Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2006 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/06/bp1549.html |
País/Estado — Argentina
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — ribera (cuenca hidrográfica)
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — organización no gubernamental (ONG); instituciones filantrópicas; gobierno central.Categorías — Servicios sociales: educación; ocio; salud y bienestar; seguridad ciudadana; reducción y prevención del delito; reforma del sistema judicial; grupos vulnerables (incluyendo a las mujeres). Equidad de género e inclusión social: funciones y cometidos por razón del género; necesidades por razón del género; integración; fomento del auto-liderazgo de las mujeres. Infancia y adolescencia: de 0 a 9 años; de 10 años a la edad adulta; salud y nutrición; educación y formación profesional, cuidado de día y cuidados fuera de horario escolar; desarrollo de la capacidad de participación y del liderazgo en niños; programas de ocio y culturales; grupos vulnerables. VIH-SIDA: planes estratégicos municipales para el VIH-SIDA; acuerdos de colaboración pública, privada y comunitaria; huérfanos, acogida, hogares encabezados por niños a causa del VIH-SIDA; iniciativas de información e intercesión (campañas locales); medios de comunicación; reformas legales y políticas (políticas de vivienda: estructuras familiares cambiantes debido al VIH-SIDA).
Ituzaingó 90, San Isidro, CP 1642DPB, Buenos Aires, Argentina. Tel/fax: 011 4575 4262E-mail: edna@obispado-si.org.ar
Cosme Beccar 245, San Isidro, Buenos Aires, CP 1642, Argentina. Tel/fax: 4575 4250/4217E-mail: sanisidro@caritas.org.ar
Calle 112, entre 70 y 71, La Plata, Buenos Aires, Argentina. Tel. 0221 4293764Colaboración financiera.
Colaboración financiera.
Colaboración financiera.
Listado de hogares que participan en la red
Adoratrices San José: Adolescentes mujeres por juzgado, a
partir de 14 años.
Luis Sáenz Peña 2151, Martínez.
Tel/Fax: 4798-3547,
hogar_sanjosé@yahoo.com.ar,
Dora Nogueira.
Camino Nuevo: Comunidad terapéutica, drogadependencia, hasta 16
años.
Rubén Dario 4548 , Munro.
Tel/Fax: 4756- 2831,
Graciela Rossi 47441168.
Casa Horacio: Centro de día y capacitación,
Tompkinson 1586, San Isidro.
Tel: 4723-3574,
Silvia Martínez,
silviavalerio@fibertel.com.ar.
Casa de Jesús: Varones de 6 a 16 años,
Laprida 2475 - Florida,
Tel :4791-5987, Fax: 4791-3305,
María Luisa Oviedo, (1551089778), Marta Leal.
Casita de la Luz: Mujeres de 4 a 14 años, Alberdi Olivos
Haydeé Lusandi, 4790-6860.
Casa de María: Mujeres de 2 a 9 años, Alsina 2311,
Florida.
Tel: 4791-5978, Teresa Barbey, Tel:15-6273-2617.
Centro de Día Don Orione: Mixto, Estación Victoria, TBA.
Tel: 4575-3051.
Ana María González 4746-2412 / 15-5420-0418,
centrodonorione@sinectis.com.ar.
Centro de Día El Puente: Mixto, Aguado 1318-24, Vicente
López.
Tel: 4513-6733, Maureen de Bastita.
Escuela Hogar Santísima de la Luz: Varones de 4 a 14
años. EGB.
Tel/Fax: 4791- 3784, Azcuénaga 1870, Vicente López,
Cecilia Dal Bosco 4742-6989,
Susana Leone.
Fundación COR para hijos de padres con HIV-Sida:
Intendente Becco 950, San Isidro.
Tel: 4743 - 9604, Tel/Fax: 4717-4387/1391 / 1551516681.
Fundación Santa Rafaela María-El Portal de Belén-El Barrilete
Mixto: de 2 a 10 años. Juan B. Justo 1437, Beccar.
Tel/Fax: 4742-8614 Tel. Administración: 4742-8331,
Poupeé, 1549987651.
Hogar Escuela M. J. Pradere:
EGB mujeres, Av. Libertador 2895, San Fernando.
Tel/Fax: 4744-4212,
Jorgelina Álvarez, 4746-1015/1540367965,
escuelapradere@fibertel.com.ar,
jorgelina-alvarez@fibertel.com.ar.
Hogar San Justo-Hermanas de Don Orione: Varones de hasta 11
años.
