, y los rendimientos agrícolas fueron aumentando paulatinamente, hasta que la zona del Delta en su conjunto llegó a convertirse en la despensa agrícola de Barcelona, llegando incluso a producir lo suficiente para permitir también, gracias a la mejora de las comunicaciones, la exportación a algunos mercados europeos como el francés y el alemán.

Dentro de este proceso de consolidación definitiva del regadío y de progresivo incremento de los rendimientos agrícolas, El Prat ocupaba un lugar preponderante que hizo que la localidad llegase a ser conocida como la capital metropolitana de la agricultura intensiva de hortalizas hasta bien entrado el siglo XX.

Sin embargo, a partir de la Guerra Civil la situación comenzó a cambiar, debido en gran parte a la decidida transformación del modelo económico hacia la actividad industrial. La situación estratégica de El Prat de Llobregat comenzó a situar en primer plano su condición de barrio industrial de la gran metrópolis, lo cual se tradujo en una pérdida paulatina e imparable de suelo agrícola. La construcción del aeropuerto de El Prat en 1941, aprovechando la llana topografía deltaica, constituyó el inicio de un proceso acelerado de expropiación de suelo agrícola para permitir las subsiguientes ampliaciones de una infraestructura de transporte que fue cobrando cada vez más importancia. En el año 1986, ya sólo un 2,7% de la población activa estaba incluida en el sector primario.

4 Marco de planificación territorial

Fue precisamente a finales de los años ochenta del siglo XX cuando las grandes operaciones infraestructurales que se venían barajando como desarrollo lógico del modelo territorial en marcha, que se planteaba como objetivo la conversión del entorno barcelonés en la Plataforma Logística Sur de Europa, comenzaron a consolidarse en forma de planes, siendo las más importantes de estas operaciones las relacionadas con la ampliación del puerto y del aeropuerto de Barcelona, pero también la construcción de una gran depuradora y el desarrollo de una zona de actividades logísticas destinada a extender la Zona Franca portuaria. El desvío hacia el sur de la desembocadura del río Llobregat con el fin de facilitar la operación de creación del puerto constituía la condición inapelable de todas estas operaciones y la de mayor impacto. Por otra parte, todos estos planes en marcha adolecían de fuertes contradicciones entre ellos mismos y en relación con la integridad territorial.

Ante la falta de reconocimiento de los valores de la biodiversidad y del suelo agrícola del Delta del Llobregat que traslucían estas grandes operaciones, un conjunto de colectivos de la comarca y sobre todo de El Prat de Llobregat iniciaron movilizaciones en contra con el fin de preservar del impacto las áreas naturales y agrícolas de mayor valor.

Por otra parte y simultáneamente, de acuerdo con el inicio de la consolidación y la institucionalización del paradigma de la sostenibilidad en aquel mismo periodo, los sectores más sensibles a los valores ambientales de las administraciones implicadas, apoyados por la presión ciudadana, comenzaron a articular una serie de iniciativas de protección que, en el caso de El Prat, se inició con la creación el año 1987 del Museo de El Prat, un pequeño lugar de exposición que contiene muestras de flora, fauna y geología del Bajo Llobregat y que actúa como catalizador de servicios y difusor del patrimonio natural; se siguió en 1988 con el inicio de la gestión de las playas y las zonas húmedas y alcanzó un punto culminante con la aprobación en 1992 por parte de la Generalitat de Catalunya del PEIN, que incluía el Delta del Llobregat en su relación, asumiendo tres espacios concretos de protección: las reservas naturales de la Ricarda-Ca l'Arana y del Remolar-Filipines y el estanque de la Murtra, con un total de 527 hectáreas.


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Parque Agrario y espacios naturales. Núcleos urbanos y áreas de ensanche.
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Industria e infraestructuras. Puerto (zona de actividades logísticas) y aeropuerto.

Figura 3: Zonas homogéneas dentro del término municipal de El Prat de Llobregat

Fuente: web del Ajuntament de El Prat de Llobregat.


