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Fecha de referencia: 26-07-98
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1998, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Madagascar
Región según Naciones Unidas: África
Región ecológica: alta meseta
Ámbito de la actuación: barrio
Instituciones: organización no gubernamental (ONG), agencia
bilateral, agencia multilateral
Categorías = Erradicación de la pobreza: generación de ingresos;
creación de puestos de trabajo; formación profesional. Servicios
sociales: educación; salud y bienestar; seguridad ciudadana;
ocio. Vivienda: vivienda asequible; carencia de hogar, personas
sin hogar; propiedad del suelo y seguridad.
Contacto principal:
Padre
Pedro Pablo Opeka
Organización no gubernamental (ONG)
P.K.8 Andralanitra
P.O.Box 7010
Ambohimangokely
Antonanarivo
Madagascar
101
Tel: (261) 20 22 700 19
Fax: (261) 20 22 700 19
Socio:
Misión Francesa de Cooperación / Mission Francaise de Cooperation
Mme. Beton-Defegue, Directora de la Misión Francesa de
Cooperación en Madagascar
Agencia bilateral
3, rue Jean Jaures
Ambatomona
Antonanarivo
Madagascar
101
Tel: (261) 20 22 212 95
Fax: (261) 20 22 341 20
E-mail: Coopfran@dts.mg
Colaboración financiera
Socio:
UNICEF Madagascar
Mme. Frances Turner, Representante de UNICEF en Madagascar
Agencia multilateral
Rue Robert Ducroq
P.O.Box 732
Beherizika
Antananarivo
Madagascar
101
Tel: (261) 20 22 626 45
Fax: (261) 20 22 628 45
E-mail: Antananarivo@unicef.org
Colaboracón financiera
Las actividades se basan en el principio "comida a cambio de
trabajo", según el cual la población obtiene alimentos y ciertos
materiales como pago por su trabajo en proyectos para la
comunidad que mejoran su entorno de vida. Nadie está obligado a
permanecer en la iniciativa y, hasta la fecha, alrededor de 1.200
familias han optado por volver a sus hogares y comunidades
originales después de haber participado en ella.
Situación previa a la iniciativa
Esta iniciativa se desarrolló como respuesta a los deseos de las
familias sin vivienda de mejorar sus condiciones de vida y su
situación económica a través de su propio trabajo y con ayuda de
personas en las que pudiesen confiar. Desde 1980 el Municipio de
Antananarivo ha experimentado una inmigración de población sin
hogar y familias que vivían en chozas hechas de cartones en los
bordes de las carreteras o cerca de las vías del ferrocarril.
Justo antes de los Juegos del Océano Indico, el municipio
desalojó a cientos de familias y las trasladó a una colina
cercana a la ciudad. Sin ninguna infraestructura ni servicios,
la colina se convirtió en un "infierno sobre la Tierra". Fue
sobre esta colina donde tuvieron lugar las primeras consultas y
diálogos con la comunidad para dar salida a la iniciativa. Era
evidente que había que ocuparse cuanto antes de los problemas de
nutrición, de salud, de cobijo y del nivel básico de dignidad.
Preparación de la información y establecimiento de las
prioridades
Las prioridades se establecieron a través de las numerosas
reuniones con la comunidad y de sesiones de construcción de
confianza, tras las cuales las familias decidieron trabajar con
el Padre Pedro y algunos jóvenes voluntarios para mejorar su
entorno. Estas prioridades eran la sanidad ambiental y el refugio
básico (madera). La iniciativa se basa en el sistema de "comida
a cambio de trabajo" donde se paga el trabajo de la población con
alimentos.
Objetivos, estrategias y movilización de recursos
Los objetivos fueron:
La financiación era y es todavía difícil, especialmente para la
construcción de viviendas con materiales duraderos.
Proceso
Al principio, la iniciativa encontró cierta resistencia en
algunas familias que desistieron. Sin embargo, tras un corto
período, vieron por sí mismos las ventajas de las que se
beneficiaban las familias que participaban en la iniciativa y se
reengancharon al proyecto.
Impacto de la iniciativa
En 1998, 16.200 personas están viviendo en diecisiete poblados
de Akamasoa con dignidad y alegría de vivir. La mayoría de las
familias tienen hogares decentes y casi todos los niños prosiguen
sus estudios y su formación en los siete centros de la
Asociación, donde también cuentan con cuidados médicos.
