Documentos > El espacio agrícola entre el campo y la ciudad > http://habitat.aq.upm.es/eacc/abolonia.html |
Bolonia es una ciudad del norte de Italia, capital de la provincia del mismo nombre, y también capital de la región de Emilia—Romagna. La provincia cuenta con dos áreas geográficas diferenciadas, la llanura al norte, en el límite con el valle del Po, y el área montañosa al sur en el límite con los Apeninos Toscano—Emilianos. La ciudad ha sido punto de cruce tradicional de las rutas Norte-Sur y Este-Oeste que atraviesan Italia, y actualmente sigue siendo uno de los principales nudos de autovías y ferrocarril.
La ciudad de Bolonia ha crecido de manera dispersa desde los años setenta, extendiéndose a lo largo de los principales ejes de comunicación y estableciendo emplazamientos residenciales, productivos y terciarios de manera desordenada en el territorio. En los años ochenta la estructura metropolitana respondía a un modelo monocéntrico, que se ha ido transformando en las últimas décadas en un sistema policéntrico, con el aumento de importancia de los municipios del cinturón metropolitano, que adquieren nuevas funciones y absorben la pérdida de población de la capital.
La extensión de la urbanización ha causado la desaparición de terreno productivo en la provincia, situado principalmente en la zona de llanura; los suelos agrícolas más próximos a la ciudad se han revalorizado y la presión urbanizadora sobre ellos es muy fuerte. Además, la construcción de infraestructuras y nuevos desarrollos residenciales ha provocado la fragmentación del territorio, con la consecuente pérdida de comunicación entre los ecosistemas y el descenso de la biodiversidad.
Se ha producido una mecanización generalizada de las técnicas de cultivo, llegando a un punto en que la mayoría de los cultivos son de especies forrajeras y alfalfa, sustituyendo a los cultivos tradicionales rotacionales de trigo, cebada, maíz, cardo o girasol. La extensión de este tipo de agricultura industrial ha provocado una creciente presión sobre el acuífero subterráneo y una simplificación de las explotaciones y del paisaje, con la pérdida de estructuras agrarias y territoriales históricas, como modos de plantación, estructuras de senderos y vías de agua, construcciones tradicionales...En las zonas de montaña y colina la tendencia al abandono de actividades agrícolas está provocando la pérdida de estabilidad de las laderas, además del deterioro del paisaje tradicional debido a la disminución de usos productivos en los bosques, y al abandono del patrimonio rural edificado.
Otro problema importante en la región es la pérdida de calidad y cantidad de las reservas de aguas subterráneas, que se debe al exceso de demanda de las actividades productivas y residenciales y a la falta de renovación, dificultada por la pérdida de terrenos permeables. También se ha detectado una concentración de nitritos en estas aguas, causada por las filtraciones de los productos químicos utilizados en las prácticas agrícolas.
En los últimos años se han redactado y aprobado instrumentos de planificación para ordenar y revitalizar el área: en 2004 se aprueba un plan territorial de escala provincial y en 2008 el plan municipal de Bolonia. Ambos documentos definen medidas de protección y fomento de la actividad agrícola, analizando las características de los distintos tipos de terreno productivo y asignando medidas concretas para su desarrollo.
El planeamiento divide los terrenos agrícolas en productivos, paisajísticos y periurbanos. Para los primeros los objetivos son la protección de la actividad productiva; en el caso de las áreas de valor paisajístico se propone la conservación y reconstitución de paisajes rurales, el control estricto de las condiciones de la nueva edificación y el fomento de la rehabilitación de edificaciones de tipología vernácula, buscando el desarrollo de una actividad agroturística, apoyada en el paisaje cultural, la rehabilitación de elementos patrimoniales abandonados (como alojamientos rurales y centros de interpretación), y la artesanía y gastronomía locales. En cuanto a los suelos agrícolas periurbanos se incide en la incorporación de servicios didácticos, ambientales y recreativos, mejorando la accesibilidad de la población urbana al entorno rural circundante.
