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El Consorcio Mvula (Sudáfrica)


Fecha de referencia: 26-07-98

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1998, y catalogada como BEST. ( Best Practices Database.)
País/Country: Sudáfrica

Región según Naciones Unidas: África
Región ecológica: árida y semiárida
Ámbito de la actuación: nacional
Instituciones: Organizaciones no gubernamentales (ONG). Gobierno central. Agencia multilateral. Agencia bilateral.

Categorías = Igualdad y equidad de género: acceso a los recursos; plena participación en la sociedad; funciones y cometidos por razón del género; eliminación de trabas a la igualdad de género. Infraestructuras, comunicaciones y transporte: abastecimiento de agua potable; saneamiento. Servicios sociales: educación; salud y bienestar.

Contacto principal:
The Mvula Trust
Horst Kleinschmidt, Executive Director
23 Jorissen Street
PO Box 32351, Braamfontein
Johanesburg
Gauteng
Sudáfrica
2017
(011) 403-3425
(011) 403-1260
E-mail: horst@mvula.co.za
http://www.mvula.co.za

Socio:
SA Department of Water Affairs and Forestry
Mr Mike Muller, Director General
185 Schoeman Street
Private Bag X313
Pretoria
Guateng
Sudáfrica
0001
(012) 299-2525
(012)328-4254
E-mail: xba@dwaf.pta.pwv.gov.za
http://www.dwaf.pwv.gov.za
Colaboración financiera

Socio:
European Union
Mr Robert de Vogelaere
27 George Storrer Drive
PO Box 945, Groenkloof
Pretoria
Gauteng
Sudáfrica
0027
(012) 46-4319
(012) 46-9923
eusafd@wn.apc.org
Colaboración financiera

Socio:
Independent Development Trust
Mr Mike Rennie, Financial Director
129 Bree Street
PO Box 16114 Vlaeberg
Cape Town
Western Cape
Sudáfrica
8018
(021) 23-8030
(021) 23-4597
E-mail: michaelrennie@idt.org.za
Colaboración financiera


R E S U M E N

El Mvula Trust (Consorcio Mvula), la más importante organización no gubernamental (ONG) de las que trabajan en el abastecimiento de agua y el saneamiento, empezó a funcionar en abril de 1994, en un clima de incertidumbre y cambio, cuando Sudáfrica se preparaba para celebrar sus primeras elecciones democráticas. La política de "apartheid" que ha prevalecido durante los últimos 40 años ha sido responsable de que muchas de las zonas rurales del país estuviesen superpobladas y extremadamente subdesarrolladas. Se estimaba que entre 12 y 14 millones de personas no tenían acceso a agua corriente y limpia y que otros 21 millones carecían del saneamiento adecuado. Una vez identificado el mercado específico para estos servicios y contando con la garantía del apoyo financiero de los socios principales, el Consorcio Mvula estableció una serie de principios fundamentales que promovían la respuesta basada en la demanda y la gestión comunitaria como el método más efectivo de asegurar la sostenibilidad del proyecto. Este innovador enfoque del desarrollo rural ha atraído poderosamente la atención de otros organismos, entre ellos el Department of Water Affairs and Forestry (Departamento de Aguas y Bosques (DAB)) del Gobierno de Sudáfrica, con quien el Consorcio tiene un acuerdo de ayuda mutua y cooperación, para realizar proyectos de abastecimiento de agua y saneamiento financiados por el Gobierno. Hasta la fecha, el Consorcio ha finalizado 140 proyectos de abastecimiento de agua y saneamiento en zonas rurales y está comprometido con otros 220 proyectos. En la actualidad, cerca de un millón de personas se benefician del trabajo del Consorcio.



Fechas clave

Agosto de 1993: se inaugura el Consorcio Mvula.
Enero de 1995: se inaugura el primer proyecto del Consorcio Mvula.
Septiembre de 1995: se firma un acuerdo de cooperación con el Departamento de Aguas y Bosques.
Septiembre de 1997: se termina el proyecto de abastecimiento de agua número 100.
Noviembre de 1997: se finalizan 1.000 letrinas en un sólo proyecto de saneamiento.


