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Rio-Cidade: el urbanismo vuelve a las calles en Río de Janeiro (Brasil)


Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD. ( Best Practices Database.)
País/Country: Brasil

Región según Naciones Unidas: América del Sur
Región ecológica: Tropical y subtropical
Ámbito de la actuación: Ciudad
Instituciones: Organizaciones no gubernamentales (ONG) y organizaciones de base comunitaria (OBC), asociaciones profesionales

Palabras clave = Participación de la comunidad. Buena gestión de los asuntos públicos. Infraestructuras. Diseño urbanístico. Planificación urbana.

Categorías = Infraestructuras: uso y generación de la energía; saneamiento; acceso al transporte. Buena gestión urbana: fomento de la colaboración pública y privada; gestión y administración pública. Procesos de planificación regional y urbana: planificación comunitaria; proceso consultivo; remodelación urbana.

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R E S U M E N

Rio Cidade es la concreción de una idea diseñada por la administración municipal de Río de Janeiro para mejorar el planeamiento urbano con la participación de la comunidad. Se invita a las asociaciones de vecinos, a los grupos de profesionales y a los urbanistas a participar en la junta en la que se toman las decisiones acerca del desarrollo urbano y las obras públicas en las áreas elegidas. Se eligieron varios emplazamientos para un concurso público, en el que los estudios de arquitectura y los profesionales presentaron proyectos originales de renovación urbana, planificación del paisaje y mobiliario urbano. Los proyectos ganadores, seleccionados por el consejo profesional de arquitectura de Río, el Instituto de Arquitectos Brasileños (IAE), se sometieron después a un debate público que incluía a las asociaciones de vecinos, antes de su aprobación final por las autoridades de la ciudad y de su ejecución.


Inicio: 03/93


D E S C R I P C I Ó N


La ciudad de Río de Janeiro está comprometida con la mejora urbana de sus vías principales, en un proyecto llamado Rio Cidade (Ciudad de Río). El objetivo es transformar aquellos lugares en modelos o ejemplos a seguir progresivamente en toda la ciudad. Las vías seleccionadas, que se sitúan en todos los sectores de la ciudad, dan acceso a los barrios principales y desempeñan el papel principal en la imagen pública de la ciudad.

El proceso está dirigido por el propio Alcalde Cesar Maia y su Secretaría de Planeamiento Urbano, dirigido por el arquitecto Luiz Paulo Conde. Desde 1993, un acuerdo de cooperación entre la ciudad y el Instituto de Arquitectos Brasileños (IAB) promovió un concurso público de proyectos, que eligiera los mejores estudios de arquitectura y grupos de profesionales de Río. Estos equipos, que fueron contratados por el Gobierno Municipal de la Ciudad de Río, se comprometieron a estudiar, investigar y diseñar los nuevos proyectos urbanos para las áreas seleccionadas. Los proyectos fueron supervisados por IplanRio, el organismo de la ciudad encargado del planeamiento urbano.

El principal condicionante de todo el proceso fue que se produjera un debate continuo con la comunidad local de cada proyecto. Desde el primer momento hasta ahora, las propuestas municipales urbanísticas no fueron una cuestión interna de los empleados en los organismos urbanísticos, sino un objeto de discusión y aprobación comunitaria.

El objetivo principal de Rio Cidade es proporcionar a los ciudadanos un sentimiento de confort y seguridad en las calles, y un uso agradable de las aceras. Toda la atención se centra en los peatones. En cada una de las 17 calles comerciales seleccionadas, se incentiva a los arquitectos y urbanistas a desarrollar un tratamiento global, que encuentre las soluciones adecuadas para los distintos elementos locales, como el tráfico y las aceras, los jardines y los árboles, la iluminación, los carteles publicitarios, las cabinas de teléfono, los monumentos, etc. Los proyectos proponen soluciones integradas para cada área, considerando la funcionalidad y la estética, así como el coste y su adecuación. Se busca un concepto del espacio de la calle como bien público, un lugar de comercio, circulación, encuentro y ocio, el lugar para las distintas facetas de la ciudad.