Un elemento de gran interés en la definición de la estructura territorial es la creación de una Red Ecológica formada por corredores y nodos. En ella se incluyen áreas naturales, agrícolas y suelos con potencial de recuperación. Sus elementos principales los señala el planeamiento provincial; los planes municipales se encargan de su diseño detallado en la escala local. Mediante esta Red Ecológica se busca asegurar la biodiversidad, facilitando la conexión de los ecosistemas, proteger el terreno permeable, mejorar la accesibilidad a los terrenos libres y actuar como filtro entre la ciudad y el campo. Los terrenos agrícolas se consideran nodos ecológicos dentro de esta red y se plantea la recuperación de las estructuras agrarias rurales (canales de riego, senderos, villas rurales productivas...) como corredores de conexión.
Para poner en funcionamiento la Red Ecológica, el municipio ha definido distintos proyectos de recuperación de patrimonio y terrenos abandonados o en desuso (canteras, astilleros, fincas y áreas industriales abandonadas, riberas, etc); uno de ellos es el Parque Città Campagna, que se presenta como el primer paso para conformar un parque agrícola provincial que ocupe y revitalice todo el terreno de la cuña agraria situada en varios municipios del oeste del ámbito metropolitano.
Los puntos de interés de esta experiencia son:
Con la aprobación en el año 2000 de la ley del suelo de la región Emilia—Romagna (L.R. 20/2000 Disciplina generale sulla tutela e l'uso del territorio) se modifican las competencias de planeamiento de los distintos niveles de la administración: regional, provincial y municipal. Esto supone la redacción de nuevos instrumentos de planeamiento en las distintas escalas territoriales.
Tres años más tarde se presenta a información pública el plan territorial provincial, Piano Territoriale di Coordinamento Provinciale (PTCP), que es aprobado en marzo de 2004. Este plan define una Red Ecológica de la que forman parte los terrenos agrícolas, y que es asumida y ampliada (mediante nodos y corredores locales) por el planeamiento municipal.
En la escala municipal la ley define distintos instrumentos de ordenación, un plan estructurante, el Piano Strutturale Comunale (PSC), aprobado en julio de 2008, tras un proceso de consulta pública, que marca las líneas de actuación para ordenar el territorio. Es desarrollado por un plan operativo, el Piano Operativo Comunale (POC), que define y regula las medidas de protección, de estructuración y transformación del territorio que se ejecutarán en un plazo de cinco años, elaborando y ejecutando proyectos concretos de regeneración urbana.
Bolonia es una ciudad del norte de Italia, capital de la provincia del mismo nombre, y también capital de la región de Emilia—Romagna. La provincia cuenta con dos áreas geográficas diferenciadas, la llanura al norte, en el límite con el valle del Po, y el área montañosa al sur en el límite con los Apeninos Toscano—Emilianos. La ciudad ha sido punto de cruce tradicional de las rutas norte—sur y este—oeste que atraviesan Italia, y actualmente sigue siendo uno de los principales nudos de autovías y ferrocarril.
La provincia de Bolonia está formada por 60 municipios, y la densidad de población media es de 2,5 hab/ha, con un total de 920.000 habitantes en un área de 370.000 ha. Según el primer informe nacional sobre consumo de suelo, realizado con datos de 2003, el terreno urbanizado ocupa un 10% de la superficie provincial, el terreno agrícola el 60% y el terreno natural el 30%. (ONCS, 2009)
Sólo cinco de los municipios de la provincia tienen más de 20.000 habitantes. La mayor parte de terreno urbanizado y de población se concentran alrededor de la ciudad de Bolonia, que tiene una densidad de 27 hab/ha. Casi la mitad del territorio municipal estaba urbanizado en el año 2006, los datos desglosados sobre superficies no urbanizadas que se presentan en el Cuadro 1 corresponden al año 2002 e indican que el terreno agrícola ocupa el 30% de la superficie municipal y el terreno natural el 20%.
La ciudad de Bolonia ha crecido de manera dispersa desde los años setenta, extendiéndose a lo largo de los principales ejes de comunicación, estableciendo emplazamientos residenciales, productivos y terciarios de manera desordenada en el territorio. En los años ochenta la estructura metropolitana respondía a un modelo monocéntrico, que se ha ido transformando en las últimas décadas en un modelo policéntrico, con el aumento de importancia de los municipios del cinturón metropolitano, que adquieren nuevas funciones y absorben la pérdida de población de la capital.
