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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Irak
Región según Naciones Unidas: Oriente Medio (incluido Israel)
Región ecológica: Montaña y meseta
Ámbito de la actuación: Provincia
Instituciones: Gobierno central, organismos internacionales,
organizaciones no gubernamentales (ONG) y organizaciones basadas
en la comunidad (OBC)
Palabras clave = Servicios Básicos. Intervención frente a los
desastres. Infraestructuras. Colaboración pública y privada.
Rehabilitación.
Categorías = Igualdad y equidad de género: plena participación en
la sociedad. Protección del medio ambiente: higiene ambiental,
reducción de la contaminación. Servicios sociales: reducción y
prevención de la delincuencia, salud y bienestar, grupos
vulnerables.
Contacto principal:
Viktor Walhroos, Acting Coordinator
UN Inter- Agency Humanitarian Prog
Canal Hotel, Baghdag, Irak
Tfno: 1 212 9633010; Fax 1 212 9633009
Patrocinador:
United Nations Inter-Agency Humanitarian Progrmme in Irak
Viktor Wahlroos, Acting Coordinator
UN Inter-Agency Humanitarian Prog
Canal Hotel, Baghdag, Irak
Tfno: 1 212 9633010; Fax: 1 212 96330099
Socio:
UN Department of Humanitarian Affairs
Gregoire de Brancovan, Chief
Middle East and Asia Section
Complex Emergency Div.,
DHA, New York, New York, USA
Fax: 1 212 9631312
Inicio: 1993.
Final: continúa.
EL INFORME DEL CNUAH (Hábitat)
El informe del Centro de las Naciones Unidas para los
Asentamientos Humanos (CNUAH), Hábitat, concluyó que el esfuerzo
conjunto realizado por los organismos de las Naciones Unidas, los
donantes y las ONG hizo posible que se pudiera disponer de unas
12.000 viviendas anuales desde 1991, incluídos los
reasentamientos espontáneos. Pero el avance era demasiado lento.
Se estimaba una demanda acumulada de 54.000 viviendas rurales en
1993, además de las necesidades generadas por el crecimiento
anual de la población. Era necesario acelerar el proceso de
reasentamiento. Se estaban cometiendo muchos errores tanto en los
enfoques y en los detalles técnicos como en la prestación de
servicios de apoyo al proceso de creación de nuevas aldeas. Debía
mejorarse la coordinación entre los donantes, los organismos de
las Naciones Unidas, las ONG y las "autoridades" locales. El
informe también advertía de la destrucción de viviendas en las
"ciudades de acogida", ciudades habitadas por antiguos aldeanos.
Las autoridades de facto locales favorecían esta destrucción al
tiempo que otros 12.000 desplazados internos en la zona
necesitaban desesperadamente un alojamiento digno.
Se probaron todo tipo de métodos. Algunos promotores construyeron
viviendas con gran rapidez. Una ONG internacional incluso
construyó viviendas listas para ser habitadas si tenían en
propiedad una parcela, sin aportación de las familias, a pesar
de que muchas de ellas incluso habrían podido pagar la
construcción. Por otra parte, algunas ONG proporcionaron sólo
transporte para las familias y sus pertenencias hasta las aldeas,
favoreciendo de este modo el reasentamiento espontáneo. Los
organismos más importantes de las Naciones Unidas y muchas ONG
satisficieron las necesidades más urgentes de las familias que
se estaban reasentando. Las necesidades más acuciantes eran
ayudar a las familias en la construcción de una vivienda
provisional, para que pudieran dedicarse a actividades de
producción agrícola, y el suministro de agua potable.
Los diferentes métodos empleados provocaron varios problemas
sociales, fricciones y resentimientos, y todo ello dio lugar en
el peor de los casos a la reticencia para aceptar soluciones de
alojamiento asequibles. Además, las viviendas que se habían
construido con materiales modernos resultaron ser demasiado frías
en muchas zonas de montaña. Podría haberse utilizado energía
eléctrica para calefacción pero no había en la mayoría de las
aldeas. Las familias pobres no podían permitirse comprar
queroseno para calefacción y ello provocó una amenaza para los
escasos bosques, lo que aceleró la erosión y la degradación del
medio ambiente. Aunque algunas aldeas disponían de agua potable
y de algún tipo de saneamiento, la mayoría no tenían, y muchas
carecían de caminos de acceso, escuelas o servicios sanitarios.
Los esquemas urbanos de construcción de viviendas proporcionaban
alojamiento pero no empleo a las familias. A pesar de que las
"autoridades" locales agradecían toda la ayuda, se quejaron de
una total falta de coordinación y cooperación entre las ONG
internacionales.
