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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Chile
Región según Naciones Unidas: América del Sur
Región ecológica: Montañoso
Ámbito de la actuación: Nacional
Instituciones: Gobierno local, organizaciones no gubernamentales
(ONG), organizaciones de base comunitaria (OBC) y sector privado
(incluido el sector informal)
Palabras clave = Asequible. Administración financiera. Política
de vivienda. Rentas bajas. Subvenciones.
Patrocinador:
Ministry of Housing and the City Planning of Chile
Av. Lib. Bdo. O'Higgins 924, 3rd Floor
Santiago, Chile
(56-2) 6382815 Fax: (56-2) 6392452
Socio:
Ministry Regional Secretay's Offices
Fariña, Fernando
Av. Lib. Bdo. O'Higgins 924, 3rd Floor
Santiago, Chile
En la actualidad, se están utilizando 14 programas diferentes de
acuerdo con las necesidades de los solicitantes.
En la actualidad, esta clase de fondos para la financiación equitativa de la vivienda tienen una demanda organizada y un mercado estable de viviendas a precio bajo y medio. Este sistema ha permitido ampliar considerablemente las soluciones de vivienda ejecutadas con apoyo financiero público, reduciendo en términos reales el nivel de gasto del Estado en este campo.
Inicio: 03/90
Interrupción: en marcha
En Chile, desde 1990 la política de vivienda se ha dirigido
principalmente a reducir la repentina escasez de viviendas a la
que se llegó en los últimos años de la década de los 80 y a
mejorar las condiciones de vida de la parte más pobre de la
población.
El Ministerio de Vivienda y Planificación Urbana ha desarrollado
un sistema de financiación de la vivienda orientado a los grupos
con ingresos más bajos, a través de una modalidad concreta que
reúne: una subvención directa del Estado que responde a la
demanda, los ahorros de los beneficiarios y el acceso a los
créditos hipotecarios de los bancos.
El Estado ha cambiado sustancialmente su papel respecto a la
política de vivienda, dejando atrás el de ejecutar y asignar
viviendas, para convertirse en un agente que canaliza la demanda
de viviendas sociales.
La actual política de vivienda se basa en los siguientes
principios:
La ejecución de los programas de vivienda se lleva a cabo con una
creciente incorporación del sector privado en la financiación y
realización de viviendas de interés social. Los beneficiarios por
su parte, están comprometidos económicamente por los depósitos
que se requieren inicialmente para acceder a la subvención de la
vivienda, y el pago del crédito hipotecario y sus intereses una
vez concedido.
La capacidad de ahorrar a la que hay que comprometerse es, no
sólo prioritaria para realizar la solicitud, sino también por las
obligaciones de pago del crédito hipotecario en forma de plazos
mensuales, una vez que se tiene la propiedad de la vivienda.
El compromiso de ahorrar de la gente es beneficioso, no sólo
porque reduce los recursos públicos, sino también porque
dignifica a los beneficiarios ya que se aprecia su esfuerzo.
La actual política de vivienda promociona cada vez más la
inversión privada en los programas sociales. Esta iniciativa, en
lugar de ayudar a reducir los recursos públicos antes
mencionados, incorpora y realiza parte de las políticas
ministeriales por el sector privado, que contribuye con su gran
capacidad de recursos y gestión.
De esta forma, con el mismo presupuesto, el Estado puede
incorporar más y mejores soluciones para su gente.
Como ilustración, es interesante mencionar que las letras de los
créditos hipotecarios de los bancos privados se venden en el
mercado secundario (Bolsa), canalizando de esta forma los
recursos privados a largo plazo hacia la actuación de la
vivienda, especialmente los de inversores institucionales
vinculados a los sistemas de pensiones y a las compañías de
seguros.
Las políticas ministeriales y los programas también impulsan la
participación eficaz de los sectores involucrados en la política
de vivienda: el sector privado, a través del Gabinete de la
Construcción y el sistema de financiación relacionado con la
vivienda y, los sectores sociales y las sociedades mercantiles,
mediante las acciones profesionales conectadas con el sector, las
organizaciones no gubernamentales y los beneficiarios.
La promoción de la participación y los acuerdos entre todos los
actores implicados ha sido también una variable fundamental para
la credibilidad, el apoyo y la mejora de las políticas
ministeriales.
El Ministerio de la Vivienda y la Planificación Urbana tiene 14
programas de vivienda con el propósito de enfrentarse a las
diferentes necesidades de la población. Dos de ellos se describen
a continuación y cubren cerca del 60% de las 100.000 viviendas
que se construyen anualmente por todo el país.
Los otros programas de vivienda reúnen necesidades específicas
de la población: hay subvenciones para las personas mayores, las
viviendas van en progresión en relación a los escenarios
temporales, hay un programa especial para los trabajadores,
existe una subvención rural, una para renovación urbana y otra
para viviendas en alquiler.
Además, los logros respecto a la salud ambiental alcanzados en
Chile como consecuencia de los programas de vivienda, se
mantienen.
El esquema básico del sistema de reparto de la financiación tiene
las siguientes características:
El mecanismo de solicitud de vivienda, selección y reparto de los
beneficios ha alcanzado un grado de aceptación importante. La
credibilidad y la confianza en el sistema de vivienda se refleja
en la desaparición virtual de la especulación del suelo y de la
vivienda, y por el aumento continuado del acuerdo y de las
cantidades pagadas en las cuentas de ahorro para la vivienda. Hay
en la actualidad más de un millón de cuentas de ahorro para la
vivienda en diferentes bancos por todo el país.
Todo lo explicado anteriormente contribuye a centrar la
contribución del Estado a los grupos con ingresos bajos mediante
mecanismos eficaces que faciliten el acceso a una solución de
vivienda diferenciada para cada zona.
Esto se ha hecho en un marco de competitividad entre las familias en condiciones similares, con subvenciones para la vivienda diferenciadas y una política de progresiva redistribución de la ayuda en la cual hay un beneficio realmente alto para los pobres o para aquellos que solicitan una solución para la vivienda de precio bajo.
El sistema de subvención directa ha canalizado la demanda de
vivienda existente en el país mediante un sistema regular y claro
de solicitud, selección y reparto de subvenciones para la
vivienda, y también ha atraído al sector privado para que realice
inversiones y construya viviendas sociales como respuesta a una
demanda continuada y financiada.
La aparición de una demanda de viviendas estable ha permitido revertir la tendencia tradicional del mercado de presentar un comportamiento cíclico hacia el actual comportamiento sostenido. De esta forma, el Estado ha contribuido a la estabilidad de un sector económico importante del país, el sector de la construcción de viviendas.
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