Ciudades para un Futuro más Sostenible
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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2006 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/06/bp0978.html   
El Plástico se convierte en Oro en Burkina Faso y Senegal (Cuneo, Italia)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2006, y catalogada como BEST. (Best Practices Database)
País/Estado — Italia
Región según Naciones Unidas — Europa
Región ecológica — árida y semiárida
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno central; organización no gubernamental (ONG); agencia internacional.

Categorías — Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de puestos de trabajo; acceso igualitario al empleo, la formación y el crédito. Gestión ambiental: reducción de la contaminación; tecnología ambientalmente responsable; restauración ambiental; higiene ambiental; sostenibilidad ecológica; incentivos para una gestión responsable; gestión de recursos. Modelos de producción y consumo: reciclaje y reutilización de residuos; concienciación del consumidor; responsabilidad de los productores; ciclos de producción y consumo.


Contacto Principal

Lay Volunteers International Association (LVIA) — organización no gubernamental (ONG)
Mr. Andrea Micconi

Lay Volunteers International Association
Corso 4 Novembre, 28
Cuneo 12100
Italia 

Tel: 0039-0171-696975 ,0039-011-7412507
Fax: 0039-0171-602558
Mov: 0039-338-1331724 

Web: http://www.lvia.it


Organización Nominadora

World Bank - Development Marketplace Programme — agencia internacional
Roberto Matus [rmatus@worldbank.org]
 

P.O. Box: 1818 H Street, NW
Washington DC
20433
USA

Tel: 001-202-4735654

E-mail: rmatus@worldbank.org


Socio

European Union - Senegal, Délégation au Sénégal — agencia internacional
Mr. Manuel Lopez Blanco - Ambassadeur, Chef de Délégation

P.O. Box: 12, Avenue Albert Sarraut
Dakar
BP 3345
Senegal

Tel: 00221-899.11.11
Fax: 00221-823.68 85 

Colaboración financiera.


Socio

Embassy of Japan - Senegal — gobierno central
Mrs. Watanabe

Boulevard Martin Luther King
Dakar
BP 3140
Senegal

Tel: 00221-849.55.00
Fax: 00221-849.55.55 

Colaboración financiera.


Socio

Italian Ministry of Foreign Affairs - Senegal, Ambassade d’Italie au Sénégal — gobierno central
Mr. Agostion Mathis, Ambassador

Rue Alpha Hachamiyou Tall
Dakar
BP 348
Senegal

Tel: 00221-822.05.78
Fax: 00221-821.75.80 

E-mail: ambitsen@sentoo.sn
Colaboración financiera.

Resumen

Durante los últimos años, en colaboración con una serie de autoridades locales y socios internacionales, la Asociación de Cooperación y Voluntariado Internacional [Lay Volunteers International Association (LVIA)] ha llevado a cabo una iniciativa en África Occidental. El propósito de la iniciativa es la lucha contra la proliferación de residuos tóxicos, que no sólo están literalmente invadiendo el medio urbano convirtiéndose en un verdadero peligro sanitario para la población local sino que también son un verdadero desastre para los agricultores y ganaderos, ya que contaminan los terrenos de labranza y ponen en peligro la vida animal doméstica y salvaje (ha habido un aumento de muertes por ingestión de plástico).

A través de la creación de una iniciativa de reciclaje de plástico orientada de forma económicamente sostenible que aúna los intereses de las comunidades locales, las empresas y las autoridades locales, LVIA primero ha puesto en marcha y posteriormente ha replicado en varias ciudades un número de proyectos cuyos logros no sólo son la recolección y la reutilización de grandes cantidades de residuos plásticos (100 toneladas por año y centro), si no que también ha logrado un cambio crucial en el comportamiento de las administraciones públicas hacia la gestión de los residuos plásticos, porque sólo mediante la adopción de prácticas más eco-compatibles se puede asegurar la auto-sostenibilidad y rentabilidad de estas iniciativas, de modo que se genera una posesión genuina por parte de las comunidades locales.