Uno de los principales problemas de la provincia, al que han contribuido tanto el modelo de urbanización como el modelo de producción agrícola, es el agotamiento del acuífero subterráneo. Se debe al exceso de demanda de actividades productivas y residenciales (la mayor parte del consumo hídrico de la actividad agrícola se concentra en los tres meses de verano), y a la falta de renovación causada por la pérdida de terrenos permeables por la extensión de la urbanización. Además, se ha producido una pérdida de calidad de las aguas subterráneas por concentración de nitritos, que es causada por las filtraciones de los productos químicos utilizados en las prácticas agrícolas.
| Bolonia |
| |
Superficie (ha) | 14.087 |
Población (2009) | 377.346 |
Densidad de población (hab/ha) | 26,7 |
| Superficie (ha) | Porcentaje municipal (%) |
| ||
Terreno urbanizado | 6.543 | 46 |
Verde urbano | 2.593,8 | 18 |
Espacios no urbanizados | 7.581,8 | 54 |
Terreno agrícola | 4.479,6 | 32 |
Áreas naturales | 2.996 | 21 |
Cursos de agua | 106,2 | 1 |
En la provincia de Bolonia se está produciendo una pérdida paulatina de terreno agrícola, que suponía el 76% del territorio en 1990 y descendió al 69% en 2000. Los datos de empleo por sectores de actividad muestran un significativo descenso de la tasa ocupación en este sector desde un 5,2% en 1995 a un 2,9% en 2003 (Comune di Bologna, 2008).
| Superficie (ha) | Porcentaje provincial (%) |
| ||
Superficie provincia | 370.000 | 100 |
Terreno agrícola | 116.648 | 32 |
Cereales | 77.474 | 21 |
Cultivo industrial | 11.900 | 3 |
Cultivo de hortalizas | 7.107 | 2 |
Leguminosas | 977 | 0,3 |
Frutales | 19.190 | 5 |
| ||
Superficie agricultura ecológica | 11.000 | 3 |
Número de explotaciones ecológicas | 381 |
Un tercio de la superficie de la provincia está ocupada por terrenos agrícolas, la mayor parte son cultivos de cereales, que se sitúan principalmente en la llanura.
El terreno agrícola se ve afectado por distintos problemas, uno de los más importantes es la generalización de los sistemas intensivos de cultivo, que tienen múltiples efectos perjudiciales, como el aumento de la vulnerabilidad del acuífero, la simplificación de los cultivos, la pérdida de estructuras agrarias y territoriales históricas, y la disminución de la calidad del territorio rural productivo.
La extensión de la urbanización ha provocado la fragmentación del territorio, con la consecuente pérdida de comunicación de ecosistemas y el descenso de la biodiversidad, especialmente en la zona de llanura. En las zonas de montaña y colina la tendencia al abandono de actividades agrícolas provoca la pérdida de estabilidad de las laderas, además del deterioro del paisaje tradicional debido a la disminución de usos productivos en los bosques, y al abandono de patrimonio rural edificado.
La producción ecológica supone el 9% del total. Existen algunas iniciativas de venta directa de productos ecológicos de la provincia, mediante cooperativas de consumidores o venta de cestas semanales. En septiembre de 2009 se realizó por primera vez en la ciudad de Bolonia el mercado semanal de venta directa de producción agrícola, Agrimercato, la iniciativa es coordinada por la Federación Provincial de Coldiretti, red de cooperativas agrícolas de escala nacional. En el mercado participan 18 productores de la provincia, que ofrecen frutas y verduras, leche, queso, miel, vino y mermeladas.
En el ámbito periurbano de la ciudad de Bolonia, la pérdida de suelo agrícola se produce debido a las presiones urbanizadoras y a la revalorización del suelo.
En 2002 el gobierno local realizó un análisis de la cobertura vegetal del municipio, en el que se estudiaron las características de los distintos tipos de áreas no urbanizadas y se elaboró un diagnóstico sobre el paisaje agrario municipal. Según dicho estudio, de las 14.000 hectáreas del municipio casi tres cuartas partes están ocupadas por zonas verdes (naturales, ornamentales y agrícolas). La matriz agrícola supone el 32% de la superficie municipal y el 44% de toda la cobertura vegetal. La mayor parte (80%) está constituida por cultivos herbáceos, tierras de cultivo y pastizales, que ocupan más de 3.500 ha, y se sitúan principalmente en las zonas de llanura. Tradicionalmente se ha practicado un cultivo rotacional de cereales de invierno como trigo y cebada, con maíz, cardo y girasol en primavera; sin embargo, en la actualidad predominan las especies forrajeras y la alfalfa, que ocupan grandes áreas. La extensión de estos cultivos se ha debido a la mecanización de los sistemas, que lleva aparejada una serie de problemas, como la simplificación del paisaje, el impacto en la red hídrica y la desaparición de huertos y viñedos. Esta tendencia se hace evidente en la cuña agraria noroccidental.
