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País/Estado — Argentina
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — continental
Ámbito de la actuación — provincial/estatal
Agentes — organización no gubernamental (ONG); institución académica o de investigación; sector privado; asociación de profesionales; gobierno central.Categorías — Servicios sociales: educación; salud y bienestar; reducción y prevención del delito; reforma del sistema judicial; acceso igualitario a los servicios sociales (especialmente para las mujeres); grupos vulnerables (incluyendo a las mujeres). Infancia y adolescencia: de 10 años a la edad adulta; desarrollo de la capacidad de participación y del liderazgo en niños; programas de apoyo comunitarios (protección frente a abusos, abandonos, violencia y delincuencia); abusos, trabajo infantil, guerras; grupos vulnerables. Participación ciudadana y riqueza cultural: riqueza social y cultural. Cooperación Técnica e Internacional: creación de redes; aprendizaje e intercambio entre iguales; formación continua.
Rosario de Santa Fe 374, 5000 Córdoba (Argentina) Tel: +54 351 4265755E-mail: asistenciaalsuicidacba@hotmail.com
E. Barros s/n, Ciudad Universitaria, 5000 Córdoba (Argentina) Tel: +54 351 4333172/73Colaboración técnica.
Obispo Trejo 323, 5000 Córdoba (Argentina) Tel: +54 351 4213213E-mail: compas@compas.org.ar
Ovidio Lagos 163, 5000 Córdoba (Argentina) Tel: +54 351 4259367 / 4222703Colaboración técnica.
Bv. Chacabuco 1300, 5000 Córdoba (Argentina) Tel: +54 351 4334535Colaboración política.
Esta iniciativa nace como respuesta al incremento del suicidio adolescente en una sociedad aparentemente sorda y ciega ante el problema, situación agravada por la reticencia de los jóvenes a comunicar sus sentimientos y angustias. El propósito inicial fue salir a buscar a los jóvenes, escucharlos, detectar los casos de riesgo para evitar el suicidio o la tentativa, y comenzar a trabajar en el fortalecimiento de los factores protectores con la intención de ayudar a formar jóvenes resilientes.
Dentro de los logros alcanzados señalamos una mayor apertura y sensibilización sobre la temática de parte de los colegios y del Ministerio de Educación; un paulatino involucramiento de los padres en el problema, y la no repetición de episodios posteriores en los colegios donde se realizó el trabajo. Además hemos podido proporcionar al Ministerio de Educación datos que contribuyen a la epidemiología de cada zona trabajada, desglosados por género y por edades.
La franja etárea con mayor porcentaje de suicidios era tradicionalmente la de los mayores de 60 años; sin embargo hacia el año 2000 se observó que la tasa de suicidio adolescente había crecido de forma alarmante, particularmente entre los 15 y los 19 años. Por otra parte, los jóvenes no llamaban al servicio (línea de atención telefónica en crisis), lo que les convertía en una franja muy vulnerable, en alto riesgo y desatendida por los adultos.
La prioridad de esta iniciativa fue alcanzar el mayor número posible de adolescentes, por eso decidimos buscarlos donde estaban concentrados y pensamos en los colegios, particularmente en la escuela pública, con menor acceso a la información y a los recursos que brinda la comunidad y con menores posibilidades de encontrar ayuda profesional idónea. Además, nos circunscribimos en el área de educación por considerarlo un ámbito desde donde se pueden implementar cambios capaces de reducir los tensores provenientes del entorno. Con este proyecto buscamos formar jóvenes que sean multiplicadores de la promoción de salud en sus hogares y en su comunidad. A la vez, se incentiva a los docentes para que se involucren y participen activamente en el seguimiento de los jóvenes, particularmente en aquéllos detectados en alto riesgo.
Los objetivos principales fueron: llevar la prevención del suicidio y contención a un segmento de población juvenil carente de los recursos necesarios para enfrentar sus crisis; detectar los casos de mayor riesgo y proporcionar herramientas para fomentar las conductas resilientes.
La estrategia desarrollada fue a través del trabajo en talleres de 80 minutos de duración en un mínimo de dos encuentros; la realización de un informe detallado de los resultados de las encuestas individuales administradas y de las entrevistas psicológicas para los jóvenes detectados en riesgo; el establecimiento de pautas de trabajo con los docentes de cada institución para que ellos realizasen el seguimiento posterior.
