Ciudades para un Futuro más Sostenible
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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2014 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/14/bp-22.html   
Huertos urbanos solidarios (Madrid, España)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2014, y catalogada como GOOD. (Best Practices Database)
País/Estado — España
Región según Naciones Unidas — Europa
Región ecológica — continental
Ámbito de la actuación — metropolitana
Agentes — fundación; gobierno local; gobierno regional.

Categorías — Gestión ambiental. Ordenación territorial. Equidad de género e inclusión social.


Contacto Principal

Rus in Urbe-La Huerta de Montecarmelo, Fundación Carmen Pardo-Valcarce (FCPV) — fundación
Sandra Carretié [sandra.carretie@fcpv.es]


Monasterio de las Huelgas 15,
28045 Madrid (España)

Tel: +34 91 7355797,
Tel: +34 648 707531


Organización Nominadora

Comité Hábitat Español — asociación entre los sectores público, privado y ciudadanos
José Luis Nicolás Rodrigo

Ministerio de Fomento,
Paseo de la Castellana 112, 
28046 Madrid (España)

Tel: +34 91 7284091
Fax: +34 91 7284862
E-mail: concursobbpp@fomento.es
Web: http://www.fomento.es


Socio

Ayuntamiento de Madrid — gobierno local
José Antonio González de la Rosa

Avda. Monforte de Lemos 40,
28029 Madrid (España)

Tel: +34 91 5886897

E-mail: jmfuencarral@madrid.es
Colaboración en donación de terreno.


Socio

Consejería de Empleo de la Comunidad de Madrid — gobierno regional
Mayte Regalado

Santa Hortensia 30,
28029 Madrid (España)

Tel: +34 91 5800901

Colaboración administrativa.
Colaboración financiera.


Socio

Fundación Especial Caja Madrid — fundación
María Jesús Pacheco [mpacheco@cajamadrid.es]

Plaza del Celenque 2,
28013 Madrid (España)

Tel: +34 91 3792205

Colaboración financiera.


Resumen

El modelo de crecimiento y desarrollo de las ciudades y el acelerado ritmo de vida propio de grandes urbes, aleja a sus habitantes de la naturaleza, dificulta su conocimiento y la conexión con sus ritmos y los problemas medioambientales. Más allá de la creación de espacios verdes urbanos para oxigenación y esparcimiento, proponemos con nuestro centro de huertos urbanos solidarios, traer el campo a la ciudad de manera interactiva. El huerto como espacio transformador de urbanitas en rurbanitas, habitantes de la ciudad que se integran y experimentan la intervención en el medio natural a través del cultivo de la tierra. Trabajando y colaborando con la naturaleza para obtener frutos y hortalizas para llevar a casa .

Las escapadas y obligadas citas de las personas que contratan el huerto, les permiten salir del ritmo que impone la ciudad, tomar conciencia de los beneficios de una intervención sostenible en el medio ambiente, mejorar hábitos alimenticios, la movilidad y la salud y en conjunto adoptar un nuevo estilo de vida como rurbanitas.

Pero somos muy conscientes de las limitaciones de tiempo y huecos que nos deja la ciudad. Por eso empleamos, para ayudar con los cultivos, a trabajadores con discapacidad intelectual que se encargan del mantenimiento básico del huerto, preparan los semilleros y ayudan a sacar adelante el huerto. Incluimos así la discapacidad intelectual como un elemento más de nuestro entorno que normaliza, favorecer las relaciones entre todos, enriquece en humanidad, da visibilidad e integra y dignifica laboralmente a estas personas en nuestro entorno.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

2010. Crisis económica aguda.

Madrid. Ciudad moderna con grandes infraestructuras y con mucha población.

Modelo y oferta de consumo desgastada.

Una ciudad en crecimiento con gran masa de población desilusionada, pero joven y dinámica, que se siente desconectada y aislada de la naturaleza y tiene gran conciencia de problemas sociales y medioambientales por lo que busca modelos de vida dentro de la ciudad cercanos a la naturaleza para mejorar su salud física, ambiental y vital.

Gestión urbanística de mucho crecimiento pero poco eficaz en la gestión y mejora de la salud ambiental de la ciudad.

