Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas
patrocinado por Dubai en 2006, y catalogada como
GOOD.
(Best Practices Database)
País/Estado — Colombia
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — costera
Ámbito de la actuación — provincial/estatal
Agentes — gobierno regional; organización no gubernamental (ONG); organización de base comunitaria (OBC); institución académica o de investigación.
Categorías —
Gestión ambiental: tecnología ambientalmente responsable; restauración ambiental; sostenibilidad ecológica; gestión de recursos.
Modelos de producción y consumo: uso y consumo de agua; conservación de recursos, ahorro de recursos;responsabilidad de los productores.
Tecnologías, instrumentos y métodos: transferencia de tecnologías; investigación y desarrollo; tecnologías apropiadas; formación y capacitación; .
Participación ciudadana y riqueza cultural: participación comunitaria.
Contacto Principal
Fondo para la acción ambiental y la niñez (FPAA) — organización no gubernamental (ONG)
José Luis Gómez [joselgomez@accionambiental.org]
Carrera 7, 32-33, Oficina 2703,
Bogotá, Colombia.
Tel: 0057-1-285-3862.
Contacto Principal
Corporación PBA (Corpba) — organización de base comunitaria (OBC)
Santiago Perry [sperry@corporacionpba.org]
Calle 72, 6-44, Oficina 401,
Bogotá, Colombia.
Tel: 0057-1-321-3683.
Socio
Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica) — institución académica o de investigación
Andres Laignelet [alaignelet@cable.net.co]
Kilómetro 14, Vía Mosquera, CI, Tibaitata,
Bogotá, Colombia.
Tel: 0057-1-422-7350.
Colaboración financiera.
Colaboración técnica.
Socio
Universidad de Córdoba — institución académica o de investigación
Claudio Sánchez
Janer Polo
Ciudadela Universitaria número 78-103, Kilómetro 3,
Vía Cereté, Córdoba, Colombia.
Tel: 0057-4786-0300 / 80.
E-mail: rector@unicordoba.edu.co
Colaboración financiera.
Colaboración técnica.
Socio
Universidad de Sucre — institución académica o de investigación
Rafael Peralta
Carrera 28, 5, 267
Sincelejo, Colombia.
Tel: 0057-5282-1240.
Colaboración financiera.
Colaboración técnica.
Socio
Corporación Autónoma Regional de la Guajira (Corpoguajira) — gobierno regional
Emiro Bohórquez
Carrera 7, 12-25, Edificio \sigla{Corpoguajira},
Riohacha, Guajira, Colombia
Tel: 0057-5727-3905 / 7273905.
Socio
Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) — gobierno regional
Carlos Escobar
Calle 66 número. 54-43,
Barranquilla, Colombia.
Tel: 0057-5-3686632 / 3686626.
El programa Sistema de innovación tecnológica participativa
en el Caribe colombiano apoya a 60 organizaciones comunitarias
rurales ubicadas en 38 localidades de la región del Caribe colombiano en acciones de investigación agrícola participativa para la producción de semillas limpias (principalmente ñame, plátano y yuca) y bioinsumos (bokashi, lombriabono, biol, micorrizas y beauveria baussiana). Gracias al programa, estas organizaciones han modificado sustancialmente las prácticas agrícolas de los pequeños productores rurales y han generado alternativas de producción ambientalmente amigables y económicamente sostenibles. Las comunidades han construido empresas que en la actualidad producen y comercializan frutos libres de patógenos e insumos biológicos para la agricultura local y que mejoran los ingresos familiares de la población.
Los agricultores participan activamente en las tareas de investigación
agrícola, en diálogo con los técnicos y los especialistas; producen los
bioinsumos y las semillas utilizando recursos locales y muestran
altos grados de innovación tecnológica, obtenida mediante la
experimentación propia y el apoyo técnico.
Los pequeños productores asociados a las 60 organizaciones
involucradas en el programa modificaron sus prácticas agrícolas: por
ejemplo, erradicaron casi por completo la tala y la quema de los bosques, introdujeron sistemas de arado que protegen el suelo y abandonaron casi totalmente el uso de insumos químicos.