La estrategia en los talleres era la de escuchar, informar y lograr que trabajasen en grupos sobre los problemas presentados a fin de intentar encontrar alternativas vitales para enfrentarlos. También se proporcionaron herramientas para la mejora de la comunicación y para el desarrollo del pensamiento crítico y la vinculación entre pares y con algún referente adulto. Paralelamente, se han ofrecido los resultados en porcentaje al Ministerio para que éste tenga una base de datos que contribuya al mapa epidemiológico.
Los recursos financieros provinieron de tres instituciones que a través de la Universidad Católica de Córdoba financiaron el proyecto en sus comienzos. Con posterioridad, se hace con el aporte de los voluntarios y de los municipios del interior cuando es necesario trasladarse. Los recursos técnicos fueron aportados por los profesionales de nuestra institución, y se han agregado luego los aportes realizados por profesionales de las universidades y del Colegio de Psicólogos. Los recursos humanos durante los primeros años también se manejaron con voluntarios de la institución, pero a partir del año 2007 se sumaron los pasantes de la Universidad Nacional de Córdoba.
El primer problema con que nos encontramos fue la resistencia de los colegios para abordar una temática que prefieren esconder. Lo solucionamos dirigiéndonos al área correspondiente del Ministerio de Educación, sensibilizándolos a ellos en el tema y logrando la aprobación del proyecto y la consiguiente apertura de los colegios públicos. En los colegios privados trabajamos por demanda de cada establecimiento. También ofrecemos un informe detallado de los resultados de la encuesta para que tengan conocimiento del nivel de riesgo de sus alumnos y pedimos que evalúen nuestro trabajo a través de un formulario que nos devuelven completado y que nos ayuda a evaluar nuestro desempeño y a modificar algunas pautas.
Otro problema fue el abandono de algunos voluntarios que desistieron de la tarea y la necesidad de contar con personas con cierta formación para realizar el trabajo. Eso nos obligó a disminuir la oferta por falta de recursos humanos. Para solucionarlo acudimos a la Facultad de Psicología, que al principio facilitó algunos estudiantes avanzados para acompañarnos y en 2007 propuso realizar un convenio por el cual alumnos que ya terminaron de cursar y rendir la carrera de grado realizan una práctica pre-profesional con nosotros y presentan un trabajo final que sirve de tesis. Creemos que si pudiésemos pagar por el trabajo profesional, contaríamos con mayor número de personas dispuestas y se podría atender a una población mucho más amplia.
Un tercer problema es la falta de compromiso de algunos docentes y algunos padres, que no acuden a las reuniones. Pedimos siempre a los directivos que los inviten para informarles e intentar convencerlos de la conveniencia de trabajar coordinadamente para la mejor resolución de este problema, pero aún no podemos decir que se hayan logrado resultados satisfactorios, salvo algunas excepciones.
La participación de los jóvenes, en general es buena, con bastante entusiasmo por poder contar con espacios donde hablar libremente de sus problemas. Sin embargo, también hemos notado una progresiva resistencia a exponer sus conflictos, lo que nos ha hecho modificar las estrategias de abordaje varias veces, y no contar con un modo de trabajo uniforme, sino flexibilizarlo y adaptarlo a las características de cada grupo.
La mayor dificultad que aún no pudimos solucionar es contar con tiempo y recursos humanos para hacer un seguimiento desde la institución. Tenemos que confiar este trabajo al equipo docente de cada colegio y a los padres, cuando han podido ser involucrados.
Los objetivos han sido cumplidos satisfactoriamente, ya que con escasos recursos humanos y financieros hemos trabajado con casi 5.000 alumnos, en 194 cursos distribuidos en 35 colegios, 29 de la ciudad de Córdoba y 6 del interior provincial, lo que nos permite tener estadísticas de niveles de riesgo aptos para un mapa epidemiológico. La respuesta de los directivos de los colegios en los que se ha llevado a cabo el trabajo es muy buena, las evaluaciones muestran un nivel alto de satisfacción y en muchos colegios los docentes han incentivado a directivos de otras instituciones donde trabajan para que demanden el servicio, lo cual es un indicador cualitativo de la eficacia de la tarea.
La no ocurrencia de episodios suicidas posteriores a la realización de los talleres es otro indicador, ya que consideramos que esto implica una mejora en la condición de vida de los adolescentes y sus familias (recordemos que por cada persona que se mata hay un grupo promedio de setenta personas afectadas).
