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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Palestina
Región según Naciones Unidas: Oriente Medio (incluido Israel)
Región ecológica: Árido y semiárido
Ámbito de la actuación: Nación
Instituciones: Organizaciones no gubernamentales (ONG) y
organizaciones de base comunitaria (OBC)
Palabras clave = Necesidades básicas. Recuperación de costes.
Vivienda. Construcción de vivienda. Política de vivienda.
Categorías = Vivienda y uso del suelo: vivienda asequible. Buena
gestión urbana: fomento de la colaboración pública y privada.
Participación ciudadana y riqueza cultural: integración social.
Contacto principal:
Palestinian Housing Council
9 Alí Ben Abu Taleb St.
Jerusalem, Palestina.
Patrocinador:
Palestinian Housing Council.
9 Ali Ben Abu Taleb St.
Jerusalem, Palestina.
Socio:
Shadid Mohamad, Ph. D./Chairman, PHC.
P.O.Box 17128
Jerusalem, Israel
Socio:
Kilani, Mohamad, Ph. D./Director General
P.O.Box 17128
Jerusalem, Israel
Socio:
Al-Qutub, Ishaq, Ph. D./Director
P.O.Box 17128
Jerusalem, Israel
Inicio: 09/93
Final: 11/96
La política israelí en los territorios ocupados fue mantener a
su población como mano de obra barata y con una economía
dependiente de Israel, inundando el mercado palestino de
artículos israelitas e impidiendo a los palestinos la
construcción de una estructura industrial.
El sector de la vivienda sufrió por causa de esta política lo
mismo que cualquier otro sector, o incluso más. Israel reprimió
intencionadamente el sector de la vivienda porque la construcción
de alojamiento se traduce en que la gente encontraría un lugar
para establecerse y no abandonarían su país. La política no
declarada de Israel tras la ocupación fue, y aún es, evacuar a
la gente de las tierras de manera que sea posible anexionar los
territorios palestinos pero no a la población. Por lo tanto, la
estrategia que mantenía la política israelí en los territorios
ocupados consistió en reprimir la construcción palestina y
asentar en su lugar a nuevos inmigrantes israelitas en los
territorios palestinos, financiando la construcción de más de 130
asentamientos ilegales.
En la mayoría de los casos, la construcción se limitó a los
particulares y sólo dentro de la ciudad edificada o los límites
del lugar, de manera que se produjo una situación de insalubridad
y de hacinamiento. No se planearon barrios nuevos y la gente con
ingresos limitados y las parejas jóvenes se encontraron
imposibilitados para construir o comprar un apartamento debido
a la carencia de terrenos apropiados para edificar y al alto
coste de la vivienda en el mercado.
Esta triste y poco sincera situación deterioró las condiciones
de vida en los territorios ocupados, especialmente tras el
estallido del levantamiento palestino popular (Intifada) a
finales de 1987 y tras el estallido de la Guerra del Golfo en
1990, que tuvo efectos devastadores sobre los palestinos.
Estas condiciones condujeron a varios países occidentales a
considerar medidas de emergencia. La campaña proporcionó ayuda
económica de emergencia, de la cual un presupuesto de 36 millones
de dólares estadounidenses fueron destinados a la vivienda.
El único problema para la concesión de este fondo fue que no
existía un grupo palestino autorizado que formulara y
desarrollara los planes necesarios para movilizar ese dinero. La
Palestinan Housing Council (PHC) fue creada con esa misión, ya
que no existía una Autoridad Palestina en los territorios
ocupados.
El PHC fue constituido en 1991 y registrado como empresa sin
ánimo de lucro. Inmediatamente después de su creación, la
Comisión Europea (EC) comenzó las negociaciones con la PHC acerca
de como emplear mejor las subvenciones para la vivienda. Tras
largas negociaciones, las dos partes llegaron a un acuerdo sobre
la construcción de apartamentos dentro de los límites de la
ciudad palestina en el Cisjordania y en la franja de Gaza, con
la intención de beneficiar a las familias palestinas que tuvieran
un nivel de ingresos bajo o medio.
Inmediatamente después de que fuera firmado un acuerdo entre la
Comisión Europea y PHC, este último comenzó a planear la
construcción de complejos de vivienda en toda la ciudad de
Palestina. Como resultado se anunciaron 20 proyectos y comenzaron
los trabajos de diseño y construcción.
El tipo de vivienda varió de un lugar a otro. Por ejemplo, en la
franja de Gaza la construcción fue vertical -un nuevo concepto
de comunidad residencial- porque la tierra era escasa y cara,
mientras en Cisjordania, donde había más suelo disponible, la
construcción fue horizontal y más dispersa (4 plantas de altura).
La construcción de unidades residenciales, relativamente pequeñas
en número (alrededor de 1.200), era un desafío, ya que era la
primera vez que la institución palestina cargaba con la
responsabilidad de construir vivienda.
Los obstáculos eran muchos. Aunque la mayoría venían impuestos
por una ocupación represiva, también contribuyeron factores
sociales. La sociedad palestina es tradicional y patriarcal. Las
familias prefieren la vivienda individual a vivir en
apartamentos. Como resultado, muchas cuestiones tenían que ser
resueltas antes de comenzar con las obras. Si los complejos de
apartamentos se construían, ¿cómo recibirían la idea las familias
tradicionales? ¿pueden las grandes familias palestinas adaptarse
a la vida de apartamento y no tener problemas con sus vecinos?
