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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Canadá
Región según Naciones Unidas: América del Norte
Región ecológica: Continental
Ámbito de la actuación: Nacional
Palabras clave = Capacidad de pago. Organización de base
comunitaria. Asistencia al desarrollo. Buena gestión de los
asuntos públicos. Participación.
Patrocinador:
Cooperative Housing Federation de Canadá (CHF)
Rooftops Canadá Foundation
225 Metcalfe Street, Suite 311
Otawa, Ontario Canadá
K2P-1P9
(613) 230-2201; fax (613) 230-2231
chf@achilles.net
Socio:
Rooftops Canadá Foundation
Amstrong, Thom (CHF Canadá)
225 Metcalfe Street, Suite 311
Otawa, Ontario Canadá
K2P-1P9
(613) 230-2201; fax (613) 230-2231
chf@achilles.net
Socio:
Pinsky, Barry (Rooftops Canadá)
2 Berkeley Street, Suite 207
Toronto, Ontario Canadá
M5A-2W3
(416) 366-1445; fax (416) 366-3876
rooftops@web.apc.org
Interrupción: En proceso
Final: No definido
Cooperativas de vivienda en Canadá: un modelo de comunidades con
participación en la gestión.
Antecedentes
Esta propuesta al concurso de Buenas Prácticas resalta los logros
del movimiento de cooperativas de vivienda en Canadá. Entre los
más significativos destacan:
* Proporcionar viviendas modestas y asequibles a las familias
canadienses de rentas bajas y medias;
* Mejorar los entornos urbanos y rurales canadiense;
* Permitir a las organizaciones de base comunitaria sin ánimo de
lucro, construir, tener en propiedad y administrar las viviendas;
* Dar la capacidad de participar en la gestión a cualquier
canadiense de renta baja para controlar y administrar los fondos
de viviendas bajo una mínima supervisión del gobierno;
* Animar a la participación por parte de los miembros de las
cooperativas de vivienda para apoyar la justicia social en
beneficio de todos los canadienses.
Las cooperativas de vivienda canadienses gestionadas por
voluntarios se enorgullecen de su récord de veinticinco años de
éxito en gestión saneada y rentable, autogobierno, colaboración
continuada y positiva entre el sector público y privado, y
participación más amplia en asuntos sociales. Este éxito se puede
asociar directamente con la capacidad que tiene cualquier
canadiense para participar en la gestión de la propiedad
comunitaria y la administración de sus propias viviendas. Aunque
las circunstancias económicas y la función de los gobiernos
puedan diferir entre los grupos representados en Hábitat II, la
Co-operative Housing Federation (Federación de Cooperativas de
Vivienda) de Canadá y Rooftops Canadá creen que los elementos de
la experiencia canadiense pueden ser utilizados en otros países
por los gobiernos y las ONG o similares, para permitir a sus
ciudadanos construir y administrar sus propias viviendas.
Los criterios de intervención pública
En los primeros años 70, en Canadá, la gente se sentía defraudada
con los primeros programas gubernamentales de vivienda para
canadienses de rentas bajas. El fracaso de los modelos de
promoción de vivienda en los años 60 de la política de renovación
urbana en Norteamérica -importantes proyectos gubernamentales
para la adquisición de vivienda- había sido claro. Las
urbanizaciones se habían convertido en "poblados marginales
espontáneos", habitados por inquilinos atrapados en comunidades
"artificiales" con homogeneidad de rentas bajas, aisladas y
discriminadas de las comunidades de su entorno. Estas promociones
de vivienda aumentaban la dependencia de sus residentes respecto
de las subvenciones del gobierno, conformando así el llamado
"ciclo de pobreza". A medida que disminuía la calidad de vida en
sus barrios, los canadienses veían estos programas como un campo
de cultivo para la delincuencia y otros problemas sociales.
El incipiente movimiento de cooperativas de vivienda en Canadá,
junto con la reflexión otros activistas y sociólogos instaron al
gobierno nacional a cambiar su política, apoyando una escala más
pequeña de intervención y la mezcla de agentes con distinta renta
en sus propuestas residenciales; operaciones patrocinadas,
construidas y gestionadas por grupos altruistas de base
comunitaria, que detentaban así mismo su propiedad. Estos
principios constituyeron la base de la política de vivienda del
gobierno en los años 80. Canadá emprendió una serie de ambiciosos
programas basados en la autorización concedida por el gobierno
a los grupos locales para que construyeran y gestionaran sus
viviendas sociales sin ánimo de lucro. Desde el principio, muchos
de estos grupos se incorporaron como cooperativas de miembros
propietarios, utilizando el modelo cooperativo como forma de
tenencia de vivienda.