Ituzaingó 1249, San Fernando,
Tel/Fax: 4744 /6149,
Alicia Paz.
Hogar del Niño Jesús I: Mixto, de 2 a 10 años.
Virrey Vértiz 1794 , Villa Adelina.
Tel/Fax: 4763-3483/8686 int 32 o 33,
labuckas@argentinidad.com,
Emilia Labuckas, 4522-0193/4523-5014/15-4060-2086.
Hogar del Niño Jesús II: Mixto, adolescentes.
Félix Ballester 2844 , San Andrés.
Tel/Fax: 4755-5689,
María Ester.
Hogar del Niño Jesús III: Mixto , adolescentes.
Parada Robles, Ruta 8 km 75 -Capilla del Señor.
Tel: 02323-471888,
Fernanda.
Hogar Don Orione Mujeres hasta 12 años. Rocha 1446 Tel: 4731-2671 Fax: 4749-0268 Patricia
Juan Diego: Varones.
Quinta Buenos Aires: Gutiérrez y Del Case, a dos cuadras de Marcos Sastre.
Tel: 15-6178-7257, Carlos.
Laura Vicuña: Hogar de tránsito para mujeres mayores de edad con
sus hijos, varones hasta los 10 años, Cáritas.
Catamarca 3005, Don Torcuato.
Tel/Fax: 4741- 2075,
Marcela, 4781-3720,
h_laura_vicuna@hotmail.com.
Pequeña Familia de Asís: Nenas.
Bolivia 653, Don Torcuato.
Tel: 4741-3532,
Liliana, (1550203532) y Jorge Romano,
jorgeromano_sanmiguel@hotmail.com.
Querubines: Mixto,
Una casa en: Juan B. Justo 2639- Olivos Tel: 4718-2549.
Otra casa: Intendente Becco 1945- Beccar Tel: 4747-5860,
Adriana Divito 4743-8227/ 15-4401-5868.
Rincón de la Esperanza:
Mixto, 4 a 12 años, cinco casas en el mismo predio con un matrimonio a
cargo en cada una.
Olivares entre Ruta 27 y Canal Aliviador, Tigre.
Tel/Fax: 4749-8131 / 4749-7810 / 15-5797-3489,
Luisa Ciancio,
hogarrinconesperanza@datafull.com.
San Ignacio: Comunidad Terapeútica, Drogadependencia, a partir
de 16 años. J. C. Paz 1342- Rincón de Milberg-Tigre.
Tel: 4512-4372, Alicia Martínez, 4717-3550.
Trinitarias: Mujeres adolescentes.
Carlos Tejedor 348 Boulogne.
Tel: 4737-5991, Fax: 4710-0264, Teresa,
trinidad@confor.org.ar.
Vida Adolescentes: Varones de 13 a 16 años.
Ricardo Gutiérrez 4051 - Munro.
Tel: 4756- 5263, Fax: 4513-9962,
René Moraca, 4795-6249 / 1541801840.
Las características de esta población: víctimas de violencia (maltrato y abuso sexual intrafamiliar); huérfanos de padres con VIH; chicos portadores de VIH; chicos adictos; chicos con padres en la cárcel, etc. Llegan a la Red de Hogares derivados por los juzgados, parroquias o centros de atención, y luego son juzgados. Su egreso se da fundamentalmente por tres razones: por reinserción familiar, por emancipación o por alcanzar la mayoría de edad.
La iniciativa de conformar la Red de Hogares, con los hogares y centros de día que se encontraban trabajando en los cuatro partidos del Conurbano de Buenos Aires (San Isidro, Vicente López, San Fernando y Tigre) tuvo como propósito articular a estas instituciones, que si bien geográficamente no tenían contacto directo, trabajaban en la misma temática y estaban vinculadas en lo externo a las mismas instituciones (tanto gubernamentales como de la sociedad civil) y tenían que sortear y convivir con situaciones y dificultades similares. Su similitud tenía que ver con la población beneficiaria de sus servicios, las dificultades de índole económico y las diferencias de los contextos socioculturales en donde actúan, que se traducen en idiosincracias personales de funcionamiento y de organización familiar muy particulares. Esta particularidad determina relaciones y vínculos que deben ser tenidos en cuenta para la fijación de las estrategias de intervención. Poner en funcionamiento activo una red tuvo como objetivo conocer y compartir las mutuas necesidades, dificultades y posibilidades, y así armar estrategias de conjunto cuyo beneficio es la obtención de un mayor impacto social, una mayor capacidad de negociación y una micro y macro incidencia en los patrones externos de escucha.