4.1 El Plan Delta

Todos estos procesos, en los que la reacción ciudadana tuvo un papel relevante, pusieron de manifiesto la necesidad de articular todas las operaciones infraestructurales en marcha tratando al mismo tiempo de preservar los valores naturales y la biodiversidad del entorno de desarrollo de las mismas. El resultado fue el denominado Plan de Infraestructuras y Medio Ambiente del Delta del Llobregat, para cuya aprobación se redactó un convenio firmado en 1994 por todos los agentes implicados en el mismo, entre los cuales se contaba el Ayuntamiento de El Prat del Lobregat.

El Plan Delta, que pasó también a formar parte del programa municipal permanente incluido en la Agenda 21 Local de El Prat, una vez firmada en 1996 la Carta de Aalborg, funcionó como una suerte de ‘paraguas’ bajo el cual se desarrollaron, por una parte, todos los proyectos infraestructurales en marcha: el desvío del río, la ampliación del puerto y el aeropuerto, la creación de una macro-depuradora metropolitana, las modificaciones de las redes viarias, ferroviarias y el metro y, por otra, los planes destinados a la preservación de los valores naturales, principalmente a la creación del llamado Parque Litoral.

4.2 El Parque Litoral

El Parque Litoral fue una de las acciones incluidas dentro del Plan Director del Aeropuerto como compensación del impacto sobre el sistema deltaico creado por la construcción de la tercera pista. Consiste en una franja costera de 90 hectáreas y unos 3 kilómetros de longitud por 450 metros de anchura concebida como espacio de conexión entre las reservas naturales de La Ricarda y el Remolar, con el fin de garantizar la conservación de la flora y la fauna y la continuidad de los espacios de interés natural a lo largo del frente litoral, desde la desembocadura del río hasta el término municipal de Gavá. Dentro de sus funciones se incluye también el uso lúdico de las playas recuperadas para el baño gracias a la depuradora.


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Figura 4: Foto aérea del Parque Litoral

Fuente: Institut Cartogràfic de Catalunya.



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Figura 5: Los hábitats del Parque Litoral

Fuente: Associació de Veïns de Gavà Mar, disponible en http://www.gavamar.com/DOCS/noticies/Corredor-biologic.gif.


4.3 El Parque Agrario del Bajo Llobregat

Es de señalar que la preservación de los usos agrarios no estaba comprendida dentro del Plan Delta, cuyo principal objetivo desde el punto de vista ambiental era la protección de la biodiversidad de la zona deltaica y la recuperación de la playa. Fue otra operación, la creación del Parque Agrario del Bajo Llobregat, la que cumplió este cometido específico, completando en este sentido, con la protección de los usos agrarios, las determinaciones del Plan Delta en cuanto a protección de la biodiversidad.

La operación de creación del Parque Agrario, que se inició en 1996 a través de un Programa LIFE-Medio Ambiente de la Unión Europea (UE), fue liderada por dos entes supramuncipales, el Consejo Comarcal del Bajo Llobregat y la Diputación de Barcelona, interesados en la preservación y gestión de los espacios naturales y agrarios, y por la Unión de Payeses, con el objetivo explícito de «consolidar la presencia de agricultores y agricultoras en el territorio y hacer posible mantener unos espacios agrarios periurbanos vivos»(Terricabras, 2005). Con posterioridad se sumaron los catorce municipios que conforman el territorio del Parque Agrario, entre ellos El Prat de Llobregat. En 1998 se impulsó la creación del Consorcio del Parque Agrario como ente gestor, al que en 2008 vino a sumarse la propia Generalitat de Cataluña.

La zona del Parque Agrario del Bajo Llobregat correspondiente a El Prat se distribuye en dos áreas discontinuas que cubren una superficie de 294 hectáreas, un 10 % de la superficie total de 2.938 hectáreas del Parque Agrario: la primera se extiende a lo largo del límite noroeste del término municipal de El Prat, en continuidad con la extensa franja en ele que constituye la superficie principal del parque; la segunda constituye una ‘isla agraria’ en discontinuidad con dicha franja y se concentra en el margen derecho del río Llobregat, entre el núcleo urbano, el extremo oriental de la zona de pistas del aeropuerto y la reserva natural de La Ricarda, funcionando así como área de transición entre todos estos elementos.

