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Indicadores de calidad para el progreso: la vida en Jacksonville, Florida (Estados Unidos)


Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD. ( Best Practices Database.)
País/Country: Estados Unidos

Región según Naciones Unidas: América del Norte
Región ecológica: Zona costera
Ámbito de la actuación: Metrópoli
Instituciones: Instituciones académicas y científicas, gobierno local, gobierno regional, organizaciones no gubernamentales (ONG) y organizaciones de base comunitaria (OBC) y sector privado (incluido el sector informal).

Palabras clave = Participación de la comunidad. Indicadores. Planificación regional. Indicadores sociales. Desarrollo sostenible.

Categorías = Protección del medio ambiente: salud ambiental; seguimiento y control; reducción de la contaminación. Participación ciudadana y riqueza cultural: educación cívica; participación de la comunidad; integración social. Procesos de planificación regional y urbana: planificación comunitaria; ayuda e iniciativas en casos de conflicto; Agenda 21.

Contacto principal:
Jacksonville Community Council Inc.
2434 Atlantic Blvd., #100
Jacksonville, Florida Estados Unidos
32207
(904) 396-3052

Patrocinador:
Jacksonville Community Council Inc.
Marian Chambers / JCCI
3717 Duval Drive
Jacksonville Beach, Florida Estados Unidos
32250
(904) 2285-6556
compuserve-76210.737

Socio:
Jacksonville Chamber of Commerce
Chambers, Marian / JCCI
3717 Duval Drive
Jacksonville Beach, Florida Estados Unidos
32250
(904) 285-6556

Socio:
City of Jacksonville
Swain, David / JCCI
2434 Atlantic Blvd, #100
Jacksonville, Florida Estados Unidos
32207
(904) 396-3052
swaindav@unf6.cis.unf.edu.

Socio:
Lois Chepenik / JCCI
2434 Atlantic Dlvd., #100
Jacksonville, Florida Estados Unidos
32207
(904) 396-3052


R E S U M E N

El Consejo de la Comunidad de Jacksonville (JCCI) reunió a un grupo variado de residentes de todos los sectores de Jacksonville para definir el progreso y para desarrollar un modelo para medir, controlar y mejorar la calidad de vida tanto para las generaciones presentes como para las futuras. El modelo consta de nueve partes: educación, economía, seguridad pública, salud, medio ambiente natural, ambiente social, gobierno, ocio y cultura, y movilidad. Se hizo un seguimiento de setenta y cinco indicadores cada año.

En 1991, los ciudadanos revisaron todos los indicadores, establecieron prioridades, y decidieron objetivos para el año 2000. El documento del informe anual muestra ahora el progreso hacia los objetivos y prioridades, así como las tendencias.



Inicio: 05/85
Final: anual


D E S C R I P C I Ó N


Antecedentes

El Consejo de la Comunidad de Jacksonville (JCCI), una organización de ciudadanos privada, no lucrativa ni partidaria, patrocinó y aportó el personal técnico al proyecto. La misión de el JCCI es mejorar la calidad de vida en el noreste de Florida mediante una transformación positiva que se origine en la participación informada de los ciudadanos en la vida de la comunidad, mediante un diálogo abierto, una investigación imparcial, y la construcción de un consenso. Con una asociación abierta de 750 ciudadanos voluntarios, y una trayectoria contrastable de veinte años de estudios urbanos y de mejora de la comunidad, el JCCI es conocido por el consenso en la toma de decisiones y la minuciosidad, la imparcialidad, y la precisión de sus investigaciones y de la planificación de la comunidad. De manera que el JCCI estaba bien equipada para emprender este proyecto de calidad de vida.

La Cámara de Comercio de Jacksonville, una voz poderosa y respetada del desarrollo empresarial y económico, consolidó el proyecto. Los miembros de la Cámara se involucraron en el trabajo del Comité y la propia Cámara utilizó el informe anual como un instrumento de desarrollo económico y para la formulación de su plan anual de trabajo. La colaboración del JCCI y la Cámara de Comercio han trabajado bien. En los últimos años, la ciudad de Jacksonville ha aportado la mayor parte del capital, en reconocimiento al valor del proyecto. Los patrocinadores municipales han financiado los costes de imprenta y el coste del estudio anual de teléfono.

Necesidad

Cuando el proyecto comenzó, los ciudadanos tenían un bajo nivel de conocimiento de la interdependencia de los distintos elementos que componen la calidad de vida. Tendían a ver los problemas de forma aislada, careciendo de una comprensión de cómo unos puntos afectaban a otros. La comunidad empresarial, a través de la Cámara de Comercio, se centró casi por completo en el desarrollo económico. Muchos no advirtieron que el desarrollo económico no sería satisfactorio sin una buena calidad de vida, y recíprocamente, que la calidad de vida no sería buena sin un desarrollo económico eficaz. De manera parecida, el United Way (Camino Unido) se centró en los servicios humanos y los problemas sociales, y los grupos ambientales sólo estaban interesados en el medio ambiente natural. Ninguno de esos grupos consideró detenidamente el impacto de sus actuaciones sobre los otros factores que afectan a la calidad de vida de Jacksonville, y aún menos el impacto de sus actividades en otras partes del mundo.

