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País/Estado — Uruguay
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — costera
Ámbito de la actuación — nacional
Agentes — fundación; gobierno central; sector privado; gobierno local; institución académica o de investigación; agencia internacional.Categorías — Gestión ambiental. Modelos de producción y consumo. Infancia y adolescencia.
Calle Manuel Pagola 3242, 11300 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2707 2023 Fax: +598 2706 8768E-mail: fundacionlogros@fundacionlogros.org.uy
Juan Carlos Gómez 1314, 11100 Montevideo Uruguay Tel: +598 2915 7190/0318Colaboración administrativa.
Km 10 de la Ruta 48, Rincón del Colorado. Las Brujas, Canelones. Uruguay Tel: +598 2367 8031 Int. 1736 Fax: +598 2367 7641E-mail: mailto:
Río Negro 1394 Oficina 502, 11100 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2900 5875Colaboración financiera.
Camino del Jefe 2520, 12700 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2312 3106 Fax: +598 2312 4235Colaboración financiera.
Blanes 1027, 11200 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2410 5302Colaboración administrativa.
Paseo de Recoletos, 23, 28004 Madrid, España Tel: +34 91 581 1131 Fax: +34 91 581 1795Colaboración financiera.
Uruguayana 3556, 11700 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2308 2020 Fax: +598 2308 5908Colaboración financiera.
oaquín Núñez 2869, 11300 Montevideo Uruguay Tel: +598 2711 3311Colaboración financiera.
AvENIDA 18 de Julio 1968, 11200 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2355 7549 Fax: +598 2359 7191Colaboración administrativa.
Montevideo, Uruguay Tel: +598 2712 4012Colaboración administrativa.
Costa Rica 1661, 11500 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2600 2539Colaboración financiera.
Blvr. General Artigas 953, 11200 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2418 7645Colaboración financiera.
11300 Montevideo, Uruguay Tel: +598 2707 2023 Fax: +598 2706 8768Colaboración financiera.
Nuestra misión es contribuir al desarrollo social sustentable de la comunidad tomando como punto de partida el desarrollo personal, a través de procesos educativosformales y no formales.
Para ello ise puso en marcha el Programa Huerta Orgánica en la Escuela, cuyo objetivo es promover el mejoramiento de la calidad de vida de los niños y sus familias que residen en zonas con muchas carencias y contribuir al mejoramiento de su situación nutricional, mediante la implantación de huertas orgánicas en invernáculo en las escuelas públicas como herramientas replicables para el desarrollo social sustentable.
Se capacitó a niños, maestros y padres en técnicas de desarrollo de huerta orgánica intensiva y promovemos una buena alimentación, incrementando la calidad y variedad de alimentos en los sectores de menores ingresos a través de la auto producción de alimentos.
También se fomentó la integración de aspectos curriculares del programa formal de la escuela con la experiencia de la huerta orgánica, convirtiéndola en una herramienta educativa y estimulando una educación en valores (respeto, solidaridad, compromiso, autoestima, trabajo en equipo, cooperación, entre otros) mediante estrategias lúdicas y creativas.
Asimismo, promovemos el desarrollo de una cultura emprendedora en los niños, los maestros y sus familias y fomentamos el cuidado del medio ambiente, desarrollando prácticas cuidadosas de producción y consumo y manejando de forma adecuada y sostenible los recursos naturales.
Concebimos la escuela como un polo de desarrollo local y la sustentabilidad del Programa deviene de que la comunidad escolar se apropie del saber hacer para poder desarrollarlo de forma autónoma. Se apuesta por recuperar las capacidades y saberes de los adultos desde una perspectiva habilitante, involucrando a las familias e incentivando a replicar el modelo a nivel de hogares y comunidad.
El Programa está funcionando en 263 escuelas de Uruguay, en las cuales se involucran más de 25.931 niños.
Desde el año 2001 hasta el año 2008, los clásicos informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), colocan a Uruguay como un país de Desarrollo Humano medio-alto en comparación con otros países del continente suramericano. Sin embargo, en la última década, la evolución de los indicadores de desarrollo humano ha sido lenta en comparación con sus países vecinos.
Por otra parte, al estudiar lo que sucede con los índices de desarrollo dentro del país por región, existen diferencias estructurales que permiten establecer los desequilibrios territoriales más notorios, donde los departamentos de Artigas, Rivera y Cerro Largo se ubican dentro del grupo de departamentos de menor desarrollo humano. En este sentido, proponer proyectos de desarrollo desde iniciativas locales enfocadas al territorio, a la identidad local o a la participación social de los sectores de mayor vulnerabilidad social ha sido una estrategia válida empíricamente desde finales de la década de los noventa en nuestro país.
