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Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1996, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Bélgica
Región según Naciones Unidas: Europa occidental (incluido Turquía)
Región ecológica: Continental
Ámbito de la actuación: Barrio
Instituciones: Académicas y científicas, gobierno central,
gobierno local, gobierno regional, organizaciones no
gubernamentales (ONG), organizaciones de base comunitaria (OBC)
y sector privado (incluido sector informal)
Palabras clave = Participación de la comunidad. Desarrollo
económico. Vecindarios. Colaboración. Remodelación urbana
Categorías = Erradicación de la pobreza: generación de ingresos;
creación de puestos de trabajo; formación profesional. Buena
gestión urbana: recursos humanos y formación de dirigentes;
fomento de la colaboración pública y privada; gestión y
administración pública; criterios de intervención pública;
movilización de recursos. Procesos de planificación regional y
urbana: planificación comunitaria; proceso consultivo,
remodelación urbana.
Patrocinador:
Quartiers en Crise Network
13 rue Boduognat
Brussels, Bélgica
1000
322 230 6027
100745.1067@compuserve.com
Socio:
27 towns in 10 Member-States in the European Union
Jorge Gonzalez Aznar
13 rue Boduognat
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Claude Jacquier
25 Ave de Constantine
3800 Grenoble, Francia
3800
33 76 40 1313
Socio:
Geraldine Tierney
13 rue Boduognat
1000 Brussels, Bélgica
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Antecedentes
Muchas de las ciudades europeas tienen áreas donde se localiza,
gente marginada, áreas a las que se denomina, quizás un poco
brutalmente "barrios en crisis". Esta situación siempre ha
existido, pero hoy, está aumentando el abismo entre las zonas
rentables de la ciudad, vinculadas a la economía internacional
y las zonas más pobres que no se benefician de la situación de
las primeras. El problema esencial no es la segregación
territorial, aunque sí el progresivo bloqueo de los mecanismos
de redistribución de riqueza, que lleva al desarrollo de
ciudades de dos velocidades desde el punto de vista económico,
social, político, e institucional, con las consecuencias que esto
tiene para la estabilidad de una sociedad, que cada vez es más
urbana. Con frecuencia son las regiones con porcentajes de
crecimiento económico más alto, las que atraen a la gente en peor
situación y favorecen su concentración en áreas urbanas
particulares.
Sin embargo, estas áreas urbanas han sido definidas de una vez
por todas, no presentan siempre las mismas características de un
país a otro. Se encuentran en todo tipo de tipologías
arquitectónicas y opciones urbanas (barrios antiguos del centro,
suburbios, barrios obreros, torres de pisos...). No son
necesariamente áreas de inmigrantes o áreas monofuncionales sin
actividad económica, pero debido a sus características
diferenciales y la letanía de problemas que se pueden identificar
en ellos (los desempleados, el fracaso escolar, el crimen, la
drogadicción, etc.), son estimadas y segregadas del resto de la
ciudad.
No hay una razón patológica particular, ni un único factor
determinante que explique tales situaciones urbanas pero sí una
serie de mecanismos que se generan a diferentes niveles de la
estructura urbana. Consecuentemente, las políticas y programas
que se establecen para cambiar estas situaciones, no pueden
reducirse a respuestas especializadas y sectoriales, que muchas
veces con su intervención no hacen más que agravar la situación
(por ejemplo "la lógica del bienestar"). La ciudad ha de ser
considerada con estas problemáticas, en la medida en que existen,
y ello significa encontrar otro camino para vincular los campos
e instrumentos de intervención política. Esto es lo que proponen
las propuestas integradas para el desarrollo urbano.
Situación actual
La participación de las ciudades en la Red de Barrios en Crisis
y la promoción de sus programas integrados para el desarrollo
urbano, ha sido la ocasión de multiplicar las oportunidades de
intercambio para que, el mantenimiento de la cohesión social de
áreas urbanas llegue a ser un tema esencial del futuro de las
ciudades. Esta experiencia nos conduce a las siguientes
observaciones en el desafío que tiene que afrontar la política
urbana actual.
El reto que han de aceptar estas ciudades, cualquiera que sea su
nivel de prosperidad, no puede ser abordado mediante políticas
sectoriales establecidas por las autoridades públicas de acuerdo
con los principios clásicos de la buena administración. Es
necesario intervenir cada vez mediante la movilización de
sectores públicos y privados (con frecuencia de manera simultánea
y coordinada) que actúen en múltiples áreas y a diferentes
niveles de organización y de sociedad. En otras palabras, es
necesario establecer sinergias entre diferentes colaboradores y
diferentes políticas, propiciadas a distintos niveles de la
organización administrativa.
Los enfoques integrados para el desarrollo urbano están basados
precisamente en estos principios. Su objetivo no es sustituir los
tradicionales enfoques de gestión social y urbana, o los
profesionales involucrados en ella, sino construir en su lugar,
otro marco para trabajar, en el cual las propuestas puedan ser
más efectivas. Su objetivo no es movilizar más dinero ni más
medios de los que ya se dispone, pero sí, utilizar mejor y actuar
de forma que se incremente su eficacia en generar sinergias entre
los programas y los proyectos.
Este es el reto esencial de este cambio de enfoque. No es una
cuestión de hacer más, pero si, de intervenir de forma diferente,
apoyando una transformación y modernización de los sistemas y
modos de intervención en las ciudades. En breve, el desafío se
sitúa en volver a pensar en contribuir a la reconstrucción de
nuevos sistemas de gobierno urbano.
Estrategia
La Red de Barrios en Crisis reúne a los actores significativos
de un barrio: los profesionales, los políticos y los residentes.
