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País/Estado — Brasil
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — tropical y subtropical
Ámbito de la actuación — pueblo
Agentes — asociación de profesionales; sector privado; gobierno local; fundación; organización no gubernamental (ONG).Categorías — Desarrollo económico. Equidad de género e inclusión social. Modelos de producción y consumo.
Teodomiro Santiago 160, 37517-000 Maria da Fé, Minas Gerais (Brasil) Tel/Fax: +55 35 3662 2386E-mail: financeiro@fibrascomarte.com.br
Praça Getúlio Vargas 60, 37517-000 Maria da Fé, Minas Gerais (Brasil) Tel: +55 35 3662 1463 / 1135 Fax: +55 35 3662 1397E-mail: gabinete@mariadafe.mg.gov.br
São Paulo 100, 37701-012 Poços de Caldas, Minas Gerais (Brasil) Tel: +55 35 3729 6600 Fax: +55 35 3729 6619E-mail: sr2691mg@caixa.gov.br
São Paulo 100, 37701-012 Poços de Caldas, Minas Gerais (Brasil) Tel: +55 35 3729 6600 Fax: +55 35 3729 6619E-mail: sr2691mg@caixa.gov.br
Coronel Herculano Cobra 195, 37550-000 Pouso Alegre, Minas Gerais (Brasil) Tel: +55 35 3622 2277 Fax: +55 35 3622 2277E-mail: itajuba@sebraemg.com.br
Grão Mogol 662, 30130-010 Belo Horizonte, Minas Gerais (Brasil) Tel: +55 31 3282 8312 Fax: +55 31 3282 8301E-mail: cccape@centrocape.org.br
La municipalidad de Maria da Fé se encuentra al sur de Minas Gerais, a 22o 30' de latitud Sur y 45o 37' de longitud Oeste. Con una población de 16.000 habitantes, Maria da Fé tiene un índice de desarrollo humano de 0,73 y un producto interior bruto de 89.246,08 reales brasileños per cápita. Se encuentra en la sierra de la Mantiqueira, una región caracterizada por sus escarpadas montañas.
Se trata de una ciudad con tradición agrícola, siendo la patata su principal producto. En época de cosecha, las mujeres intentan incrementar los ingresos familiares trabajando en la recolección.
Durante los años noventa tuvo lugar una fuerte crisis en la ciudad por la dificultad de transportar las patatas, lo que incrementó el desempleo. La ciudad comenzó a recuperarse gracias a que, mediante la creatividad, se fomentó el turismo en parte ofertando productos diferenciados que lo atrayeran.
Con motivo de esta crisis, se creó el proyecto Gente de Fibra (donde la palabra fibra tiene un doble sentido: por un lado referido a la esencia de las personas y a su coraje y por otro a las fibras naturales de las que están hechas los tejidos). Esta propuesta buscaba crear una alianza entre las ciudades que permitiera superar sus carencias y fomentara el potencial creativo de sus ciudadanos, de tal manera que simultáneamente se crearan ingresos y empleos, basados en la identidad natural de la ciudad.
Asimismo, este plan intentó socializar el arte para mejorar la vida de la comunidad mariense. El proyecto se creó para enfrentarse a la pobreza a través de la producción y la comercialización de productos artesanos fabricados con papel reciclado y fibra de plátano, que es abundante en la ciudad. Dicha propuesta permitió la inclusión de género, mediante la capacidad de trabajo de las mujeres y el desarrollo local sostenible.
Actualmente, la Cooperativa Mariense de Artesanía es autosuficiente y tiene una media de 25 miembros cooperativistas, de los cuales la mayoría son mujeres, que reciben en torno al salario mínimo mensual. Gente de Fibra ha generado un impulso económico en la ciudad de Maria da Fé, y ahora las familias pueden vivir de la artesanía.
Desde 1994, la dificultad para transportar la producción de patata (el principal producto de la agricultura local) provocó un aumento del desempleo y una crisis financiera difíciles de solucionar. La artesanía y el turismo, fenómeno relevante en la ciudad debido a su clima, marcaron el camino para superar la crisis.
Debido a la necesidad de tener productos diferenciados para satisfacer las demandas específicas del turismo, los artistas y artesanos locales centraron su atención en los productos naturales de la región, empleando fibra de plátano y papel reciclado. Durante el desarrollo de esta técnica se tuvo cuidado de mantener los orígenes y la memoria colectiva de la ciudad mediante un proyecto que valorara la simplicidad y comunicara la idea de algo nativo, tribal y aborígen.
En la búsqueda de una identidad propia, todo el material empleado es de origen local, como por ejemplo los tintes usados para pintar las piezas, provenientes de pigmentos terrestres. Asimismo, la decoración se inspira en la arquitectura y en el solado de la iglesia principal de la ciudad.