D E S C R I P C I Ó N

A consecuencia de más de 40 años de política de "apartheid", las zonas rurales y periurbanas de Sudáfrica carecían de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento adecuados. Entre 12 y 14 millones de personas no tenían acceso al abastecimiento de agua corriente y limpia y otros 21 millones carecían de saneamiento. La necesidad de hacer frente a este legado era imperiosa y aunque mientras se desarrollaron las negociaciones entre los socios financieros y el Consorcio Mvula las relaciones fueron tensas, debido a las diferentes concepciones políticas y sociales, el hecho de que los problemas a resolver fuesen cruciales hizo que las relaciones mejoraran. Visión, coraje y el deseo de tender un puente que acortase la distancia que separa a nuestra sociedad hicieron que los dirigentes de las tres organizaciones se pusiesen a trabajar juntos. Cuando el Consorcio Mvula abrió sus puertas, se comprometió a construir una organización participativa que trabajase en el abastecimiento de agua y el saneamiento basados en la demanda, sus orígenes fueron descritos como "un logro de la cooperación entre los organismos de financiación del desarrollo".

Una vez que la estructura básica del Consorcio Mvula estuvo lista, se desarrollo un ciclo de proyectos, es decir, un conjunto de criterios para la ejecución de proyectos entre los que se encontraban las siguientes actividades:

Para la presentación de esta buena práctica, emplearemos el proyecto de Morapalala, que el Consorcio ha realizado en la provincia norte de Sudáfrica, como estudio de un caso práctico que ha sido analizado detalladamente para ilustrar la metodología puesta en práctica [I. Palmer; March , 1998]. Morapala es un poblado con muy pocos habitantes (2.506 personas que residen en 434 chozas), situado a lo largo de una carretera, en una zona históricamente seca, sin servicios y que ha sufrido periódicamente épocas de sequía. El agua se cogía de pozos de sondeo equipados con bombas de mano, de los pozos de los poblados vecinos y del río cercano. Entre 1991 y 1993 se instaló en el poblado un sistema permanente de abastecimiento de agua, financiado por el Development Bank of Southern Africa (Banco de Desarrollo de Sudáfrica), pero sólo consistía en un grifo público que daba servicio a toda la comunidad. Los residentes consideraron que el servicio era inadecuado:
Por ello, la comunidad de Morapalala hizo una petición al Consorcio para que continuase el desarrollo del primer proyecto de abastecimiento de agua y lo transformase en una red viable de abastecimiento de agua para toda la comunidad.

Preparación de la información y establecimiento de prioridades
En diciembre de 1992, la comunidad de Morapalala eligió y formó un Comité del agua, que solicitó financiación a distintas organizaciones para construir la red de distribución del proyecto inicial. Tras numerosas respuestas negativas, se le explicó que la financiación no se concedía a un individuo y que el Comité había empleado el sello de Induna (un jefe tradicional), en las cartas de solicitud. Se hizo un nuevo sello, con el nombre del Comité, y finalmente el Comité se dirigió al Consorcio. Un ingeniero consultor, que estaba trabajando en la zona, comenzó a trabajar en el estudio de viabilidad necesario y sin el cual no se podía presentar la solicitud de financiación al Consorcio. Sin embargo, el Comité del agua no estaba muy satisfecho porque el ingeniero no estaba dispuesto a trabajar estrechamente con él, y el Consorcio, de acuerdo con sus criterios que obligan a que el Comité contrate a un ingeniero consultor, nombró un sustituto con el que la relación fue buena y estrecha.

Formulación de objetivos y estrategias y movilización de recursos
El Consorcio Mvula está, y siempre lo ha estado, guiado por su misión de mejorar la salud y el bienestar de los sudafricanos pobres y desfavorecidos de las comunidades rurales y periurbanas, haciendo que aumente el acceso a unos servicios de abastecimiento de agua potable y saneamiento sostenibles.