Las comunidades involucradas lideran a nivel local el desarrollo rural
sostenible y con su ejemplo han comenzado a irradiar regionalmente
conceptos y prácticas como la participación campesina en la
investigación agrícola, la utilización de bioinsumos para la
agricultura, la introducción de prácticas agrícolas sostenibles
(protección del suelo, reforestación, erradicación de la tala y la
quema de los bosques, entre otras), así como la creación de pequeñas empresas de base tecnológica y la inserción de los pequeños productores en los mercados regionales.
Por último, las comunidades han ganado en capacidad de gestión y
comunicación y han logrado involucrar, en algunos casos, a las autoridades locales y otras instituciones en el apoyo a sus procesos.
Este programa es una iniciativa de la alianza entre la
Corporación PBA (CORPBA) y el Fondo para la acción
ambiental y la niñez (FPAA), dos instituciones no gubernamentales colombianas sin ánimo de lucro que fomentan el desarrollo rural y la protección ambiental mediante la participación de la población.
- Enero de 2003 — Firma del convenio entre FPAA y
CORPBA. Inicio de la alianza.
- Primer semestre 2003 — Formulación de proyectos por parte de los
pequeños agricultores. Desarrollo de la alianza.
- Diciembre 2003 — Aprobación de los proyectos formulados por las
organizaciones de pequeños productores. Puesta en marcha de la alianza
y de los proyectos.
- Diciembre 2006 — Terminación de las primeras fases de los
proyectos. Análisis de los logros y resultados.
- 2 de diciembre de 2005 — I Feria de Agrobiodiversidad del Ñame.
Validación de las metodologías en investigación participativa.
- 2006 — Aprobación de las segundas fases del los proyectos.
Análisis de los logros y resultados.
La población rural de los sitios en donde opera el programa carecía de
apoyo estatal o privado para el desarrollo de iniciativas económicas.
Además, la explotación del suelo se realizaba de manera convencional,
utilizando semillas de pobre calidad, insumos químicos y prácticas
deforestadoras. Los niveles de pobreza eran altos, la participación de
la mujer en la producción era casi inexistente y, debido a intervenciones sociales paternalistas en el pasado, la población era escéptica con las posibilidades de emprender proyectos propios y autogestionados de lucha contra la pobreza.
Las prioridades del programa fueron establecidas por los propios
agricultores y sus familias que participaron activamente en todos los
niveles del programa, incluida la planificación de los proyectos
locales, la gerencia y manejo de los fondos, y las decisiones sobre
las líneas de acción del programa general. Fueron los agricultores
quienes decidieron trabajar en la mejora de la producción de yuca,
ñame y plátano y en el cambio de las prácticas agrícolas
convencionales. Son ellos quienes administran los recursos y conducen las empresas asociativas que han creado.
Las prioridades del programa se concertaron mediante el diálogo entre
los agricultores y el personal de apoyo de la alianza
FPAA-Corpba. Se realizaron varios talleres al inicio
de la iniciativa, hace dos años, en los que se definieron las siguientes prioridades:
- Participación comunitaria en la gestión del desarrollo sostenible.
- Experimentación campesina e investigación agrícola
participativa.
- Fomento de buenas prácticas agrícolas, ambientales y sostenibles.
- Equidad de género.
- Formación de capacidades locales.
- Mejora de ingresos familiares y generación de empleo rural.
- Fomento de procesos autogestionados de desarrollo.
Los recursos financieros principales provienen de dos fuentes: la
Corpba (que los obtiene del apoyo recibido de la
cooperación holandesa a través del Ministerio de Cooperación y
Desarrollo) y el FPAA (que
los obtiene de la cuenta para la Iniciativa de Las Américas, basada en
el canje de la deuda por protección ambiental, establecido en un
acuerdo bilateral entre el Gobierno de Estados Unidos y el Gobierno colombiano). Cada una de estas dos instituciones aporta el 50 por ciento de los fondos financieros totales.
Los socios locales (Corpoica, universidades y otras
instituciones presentes en la región del Caribe colombiano) aportan
recursos en especie como el personal, los gastos de transporte y
el desplazamiento de los técnicos y los profesores. Las comunidades también realizan un significativo aporte en infraestructuras, gastos de alimentación y mano de obra.