Los cultivos agrícolas arbóreos (huertos, frutales, viñedos, viveros y cultivos leñosos) ocupan unas 550 ha. Se cultivan especies como cereza, melocotón, albaricoque o ciruela, y de forma menos común manzana y pera. Además de los huertos en terreno periurbano existen huertos municipales, situados en distintos barrios de la ciudad y otros que han surgido de forma espontánea en terrenos de propiedad pública, por ejemplo en las riberas fluviales: se trata de parcelas de huertos familiares flanqueados por árboles frutales y pequeños viñedos para uso recreativo. Los cultivos de madera industrial ocupan 82 ha, y son básicamente álamos (en zonas de ribera) y nogal, fresno y cerezo, en zonas de colina.
Superficie (ha) | Cobertura vegetal (%) | Porcentaje municipal (%) | |
| |||
Superficie municipal | 14.087,0 | — | 100% |
Cobertura vegetal | 10.175,6 | 100% | 72% |
Cursos de agua | 106,2 | 1% | 1% |
Matriz natural | 2.996,0 | 29% | 21% |
Matriz ornamental | 2.593,8 | 25% | 18% |
Matriz agrícola | 4.479,6 | 44% | 32% |
Matriz agrícola herbácea | 3.648,7 | 36% | 26% |
Tierra de cultivo y pastizales | 3.541,8 | 35% | 25% |
Jardines y huertos | 106,9 | 1% | 1% |
Matriz agrícola arbórea | 830,9 | 8% | 6% |
Villas rurales | 78,4 | 1% | 1% |
Frutales, viñedos y viveros | 594,8 | 5% | 4% |
Herbáceas boscosas | 202,7 | 2% |
El estudio de la cobertura vegetal también analiza las características del paisaje agrario, atendiendo a los tipos de cultivo en distintas localizaciones y al modo en el que los sistemas y estructuras tradicionales definen el paisaje rural. En la llanura uno de los principales elementos del paisaje cultural son las villas rurales (corti coloniche), cuentan con un alto valor paisajístico y cultural y su implantación en el territorio se caracteriza por las plantaciones lineales de árboles, de especies tradicionalmente asociadas con las prácticas agrícolas y los paisajes rurales, como álamos, sauces, nogales, moreras y robles. Los límites de las villas se marcan con matorrales de espino, endrino, saúco y otros arbustos, y dentro de las fincas se cultivan huertas para el consumo familiar.
La estructura de las plantaciones herbáceas en la llanura sigue el modelo de la piantata bolognese, que se caracteriza por la alternancia regular de los campos de cereales y cultivos forrajeros con filas de arces, olmos y árboles frutales. En el área de la colina los cultivos se ordenan en filas de frutales o viñedos apoyados en tutores, siguiendo las curvas de nivel, alternados con pastos.
En la región de la Emilia-Romagna la ley del suelo (L.R. 20/2000 Disciplina generale sulla tutela e l'uso del territorio) aprobada en 2000 define los instrumentos de planeamiento que se deben redactar en los distintos niveles de la administración. En la escala regional el Piano Territoriale Regionale (PTR) y en la provincial el Piano Territoriale di Coordinamento Provinciale (PTCP).
También establece los distintos tipos de documentos de planeamiento que deben redactar los municipios. En primer lugar el Piano Strutturale Comunale (PSC), un plan estructural, con un horizonte de 20 ó 30 años, que marca las principales líneas de actuación para estructurar el territorio. Su redacción se realiza en coordinación con las autoridades provincial y regional. A continuación el Piano Operativo Comunale (POC), un plan de actuación que define y regula las medidas de protección, de estructuración y transformación del territorio que se ejecutarán en un plazo de cinco años. El tercer instrumento de la planificación municipal es el Regolamento Urbanístico Edilizio (RUE), la regulación urbanística, que se revisa cada cinco años, y afecta a partes concretas de la ciudad.
Además se pueden producir asociaciones de municipios que trabajen juntos las líneas estratégicas territoriales (en la provincia existen nueve de ellas).