En una sociedad tan materialista como la estadounidense, mucha gente considera la economía como el único factor determinante del progreso, y Jacksonville no es una excepción. Las estadísticas dominantes fueron los índices económicos locales que habían sido adoptados como signos de progreso, como sucedió en el caso del Producto Nacional Bruto y el Producto Interior Bruto a nivel nacional.

Los ciudadanos no se habían reunido nunca con anterioridad para hablar sobre qué constituye una buena calidad de vida y cuál es la importancia de esto para proteger la calidad de vida de las generaciones presentes o futuras. Las decisiones políticas tendían a ser de corto alcance, reflejando la duración del cargo de los funcionarios públicos.

Con anterioridad a este proyecto, los ciudadanos de Jacksonville no eran capaces de evaluar el progreso de la comunidad sobre una base amplia en un momento dado. Los periódicos informaban en diferentes momentos del año de unas estadísticas anuales muy incompletas, sobre los beneficios sociales. En consecuencia, un residente no podía tener un conocimiento global de cómo marchaba la comunidad. De forma parecida, se omitían o no informaba en detalles de las tendencias, de manera que los ciudadanos no podían determinar si la vida en todas las zonas estaba yendo a mejor o a peor.

Claramente, se necesitaban unos nuevos indicadores; el conocimiento de los ciudadanos tenía que aumentar; y los propios ciudadanos tenían que definir el progreso. Solamente dando el primer paso, los ciudadanos podrían asegurarse de que los funcionarios elegidos se responsabilizarían de sus asuntos. Solamente dando el primer paso, los ciudadanos podrían iniciar el camino hacia un desarrollo sostenible.

Objetivos

Los objetivos formulados en el proyecto son:

Definir y medir el progreso, mediante consenso ciudadano.
Asegurar la responsabilidad gubernamental.
Acrecentar el conocimiento de la interdependencia de los factores que determinan la calidad de vida.
Fomentar el desarrollo sostenible y la reflexión a gran escala.
Concentrar los recursos de la comunidad en las áreas de mayor prioridad.
Destacar los episodios satisfactorios de la comunidad, y
Fomentar la actuación de los ciudadanos.

El Proceso

El JCCI fue capaz de involucrar desde el principio a muchos residentes de Jacksonville en el proceso mediante muy diversas técnicas, como los anuncios de servicio público en la televisión o las encuestas en el periódico. Se pidió a los residentes que identificaran aquellos factores importantes para su calidad de vida. Se invitó a participar en el proyecto a los miembros del JCCI y al público en general. Las 100 personas que ayudaron a diseñar el modelo y que eligieron los indicadores constituían una amplia representación de la comunidad.

Ellos procedían y trajeron consigo perspectivas de muchas instituciones comunitarias, como del Colegio de la Comunidad de Florida en Jacksonville, la Universidad del Norte de Florida, la Asociación de Fabricantes del Noreste de Florida, el gobierno local, la Asociación Nacional para la Promoción de la Gente de Color NAACP, organizaciones de servicios humanos y sanitarios, muchas sociedades privadas, y asociaciones de vecinos. Los miembros del comité recibieron la ayuda de una pequeña plantilla profesional del JCCI y la opinión y sugerencias de expertos, pero fueron ellos, los residentes, quienes tomaron las decisiones finales mediante consenso.

El modelo consta de nueve partes

Un comité de dirección de once personas coordinaron a nueve grupos de trabajo. El comité de dirección estableció algunos parámetros, como las fronteras y límites geográficos sobre los diversos indicadores. Se decidió llevar a cabo una encuesta telefónica del público para aquellos indicadores para los que no se dispusiera de ningún otro dato. Además, el comité de dirección desarrolló criterios para la elección de los indicadores.

Criterios para la elección de los indicadores

Validez: Si el indicador varía, ¿podría ponerse de acuerdo un grupo variado de personas sobre si ese cambio afecta a la calidad de vida positiva o negativamente? Si los miembros del grupo estuvieran en desacuerdo sobre el efecto, entonces determinaríamos que éste no es un buen indicador.

Disponibilidad y oportunidad: ¿Está el indicador fácilmente disponible sobre una base anual? Nuestro presupuesto nos obliga a utilizar datos disponibles.

Fiabilidad y estabilidad: ¿se recopilan los datos de la estadística de una manera sistemática e imparcial que se repetirá cada año?