A través de una serie de intercambios y seminarios para la mejor
práctica en la regeneración urbana, les anima a desarrollar un
interesante programa de regeneración de su propio vecindario. La
clave de las propuestas integradas es la siguiente:
Incluye enfoques globales que han de tener en cuenta la
diversidad y la complejidad de los procesos de cambio que están
ocurriendo en las sociedades urbanas. Todos los programas que
tienen lugar en el marco de este enfoque (la regeneración
económica, la restauración física del área, el desarrollo de los
recursos humanos y culturales etc.) han de desarrollarse
sinérgicamente para producir más efectos que aquellos que
resulten de su implantación por separado.
Son enfoques transversales e interasociados. El desarrollo de la
sinergia en estas acciones presupone que los participantes,
especializados en su propio área de competencia puedan trabajar
juntos simultáneamente. Uno de los objetivos de los enfoques
integrados es hacer que, trabajando juntos, se llegue a
modificar el modo de pensar y actuar de gente que hasta ahora se
había ignorado mutuamente, incluso promover una renovación de
sistemas administrativos que se adapten más a la complejidad de
los problemas encontrados. Esta colaboración debe ser organizada
por los vecinos ya que son los agentes colaboradores más
involucrados en los programas. Son ellos las personas que
llevarán a cabo las acciones emprendidas y obligarán a los
sistemas de gestión a ajustar los servicios que ofertan.
La territorialización de los enfoques, es una de las condiciones
para el éxito de las acciones. Promover sinergia entre los
colaboradores supone actuar en un marco claramente definido ( por
ejemplo, un barrio) para lograr los efectos de proximidad y
complementariedad. Esto no significa que todas las soluciones
tengan que provenir de un área territorial, pero si que el barrio
es el lugar apropiado para llevar a cabo un análisis relevante
de las dificultades que la población encuentra y para movilizar
a todas las redes familiares, comunitarias e institucionales
capaces de sacar partido de las oportunidades que se presentan.
Dicho esto, los proyectos integrados para la regeneración deben
vincularse a políticas más globales a nivel de las aglomeraciones
o áreas metropolitanas, para que las iniciativas tomadas a este
nivel de gestión no tengan efectos contradictorios respecto de
las estrategias emprendidas en los barrios.
La segunda condición para el éxito de los enfoques integrados es
definir proyectos concretos. La colaboración, es decir los
encuentros entre los participantes y el compromiso de los
residentes no se puede construir en abstracto. Debe tener como
objeto ser de los diferentes colaboradores, incluidos los
vecinos, que permitan una acción constructiva capaz de promover
el dinamismo del barrio. Esto significa que hay que prestar mucha
atención al alcance y el ritmo de puesta en marcha de las
transformaciones. Puede ser el caso de que el ritmo de
intervención sea distinto del preferido por los representantes
y técnicos como por los residentes. Esto también facilita superar
la lógica de la espiral de demandas disparatadas que con
frecuencia se traducen en un despilfarro de subvenciones (la
lógica del cliente) y combatir la lógica del estado de bienestar
mediante la formación de los residentes para asumir la
responsabilidad de sus propios problemas y la gestión de su
barrio. Realizar físicamente el proyecto es un curso básico de
ciudadanía.
Finalmente los enfoques integrados deben integrarse en un proceso
de convenio con las diferentes autoridades y los diversos
organismos financieros. El convenio es la manifestación de que
los que colaboran están comprometidos en precisar los objetivos
con un calendario operativo que dé credibilidad al programa
previsto. Este procedimiento contractual permite también una
definición clara del sistema de gestión para la política de
regeneración, por confiar la gestión del proceso elegido en el
comité directivo. El comité directivo y el equipo operacional
son, en cierto modo, un laboratorio para la renovación de la
animación técnica de los sistemas administrativos de la ciudad,
que con frecuencia tienen un papel amplificador en la crisis de
los vecindarios.
La formulación y la operación de esta estrategia no es fácil de
realizar. Es el resultado de la prueba y error, y del trabajo
paciente de los que trabajan en el terreno, junto con los
representantes elegidos, que son quienes están realmente
enterados de los nuevos desafíos, a los que los barrios y los
vecinos han de hacer frente. Los enfoques integrados del
desarrollo no están definidos por decreto. Se construyen día a
día a través de éxitos y fracasos.
Los enfoques integrados promovidos por Barrios en Crisis desde
1989 no tienen como objeto sustituir los enfoques tradicionales
de gestión urbana y social sino que apuntan a construir un marco
para que estos enfoques sean más eficaces. El propósito es
aumentar la eficacia de los recursos existentes y crear sinergias
entre programas y proyectos.
No es cuestión de hacer más, es cuestión de hacerlo de modo diferente - creando nuevos sistemas de administración urbana-.
Los comités directores locales formados por políticos,
profesionales y residentes ya han empezado a funcionar y ahora
están en proceso de expansión para incluir al sector privado.
Estas nuevas estructuras de comunicación y cooperación han
ayudado a estructurar y organizar el trabajo a nivel local,
facilitando encuentros entre participantes en la misma ciudad,
creando una plataforma común y asistiendo a la creación de
proyectos. El compromiso de los políticos ha eliminado los
obstáculos y ha proporcionado apoyo a los proyectos locales.
A nivel europeo, Barrios en Crisis ha influido en los procesos
de regeneración urbana, promoviendo y atrayendo recursos para
enfoques integrados de regeneración urbana. Ha facilitado que en
las ciudades identifiquen a otros socios nacionales y ha hecho
de Europa una realidad para gente que vive en algunos de los
barrios europeos más deprimidos. Barrios en Crisis continúa
ayudando a:
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