Los proyectos tienen un anclaje físico en los centros educativos públicos distribuidos en todo el territorio nacional (áreas urbanas y rurales) y se catalizan a partir del desarrollo de huertas orgánicas como herramientas para el desarrollo. Los proyectos integran desde a niños en edad escolar hasta a adultos y mayores.
La principal prioridad fue aportar una herramienta educativa, como es la experiencia de huerta orgánica en invernáculo en la escuela pública, tanto en las zonas rurales del país como en las urbanas, como un modelo valioso para ser replicado y como herramienta para el desarrollo sustentable (medioambiental, social y económico).
Esta fue una visión generada por los actuales integrantes del Consejo Directivo, un grupo de maestros y autoridades del Consejo de Educación Primaria (CEP). El modelo fue tomado del trabajo de una maestra rural, mientras que el liderazgo fue de un empresario con sensibilidad por el desarrollo social y una asistente social que llevó adelante el Proyecto en sus inicios y que lo dirige actualmente.
Los objetivos y estrategias se establecieron conjuntamente entre el equipo de trabajo y los participantes del Proyecto.
El objetivo general es promover la mejora de la calidad de vida de los niños y sus familias, con el eje de trabajo trabajando sobre dos dimensiones: el mejoramiento de su educación, así como de su situación nutricional. La experiencia se cataliza mediante la implantación de huertas orgánicas en las escuelas públicas como herramientas replicables para el desarrollo social sustentable.
Los objetivos específicos son: promover una buena alimentación, promover una educación en valores, fomentar el desarrollo de una cultura emprendedora y estimular el cuidado del medio ambiente.
La estrategia para llevar adelante la propuesta se concreta con la construcción del invernáculo, los talleres de capacitación en huerta orgánica, nutrición, alimentación, desarrollo personal y desarrollo comunitario dirigidos a maestros, padres y niños, la supervisión técnica en la escuela, el seguimiento del proceso y las evaluaciones técnicas.
Asimismo, se sensibiliza, motiva y apoya a la comunidad de padres y vecinos para que aprendan, apoyen y repliquen la experiencia en sus hogares, como un instrumento para la autoproducción de alimento y para la comercialización.
El Programa se apoya en la concepción de que a nivel local, nacional y regional, existen recursos humanos, materiales y económicos, que pueden unirse en torno a un objetivo único: mejorar la calidad de vida de las personas. Por esto un objetivo fundamental de la organización es contribuir a generar, movilizar y articular recursos, instaurando un modelo de sinergia y sustentabilidad, replicable en las comunidades locales.
En este sentido, nuestra estrategia es construir un sistema compuesto por redes sociales y de organizaciones, a través de la generación de alianzas con distintos actores sociales. Esta estrategia de movilización de recursos, permite que el Programa se replique y tenga alcance regional, sea sustentable y genere un importante impacto con una mínima estructura de personal contratado mínima y unos costes fijos muy acotados.
Las redes son:
Nos han apoyado también: Fondo de las Américas, Organización de Estados Americanos (OEA), Fondo de Canadá, y las Embajadas de los Países Bajos, Reino Unido, Alemania, Israel y Australia.
También hemos recibido aportes de la organización Partners of America, GTZ (Alemania), Fundación Levi´s (EEUU), Fundación AVINA (Suiza), Fundación Altria (EEUU), Ashoka Emprendedores Sociales (EEUU), EMBRAPA y Emater (Brasil).
El Programa se desarrolló gracias a la motivación de las personas emprendedoras que lo pusieron en marcha de forma paulatina por su automotivación, entusiasmo, creencias compartidas respecto a las posibilidades de éxito del proyecto en el corto, medio y largo plazo y la capacidad de generar una visión compartida con las diversas comunidades.
Participaron de forma directa directores, maestros, padres y vecinos de las escuelas que se plegaron y se alinearon con la idea y surgieron líderes en los diferentes grupos de actores involucrados; del sector empresarial, del sector público y entre los docentes. Los beneficiarios valoraron la posibilidad de formar parte de proyectos esperanzadores y concretos, ver y compartir logros, formar parte de una red, capacitarse y retroalimentarse.