LA NUEVA ESTRATEGIA: UN ENFOQUE COORDINADO PARA EL
REASENTAMIENTO
El objetivo fundamental era disminuir el número de familias que
dependían de la ayuda alimentaria de emergencia y de otros tipos
de ayuda humanitaria. Por esta razón, era prioritario el
reasentamiento en zonas rurales y que las familias realizasen
actividades productivas. La construcción de un alojamiento
permanente y adecuado por las propias familias era el método más
económico y se promovería mediante incentivos apropiados para el
reasentamiento en las zonas rurales. Las viviendas de las aldeas
se construirían con técnicas y materiales de construcción
tradicionales, más adecuados para las severas condiciones del
invierno y para los calurosos veranos del norte del Irak.
El nuevo método para reasentar a los antiguos aldeanos fue
uniformizar toda la ayuda para la construcción de las viviendas.
El mayor número posible de familias debía recibir asistencia
básica, en lugar de ayudar mucho a unas pocas familias. Además,
era importante que se diera preferencia a los más pobres, a
aquellos que eran incapaces de reasentarse sin ayuda. La cuestión
fundamental era el acceso al suelo: la ayuda no se dirigiría a
los que no tuviesen tierras. La disponibilidad de viviendas
urbanas se incrementaría a medida que las familias que debían
reasentarse se trasladaran hacia las áreas rurales. Debía
encargarse a las ONG internacionales que recogieran información
y que fijaran objetivos en colaboración con las autoridades
locales de hecho. Las familias tenían que construirse su propia
vivienda, aunque aquellas cuyo cabeza de familia fuera una mujer
o una persona incapacitada y otras familias vulnerables podrían
necesitar más ayuda. Se proporcionarían infraestructuras y
servicios básicos para que las personas que debían reasentarse
pudieran permanecer en las aldeas y para ayudarlos a conseguir
una vida rural sostenible.
Se consideró crucial la difusión de la información sobre los
tipos de ayuda adecuados, el asesoramiento sobre las soluciones
técnicas correctas, y una verdadera coordinación entre todos los
participantes. Sólo mediante la coordinación se podría aumentar
al máximo el efecto de los limitados recursos y proporcionar unos
servicios básicos sostenibles a los habitantes.
La ayuda para la reconstrucción, la rehabilitación y la
reinserción en las aldeas se componía de una selección de los
siguientes elementos:
LA CONSTRUCCIÓN DE LAS VIVIENDAS
El suministro en el lugar de materiales básicos de construcción
haría posible que las familias construyeran una casa con
materiales tradicionales: cimientos de piedra, suelos altos de
paja y barro, muros de barro y piedras o de adobes, y una
cubierta plana, maciza y aislante, de tierra sobre esterillas y
con capas compactadas de arcilla y paja para proporcionar
impermeabilización. En el interior, el acabado de yeso
proporciona una superficie blanca y limpia. Cada estancia tiene
una sola puerta y las ventanas son pequeñas. Las generaciones
mayores dominan estas técnicas tradicionales de construcción, que
podrían utilizarse para proporcionar un alojamiento digno y
asequible. Aunque estas viviendas semipermanentes precisan un
mantenimiento continuo, los habitantes de la región son expertos
en estas técnicas.
Los materiales básicos de construcción que las aldeas necesitan
son esteras de paja para el techo, un poco de cemento para
mejorar los cimientos y para que el suelo dure más y sea menos
sucio, puertas y ventanas y, si no hay en los alrededores,
transporte de arena de río para mezclar con el hormigón.
Los constructores recibirían los materiales de construcción por
etapas para valorar el compromiso de las familias reasentadas y
para llevar un control.
INFRAESTRUCTURAS Y SERVICIOS BÁSICOS
Las infraestructuras básicas requeridas eran caminos de acceso
transitables durante todo el año, agua potable y algún tipo de
saneamiento común. Las aldeas podrían compartir en grupos las
instalaciones sanitarias, educativas y agrícolas; éstas eran la
siguiente prioridad para apoyar el reasentamiento permanente.
