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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2006 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/06/bp1263.html   
Programa Municipal de Agricultura Ecológica (Santa María de Jetibá, Brasil)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2006, y catalogada como GOOD. (Best Practices Database)
País/Estado — Brasil
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — alta meseta
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno local; organización no gubernamental (ONG); organización de base comunitaria (OBC).

Categorías — Desarrollo económico: creación de empresas (sectores formal e informal); fomento de la inversión; formación; desarrollo económico local / metropolitano. Buena gestión urbana: gestión y administración públicas; políticas públicas; colaboración con la sociedad civil. Participación ciudadana y riqueza cultural: participación comunitaria; respeto a la diversidad cultural.


Contacto Principal

Prefectura Municipal de Santa María de Jetibá — gobierno local
Hilário Roepke
Santa Maria de Jetibá - Estado do Espírito Santo - Brazil 
Rua Hermann Miertschink, 488 A 
29645-000

E-mail: gabinete@pmsmj.es.gov.br


Socio

Asociación de Certificación de productos ecológicos «Chao Vivo» — organización no gubernamental (ONG)

Av. Frederico Grulke, 612 - Santa Maria de Jetibá – ES 
29645-000 – Brazil 

Colaboración técnica.

Resumen

Situado a 80 km de la capital del Estado de Espíritu Santo, el municipio de Santa María de Jetibá comprende un área de 734 km2, con cerca de 32.250 habitantes. Ubicado en una zona montañosa cuyo terreno abrupto la hace difícil de acceder, esta región fue colonizada por inmigrantes de Pomerania, que comenzaron a llegar a mediados del siglo XIX. Aislados por su dialecto, con el tiempo los pomeranos se convirtieron en un grupo unido por el lenguaje, la cultura y la religión. En torno al 84% de la población local tiene raíces pomeranas.

La actividad económica local ha estado siempre ligada a la agricultura, convirtiendo esta ciudad en un importante núcleo para la producción primaria, basada principalmente en la cría de pollos, horticultura y plantaciones de café. Estas actividades se basaban en prácticas convencionales de cultivo, con uso incontrolado de pesticidas que tenían consecuencias nocivas para los agricultores, en terminos de su salud y status económico, mientras degradaban el medio ambiente.

En 1997 se introdujo, para consolidar el sistema de agricultura ecológica, el Programa Municipal de Agricultura Ecológica con el fin de mejorar las prácticas agrícolas en esta ciudad. Los primeros pasos en este campo los dieron agricultores locales en 1987, creando la Asociación Santa María de agricultores para la Protección de la Vida (APSAD-VIDA), respaldada por la Asociación de Programas de Tecnología Alternativa (APRA) y la Iglesia Luterana.

Este programa municipal da apoyo a entidades agrícolas que trabajan con producción ecológica, materias primas orgánicas, capacitación y acceso a mercados de consumidores, suponiendo un número incontable de socios. Los resultados de esta experiencia se reflejan en al menos 300 explotaciones adaptadas a este sistema, con el establecimiento de una entidad de certificación de producción orgánica, una empresa exclusiva de venta, un sistema de capacitación para personal técnico local y la organización de cientos de eventos técnicos. En conjunto se han logrado incrementos significativos en los ingresos de estos agricultores.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

El uso indiscriminado de pesticidas estaban causando serios problemas de salud sobre los agricultores, con los efectos adversos en el sistema de salud municipal y los grupos familiares, cuyas capacidades productivas se veían mermadas. El medio estaba seriamente afectado por el empobrecimiento y la infiltración a los cauces, mientras que la venta de productos propagaba elementos perjudiciales para la salud.

Establecimiento de prioridades

Las prioridades básicas establecidas en el programa municipal se diseñaron para persuadir al mayor número posible de agricultores para cambiar las prácticas convencionales por la agricultura ecológica. Esto reduciría la cantidad de cuidados médicos necesarios en el municipio, mientras reducía los efectos sociales y económicos de las bajas médicas de los trabajadores, protegía el medio ambiente, aumentaban los ingresos agrícolas y mejoraba la salud de la comunidad, que consumiría productos saludables. Se ha intentado por medio de acuerdos englobar a un mayor número de nuevos agricultores en este proceso de transformación, proveyéndoles de la asistencia técnica adecuada, las facilidades de capacitación y mecanismos necesarios para la certificación y venta de sus productos.