Este plan de escala provincial se presentó a información pública en febrero de 2003, y se aprobó definitivamente en marzo de 2004. El Piano Territoriale di Coordinamento Provinciale se centra en la redefinición de la estructura provincial, proponiendo un modelo policéntrico, con centros productivos y nodos funcionales de escala global (aeropuerto, feria de muestras, ...) apoyados en el desarrollo de nuevas infraestructuras (ferrocarril, autovía, ...).
El plan detecta 228 centros urbanos en la provincia, para los que se definen estrategias concretas, según su situación en relación con el transporte y los equipamientos y servicios. Se intenta reforzar la importancia territorial de los núcleos urbanos, incidiendo en la revitalizaicón interna, sobre todo en la ciudad de Bolonia, en la que la prioridad es frenar la expansión de la urbanización del territorio. En cuanto a las actividades productivas, el plan delimita 14 nuevos emplazamientos estratégicos en el norte, relacionados con la autopista, y otros 20 en los que es necesaria la rehabilitación.
El plan divide la provincia en 13 unidades de paisaje (seis de llanura, dos de colina, y cinco de montaña), y define para cada tipo políticas de regeneración atendiendo a los recursos agrícolas, ambientales y ecológicos, e histórico-culturales. La situación varía según las distintas zonas del territorio, en el área de montaña se registra una alta calidad ambiental, pero se dan problemas de despoblación y desaparición de actividades económicas tradicionales; por otra parte, en la llanura la calidad ambiental es menor, por lo que el objetivo es preservarla de la presión antrópica conservando la biodiversidad y revalorizando los elementos históricos, culturales y artísticos. Uno de los principales objetivos del plan, en relación con la protección del medio natural, es frenar el deterioro de los acuíferos de la llanura mediante la restricción del crecimiento urbano en el territorio más permeable (colinas y llanura) y la mejora de la ineficiente red de drenaje del espacio urbanizado.
En cuanto a los terrenos agrícolas, el plan los divide en tres tipos, los de valor paisajístico, los productivos y los periurbanos, definiendo políticas específicas para cada uno de ellos. En general la política agrícola tiene por objetivo evitar el decrecimiento de la actividad, el abandono de cultivos o la excesiva artificialización de los sistemas; para ello se fomenta el desarrollo de cultivos que salvaguarden los valores naturales y paisajísticos del territorio. Los objetivos concretos para cada clase de terreno agrícola son los siguientes:
Para frenar el agotamiento del acuífero se destaca el papel estratégico del sistema de drenaje de las explotaciones mediante el uso de sistemas de reutilización de agua, la expansión de cultivos menos exigentes de agua y el abandono de técnicas de riego despilfarradoras.
Aprobado en julio de 2008, el Piano Strutturale Comunale (PSC) tiene como lema «Bolonia, ciudad de ciudades», y se explica como el «Plan de las siete ciudades», representando éstas las estrategias y políticas concretas en distintos ámbitos, definidos por elementos estructurantes del municipio (infraestructuras, ríos y colina).
De este modo «la ciudad del ferrocarril» representa los espacios funcionales de atracción global (nueva estación central, aeropuerto, centro de exposiciones, centros de negocios,etc.) y se asocia a proyectos de regeneración urbana.
«La ciudad de la circunvalación» está relacionada con la autovía del norte de la ciudad, en ella la actuación se centrará en el tratamiento de áreas adyacentes a la autovía, la mejora de la accesibilidad y el desarrollo de áreas verdes (regeneración del paisaje, áreas de mitigación y conexión con zonas agrícolas).
En «las ciudades de la Via Emilia (oriental y occidental)» se incide en la regeneración de espacios públicos, la mejora de las conexiones con los barrios adyacentes y el desarrollo de un nuevo tranvía.
En «la ciudad de la colina» el principal objetivo es revertir la privatización del espacio que han provocado las urbanizaciones residenciales, mejorando la accesibilidad y desarrollando un mosaico de espacios naturales protegidos, zonas agrícolas y áreas verdes recreativas.
«La ciudad del río Reno» aparece ligada a la actuación en las riberas. Se busca la mejora de la accesibilidad peatonal sobre el río, la regeneración de los espacios cercanos mediante actividades recreativas, y la conexión con la cuña agrícola adyacente.
«La ciudad del Río Savena» se entiende como parque fluvial productivo y residencial, en el que se sitúan áreas residenciales, industriales, servicios y zonas agrícolas y naturales.