Proceso

  1. Diseñar el proyecto (2010).

    Se contó con un equipo técnico de arquitecto, paisajista e ingeniero técnico agrícola para partir del mejor diseño de espacio agrícola/urbano.

    A través de la experiencia agrícola de cultivo de huerto, crear una visión y concepto innovador de ocio y paisajismo urbano de zonas verdes y oferta de ocio medioambiental con valores sotenibles y solidarios.

  2. Buscar un terreno urbano (2010) céntrico dónde implantar el modelo.

    El primer problema fue que la Ley de Suelo no contempla actividades agrícolas en suelo urbano. Si lográbamos articularlo, podríamos iniciar una modificación en la Ley de Suelo para contemplar este uso y así transferir la iniciativa y extender nuestro modelo a otras zonas de la ciudad y a otras ciudades, con un precedente de éxito en gestión urbanística, medioambiental y social.

    Desde la Fundación Carmen Pardo-Valcarce se buscó y logró el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid.

  3. Búsqueda de financiación para la inversión inicial en infraestructuras y necesidades para ejecutar el proyecto técnico y paisajístico de Rus in Urbe-La Huerta de Montecarmelo.

    La Fundación Caja Madrid Obra Social apoyó desde el principio la idea del proyecto aportando financiación para la adecuación del terreno, vallado, movimiento de tierras, casetas de material y especies hortícolas.

  4. Desarrollo de un plan de gestión, formación del personal y comercialización que permitiera al proyecto ser sostenible económicamente.

    El equipo gestor desde la Fundación Carmen Pardo-Valcarce destinó recursos humanos y dotacionales para llevar a la realidad el proyecto de huertos, ordenarlo en el paisaje, difundirlo y comercializarlo.

    En 2011 se inauguró el centro de huertos con 68 huertos. En la actualidad, éste tiene 200 huertos y hay dos ayuntamientos interesados en el modelo.

Resultados obtenidos

Desarrollo local sostenible

Se trata de un proyecto de participación pública en el que, desde su comienzo en marzo de 2011, han tenido un huerto en La Huerta de Montecarmelo unas 300 familias. Contribuye a la generación de empleo local, además de favorecer en este sentido a colectivos sociales desfavorecidos como es el de las personas con discapacidad intelectual. Actualmente, La Huerta de Montecarmelo emplea a:

Constituye un centro de ocio diferente, familiar, intergeneracional, donde practicar un ocio saludable y al aire libre que permite el contacto directo con la naturaleza, con la tierra, que acerca el campo a la ciudad y hace tomar conciencia del entorno, la meteorología, las estaciones y desde el que se aprenden valores de respeto hacia el medio ambiente. Así como se conciencia a las personas de la importancia de una correcta nutrición desde la infancia, fomentando el consumo de alimentos de calidad, frescos, de temporada y de proximidad, cultivados de manera sostenible, todo ello desde el desarrollo de una educación ambiental a través de la experiencia práctica que permite la adquisición de conocimientos y la revalorización del trabajo agrícola.

A través de las cuotas que abonan los socios de los huertos, obtenemos ingresos suficientes para cubrir los gastos de personal, mantenimiento agrícola, servicios generales y fungibles haciendo que el proyecto sea económicamente sostenible y autónomo.

El hecho de crear y mantener un ecosistema natural dentro de un entorno urbano, contribuye a la sostenibilidad global de la ciudad pues supone una fuente de oxígeno, un sumidero de CO2, genera hábitats para la fauna de la zona, genera alimentos para la población local y permite el disfrute de la naturaleza con los beneficios sociales que ello aporta entre muchas otras cosas.

En él se producen alimentos de km 0 respecto a su transporte, pues todos los alimentos generados son producidos y consumidos por las mismas personas, lo que supone que su consumo no genera contaminación por la distribución de productos al eliminarse el transporte y los intermediarios. Además, el 40% de los participantes del proyecto reside en un radio de 2 kilómetros respecto a la ubicación del mismo. Por ello, las personas participantes, en su mayoría, acuden en medios de transporte no contaminantes como son a pie o en bicicleta por lo que se evita con ello la contaminación por quema de hidrocarburos, además de promoverse un estilo de vida activo y saludable.