Formulación de objetivos y estrategias

El propósito básico del Programa Municipal de Agricultura Ecológica es consolidar este sistema agrícola orgánico por todo el municipio, luchando por convencer al mayor número posible de agricultores de adoptar este sistema. La introducción de este Programa Municipal fortaleció la ayuda institucional para esta práctica, que fue introducida por agricultores locales de la región. Con el soporte de los socios, la Municipalidad ha venido consiguiendo su objetivo mediante el establecimiento de estrategias que ayudan a convencer a nuevos agricultores para comprometerse con este modelo. Se han desarrollado una serie de instrumentos como la asistencia técnica, preparación, certificación y venta, para convencer a los agricultores a que adopten este nuevo sistema de producción que aumenta el valor de sus ventas y eleva sus ingresos, a tiempo que protege su salud y la del medio ambiente.

Movilización de recursos

La Asociación de Agriculores Santa María para la Protección de la Vida, que luchaba para convencer a los agricultores locales para que optaran por los cultivos ecológicos, ofreció una cálida acogida a un aliado tan poderoso como el Programa Municipal de Agricultura Ecológica. Lo que inicialmente había sido poco más que un intento de convencer a los agricultores para abandonar las prácticas convencionales de cultivo que requerían el uso de pesticidas químicos en los cultivos, se convirtió en un programa oficial que canalizó recursos financieros, técnicos, humanos y materiales, fomentando el crecimiento de la iniciativa. La autoridad local proporcionó medios, equipos de apoyo, vehículos, personal técnico e incluso semilleros, entre otras facilidades, mientras buscaba acuerdos con instituciones técnicas como el Instituto de Investigación, Asistencia Técnica y Extensión Rural del Estado de Espiritu Santo y el Servicio Brasileño para la Ayuda a las Micro y Pequeñas Empresas, que desarrolló sistemas de asistencia técnica y mecanismos de formación que permitieron transformar los métodos de cultivo, al tiempo que daba soporte en la fase de comercialización, incluyendo asistencia en importantes acuerdos comerciales de producción ecológica. La cooperación técnica aportada por el gobierno alemán a través del GTZ fue un factor importante desde el punto de vista del desarrollo sostenible. El gobierno estatal también aportó ayuda financiera para construir los cobertizos utilizados para preparar la producción orgánica, así como el equipo necesario para clasificar y envasar los productos.

Proceso

Cambiar las actitudes y alterar los métodos que han sido empleados durante generaciones no es una tarea fácil, y es incluso más dificil en una comunidad que desde hace tiempo ha dado la espalda a la sociedad debido a su idioma, costumbres y cultura. Los problemas surgidos por el uso indiscriminado de pesticidas con efectos adversos en la salud de los agricultores y del medio desencadenaron una reacción en un grupo de agricultores en 1987. Apoyados por la Iglesia Luterana y la Asociación para los Programas de Tecnología Alternativa, crearon la Asociación de Agricultores Santa Maria para la Protección de la Vida. Esta asociación abogaba por la adopción de agricultura orgánica, sustituyendo las técnicas convencionales. El grupo inicial consistía de sólo nueve agricultores cuya venta sumaba tan sólo el 0,1 % de los productos cultivados en este municipio. Había mucha resistencia a estas nuevas prácticas agrícolas.

En 1997, la Municipalidad implantó el Programa Municipal de Agricultura Orgánica, demostrando claramente su ayuda a este enfoque y proporcionando respaldo institucional para la campaña instando a la adopción de este nuevo sistema de cultivo. El número de agricultores ecológicos rápidamente alcanzó los 32, sin embargo aún representaba un modesto 0,2 % de la producción agrícola. Nuevos socios se unieron al proceso, proporcionando a estos agricultores unos mecanismos sólidos de asistencia técnica que varían desde la primera fase de cultivo a la venta de productos. El proceso de persuasión incorporaba diversos argumentos desde la demostración de los altos costos de las técnicas de cultivo tradicional hasta la devaluación con el tiempo de la sostenibilidad económica y ambiental de sus explotaciones, debido a la degradación del suelo y a la pérdida de productividad.