Se ha conseguido el suficiente apoyo político y social para llevar a cabo esta misión gracias a la Junta de Consejeros del Consorcio, que está bien representada y tiene buenos contactos, y a la negociación con los gobiernos locales y nacional.

Con el apoyo constante y las grandes aportaciones del primer Director Ejecutivo del Consorcio, el Sr. Piers Cross, la Junta de consejeros estableció los objetivos de la misión. El establecimiento definitivo del Consorcio, como organización que se ocupa de la ejecución de proyectos, fue el resultado de la visión de los presidentes ejecutivos de tres organizaciones donantes de fondos, el Sr. Simon Brand del Banco de Desarrollo de Sudáfrica, el Sr. Eric Molobi del Kasigo Trust (Consorcio Kagiso) y el juez Jan Steyn del Independent Development Trust (Consorcio de Desarrollo Independiente).

Los objetivos de desarrollo del consorcio son la eficacia, la eficiencia y la sostenibilidad. Para lograrlos, el consorcio se ha comprometido a:

El proyecto de Morapalala, empleado como estudio de un caso práctico para la presentación de esta buena práctica, ilustra estos objetivos en la práctica. La intención era transformar la capacidad de los sistemas de abastecimiento de agua existentes en un servicio completo que contase con una red de distribución de agua, asegurando que el Comité del agua, elegido localmente asumía la propiedad, la gestión y la ejecución de los proyectos llevando a cabo los procedimientos adecuados para su funcionamiento y mantenimiento. (En este caso se entiende por red de distribución la existencia de grifos públicos a no más de 200 metros de cada casa, capaces de abastecer 50 litros de agua diarios por residente, tal y como establece la política de desarrollo y construcción del Gobierno).

Proceso
El Consorcio Mvula se dedicó a cartografiar nuevas fuentes de agua, ya que con anterioridad a 1994 no había una política o criterios nacionales para el abastecimiento de agua y saneamiento a las comunidades. Prácticamente todos los agentes de ejecución y los ingenieros asesores contratados por el Consorcio, desconocían la teoría y la práctica de los planteamientos del desarrollo que implican la participación de la comunidad. Estos problemas se agravaron porque los funcionarios del Gobierno (a todos los niveles) estaban educados según los criterios del Gobierno anterior que negaban que se pudiese confiar en las comunidades para la ejecución, la gestión y el control de sus propias iniciativas de desarrollo. Sin embargo, las comunidades dependen mucho más de la realización del proyecto que del buen funcionamiento de los servicios de abastecimiento de agua, que en definitiva recae sobre ellos y su propia toma de decisiones.

En el caso de Morapalala, no hacía falta establecer el volumen de agua a abastecer, puesto que los pozos de sondeo y el depósito ya estaban hechos y los criterios del Consorcio determinan el nivel del servicio y de abastecimiento de agua de la red (los grifos públicos deben estar a menos de 200 metros de cada casa del poblado). Se celebraron mucha reuniones entre los asesores, el Comité, la comunidad y los representantes del Consorcio.

Sin embargo, la comunidad solicitó que se incluyeran en el proyecto otros dos servicios: puntos de almacenamiento de agua (para evitar la pérdida de reservas durante los períodos de sequía) y un huerto comunitario de regadío para asegurar el abastecimiento de alimentos básicos. Tras las discusiones mantenidas entre los asesores y el Consorcio se incluyeron los puntos de almacenamiento de agua.

Durante la fase de planificación del proyecto, también se discutieron las aportaciones económicas de la comunidad y la manera de cumplir el requisito previo del Consorcio, que exige que la comunidad aporte el 8% de los gastos de inversión del proyecto. En las primeras fases de la negociación del proyecto, la comunidad había decidido contribuir con 20 rand por familia, sumando un total de 5.000 rand. Sin embargo, los criterios del Consorcio establecen que la comunidad tiene que reunir el 8% del valor total del proyecto que en este caso era de 35.000 rand. El Consorcio y la comunidad tuvieron que discutir este problema.