El plan ha incorporado un proceso participativo a través de distintos espacios de debate:
El Plan Municipal define instrumentos y actuaciones a realizar para conformar la Red Ecológica municipal, relacionada con la Red Ecológica de escala provincial definida por el PTCP. El PSC divide la red en principal, secundaria y urbana; todas ellas compuestas por nodos y corredores ecológicos.
Casi todo el territorio rural del municipio de Bolonia está calificado como agrícola periurbano, los objetivos definidos para este suelo son mantener el uso agrícola, mejorar la calidad ambiental, incorporar una función didáctica y promover actividades recreativas.
En los ámbitos calificados como agrícola de interés paisajístico, la actividad
agrícola se integra con el sistema ecológico, y forma parte de la Red Ecológica
secundaria. En ellos, el PSC tiene como objetivo el fomento de la actividad
agroecológica, mediante la promoción de la gestión activa del territorio, la
multifuncionalidad de las explotaciones agrarias, y los servicios ambientales y
recreativos. Otros instrumentos de planeamiento, como el
Piano Operativo
Comunale (POC), se encargan de determinar las medidas que afectan a la construcción de
inmuebles, priorizando la rehabilitación en estas áreas.
La Red Ecológica principal
En ella se encuentran los elementos que contribuyen a la formación de la red provincial, conectando el territorio municipal con los espacios protegidos de municipios cercanos y sirviendo de referencia para la estructuración de la Red Ecológica municipal. Está conformada por espacios de valor ecológico o paisajístico o con potencialidad para alcanzarlos tras una adecuada regeneración. Los objetivos concretos para estas áreas se definen mediante proyectos específicos.
Los nodos de la red principal se denominan complejos: son áreas naturales o seminaturales, de gran extensión. Se permite abrir una parte de estas áreas al uso público siempre que no resulte una amenaza para los hábitats protegidos ni se vea afectado su valor ecológico.
Los corredores ecológicos territoriales son elementos lineales naturales o seminaturales,
que conectan nodos complejos. En concreto se delimitan las riberas del Reno y del Savena,
y los terrenos no urbanizados de Paderno y Sabbiuno. Los corredores pueden incluir zonas
agrícolas, jardines, zonas deportivas, pequeños equipamientos y servicios públicos,
incluso asentamientos residenciales que deberán integrarse de manera respetuosa en el
territorio, desarrollando medidas concretas para atenuar su impacto.
La Red Ecológica secundaria
Está formada por elementos que servirán de estructura para el diseño de la red local: nodos simples, corredores locales y áreas rurales dispersas que garantizan la función de conexión. Forman parte de la red elementos existentes o proyectados, debiendo ser los últimos expresamente definidos, estructurados y desarrollados mediante el POC y proyectos de ejecución específicos.
Los nodos simples son áreas naturales o seminaturales constituidas por biotopos caracterizados por su valor ecológico, y el de su entorno. Pueden incluir áreas con usos no naturales pero en los que está prevista la renaturalización.
Los corredores locales son elementos lineales de amplitud variable que se estructuran sobre la red de elementos tradicionales del paisaje agrario (senderos y avenidas arboladas y plantaciones lineales de árboles o arbustos) y las infraestructuras hídricas (vías de agua, canales de riego, acequias, ...). También se delimitan alrededor de carreteras de cualquier tamaño o clase, proyectándose los corredores de tal manera que también desarrollen la función de mitigación paisajística y ambiental del impacto de la infraestructura. Los corredores unen los nodos ecológicos simples, introducen espacios naturales en áreas urbanizadas, y conectan las áreas rurales dispersas y los nodos ecológicos urbanos.
Lo que se ha denominado Áreas rurales dispersas es un mosaico de elementos tradicionales
de la agricultura con un valor cultural, como parques de villas históricas, restos de
bosques, arboledas, cursos de agua, canales de riego, y cultivos. Estos elementos tienen
una función de conexión difusa y capilar de todos los demás elementos de la Red Ecológica,
en particular los de nivel local. Su objetivo es asegurar la permeabilidad del suelo y
actuar como filtro entre la ciudad y el campo. Se identifican como áreas en la que puede
mantenerse y recualificarse la agricultura periurbana mediante el cultivo de alimentos, la
protección de los bienes naturales y del medio ambiente y la producción de bienes y
servicios paisajísticos y ambientales. Forman parte de la red de áreas rurales dispersas
todo el territorio rural no urbanizado o parcialmente ocupado por infraestructuras.
