Ciudades para un Futuro más Sostenible
Búsqueda | Buenas Prácticas | Documentos | Boletín CF+S | Novedades | Convocatorias | Sobre la Biblioteca | Buzón/Mailbox
 
Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 1996 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu/bp044.html

Programa de autoconstrucción de viviendas gestionado por ONG, Sao Paulo (Brasil)


Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD. ( Best Practices Database.)
País/Country: Brasil

Región según Naciones Unidas: América del Sur
Región ecológica: Tropical y subtropical
Ámbito de la actuación: Ciudad
Instituciones: Académicas y científicas, gobierno local, organizaciones de base comunitaria (OBC), organizaciones no gubernamentales (ONG) y asociaciones de profesionales

Palabras clave = Organización de base comunitaria. Construcción de viviendas. Administración de la vivienda. Administraciones locales. Ayuda mutua.

Categorías = Vivienda y usos del suelo: vivienda asequible; el problema de las personas sin hogar; acceso a la financiación de la vivienda; ordenación territorial y normativa (SIG incluido).
Buena gestión urbana: descentralización; recursos humanos y formación de dirigentes; fomento de la colaboración pública y privada; política pública; movilización de recursos
Igualdad y equidad de género: disponibilidad de los recursos; plena participación en la sociedad; funciones y cometidos por razón del género.

Patrocinador:
Municipalidad de Sao Paulo
Rua Sao Bento 405
Sao Paulo, Sao Paulo Brasil

Socio:
Uniao de Movimentos de Moradia, Sao Paulo
Nabil Georges Bonduki
Rua Fidalga 900
Sao Paulo, Sao Paulo Brasil
05432-000
011-8143372

Socio:
84 asociaciones de vecinos (ONGs) de Sao Paulo
Reginaldo Ronconi
RUA CARLOS LINSTANO CARLCCI 420 AP. 51
Sao Paulo, Sao Paulo Brasil
844-6037

Socio:
28 grupos de apoyo técnico (ONGs) de Sao Paulo
Angela Arruda Camargo
Rua Jesuino Arruda 445 apto 22
Sao Paulo, Sao Paulo Brasil
011-2828473


R E S U M E N

El programa consiste en una iniciativa de autoconstrucción de viviendas impulsada y realizada en Sao Paulo, la ciudad más grande de Latinoamérica, por la municipalidad, bajo la administración del Partido dos Trabalhadores (1989-1992), y por organizaciones no gubernamentales. Se trata de un proceso de colaboración entre la administración pública y grupos de ingresos bajos y, por tanto, puede ser calificado como un programa de gestión pública y no gubernamental que combina los aspectos positivos de la empresa privada y los objetivos sociales que caracterizan las acciones de la administración. Además de la creación de 11.000 unidades de vivienda, el programa incluía la remodelación de núcleos de chabolas y la reforma de `corticos' (bloques de pisos) deteriorados. Aproximadamente 60.000 personas se han beneficiado de este programa.


Inicio: 09/89
Interrupción: 12/92


D E S C R I P C I Ó N


Panorama general del problema de la vivienda en Sao Paulo

El déficit de viviendas alcanza proporciones dramáticas en Sao Paulo -la ciudad más grande de Brasil y de Latinoamérica (15 millones de personas viven en el Gran Sao Paulo). Cerca de un millón de familias de bajos ingresos (aproximadamente cinco millones de personas) que viven en infraviviendas como los `corticos' (bloques de pisos con pequeños apartamentos hacinados) se esfuerzan en pagar un alquiler con sus míseros salarios.

La solución tradicional adoptada por los pobres para evitar pagar un alquiler -comprar una parcela en la periferia urbana para construirse una casa en ella- no sólo ha contribuido a los graves problemas urbanos y ambientales, sino que se ha convertido en económicamente inviable para un número cada vez mayor de familias desde mediados de los 70. Como resultado, los núcleos de chabolas, que en 1973 alojaban tan sólo a un 1 % de la población de Sao Paulo, comenzaron a proliferar de forma alarmante y actualmente albergan a un 18% de la población. Al mismo tiempo, también aumentaron el hacinamiento en los bloques y el uso incontrolado de las áreas de riesgo (proclives a inundaciones, deslizamientos de tierras y otros desastres) y las áreas protegidas.

Las iniciativas de la administración y la lucha por la vivienda

Antes de 1989, las iniciativas por parte de la administración habían sido limitadas. Entre las acciones llevadas a cabo por la enormemente centralizada Administración Federal se contaba la contratación de promotores para construir viviendas en los rincones más alejados de las áreas metropolitanas (áreas rurales) con un alto coste ambiental. Las áreas seleccionadas para la oferta de vivienda solían disponer de servicios urbanos insuficientes y los proyectos se llevaban a cabo sin participación de la comunidad. Tales iniciativas no ayudaban a los segmentos más desfavorecidos de la población. El número de unidades era demasiado pequeño para responder a la demanda, las casas eran demasiado caras para los pobres, y las restricciones burocráticas y la ausencia de subsidios del Sistema Nacional de Viviendas impedía el acceso a los programas de vivienda de los más necesitados.