Los logros a resaltar en forma resumida han sido, en primer lugar, sostener la existencia y funcionamiento de instituciones de vital importancia para los niños, niñas y adolescentes en riesgo. Además, al concretar la comunicación fluida dentro y fuera de la red, se favoreció tanto al trabajo cotidiano intrainstitucional como la capacidad de gestión (para la obtención de fondos y subsidios, para la incidencia en el diseño de políticas públicas, etc). También se debe mencionar la producción de dos documentos importantes que no sólo facilitaron las prácticas y lo seguirán haciendo, sino que sirven de modelo para otras instituciones. Estos son el Perfil de Hogar y el Reglamento interno de la Red.
Por ello, sólo algunos lograban sobrevivir, debido a que contaban con alguna persona más preparada para sostener el proyecto y benefactores-donantes que sostenían económicamente la actividad del hogar. Desde el punto de vista de asistencia profesional, todos eran voluntarios, con lo cual contábamos con las ventajas pero también con los inconvenientes inherentes a la actividad del voluntariado (a veces falta del perfil adecuado, falta de continuidad, desmotivación en la mitad de los proyectos, cambio de situaciones de vida en los voluntarios que determinan un cambio en la actividad que realizan o en su compromiso, etc).
En primera instancia surgió la prioridad de establecer criterios comunes coherentes con los valores por los que las instituciones fueron creadas, que es el resguardo y cumplimiento de los derechos del niño, claramente expresados en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en noviembre de 1989, sobre la base de la Declaración de 1959, ratificada por el Congreso Argentino en 1990 e incorporada a la Constitución Nacional en 1994.
Asimismo, se estableció como prioridad el apoyo mutuo de las instituciones —hogares para la subsistencia y eficiencia en las tareas: gestión de recursos, capacitación, habilitación de espacios de escucha personales e institucionales y espacios terapéuticos, etc—; así como conformar y sostener una identidad de red que facilite la relación en ámbitos como los juzgados de menores y tribunales de familia (poder judicial) y que la habilite a la participación e incidencia en la fijación de las políticas públicas.
El principal objetivo tenía que ver con garantizar la existencia y el funcionamiento de estas instituciones e incrementar su número, a fin de poder dar una respuesta adecuada a la demanda creciente. Además, por la importantísima tarea que deben realizar, un objetivo de vital importancia es mejorar día a día la calidad del servicio brindado a los niños, niñas y adolescentes. La estrategia general tuvo que ver con la necesidad de nuclearlas de alguna manera, considerándose adecuada la organización en red, con una coordinación realizada por EDNA (Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia). Esto se fue cumpliendo através de reuniones de trabajo con las directoras de los hogares, brindando el apoyo y asesoramiento psicosocial y legal para los chicos que viven en ellos, colaborando con la tarea de las trabajadoras sociales en la revinculación familiar, capacitando a todos los que trabajan y actúan en estas instituciones y siendo el motor para la redacción del perfil de hogar y el Reglamento interno de la Red.
Cada hogar, cuando decidió comenzar a funcionar, contaba con recursos propios procedentes de la donación de sus fundadores u otros donantes-benefactores. Además, al recibir chicos que están siendo juzgados (enviados por juzgados o tribunales de menores), perciben del ámbito gubernamental un subsidio o beca por cada chico. Todo esto comienza a resultar insuficiente cuando se pretende mejorar la calidad del servicio, y evitar convertirse en un mero lugar de depósito o guarda de los niños hasta su mayoría de edad, trabajando para contribuir a su mejor desarrollo personal, su revinculación familiar, su educación, su inserción social y laboral, etc.
Cuando comienzan a funcionar en red, la Iglesia Católica, a través de Cáritas Nacional y un programa especial de asistencia denominado Ayudarte, empieza a aportar como único soporte a dicha red el 100% de los fondos que ingresan. La administración de este recurso queda en manos del EDNA como coordinadora de la red y este aporte se distribuye de la siguiente manera:
La primera dificultad con la que se enfrentó la experiencia de armado de la Red tuvo que ver con las diferentes procedencias de los hogares. Las dos grandes fuentes eran, en primer lugar, la religiosa (dependientes del Obispado o de congregaciones religiosas autónomas) y, en segundo lugar las organizaciones de la sociedad civil, que la ley encuadra por su modelo de organización (fundaciones, asociaciones civiles sin fines de lucro, etc). Esta situación tenía una serie de consecuencias tanto en su estructura como en su modo de trabajar y relacionarse con lo gubernamental y la justicia.