Además, los Centros creados (en Thies y Kaolack, Senegal, y en Ouagadougou, Burkina Faso) también representan una manera concreta y sostenible de luchar contra la pobreza, la malnutrición y el desempleo, fenómenos ampliamente extendidos en las ciudades africanas.

Básicamente, gracias a la estrecha colaboración con asociaciones locales, cada centro ofrece empleo indefinido a unos 50 trabajadores, en su mayoría mujeres. Su labor es comprar los residuos plásticos que recoge la población para el Centro (de forma que se ofrece una posible fuente de ingresos a unos 50.000 pobres), reciclarlos y vender el producto final a empresas locales, que están empezando a producir útiles a partir del material reciclado (sillas, tuberías ...). En Burkina Faso está a punto de comenzar la producción de reglas, transportadores de ángulos y reglas de curvas para los colegios locales.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

En las ciudades del África Occidental, la pobreza, el desempleo y una mala calidad de vida son fenómenos ampliamente extendidos que además se ven afectadas por los procesos de urbanismo salvaje que se están llevando a cabo. La generación de residuos está aumentando (180-240 kilogramos de desechos por persona y año, recogida de los desechos públicos menor del 40%), de los que los residuos plásticos representan un 10% (por ejemplo, 20.000 toneladas al año en Ouagadoudou). Estos desechos están contaminando la tierra y matando la fauna salvaje y doméstica, perjudicando la actividad agraria y ganadera, y generando unas peores condiciones sanitarias para la infancia y sus familias.

Establecimiento de prioridades

Desde el principio, la prioridad principal ha sido contribuir en la solución del dramático problema ambiental que sufren las ciudades africanas debido a la dificultad de su gestión, donde la tasa de recogida de residuos es muy baja (por lo general menos del 40%).

Para luchar contra el aumento de la cantidad de residuos plásticos (tradicionalmente utilizados como fertilizante agrícola) en los desechos urbanos, la segunda prioridad ha sido el establecimiento de un mecanismo auto-sostenible por el cual la población sin recursos pudiese ganarse un jornal recolectando y vendiendo plástico a los Centros de Reciclaje de Plásticos (CRP) y así producir algo interesante para las empresas locales del plástico y para las autoridades locales.

Antes de empezar, se han realizado estudios de viabilidad en todas las ciudades contando con las autoridades locales, las asociaciones locales de mujeres (son estas las que administran los centros) y las empresas, con la intención de fomentar una sinergia y colaboración recíproca.

Formulación de objetivos y estrategias

El objetivo principal de la iniciativa es la mejora ambiental, ya que cada Centro de Reciclaje de Plásticos (CRP) contribuye en la recolección y transformación de unas 100 toneladas al año de residuos plásticos en cada una de las ciudades elegidas. Gracias a esto, la mortalidad animal y la contaminación de la tierra están disminuyendo, la fertilidad de los campos de cultivo está aumentando, y se conserva mejor la biodiversidad.

En segundo lugar, las iniciativas tienen como fin reducir la pobreza, ofreciendo una fuente de ingresos a la población sin recursos y más concretamente un empleo fijo a las mujeres que administran los Centros.

Básicamente, la estrategia ha sido la implicación de las instituciones locales y las asociaciones de mujeres locales además de la construcción de un mecanismo basado en la capacidad de promover el crecimiento económico local a la vez que se mejora el medio ambiente y se cambian los hábitos de la población, gracias a la estricta colaboración entre el sector público y privado (Organizaciones de Base Comunitaria locales, empresas e instituciones).

Movilización de recursos

Los primeros en creer en esta iniciativa fue la propia ONG LVIA al idear en 1988 el primer Centro de Reciclaje de Plásticos en Thies, Senegal, utilizando sus propios recursos económicos, técnicos y humanos.

La iniciativa tuvo tanto éxito que en 1999 la Unión Europea decidió reforzarla con nueva financiación (dentro del Programa Prioritario de Generación de Empleo).