La comunidad celebró una reunión para discutir las dos opciones posibles: o la comunidad volvía a usar los pozos y el río o las familias contribuían con otros 20 rand. Se acordó la segunda opción y el total recaudado ascendió a 10.000 rand. Luego, los miembros del Comité se dirigieron al asesor para que les aconsejase cómo conseguir el resto de la cantidad que les faltaba. Se pensó en la posibilidad de contratar mano de obra subvencionada y la comunidad estuvo de acuerdo, ya que había mostrado su disposición a trabajar gratis en el proyecto. El asesor demostró cómo se podía calcular la aportación a los gastos de inversión del proyecto de una persona que ganaba diariamente 10 rand. Aceptando esta opción la comunidad podía cumplir con la aportación del 8% requerida.

(Nota: los criterios del Consorcio Mvula que establecen que la comunidad debe contribuir con el 8% de los costos de capital del proyecto han cambiado desde entonces porque son incompatibles con los criterios del Gobierno. Véase el documento adjunto [I. Palmer; March , 1998:3]. En su lugar se exigen aportaciones económicas de la comunidad a los fondos de funcionamiento de urgencia y de mantenimiento del proyecto.

Resultados obtenidos
A los cuatro años de su creación el Consorcio Mvula ha acabado 140 proyectos y ahora trabaja en otros 220. Según las últimas cifras, el 70% de los proyectos terminados funciona de manera satisfactoria. El buen funcionamiento del Consorcio como organización ha sido resaltado por el informe de una evaluación internacional e independiente realizada en 1996, en la que se considera al Consorcio "una organización con excelentes resultados" [Bloxall, Morgan, Schultzberg , Septiembre 1996]). Otra muestra de los buenos resultados del Consorcio ha sido la concesión de bonificaciones a los proyectos que han logrado un nivel de sostenibilidad más allá de la fase de ejecución. Además, todos los proyectos del Consorcio Mvula cuentan con un elemento de seguimiento y evaluación en el que se anotan y estudian los avances constantemente, de acuerdo con estos estudios, se realizan las modificaciones de los criterios del Consorcio que sean necesarias. Muchas instituciones admiran la evaluación que el Consorcio hace de sus propios proyectos, entre ellas el Departamento de aguas y Bosques (DAB) de Sudáfrica, que en 1997, pidió al Consorcio que evaluase tres de sus proyectos de abastecimiento de agua.

Mientras que Sudáfrica vive un período de cambios continuos, se elaboran y ponen en práctica nuevos criterios, el Consorcio Mvula ha estado en posición de contribuir a los nuevos planteamientos del discurso del desarrollo en el país. El Consorcio hizo amplias propuestas al DAB, durante la redacción y discusión de un nueva Ley del agua en Sudáfrica. La redacción de la ley ha finalizado y espera su ratificación por el parlamento de Sudáfrica. Igualmente, en 1996, el Consorcio actuó como la secretaría del National Sanitation Task Team (NSTT) (Grupo Nacional de Trabajo sobre el Saneamiento (GNTS)), cuando llevó a cabo la revisión de la política nacional de saneamiento. Una vez al año, el Consorcio se dirige al Parliamentary Portfolio Committee on Water Supply and Sanitation (Comité parlamentario encargado del abastecimiento de agua y el saneamiento) para que los miembros del parlamento evalúen las nuevas circunstancias y las cuestiones relacionadas con los criterios que afectan a este sector. También se celebran reuniones periódicas de evaluación con el ministro y los altos funcionarios del DAB para evaluar los avances del Consorcio y las nuevas iniciativas que pretende emprender. La labor de promoción, cada vez mayor, adoptada por el Consorcio Mvula, le ha permitido actuar como catalizador del cambio en temas en los que la adopción de criterios es de suma importancia, como son los planteamientos participativos que mantienen otros departamentos del Gobierno (sanidad, agricultura, bienestar, desarrollo constitucional, medio ambiente y turismo) y promover un enfoque nacional del desarrollo interdepartamental e integrado. El trabajo pionero del Consorcio en áreas que no se habían tratado en Sudáfrica en los círculos que se dedican al desarrollo, ha hecho que se recurra a éste para que proporcione una amplia gama de programas de formación y también para que asesore a otros países del África meridional. Probablemente, el signo más evidente de la importancia del Consorcio como principal organismo de ejecución sea la firma de un acuerdo de colaboración entre el Consorcio y el DAB para realizar muchos de los proyectos de la DAB para el abastecimiento de agua y el saneamiento. El primero de estos acuerdos (firmado en septiembre de 1995) consignaba al Consorcio 110 millones de rand del fondo del Programa de reconstrucción y desarrollo del DBA durante un período de 18 meses. El segundo acuerdo, (firmado en mayo de 1998) comprometía al DAB a seguir financiando al Consorcio durante los siguientes cinco años. Este compromiso asegura que el Consorcio Mvula siga siendo la organización de desarrollo a largo plazo en Sudáfrica.