Esta segunda zona discontinua revela claramente el mecanismo estratégico utilizado para garantizar el futuro de la actividad agraria afectada por las operaciones infraestructurales del Plan Delta, consistente en adscribir una zona acotada a nivel local a las directrices de protección de una figura de planeamiento de índole superior como es el propio Parque Agrario, contribuyendo así a consolidar una actividades agrícolas sometidas a una enorme presión del entorno.


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Figura 6: El Parque Agrario del Bajo Llobregat en la Red de Parques Naturales de Barcelona

Fuente: Diputació de Barcelona.



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Figura 7: El Parque Agrario del Bajo Llobregat en el término municipal de El Prat de Llobregat

Fuente: Diputació de Barcelona-Xarxa de Parcs Naturals, disponible en http://www.diba.cat/parcsn/parcs/plana.asp?parc=9&m=299.


5 Sostenibilidad

Resulta difícil hablar de sostenibilidad en términos generales en relación con un proceso que podría definirse como de resistencia frente al acoso infraestructural, como es el caso de El Prat de Llobregat. Sin embargo, es precisamente este carácter resistente el que le otorga su mayor valor y del cual se pueden extraer enseñanzas relevantes y replicables en lo que se refiere a los mecanismos de actuación, pues demuestra que, si convergen una serie de factores como los aquí presentados y, en especial una buena combinación de presión ciudadana, voluntad política a diferentes escalas de la administración y capacidad estratégica por parte de muchos de los agentes implicados, se pueden preservar porciones del territorio de procesos que suelen ser considerados como inevitables e imparables.

Al margen de este carácter ejemplar, este caso presenta también factores de sostenibilidad que pueden considerarse intrínsecos, a saber:

6 Referencias bibliográficas

—consultadas

Lavola Sostenibilitat  (2005)   El Parc Litoral de El Prat de Llobregat, un espai renovat.   Nota informativa en la web de la empresa www.lavola.com 

Ministerio de Fomento  (1999)   Contexto territorial y Plan del Delta,   en Plan Director del Aeropuerto de Barcelona. Capítulo 6, pp. 47-54. Disponible en http://www.fomento.es/NR/rdonlyres/C657405E-1ECA-440A-9521-8F0840AAC175/54118/Contexto_territorial_planificacion_Delta.pdf

Montasell, Josep  (2008)   El parque agrario del Baix Llobregat: una excusa para reflexionar sobre la necesidad de preservar, desarrollar y gestionar los espacios agrarios.   Presentación para Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) 9, Cumbre del Desarrollo Sostenible, celebrado en Madrid del 1 al 5 de diciembre de 2008. Disponible en PDF

Sabater, Carlos  (2005)   «Agricultura periurbana, una eina de qualitat en la gestió del territori»,   DB, revista de la Diputación de Barcelona, número 135, julio-agosto, disponible en www.agroterritori.org

Terricabras Maranges, Ramón  (2005)   El parque agrario del Baix Llobregat (Barcelona), una agricultura de futuro en un territorio periurbano de calidad.   Disponible en la web de la Fundación Agroterritori

UN-HABITAT  (2002)   Conservación de la biodiversidad y desarrollo de las infraestructuras en el Prat de Llobregat.   Disponible en http://habitat.aq.upm.es/bpes/onu02/bp220.html

webs

Ajuntament de El Prat de Llobregat

Xarxa de Parcs Naturals de la Diputación de Barcelona

7 Cronología



Edición del 21-7-2010
Revisión: Mariano Vázquez
Composición: Raquel Antízar Mogollón
Documentos > El espacio agrícola entre el campo y la ciudad > http://habitat.aq.upm.es/eacc/aelprat.html   
 
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Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la EdificaciónDepartamento de Urbanística y Ordenación del Territorio