En 1999 se pidió a LVIA que replicara la experiencia en otras ciudades senegalesas, logrando conseguir financiación por parte de la Embajada de Japón (89.000 dólares estadounidenses) del Gobierno Italiano (366.000 dólares estadounidenses) y otros donantes italianos independientes. Esto ha dado la posibilidad de transferir la exitosa experiencia inicial, sin olvidar conseguir la implicación de los mismos agentes implicados clave:

Por último, en 2003, LVIA propuso al Banco Mundial financiar la réplica del proyecto en la Municipalidad de Ouagadougou (Burkina Faso), convirtiéndose en el ganador de la edición de 2003 del Programa de Desarrollo Micro-Económico (se financiaron 47 proyectos de unos 3.000 participantes). De hecho, la propia Unión Europea ha comunicado la aprobación del nuevo proyecto presentado por LVIA y GRET para el montaje de otro Centro de Reciclaje de Plástico en Nouakchott, Mauritania, proyecto reclamado por la propia Municipalidad de Nouakchott.

Proceso

No hubo problemas de consideración durante la puesta en marcha de estas iniciativas en las fases iniciales, ni tampoco durante la creación de las necesarias redes institucionales entre las actores públicos y privados implicados, ni durante la construcción física de los Centros de Reciclaje de Plásticos, ni siquiera durante las actividades de formación de las asociaciones de mujeres encargadas de la gestión la empresa de reciclaje.

Cada uno de los agentes implicados tiene el interés y el deseo de dar lo más de sí mismo, para maximizar los resultados y sus beneficios. Según esta filosofía, las municipalidades colaboraron a nivel político con el sector privado y con la población local, no sólo principalmente para alcanzar los objetivos ligados a la mejora del medio urbano sino también a nivel de financiación y técnico para decidir cómo y dónde ubicar los Centros. Las comunidades locales (OBCs y a nivel familiar) también disfrutan de una estructura de participación en el proceso de toma de decisiones que potencian su participación: por ejemplo en la decisión de un precio adecuado para los residuos plásticos, o en la programación de las campañas de concienciación, en las actividades en los colegios y en las representaciones teatrales callejeras. Por último, las empresas locales participaron activamente en el proceso de compromiso con el sector público y en la promoción de la producción de objetos de plástico reciclado de utilidad pública, distribuidos en las ciudades con el fin de mejorar los servicios de la población urbana.

El proceso ha sido posible gracias a la organización de frecuentes encuentros entre los agentes implicados, de seminarios científicos preparados con la colaboración de institutos de investigación especializados en materia de plásticos, y de varias misiones internacionales organizadas para intercambiar experiencias y habilidades a nivel Sur-Sur y Norte-Sur. Como se ha expuesto anteriormente, estos esfuerzos han sido tan exitosos que la población ha cambiado su comportamiento y ha empezado a recoger los residuos plásticos directamente en sus propios hogares para, una vez al mes, llevarlos a los Centros y cambiarlo por algo de dinero.

Aun así, se produjeron ciertos problemas en determinado punto de la iniciativa, en concreto con ciertos aspectos técnicos de los procesos de reciclaje del plástico que obligaron a los Centros a mejorar la calidad del material reciclado producido, para hacerlo realmente interesante y competitivo para las empresas, comparado con los materiales vírgenes y más baratos que normalmente llegan del exterior.

Este problema no es de fácil solución (existe en todo el mundo en el tema de los desechos reciclados) pero se está haciendo un gran esfuerzo en la mejora de los aspectos tecnológicos, gracias a varios intercambios entre las experiencias de LVIA en África Occidental y otras iniciativas parecidas que se están llevando a cabo en Asia, más concretamente en Vietnam.

Resultados obtenidos

En cada una de las ciudades donde se ha puesto en marcha la iniciativa, el primero y más importante de los resultados conseguidos ha sido la disminución de la contaminación ambiental, especialmente aquella que afectaba las zonas de labranza que rodean las ciudades. La población local recoge aproximadamente 100 toneladas de plástico al año, posteriormente vendiendo el material a los CRP para su tratado y transformación final en objetos de utilidad pública por parte de las empresas locales. Este hecho no sólo ha contribuido a mejorar la calidad de vida de la población sino que también ha ayudado a mejorar la situación económica de las mujeres que gestionan los centros (unas 40 en cada ciudad tienen un contrato indefinido y cobran mensualmente) y las familias implicadas en las actividades de recolección del plástico (unas 5.000 personas que ganan cinco centavos de dólar estadounidense por Kilogramo vendiendo residuos plásticos a los Centros).