Sostenibilidad
Este enfoque con dos vertientes que pretende la adquisición de habilidades para ejercer distintos oficios, mediante la formación extensiva, y la propiedad y la gestión de los proyectos por las comunidades beneficiarias parece asegurar un alto grado de sostenibilidad. La responsabilidad del mantenimiento y la gestión del proyecto de Morapalala está repartida entre toda la comunidad. El Tap Committee (Comité de los grifos) es responsable de asegurar que los grifos estén en buen estado. Si surge un problema, este comité informa a un miembro del Comité del agua, quien encarga la reparación a uno de los tres residentes formados para reparar el sistema. Estos residentes reciben formación técnica y son capaces de realizar todas las reparaciones necesarias. Normalmente, reciben una paga de 50 rand por cada reparación terminada, que se les paga de los fondos recogidos por la comunidad y que están depositados en una cuenta de ahorro a nombre del Comité del agua. Mientras que la mayor parte de los gastos de inversión de un proyecto los proporciona el Consorcio como donante, es necesaria una contribución de la comunidad, pues así se crea el sentido de la propiedad desde el principio. Los criterios actuales del Consorcio no contemplan la recuperación de los gastos de inversión de los proyectos. Sin embargo, se espera que la comunidad se haga cargo de los gastos de funcionamiento y mantenimiento. Las campañas de formación, educación y concienciación sobre el funcionamiento y el mantenimiento están integradas en el proyecto mediante el apoyo del Consorcio a la campaña Masakhane del Gobierno nacional (una campaña para animar a los residentes a que paguen sus cuotas y los servicios); también se emplean prácticas nuevas como el teatro industrial, para transmitir los criterios y la metodología del Consorcio sobre salud, saneamiento y sostenibilidad a todos los miembros de la comunidad. Consciente de que muchas comunidades se pueden permitir y aspiran a tener mejores servicios (conexiones de agua a los hogares privados) que los que ahora ofrecen el DAB y el Consorcio (grifos públicos comunitarios), se están realizando estudios y programas piloto para comprobar las posibilidades de realizar proyectos específicos de concesión de préstamos para ayudar a los particulares a tener esos mejores servicios. Esta iniciativa está todavía en su fase inicial, pero refuerza el empeño y el compromiso del Consorcio de mejorar constantemente sus servicios de acuerdo con las necesidades sociales que cambian constantemente.

Lecciones aprendidas
Probablemente la lección más importante que ha aprendido el Consorcio de otras iniciativas sea la importancia de escuchar a los expertos locales que proceden de las organizaciones de base, las ONG, los funcionarios gubernamentales y de los dirigentes tradicionales o de la comunidad. Sin esos "oídos sobre el terreno", una organización externa y centralizada como lo es el Consorcio Mvula puede poner en peligro sus esfuerzos al ignorar las condiciones del lugar.

