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Fecha de referencia: 26-07-1998
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1998, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Argentina
Región según Naciones Unidas: América Latina
Región ecológica: continental
Ámbito de la actuación: ciudad
Instituciones: Organización de base comunitaria. Organización no
gubernamental. Fundación.
Categorías = Igualdad y equidad de género: funciones y cometidos por
razón el género. Vivienda: vivienda asequible: propiedad del suelo
y seguridad. Ordenación territorial: incentivos al desarrollo;
remodelación urbana y suburbana.
Contacto principal:
Asociación de Vecinos Barrio Santa María del Camino (organización
de base comunitaria)
Betty Niveiro
Segurola y Padre Castiglia
Barrio Santa María del Camino Segurola
Boulogne
Buenos Aires
Argentina
(1609)
Organización nominadora
Asociación para el Apoyo a Comunidades (APAC) (organización no
gubernamental)
Ezequiel Zapiola/
Horacio Rodrigo, arquitectos
Terrero 1413
San Isidro
Buenos Aires
Argentina
1642
Tel: 54-1-723-6295
E-mail: ezapiola@overnet.com.ar
Socio:
Obispado de San Isidro (Iglesia católica)
Padre Jorge Luis Lagazzio
Av. Libertador 16199
San Isidro
Buenos Aires
Argentina
1642
Colaboración: cedió el terreno para la construcción de las nuevas
viviendas
Socio:
Asociación de Vecinos Barrio Santa María del Camino (organización
de base comunitaria)
Betty Niveiro -
Tota Clermon
Segurola y Padre Castiglia
Boulogne
Buenos Aires
Argentina
(1609)
Tel: 54-1-710-0589
Colaboración: autoconstrucción de sus propias viviendas
Socio:
Fundación Vivienda y Comunidad (fundación)
Carlos Casanova, arquitecto
25 de mayo 381
Ciudadela
Prov. de Buenos Aires
Argentina
Colaboración financiera
Financiación
Los pobladores consiguieron, luego innumerables pedidos que se
nombrara un nuevo Obispo en 1985, que éste les donara la tierra,
unos 1.500 m2, con la condición de que se construyeran casas
definitivas de material y se eliminaran las precarias. APAC y la
Parroquia del lugar ayudaron a conseguir fondos para una primera
etapa, que consistió en la ejecución de bases, columnas y losas
sobre la planta baja, esto es, sobre las viviendas precarias
existentes.
Esto es justamente la característica especial de este proyecto: al no haber lugar para desplazamientos provisorios, se optó por construir en primer término la planta alta, permaneciendo las casas precarias existentes en uso. Una vez completadas las unidades en planta alta, rellenar hasta llegar al nivel 0.00 y luego construir las planta complementando el proyecto.
Hoy día la situación ha cambiado radicalmente para sus pobladores
y para el barrio en general. El contexto en que se desarrolló esta
iniciativa es un barrio humilde, de casas bajas, cuyos habitantes,
gente de escasos ingresos padecen una segregación práctica dentro
del área mayor, San Isidro. Y dentro de este barrio se producía una
segunda segregación contra estas 13 familias. Estas, muchas veces,
habían pedido al Obispo la cesión del terreno recibiendo siempre la
negativa por respuesta. Recién llegado el nuevo Obispo accedió a
ceder la tierra mediante un convenio, a través de APAC, por el cúal
ésta se comprometía a transferir el dominio de la tierra a sus
ocupantes, en la medida en que estos construyesen sus casas
definitivas.
Si bien este fue un paso importantísimo para los ocupantes, recién
cuando se produjo, la gente tomó conciencia de la tarea que les
esperaba: la construcción de 13 viviendas, sin contar con los
fondos necesarios y, además en un terreno ocupado en casi toda su
superficie por las propias casas precarias, lo que imposibilita el
desplazamiento transitorio para poder edificar las casas nuevas.
Los problemas a resolver eran varios y estaban interrelacionados:
Esta solución fue ampliamente debatida y se logro aprobarla por
consenso, a pesar de ser todos conscientes acerca de las
incomodidades que se deberían soportar a lo largo de la
construcción. De hecho varias viviendas fueron afectadas por los
pozos para las bases y los encofrados de las columnas, pero la
buena disposición obtenida a través de las reuniones grupales hizo
que estas dificultades pasaran prácticamente desapercibidas.
Los resultados están a la vista. Si bien la experiencia es de
pequeña escala se puede comprobar que es posible la construcción
sobre un barrio compacto en donde la disposición de las casas
impide los corrimientos. Esta modalidad operativa puede mejorarse
mucho de utilizarse sistemas secos (por ejemplo estructuras
metálicas, incluso prearmadas).
Además de haber resultado una buena solución para los habitantes de
este barrio, el proyecto, a medida que sea difundido a nivel local
como a nivel nacional puede contribuir a solucionar situaciones que
hoy resultan imposibles de resolver. En este mismo partido en que
se ubica este proyecto existen otras 17 villas, con una población
total de cerca de 18.000 personas y con una muy alta densidad
edilicia por lo que l adopción, entre otras, de una solución de
este tipo no sería de descartar. Por esto (no haberse todavía
extendido la difusión del proyecto) no hablamos todavía de impacto.
El impacto existe sólo a nivel barrial y posiblemente a nivel
municipal, ya que el Municipio fue parte del proyecto al haber
posibilitado mediante la respectiva ordenanza la ejecución de las
15 unidades realizadas.
Los pobladores reciben un impacto real, ya que su propia manera de
vivir ha cambiado, no sólo porque sus casas han mejorado sino
porque su status de propietarios los asimila al entorno social.
Teniendo en cuenta el carácter del proyecto no pesan tanto como en
otros los términos de sustentabilidad o recupero de costos. El
producto es un conjunto de vivienda en donde cada propietario se
encarga del pago de sus obligaciones (impuestos, servicios, gastos
comunes) de modo que los cambios con la situación inicial consisten
en superar la etapa de no-pago a la de hacerse cargo cada uno de
sus gastos. Al costar cada propietario la construcción de su unidad
más los lugares comunes se elimina cualquier dependencia externa,
quedando sólo pequeños créditos personales de alrededor de 300
dólares provenientes de algunas fundaciones u Organizaciones no
Gubernamentales zonales.
Estos créditos son por lo general del tipo de créditos solidarios,
donde tres personas se autogarantizan mutuamente por la devolución
que es del tipo de pago semanal.
Las lecciones aprendidas de otras alternativas son las que los
propios integrantes de APAC llevaron a cabo en años anteriores:
técnicas de autoconstrucción, trabajo social con grupos, manejo de
obras, presupuestos, etc.
Lo que otros pueden aprender de esta iniciativa consiste
básicamente en la metodología constructiva y el trabajo social
mediante la integración con el grupo.
Potencialmente se puede transferir toda la experiencia mediante la
difusión apropiada, tanto a nivel de gobierno municipal y nacional,
como a otras municipalidades con problemática similar.
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