Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2010 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/10/bp2553.html |
País/Estado — Perú
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — árida y semiárida
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — organización no gubernamental (ONG); agencia internacional; gobierno central; gobierno local.Categorías — Gestión ambiental: reducción de la contaminación; tecnología ambientalmente responsable; restauración ambiental; higiene ambiental; sostenibilidad ecológica; gestión de recursos. Vivienda y derechos humanos: aplicación del derecho a una vivienda digna; prevención de deshaucios forzados; propiedad asegurada; vivienda accesible; habitabilidad y adecuación cultural de la vivienda; vivienda asequible; igualdad de derechos de propiedad y herencia (para las mujeres). Comunidades con capacidad de recuperación y adaptación: conflictos y terrorismo; alianzas estratégicas.
Jr. Chorro 274, Ayacucho, Huamanga. Perú Tel: +511 66317036/ +511 66318654E-mail: aba_ayacucho@hotmail.com
San Ignacio de Loyola 247, Miraflores CP: Lima 18. Lima, Perú. Tel: +511 4466520/ +511 4466502 Fax: +511 4476553E-mail: oficinaregional@welthungerhilfe-peru.org
Calle Los Cipreses 245, San Isidro. CP: Lima 27. Lima, Perú. Tel/Fax: +511 4404000Colaboración administrativa.
Jr. Lucanas 496, Santa Elena. Ayacucho, Huamanga. Perú Tel: +511 66314427Colaboración administrativa.
Jr. Parra del Riego 1000 (Esquina con Av. Huancavelica 811 - 815) Huancayo. Huancayo, Perú. Tel: +511 064245299/ +511 014353171Colaboración financiera.
Plaza principal de Chuschi Chuschi, Cangallo. Perú. Tel: +511 831688Colaboración política.
El proyecto de mejoramiento del sistema habitacional campesino se planteó en el contexto de la pacificación nacional. Con el objetivo de reconstruir la vida campesina mediante el apoyo a la población desplazada por la violencia política, a fin de que puedan acceder a un hábitat seguro (vivienda, entorno saludable, servicios sanitarios y capacitación). Surgió gracias a la instancia comunal en los distritos de Chuschi, Totos, Sarhua y Vinchos. Estos distritos son los escenarios originales del conflicto armado y los golpeados por la violencia política que vivió Perú entre 1980 y 2000, que ha sido descrita por la Comisión de la Verdad y Reconciliación como «[...] el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana».
El objetivo ha sido mejorar las condiciones de alojamiento y el hábitat rural para que las familias afectadas por la violencia política alcancen de manera eficaz la plena rehabilitación y emprendan una vida digna y productiva. Para ello ha sido necesaria la implicación de las personas que habían resistido en estas zonas rurales, las que regresaban desde otras o desde las capitales de distrito, provincia o departamento, así como de las autoridades comunales y los gobiernos locales.
Las estrategias seguidas han sido el fomento de la diversidad cultural y la espiritualidad andina, el respeto al entorno, la mejora del tejido social y las redes de solidaridad, la auto-construcción y la participación de los beneficiarios en la toma de decisiones.
El proyecto ayudó a superar el déficit de viviendas y la escasa calidad de las mismas, a rehabilitar las bases productivas, y a restituir la armonía colectiva deteriorada por la violencia política y agravada por el posterior olvido del estado y de la sociedad. También asentó bases sólidas y sostenibles para la reconstrucción de la vida campesina, superando resentimientos y recuperando la dignidad, el respeto y la confianza en lo propio.
En Chuschi, Totos, Vinchos y Sarhua, dos décadas de destrucción y muerte provocaron graves consecuencias, como la masiva destrucción de la infraestructura productiva, la pérdida de capital social y de oportunidades económicas, la desarticulación de espacios colectivos y circuitos de intercambio de productos y sabiduría, el bloqueo de capacidades intelectuales y emocionales, y además el desplazamiento masivo de la población hacia diferentes zonas de refugio en las que han vivido en condiciones extremas. La población beneficiaria de este proyecto son campesinos quechua-hablantes, hombres y mujeres de las comunidades rurales del departamento de Ayacucho.
En la ejecución de las actividades se desarrolló un proceso participativo, activo y organizado de los beneficiarios. Se promovió la participación equitativa de las mujeres, cuyo aporte tuvo especial valor en la toma de decisiones, convirtiéndose en impulsoras de los mecanismos de vigilancia comunal. Las prioridades establecidas en el proyecto fueron las siguientes:
El objetivo general era contribuir al restablecimiento de las condiciones de vida de las familias campesinas afectadas por la violencia política en Ayacucho, en el marco del proceso de la pacificación nacional.