Gracias al efecto demostrativo y a la capacidad de interlocución que
han ganado las comunidades, algunas autoridades locales se animaron a
contribuir. El municipio de El Piñón (Departamento del Magdalena) por
ejemplo, donó diez hectáreas de tierra para que la organización
comunitaria de ese lugar lleve adelante sus proyectos de
experimentación y producción.
La Corporación Regional del Departamento
de La Guajira (Corpoguajira) aportó 190 millones de pesos (más de
84.000 dólares estadounidense) para apoyar el trabajo de la organización comunitaria en los municipios de Dibulla y San Juan.
El elemento más destacado de esta experiencia es la participación de
la población en todos los niveles. Los agricultores y sus familias
están involucrados tanto en la gestión de los proyectos (la gerencia y
el manejo de los fondos está a cargo de la comunidad) como en su
planificación y evaluación; los productores participan en la
investigación agrícola para la mejora de las semillas de yuca,
plátano y ñame y en la fabricación de insumos biológicos como son las micorrizas,
bioles, lombriabono y el bokashi. Toman parte también en instancias de
decisión más amplias, como un comité directivo compuesto por
representantes de los agricultores y por personal de la unidad de
apoyo técnico.
El proceso funciona de la siguiente manera: las comunidades elaboran
de manera autónoma y con apoyo metodológico, un proyecto de desarrollo
local con un plazo de ejecución generalmente de dos años. Este
programa consta de catorce proyectos elaborados por las comunidades.
Cada proyecto suele incluir actividades de investigación agrícola;
producción de semillas limpias y bioinsumos; creación o refuerzo de
empresas asociativas de producción y comercialización; capacitación
técnica, ambiental, organizativa y empresarial; y crecimiento
personal (un área del apoyo que propone recuperar la confianza de la
población en sus propias capacidades). Ocho de los catorce proyectos
terminaron recientemente su primer ejercicio de dos años y se preparan
para una segunda fase de dos años más.
Los principales obstáculos que hemos encontrado son:
- Tecnológicos: varios de los tópicos de investigación
abordados no tenían suficiente desarrollo, o habían sido muy poco
estudiados en el ámbito internacional. Incluso, uno de los cultivos,
el ñame, es típicamente un cultivo huérfano
[orphan crop], que no cuenta con entidades o grupos de investigación fuertes que lo tengan como centro de sus trabajos.
En otros casos, las metodologías que se quería desarrollar no contaban
con suficientes antecedentes que facilitaran su puesta a punto y su
implantación. Por ejemplo, la producción de semillas provenientes de
técnicas de cultivo de tejidos se acostumbraba a realizar totalmente
en laboratorios y centros de investigación, y no se conocían
experiencias de reproducción de una parte del material de manera
descentralizada, en las condiciones locales de los pequeños
productores, utilizando prácticas hortícolas. Este último punto se
consideraba fundamental en el programa, por cuanto se quería
fortalecer al máximo posible la participación de los campesinos, la
creación de empresas de su propiedad, la generación de empleo rural y
la vinculación de las mujeres. La corporación debió, en consecuencia,
desarrollar la metodología y los protocolos participativos requeridos
para obtener semilla limpia y de alta calidad de plátano, yuca y ñame,
por métodos de cultivo de tejidos (materiales iniciales y semillas
superélite), para multiplicarla masivamente
en Empresas de Base
Tecnológica (EBT) propiedad de los pequeños productores organizados
(semillas élite), y en viveros locales de los grupos participativos locales
(semillas básicas).
- Culturales: los factores culturales dificultaron las
labores iniciales de Corpba. Por una parte, algunos
investigadores no creían en las capacidades de los campesinos para
participar y aportar en el proceso de investigación, y se resistían a
adoptar la metodología participativa. Algunos, incluso, se burlaban de
la idea de explicar y discutir con los pequeños agricultores las
actividades de investigación que se debían adelantar en los
laboratorios y centros de investigación. Por otra, no pocos
campesinos miraban con desconfianza a los investigadores y a los
productos tecnológicos, y recordaban nefastas experiencias pasadas en
las que habían inducido a adoptar tecnologías que no estaban adaptadas
a sus condiciones agroecológicas y de producción. Incluso, en algunos
casos, cuando se llevaron los materiales iniciales y las
semillas superélite no faltaron pequeños productores que no
querían creer que esa «matita tan pequeña fuera un colino de
plátano».