Desde entonces, en los sucesivos programas canadienses de
cooperativa de viviendas, el papel del gobierno se estipula en
cuatro puntos:
* Avalar los préstamos hipotecarios, de tal modo que las
instituciones financieras del sector privado, (bancos, sociedades
hipotecarias y de crédito) puedan reducir los riesgos asumidos
en el préstamo;
* Conceder subvenciones que reduzcan o retrasen el pago de los
costes de financiación del capital por parte de los residentes
-éstos son normalmente reducidos o eliminados según los términos
de la hipoteca, y en los programas de cooperativas más recientes,
son eliminados- ;
* Conceder ingresos suplementarios a los inquilinos de rentas
bajas, de modo que sus gastos por vivienda puedan ser calculados
basándose en sus ingresos; y
* Redactar una legislación que defina la forma de tenencia de la
cooperativa y establezca los derechos fundamentales de los
miembros de las cooperativas de viviendas.
A partir de los años 70, las viviendas de las cooperativas
canadienses han sido el símbolo de una colaboración productiva
entre los grupos comunitarios locales, los gobiernos federal y
provincial, y las instituciones de crédito del sector privado.
Las cooperativas de vivienda en Canadá
Las cooperativas de vivienda se diferencian de otras formas de
tenencia en varios aspectos importantes. Los miembros no son
propietarios individualmente de sus propias viviendas; más bien,
todos los miembros de la cooperativa son propietarios
conjuntamente de los bienes inmobiliarios. Estos miembros están
autorizados para gestionar democráticamente todo lo relativo a
sus viviendas. En reuniones periódicas, y a través de voluntarios
elegidos para Juntas Directivas y comités de residentes, miembros
cualquiera de la cooperativas, deciden las políticas, aprueban
los presupuestos de las operaciones y el capital, y establecen
las cargas para cada unidad de vivienda.
En Canadá, las cooperativas de vivienda han creado una red
autosuficiente de organizaciones de control de miembros,
federaciones regionales, varias asociaciones provinciales, y una
organización de servicio nacional, la Co-operative Housing
Federation of Canada (CHF) (Federación de Cooperativas de
Vivienda de Canadá). Estos grupos promueven el desarrollo de
nuevas cooperativas y coordinan junto con los gobiernos, la
vivienda y otros temas que afecten a los miembros de sus
cooperativas. Más importante aún es que se encargan de los
programas de educación y aprendizaje, y aconsejan a las
cooperativas de vivienda unifamiliar acerca de la administración
y asuntos relativos al desarrollo de la comunidad.
Canadá ha desarrollado también una red de "equipos de apoyo"
técnicos, grupos comunitarios de base sin ánimo de lucro en su
mayoría, que ayudan a las personas que deseen construir y
administrar una cooperativa de viviendas. Los equipos de apoyo
técnico proporcionan la asesoría por parte de expertos, y
servicios técnicos para ayudar al desarrollo de los programas del
gobierno ligados a las cooperativas, contratar asesores
profesionales (arquitectos por ejemplo), tasar los posibles
solares y seleccionar a las constructoras que concurran.
Desde el primer grupo de cooperativas creado en los años 70, el
número de cooperativas canadienses ha aumentado a más de 2.000,
con cerca de 90.000 unidades familiares y 250.000 personas de
todos los lugares de Canadá. El número de viviendas que componen
las cooperativas va de menos de diez a más de doscientas, aunque
el número habitual está entre 50 y 80 unidades familiares. Hoy
más de la mitad de las familias alojadas en viviendas de
cooperativas canadienses reciben ayuda según su renta en alguna
medida por parte del gobierno. Este nivel de ayuda a veces
sobrepasa el previsto en los programas de gobierno sin coste
adicional.
El gobierno federal de Canadá no ha estado apoyando en solitario
el desarrollo de las cooperativas de vivienda. A finales de los
años 80, por ejemplo, Ontario, la provincia más populosa de
Canadá, inició sus propios programas de viviendas en cooperativa
de gran envergadura. Los gobiernos municipales y regionales de
Canadá, han apoyado también a las cooperativas proporcionándolas
a menudo terreno en condiciones favorables.