Otro importante aliado en esta cruzada es el flujo constante de información que llega a la comunidad local y a la población en general, las ventajas para la salud de comer comida de mejor calidad, y de conservar el medio ambiente, así como las críticas al uso de pesticidas. Construyendo este conjunto de información y aportando una variedad de mecanismos de apoyo, la Municipalidad reunió a un conjunto importante de colaboradores que apoyaron la decisión de seguir adelante con este programa. Se hicieron intentos para convencer a los agricultores de que romper con las técnicas convencionales no ponía en riesgo los valores culturales de su comunidad. Al incluir productos ecológicos en los menús escolares, la Municipalidad demostró claramente sus preferencia, educando a los estudiantes (todos hijos de agricultores) sobre los beneficios de una alimentación saludable.

La Asociación, que comenzó sóla este proceso y más tarde recibió el apoyo de la autoridad local y de otros colaboradores, ha recopilado a lo largo del tiempo mucha información relevante, para evaluar el rendimiento del programa.

Resultados obtenidos

La Municipalidad de Santa María de Jetibá ha llegado a ser punto de referencia a nivel estatal y nacional, debido a su enfoque innovador en agricultura ecológica y al número de este tipo de explotaciones y de los diversos organismos implicados en los procesos de reconversión y certificación. A finales de 2005 estaba previsto que cerca de 260 agricultores fueran certificados, representando cerca del 10% del número total de agricultores en esta región. Además de una mejora significativa en las condiciones de vida de sus familias, este grupo está mejor protegido contra enfermedades causadas por el uso indiscriminado de pesticidas (una práctica muy común en esta región), mientras que los precios de venta más elevados para sus productos impulsan los ingresos de las familias. El hecho de que la entidad certificadora Chão Vivo está establecida en esta Municipalidad ha proporcionado enormes ventajas a nivel técnico e institucional.

Con el paso del tiempo, la autoridad local ha sido capaz de hacerse con la capacidad para coordinar este programa, fortaleciendo su papel institucional gracias a los vínculos establecidos con muy diferentes colaboradores, incluyendo organizaciones no gubernamentales, instituciones públicas y agencias internacionales. Esta actitud proactiva ofrece un continuo aliento desde la autoridad local a los agricultores locales para asistir a innumerables cursos y seminarios de capacitación, así como a viajes técnicos y ferias de productos ecológicos. Además de mejorar los conocimientos de estos agricultores, este enfoque fomenta los intercambios con agricultores de otras partes de Brasil, mientras que coloca a esta ciudad entre los principales centros agrícolas brasileños. Un aspecto significativo es el cambio cada vez más generalizado en el comportamiento de la población local, con profundos hábitos arraigados que reflejan las tradiciones que se remontan a Pomerania, en la medida en que abandonan sus prácticas agrícolas convencionales en favor de las técnicas de agricultura ecológica.

Sostenibilidad

La agricultura ecológica está fuertemente asociada a las pequeñas explotaciones familiares, y estrechamente conectada a un punto de visa ético. A varios niveles diferentes, la agricultura ecológica se ha señalado como una estrategia que fomenta la reproducción de estas unidades de producción, con la inclusión social y económica de estas familias, al tiempo que hace florecer una nueva conciencia ambiental. Aunque los descendientes de inmigrantes pomeranos tienen un fuerte patrimonio cultural, cientos de agricultores se han dado cuenta de la importancia de la agricultura ecológica, y han sido capaces de distinguir la conservación de sus costumbres y culturas, reflejadas en la música, el baile, el idioma y la religión, de la adopción de nuevos métodos de cultivo.

El fuerte apoyo ofrecido por la autoridad local a través de la puesta en marcha de un programa de desarrollo sostenible, y la dedicación de cerca del 30% del presupuesto de la Secretaría Municipal de Agricultura para llevarlo a cabo, ha resultado de suma importancia para ayudar a estos agricultores a seguir adelante con sus actividades, mientras cambiaban sus métodos de cultivo. Las estrategias adoptadas como base de este programa han creado vínculos muy estrechos con los socios, con el fin de hacer participar a los agricultores en las numerosas actividades de formación y capacitación disponibles para ellos, como seminarios, ferias y visitas técnicas. Este enfoque ha afinado el marco institucional en que participan, resultando en una definición clara de los roles y responsabilidades de los agentes participantes en este proceso. La transparencia con aquellos con los que se ha desarrollado este programa, asignando un papel claramente definido a cada colaborador, en paralelo a la constante mejora de los resultados, es confirmada no sólo por los nuevos agricultores que se unen al programa, sino por encima de todo por la visibilidad alcanzada a nivel nacional y estatal, sinónimos de la eficacia de los resultados obtenidos por su aplicación.