A nivel local, la Municipalidad de Sao Paulo ha estado actuando desde 1979, cuando se creó el Fondo para la asistencia a la población alojada en infravivienda (Funaps). El Funaps obtuvo fondos del presupuesto municipal para invertir en asistencia a las familias de ingresos bajos, siendo sus acciones más asimilables a la caridad social que a un programa serio de oferta de vivienda. Por otra parte, antes de 1989, estas iniciativas se habían visto limitadas por la restricción en los fondos disponibles, por la falta de apoyo técnico y de gestión y por la ausencia de estrategias para hacer frente a un problema de tal complejidad.

En lo años 80, debido a las limitaciones de los programas de vivienda del gobierno, la lucha de la población más pobre por el suelo y la vivienda se intensificó, dando lugar a los denominados movimientos por la vivienda. Durante mediados de los años 80, los movimientos por la vivienda de Sao Paulo llevaron a cabo invasiones de tierras cada vez mejor organizadas. En 1987, los más fuertes de estos movimientos se concentraron en el sector oriental de la ciudad, donde, durante el Carnaval, unas veinte mil familias promovieron una enorme invasión para asegurarse una vivienda.

La crisis de la vivienda fue aumentando y el crecimiento imparable de los movimientos por la vivienda social obligó a la discusión de nuevas formas de hacer frente al problema. Expertos independientes comenzaron a ayudar a los movimientos, que fueron cambiando su actitud desde la meramente reivindicativa a la presentación de propuestas alternativas a las instancias gubernamentales. Los movimientos presentaron sus propias propuestas de política social de vivienda, incluyendo un programa de autoconstrucción y exigieron a la administración que los pusiera en práctica.

El conflicto y la confrontación marcaron las relaciones entre los movimientos y el Ayuntamiento hasta 1989, cuando las negociaciones y propuestas de colaboración comenzaron a ser discutidas. Aquel año, la municipalidad inició el Programa de Autoconstrucción de Vivienda gestionado por las ONG, que acabó convirtiéndose en una práctica muy exitosa de oferta de vivienda.

Descripción de la práctica

Durante la administración de Luiza Erundina (Partido de los Trabajadores), entre 1989 y 1992, el Departamento de Vivienda Popular (HABI) del Secretariado para la Vivienda y el Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Sao Paulo desarrolló y llevó a cabo el Programa de Autoconstrucción de Vivienda gestionado por las ONG como parte del Plan Municipal de Vivienda para la población de bajos ingresos. Este plan establecía la estrategia para hacer frente al déficit de vivienda través de varios programas, a saber:

  1. Adquisición de suelo
  2. Oferta de nuevas unidades de vivienda
  3. Urbanización y regulación del uso del suelo en los núcleos de chabolismo
  4. Acciones sobre los bloques de viviendas colectiva.

Todos estos programas desarrollados bajo el Plan Municipal de Vivienda estaban financiados con fondos municipales o fondos transferidos desde otras fuentes (fondos de lotería para viviendas, colaboraciones con empresas privadas) al Fondo de Asistencia a la Población Alojada en Infravivienda (Funaps), gestionado por el HABI. Los programas del Plan asistieron a unas 475 mil familias de bajos ingresos (ingresos familiares mensuales por debajo de los 400 dólares estadounidenses). De todos los programas desarrollados, el Programa que aquí se trata fue el que obtuvo los mejores resultados tanto en términos de calidad, como de coste y de participación ciudadana.

La Municipalidad de Sao Paulo desarrolló el Programa a través de un proceso largo y fructífero de discusiones con las asociaciones vecinales implicadas en la lucha por la vivienda, tales como la Unión de los Movimientos de Vivienda (UMM) y la Coordinadora del Movimientos de Vivienda de la Zona Sur. Los estudios e indagaciones llevados a cabo intensivamente entre 1983 y 1988 por los propios movimientos de vivienda con la ayuda de expertos en vivienda independientes (por ejemplo, profesores del Laboratorio de Vivienda de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Bellas Artes de Sao Paulo) contribuyeron a poner en marcha el Programa. Esta experiencia ha mostrado la importancia de que las personas organizadas de la comunidad y los profesionales de la Universidad unan esfuerzos para definir políticas públicas innovadoras.

Según el programa, el proceso de construcción de viviendas se lleva a cabo mediante la colaboración entre la administración pública y los grupos organizados de bajos ingresos a través de un sistema que podría ser descrito como de gestión pública y no gubernamental. Tres agentes participaron en el proceso: la administración pública, una asociación de vecinos y una organización de asistencia técnica.