En 1992, el gobierno federal dio por concluido su apoyo
financiero al desarrollo de nuevas cooperativas de vivienda.
Recientemente, el último gobierno provincial elegido en Ontario
ha suspendido su ayuda para el desarrollo de nuevas cooperativas.
A pesar de ello, el movimiento de vivienda en cooperativa de
Canadá es un ejemplo de cómo se pueden constituir y mantener
comunidades logradas en un amplio abanico de contextos
socioeconómicos y geográficos.
Impacto clave de las cooperativas de vivienda en Canadá
1.Beneficios en el sector de la vivienda
Más de un millón de canadienses gasta más del 30% de sus ingresos
brutos en alojamiento, y el gobierno canadiense los engloba por
ello dentro del grupo de necesitados de vivienda. Las
cooperativas de vivienda proporcionan alojamiento modesto y
asequible que cubre las necesidades básicas de estos canadienses.
De este modo, las cooperativas han mejorado sustancialmente la
calidad de vida de cada uno de sus miembros.
Las cooperativas de vivienda han colaborado también de forma
fundamental en el desarrollo de los espacios urbanos. Ostentan
un récord de veinticinco años de éxito en cuanto a construcción
digna y proyectos de vivienda ampliamente reconocidos. Muchas
cooperativas de vivienda han recibido premios de gobiernos
federales, provinciales o municipales, o de organizaciones
privadas, por sus propuestas de diseño residencial sus
innovaciones arquitectónicas, planeamiento urbanístico,
rendimiento energético, o la restauración de edificios históricos
del patrimonio.
Como colofón, las cooperativas de vivienda han sido designadas
en evaluaciones independientes como la forma de gestión de
vivienda más rentable de Canadá (ver Canada Mortgage and Housing
Corporation (Hipotecaria de Canadá y Corporación de Vivienda),
Evaluation of the Federal Co-operative Housing (Evaluación de la
Vivienda en Cooperativa Federal), CMHC, 1990). El ahorro de
costes se deriva de la participación de voluntarios como miembros
de cooperativas, y a través de las federaciones de los sectores
de cooperativas que ofrecen sus servicios a las cooperativas
canadienses a unos costes relativamente bajos.
2. Capacitación de los canadienses de rentas medias y bajas
Quizás el principio cooperativo más importante es que los
miembros de una cooperativa se rigen por un principio democrático
a la hora de decidir cómo deben funcionar sus comunidades. En una
cooperativa de vivienda de Canadá se espera que cada miembro tome
parte en la administración de su cooperativa, tanto formando
parte de un comité de la Junta Directiva, como colaborando en
otras tareas necesarias. Según la evaluación independiente, (ver
más arriba) más de tres cuartas partes de los residentes
cooperativistas adultos colaboran regularmente con sus
cooperativas a través de actividades voluntarias. Para cada
cooperativa ello representa una parte considerable del trabajo
realizado voluntariamente.
Los voluntarios de las cooperativas se organizan en comités; lo
normal es que, al igual que las juntas directivas, los comités
de cooperativas sean los responsables de administrar los fondos
de las cooperativas, ocuparse de su mantenimiento, encargarse de
seleccionar nuevos miembros, dirigir el proceso de aprendizaje
contínuo de sus miembros y organizar actos sociales. Los miembros
ejercen sus derechos a participar en el seguimiento día a día de
sus cooperativas de vivienda, a través de los comités,
estableciendo un compromiso directo y personal con sus vecinos
y sus comunidades.
Las cooperativas realizan un esfuerzo importante para involucrar
y capacitar a sus miembros instruyendo a los miembros nuevos y
ayudando a todos a responsabilizarse de nuevas tareas. Durante
muchos años, CHF de Canadá ha realizado un programa nacional
llamado "formación para formadores" formando y cualificando
personal como educadores de adultos. Estas personas imparten
cursos locales de educación para adultos, normalmente a través
de federaciones regionales.