Estamos trabajando activamente en una mejor coordinación entre la escuela de nivel medio y los padres y confiamos en poder lograr una sinergia.
También se ha logrado una mejora de la imagen institucional a nivel provincial, por lo que las universidades de mayor prestigio de la ciudad han accedido a realizar convenios, al igual que el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. Del mismo modo, el reconocimiento del Ministerio de Educación ha sido un logro importante. También ha colaborado el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, que nos ha cedido en forma gratuita un lugar para que funcione nuestra sede dentro del área de salud mental.
Ambos ministerios (Salud y Educación) nos han consultado sobre las estrategias a adoptar cuando se ha producido en alguna población una ola de suicidios (casos de Río Tercero y Laboulaye, ambas localidades del interior provincial).
Ent odo momento hemos defendido la sostenibilidad de este proyecto que venimos ejecutando interrumpidamente desde el año 2003 hasta la fecha, aún en condiciones de escasez. No obstante, con el aporte solidario de los voluntarios (profesionales de salud mental y no profesionales), cooperadoras de colegios y municipalidades que contribuyeron con los gastos de movilidad, con las ya mencionadas contribuciones de las universidades y del Colegio de Psicólogos, con la apertura lograda en gran parte de los colegios, y con el apoyo de algunos padres interesados por el futuro y bienestar de sus hijos, esto está siendo posible.
Consideramos un factor importante el respeto y la consideración por distintas actitudes, patrones de comportamiento y herencia cultural.
El 10 de septiembre de 2007 el Ministerio de Salud de la Nación lanzó el Plan Nacional de Prevención de Suicidio, en el que se contempla la realización de proyectos similares al nuestro en colegios secundarios de todo el país. En la elaboración de este plan participaron asociados nuestros en la Red Nacional de Suicidología, que, conociendo el modelo implementado por nosotros, asesoraron sobre la eficacia de estos trabajos.
Gracias al desarrollo de este programa, se han aprendido las siguientes lecciones:
Cuando hemos transferido la experiencia, lo primero en que hacemos hincapié es en asegurarse de contar con los recursos humanos necesarios para brindar continuidad al trabajo y saber dónde se derivarán los casos más urgentes. En ciudades pequeñas se debe tener un hospital cercano o profesionales dispuestos a hacerse cargo de la terapia cuando es necesario.
Otro tema importante a destacar en la transferencia es que, si bien no se desestima el diagnóstico y detección del riesgo, el acento está puesto en la promoción de salud y en la defensa de la vida.
Esta iniciativa tiene como base la experiencia llevada a cabo por la Doctora Martina Casullo en tres escuelas de la Capital Federal. Administramos el mismo instrumento que ella adaptó de dos autores norteamericanos, aunque en la realización de los talleres la estrategia es diferente. La posibilidad de replicación es absolutamente posible y en eso hemos comenzado a trabajar.
Socio | Año 1 | Año 2 | Año 3 | Año 4 | Año 5 | Total |
COMPAS (72,7%) | 4.500 | - | - | - | - | 4.500 |
Voluntarios de la institución (17,0%) | - | 400 | 200 | 250 | 200 | 1.050 |
Municipalidades y cooperadoras de colegios (4,7%) | 100 | 150 | 40 | - | - | 290 |
Universidad Nacional de Córdoba (5,6%) | - | - | - | - | 350 | 350 |
Presupuesto total | 4.600 | 550 | 240 | 250 | 550 | 6.190 |
Datos expresados en dólares estadounidenses.
Aunque aún no ha sido aprobado, se ha elaborado un Plan Nacional de Prevención de Suicidio que incluye la realización de esta actividad en los colegios y que será llevado como proyecto de ley ante el Congreso de la Nación.
Martínez, Carlos (2007)Una experiencia institucional: el CAS Córdoba, en Introducción a la Suicidología, Buenos Aires: Lugar Editorial.
Aredez, Olga & Grollimund, M. (2007) Programa de detección precoz de riesgo suicida adolescente en el Hospital Zonal de Villa del Rosario. Tesis de Diplomatura en Salud Mental, Facultad de Ciencias Médicas, Escuela de Salud Pública, Universidad Nacional de Córdoba.
COMPAS (2006)El valor de la vida, en 46 prácticas sociales renovadoras, publicado por COMPAS, Programa Integral de Desarrollo de la Sociedad Civil, ICDA, Universidad Católica de Córdoba, pp. 56-58.
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