Empero, la insistencia para que se adelantara un trabajo conjunto
entre investigadores y pequeños productores y la obtención de los
primeros resultados positivos, permitieron comenzar a romper los
recelos y los prejuicios y, poco a poco, la metodología
participativa se abrió paso y los productos tecnológicos comenzaron a
ganar prestigio. En la actualidad, los investigadores trabajan armónicamente con los campesinos y han comprendido que estos últimos son ávidos innovadores cuando conocen y comprenden las características y ventajas de las tecnologías en cuyo desarrollo se han involucrado activamente. Gracias a su participación, las tecnologías generadas y los productos tecnológicos obtenidos son rápidamente adoptados y no se requiere de una fase especial de transferencia de los mismos.
- De orden público: en muchas de las zonas rurales
donde trabaja la corporación existen grupos armados al margen de la
ley que dificultan la realización de las actividades de investigación y
formación y limitan la movilidad de los directivos y de los
investigadores de la corporación y de sus entidades aliadas. Esta
circunstancia, aunque ha retrasado las labores y ha dificultado los
trabajos en numerosas localidades, ha obligado a una mucho mayor
descentralización de las responsabilidades y a que los pequeños
productores y los técnicos regionales y locales asuman de manera más
decidida la ejecución de los proyectos y de las distintas actividades
y de las tareas requeridas para adelantarlos. Dos miembros del personal
técnico de una de las instituciones promotoras, Corpba,
permanecieron secuestrados durante ocho meses, en el periodo de los
primeros acercamientos a la región, en los años previos al inicio del
proceso actual. La solución de este obstáculo fue una política de
neutralidad muy rigurosa frente a los actores armados que permitió que
estos optaran por respetar el programa y que este pudiera mantener hasta la
fecha.
- Políticos: las prácticas clientelistas que son comunes en
muchas zonas del país han dificultado la articulación de la
corporación, de sus programas y proyectos, con las autoridades
municipales y departamentales e, incluso, con algunas entidades del
orden nacional. Esto ha impedido el aprovechamiento de recursos
locales valiosos y ha limitado la vinculación de algunas
Unidades Municipales de Asistencia Técnica
Agropecuaria (UMATAS)[1] a los programas y
proyectos de la corporación. En todo caso, se han realizado esfuerzos
significativos para intentar vincular a estas unidades, y a otras
entidades públicas con presencia en las zonas rurales donde trabaja
la corporación, a los trabajos de innovación participativa.
Se han obtenido los siguientes resultados:
- Investigación Agrícola Participativa: es notorio el
espíritu de indagación de los productores; prueban, ensayan y tienen
buena capacidad de observación. Reconocen la importancia de los
ensayos para mejorar la producción y reducir costos. Paralelamente a su
condición de campesinos experimentadores, se destaca el refuerzo
organizacional y empresarial que han logrado. Es posible apreciar un
considerable nivel de empoderamiento, de formación de liderazgos y de consolidación de empresas asociativas campesinas capaces de vender productos y servicios de manera competitiva.
Los productores han acumulado un gran acervo de conocimientos
técnicos sobre investigación participativa agrícola y sobre
agricultura sostenible, que incluyen producción y uso de bioinsumos,
producción de semilla limpia y prácticas agroforestales. Hay
formidables ejemplos de innovación propia como en los casos del caldo
bordelés modificado en María la Baja, el destilado de vinagre de
madera modificado en Sabanalarga, el método de inducción de
reproducción por ruptura de meristemo del plátano desarrollado en Curumaní, la captura de microorganismos o el manejo de semilla de yuca a raíz desnuda.
- Generación de innovación tecnológica adecuada al contexto
regional: el proceso de innovación llevado a cabo por este programa está generando soluciones tecnológicas que los productores comprenden, utilizan y a las cuales contribuyen con sus ideas y propuestas. Esto es posible porque se está trabajando sobre problemas concretos de los productores, con especies escogidas por ellos mismos y con su participación como expertos no formales en un ejercicio transdisciplinario de evaluación de las soluciones tecnológicas.
