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País/Estado — Perú
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — costera
Ámbito de la actuación — nacional
Agentes — institución académica o de investigación; organización de base comunitaria (OBC); agencia internacional.Categorías — Vivienda. Situaciones de emergencia y desastres naturales. Arquitectura y diseño urbano.
Avenida La Fontana 1.250, Urbanización Santa Patricia, 2da etapa, 12 La Molina, Lima (Perú) Tel: +51 1 2086000, anexo: 1159
En 2007, un terremoto destruyó más del 70% de las ciudades de la región de Ica (al sur de Lima), donde más de 140.338 viviendas fueron afectadas.
Este desastre demostró la muy alta vulnerabilidad de las edificaciones en el Perú y la urgencia de introducir nuevas prácticas constructivas para evitar otras futuras catástrofes. En este contexto, el Instituto de Vivienda, Urbanismo y Construcción (IVUC) empezó su investigación para desarrollar nuevas alternativas de construcción sismorresistente, basadas en un material altamente renovable y sostenible: el bambú-guadua. Esta especie nativa de América del Sur que abunda en el Perú es conocida como «el acero vegetal» por sus excelentes características físico-mecánicas, su ligereza y su flexibilidad.
En sociedad con ONG, el equipo del IVUC diseñó modelos de vivienda social, experimentó nuevas técnicas constructivas con estructuras de bambú y transfirió sus conocimientos a las poblaciones locales y los profesionales de la construcción, así como a los sectores públicos y académicos.
Aparte de la ayuda tangible hacia un gran grupo de familias damnificadas, los resultados de la iniciativa han sido esenciales para el desarrollo de la norma técnica de construcción con bambú en el Perú (E100), que representa una herramienta indispensable para promover y masificar esta nueva práctica, con el fin de reducir la vulnerabilidad, así como como una medida de adaptación y mitigación del cambio climático.
En 2007 se produjo un terremoto que destruyó más del 70% de varias ciudades de la costa peruana al sur de Lima. Miles de edificaciones colapsaron y más de 140.000 viviendas fueron afectadas. Este desastre natural evidenció la alta vulnerabilidad de las edificaciones en el Perú, sobre todo de las poblaciones más pobres establecidas en las nuevas periferias urbanas, así como las grandes carencias en términos de gestión de riesgos y prevención.
En este contexto de catástrofe humana, el desafío no era sólo el de atender a la emergencia y a la reconstrucción del espacio físico necesario a la vida de sus habitantes, sino también el de proponer soluciones constructivas durables que se adecuaran a la realidad económica de la población y así construir casas preparadas para resistir a los futuros movimientos telúricos.
Además de elaborar propuestas arquitectónicas sismoresistentes, la prioridad del IVUC era desarrollar una nueva práctica de la construcción que sea eco-amigable y sostenible, lo que significaba utilizar materiales locales económicos, así como técnicas constructivas fácilmente replicables.
Para lograr el objetivo de introducir nuevas prácticas de construcción sismoresistentes transferibles a la población, era necesario empezar basándose en un equipo profesional multidisciplinario que trabajara localmente con los distintos actores de la sociedad y que estuviera completamente conectado a la realidad y a las necesidades de la población. Con este fin, el IVUC se asoció al Programa Transitorio de Emergencia y Reconstrucción Post Terremoto (PTERPT) de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), cuya estrategia principal era incluir a los beneficiarios en el proceso de reconstrucción, así como integrar la capacitación como un elemento clave del proyecto con la visión de crear mecanismos de desarrollo durable. A partir de esta experiencia, se iban a poder sistematizar los aprendizajes y difundirlos a una escala mayor.
La creación y promoción de nuevas prácticas constructivas por el IVUC se puede dividir en dos momentos en los cuales los recursos y los socios varían:
Tras un diagnóstico del contexto evaluando las fallas que provocaron la destrucción de los edificios y un análisis de los materiales alcanzables localmente, los expertos del IVUC definieron que la alternativa del bambú (Guadua angustifolia[2]) era una de las más adecuadas para responder a las exigencias técnicas, económicas y ambientales.