Se fomenta así mismo el establecimiento de relaciones personales alrededor de las actividades lúdicas relacionadas con el huerto: cursos, talleres, exhibiciones, así como el intercambio de semillas entre los participantes, para el conocimiento y salvaguarda de la variabilidad genética y la recuperación de variedades hortícolas tradicionales en desuso.

Para la provisión de materiales necesarios para la huerta (sustratos, cañas, manta térmica, productos fitosanitarios, plantones, abonos, etc.) se prioriza la compra a proveedores locales.

La instalación física del proyecto se ha realizado sobre un terreno urbano degradado y en estado de abandono que era una antigua escombrera. Para ello se ha restaurado el entorno recuperándose una superficie sobre la que se han instalado 200 parcelas de cultivo para huerto, lo que supone un total de 4.000 metros cuadrados en cultivo. A dicha superficie de cultivo se añade la instalación de zonas ajardinadas comunes, los cultivos arbóreos y arbustivos ornamentales y demás espacios que forman parte de La Huerta de Montecarmelo y que en su conjunto suponen una superficie total de 7.000 metros cuadrados.

En cuanto a la promoción de un ocio saludable, y dado que La Huerta de Montecarmelo se encuentra en un contexto urbano, supone una oportunidad de disfrutar de un ocio al aire libre basado en el respeto a la Naturaleza y en el restablecimiento del vínculo con la misma que promueve otro modelo de ocio al margen del modelo habitual ligado al consumo que prevalece en las ciudades. Por lo que constituye un lugar ideal para el ocio familiar y la recuperación de un ocio saludable.

Inclusión social

La Fundación Carmen Pardo-Valcarce trabaja por la participación de las personas con discapacidad intelectual en nuestra sociedad, creyendo además que así será más rica y diversa. En torno a esta misión, la Fundación ha crecido tanto en número de servicios como de personas atendidas, en torno a unas mil en la actualidad, diseñando apoyos allá donde encuentran barreras para su participación: educación, empleo, vivienda, ocio, deporte, sanidad, justicia, etc. Y buscando un entramado que permita tender puentes para que las personas con discapacidad intelectual estén cada día más presentes en la sociedad.

Creada en 1948, su trayectoria en estos años, le permite ser hoy un referente, tanto a nivel nacional como internacional, en el ámbito de la discapacidad intelectual. En al año 2007, la Business Guide creada por Naciones Unidas incluye a la Fundación como una de las 2 únicas ONG españolas, entre 85 ONG de todo el mundo, de mayor confianza para formar alianzas con empresas.

Cabe destacar el potencial del huerto como herramienta terapéutica, de integración social y de promoción de un ocio saludable.

Muchos expertos estiman que el aprendizaje experimental genera excelentes resultados a nivel de integración personal de lo aprendido, así como que contribuye a la mejora de la capacidad de aprendizaje autónomo y a la de toma de decisiones y responsabilidades individuales mediante la gestión del huerto, pues éste facilita la experimentación, lo cual genera un aprendizaje personal que trasciende a la vida cotidiana.

En el plano terapéutico, se ha constatado que las actividades realizadas en contacto con la Naturaleza contribuyen al bienestar de la persona al restablecer el vínculo natural que la une con el entorno. Además de desarrollarse al aire libre y en la naturaleza, en este caso, se trata de actividades relajantes encaminadas a procurar cuidados a seres vivos lo cual mejora la salud, pero además propicia el empoderamiento y la toma de responsabilidades por parte de la persona que participa, actitudes que derivan en una mayor autoestima y por tanto repercuten en su bienestar global. Asimismo, para las personas con sensibilidades especiales, ofrece un sinfín de posibilidades de establecer contacto con la naturaleza a través de los sentidos mediante actividades encaminadas a la apreciación de los sonidos, olores, colores, tacto, etc. de los distintos elementos que encontramos en la naturaleza y en la huerta.

En cuanto a integración social, constituye una herramienta muy valiosa, pues ofrece la oportunidad de la cooperación, el trabajo en equipo y la toma de decisiones colectiva haciendo participes a todas las personas incluidas en el proceso. Además en este caso, supone una herramienta integradora per se al situarse en el contexto de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce donde trabajan personas con discapacidad intelectual que están integradas en el grupo de trabajo.