- Creación de conciencia ambiental entre la población rural:
la introducción de prácticas productivas conservacionistas ha logrado
que los miembros de las organizaciones que participan en la alianza
adquieran conciencia de las bondades del uso de insumos orgánicos,
por oposición a los perjuicios que implica el uso de insumos de
síntesis química. Es notable la fuerte conciencia ambiental y la
disposición de los productores no solo para evitar las quemas, la
mecanización excesiva y el uso de pesticidas y herbicidas, sino el
compromiso con la recuperación de suelos, aguas y algunas especies
forestales casi desaparecidas en la región. También destaca la
voluntad para transmitir su experiencia a otras organizaciones de
productores y contribuir a la mejora de la base natural regional.
- Impacto local y regional: un primer impacto del
programa es el efecto que tienen y tendrán las innovaciones
introducidas en la región, que incluyen:
- Productos.
- Bioinsumos (bioles, micorrizas, lombriabonos, bokashi).
- Semilla limpia (plátano, yuca y ñame).
- Plántulas forestales de algunas especies ya escasas en la región
(Bálsamo de Tolú, Vara de León, Carreto, Cañaflecha y Banco).
- Sustratos para el endurecimiento en el proceso de producción de semilla limpia.
- Procesos y prácticas productivas.
- Procesos para la elaboración y evaluación de los diferentes bioinsumos.
- Procesos de picado y endurecimiento de semilla para su
reproducción.
- Modelos de evaluación en campo de insumos y material genético
limpio.
- Ferias de agrodiversidad como sistemas de mejora genética
campesina.
- Uso de laboratorios para el análisis de suelos y foliares.
- Sistema de generación de innovaciones tecnológicas.
- Sistema sociotécnico que incluye:
- Actores con diferentes roles: financiadores, profesores,
gestores, autoridades ambientales, agropecuarias y territoriales y organizaciones sociales de base.
- Reglas de juego para la participación, coordinación y toma de decisiones.
Un segundo impacto tiene que ver con los efectos demostrativos que
implica el proceso de formación y la consiguiente apropiación que los campesinos tienen de las diferentes soluciones tecnológicas generadas por el proceso de innovación, y que repercutirán en demandas de comunidades y autoridades municipales para la replicación del modelo.
Como tercer impacto destaca la creación y/o el fortalecimiento de las
empresas y de las alternativas económicas autogestionadas, con un enfoque empresarial y competitivo, que se están convirtiendo en polos de innovación organizativa y empresarial campesina con mucho potencial de crecimiento y sostenibilidad.
Un interesante cuarto impacto es la creciente participación de las
mujeres en el proceso. En todos los proyectos han surgido y se han
posicionado grupos de mujeres que asumen con mucha seriedad y
entusiasmo tanto las labores físicas como las administrativas,
participan de las formaciones y ganan poder de manera notable en el interior de las organizaciones.
Este programa es sostenible porque se basa en los siguientes elementos esenciales:
- La participación activa de la población: los
agricultores y sus familias intervienen en todas las fases del proceso
como son la planificación, la ejecución y el seguimiento, así como en la
gestión de las empresas asociadas y en el manejo de los fondos.
También participan en la investigación agrícola y en la experimentación.
- El enfoque de género: ha permitido un mejor equilibrio en la participación de hombres y mujeres en las tareas de producción, investigación y gestión.
- Las prácticas agrícolas: los agricultores involucrados
modificaron sus prácticas agrícolas y abrazaron conceptos
ambientalmente amigables como la conservación de suelos (cambios en
las prácticas de arado), la erradicación de tala y la quema de los bosques,
el reemplazo de insumos químicos por insumos orgánicos, la reforestación y
la agroforestería, entre otras.
- La generación de capacidades regionales: el
FPAA y la Corpba tienen sus
sedes centrales en Bogotá (capital del país) y atienden otros
programas de carácter nacional. El programa ha propiciado la
participación de los socios en la región del Caribe colombiana que se han
apropiado de las metodologías participativas y del enfoque de gestión
de tal manera que en el futuro estos socios regionales y locales
podrán sostener el apoyo técnico y metodológico. Entre ellos se
encuentran la Universidad de Córdoba, la Universidad de Sucre,
Corpoguajira y Corpoica. También empiezan a involucrarse autoridades locales en varios municipios.