En un primer momento, el artista Domingos Tótora enseñó sus técnicas artísticas a varias mujeres, quienes comenzaron a trabajar trayendo de sus casas los utensilios necesarios para fabricar las piezas. Mientras las mujeres recogían cartón en las tiendas locales, sus padres y maridos se encargaban de recoger troncos de platanero, de los que se extraería la fibra de plátano. Varios artesanos prepararon los moldes, otros pintaron y otros cosieron la fibra.
En colaboración con la ONG Mãos de Minas, SEBRAE, el Instituto Centro Cape y varias universidades, se pusieron en marcha cursos de formación centrados en la producción en cadena, el flujo de caja, el marketing, las exportaciones, las ventas, los servicios de atención al cliente y la gestión cooperativa.
Por otro lado, encontrar un lugar para establecer la sede central del proyecto se convirtió en una parte crucial de la estrategia operativa. Los únicos recursos financieros que llegaron realmente a la cooperativa fueron los de la Fundación Banco de Brasil en 2002 (para la adquisición de máquinas y equipamientos) y los de CAIXA en 2010.
Actualmente, la cooperativa es autosuficiente y cuenta con varios puntos de venta y una sala de exposiciones en Maria da Fé. La artesanía de Gente de Fibra participa en muestras nacionales e internacionales, distribuyéndose las ganancias obtenidas con las ventas de manera proporcional a las actividades realizadas y a las horas trabajadas.
El artista Domingos Tótora, que ha expuesto su obra y recibido premios en Brasil y en el extranjero, creó el proyecto y fomentó la creatividad de los artesanos locales, concienciándoles de la existencia de alternativas creativas más sostenibles.
Aunque al principio el grupo trabajaba en una sala prestada, actualmente la cooperativa paga el alquiler de tres salas en la misma ciudad. A pesar de operar en un espacio bien situado, aún no cuentan con todas las facilidades. Una de las maneras que han encontrado los miembros de la cooperativa de enfrentarse a un espacio tan poco apropiado ha sido la creación de otros talleres en diferentes emplazamientos, así como permitir a algunos artesanos trabajar en sus propias casas.
Mientras el proyecto avanzaba, el grupo se dio cuenta de que necesitaba formación para poder gestionar el negocio. La participación de SEBRAE y el Centro Cape fue crucial en este asunto. La propuesta se consolidó debido al crecimiento de las ventas, siendo necesario emitir facturas fiscales para asegurar que los procedimientos fueran correctos. En ese momento se consideró crucial que el grupo se formalizara como una institución y, para ello, se constituyó finalmente la Cooperativa Mariense de Artesanía.
Los artesanos continuaron desarrollando su trabajo, surgiendo nuevos diseñadores; se consiguieron nuevos clientes, incluso en el extranjero; se crearon nuevos talleres que diseñaban nuevos productos y se consolidaron nuevos socios en el proyecto. Con el aumento de los pedidos, procedentes de diferentes regiones del país, aparicieron las dificultades en el transporte de los productos, siendo necesario alquilar vehículos que permitieran el desplazamiento a la ciudad vecina, para proseguir desde allí hasta el punto de destino. Esto provocó un incremento de los costes operativos y logísticos del proceso.
A pesar de haberse establecido lazos con socios locales, la mayoría del cartón empleado en la producción se adquiere en la localidad vecina, lo que produce unos gastos de transporte que incrementan el coste final del producto.
La cooperativa es consciente de la necesidad de generar un plan estratégico con el fin de establecer la recogida de basuras selectiva en la ciudad. De esa manera, la población podría suministrar materiales al proyecto, conciliando la necesidad de reducir costes operacionales con la gestión de los desperdicios de la ciudad. Actualmente, un profesor de la Universidad Federal de Lavras, José Roberto Pereira, ofrece servicios de consultoría gratuitos para que la cooperativa pueda enfrentarse a los retos futuros.
Gente de Fibra integra aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales, demostrando que es un proyecto esencialmente sostenible.
Desde el punto de vista ambiental, la contribución a la sostenibilidad radica en el hecho de que la producción de la mayoría de las piezas requiere de seis toneladas de cartón reciclabe al año. El uso de fibra de plátano en las piezas provoca el descenso de impacto ambiental, ya que el proceso productivo no requiere de un alto consumo energético y el precio del material es bajo.
Desde el punto de vista económico y social, se podría decir que las familias involucradas en el proyecto no necesitan la ayuda de programas de beneficiencia, como pueden ser la Bolsa Família u otros proyectos, ya que ellos mismos garantizan sus propios ingresos y ayudan a mejorar las economías locales.