Sostenibilidad

Conservación del medio natural

La creación de un nuevo ecosistema natural manejado bajo premisas ecológicas conlleva una mejora intrínseca sobre la conservación del medio ambiente dado que supone un hábitat para multitud de especies y por tanto, un centro de biodiversidad. Además de las especies hortícolas de cultivo, se pueden encontrar gran variedad de animales: mariposas, abejas, abejorros, avispas, mantis, escarabajos, lombrices, ranas, sapos, culebras, arácnidos, pájaros, etc.

Para fomentar de manera especial la presencia de polinizadores, concretamente de abejas, se cultivan numerosas especies aromáticas y melíferas para atraer a este tipo de fauna auxiliar y contribuir al mantenimiento de la cabaña local de colmenas de abejas.

La Huerta de Montecarmelo apuesta por la conservación, a través del cultivo, de especies autóctonas y variedades tradicionales, así como en la recuperación de variedades hortícolas en desuso. Por ello, se cultivan al año hasta 40 tipos de cultivos hortícolas diferentes incluyendo variedades dentro de una misma especie, lo que supone un total de 28.000 plantones al año para trasplante. Además se dispone de semillas para siembra directa de 15 especies hortícolas más y hasta 15 tipos de especies culinarias, aromáticas y medicinales.

En la misma línea de mantenimiento de la biodiversidad, y prestando especial atención a la conservación y mantenimiento de la variabilidad genética, se ha creado un banco de semillas propio en el que se encuentran más de 50 cultivos hortícolas y culinarios diferentes, donde algunos como el tomate, presentan hasta 68 variedades distintas. También se cuenta con semillas de árboles y arbustos frutales y ornamentales. El registro del banco de semillas suma un total de 536 entradas de semillas, almacenadas, etiquetadas y clasificadas para su conservación. Sirve así mismo para la difusión de información sobre la importancia de su conservación y la revalorización del trabajo de selección de semillas, para el fomento del intercambio de semillas entre las personas participantes y para la difusión y divulgación de la etnobotánica hortícola tradicional En este sentido, también se ha establecido la colaboración con el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).

Todas las prácticas de manejo van encaminadas al mantenimiento de la dinámica y estabilidad propias del ecosistema. Así, se practican las rotaciones de cultivos y se asocian cultivos para su mejor crecimiento y prevención de plagas. Se minimiza la labranza para mantener la estructura del suelo y se protege el suelo de la erosión a través del cultivo de cubiertas vegetales o instalación de acolchados., etc.

En los tratamientos de plagas de cultivos se utilizan fitosanitarios de uso para agricultura ecológica, de este modo, los productos utilizados son asimilables por el entorno, no causan daño al medio ambiente y no dejan residuos en él. También se utilizan métodos de control biológico como sueltas de mariquitas contra el pulgón, etc. Para el mantenimiento de la fertilidad del suelo se utilizan abonos de origen orgánico, algunos propios de La Huerta de Montecarmelo como es el compost vegetal aquí elaborado.

En La Huerta de Montecarmelo se apuesta por minimizar los residuos producidos, por ello se compostan todos los restos vegetales procedentes del manejo del huerto (restos de poda, de cosecha, hierbas adventicias, etc.). El compost generado se utiliza posteriormente para el abonado de las parcelas y con ello se permite, por un lado, el cierre del ciclo natural del huerto dentro de las propias instalaciones y por otro, el no externalizar residuos orgánicos fuera del espacio de La Huerta. En el proyecto se compostan alrededor de 3.000 m3 de desechos orgánicos al año.

En la misma línea, se apuesta por la reutilización de materiales siempre que sea posible, por tanto se reutilizan macetas, bandejas de alveolos, tutores, marcadores y demás útiles necesarios en las labores de viverismo y cultivo.

Los restos inorgánicos generados y que no son susceptibles de ser reutilizados (papel, cartón, vidrio y plástico), se depositan en los contenedores correspondientes para que posteriormente sean reciclados en las plantas de reciclaje.