A causa de que muchas de las unidades familiares de rentas más
bajas están encabezadas por progenitores solteros, mujeres en su
mayoría, las cooperativas de vivienda se aseguran de que la mujer
esté totalmente integrada en sus estructuras de toma de
decisiones. La mayoría de las cooperativas y todas las
organizaciones del sector, corren con los gastos del cuidado de
los hijos mientras sus miembros sirven como voluntarios. La mujer
participa totalmente y a todos los niveles en el movimiento de
vivienda en cooperativa, normalmente en la mayoría de los
encuentros anuales de CHF de Canadá, y están debidamente
representadas tanto en la directiva como en las plantillas de
mayor prestigio de la organización.
Existe la evidencia clara e imparcial de que la participación en
las cooperativas ayuda a romper el "ciclo de pobreza" tradicional
al animar a transformar las técnicas aprendidas en las
cooperativas en empleo remunerado. Tener la posibilidad de contar
con una vivienda segura a un coste razonable ha permitido a
muchos miembros de cooperativas superar su antigua formación,
desarrollar nuevas tareas de trabajo, o, a menudo, establecer sus
propios negocios.
3. Servicio a canadienses con necesidades especiales
En Canadá, una consecuencia importante de la creciente
capacitación de los miembros de cooperativas ha sido que han
decidido enfrentarse a algunos de los problemas sociales más
acuciantes. No es sorprendente pues, que los miembros de
cooperativa hayan aportado soluciones para resolver el tema de
la pobreza y la necesidad de conseguir un techo, por ejemplo, la
accesibilidad a una vivienda para los discapacitados, o los
nuevos desafíos a los que se enfrentan los canadienses.
Se debe hacer especial mención a los esfuerzos realizados
individualmente por cooperativistas para cubrir las necesidades
de las mujeres y niños que han sobrevivido a episodios de
violencia doméstica. Algunos cooperativistas se han
responsabilizado de que sus viviendas estén "libres de violencia
doméstica" e instauran normas que permitan a las Juntas
Directivas no aceptar a hombres violentos o que actúen
abusivamente. Algunas cooperativas han creado unidades de
vivienda específicas para las mujeres y los niños que han sido
objeto de malos tratos, y normalmente las gestionan a través de
acuerdos con una agencia local de servicios sociales.
Desde el principio, las cooperativas han contado con el apoyo
financiero del gobierno para construir viviendas sin barreras
arquitectónicas para discapacitados. Todas las
cooperativas canadienses, por tanto, cuentan con unidades de
vivienda y áreas comunes sin impedimentos para sillas de ruedas.
Las cooperativas se jactan de que sus residentes discapacitados
sean participantes activos, totalmente integrados en sus
comunidades.
Las cooperativas no se han conformado únicamente con construir
viviendas con facilidades para los discapacitados. Al igual que
la factoría etnocultural de Canadá se ha generado a través de la
inmigración, las cooperativas han estado a la cabeza en facilitar
vivienda a los recién llegados (inmigrantes) a Canadá. Desde
mediados de los años 80, de hecho, se han creado y desarrollado
muchas cooperativas de vivienda por parte de grupos comunitarios
étnicos, para incluir el alojamiento en otros programas que
integran a los inmigrantes en la vida social y económica de
Canadá.
Actuando según su propia iniciativa, muchas cooperativas
proporcionan vivienda a personas con SIDA; A menudo establecen
acuerdos con las organizaciones de servicios de salud locales
para reservar algunas de sus unidades de vivienda a miembros
seropositivos.
Varias cooperativas se han constituido para servir a los
intereses de los grupos indígenas. Reconociendo los derechos
inherentes a las Primeras Naciones de Canadá, y deseando llevar
más lejos el desarrollo de las cooperativas como una alternativa
a los alojamientos marginales de muchos nativos, los miembros
de CHF de Canadá votaron recientemente (1995) para establecer un
puesto permanente para un representante indígena en la Junta
Directiva, elegido por las cooperativas indígenas de Canadá.
En cada uno de estos ejemplos, estas iniciativas se han creado
y desarrollado de forma independiente, contando con las
cooperativas de vivienda y su abanico de organizaciones, más que
con la ayuda del gobierno. Ellos dan fe de cómo un miembro que
participa en la gestión, puede como un canadiense cualquiera,
establecer un compromiso con los temas de la vivienda, lo que
enfatiza su amplia función de involucrarse en los avances
específicos de la política social, así como en las necesidades
especiales de cada miembro de la cooperativa.
4. Repercusiones internacionales
También se han elegido miembros de las cooperativas canadienses
para compartir sus conocimientos con personas de otros países.