Sensibilidad: ¿Corresponden los indicadores de manera directa y visible a las transformaciones reales?

Comprensibilidad: ¿Es un simple indicador suficiente para que sea fácilmente interpretado por el público?

Adecuación política: ¿Es adecuado el indicador a las decisiones políticas públicas?

Representación: ¿Abarca un grupo de indicadores todas las dimensiones importantes de la categoría?

Cuando los nueve grupos de trabajo terminaron su labor, la plantilla del JCCI recogió y reunió los datos para el primer informe. Los 75 indicadores miden una variedad de factores que nuestros ciudadanos consideran importantes, que van desde los nuevos empleos creados, el desequilibrio entre el desempleo de los negros y el total, el sentimiento de seguridad de la gente en el interior de sus barrios, la calidad del aire, la calidad del agua del río St. Johns, el reciclaje, la mortalidad infantil, la forma física de los estudiantes, la percepción del racismo, las quejas por discriminación, la proporción de voluntariado, la diversidad racial y de género del Ayuntamiento de la ciudad, la extensión en superficie de los parques públicos, la circulación de libros de biblioteca, el tiempo del transporte diario y el número de viajes en autobús.

Cada año, la plantilla del JCCI recoge y reúne los datos para que los revise un comité ciudadano de diez personas. El comité formula lo más destacado del informe.

Cada año se publican dos informes: un resumen conciso de la realización para el público en general, y un documento de investigación más largo para los investigadores, planificadores, funcionarios del gobierno y los medios de comunicación.

Una vez publicado el documento del informe anual, la presidencia del Comité de Previsión (normalmente el presidente entrante de la Cámara de Comercio) y los miembros del comité presentan el informe en los encuentros de la Cámara del Área y aparecen en programas de debate en radio y televisión. El JCCI mantiene una oficina de portavoces que hacen presentaciones a lo largo de todo el año a los ciudadanos, servicios humanos y grupos de negocios.

Mejoras

Aunque el documento del informe anual fue bien recibido por la comunidad, se escucharon algunas críticas. En primer lugar, se comprobó que unos pocos indicadores no eran fiables y restaban calidad y credibilidad al informe. Segundo, aunque uno pudiera deducir tendencias a partir del informe, era difícil enumerarlas dentro del contexto. Por ejemplo, si el índice de mortalidad infantil descendía de 12 a 10, era obvio que esto era una buena noticia. Pero, ¿cómo de buena? ¿cuál debería esperarse que fuera el índice de mortalidad infantil?. Y tercero, evidentemente los setenta y cinco indicadores no tenían la misma importancia, lo cual creaba confusión en un residente al evaluarlos.

En un esfuerzo por responder a estas críticas, en 1991 el JCCI reunió a un grupo variado de 150 ciudadanos con el siguiente cometido:

En consecuencia, ahora uno puede relatar, a partir del documento del informe anual, no sólo dónde se encontraba la comunidad, sino el progreso realizado hacia los objetivos. Además uno puede observar los indicadores prioritarios en cada categoría y la categoría de mayor prioridad.

Usos

La vida en Jacksonville: Los indicadores de calidad para el progreso reciben un amplio uso en la comunidad. Unos pocos ejemplos a continuación:

Los planificadores de la ciudad, los escritores de editoriales, los periodistas, y los investigadores utilizan el informe con frecuencia como parte integrante de su trabajo.

Los cargos municipales elegidos se remiten al informe, ya que ellos determinan como asignar los recursos para atender a las necesidades de la comunidad.

Muchas instituciones utilizan el informe como una visión amplia de la comunidad en un proceso de planificación estratégica.

El JCCI se remite a los datos, cuando selecciona sus temas de estudio para el año.

Fundaciones privadas y comunitarias utilizan el informe como un instrumento en sus tomas de decisiones y en sus donaciones.

La Cámara de Comercio utiliza el informe como un instrumento de desarrollo económico y como un método para establecer prioridades dentro de su plan de trabajo anual.

Los ciudadanos utilizan el informe para apoyar sus recomendaciones a los funcionarios públicos.

Novedades

Jacksonville fue la primera ciudad del país en dar la posibilidad a los ciudadanos de definir la calidad de vida y de controlar y medir esa calidad. Los ciudadanos y los funcionarios crearon una relación de trabajo durante el propio proyecto, una asociación de diálogo más que de discusión. Comenzaron a verse más como socios que como adversarios.

La idea de que los ciudadanos puedan realmente elegir los indicadores es también una novedad. Tradicionalmente, los indicadores habían sido elegidos por los científicos, los técnicos y el gobierno, poniendo a los ciudadanos casi como una idea posterior al acto. En este proyecto los ciudadanos toman las decisiones sobre los indicadores, después de consultar con los científicos, los expertos y los burócratas. Este cambio en la importancia que se les daba provocó un sentimiento de propiedad en los ciudadanos, una sensación de que ellos están a cargo de su destino.

