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Fecha de referencia: 26-07-98
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1998, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Canadá
Región según Naciones Unidas: América del Norte
Región ecológica: isleña
Ámbito de la actuación: ciudad
Instituciones: Gobierno local.
Categorías = Servicios sociales: reducción y prevención del
delito.
Contacto principal:
Service de Police de Communauté Urbaine de Montréal (SPCUM)
(autoridad local)
Riccardo Rizzetto
944 St-Paul Ouest
Montréal
Québec
Canada
H3C-1M8
Tel: (514) 280-6901
Fax: (514) 280-3230
E-mail:Ricardo.Rizzetto@spcum.qc.ca
http://207.164.122.5/
Socio:
Boureau du Taxi de communauté urbaine de Montréal (Autoridad
local)
Richard Boyer
4049 Molson
Montréal
Québec
Canada
H1Y-3H6
Tel: 280-4049
Fax: 280-2649
E-mail:Boyer.R@cum.qc.ca
Colaboración: informe interno a sus asociados del programa y los
métodos utilizados.
Socio:
Ligue de taxi A-11 (Organización No Gubernamental)
Tousignant Éliane
7373 Lajeunesse
Montréal
Québec
Canada
H2R-2H7
Tel: (514) 274-3555
Fax: (514) 274-1439
Colaboración administrativa.
Financiación:
Contribución de Bureau de taxi de la C.U.M.: 30%
Contribución de SPCUM: 35%
Ligue de taxi A-11: 35%
Hubo que actuar rápidamente para acabar con este tipo de delitos.
Se produjo un contacto con la liga del taxi de Montreal, que
agrupa a más de 4.000 propietarios de taxi (9.000 taxistas) con
el fin de desarrollar un plan que contrarrestase los esfuerzos
criminales y permitiera unas condiciones de trabajo seguras para
los propietarios y taxistas.
Los problemas raciales entre la policía y la comunidad negra
agravaban la situación, pues un gran porcentaje de los taxistas
pertenecen a minorías étnicas. La solución debía ser sencilla y
rápida y tenía que evitar ciertos riesgos, tales como encerrar
al conductor tras un blindaje a prueba de balas.
En un esfuerzo conjunto con la industria del taxi, la SPCUM lanzó
un programa innovador de lucha contra el crimen destinado a
mejorar la seguridad del taxista. Conocido como el programa
"Compañeros de prevención", esta iniciativa hizo posible que los
agentes de policía detuvieran durante su patrulla rutinaria taxis
que llevaran pasajeros por las zonas residenciales, las zonas
preferidas por los atracadores. Esta intervención es rápida,
durando sólo 30 segundos. El agente invita al taxista a salir del
vehículo, le pregunta si todo va bien con su cliente y le entrega
un folleto sobre prevención del crimen.
Por parte del conductor/a, cuando esta actuación tiene lugar,
para el taxímetro y, si tiene razones para creer que su seguridad
está comprometida, sale del vehículo e informa al agente, quien
investigará la situación con el cliente.
Este programa fue iniciado en abril de 1994 con una rueda de
prensa conjunta del departamento de policía, la oficina del Taxi
y la asociaciones de taxistas existentes en el territorio. Se
preveía la detención de 25 taxis cada noche dentro de este
programa. El hecho de que este programa fuera anunciado al
público en general facilitó dos objetivos. Primero, hubo un
descenso significativo en el número de robos durante el verano;
y segundo, se mejoró la relación entre los agentes de policía y
los conductores de taxi. Los policías ya no eran percibidos como
estrictos defensores de la ley, amigos de poner multas, mientras
que los taxistas dejaron de ser vistos tan sólo como malos
conductores dispuestos a infringir continuamente el código de
circulación.
Desde la implantación de este programa, junto a varios métodos
de cooperación, se ha notado un descenso del número de robos
relacionados con el taxi que se denuncia cada año. En cifras, de
un total de 187 denuncias en 1990, se ha pasado a 100 y 87
denuncias respectivamente en 1995 y 1996, con un descenso de 100
denuncias en un período de 6 años. En 1997, el número de
denuncias volvió a descender hasta sólo 45. Las expectativas para
1998 son incluso mejores. En febrero de 1998 se ha advertido un
descenso del 30% respecto al mismo período de 1997. Por otro
lado, se observa una mejora en las relaciones entre agentes y
taxistas.
Estos resultados demuestran que el trabajo conjunto de policía
y víctimas puede terminar con los delitos.
Creemos que este programa puede se transferido a otros
colectivos, como por ejemplo camioneros y conductores de
autobuses.
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