Con este material, el IVUC empezó a desarrollar propuestas arquitectónicas, incorporando conocimientos internacionales, ya que las técnicas locales carecían de calidad. Sin embargo, por ser un material infrautilizado en el Perú, varias dificultades surgieron al momento de pasar a la etapa de la construcción:
Para contrarrestar esos obstáculos, el equipo CEAS-IVUC decidió construir la Maestranza del Bambú, la cual permitió:
La metodología aplicada ha sido la de aprender haciendo, en un proceso de experimentación, optimización y validación continuo. Gracias a esta primera experiencia, todo el equipo aprendió las especificidades del trabajo con bambú y se pudo comprobar los aciertos y definir los elementos por mejorar. En todas las construcciones que se realizaron participaron hombres y mujeres de la comunidad para que se involucren en el proceso de reconstrucción y aprenden técnicas que puedan reproducir.
Otro de los mayores obstáculos que se tuvo que enfrentar es la imagen de poca durabilidad y pobreza asociada al bambú en el Perú. Para romper este paradigma se realizaron, aparte de módulos de vivienda para damnificados, dos obras importantes que podrían volverse unas vitrinas del potencial de este material: la iglesia de bambú de la Compañía de Jesús y una casa de dos pisos con estructura de bambú.
Esos proyectos fueron determinantes para incentivar la creación de una norma pública de construcción con bambú, que era unos de los últimos obstáculos para difundir esta nueva práctica a una escala mayor, que sobrepase la situación de post-desastre y se vuelva una herramienta de desarrollo nacional. Como promotor y actor de la elaboración de esta norma, el IVUC realizó desde entonces múltiples cursos de capacitación destinados a los profesionales de la construcción para difundir los conocimientos con el apoyo del INBAR.
La última tarea pendiente del proceso fue la de potencializar toda la cadena de valor del bambú a nivel nacional, trabajando desde el productor hacia el cliente con el fin de que la construcción con bambú se vuelva una verdadera alternativa sostenible para todo el país.
En el camino hacia la utilización de nuevas técnicas constructivas con base en el bambú, se han enfrentado muchas dificultades que permitieron definir los principales cuellos de botella por resolver:
La sostenibilidad de la propuesta de construir con bambú en el Perú se basa en varias de las características de este pasto gigante también conocido como «el acero vegetal»:
Por otro lado, la sostenibilidad de la propuesta del IVUC se sostiene gracias a su trabajo continuo de capacitación, difusión e innovación que tiene come eje la búsqueda de la inclusión social y el desarrollo económico sostenible. La visión es seguir promoviendo esta nueva práctica como un vector de desarrollo eco-amigable y para sostener políticas de reducción de la vulnerabilidad de las poblaciones más expuestas.
Los resultados alcanzados a lo largo de los cinco últimos años se sintetizan dentro de las dos categorías siguientes:
El IVUC realizó una gran labor para que la experiencia tenga un impacto sobre las políticas públicas, destacando la creación de la nueva Norma de construcción E100 Bambú. Con el propósito de difundirla, el IVUC se asoció al INBAR y al Ministerio de Vivienda, Saneamiento y Construcción para organizar el I Congreso de Bambú - Perú 2012. En este evento se invitó a los ministerios, los gobiernos regionales y las instituciones públicas relacionadas con la construcción con el objetivo de que integren el bambú dentro de sus estrategias de desarrollo y para compartir ideas sobre la reducción de la vulnerabilidad de las viviendas.
Tres ejemplos demuestran que las políticas públicas han integrado la técnica constructiva en base a bambú como una alternativa para la vivienda social:
[1]: Misereor de Alemania,
Trocaire de Irlanda, CCFD de Francia y Desarrollo y
Paz de Canadá, así como la
Sociedad de los Padres de Maryknoll, los Catholic Relief
Services y la Fundación Ford de Estados Unidos.
[2]: La Guadua
angustifolia es una especie de bambú nativa de América Latina con unas de las mejores características físicas
mecánicas.
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