- Sostenibilidad ambiental: la producción de semillas
sanas y limpias y de insumos biológicos y orgánicos es una estrategia
para el manejo integral y sostenible de plagas y enfermedades y
preserva la agrobiodiversidad. Establece prácticas de
manejo sostenible de suelos que tienden a recuperar su capacidad
productiva y contribuyen a preservar y/o regenerar sus funciones
fundamentales para la vida de la flora, la fauna y los
microorganismos. La agroforestería ayuda a la conservación del suelo y
del agua, contribuye al mantenimiento y/o establecimiento de un
hábitat amigable para la flora, la fauna y los microorganismos y
ofrece a los pequeños productores la posibilidad de diversificar sus
riesgos y sus fuentes de ingresos. Por todo ello se considera que todas las actividades de innovación tecnológica emprendidas tienen un claro enfoque de sostenibilidad ambiental.
- Sostenibilidad económica: las metodologías
desarrolladas buscan que los insumos tecnológicos sean producidos
hasta donde sea posible por los pequeños productores
organizados empresarialmente. Las EBT, los viveros locales,
las plantas locales de producción de bioinsumos y otras
infraestructuras locales --todos ellos de propiedad de los pequeños
agricultores-- son parte fundamental de esta estrategia. En ellos,
los pequeños productores cuentan con la capacidad de producir los principales insumos tecnológicos que requieren sus comunidades e, incluso, de atender las demandas de comunidades rurales de otros municipios y departamentos. La producción empresarial de los insumos tecnológicos es fundamental para garantizar la continuidad de los procesos de innovación emprendidos.
La otra estrategia de sostenibilidad económica tiene que ver con la
vinculación a alianzas
estratégicas de las organizaciones de pequeños productores con otros actores de la cadena productiva que les da
mayor seguridad en la comercialización de sus cosechas y forma parte de
una concepción de competitividad sistémica. En este sentido, se ha
promovido el establecimiento de alianzas estratégicas entre las
asociaciones de pequeños productores con los comerciales y los
procesadores; la mejora de las labores y las infraestructuras de
selección, secamiento y procesamiento primario de sus cosechas; y la diversificación de los canales de comercialización con miras a atender a los distintos segmentos del mercado.
Un ejemplo de lo anterior es la producción y secado de yuca en
Córdoba y Sucre. La corporación presentó al programa de
Alianzas Productivas para la Paz (APP) del Ministerio de
Agricultura una propuesta para organizar empresarialmente a los
productores de yuca de estos departamentos e integrarlos con otros
actores de la cadena productiva. El proyecto, que se encuentra en
ejecución, agrupa a cerca de 400 pequeños agricultores de doce
municipios de la región descrita, que fueron formados y se
organizaron en un ente jurídico, la Asociación de
Productores de Yuca de las Sabanas de Córdoba y Sucre (APROYSA). El proyecto
cuenta con infraestructuras y tecnología punta que les ha permitido
posicionarse en el mercado de la yuca seca; dispone de variedades
adaptadas de uso industrial con lo que han logrado rendimientos
promedios de 20 toneladas por hectárea, una producción de 1.102
toneladas y la comercialización de 1.094 toneladas a la industria de alimentos concentrados para consumo animal.
Se han obtenido las siguientes enseñanzas:
- El desarrollo rural sostenible se puede fomentar mediante la participación campesina en todos los niveles: investigación, planificación, ejecución y seguimiento.
- El efecto demostrativo de las experiencias sostenibles y ambientalmente amigables es capaz de animar a comunidades vecinas a involucrarse en iniciativas similares.
- Las universidades, los centros de investigación, las autoridades
locales, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones
ambientales pueden trabajar de manera concertada y articulada formando
una red de actores.
- Los campesinos tienen un papel muy importante en la investigación agrícola, no sólo como informantes y realizadores de pruebas de campo, sino como experimentadores y creadores de innovación tecnológica.
- Los pequeños productores son capaces de dirigir su propio
desarrollo y administrar sus organizaciones, proyectos y empresas
asociativas.