Además, los hogares no tenían definido su propio perfil y no contaban con un proyecto institucional explícito. Asimismo, la población beneficiaria asistida no era homogénea, y se daban diversidad de causas de riesgo diferentes (abandono, maltrato, abuso sexual, drogadicción, etc) con implicaciones sobre la vida de los chicos de distinta índole y que necesitaban diferentes estrategias de abordaje.
No había equipos técnicos y sí mucho voluntariado de alta rotación, repercutiendo en la atención de los chicos, los cuales necesitan referentes sólidos y con una seguridad de cierta permanencia. La falta de una asistencia económica sistemática ponía a las organizaciones en un estado de inseguridad que atentaba contra la planificación y el desarrollo pleno de los proyectos. La convocatoria para participar de la Red en los primeros tiempos tuvo que asimilar estas dificultades planteadas, que dieron como resultado una participación no homogénea de las instituciones, ya que dependían de la voluntad de las directoras de los hogares en participar y compartir este proyecto.
La coordinación del EDNA fue realizando reuniones de trabajo periódicas, habilitando así espacios de escucha para compartir dificultades y logros, brindar asesoramiento en las áreas psicosocial y legal y capacitaciones específicas. Se continuó con la atención terapéutica en su sede a todos los chicos que así lo requerían. También se armaron de comisiones de trabajo para la reflexión, propuestas, planificaciones, investigación, etc. Estas comisiones se encargaban del planteo de problemas, recolección de información, reflexión y redacción de informes para presentarlos a la Red, cuyos miembros podían incorporar comentarios, sacar conclusiones y determinar acciones a seguir.
También la coordinación tenía la responsabilidad de facilitar fuentes de información y contactos para cada tema o situación. Se dictaron talleres tanto de capacitación como de producción para planificar y organizar las actividades específicas, presentar proyectos tanto institucionales como de gestión, etc. También se realizaron actividades de monitoreo de los proyectos y evaluaciones períodicas acerca de las prácticas y de las acciones comunes a toda la Red.
Las evaluaciones se realizaron, por un lado, con la lectura de los informes que deben entregar los hogares y las visitas que el equipo técnico coordinador del EDNA realiza periódicamente a dichas instituciones. Después de realizar el trabajo de campo, hubo tiempo y espacio para conversar sobre las dificultades y logros, brindar el apoyo necesario o derivar la búsqueda a las personas u organismos pertinentes, a fin de que el hogar tenga todo el apoyo y contención necesarios para el logro de sus objetivos (la mejor y más plena atención de los niños, niñas y adolescentes bajo su cuidado).
Los objetivos planteados fueron cumpliéndose y esto produjo
consecuencias en dos ámbitos:
Funcionamiento de la Red: Las reuniones periódicas profundizaron los lazos de relación, permitiendo a los pares compartir realidades comunes, a raíz de lo cual las directoras buscaron estrategias para abordarlas y tomar modelos de otras experiencias para aplicar en los problemas propios (formas de revinculación familiar, tratamiento y búsqueda de nuevos modelos de familia, elección de referentes significativos para los chicos, relación con los juzgados, acompañamiento de trámites legales, formas de prevención etc).
Además de lo que tiene que ver directamente con el servicio a los niños, niñas y adolescentes que viven en los hogares y sus familias, estas instituciones pudieron, gracias a la Red, compartir y aprender también a sortear aquellas dificultades propias de la organización institucional (contratación y capacitación del personal, relación con el voluntariado, organización administrativa, gestión de fondos, marco legal para el funcionamiento, etc).
Funcionamiento de los hogares: Fundamentalmente la consecuencia más importante se refiere a la posibilidad de sostener (y cada vez mejor preparados) la existencia y el funcionamiento de los hogares, ampliando así mismo su número, ya que estos cumplen con una misión primordial: acompañar el proceso de reinserción en la vida de chicos que atraviesan situaciones muy difíciles, a causa de las cuales están en riesgo o han sido vulnerados sus derechos. Llegamos a 2006 con veintidós hogares, dos centros de día y dos hogares escuela, que en total tienen una población estable de aproximadamente 650 chicos. Estos no sólo encuentran un espacio para vivir con amor y contención, sino que también son preparados para el egreso, desarrollando capacidades que les permitan insertarse en la vida social, laboral y ciudadana.