ACUERDO DE EJECUCIÓN
En ausencia de un organismo encargado por las Naciones Unidas que
se hiciera responsable del desarrollo de los reasentamientos, la
Dependencia de las Naciones Unidas de coordinación del Socorro
al Irak (UNIRCU) tuvo que hacerse cargo. Se distribuyeron copias
del informe del CNUAH "Estrategia de reasentamiento para el norte
del Irak", de noviembre de 1993, a los organismos de las Naciones
Unidas, a los donantes con representación local, a las ONG que
participaban en la rehabilitación, y a los representantes de la
"autoridad" local. Oxfam (Oxford), que tenía experiencia en este
campo, fue utilizada para convencer a otras ONG internacionales
para que se unieran en un esfuerzo de cooperación. Las ONG
locales y los socios de ejecución de las ONG internacionales
tuvieron que seguir el ejemplo. Las reuniones de coordinación
enfatizaron la importancia de que se trabajara en equipo y con
criterios afines. Los comités de alojamiento pronto comenzaron
a presentar propuestas de lotes uniformados de ayuda para el
reasentamiento. Todas las ONG abandonaron la construcción de
viviendas para la población y mejoraron su cooperación con las
"autoridades" locales.
Una donación de un millón de dólares estadounidenses para los
alojamientos y reasentamientos permitió a la UNIRCU, con Oxfam
como socio de ejecución, comenzar proyectos piloto de
reasentamientos según las observaciones del CNUAH. La importante
aportación de materiales básicos de construcción que la OFDA [N.T.: El texto original resulta difílmente comprensible.] de
Estados Unidos suministró para la fase inicial, ha continuado en
fases posteriores del programa de reasentamientos de la UNIRCU,
y en varios proyectos de reasentamiento de diversas ONG
internacionales, hasta alcanzar cerca de 20 millones de dólares
estadounidenses. Durante el proyecto incial de la UNIRCU y Oxfam
para reasentar a 1.000 familias en 242 aldeas de la [N.T.: El texto original resulta difílmente comprensible.] prefectura
de Suleimaniyah, al norte de Irak, se sacaron nuevas
conclusiones. No sólo se proporcionó alojamiento, caminos de
acceso, suministro de agua y un saneamiento adecuado, sino que
también se construyeron diez escuelas y tres clínicas en lugares
más alejados.
En las siguientes etapas de la cooperación entre la UNIRCU y
Oxfam para ayudar a otras 2.000 familias a reasentarse se dieron
ayudas para la agricultura, como el reparto de ovejas y colmenas,
y la construcción de rediles para las ovejas, además de otras
iniciativas a pequeña escala- todas ellas concebidas como apoyo
a las actividades de los campesinos que generan ingresos o para
proporcionar un punto de partida a las familias vulnerables. Los
Comités de Reasentamiento, en los que participaban todos los
interesados, evaluaron el impacto de estas aportaciones. Cada vez
más ONG adoptaron el mismo método, que a menudo complementaba los
esfuerzos de las otras.
La UNIRCU, reforzada con un experto del CNUAH, organizó dos
talleres en las ciudades de Suleimaniyah y Erbil, en el norte de
Irak, en septiembre y octubre de 1994. Se invitó a asistir y a
participar a los representantes de los organismos de las Naciones
Unidas, a los donantes con representación local (USAID/ OFDA [N.T.: El texto original resulta difílmente comprensible.] y
CEE/ ECHO), al personal de las ONG internacionales y locales y
a los representantes de las autoridades locales de hecho que
participaban en las actividades de reasentamiento y
rehabilitación de las aldeas. Los talleres pusieron en común su
experiencia local y examinaron todos los aspectos del
reasentamiento y de la rehabilitacione adecuados y asequibles.
Como resultado de los talleres, la UNIRCU publicó un folleto
titulado "Guía para el reasentamiento en el norte de Irak", y lo
distribuyó ampliamente por la región. La guía explica no sólo las
directrices acordadas sino también los materiales de construcción
más apropiados, la importancia de los servicios básicos y de las
infraestructuras y se atreve a sugerir los papeles que podrían
jugar los distintos donantes, organismos, autoridades y las
propias comunidades en los proyectos de reasentamiento.
Se consiguieron algunos resultados: la USAID/ OFDA cambió sus
criterios de ayuda, destinando la mayor parte de sus fondos a
apoyar el reasentamiento rural y la rehabilitación de las aldeas.
La CEE/ ECHO incrementó también su apoyo para el reasentamiento.
Los Países Bajos, el tercer donante individual para el
reasentamiento en el norte del Irak, continuó su apoyo a través
de las ONG internacionales.
La función de la OFDA en las actividades del reasentamiento ha
sido principalmente apoyar la rehabilitación de las aldeas
proporcionando materiales básicos de construcción: esteras para
techos, láminas de plástico, cemento y yeso. Así lo ha hecho en
todos los proyectos. Las ONG internacionales realizaron los
estudios básicos necesarios para ubicar a las familias que
estaban dispuestas a reasentarse, pero no podían, y consultaron
a los líderes locales (anjumanos) respecto a sus necesidades de
ayuda y a sus prioridades. Estos resultados se comprobaron con
las autoridades locales de hecho y, una vez que todas las partes
se pusieron de acuerdo, se hicieron propuestas de proyectos
detallados y presupuestados, que se presentaron a la OFDA para
que las financiase. Algunas propuestas de las ONG locales fueron
financiadas directamente por la OFDA. En su relación con las ONG,
la OFDA también financió varios elementos de las infraestructuras
básicas. En 1995, tras haber dado prioridad a los
reasentamientos, la OFDA apoyó directa o indirectamente el
reasentamiento de 14.500 familias.
