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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Chile
Región según Naciones Unidas: América del Sur
Región ecológica: Meseta
Ámbito de la actuación: Metropolitana
Instituciones: Gobierno central y gobierno regional
Palabras clave = Congestión. Densidad. Metropolitano.
Planificación. Regulación.
Patrocinador:
Metropolitan Secretary's Office of Housing and City Planning
Av. Lib. Bdo. O'Higgins 874, 9th Floor
Santiago, Chile
(56-2) 6382815 Fax: (56-2) 6394944
Socio:
Metropolitan Secretary's Office of Housing and City Planning
González, Sergio
Av. Lib. Bdo. O'Higgins 874, 9th Floor
Santiago, Chile
(56-2) 6382815 Fax: (56-2) 6394944
Socio:
The Metropolitan Administration
Hermosilla, Patricio
Av. Lib. Bdo. O'Higgins 874, 9th Floor
Santiago, Chile
(56-2) 6382815 Fax: (56-2) 6394944
Socio:
Carvacho, Alberto
Av. Lib. Bdo. O'Higgins 874, 9th Floor
Santiago, Chile
(56-2) 6382815 Fax: (56-2) 6394944
Este Plan, que se aprobó en noviembre de 1994, conlleva el tratamiento unitario del problema territorial que va más allá del campo comunitario. Además, intenta generar una propuesta amplia e integradora donde los diferentes actores del desarrollo sean capaces de converger y participar en armonía y actuar de una forma responsable en sus respectivos espacios por el bienestar público.
Inicio: 11/94
Introducción
Desde la década de los 50, Chile así como otros países de América
Latina, ha experimentado un importante crecimiento de la
población, junto a un proceso de urbanización de crecimiento
exponencial como resultado de las migraciones desde las zonas
rurales hacia la ciudad. En la actualidad, el 83,5% de la
población chilena es urbana, el 46% de esta población está
concentrada en la ciudad de Santiago (con 5 millones de
habitantes aproximadamente).
La ciudad de Santiago se destacaba hasta ahora por su creciente
extensión, donde se hacía patente la falta de modelos de
crecimiento compacto y una negligencia generalizada hacia el
factor de la densidad. En la actualidad, el promedio de densidad
de Santiago es de 100 habitantes por hectárea, uno de los más
bajos del mundo.
El estilo de crecimiento que la ciudad de Santiago ha seguido
durante las últimas décadas, ha sido el resultado de la falta de
normativa para la intervención del sector privado y, de la falta
de un planteamiento sostenible a medio y largo plazo. La enorme
extensión de la ciudad se originó principalmente a partir de
1979, cuando la óptima distribución de los recursos y el tamaño
de la ciudad se movió según las fuerzas del mercado.
Este crecimiento en extensión se volvió ineficaz
estructuralmente: se utilizaron grandes cantidades del mejor
terreno de cultivo, y las áreas centrales y pericentrales de las
ciudad quedaron escasamente pobladas, con importantes dotaciones
de infraestructura que sufrían un deterioro creciente.
Se estaba modelando también una segregación espacial, social y
funcional que se expresaba por el deterioro de las condiciones
de vida de la mayoría de sus habitantes: los grupos de pocos
recursos tenían pocas posibilidades de elegir la ubicación de su
residencia y no generaban inversiones importantes en
infraestructura o urbanización.
El efecto más inmediato de la falta de infraestructuras y
planificación urbana es, actualmente, el alto coste y el tiempo
que se pierde en el transporte en muchos grupos de población. La
falta de servicios y de equipamientos urbanos próximos a las
viviendas las han apartado de las actividades sociales,
recreativas y culturales, que son tan necesarias para una
formación integral.
La encuesta de origen y destino de transporte mostraba que en la
ciudad de Santiago se realizaban 8 millones de desplazamientos
diarios, de los que un tercio se realizaban por razones de
trabajo y que otro tercio se hacía por razones de educación; ésto
debido a la extensión y la disfuncional ubicación de las
viviendas en relación a las actividades.
Por otro lado, el número de viajes ha generado altos índices de
contaminación ambiental por una combinación de ineficacia de los
transportes públicos, no aptos para las condiciones del entorno,
y un creciente y desproporcionado uso de los vehículos privados
para la calles existentes y la inadecuación de las mismas para
estos propósitos (3.000 kilómetros de calzadas están sin
pavimentar).
Todo lo expuesto anteriormente ha creado serios problemas urbanos
y de vivienda que han comenzado a producir situaciones críticas
que ponen en cuestión el papel esencial de Santiago en el
desarrollo del país. En 1990, el Ministerio de la Vivienda y la
Planificación Urbana se enfrentó al reto de elaborar un nuevo
Plan de Regulación Intercomunal para reemplazar al que estaba
vigente hasta ese momento, aprobado en 1960, y que debido a sus
muchas modificaciones como resultado de las diferentes políticas,
era un documento de difícil comprensión y aplicación. La nueva
regulación tenía que corresponderse con la compleja y deteriorada
situación de la Región Metropolitana de Santiago en relación a
la integración social, a su identidad, a su funcionamiento y a
su estructura urbana.
Este Plan, válido desde noviembre de 1994, plantea un tratamiento
unitario para los problemas territoriales, que van más allá del
campo comunal e intenta generar una propuesta amplia e integral,
donde los diferentes actores puedan converger y participar en
armonía y ocuparse responsablemente de sus respectivos espacios
en función del bienestar público.