Cada familia está asociada a una actividad generadora de ingresos
y son económicamente independientes. Los niños, muchos de los
cuales hace ocho años sufrían las consecuencias de pertenecer a
familias abandonadas por los hombres, donde las mujeres se
convertían en el cabeza de familia, ahora están alimentados y
bien vestidos. Aún quedan muchas cosas por hacer, pero se ha
conseguido un progreso considerable. A pesar de no tener
indicadores estadísticos, es evidente que el principal indicador
es la transformación que han experimentado las personas.
La iniciativa es un ejemplo e incluso un honor para el país en
su totalidad. De no haberse llevado a cabo, muchas personas
estarían muriendo de hambre o viviendo en unas condiciones de
salud deplorables. Los niños estarían mendigando en la ciudad y
la seguridad urbana sería un fin en sí misma.
Estas condiciones aún existen, pero la iniciativa ha conseguido
llegar a un número sustancial de población. También está
implicada en otras acciones, tales como enviar equipos de
emergencia para socorrer a las víctimas del ciclón que azotó el
sureste de Madagascar en Marzo de 1997.
Las lecciones aprendidas y las experiencias obtenidas están
contribuyendo a formar nuestra capacidad para ayudar en el diseño
y a iniciar y completar proyectos de desarrollo a lo largo de
todo el país. Basándonos en la comprensión de la psicología
humana, estamos siendo más y más eficaces en la ayuda a las
personas sin hogar o sin trabajo, facilitándoles el acceso a
ellos.
Gracias a la solidaridad global, somos capaces de continuar el
trabajo y expandirlo a las áreas rurales donde multitudes de
campesinos nos piden que trabajemos con ellos.
Sostenibilidad
Más de 5.200 familias han llegado a nuestros centros. No hemos
sido capaces de dar respuesta a esta demanda y por ello aceptamos
sólo a los más pobres, utilizando un conjunto de criterios de
selección. Tras su aceptación, se dota de un refugio a las
familias en pequeñas cabinas de madera, hasta que se les
proporciona una vivienda más duradera. Nuestra política de
refugio incluye un "contrato" con las familias que se benefician
de las viviendas duraderas, en el cual deben pagar una
contribución simbólica durante la construcción de la misma y
hasta cinco años después de su finalización.
Lecciones aprendidas
No pudimos extraer lecciones de otras iniciativas dentro del país
ya que ninguna de ellas trata el problema de las personas sin
vivienda de una manera global. Lo que hemos aprendido de nuestra
propia experiencia es que, cuando las personas, sin importar lo
desamparadas que estén, son tratadas con respeto y se les permite
beneficiarse directamente de los frutos de su trabajo, la
dignidad humana sale a la superficie y nos permite trabajar
juntos y colaborar en un marco flexible pero disciplinado.
A través del trabajo, las personas también pueden recuperar la
confianza en sí mismas y convertirse en miembros de la comunidad.
Es este sentido de pertenencia el que les permite tomar
responsabilidades por la vida de la comunidad y su bienestar, y
participar en mantener la comunidad sana, limpia y segura, con
un fuerte sentido del respeto mutuo y la solidaridad.
Un buen ejemplo a través del país es "DINA" donde las comunidades
formulan, adoptan y aplican su conjunto propio de leyes
comunitarias. DINA ha contribuido a mantener la paz y seguridad
en la mayoría de los poblados remotos. Estas normas comunitarias
no contradicen las leyes del país y las hemos usado como apoyo
para introducir los procesos y marcos legales en nuestras
comunidades.
Transferibilidad
Hemos aprendido que la pobreza no es una fatalidad. Los excluidos
sociales y las personas sin vivienda pueden ser movilizados casi
en su totalidad cuando hay una voluntad por actuar cotidianamente
con un espíritu verdaderamente humanitario y altruista. Estamos
convencidos de que juntos podemos construir importantes vías para
combatir la pobreza a través del mundo si cada uno de nosotros
se responsabiliza y participa en la construcción de una nueva
sociedad.
Estamos preparados para transferir y transmitir nuestra experiencia a todos aquellos que deseen emprender iniciativas similares. Estamos preparados para trabajar juntos allí donde haya pobreza o violencia.
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