En las instalaciones de La Huerta de Montecarmelo no se emite ningún tipo de contaminación lumínica puesto que los horarios de trabajo y apertura al público del proyecto, son siempre en función de la luz solar, por lo que no hay instalado ningún sistema de luz artificial exterior. Con ello se minimiza el gasto energético en electricidad puesto que éste se limita al espacio interior de la oficina.

Se potencia el ahorro y optimización del recurso agua gracias al uso de agua de pozo propio y a la instalación del sistema de riego por goteo con programación en todo los huertos.

Prevención del calentamiento global

La instalación de la masa vegetal que conforma el ecosistema natural del centro de huertos, supone una mejora intrínseca respecto a la prevención del calentamiento global, pues ésta tendrá capacidad de amortiguación de los niveles de CO2 ambiental y capacidad de generación de oxigeno (ambas debido a la fotosíntesis realizada por las plantas). También ayuda a la regulación del clima pues tiene capacidad de retención de agua superficial y subterránea y por tanto modula los niveles de humedad y amortigua los cambios de temperatura.

El cultivo de especies leguminosas también ayuda en este sentido pues amortigua niveles de nitrógeno atmosférico. A todo ello hay que añadir que, según expertos en la materia, las prácticas de manejo de un huerto con base en agricultura ecológica, suponen un apoyo extra en la prevención del calentamiento global.

Sensibilización medioambiental

La Huerta de Montecarmelo es un proyecto de participación social cuyo público, en general, establece un primer contacto con la agricultura a través de su participación aquí. El equipo de trabajo realiza una tarea de acompañamiento y asesoramiento a las personas participantes del proyecto en cuanto a la comprensión de la dinámica de la huerta y de las tareas agrícolas a realizar, siempre bajo las premisas del desarrollo de una agricultura sostenible. Por ello la divulgación y sensibilización medioambiental es una parte fundamental e intrínseca del proyecto.

Se está llevando a cabo un programa didáctico en materia de educación ambiental general y agrícola a través del proyecto del huerto-escuela. Este programa va dirigido a distintos colectivos y consiste en la realización de talleres teórico-prácticos utilizando el huerto como herramienta didáctica. Se han realizado, para los siguientes colectivos:

La mayoría de nuestros clientes tiene una edad media en torno a los cuarenta años y por tanto está en una fase vital activa, educando hijos, haciendo elecciones de consumo, definiendo para sí y sus familias estilo y patrones de vida.

Transferibilidad

Hemos observado con satisfacción que los valores de gestión ambiental sostenible y solidarios que promovemos desde La Huerta de Montecarmelo se van extendiendo como una buena plaga. ¡Las consecuencias son imparables!

En 2012, después de recibir constantes solicitudes de llevar el modelo a otras ciudades, encargamos un estudio a una consultora de franquicias que nos ha permitido manualizar tanto el proceso de instalación como los procesos de operativa de gestión y agrícola para poder transferir la práctica a otros lugares.

En colaboración con otros ayuntamientos, la Consejería de Asuntos Sociales y el apoyo de la empresa privada, hemos iniciado un estudio de implantación en la zona sur de Madrid y en Barcelona que esperamos estén operativos a finales de 2014.

Perfil Financiero

Socio 2011 2012 2013 Total
FCPV (Inversion inicial) 65.000 - - 65.000
Ayuntamiento de Madrid (terreno) - - - -
Comunidad de Madrid 11.316 8.930 10.716 30.962
Caja Madrid (inversión inicial) 35.000 15.000 - 50.000
Cuotas de clientes 89.281 125.989 150.006 365.276
Presupuesto total 200.597 149.919 160.722 511.238

Datos expresados en euros.

Legislación y políticas relacionadas

La actividad que venimos desarrollando en Rus in Urbe-La Huerta de Montecarmelo, junto al resto de iniciativas y tendencias rurban y el aumento de repercusión y seguimiento que tienen estos en los medios de comunicación unido a la demanda de los ciudadanos de esta opción de ocio, está promoviendo que el gobierno de la Comunidad de Madrid esté estudiando incluir en la Ley de Suelo la modalidad de uso para huertos urbanos.


Edición del 2-12-2015
Revisión: Alejandro Rodríguez Sebastián
Susana Simón Tenorio

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Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la EdificaciónDepartamento de Urbanística y Ordenación del Territorio