Uno de los dos fundadores del programa, la Corpba,
estaba presente en la región del Caribe y específicamente en estas
comunidades aproximadamente desde 1997. Ya había
realizado experiencias de investigación biotecnológica con
agricultores en la zona y tenía buenas relaciones con otras
instituciones regionales, lo que significó un aporte importante en el momento de dar inicio al programa.
Recientemente, fue realizada una evaluación del programa y dados los buenos resultados identificados, se procedió a diseñar una transferencia de la experiencia a otras regiones del país. Los dos socios discuten en este momento los términos de una nueva alianza para emprender un programa similar en la región andina colombiana.
Socio | 2003 | 2004 | 2005 | Participación
total (en pesos colombianos) | Participación total
(%) |
FPAA
| 656.701.075(1) | 945.043.940(1) | 897.019.214(1) | 2.498.764.229 | 33,15% |
CORPBA
| 184.615.357(2) | 665.185.929(2) | 1.173.553.545(2) | 2.023.354.831 | 26,85% | |
CORPOICA(3) | 317.056.210(4) | 315.728.723(4) | 488.702.242(4) | 1.121.487.175 | 14,88% |
Universidad de
Córdoba
(3) | 92.739.659(5) | 106.374.491(5) | 174.357.958(5) | 373.472.108 | 4,96% |
Universidad de
Sucre
(3) | 35.467.810(5) | 50.327.400(5) | 170.751.000(5) | 256.546.210
| 3,40% |
CORPOGUAJIRA
| 145.060.335(5) | Monto(5) | Monto(5) | 145.060.335 | 1,92% |
CARDIQUE
| 70.000.000(5) | Monto(5) | Monto(5) | 70.000.000 | 0,93% |
Organizaciones de base
(6) | 62.000.000(7) | 297.627.500(7) | 688.309.594(7) | 1.047.937.094 | 13,90% |
Presupuesto total en pesos
colombianos | 1.563.640.446 | 2.380.287.983 | 3.592.693.553 | 7.536.621.982 |
100% |
Presupuesto total en
dólares | 692.489 | 1.054.157 | 1.591.095 | 3.337.742 | 100% |
(1) Canje de deuda por naturaleza.
(2) Cooperación holandesa.
(3) Aporte en especies: personal técnico, transporte e
infraestructura.
(4) Fondos públicos y privados nacionales.
(5) Fondos públicos departamentales.
(6) Aportes en especies: mano de obra, alimentación e
infraestructura.
(7) Recursos propios de la comunidad.
Montes, Álvaro (2006) «Hacer algo útil con la
tecnología», Semana, febrero, número 1.240, página 92.
El Tiempo (2005) «Mejor Futuro para el Ñame», El
Tiempo, diciembre, página 3.
Perry, Santiago (2004) Innovación con pequeños
agricultores: el caso de la corporación para el desarrollo
participativo y sostenible de los pequeños agricultores en Colombia
,
En Innovación participativa: experiencias con pequeños
productores agrícolas en seis países de América Latina. Santiago de
Chile: CEPAL, Serie
Desarrollo Productivo número 159, octubre, páginas 27- 29.
Perry, Santiago (2003) «Working with smallholders towards
achieving sustainable development: The Foundation for the
Participatory and Sustainable Development of the Small Farmers (PBA
Foundation)», Policy Matters, septiembre, número 11, páginas 116 a 119.
Fondo para la Acción Ambiental la Niñez (2006) Participatory and Sustainable Development by Small
Farmers-Corporación PBA Febrero. (DVD)
Fenavi; Corpba; Corpoica; Universidad de Sucre;
Aproysa (2005) Buenas Prácticas de Manufactura en el Secado Mixto de
Yuca. Marzo, paginas 3-19.
Corpba; FPPA (2004) Corporación para el Desarrollo Participativo y Sostenible
de los Pequeños Agricultores. Paginas 1-16.
Notas
[1]: Durante el proceso de descentralización
administrativa realizado en Colombia a partir de la década del
ochenta se trasladó a los municipios la función de prestar asistencia
técnica a los pequeños productores agropecuarios. Para hacerlo, se
crearon las UMATAS, algunas de las cuales han efectuado una buena labor. Sin
embargo, muchas de ellas se han politizado y convertido en blanco
de la pugna clientelista de los políticos locales.