Desde el punto de vista cultural, los productos creados por los artesanos transmiten la identidad local de la ciudad. Además, la cooperativa participa en el Festival Anual de Invierno de Artesanía y Diseño organizado por el Ayuntamiento de Maria de Fé y SEBRAE. Dicho festival (que va por su cuarta edición) es una gran oportunidad para dar continuidad a las ventas de la artesanía producida por Gente de Fibra. También, en octubre de 2001 la cooperativa participó en la Feria Nacional de Artesanía de Belo Horizonte, consiguiendo una elevada facturación y nuevas oportunidades de negocio.
Los artesanos están orgullosos por ser autosuficientes y formar parte de todo el proceso de producción, desde la recolección del material hasta la venta de los artículos. Los miembros de la cooperativa aprendieron la importancia de definir el público al que está destinado su trabajo, descubriendo que el respeto al medio ambiente añade valor al producto y agrada al cliente.
Se han aprendido lecciones importantes gracias al programa, com son:
La gente involucrada en Gente de Fibra ha demostrado fuerza y coraje para convertir los retos en oportunidades que transforman vidas, haciendo realidad los sueños a través del lenguaje del arte y de su propio trabajo.
Las acciones llevadas a cabo en este proyecto pueden ser replicadas en otras localizaciones, ya que la necesidad de materiales se suple con lo que se encuentra en la naturaleza y por lo que numerosos productores y consumidores desechan.
Los gastos de funcionamiento dell proyecto son asumibles por cualquier comunidad. Llevarlo a cabo significa dar valor al ciclo de producción y de consumo, además de reducir el impacto ambiental.
Sin embargo, las comunidades deberían emplear su propia creatividad y sus propias capacidades para definir el tipo de arte o de producto que se deseñará. Asimismo, se recomienda no tirar la toalla cuando aparezca la primera dificultad, se debe buscar siempre la independencia económica del proyecto, sin esperar la ayuda de otros, sino actuando de manera proactiva en la búsqueda de recursos financieros, técnicos y humanos que consoliden el proyecto.
Es necesario reconocer el valor de los socios, adquirir formación en gestión, aunar esfuerzos para continuar mejorando, saber cómo pelear para conseguir resultados (siendo consciente de que estos no serán inmediatos), ser optimista y positivo y, sobre todo, conseguir generar un crecimiento económico que promueva el desarrollo local, asegurando los puestos de trabajo y los ingresos. Todo esto requiere identificar las oportunidades, así como tener un punto de vista creativo y un sistema organizativo, un método y unos objetivos claros, comprendiendo la importancia del uso sostenible de los recursos.
Aunque en Maria da Fé los artesanos han empleado la fibra de plátano, en otros territorios se pueden emplear materiales similares o servirse de los recursos disponibles en las regiones en las que se lleve a cabo la práctica. Es evidente que una buena idea, acompañada de voluntad para trabajar, espíritu de equipo, cooperación y buenos socios que reconozcan la originalidad y el potencial de cada región, es la clave para alcanzar grandes logros y asegura el éxito del proyecto.
No existe una legislación específica sobre la existencia y la continuidad del proyecto. Las posturas y los métodos de gestión de los cooperativistas están regulados mediante por los estatutos internos de la Cooperativa Mariense de Artesanía. Sin embargo, se debe remarcar que, a pesar de la inexistencia de una legislación directamente relacionada con el proyecto, todas las acciones llevadas a cabo por Gente de Fibra han tenido en cuenta el uso sostenible de los recursos, el comercio justo y la inclusión social y de género.
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Thiago Bernardo (2007) «Cooperativa do Sul de Minas Exporta 25% da Produção», Revista Brasil Feito à Mão, 2 de julio, 8 pág.
Cristina Maia (2006) «Uso Sustentável», Revista Terra da Gente, 24 de abril, 5 pág.
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Marilena Degelo (2006) «Mãos Que Movem Fibra», Revista Casa e Jardim, edición 622, noviembre, 6 pág.
Evana Rosa (2005) «Artesanato de Maria da Fé é exportado para diversos países», Jornal do Sul de Minas, 10 de septiembre, 1 pág.
Mario de Castro (2005) «Alchimies Tropicales», Revista AD, edición 52, octubre, 1 pág.
Luciana Avelino (2005) «Papelão e Banana», Revista Decor, edición 4, diciembre, 1 pág.
Bons Fluídos (2005) «Este Atelier Nasceu do Papel», Revista Bons Fluídos, edición 80, diciembre, 6 pág.
Viver Bem (2004) «Brasileirinhos», Revista Viver Bem, edición 130, julio.
Luciane Crippa (2004) «Empreendedor Social», Revista Seu Sucesso, 16 de julio, 3 pág.
Bons Fluídos (2003) «Pequenas Novidades Fazem o Coração Bater Mais Forte», Revista Bons Fluídos, edición 53, octubre, 1 pág.
Casa Cláudia (2000) «Fibras Naturais», Revista Casa Cláudia, edición 24, noviembre, 1 pág.
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