En segundo lugar, ha sido un resultado importante el establecimiento de un sólido marco de colaboración entre los actores públicos y privados, en especial las autoridades locales, los institutos de investigación, las ONG, las OBC y las empresas de plásticos. Sin este marco, efectivamente, cualquier intervención habría sido insostenible y de base demasiado frágil. A través de la realización de varios estudios de campo (disponibles), se ha valorado el impacto de cada iniciativa evaluando el grado de aceptación y la participación ciudadana respecto a los objetivos del proyecto, particularmente el cambio de actitud hacia los residuos plásticos (ha habido un aumento del 20% en el número de familias que acumulan los residuos plásticos domésticos para venderlos en los Centros, en vez de arrojarlos al medio ambiente o en las letrinas.

Para finalizar, entre los resultados indirectos, es importante subrayar el aumento de la sensibilidad de la administración pública en materia de política social y ambiental, en concreto el esfuerzo por promocionar la colaboración y la participación de la sociedad civil en la solución de problemas muy complejos como la contaminación, la pobreza y el desempleo.

Con el objetivo de alcanzar el reto que supone la producción directa de objetos acabados en los CRP, LVIA importó de Italia un molde de inyección plástica capaz de producir pequeños objetos de hasta 200 gramos cada uno. La venta de estos objetos (el primer molde preparado ha sido para producir reglas escolares) ofrece a las mujeres de los Centros un valor añadido a su duro trabajo.

Sostenibilidad

Financieramente, cada CRP ha ido progresivamente logrando la autonomía total y la sostenibilidad, gracias al pago de cinco centavos de dólar estadounidense por Kilogramo a la población por los residuos plásticos y su venta tras ser tratado a las empresas locales por dos centavos de dólar por Kilogramo. La diferencia da para garantizar los sueldos de los empleados, para la compra del plástico a los ciudadanos, para cubrir otros gastos y para reinvertir en el refuerzo de las actividades del Centro.

Respecto a la sostenibilidad organizativa, la asistencia técnica continuada que proporciona LVIA, y el trabajo de apoyo llevado a cabo por las instituciones locales, están garantizando la eficiencia y eficacia de las OBC a cargo de la gestión del CRP desde el acuerdo de los Servicios de Gestión de Residuos suscrito en cada ciudad para la recogida de los residuos sólidos del área urbana y suburbana.

Además, se han tenido muy en cuenta ciertos aspectos socioculturales en cada operación. En primer lugar, la implicación de las asociaciones de mujeres en la gestión de los Centros ha sido el principal criterio usado para contribuir a la igualdad de género y a la inclusión socioeconómica de la mujer. De hecho no sólo un considerable número de mujeres ahora se benefician de un empleo indefinido remunerado (otras muchas trabajan autónomamente recogiendo plástico y vendiéndoselo a los centros) sino que ahora además se ha preparado el mecanismo por el que las mujeres pueden contribuir directamente a cambiar los comportamientos no eco-sostenibles de la población, siendo ellas mismas las que organicen eventos públicos para una progresiva sensibilización de la población desde sus familias y barrios.

Para concluir, los esfuerzos realizados para cambiar los patrones de producción y consumo del sector del plástico están avanzando lentamente hacia importantes posiciones de sostenibilidad. Ejemplo claro es que la población, en vez de tirar los residuos plásticos, los acumulan para luego venderlos directamente en los Centros (hecho que además permite mejorar la calidad del producto tratado para las empresas locales). En segundo lugar, el interés mostrado en el reciclaje del plástico por las autoridades locales va en aumento, llevando a una mayor demanda de intercambio de experiencias y competencias con otros socios, incluso con otras partes del mundo (principalmente Europa y Asia).