El objetivo específico era mejorar condiciones de alojamiento y el hábitat rural para que las familias afectadas por la violencia política alcanzasen de manera eficaz la plena rehabilitación y emprendieran una vida digna y productiva
Para conseguirlos, se incidió en los siguientes aspectos:
El proyecto es el resultado de una alianza entre la cooperación internacional, que aporta recursos financieros, y los actores locales con recursos propios. En el proyecto Mejoramiento del sistema habitacional campesino, Welthungerhilfe contribuyó con recursos financieros destinados a materiales de construcción, semillas, herramientas, asistencia alimentaria para las jornadas de solidaridad y gastos operativos. En la etapa del proyecto REVIDA los recursos financieros provinieron del Programa Mundial de Alimentos y de la Agencia Española de Cooperación Internacional.
ABA-Ayacucho aportó recursos técnicos, logísticos e infraestructura. Las entidades estatales como el PRONAA se encargaron de la asistencia alimentaria de las jornadas de trabajo colectivo y el PRONAMACHCS facilitó la coordinación interinstitucional y monitorizó el proyecto. Por su parte, la Municipalidad distrital de Chuschi y las autoridades comunales se encargaron de la vigilancia del proyecto.
Los beneficiarios aportaron materiales de la zona y mano de obra calificada y no calificada. Las mujeres organizaron el Comité de refuerzo alimentario se encargaron de la distribución secundaria de alimentos, así como de la vigilancia de las jornadas de solidaridad, distribución de materiales y herramientas.
Los problemas enfrentados a lo largo del proceso fueron los siguientes:
En la actualidad hay construidos 663 módulos de vivienda nuevos según las tradiciones locales y los criterios de calidad y seguridad, y otros 301 reconstruidos, lo que hace un total de 964 núcleos familiares. De ellos, 132 domicilios cuentan con instalación de agua corriente y con niveles aceptables de calidad del agua.
Se generó empleo tanto temporal como permanente en la zona del proyecto y fuera de ella. En total, el proyecto ha generado más de 60.000 puestos de trabajo directos. Además, en la zona del proyecto se impulsó la creación de cinco fábricas de tejas de arcilla, y tres fábricas de puertas y ventanas de madera, que continúan en activo.
La capacitación a las familias en métodos de construcción adecuados a aspectos del paisaje y costumbres ha permitido que un 95% de estas personas hayan aplicado conocimientos sobre buenas prácticas de albañilería durante el proceso constructivo.
Un 73% de las familias han mejorado y conservado su base productiva: 113 hectáreas de terrazas construidas y 90 hectáreas reconstruidas, 220.000 plantones de árboles nativos, pinos y eucaliptos, 120 hectáreas de pastos nativos mejorados y 69 hectáreas de pastos cultivados instalados. Además se han construido cuatro represas construidas para la recogida y conservación de agua de lluvia, lo cual permitió incorporar pequeños sistemas de riego por aspersión.
El 95% de las familias participantes han proporcionado ayuda destinada a familias vulnerables (madres solteras, madres viudas, niños huérfanos y abandonados). El 92% de las familias expresan confianza frente al sistema de vigilancia comunal desarrollado por las autoridades comunales en cada una de las localidades. El 72% de las familias participantes en terapia de sanación y armonización han cambiado de actitud, y sus acciones y comportamientos propician una buena convivencia tanto dentro de la familia como en la comunidad.
Por último, 22 jóvenes campesinos han sido formados como Técnicos en Desarrollo Rural.
Dado el nivel de descapitalización y desamparo, y debido a que se trata de familias retornantes y afectadas por la violencia política, fue necesario subsidiar los materiales de construcción, herramientas, semillas y demás insumos. La sostenibilidad económica no debe ser interpretada únicamente en términos de ahorro y recuperación de la inversión, sino que debe ser valorada a nivel macrosocial. La experiencia demostró eficiencia y fue capaz de atraer a las instituciones financieras que quisieron ayudar, ya que se trata de viviendas baratas y de muy buena calidad. Para los lugareños son viviendas económicamente asequibles debido a que en la construcción se hace un uso intenso de tierra y arcilla, un recurso gratuito en la zona. Los ambientes recuperados y mejorados proporcionan comodidad y ‘ganas de vivir’, e influyen directamente en la productividad de la zona.
La sostenibilidad técnica se cimenta en el fortalecimiento de la organización comunal y su capacitación. Se impulsó en el uso de materiales de construcción como tierra, piedra y madera, que son abundantes, económicos y ecológicos. Se ha formado a albañiles, carpinteros y motosierristas, y se han creado fábricas de tejas en la zona. Esto, sumado a las formas tradicionales de trabajo colectivo, permitió aprovechar adecuadamente los recursos locales y el apoyo externo. Es decir, las bases están asentadas para que las familias puedan dar continuidad a la iniciativa.