Durante el período de 1995/96, Río Cidade incluirá 17 emplazamientos por toda la ciudad, en las manzanas de Copacabana, Ipanema, Leblon, Botafogo, Catete, Laranjeiras, Méier, Madureira, Penha, Bonsucesso, Ilha do Gobernador, Centro, Tijuca, Vila Isabel, Taquara, Campo Grande, Pavuna y Cascadura. En todas las áreas, las intervenciones incluyen la mejora de las infraestructuras de saneamiento, la iluminación de las calles, la señalización, la reconstrucción de las aceras y carreteras, la accesibilidad para discapacitados, las áreas de ocio, las instalaciones de aparcamiento y de tráfico, el transporte público y un diseño nuevo del mobiliario urbano (bancos, buzones de correo, cabinas de teléfono, papeleras y kioscos de periódicos).

Se supone que todas las áreas transformadas por el proyecto Rio Cidade tienen un efecto demostración para promover e incentivar nuevas iniciativas de los organismos gubernamentales y de la misma comunidad para mejorar la ciudad. Las nuevas aceras y paisajes hacen que la gente tenga ganas de pintar sus muros y fachadas, y de cuidar más su barrio. Ocurre lo mismo con los comerciantes, con los ayuntamientos y con otras esferas de gobierno.

Las calles comerciales son seleccionadas según el criterio siguiente: se da prioridad a las vías principales, que cumplen un papel importante en cada sector de la ciudad. Además se concede una atención especial a las áreas deterioradas, que han perdido su poder comercial y que esperan una acción de renovación con el fin de lograr de nuevo un puesto en la trama urbana.

Aunque a primera vista pudiera parecer un simple proyecto de obras de renovación, Rio Cidade se concibió como una intervención real estratégica y profunda. Para entender su significado, se necesita más información sobre Río.

En los últimos años, Río ha experimentado un proceso doloroso de pérdida de autoestima y respeto. Se incrementó el desorden, se fortaleció la ciudad en situación ilegal y los perjudicados fueron los espacios públicos. Últimamente, la ciudad ha comenzado a desbancar este mal talante, y todos los indicadores actuales son favorables. En este contexto, la construcción de una ciudad más bonita, aquí y allá, es mucho más que una operación superficial: representa un tipo de restauración, una victoria sobre la mediocridad, una demostración de nuestras cualidades como ciudad que da un valor especial a la naturaleza, el confort y la belleza. Se supone que estas obras aumentan el respeto de los ciudadanos por sí mismos y por la ciudad en la que viven.
Se han finalizado las primeras obras, y se han devuelto varias áreas al público con buenos resultados. En muchas áreas continúan las obras, con los inevitables trastornos para el vecindario. No obstante, un debate previo contribuyó a reducir las quejas por el ruido y el polvo. Todas las obras concluirán en noviembre de 1996, en que una interrupción para evaluar, sugerirá el nuevo rumbo del proyecto para los años siguientes.



S O S T E N I B I L I D A D


La participación de la comunidad es una alternativa a la forma de proceder del Gobierno, así como a la actitud habitual de la misma comunidad. Una vez que la gente ha tomado la palabra en la toma de decisiones, se alegrará de conservar este derecho en el futuro, a no ser que pierda su confianza en el proceso participativo, y llegue a ser escéptica respecto de sus resultados. La administración de la ciudad se encarga, en primer lugar, de que el proceso de participación produzca beneficios visibles para la comunidad implicada, con el fin de evitar el escepticismo. Cuanto más visibles sean los resultados, mejores serán los objetivos del sistema de planeamiento urbano basado en la comunidad, y por lo tanto la sostenibilidad del proyecto por sí mismo. Sería utópico esperar que las administraciones futuras mantengan los mismos métodos, como la elección de los participantes especialmente en los países y culturas en los que el planeamiento a largo plazo y la permanencia de las instituciones no son el rasgo principal. Pero sin importar los planes adoptados en el futuro, creemos que se considerará la idea central de establecer un debate con la comunidad sobre las alternativas para la actuación del Gobierno a nivel local.

Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.
Traducido por Silvia Mosquera Hernández.


Revisado por Lourdes Domingo e Isabel Velázquez.

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