La Rooftops Canada Foundation (Fundación Rooftops de Canadá) fue
creada hace diez años por miembros de cooperativas que creían que
el modelo de cooperativas canadiense podía ser adaptado para
crear y gestionar vivienda de miembros en propiedad para países
en vías de desarrollo. A través de Rooftops, los miembros de
plantillas y los voluntarios de cooperativas comparten la
experiencia práctica operativa del movimiento de vivienda en
cooperativa de Canadá, a través de intercambios técnicos con
organizaciones comunitarias de base y de cooperativas de vivienda
de países en vías de desarrollo.
Roofstops promueve visitas de intercambio entre los miembros de
cooperativas, personal y organizaciones no gubernamentales de
países en vías de desarrollo, y proporciona ayuda a todos los
niveles a través de los miembros de su plantilla. Durante estos
intercambios, cualquier miembro de cooperativa canadiense recibe
visitantes de otros países, organiza reuniones, dirige visitas
turísticas, e invita a visitantes internacionales a su propia
vivienda. Muchos cooperativistas han levantado los cimientos para
establecer vivienda comunitaria de base en naciones en vías de
desarrollo. Los intercambios obligan a los canadienses a mirar
más allá de su propia vivienda; esto contribuye a un desarrollo
más sano de la comunidad. A causa de que las cooperativas de
países en vías de desarrollo se enfrentan a retos mucho más
importantes que los de Canadá, los intercambios internacionales
están obligando a los miembros de cooperativas a adaptarse a las
ineludibles circunstancias económicas de Canadá. Esto enseña a
los cooperativistas canadienses a hacer "más con menos".
Administración y buen gobierno
A diferencia de otros tipos de vivienda protegida por el gobierno
en Canadá, los miembros residentes son los principales artífices
de la gestión eficiente y efectiva de sus cooperativas. Ellos
directamente obtienen los beneficios mediante el ahorro
financiero conseguido a partir de una gestión saneada. La
presencia de depositarios de los fondos de residentes debidamente
autorizados, con un interés económico personal y directo en una
buena gestión, ha contribuido de manera fundamental al éxito del
movimiento de cooperativas en Canadá.
Principalmente esto ha contribuido a que los gobiernos pongan en
práctica políticas de "dar facilidades", ahorrando dinero y
tiempo al implantar un marco legal de programas de trabajo, para
transferir después la gestión financiera de importantes fondos
a los miembros de las cooperativas. El gobierno interviene en
raras ocasiones, y esto ocurre solamente cuando surgen problemas
de importancia. Entre las cooperativas de vivienda de Canadá
existe una larga tradición de independencia respecto del
gobierno.
Normalmente, los gobiernos cuentan con las organizaciones de
cooperativas de vivienda para suministrar ayuda directa a las
cooperativas con problemas. Todas las organizaciones del sector,
desde las federaciones locales de CHF de Canadá, pueden
proporcionar una gran ayuda cuando surgen problemas financieros,
o cuando las cooperativas desean simplemente instruir a sus
miembros para una gestión eficaz. Extraoficialmente, a menudo a
través de sus plantillas, unas cooperativas "importan" ideas,
tareas y técnicas de administración de las otras.
El Buen Gobierno a través de la gestión de cada miembro se
fomenta a través del movimiento de cooperativas canadiense. La
legislación, a través de políticas y decretos, garantiza el
control total de los miembros y obliga a que realicen reuniones
periódicas para aprobar cualquier actuación o gasto
significativo. Cada año, los miembros revisan y ratifican los
gastos financieros, así como los presupuestos anuales de
operaciones.
El Buen Gobierno no se deja al azar. Durante muchos años las
cooperativas han apoyado extensos programas de formación de
adultos. Éstos se han basado en un método "centrado en el
alumno", diseñado para recabar las experiencias de los
participantes, con una combinación de teoría, debate y práctica.
CHF de Canadá apoya la formación a través del programa "formación
para formadores", modelo mencionado anteriormente, y anima a las
cooperativas de vivienda a iniciar a sus miembros en los
entresijos de los programas gubernamentales, en la gestión
financiera y de la propiedad, y en las mejoras de la comunidad.
Los documentos impresos, disponibles a través de la librería de
las cooperativas, están redactados en un "lenguaje llano", para
que la información sea clara y asequible, teniendo en cuenta los
diferentes niveles de capacitación intelectual entre la población
de las cooperativas.