La sostenibilidad económico-financiera fue lograda tanto por un trabajo particular de cada hogar de la Red como por las acciones conjuntas ejercidas desde ella. Los hogares han ido obteniendo apoyo económico de distintos donantes, presentando proyectos de trabajo a los que tanto personas particulares como asociaciones (empresas, fundaciones, congregaciones, movimientos religiosos, etc) han dado su aporte. También se obtuvieron becas para los chicos que viven en los hogares del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a través del Ministerio de Desarrollo Humano; así como un subsidio del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Al tener como requisito estar vinculados a una comunidad (por ejemplo una parroquia), la misma comunidad actuó como red de sostén para facilitar las prácticas y acciones del hogar.
Los chicos que viven en los hogares realizan su educación formal en las instituciones educativas externas al hogar, situadas en su localidad, con lo cual las escuelas y colegios se suman a esta red de sostén y colaboran en el proceso de reinserción social. Al trabajar de manera muy próxima con jueces y equipos técnicos de tribunales (quienes son la mayoría de las veces los que derivan a los chicos a los hogares) se conocen mejor los marcos legislativos que tratan las cuestiones y problemas que sobrellevan los chicos beneficiarios. De esta manera, se puede seguir y acompañar de un modo más eficiente las causas judiciales que dichas cuestiones traen aparejadas. La sistematización de procesos y prácticas permitió la adopción de decisiones y la posibilidad de réplica de situaciones que actuaron con sinergia para asegurar la permanencia y desarrollo del proyecto de la Red. Esto se tradujo también en procedimientos transparentes que facilitaron gestiones más eficaces en la recaudación de fondos, y la actividad de profesionales que interesados por la experiencia y valorándola, acercaron su aporte en acciones y saberes.
Una de las lecciones aprendidas fue reconocer la importancia de la constante revisión de los valores fundantes y fines últimos de este tipo de organizaciones, ya que en pos de la optimización de la eficiencia o eficacia en la administración de la actividad, se puede desdibujar el más importante de los objetivos y razón de ser de los proyectos institucionales: el bienestar de los chicos y el respeto y cuidado de todos sus derechos.
También se aprendió que no es suficiente con centrarse en las prácticas de puertas adentro, sino que existe la necesidad de la instalación de temas en la sociedad, como también de estar presentes en el debate y planificación de las políticas públicas.
Desde la coordinación de la Red, una actividad planificada muy importante fue el monitoreo del trabajo de los hogares. Sin embargo, en virtud del cuidado de su autonomía y el respeto hacia la institución participante, se demoró mucho tiempo en realizarlo de forma sistemática y fue poco estricto, lo que permitió que se plantearan situaciones alejadas de lo acordado como importante y esencial para el cumplimiento de la misión.
Asimismo, el trabajo de la Red fue un incentivo para pensar que, en distintos campos, el trabajo en red tiene enormes ventajas. Las instituciones participantes, previa capacitación acerca del funcionamiento en red, han desarrollado y continúan haciéndolo, programas que tienen como objetivo el armado y funcionamiento con esta modalidad (por ejemplo: Red de Niñez, Red de Apoyos Escolares, Red de Adolescentes, etc). Lo que ha dejado de enseñanza esta práctica es que, frente a la posibilidad de transferir experiencias, son fundamentales tanto la aplicación de metodologías de trabajo como la sistematización. Principalmente esta última ha resultado de vital importancia, sirviendo también como base para la obtención de variables en el diseño de investigaciones sociales.
Resulta difícil acomodar la descripción de los aportes a este cuadro por la modalidad de operación financiera de la Red. Cada hogar, desde su fundación, recibió aportes de donantes particulares o instituciones que los sostienen. Como red, comenzaron a recibir subsidios de organizaciones estatales que a través de becas de aporte fijo cada año por cada niñ@ y adolescente atendido. Además, diferentes organizaciones (religiosas, gubernamentales o filantrópicas), con la presentación de proyectos, también han realizado aportes a través de subsidios, generalmente por un año; además constantemente se renuevan. Los aportes (en tanto por ciento) van variando a causa de diversos factores: políticos, convenios, nuevos programas sociales, etc. Un ejemplo de distribución se encontrará en el punto Movilización de Recursos
Los hogares, de forma puntual, han aparecido en diversas publicaciones, básicamente zonales (boletines de movimientos, barriales, religiosos, etc), y como Red, realmente consolidada en 2005, tienen publicada una entrevista para su conocimiento y difusión :
Revista Cáritas (2005) «Buenas Nuevas», Revista Cáritas, San Isidro, año XI, Número 67, octubre.
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2006 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/06/bp1549.html |