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Fecha de referencia: 26-07-98
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1998, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Chile
Región según Naciones Unidas: América Latina
Región ecológica: continental
Ámbito de la actuación: provincial/estatal
Instituciones: ONG, Fundación
Categorías = Erradicación de la pobreza: formación profesional.
Servicios sociales: reducción y prevención del delito, seguridad
ciudadana. Buena gestión urbana: recursos humanos y formación de
dirigentes.
Contacto principal:
FORJA (ONG)
Sebastián Cox Urrejola
Ernesto
Reyes 065 Providencia
Santiago de Chile
Chile
Tel: (56-2)735 4945/737 8598
Fax: (56-2)777 6196
E-mail: forja@netup.cl
http://www.redesol.cl/forja
Socio:
Fundación Ford (Fundación)
Agusto Varas
Lyon 806
Santiago de Chile
Chile
Colaboración técnica
Socio:
Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza (FNSP)
(Fundación)
Pablo Saball
Londres 33
Santiago de Chile
Chile
Colaboración técnica
Situación antes del inicio de la iniciativa
En el ámbito político y, más concretamente, durante los gobiernos
democráticos (1990-2000), este proyecto ha demostrado su voluntad
de introducir cambios en el sistema judicial.
En la actualidad el parlamento ha empezado a desarrollar dos
proyectos de ley que precisamente tratan sobre la mejora de las
condiciones de acceso a la justicia y la asistencia legal para la
población en general.
Hay que destacar que es necesario entender el problema del acceso
a la justicia como uno de los pasos para la erradicación de la
pobreza, pues ambos están interrelacionados. Esta afirmación viene
corroborada por el excelente estudio que ha llevado a cabo la
Corporación de Promoción Universitaria, en el que se muestra cómo
perciben muchos pobres el tema del acceso a la justicia: un alto
porcentaje de los ciudadanos, especialmente, entre los sectores más
pobres, no tienen acceso al sistema judicial chileno, o desconfían
de él. Además, estos ciudadanos empobrecidos no creen que el
sistema de administración de justicia se dedique a resolver los
problemas de la sociedad, más bien les parece que el sistema se
caracteriza por su lentitud, su arbitrariedad y su ineficacia,
aparte de ser caro, discriminatorio y de estar basado en la
confrontación. Por todo ello, se ve como un sistema incoherente y
que no se ha adaptado al proceso de democratización y modernización
que está atravesando el país.
Esta falta de acceso a la Justicia contribuye a la fragilidad y a
la deslegitimación del sistema político, que se pone de manifiesto
en algunas de las peligrosas tendencias actuales, como la difícil
coexistencia pacífica, la inseguridad y la falta de defensa legal,
que afectan a la ciudadanía en su conjunto. A estas limitaciones
del orden orgánico y estructural se añade que el camino que ha
elegido el sistema jurídico para administrar la justicia y resolver
los conflictos pasa en la actualidad por el empleo de la
confrontación. Los métodos de resolución de conflictos sin
confrontación están deslegitimados y no reciben la atención que
merecen, con lo cual parece que el recurso al sistema judicial no
hace sino agravar los problemas y las tensiones entre las personas,
haciendo más díficil todavía la convivencia pacífica en la familia,
el trabajo y el barrio.
Preparar la información y aclarar prioridades
Una vez comprendida esta realidad, el equipo FORJA ha puesto en
marcha un programa inspirado y motivado por los criterios que se
describen a continuación. El resultado final, es el programa
"Acciones Ciudadanas por la Justicia y la Democracia" que ha sido
presentado a la Fundación Ford.
Las principales intenciones que inspiran el trabajo desarrollado se
describen a continuación:
Formulación de objetios y estrategias y movilización de recursos
1. Los actores
Tanto la Corporación FORJA como la Fundación Nacional para la
Superación de la Pobreza, que ha patrocinado la iniciativa a
través del Programa Servicio País, han aportado jóvenes
profesionales para desarrollar el programa. Por otra parte se ha
contado con la colaboración de las siguientes instituciones en
distintos momentos del programa: el Ministerio de Justicia,
mediante el Programa de Acceso a la Justica, la Corporación de
Asistencia Judicial, Fosis, la Fundación Andes, los Ayuntamientos
y otras instituciones gubernamentales.
2. Objetivos específicos.
Las intenciones de FORJA se materializan en los siguientes
objetivos:
Proceso
El equipo FORJA determinó, de acuerdo con las líneas maestras
aportadas por la Fundación Nacional para la Superación de la
Pobreza, las comunidades en las que se desarrollaría el programa
Acciones Ciudadanas por la Justicia y la Democracia. Se empezó
mediante un proyecto piloto en la comunidad de Valparaíso en 1993.