La construcción de un consenso ha llegado a ser un método institucionalizado de toma de decisiones en el JCCI. A través de este proceso, se exponen abiertamente los conflictos y el grupo se pone de acuerdo sobre la mejor solución posible. Esto está en contraposición con la resolución de diferencias mediante un voto mayoritario, de modo que se creen ganadores y perdedores.

El concepto de que hay más cosas en la vida que la economía está claramente abandonado desde los medios de comunicación, que insisten en el consumo de artículos materiales. De hecho, este proyecto ha logrado modificar esta arraigada norma cultural: que la economía y el desarrollo económico son los componentes principales del progreso. En lugar de preguntarse como está funcionando la economía, este proyecto se pregunta ¿cómo le va a nuestra gente y a su entorno y cómo se presenta su futuro? una cuestión mucho más amplia.



S O S T E N I B I L I D A D


Una vez publicado el documento del informe anual, las organizaciones comunitarias han venido "adoptando" un indicador, que desarrolle y lleve a cabo un plan de actuación que se dirige a perpetuar el cambio.

Por ejemplo, el Consejo de la Comunidad De Jacksonville advirtió el crecimiento del índice de abandono escolar y en 1987 patrocinó un estudio urbano de prevención del abandono escolar. El estudio produjo muchas recomendaciones que se llevaron a cabo, de las cuales la más importante fue que la comunidad debería comenzar un programa de "La Ciudad en la Escuela". Aquel programa transformó los convenios institucionales convenciendo a las instituciones de servicios humanos de que proporcionaran sus servicios directamente a los estudiantes que estuvieran en riesgo de abandonar el colegio. Los padres ya no tienen que aportar el transporte y el tiempo para llevar a sus hijos a través de la ciudad para recibir los servicios que necesitan (por ejemplo, tutoría, consejo), porque los chicos pueden recibir los servicios en el propio colegio. El programa comenzó en un colegio en 1991-1992 y ahora se ha extendido a 22 colegios y ha implicado a 4.654 estudiantes. Este cambio en las disposiciones institucionales elevó de forma importante los índices de promoción en esos colegios del 27% al 79%.

Los beneficiarios directos de este programa fueron los estudiantes y sus familias. No obstante, la comunidad entera se benefició indirectamente. Los estudiantes permanecían en el colegio y no en las calles cometiendo delitos e involucrándose en el tráfico de drogas. Los estudiantes que permanecen en el colegio tienen más probabilidad de llegar a ser ciudadanos productivos.

Como otro ejemplo, la Cámara de Comercio llegó a interesarse por el descenso de la calidad del agua en el río St. Johns, como se informó en los indicadores. Después de un profundo estudio llegaron a la conclusión de que el conocimiento de los ciudadanos acerca del problema era un primer paso necesario. Se inició un programa de relaciones públicas en asociación con la organización del Distrito de Gestión del Agua del Río St. Johns. Junto a un conocimiento por parte de los ciudadanos, vino la formación de un nuevo grupo de ciudadanos de base, llamado los "Stewards del río St. Johns". Los "Stewards" ha iniciado una "Línea Permanente" de Visión del Río, permitiendo a los ciudadanos informar sobre las evidencias de contaminación y encaminado sus asuntos hacia una institución pública apropiada para la actuación. Los "Stewards" contribuyeron a fundar una nueva Comisión de Calidad del Agua, reuniendo a funcionarios públicos de varios distritos a lo largo de la cuenca del río. Un Joven Grupo de Stewards ayuda a la gente joven a conseguir implicarse en la protección del río y en las actividades de limpieza.

El impresionante historial de los "Stewards" ha beneficiado a aquellos que utilizaron el río con propósitos recreativos y comerciales, y a la comunidad entera. El río St. Johns es un gran área recreativa, utilizada por muchos ciudadanos y apreciada, incluso más, por su belleza. Un río limpio es una ventaja económica.

Este proyecto ha demostrado su sostenibilidad prevaleciendo durante una década. Hace pocos años, venían solicitudes de información y ayuda procedentes de más de 200 fuentes en Estados Unidos y el extranjero. En respuesta, el JCCI desarrolló en 1994 un equipo de repetición para permitir que otras comunidades desarrollen sus propias medidas de sostenibilidad. El equipo, un Método para la Evaluación de la Calidad de Vida de las Comunidades, contiene copias de los documentos de los informes más recientes y de los documentos de investigación, los folletos explicativos, un vídeo de ocho minutos, y un manual detallado. Hasta la fecha se han vendido 22 equipos a las comunidades de Canadá, el Reino Unido y los Estados Unidos.



I M P A C T O




Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.
Traducido por Silvia Mosquera Hernández.


Revisado por Isabel Velázquez.

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