La violencia y posterior olvido del Estado no sólo interrumpió el desarrollo de formas alternativas de vida, de organización y de convivencia, sino que también destruyó pensamientos y denigró tradiciones locales que permitían resistir ante las diferentes amenazas. Sin incidir sobre estos aspectos culturales, un proyecto de esta magnitud no puede garantizar la regeneración de la vida y del hábitat rural.
La vivienda y el hábitat sostenible en el medio rural andino se puede lograr a partir de la valoración y fomento de la cosmovisión propia y de su rica sabiduría ancestral vigente, donde la vivienda como forma de expresión cultural coexiste ligada a la actividad agrícola practicada en pequeñas y dispersas chacras [granja]. La estrecha relación entre vivienda, agricultura y organización comunal hace que estos tres aspectos constituyan una unidad indisoluble y una fuente de vida saludable y productiva.
Una de las lecciones aprendidas es que las familias afectadas por la violencia política son capaces de emprender una vida digna y productiva si las condiciones de su habitat son mejores y adecuadas. Esto es en si mismo una garantía de seguridad y duración para la consolidación de la armonía colectiva.
La participación activa y organizada de los beneficiarios en la toma de decisiones y en el seguimiento contribuye a la asunción por parte de los mismos de responsabilidades compartidas y a la reducción de gastos operativos del proyecto.
La vulnerabilidad de las viviendas de adobe y de su localización no se reduce sólo a hacerlas sismo-resistentes. En ello contribuye la inclusión de la cosmovisión campesina, ya que se practican rituales que ‘vida’ a la vivienda, además de brindar seguridad, y se crea un ambiente de crianza armoniosa para la familia. El proyecto promueve nuevas técnicas de construcción, pero no está desligado de la cultura y esto asegura que la población lo impulse y lo mantenga en el futuro.
La dispersión de las viviendas no responde únicamente a las dificultades que presentan las poblaciones concentradas en materia de salubridad y conflictos. También se pretende que cada familia empatice con el territorio; sólo así se consolidará verdaderamente el ‘vivir bien’ y ‘estar bien’ de cada una de ellas.
En una zona donde aún persisten el resentimiento y la desconfianza producto de la violencia política, es importante hacer hacer visible la transparencia, honestidad y eficacia de las acciones del proyecto. Para ello hay que confiar y crear confianza, vigorizando valores culturales y fortaleciendo el buen gobierno, el respeto y la conversación sincera.
Las terapias y sesiones rituales contribuyeron a emerger mayor sensibilidad en la comunidad, complementando así los logros físicos del proyecto. Se promueve la conversación y la renovación de la vida colectiva; la dimensión sagrada hace de la experiencia una vivencia plena, que es esencial cuando la vida está desarmonizada. Durante el episodio de violencia política la insensibilidad fue un factor clave, que deterioró las relaciones comunales y agravó después sentimientos de rencor y desconfianza. En este sentido, una propuesta de reparación debe cimentarse en la vigorización de la cosmovisión local, porque constituye parte importante para la reconciliación y asegura la sostenibilidad de los logros. El hábitat es para los pobladores quechuas el «lugar de crianza y regeneración de las comunidades vivas: humanos, deidades y la naturaleza».
Por último, el desarrollo de una vivienda adaptada a las condiciones del medio permite el aprovechamiento adecuado y racional de los recursos locales. El diseño debe ‘conversar’ con las condiciones climáticas de la zona.
Es uno de los proyectos exitosos de afirmación cultural andina, animado por la Asociación Bartolomé Aripaylla, que desde 1991 hasta la fecha viene acompañando e impulsando el proceso de restablecimiento de vidas y hogares afectados por la violencia armada. ABA está conformada por profesionales originarios de las mismas zonas de trabajo, que han sabido utilizar los aspectos más perdurables e inspiradores de las tradiciones de los pueblos quechuas como instrumento viviente para la regeneración sociocultural; en este caso particular, la cosmovisión quechua en la construcción y reconstrucción de viviendas.
En cuanto a los beneficiados por el proyecto, además de las familias afectadas por la violencia política, están otros actores como son los albañiles, motosierristas, carpinteros, transportistas, productores de tejas y carrizos, productores agrarios y pequeños comerciantes. De esta manera, durante el proceso constructivo de las viviendas, el proyecto facilitó un aprendizaje colectivo, y los beneficios del mismo se observan aún en la actualidad dentro y fuera del ámbito de actuación, ya que con frecuencia se acercan personas a la oficina de ABA para solicitar los planos de diseño para realizar una réplica.