Según el Programa, los futuros moradores -organizados en asociaciones de construcción o cooperativas- eran los responsables de la gestión de la construcción de las viviendas en todos sus aspectos, en función de las normas y directrices establecidas por la administración pública, que aportaba los fondos. La disposición legal mediante la cual se creó el Funaps le autorizaba a sellar acuerdos con entidades privadas o públicas con el fin de cumplir el objetivo de erradicar la `infravivienda´. A continuación, el Programa estableció una serie de normas y reglamentos para el funcionamiento del programa.

A través de este Programa tan innovador, las asociaciones comunitarias -tales como las cooperativas de vivienda- llegaron a acuerdos con el Funaps para obtener la financiación para la construcción de viviendas. Se establecieron límites a la financiación (hasta 7.000 dólares estadounudenses para viviendas de 60 metros cuadrados, es decir 110 dólares/metro cuadrado), reglas para el gasto de los fondos, así como normas con respecto a los documentos necesarios para formular el derecho a establecer acuerdos, normas para la presentación de los informes de progreso y financieros y mecanismos para la autorización de los pagos de los plazos de financiación.

Según los términos del acuerdo, las asociaciones eran responsables de las gestión de todas las etapas del proceso de construcción. Se les permitía contratar a profesionales para que les prestaran asistencia técnica, decidir el solar, comprar los materiales de construcción, el equipo y las herramientas, y organizar colectivamente a los futuros moradores para llevar a cabo las actividades de construcción. A las asociaciones también se les permitía contratar mano de obra especializada para tareas específicas dentro de un límite del 10 % del total de fondos concedidos.

La administración pública analizó los proyectos y los documentos presentados en solicitud de financiación, llevó a cabo inspecciones y mediciones antes de autorizar las subvenciones y evaluó los informes de progreso y económicos presentados por las cooperativas. La municipalidad se hizo responsable también de la adquisición de suelo y la infraestructura.

El Programa no era únicamente una forma de organización para la autoconstrucción de viviendas -trabajo gratis organizado por la administración para la construcción de viviendas- ni un proceso de autoconstrucción individual mediante el cual un persona consigue construirse un refugio para sí y su familia. Se trataba de un programa de autoconstrucción dirigido por organizaciones, una forma de gestión pública y no gubernamental, en la cual las organizaciones no gubernamentales, con el apoyo y la financiación de la administración pública, eran las encargadas de construir las viviendas con la participación de todos los futuros moradores.

Esta forma de trabajo colectivo ha dado como resultado beneficios tecnológicos y sociales. Una gran productividad, una alta calidad, unas soluciones de diseño mejores -incluidos edificios de varias plantas- e incluso una terminación más rápida del proceso (cuando el flujo de fondos era continuo) fueron algunas de las características del Programa. Varios factores contribuyeron a la reducción de costes en aproximadamente un 50%. Algunos de ellos no estaban en absoluto relacionados con el hecho de que la mano de obra fuera gratis: por ejemplo, la eliminación de los beneficios indirectos (ganancias y gastos) o la adquisición de materiales a través de la asociación (en general, esto permite precios más bajos que los obtenidos por las administraciones públicas). La utilización del solar de construcción como centro comunitario y el desarrollo de componentes prefabricados en obra también contribuyeron a mantener los precios bajos.
La asistencia técnica de los profesionales contratados por las cooperativas fue esencial para el desarrollo de procesos constructivos eficaces, para la organización de la obra y para un mejor aprovechamiento de los trabajadores especializados. Estas eran condiciones fundamentales para conseguir un nivel de calidad y una rápida terminación. En contraste con el diseño monolítico tradicional brasileño, los técnicos comenzaron a desarrollar proyectos urbanos y arquitectónicos teniendo en cuenta las condiciones físicas y topográficas del lugar. .El resultado han sido conjuntos de alta calidad en términos de arquitectura y localización (situados dentro de los límites de la ciudad y no en la periferia más alejada).

La autonomía de la cooperativa para la gestión de los procesos de construcción y para las reinversiones de los posibles superávits o ganancias por productividad en las propias unidades de viviendas produjo resultados positivos. Los miembros de la cooperativa hicieron todo lo posible por evitar desperdiciar material y negociaron precios a la baja para los materiales y el equipo; en resumen, se esforzaron en conseguir los más altos índices de productividad. Al estar construyendo sus propios hogares futuros, buscaron los mejores materiales que podían permitirse. Así pues, esta promoción pública de vivienda incorporaba las ventajas de la gestión privada en beneficio de los usuarios.