Los maestros que comenzaron con la propuesta apostaron por formar parte de un proceso innovador, generar una red de educadores, participar de la sinergia del equipo, capacitarse y contribuir al enriquecimiento de la comunidad escolar en lo educativo, lo social y lo medioambiental.
Desde el inicio ha supuesto una dificultad tener que responder de forma adecuada a las demandas de las escuelas para ingresar en el Programa en todo el territorio nacional. En general es mucho mayor la demanda que recibimos que las posibilidades reales (humanas, logísticas y económicas) para responder a ellas.
Esto llevó a la necesidad de ajustar los ritmos de crecimiento cuantitativo del Programa cuidando la calidad del modelo de intervención.
Esto se ha logrado gracias a la creación de un protocolo de ingreso con criterios definidos ad hoc que deben cumplir en cada centro escolar.
El cambio de docentes y directores respecto a los cargos que ocupan en las escuelas ha sido una dificultad que debe trabajarse cada año, al inicio del ciclo escolar. La estrategia clave para que estos cambios no perjudiquen al proyecto consiste en organizar en torno a cada proyecto escolar un grupo de maestros y padres comprometidos. De esta manera, al no focalizar el liderazgo en una sola persona, el Programa no se interrumpe, ya que hay un grupo motivado que continúa sosteniéndolo. Asimismo, cuando los docentes y directores cambian de institución educativa, se llevan la idea y la motivación para aplicar la experiencia en su nueva escuela.
Los principales aspectos que se trabajaron con los maestros, padres y vecinos de las escuelas, para el óptimo desarrollo del Programa fueron: la identificación de áreas de impacto, la capacitación de todos lo actores de acuerdo a sus necesidades y la generación de procedimientos que uniformizaran los procesos pero que fueran flexibles para aplicarse a cada proyecto escolar. Se sistematizaron los procedimientos y se diseñó un sistema de información para la evaluación de impactos, cuanti y cualitativos.
Se propuso el desarrollo del modelo a mayor escala sin perder la calidad y para ello se generaron nuevos convenios institucionales (con municipalidades e instituciones técnicas), alianzas con empresas a nivel nacional y de cada comunidad y se elaboraron proyectos específicos dentro del marco del programa, de acuerdo a las necesidades de los beneficiarios.
A través de este Proyecto se ha sistematizado y generado un modelo de intervención que se ha extendido a escala nacional y regional, reuniendo e involucrando la participación de diversos actores comunitarios. Este modelo es una herramienta eficiente para la mejora de la calidad de vida de los involucrados y una importante herramienta de cambio a nivel individual y colectivo, en la medida que se da la replicabilidad y transferencia del modelo escolar a la comunidad y a las familias.
Ha introducido procesos, prácticas, conocimientos y tecnologías innovadoras que promueven cambios cualitativos y cuantitativos en las comunidades. El principal logro de este Programa ha sido mejorar la calidad de vida de la comunidad escolar (263 escuelas, 25.931 niños, 1.424 maestros, 263 directores, 19 maestros referentes departamentales y 4.000 adultos aproximadamente entre padres, vecinos y productores), impactando en áreas claves para el desarrollo personal y colectivo.
De acuerdo con la misión institucional (promover el desarrollo sustentable), el objetivo de esta intervención es que el proyecto sea sustentable. Esto se logra en la medida en que la comunidad continúa con la experiencia de forma autogestionada, gracias a la apropiación de los conocimientos y a la práctica de las nuevas habilidades. Para ello se trabaja con los beneficiarios sobre conocimientos, habilidades, valores, capacidades y prácticas que apunten al empoderamiento, la proactividad, el liderazgo y la autogestión.
La sustentablidad se alcanza instalando en los beneficiarios una actitud proactiva que les permite desarrollar sus habilidades y capacidades personales y promover la capacidad de realización, el deseo de progreso y superación, la habilidad creadora e innovadora, el coraje para enfrentar situaciones inciertas y generar una persistente actitud hacia el logro, la disposición al cambio, así como la capacidad para integrar hechos y circunstancias tomando decisiones. Es fundamental el compromiso y motivación de los beneficiarios desde el inicio del Proyecto, ya que, para que ésta sea realmente sustentable, requiere de su motivación y compromiso formal.
El requisito de que demanden formar parte del proyecto, el compromiso escrito de alianza, la responsabilidad de llevar adelante el proceso, la decisión acerca del destino de la producción; son todos elementos que, desde el proceso, indican la participación activa de la comunidad.