Posteriormente, en 1995, ha comenzado la ejecución del proyecto
oficial en el que los Grupos de Consulta Legal para los Barrios
siguieron las etapas y líneas de actuación previamente definidas.
En concreto, se ha intervenido en las siguientes localidades de la
capital y de la 5. y 6. región: La Pinta, El Bosque, Pomaire,
Placilla, Nancagua y Valparaíso.
Una vez establecidas las localidades, el programa comenzó a tomar
forma. En ese momento empezó, por una parte, la coordinación con
los ayuntamientos y organismos gubernamentales y, por otra parte,
el contacto con las organizaciones de base y otras instituciones no
gubernamentales, todo ello para encontrar a los distintos agentes
interesados en participar en la propuesta.
A continuación, y teniendo en cuenta y definiendo la realidad
específica de cada comunidad o localidad, especialmente en lo que
se refiere a los aspectos rurales, los miembros del proyecto
propusieron los temas socio-legales en los que se centrarían los
instructores profesionales del proyecto. Estos instructores
asumieron, por turnos, la responsabilidad de elaborar el material
educativo necesario para la formación de los Líderes de la
Comunidad en temas Legales.
El material educativo tenía que abarcar los temas de Familia,
Propiedad, Herencia, Trabajo, Seguridad Social, Políticas Sociales
y Justicia para los Ciudadanos y la Comunidad. Para cada una de
estas áreas temáticas se preparó una carpeta independiente, que
incluye ejemplos adicionales de casos prácticos y ejercicios para
su posterior evaluación.
En las primeras etapas del programa, y después de una selección, se
informó a los participantes sobre las características del proyecto
a nivel local, y comenzó su formación y la capacitación de los
grupos locales implicados en el proceso. FORJA comprobó que la
identificación del espacio comunitario como ámbito de actuación es
fundamental para la capacitación de los líderes, la creación de las
asociaciones y la posterior comunicación de estas asociacionse con
otras instituciones. A raiz de este descubrimiento, FORJA cambió el
proceso de convocatoria para el programa. En lugar de lanzar el
proyecto a través de las ONGs, se anuncian y difunden las ideas en
las que se basa el programa tanto a través de las ONG como de los
ayuntamientos, que han establecido acuerdos para trabajar
conjuntamente.
En un principio, al formular las estrategias de FORJA, algunas
personas señalaron que la formación de cada líder repercutiría sin
duda en su crecimiento personal, y que esa formación debería ir
acompañada de la creación de grupos que refuercen a estos líderes,
y en los que además de los miembros legales participarían personas
de apoyo. Siguiendo con esta idea, se propuso la constitución legal
de las Asociaciones Comunitarias de Extensionistas Jurídicos, así
como que estas asociaciones deberían asumir la responsabilidad de
crear un núcleo de trabajo denominado Grupos de Consultores Legales
para el Barrio.
El programa exige un compromiso a largo plazo de los líderes
comunitarios, además de otras responsabilidades concretas antes de
que él o ella pueda ser reconocido oficialmente como Líder de
Comunidad en temas Legales. Estos requisitos incluyen un período de
preparación de 12 meses, con 45 sesiones de trabajo en las que se
promueve la metodología participativa en relación con la evaluación
y trabajo práctico.
Metodología
De acuerdo con los objetivos del programa Acción Ciudadana para la
Justica y la Democracia, proponíamos una serie de criterios
metodológios que deberían estar presentes en el periodo de
formación.
1. Una metodología participativa
Un primer criterio que engloba varios elementos de la propuesta es
la necesaria participación de las personas interesadas en los temas
socio-legales, con el objetivo de convertirse en ciudadanos
activos, críticos y que hacen propuestas en sus localidades
geográficas.
Por ello, el proceso socio-legal trata de incorporar a ciudadanos
que puedan tener experiencia o conocimiento específico de los usos
sociales o costumbres locales de un área; no se trata de incorporar
a personas que carecen de conocimiento en estas materias, por mucho
interés que puedan mostrar en aprender.
2. El proceso de formación o capacitación es responsabilidad de
cada uno.
Para lograr este propósito es preciso entender desde el principio
que la gente responsable del proceso de capacitación son los mismos
participantes, entre los que se incluyen tanto a los instructores
como a los seleccionados. Se trata de un compromiso de tiempo y de
voluntad que todos deberían asumir.
En el plano del compromiso, el deseo o la voluntad se traduce en
actitudes, que se manifiestan a su vez en acciones concretas. El
programa intenta ofrecer un espacio de formación para esas
actitudes y acciones ciudadanas.
3. El formador profesional: un facilitador del aprendizaje.
El papel del profesional en este proceso de capacitación es el de
consejero, que ofrece guía y ayuda tanto a las personas como a los
grupos que se están capacitando.