Por otra parte, la gestión del proceso de construcción por parte de los futuros moradores ayudó también a fomentar la organización y la participación comunitarias. Al haberse convertido la propia obra en una especie de centro comunitario, se desarrollaron allí una serie de actividades, tales como cursos de lectura y escritura, actividades recreativas para los niños, talleres, grupos de teatro, etcétera. Como resultado, no sólo se han construido viviendas, sino también una comunidad organizada, capaz de llevar a cabo y dirigir los proyectos, programas y actividades necesarios para adquirir plena ciudadanía.

Durante los cuatro años que duró el programa (1989-1992), se establecieron 84 acuerdos con asociaciones vecinales y se construyeron más de 11.000 unidades. Por otra parte, se sellaron 19 acuerdos para la remodelación de núcleos de chabolas y 4 para la rehabilitación de bloques de pisos (`corticos') deteriorados. Una parte significativa del trabajo de construcción se finalizó en diciembre de 1992. El material adjunto (imágenes de la revista `Projeto' y del libro `Arquitetura & Habitaçao Social em Sao Paulo 1989 -1992') ilustra algunos de los proyectos y edificios desarrollados de acuerdo con el Programa.



S O S T E N I B I L I D A D


Una calidad superior que la de las unidades de vivienda construidas por promotores, junto con una reducción de los costes al 50 % y los avances obtenidos en términos de participación comunitaria y de consecución de la plena ciudadanía han hecho del Programa una alternativa de largo alcance para resolver los problemas de vivienda en áreas metropolitanas, no sólo en Brasil, sino en otros países en vías de desarrollo. Esta experiencia puede ser considerada como una alternativa a las políticas públicas habituales en materia social y como un nuevo punto de vista entre la administración y el sector privado.

Este modelo puede aplicarse a otras realidades e incluso a asociaciones comunitarias recientemente constituidas que mostraron progresos significativos durante el proceso de gestión del proyecto. La autoconstrucción de viviendas es una práctica común en Brasil y en muchos países del Tercer Mundo: la gestión comunitaria otorga un carácter colectivo a esta práctica y añade muchas otras ventajas, tales como la asistencia técnica, el apoyo financiero y los avances tecnológicos. Es importante señalar que algunas administraciones públicas brasileñas, tales como el Gobierno Estatal de Sao Paulo y municipalidades tales como Diadema e Ipatinga han desarrollado programas similares con resultados igualmente excelentes. El éxito de este programa ha alentado también a la creación de cooperativas de viviendas en muchas localidades. Es cierto que el Programa respondió tan sólo a una pequeña parte de la gigantesca demanda de vivienda de la ciudad de Sao Paulo. Sin embargo, habría que señalar que el Programa sólo tuvo 4 años para madurar, un tiempo extremadamente corto para un proyecto de esta naturaleza. Este breve periodo incluye la discusión del programa, la adquisición del suelo, la redacción de los proyectos, la realización de las obras infraestructurales y, por fin, la construcción. Se completaron así varios proyectos. Fue mucho lo que se consiguió. Por otra parte, además de los proyectos en curso, otras 15.000 unidades estaban en fase de proyecto o plenamente desarrolladas y a la espera de firmar lo acuerdos de construcción. Sin embargo, este proceso fue interrumpido por la actual administración, que posee una visión centralizada de la administración y no acepta la idea de que los proyectos puedan ser gestionados desde las propias comunidades. El Programa ha sido ignorado en su totalidad por la siguiente administración. Las asociaciones vecinales vuelven a estar solas. Se mantienen organizadas y luchan por garantizar la continuidad del Programa, habiendo alcanzado resultados positivos y demostrado así la vitalidad del Programa.

Uno de los aspectos positivos que merece la pena señalar es el crecimiento sostenido de los movimientos por la vivienda social, así como la capacidad de organización y gestión demostrada por las asociaciones vecinales exactamente cuando más propuestas y alternativas se les exigen a los trabajadores. Los movimientos sociales desarrollaron la capacidad de ver más allá de sus inmediatas necesidades y en este momento son capaces de ofrecer propuestas a toda la sociedad. La propuesta de una Ley Federal, firmada por más de un millón de personas, puede ser considerada un ejemplo de esta evolución. De acuerdo con la propuesta, se crearía un Fondo Nacional para la Vivienda -similar al Funaps- para financiar programas de creación de vivienda con participación comunitaria.

Gracias a políticas sociales tales como el Programa de Autoconstrucción de Viviendas gestionado por las ONG, los movimientos sociales y los organismos están aprendiendo a afrontar la dura tarea de luchar contra la pobreza y el subdesarrollo en Brasil.



I M P A C T O



Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.
Traducido por Carlos Verdaguer.


Revisado por Isabel Velázquez.

Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 1996 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu/bp044.html
 
Ciudades para un Futuro más Sostenible
Búsqueda | Buenas Prácticas | Documentos | Boletín CF+S | Novedades | Convocatorias | Sobre la Biblioteca | Buzón/Mailbox
 
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la EdificaciónDepartamento de Urbanística y Ordenación del Territorio