El Plan Regulador Metropolitano es el resultado de un diagnóstico
participativo de las entidades públicas y privadas, que han
contribuido con puntos de vista específicos, permitiendo de esta
manera un escenario de planificación comprometido para:
La Región Metropolitana
El contexto territorial donde se sitúa el Plan Metropolitano es
el grupo de provincias y comunidades que se sitúan en la Región
Metropolitana de Santiago. Su superficie es aproximadamente de
15.660 kilómetros cuadrados (2,13% del país) de los cuales cerca
del 85% corresponden a zonas montañosas y el otro 15% al valle
de la cuenca hidrográfica del Río Maipo.
En este valle se sitúa la más sofisticada agricultura que produce
un importante beneficio para el país, y que tiene que competir
con la ciudad en la ocupación del suelo de la mayor calidad
agrícola de cultivo. La ciudad ha crecido continuamente en
detrimento de la capacidad de cultivo del terreno.
Además, este territorio tiene unas peculiaridades como medio
natural que limitan el uso del suelo para actividades urbanas o
rurales. En realidad, el carácter de las zonas de inundación
debido a la inmersión de avenidas de cursos naturales o a
elevaciones del nivel freático o de zonas propensas a las
inundaciones o a los accidentes geológicos, reduce o elimina su
aptitud para el desarrollo urbano.
Con esta perspectiva, el suelo que no tiene ninguna limitación
es un recurso escaso que es necesario administrar con prudencia.
A tal efecto, se han establecido algunas líneas estratégicas:
La Ciudad
La imagen de una ciudad extensa, monocéntrica, congestionada,
segregada, ineficaz, y ambientalmente deteriorada hizo necesario
estudiar y determinar una normativa relativa a:
El plan ofrece muchas oportunidades para el desarrollo de los
territorios comunales interconectados, ofreciendo un marco
normativo destinado a armonizar las necesidades de desarrollo con
la protección del bienestar público. Esto se tiene que hacer con
una visión global, centrada en la gente y en la optimización de
los recursos, que haga la estructura urbana eficaz y funcional
y, que se dirija siempre a alcanzar una humanización progresiva
del Santiago Metropolitano.
Construcción de Viales y Transporte
Este aspecto se trata racionalizando la infraestructura de la
accesibilidad interna y externa de la ciudad, por medio de
sistemas de viales regionales, metropolitanos e intercomunales.
Estos sistemas crean y aseguran una red de relaciones que
garantizan el libre desplazamiento de personas y de bienes.
De la misma forma, el Plan establece los conceptos esenciales que
indican las orientaciones de desarrollos futuros. Las principal
novedad en este aspecto es la demanda de tener en cuenta la
viabilidad de las calles en los proyectos de urbanización y de
servicios y el considerar otra significación urbana, con el
propósito de mantener y desarrollar la capacidad de las
infraestructuras para las calzadas, las aceras y las avenidas.
Actividades Productivas
El Plan trata de recuperar para la ciudad las buenas condiciones
ambientales mediante la zonificación, la ubicación de zonas
exclusivas para las industrias molestas fuera del cinturón
Américo Vespucio (carretera de circunvalación que circunscribe
el área urbana más consolidada en la Región Metropolitana y que
corresponde más o menos al 50 % de la superficie) y fuera de la
Intercomunal del Este (todas estas comunas residenciales cercanas
al pie de la montaña) autorizando a los ayuntamientos a
determinar la ubicación de las industrias inocuas y los talleres.
La determinación de estas áreas tiene también un objetivo de
desarrollo ya que se localizan no sólo con un criterio funcional,
sino también tendiendo a generar puestos de trabajo en la
periferia, cerca de las zonas donde viven los trabajadores.
Haciendo esto, se espera que se reduzca el exceso de
desplazamientos en términos de distancia y de gasto de tiempo,
de transporte y otros.
El Plan incluye además una política de recuperación de suelo
usado en actividades de extracción y, al mismo tiempo, promueve
el uso del suelo árido que procede de las cuencas naturales de
los ríos.
Subcentros de Servicios Metropolitanos
La excesiva extensión urbana ha provocado procesos de deterioro,
no sólo para el medio ambiente, sino también para la vida
cultural y espiritual; este proceso está falto de elementos
positivos para facilitar la identificación de las gentes y de sus
comunidades. Por el contrario, la expansión indiscriminada ha
producido nocivas caracterizaciones de las áreas, los
vecindarios, los barrios y las comunas, que devalúan el suelo,
desplazan las inversiones y, este quizás sea el aspecto más
serio, que se crean arquetipos negativos sobre sus habitantes.
En este sentido, el Plan propone un sistema de siete puntos
estratégicos llamados Subcentros de Servicios Metropolitanos
dirigidos tanto a reunir servicios como a formar una red de
descentralización de servicios aproximándolos a los usuarios.
Zonas Verdes
El objetivo del Plan Metropolitano es constituir un sistema de
mejora de la calidad ambiental de la ciudad teniendo en cuenta
los espacios recreativos, los culturales, la estética y la
higiene, pero también mediante la creación de espacios de reunión
e hitos urbanos que puedan generar elementos fuertes de
identificación en la comunidad.
Tal sistema tiene en cuenta los parques, las plazas públicas, y
los centros deportivos para los cuales se han integrado áreas de
conservación del entorno natural y también aquellas con unos
alrededores de valor natural.
Limitaciones al Desarrollo Urbano
El Plan Metropolitano considera limitaciones al uso del suelo
debido a:
El Plan Metropolitano Regulador establece las macrocoordinaciones mediante las cuales se deben ajustar los planes de regulación de 37 ayuntamientos del Gran Santiago.
Durante su aplicación, el Plan Metropolitano Regulador ha
permitido:
Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 1996 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu/bp066.html |