Ninguna de estas iniciativas depende del gobierno. Todas han sido
promovidas y desarrolladas por el movimiento de cooperativas de
vivienda.
Los beneficios de la administración en manos de los miembros al
garantizar una gestión saneada se aplican también a las
organizaciones del sector de cooperativa local, regional y
nacional. La afiliación a estas organizaciones es voluntaria, y
abierta a todas las cooperativas de vivienda. Las federaciones
de cooperativas están estructuradas como organizaciones sin ánimo
de lucro, y actualmente obtienen sus fondos casi exclusivamente
a través de las tarifas por servicios o de las aportaciones
voluntarias de sus miembros, incluidas en las cuotas de
asociación.
En gran medida el éxito del movimiento de cooperativas de
vivienda se basa en el voluntarismo; un tipo especial de
voluntariado que se apoya en ideales de funcionamiento
democrático, gestión por parte de sus miembros, formación y
educación para éstos, y una economía autosuficiente.
Las cooperativas de vivienda canadienses a través de redes
nacionales y regionales descentralizadas, han superado las
distancias de la geografía canadiense y se han financiado ellas
mismas a partir de los ciclos económicos de los últimos 25 años.
Posibilidades de exportar su actividad
Muchas lecciones sobre operatividad y gestión aprendidas con la
experiencia canadiense han sido aplicadas en otras naciones, a
través de los programas de Rooftops y con la participación de
Canadá en el movimiento internacional de cooperativas.
Considerando esta Buena Práctica instamos a los lectores a
considerar las ventajas de adoptar, adaptar o promover el
principio de la gestión por parte de los miembros para otros
lugares.
Como resumen, ofrecemos los siguientes elementos de éxito de
nuestra experiencia en cooperativas de vivienda, que se prestan
a una aplicación más extensa:
* Construir una base de actuaciones de pequeña escala con
residentes de varios niveles de renta, que sirvan principalmente
a los ciudadanos con rentas bajas y medias, tanto de los
asentamientos urbanos como rurales;
* Capacitar para participar en la gestión a los residentes
miembros a partir de firmes principios democráticos y sólidas
organizaciones nacionales, regionales y locales, para administrar
el desarrollo de los proyectos y la construcción de las
viviendas;
* Establecer políticas y actuaciones que animen a la plena
participación a los miembros de rentas más bajas, personas con
discapacidades, mujeres y grupos minoritarios;
* Favorecer altos niveles de voluntariado y participación en
comunidades locales urbanas o rurales;
* Animar a que las cooperativas se identifiquen y participen en
la solución de otros problemas de la política social, utilizando
la vivienda segura y asequible como trampolín para otras
actividades;
* Estimular la economía creando trabajo en la construcción y en
industrias de manufacturas;
* Fomentar la participación en la economía dando a los miembros
la oportunidad de aprender nuevas tareas y especialidades que los
lleven a conseguir una educación, formación y oportunidades de
trabajo;
* Administrar los escasos recursos públicos, desarrollando
instrumentos de financiación innovadores que reduzcan los costes
de las subvenciones del gobierno, y mantengan los niveles de
gastos más bajos que cualquier otra forma de vivienda protegida
con subvención del gobierno;
* Mantener una estrecha colaboración entre los sectores de
cooperativas sin ánimo de lucro, el gobierno y el sector privado,
en la construcción y la administración de las viviendas en
cooperativa;
* Instar a la aceptación de la cooperativa como la forma de tenencia de vivienda acorde con la sociedad;
Las cooperativas de vivienda han demostrado ser la forma más
barata de vivienda social y que por tanto pueden financiarse
mejor que cualquiera de las otras formas.
El sector de las cooperativas de vivienda ha logrado mantener su
buena administración capacitando a sus miembros residentes como
depositarios de los fondos. A través de la autoridad delegada en
las bases se ha canalizado el voluntariado para conseguir costes
más reducidos y mejorar la calidad de vida en las cooperativas.
Se ha instado al voluntariado a encontrar formas de relación con
los asuntos sociales, tanto en su propia comunidad como en la
comunidad internacional.
Durante los últimos dieciséis años, las cooperativas se han ocupado también de asuntos relacionados con la protección ambiental, tales como el ahorro energético y del agua, la adecuación al entorno, el cuidado del medio ambiente y la reducción del uso del automóvil.
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 1996 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/96/bp055.html |