Otras lecciones importantes han sido:

  1. El enfoque de la respuesta basada en la demanda es un requisito previo para la sostenibilidad final del proyecto.
  2. La necesidad de equilibrar el enfoque participativo (de la comunidad) con las soluciones técnicas necesarias exige la realización de proyectos de desarrollo.
  3. Los métodos participativos y de "descubrimiento propio" son los mejores medios para conseguir la formación específica sobre la concienciación.
  4. La contribución de la comunidad mediante aportaciones económicas por adelantado, para el funcionamiento y el mantenimiento es un paso positivo hacia la propiedad de una red de abastecimiento de agua.
  5. Es necesario crear incentivos atractivos para las comunidades y los individuos para que asuman su cometido en el mantenimiento de las redes de abastecimiento de agua.
  6. La intervención social con las comunidades es un medio de procurar la responsabilidad de los comités del agua ante sus electores, promoviendo la igualdad de género, etc.
  7. Cada proyecto es único. Los organismos de desarrollo tienen que ser flexibles para adecuarse a las diferencias, soluciones y convenciones de cada lugar [I. Palmer , Marzo 1998: 8].

    Todas las lecciones que ha aprendido el Consorcio mediante el seguimiento y la evaluación de sus proyectos se discuten a nivel regional y en la sede central y, si se considera necesario, se incorporan al manual de criterios específicos del Consorcio [The Mvula Trust , Noviembre 1996].


Transferibilidad
Se considera que los criterios y las prácticas del

Consorcio Mvula tienen muchas posibilidades de repetirse. Un ejemplo de ello es la reciente presentación que ha hecho el Consorcio de sus prácticas ante la Conferencia de Washington sobre los enfoques de respuesta basada en la demanda para el abastecimiento de agua potable y saneamiento en zonas rurales, organizada por el World Bank (Banco Mundial). Asimismo, el Consorcio invita a muchas delegaciones de otras partes del mundo interesadas en los principios de la participación comunitaria, la gestión y el desarrollo de la propiedad. Los últimos visitantes fueron delegaciones de Sri Lanka y Tanzania. El Consorcio trabaja junto con un amplio abanico de ONG, estructuras comunitarias, asesores y funcionarios gubernamentales para intercambiar puntos de vista sobre las experiencias del Consorcio y las lecciones aprendidas.

Los principales mensajes que se pueden transmitir a otros programas son:

  1. Los enfoques de respuesta basada en la demanda aumentan la sostenibilidad: la comunidad debe ser la protagonista al inicio de un proyecto tomar las decisiones importantes durante la fase de construcción y, una vez que se haga cargo de la red de abastecimiento, es igualmente importante que se responsabilice de su funcionamiento y su mantenimiento.
  2. La supervisión delegada con el apoyo y el seguimiento de la central: para que las decisiones tomadas por la comunidad se hagan efectivas, el control del proyecto y su financiación tiene que delegarse al nivel posible. Pero el asesoramiento y el seguimiento también son importantes. Si algo sale mal, se debe intervenir e intentar acciones correctivas.
  3. Debe haber estrechas relaciones a nivel comunitario con incentivos apropiados: las relaciones entre la comunidad, los contratistas privados y otras organizaciones de apoyo deben estar debidamente estructuradas, y la comunidad debe ser el cliente.
  4. La gestión acorde con la reglamentación financiera: es importante establecer límites per cápita a las donaciones asignadas para asegurar la equidad entre los distintos proyectos. Las aportaciones económicas por adelantado de la comunidad contribuyen a la sostenibilidad.
  5. El sector privado y las ONG trabajan conjuntamente en la intervención social. La intervención social extensiva, un proceso de apoyo a la comunidad mediante la formación y el asesoramiento, es esencial para obtener buenos resultados. Dada la envergadura de la tarea, las organizaciones del sector privado y las ONG deben tener más apoyo para que su protagonismo sea mayor.

Referencias

Ian Palmer (1998) Mvula Trust: A Case Study of an Independent Approach to Rural Water Supply and Sanitation in South Africa. (30 Marzo 1998)

Messrs. John Blaxall, Peter Morgan, Gunnar Schultzberg (1996) Main Report. (External Evaluation of the Mvula Trust. N.: 1. 20 Septiembre 1996)

The Mvula Trust (1996) Specific Policies for Water and Sanitation Project Development. (N. Version 7. Noviembre 1996)



Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.
Traducido por Lourdes Domingo.

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