La Red Ecológica urbana
Está formada por los espacios libres públicos, en general relacionados con actividades recreativas.
Los nodos urbanos son partes de la ciudad que presentan un potencial ecológico, pueden ser las últimas estribaciones de las zonas rurales, áreas verdes, parques y jardines, riberas urbanas, jardín botánico,...Mediante el POC y otros proyectos de ejecución específicos se definirán las características particulares de estos espacios y los proyectos de regeneración asociados a ellos.
Los corredores urbanos cumplen una función de conexión entre los nodos urbanos dentro de
la ciudad, y entre la ciudad y el territorio rural. En ellos se prioriza la accesibilidad
peatonal y ciclista. Se trata de parques y jardines, avenidas y senderos arbolados, y en
general puede serlo cualquier terreno no impermeabilizado. Constituye una reserva de suelo
permeable en el que, mediante la mejora y el aumento de la vegetación, se pretende reducir
la contaminación atmosférica y térmica de la ciudad.
Proyectos de consolidación de la Red Ecológica
Las actuaciones concretas de protección, recuperación y regeneración de áreas se ejecutarán mediante el POC. Los proyectos que se desarrollan para consolidar la Red Ecológica se centran en la protección y regeneración de espacios rurales y naturales.
Entre estos proyectos se encuentran el desarrollo de los parques fluviales (Reno, Savena, Canal Naval), que deberán cumplir una función de integración urbana de los cursos de agua, de conexión con los terrenos agrícolas próximos y de revitalización de las riberas mediante la introducción de actividades recreativas y la recuperación de edificios históricos. Otras actuaciones se centran en la mejora de la integración urbana de parques y terrenos rurales, la recuperación de áreas industriales en desuso, como astilleros, canteras, vías de ferrocarril o de tranvía abandonadas, áreas militares,...y la recuperación de villas y explotaciones agrícolas abandonadas.
Figura 2: Plano de la Red Ecológica municipal
Podemos destacar dos proyectos definidos en detalle en el Piano Operativo Comunale este plan, que tienen relación con la recuperación de actividades agrícolas.
El área del proyecto es de 56 hectáreas y se trata de una finca agrícola abandona de propiedad pública, adyacente a la cuña agraria. Los objetivos del proyecto son mantener la agricultura periurbana a la vez que se promueve una estructura recreativa y de servicios ambientales. Se presenta como proyecto pionero integrado en una estrategia más amplia, la de creación de un parque agrícola de la cuña oeste, en el que tendrían que coordinarse distintos municipios del ámbito metropolitano.
El Parque Città Campana se ha diseñado a través de un proceso participativo en el barrio. Se creó un Comité promotor y una Comisión de diseño, donde participaron doce colectivos, entre los que hay dos asociaciones de producción ecológica, una cooperativa de inserción laboral a través de la horticultura y la cría de aves, y una asociación de jubilados que gestiona huertos urbanos. También participaron técnicos municipales y un representante de la provincia.
El proyecto busca la revitalización del entorno, creando un acceso al terreno rural adyacente, mediante la recuperación de la finca, que se plantea como un espacio multifuncional, con zonas de producción de cultivos ecológicos para el consumo local, equipamientos para el turismo rural y servicios didácticos, cuya gestión se sacará a concurso público.
Además de técnicas agroecológicas en la finca se desarrollan otras acciones con el fin de garantizar la biodiversidad, mediante la protección del arbolado y la creación de setos de especies que ofrezcan alimento y protección a pájaros e insectos. Será obligatoria la repoblación con especies tradicionales, con especial protección para especies que están desapareciendo del paisaje como pueden ser la morera, el arce o el sauce.
El proyecto de comedores ecológicos, Sportello Mense Bio es iniciado en 2004 por la autoridad regional en colaboración con la asociación regional de productores ecológicos y biodinámicos, Associazione dei Produttori Biologici e Biodinamici dell Emilia Romagna (PROBER), para contribuir al cumplimiento de la ley LR 29/2002 de la región, que regula la introducción de productos biológicos en los comedores públicos colectivos, especialmente en los centros escolares, asistenciales y sanitarios. El artículo 9 establece que todos los productos utilizados en la preparación de comidas en las guarderías, jardines de infancia y escuelas primarias sean de producción orgánica. Otros servicios públicos deben alcanzar al menos el 70%. Se fomenta también el consumo de alimentos tradicionales de la región. El proyecto se aprueba en 2010 y se está empezando a poner en marcha; los productos que se han introducido con más facilidad son la pasta, el arroz, el tomate, los lácteos y el aceite de oliva, y de una manera más lenta los productos hortofrutícolas y la carne.