¿qué pasaría con el ruido en el edificio, el mantenimiento del
orden y el control ambiental? ¿cómo podrían resolverse los
problemas que surgieran, tales como el mantenimiento, y las
relaciones entre los jóvenes, las mujeres y los ancianos?. Estas
son algunas de las cuestiones que el PHC intentó resolver y para
las que buscó planes y soluciones. Tales planes incluyen la
creación de sociedades cooperativas de vivienda, donde los
inquilinos y los propietarios serán los responsables del control,
la gestión, el mantenimiento y la seguridad del distrito, los
espacios abiertos, la construcción y el medio ambiente
circundante.
La PHC tiene el objetivo de establecer nuevas comunidades en la
cambiante sociedad urbana, especialmente con la nueva era del
reciente proceso de paz, y buscará las vías para desarrollar
nuevos módulos de asentamiento urbano. El repertorio de viviendas
que PHC está construyendo debería estar en armonía con el que ya
construyó bajo la ocupación, para llevar a cabo un desarrollo
socio-económico urbano global.
Los nuevos apartamentos están a disposición de los beneficiarios
a precio de costo en módicos pagos mensuales. Esto asegura, a los
colectivos de ingresos bajos y medios, la oportunidad de
disfrutar de una vivienda asequible y estable para las
generaciones venideras.
Las técnicas de construcción, la calidad de los materiales
constructivos, y los diseños de vivienda han sido coordinados
bajo supervisión profesional y por sistemas administrativos. El
proyecto cumple los estándares, los controles ambientales, las
condiciones climáticas, se adapta a la calidad del suelo y al
paisaje, y los emplazamientos son elegidos dentro de los límites
de la ciudad de acuerdo con los planes de desarrollo urbano a
largo plazo.
La selección de beneficiarios asegura la creación de una nueva
comunidad de personas libres de discriminación por razones de
religión, raza, sexo, o pensamiento. El factor común es la
necesidad de vivienda y de plazos de pago asequibles para un
período de 25 años. Los residentes estarán viviendo por primera
vez como vecinos en una misma planta y en un mismo bloque,
compartiendo los espacios abiertos y el uso de electricidad, el
agua, la eliminación de basuras y la red de saneamiento.
Los centros de la comunidad proporcionarán la oportunidad de
planear y realizar actividades y programas de interés e
importancia para todos los colectivos. Pueden llevarse a cabo las
actividades de ocio, desarrollo de las habilidades, mejora del
conocimiento de la naturaleza, salud, medio ambiente trato
social, adaptación al cambio y aprendizaje de cómo hacer frente
a los nuevos cambios.
La autogestión y la administración son las características
principales de las comunidades de vecinos. Los acuerdos
alcanzados se inscriben, mediante disposiciones, en la
cooperativa de vivienda local, que está legalmente registrada y
ha sido aprobada por las leyes decretadas por el Gobierno
palestino, proporcionando una estructura legal para los servicios
que fomenta y desarrolla.
La Junta directiva elegida está al cuidado de la administración,
el traspaso de la propiedad u ocupación de las viviendas, las
obligaciones económicas, el mantenimiento de las viviendas y los
espacios abiertos, la seguridad y la protección de todos los
residentes. La Junta responde por el conjunto de socios en los
encuentros anuales donde se discuten los planes futuros y las
decisiones financieras, legales, económicas y de gestión locales.
El proyecto proporciona los cimientos para un proceso democrático
de propiedad, autocontrol, autoevaluación, autofinanciación y
autopromoción de la nueva comunidad. Los beneficiarios aprenden
unos de los otros cómo conservar y mantener sus relaciones
sociales, o bien económicas, y cómo hacer de la comunidad un
lugar seguro para ellos mismos y para las generaciones venideras.
La participación y la concienciación surgen como consecuencia del
ejercicio de la tolerancia y de la resolución de los problemas
originados en la relación entre los niños, las mujeres, los
jóvenes, y de las crisis internas o externas, naturales o
humanas. La participación colectiva sustituye gradualmente a las
decisiones y formas de comportamiento individuales. Las nuevas
tradiciones, valores, normas, cultura, como resultado de la
experiencia adquirida a través de las prácticas colectivas,
sustituyen gradualmente a las antiguas, una vez probado que son
mejores y sirven al buen funcionamiento de la comunidad.
El Gobierno apoya la iniciativa de nuevos planes de vivienda y
proporciona la legislación y protección necesaria a la industria
de la vivienda para atender a los colectivos de ingresos medios
y bajos de la ciudad tanto como de las comunidades rurales.
La institucionalización de los objetivos de la comunidad toma
diferentes formas. Las resoluciones de la cooperativa, el apoyo
legal, la adaptación a los servicios y equipamientos municipales,
la supervisión, la administración y gestión de un complejo, las
relaciones financieras con bancos para realizar pagos mensuales,
las regulaciones y reglamentos de transferencia de propiedad y
seguridad de la gente, y la protección del medio ambiente son
solamente unos pocos de los intereses y procesos que contribuirán
a la sostenibilidad del proyecto.
PHC es consciente de la necesidad de llevar a cabo un estudio de
mejora de la calidad de la vivienda futura para acomodar a los
colectivos con bajo nivel de ingresos de la comunidad urbana, de
cómo construir vivienda asequible que asegure mejores condiciones
de vida, y de cómo mantener la seguridad de los residentes, y
fomentar la participación en la toma de decisiones de las nuevas
comunidades.
La experiencia obtenida en el proyecto proporcionará valiosas pautas para desarrollar ideas novedosas, y está dirigida a hacer frente a la creciente demanda de vivienda estable y asequible para la futura población urbana palestina.
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