La tutela adecuada se consigue con el tiempo, según el instructor
va conociendo las caractísticas de las personas y de los grupos
participantes. Por otra parte, debe afrontar los problemas con
flexibilidad y aplomo, y demostrar su compromiso profesional hacia
los participantes -y viceversa-.
El instructor profesional también cumple la función de facilitar el
aprendizaje gracias a su conocimiento de la materia, tanto por sus
estudios como por su experiencia. Tiene que actuar como un
facilitador del conocimiento y ser capaz de integrar y complementar
los nuevos campos de información y las normas legales e
institucionales con las creencias, costumbres e ideas con que los
participantes llegan al programa.
4. Las técnicas del aprendizaje socio-legal.
Las técnicas del aprendizaje socio-legal son todas aquellas
experiencias y prácticas ciudadanas que se utilizan para conducir
el periodo de formación.
Para que la utilización de estas técnicas de aprendizaje sea mucho
más eficaz para los participantes, es preciso recurrir a
instrumentos como la memorización, la interacción del grupo, la
expresión individual, la evaluación del aprendizaje, el respeto
mutuo y la valoración de las diferencias individuales de los
participantes, la escucha atenta, el reconocimiento de la capacidad
de cada persona, el refuerzo del grupo y la superación de las
debilidades de cada persona.
El empleo de una determinada técnica puede estimular o inhibir la
puesta en práctica de las líneas del programa. A menudo depende de
la composición específica de cada grupo, y en consecuencia, es
fundamental la experiencia que el instructor profesional puede
aportar para guiar al grupo.
Por otra parte, el programa apoya la constitución legal de
asociaciones, que en el futuro pueden garantizar la autonomía y
autosostenibilidad del trabajo iniciado.
Los líderes legales se preparan para informar, guiar y mediar de
forma gratuita en los casos prejudiciales.
Obstáculos y logros
Entre los obstáculos cabe citar un problema que puede afectar al
deseado incremento del patrimonio social y que está relacionado con
las características propias de la participación indirecta. La
formación de los líderes sociales, a pesar de todos los aspectos
positivos previamente mencionados, puede contribuir a reforzar su
patrimonio personal en lugar de revertir a la comunidad en la que
se generó.
En cuanto a los logros, después de cuatro años desarrollando el
programa, se pueden destacar los efectos positivos que ha tenido en
las costumbre, los valores y las normas, todo lo cual se refleja en
el mayor grado de lealtad, solidaridad e intercambio entre los
vecinos de las comunidades seleccionadas.
A su vez, la atención que otros líderes sociales, formados y
respetados en sus comunidades, han prestado a los Grupos de
Consulta Legal para los Comunidades, supone un incremento del
patrimonio social de la comunidad.
Por último estos Grupos de Consulta Legal para las Comunidades
funcionan como un agente de socialización de las nuevas formas de
resolución de conflictos, y ofrecen un instrumento de satisfacción
de las necesidades basado en el respeto y la paz. Los líderes
cuentan con la ventaja de conocer -a través de la experiencia- la
aspiraciones y los problemas sociolegales de los pobres. También
conocen la trayectoria de su comunidad y de su entorno, con lo cual
pueden proponer las soluciones más apropiadas para su comunidad,
teniendo también en cuenta las instituciones legales, económicas y
sociales. El nivel de legitimidad de cada líder en su cominidad se
ve reforzado aún más cuando se reconoce la efectividad y eficacia
de su trabajo.
Un impacto significativo
La experiencia muestra muchos de los importantes logros que se
consiguen al cambiar el control político de los recursos econóicos
y sociales para el desarrollo de la comunidad. Básicamente, se han
conseguido actores nuevos, Lideres Comunitarios en temas Legales y
un nuevo recurso para la sociedad civil.
El programa Acciones Ciudadanas por la Justicia y la Democracia,
funciona en la actualidad en 12 nuevas localidades, con el apoyo de
la Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza, que a su
vez participa en un grupo para ejecutar el programa en nuevas
comunidades con nuevo material educativo y mediante profesionales
del Programa Servicio País. Como equipo de trabajo, queremos
aumentar el nivel de participación de los ciudadanos en la sociedad
civil. En conreto, queremos que esos ciudadanos estén
correctamentre informados de sus derechos y que sean capaces de
organizarse y participar en el control fiscal y político de las
instituciones públicas. Al hacerlo, contribuirían de manera
importante a la creación conjunta de una ciudadanía más
democrática, fomentando las condiciones para lograr una convivencia
pacífica en la sociedad civil.
Referencias
Magazine Vida y Derecho. (Publicación cuatrimestral de FORJA)
(1990) Guía para la acción de los operadores de justicia con los
pobres. (Marzo de 1990)
(1997) Catastro Nacional de Instituciones que Prestan Asesoría
Jurídica a Sectores Pobres. (Marzo de 1997)
Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 1998 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu98/bp627.html |