El plan municipal es reciente y se están desarrollando las primeras actuaciones que define, por lo que no se han realizado análisis detallados de su puesta en marcha. Por lo tanto, es también pronto para evaluar el verdadero alcance de las políticas de gestión territorial encaminadas a mejorar la sostenibilidad.
En cuanto a la estructura territorial, tanto el planeamiento provincial como el municipal presentan entre sus objetivos principales el freno en la ocupación del territorio y la rehabilitación y revitalización de suelo urbano, mediante políticas que potencien una estructura policéntrica, con núcleos urbanos compactos y con diversidad de usos.
Los aspectos relacionados con la movilidad son menos claros, por una parte en relación con la Red Ecológica se habla de extender la red de senderos peatonales y la movilidad ciclista; pero por otra parte se ha duplicado un tramo de autovía en el norte del área metropolitana y se han localizado nuevos espacios para el desarrollo de actividades terciarias en dicho eje.
El plan municipal ha estructurado un proceso participativo, con distintos espacios para la participación de asociaciones y vecinos. Destacan especialmente los laboratorios de barrio, en los que además de la aportación de propuestas al documento del PSC se han desarrollado proyectos concretos en el ámbito local. Sin embargo, parece ser que, a pesar de que ha habido espacios en los que ha participado una amplia diversidad de asociaciones e interesados, el proceso participativo está siendo conflictivo. En ocasiones los vecinos se han tenido que movilizar para poder cambiar determinadas propuestas municipales con las que no estaban de acuerdo, y la participación se limita a decisiones sobre elementos muy concretos del diseño, pero no sobre la estructura general o decisiones de escala urbana (Djalali, 2008).
El PSC resuelve el borde urbano de distinta manera según las áreas. Por una parte delimita parques fluviales y otros ámbitos naturales con el fin de mejorar la conexión ecológica del territorio y facilitar el acceso a los terrenos rurales circundantes; mientras que en áreas situadas al norte y al oeste realiza una reserva de suelo urbanizable para colmatar áreas actualmente ocupadas por terrenos agrícolas y urbanización dispersa.
La protección del terreno no urbanizado se basa sobre todo en los problemas de cantidad y calidad de las aguas subterráneas. Se presta especial interés a la potenciación de la identidad paisajística y cultural.
Las políticas relacionadas con el terreno agrícola periurbano tienen como principales objetivos la recuperación del paisaje tradicional (deteriorado por la excesiva mecanización de los cultivos), la creación de una Red Ecológica territorial (recuperando caminos rurales) y la incorporación de funciones didácticas y recreativas, apoyadas en la rehabilitación de patrimonio rural abandonado y la puesta en valor de la artesanía, gastronomía y cultura locales. Una crítica que se hace a esta visión es que sólo considera la actividad agrícola en sus funciones de protección del paisaje y definición de la identidad local, pero no se tiene en cuenta la contribución ecológica que puede aportar al cierre de ciclos naturales, ni los beneficios económicos que puede generar. El cultivo de alimentos tradicionales se entiende como una producción exclusiva de alta calidad, en lugar de plantearse como una oportunidad de lograr una mayor autonomía alimentaria fomentando el acceso de todos los ciudadanos a la producción local (Djalali, 2008). Existen experiencias puntuales desarrolladas por distintas asociaciones de agricultores para el fomento de consumo de alimentos locales, mercados ecológicos y nuevos modelos de relación productor—consumidor, sin embargo no se han definido políticas municipales al respecto.
Finalmente, cabe destacar que en algunos proyectos públicos de revitalización se obliga al uso de técnicas agroecológicas y a la recuperación de especies tradicionales.
Statistica della Regione Emilia-Romagna
Osservatorio Nazionale sui Consumi di Suolo
Piano Territoriale di Coordinamento Provinciale. Provincia di Bologna.
Piano Strutturale Comunale. Comune di Bologna.
Associazione dei Produttori Biologici e Biodinamici dell Emilia Romagna. PROBER
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