Lecciones aprendidas

Por su propia naturaleza, las actividades agrícolas se han enfrentado con todo tipo de dificultades, debidas a variaciones climáticas, problemas de almacenaje, deficiencias en el transporte y la caída de los precios por sobreoferta. La adopción de la agricultura ecológica apoyada por colaboradores que están siempre dispuestos a asesorar al productor agrícola ha resultado en un amplio proceso de aprendizaje que ha dado lugar a:
  1. Estudios de mercado en el contexto de producción estratégica.
  2. Identificación de cadenas productivas para tres tipos de producto: café, verduras y frutas, desde el suministro de la materia prima básica hasta la distribución al consumidor final.
  3. Análisis de los puntos fuertes y débiles de los distintos agentes con el fin de asegurar la rentabilidad de cada una de las unidades de producción.
  4. Identificación de cuellos de botella y de mercados potenciales.
  5. Ajuste de los procesos de preparación, almacenaje y distribución de la producción.
Aprendiendo acerca de los mecanismos que regulan las distintas fases de este intrincado mercado ha supuesto lecciones importantes para la mejora continua del programa, proporcionando apoyo y estimulando la búsqueda de nuevos miembros, demostrando confianza sobre la base de la gran masa de conocimientos adquiridos a través del tiempo.

Transferibilidad

La adopción de un programa de agricultura ecológica requiere necesariamente la inclusión de colaboradores comprometidos que den asistencia técnica a los agricultores, respaldados por amplios conocimientos de toda la cadena de producción, con el fin de propocionar orientación que esté en sintonía con las oportunidades del mercado. Se trata de una política agrícola cada vez más eficiente en un mercado que llega a ser consciente de la importancia de proteger la salud y conservar el medio ambiente. Una pionera en la introducción de un programa de agricultura ecológica en esta región, Santa María de Jetibá, ha servido como modelo para la introducción de esta experiencia en otros municipios por el estado de Espírito Santo. El hecho de que la entidad de certificación estuviese ubicada en este municipio fue un paso importante que constató la importancia de este programa.

Por medio del Instituto Estatal de Asistencia Técnica para la Investigación y la Extensión Rural, Espírito Santo está desplegando una política que proporciona soporte sólido a los agricultores ecológicos. La Municipalidad de Santa María de Jetibá ha proporcionado una contribución inestimable, sin la cual este programa nunca hubiera despegado. Este es un ejemplo de la importancia de sus socios, estrechamente identificados con sus propósitos y de la gran importancia de absorber conocimiento con el fin de difundir esta experiencia. El intercambio constante de información entre las autoridades municipales que participan en este programa, y entre los propios agricultores locales, ha permitido, con el apoyo de diversas visitas técnicas, seminarios y ferias afinar todo el proceso y enriquecer la experiencia.

Políticas o Legislación relacionada

El Programa Municipal de Agricultura Ecológica recibe el apoyo político municipal, que subraya la enorme importancia de su adopción. Como resultado de su conceptualización, se desarrollaron y desplegaron mecanismos institucionales con el fin de aplicar este programa. Se llevaron a cabo acuerdos con colaboradores, se asignaron presupuestos y se puso en marcha una intensa campaña con el objeto de convencer a los agricultores locales para adoptar estas nuevas técnica productivas. El soporte legal llegó a través de los presupuestos municipales, en los que la Secretaría Municipal de Agricultura asignó partidas específicas a este programa a través de acuerdos de cooperación técnica y aportaciones a los socios para desarrollar actividades específicas.

El éxito del programa ha consolidado esta política, convirtiendo lo que podía haber sido una acción ejecutada por una sóla administración municipal en una política permanente que se mantiene al margen de los cambios en las administraciones. La comunidad, encantada con el éxito del programa, está pidiendo ahora su continuidad a través de un proceso continuo de mejora.

Referencias

Souza, J. L.  (2000)   Agricultura Orgânica   EMCAPER 
La Gaceta  (2003)   «Convenios»,   Periódico La Gaceta, 2 de octubre 
La Tribuna  (2001)   «El Estado pionero en investigación sobre agricultura ecológica»,   Periódico La Tribuna, sección especial 19 de julio 
La Tribuna  (2003)   «Santa María toma el mando»,   Periódico La Tribuna, sección especial 28 de septiembre, http://www.seculodiario.com 

Edición del 24-11-2006
Traducción del inglés: Alejandro Manteca Sáez
Revisión: Carlos Jiménez Romera
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