Asimismo, para garantizar la continuidad del Proyecto se prevé comprometer a distintos actores comunitarios, los cuales ya están involucrados activamente con el Programa Huerta Orgánica en la Escuela, que funciona en estas localidades: las empresas locales, que podrán apoyar con materiales e insumos a las familias; las Intendencias departamentales, que podrán colaborar con el seguimiento técnico por medio de técnicos locales, con el traslado de materiales y personas y con la aportación de materiales para los proyectos familiares; y los técnicos locales, que podrán apoyar la continuidad de los procesos, asesorando, motivando y evaluando el desarrollo de los mismos, lo cual garantiza la continuidad del Programa a futuro y el respaldo de los proyectos que se replican a nivel familiar.
Estas redes de actores sostendrán el Proyecto apoyando su continuidad, pero fundamentalmente apuntamos a que los involucrados se transformen en agentes de cambio y sean capaces de diseñar nuevas estrategias para la realización de la propuesta o actividades similares futuras.
Las principales lecciones aprendidas de la iniciativa han sido:
Lo innovador de esta propuesta ha sido replicar un modelo exitoso y legitimado por la comunidad educativa, recogiendo las fortalezas de la experiencia original, modelándola, sistematizándola, evaluándola y proyectándola a escala. Se generó una intervención desde la propia realidad de los actores comunitarios, como respuesta a sus necesidades e intereses.
Esta propuesta reúne, moviliza y dinamiza aportes diversos que posibilitan el trabajo promoviendo el desarrollo sustentable: recursos locales (capitalinos y departamentales) que involucran a todo el país, articulaándose el sector público y privado, el sector de la sociedad civil y el empresarial, instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
El Programa retoma una tradición fuera de uso (cultivar en los hogares), demostrando las capacidades propias, el poder de los proyectos y objetivos individuales y comunitarios y la riqueza que brindan los recursos naturales para proveer y satisfacer las necesidades básicas en cuanto a alimentación. El objetivo es recuperar esta tradición introduciendo procesos, prácticas, conocimientos y tecnologías completamente innovadoras que promueven cambios cualitativos y cuantitativos en las comunidades. La propuesta agronómica de la Fundación Logros es aplicar una tecnología moderna de producción orgánica intensiva de alta producción, tomando como referencia el comportamiento de la naturaleza y generando ecosistemas artificiales autorregulados.
Es importante que este proceso se genere en la escuela, tomándola como centro para el desarrollo social sustentable y reconociendo como estrategia válida que los niños transmitan el mensaje hacia los adultos y la comunidad en general.
Cada una de las 263 escuelas adopta y adapta el programa de acuerdo a sus necesidades e intereses. Si bien cada proceso es único, dada la complejidad y la cantidad de los procesos que se desarrollan cuando se instala una huerta orgánica en invernadero en una escuela, se potencia y se enriquece el trabajo al funcionar como una red, a través de la cual se intercambian los conocimientos, informaciones, actualizaciones y se comparten las fortalezas de cada uno de los actores.
El crecimiento del Programa deviene del acopio del conocimiento y experiencias de cada proyecto en particular, que enriquecen la metodología y el contenido del Programa global.
Las recomendaciones que brindaríamos para replicar esta experiencia serían:
Leite, V. (2011) Una huerta en casa. Fundación Logros. 53 pp.
Sade, E. (2010) Huerta en el Hogar. Un manual para aprender a cultivar orgánico. Fundación Logros.
AA.VV. (2008) Así nos gusta a nosotros. Para alimentarnos saludablemente. Fundación Logros. 99 pp.
Pérez Castells, M.L. (2006) Así me gusta a mí. Un libro de cocina saludable. Ediciones Santillana. 97 pp.
AA.VV (2006) Educando saber-hacer, cultivamos el desarrollo. 200 pp.
AA.VV. (2005) Crecer con mi tierra. 103 pp.
AA.VV. (2005) Las semillas de lo bueno. 63 pp.
AA.VV. (2001) Manual de conservación de los alimentos. 39 pp.
AA.VV. (2001) La Huerta orgánica: herramienta para la educación. 200 pp.
El País (2006) «El logro de fundar desarrollo», diario El Páis, 1 p.
El Escolar (2005) «¿Quieres tener tu propia huerta?», El Escolar, 2 pp.
Charoná (2005) «Juntos cultivamos la esperanza», Charoná, 2 pp.
La Prensa (2005) «Educando saber hacer, cultivamos el desarrollo», La prensa, 1 p.
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2012 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/12/bp4531.html |