En la zona del proyecto, la vivienda ha elevado la calidad de vida de las familias y es monitorizada por los organismos de salud pública, lo cual es posible gracias al alto número de pasantías. En total, las visitas registradas provienen de Cerro de Pasco, Huancavelica, Cusco, Andahuaylas, San Martín y comunidades de la región de Ayacucho, incluidas delegaciones de Ecuador y Chile.
El proyecto está contribuyendo a vigorizar las comunidades rurales, y que de este modo tomen el control del desarrollo y la mejora de su hábitat, tal y como menciona el informe de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI).
[...] un proyecto innovador en varios aspectos relacionados con las secuelas de la violencia política, básicamente con la necesidad de realizar las reparaciones a las personas afectadas y garantizar el bienestar y el desarrollo productivo y cultural de las familias y comunidades. Esta experiencia demuestra que, en un tema crucial, si se tiene en cuenta la cultura local, se pueden conseguir resultados replicables.
APCI, 2006
Para replicar la experiencia en otras zonas, creemos importante tener en cuenta las siguientes cuestiones:
Socio | 2004 | 2005 | 2006 | 2007 | 2008 | Total |
Welthungerhilfe | 568.000 | 160.000 | 123.000 | 851.000 (62.2%) | ||
World Food Programme | 265.000 | 253.000 | 518.000 (37.8%) | |||
Aporte comunal | X | X | X | X | X | Ap* |
PRONAMACHCS | X | X | Ap* | |||
PRONAA | X | X | In** | |||
Municipalidad de Chuschi | X | X | Ap* | |||
Presupuesto total (dólares EE.UU.) | 568.000 | 160.000 | 123.000 | 265.000 | 253.000 | 1.369.000 |
Ap*: aporte propio.
In*: está incluido dentro del presupuesto aprobado por el Programa Mundial de Alimentos.
Origen de los fondos:
El proyecto recibió respaldo activo por parte de las autoridades locales y regionales, y hay mucho interés en los distritos por incorporarlo dentro de sus planes estratégicos; este es el caso del Distrito de Huamanguilla y la Municipalidad Provincial de Huanta.
Agronoticias (2009) «Revolucionaria experiencia de la Asociación Bartolomé Aripaylla: Captura de lluvias y modernización de viviendas rurales. Para vivir dignamente», Agronoticias, número 344, pp. 44-45, junio de 2009.
Agronoticias (2009) «Con el campo y en el corazón», Agronoticias, número. 345, p. 77, julio de 2009.
Agencia Peruana de Cooperación Internacional (2007) «Proyecto del mes: REVIDA. Restablecimiento de Chuschi.Trabajando con las familias desplazadas de Chuschi,», Boletin APCI, número 28, edición junio de 2007, año III, p. 5.
Agencia Peruana de Cooperación Internacional (2006) «Compartiendo las experiencias replicables: El proyecto ONGD del mes. Viviendas para el bienestar social, reconciliación y respeto mutuo», Boletin APCI, número 03, edición marzo de 2006, año II, p. 5.
Núñez, M. (2005) «Construyen casas en Chuschi», Diario La República, 7 de setiembre del 2005, p. 21.
Diario La Voz de Huamanga (2005) «ABA y Agencias cooperantes de Alemania entregan 698 viviendas a campesinos de Quispillaccta», Diario La Voz de Huamanga, 13 de junio de 2005, pp. 3 y 6.
Diario Regional La Calle (2005) «ABA entrega 698 viviendas en diecinueve comunidades», Diario Regional La Calle, 13 de junio del 2005. p. 3.
Paredes, R. (2005) «Algarabía después de 20 años de violencia política: Construyeron más de 400 casas en medio de rituales ancestrales», Diario Judicial Correo, portada Especial, 12 de marzo del 2005, pp. 8-9.
Diario Regional La Calle (Entregan cuatrocientas viviendas a diecinueve comunidades) «Diario Regional La Calle», 11 de marzo del 2005, p. 4.,
Baltazar, C. (2005) «Chuschi sobrevivió a SL y hoy escribe su historia con dignidad», Diario La República, 10 de enero del 2005, p. 22.
Diario La Voz de Huamanga (2005) «En ceremonia especial Quispillacctinos inaugurarán viviendas - Fueron construídas de acuerdo a sus costumbres ancestrales», Diario La Voz de Huamanga, 05 de marzo de 2005, p. 4.
ALDEHUS (2007)Restablecimiento de vidas y hogares afectados por la violencia política en Ayacucho, en Experiencias exitosas y servicios para el desarrollo humano sostenible, Alianza para el desarrollo humano sostenible (ALDEHUS), Lima 2007, primera edición. pp. 101-102.
[1]: El
Ayllu es una forma ancestral de organización social de los
indígenas andinos, N. de E.
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2010 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/10/bp2553.html |