CEE/ ECHO también ha sido un donante importante para las
actividades de reasentamiento. Ha financiado proyectos de varias
ONG internacionales, como Save the Children (Reino Unido);
Humanitarian Aid and Development (Ayuda humanitaria y
desarrollo), (Alemania); Qandil (Suecia) y France Libertés, por
mencionar algunas. ECHO ayudó al reasentamiento de cerca de 2.000
familias en 1995.
Los Países Bajos también colaboraron en los reasentamientos a
través de las ONG internacionales, en especial Shelter Now
International (EEUU), y el Dutch Consortium.
Con una nueva donación de 1,6 millones de dólares estadounidenses
de la SIDA de Suecia, y una nueva aportación de materiales de
construcción de la OFDA y de UNICEF, la UNIRCU continuó, en
colaboración con la FAO y otras ONG como Oxfam, Médico
International, Humanitarian Aid and Development, 4Rs, Qandil,
Shelter Now International, France Liberté, [N.T.: El texto original resulta difílmente comprensible.] Medicale
Internationale, Association for Cooperation Development para
aumentar la rehabilitación espontánea y asistida de aldeas . Se
repartieron cabras a 1.300 familias en el valle de Barzian, se
ayudó a otras 2.600 familias en la construcción de sus viviendas,
a más de 5.000 familias con proyectos de saneamiento y de
suministro de agua, a 1.500 familias con escuelas, a 950 familias
con caminos de acceso a las aldeas, se distribuyeron ovejas a
familias cuyo cabeza de familia era una mujer, se distribuyeron
cientos de colmenas, se construyeron o repararon rediles para
ovejas y canales de riego y se apoyaron iniciativas a pequeña
escala para generar ingresos en las [N.T.: El texto original resulta difílmente comprensible.] prefecturas de Dohuk,
Suleimaniyah y Arbil. Tras el invierno de 1996 continuarán
algunas actividades, pero ya se han comprometido todos los
fondos.
Como parte de los esfuerzos humanitarios realizados en el norte
de Irak, se ha previsto comenzar a primeros de 1996 una campaña
de concienciación sobre las minas y UNICEF será el socio
ejecutor. Se prevé realizar la campaña en 400 escuelas rurales
para alertar a 4.000 niños de las áreas de asentamientos rurales
más afectadas del peligro de las minas.
RESULTADOS
Se estima que el nuevo enfoque integrado sobre los
reasentamientos del norte de Irak, junto con la mayor
coordinación y cooperación entre los organismos de las Naciones
Unidas, los donantes, las ONG, las "autoridades" locales y los
comités de las aldeas, ha mejorado la calidad y ha aumentado
considerablemente la cantidad de alojamientos rurales en el norte
de Irak. También ha posibilitado y favorecido otros
reasentamientos espontáneos y cerca de 17.000 familias se han
reasentado entre 1994 y 1995. Si los donantes continúan
colaborando, se espera que los reasentamientos y la
rehabilitación de las aldeas continúen al mismo ritmo durante
1996.
EPÍLOGO
Todavía se estiman en 220.000 los campesinos desplazados en las
ciudades y municipios del norte de Irak que podrían volver a sus
aldeas si se les proporcionase la ayuda necesaria. Estas cerca
de 31.500 familias son las beneficiarias del Programa de
Reasentamiento en curso. El abandono de sus hogares actuales en
las ciudades y pueblos también contribuiría a que el asentamiento
de los desplazados que se queden sea más permanente, más adecuado
y menos poblado.
El Programa Integrado de Reasentamientos Rurales en el norte de
Irak continúa, atiende las necesidades inmediatas de las familias
desplazadas, considera los problemas en razón del género y
proporciona un modelo para la mitigación posterior al desastre
y la reurbanización, también ha promovido la colaboración con
éxito, la mitigación de la pobreza y ha promovido la
participación de la población en la toma de decisiones desde la
esfera de la aldea. También ha intentado mejorar el saneamiento
y la gestión ambiental. La aceptación social y el consenso sobre
el Programa son muy altos entre la población local y las
"autoridades" locales y regionales.
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