Lecciones aprendidas

La principal conclusión sacada de los proyectos iniciales es la necesidad de promover la construcción de una sólida estructura de colaboración entre el sector público y privado, con el objetivo de garantizar la asunción de los compromisos políticos a nivel local, sin el cual ninguna política de reciclaje puede ser sostenible (ni en África ni en Europa). Esta lección ha sido de gran ayuda tras la experiencia del primer centro en Thies (Senegal), donde la única contribución de la administración local fue la cesión del solar y algo de asistencia técnica. El segundo centro en Kaolack ha recibido una mayor participación por parte de la municipalidad, que no solo proporcionó un solar adecuado sino que participó técnica y financieramente en la gestión del Centro. Recientemente, en la experiencia de Ouagadougou (Burkina Faso) se ha ido un paso más allá: la asunción por parte de la municipalidad de la dirección de las relaciones entre los Centros y las empresas locales, y además se ha pasado la gestión del nuevo CRP a las asociaciones locales.

Una segunda e importante lección ha sido entender la necesidad de aumentar y reforzar aquellas actividades enfocadas a cambiar el comportamiento de la población hacia la gestión de residuos, implicando a colegios, asociaciones locales, etc. en las campañas públicas de concienciación, que sólo pueden basarse en el compromiso institucional de las autoridades públicas. Y eso es lo que se ha hecho, también gracias a la implicación de varias instituciones italianas que decidieron apoyar ciertas actividades de cooperación descentralizadas junto a sus socios de África Occidental.

Técnicamente, se han incorporado muchas lecciones en la determinación del las estrategias actuales y de futuro y de los planes de actuación, gracias a los intercambios promovidos por LVIA con experiencias similares llevadas a cabo por otras ONG especialmente de Asia (Vietnam). En concreto se está probando nueva tecnología transferida (maquinaria de granulado y extrusión) para mejorar la calidad del material plástico reciclado que producen los Centros para mejoran su sostenibilidad económica ofreciendo un producto más interesante para el mercado local.

Transferibilidad

Este tipo de proyectos pueden ser puestos en marcha en otras partes del África subsahariana o del mundo, ya que las experiencias de LVIA en África han sido satisfactorias a pesar de las dificultades socioeconómicas locales. Efectivamente, las tecnologías utilizadas son las adecuadas, de fácil acceso local y sencillas de uso incluso allí donde el analfabetismo es común entre la población.

Aun así, las principales condiciones previas para replicar esta experiencia en cualquier otro lugar son:

Por todas estas razones, tras la primera experiencia en Thies (Senegal), LVIA ha promovido varios coloquios públicos (el último en Senegal, diciembre de 2005) con el objetivo de compartir conocimiento y experiencia a nivel local, nacional e internacional, antes de decidir replicar la experiencia en otras ciudades africanas.

De esta manera, tras la fase piloto en Thies (1998), se ha replicado la iniciativa en la ciudad de Kaolack (Senegal), se ha realizado otra en Ouagadougou (en Burkina Faso, gracias al reconocimiento de Banco Mundial dentro del programa de desarrollo Micro-Económico) y pronto será puesto en marcha otro proyecto en la ciudad de Nouakchott (Mauritania) gracias a una subvención de la Unión Europea. En todos estos casos, siempre ha sido la ONG LVIA la encargada de elaborar, programar e implementar lo que se ha llegado a llamar el ‘problema del plástico’ por las diferentes autoridades locales implicadas.

Con respecto al beneficio obtenido por LVIA de experiencias similares y expertos procedentes de otras prácticas, es importante nombrar la colaboración existente entre LVIA y otras organizaciones basadas en Senegal y Francia, que permitieron establecer ciertas relaciones con colaboradores asiáticos (en concreto de Vietnam), estos son: Ecole Supérieure Polytechnique (Thiès), ENDA Tiers Monde, Services de l’Energie en Milieu Sahélien (SEMIS), PRAXIS (Ingénierie - Conseil - Développement Technologique), y la ONG GRET.

Referencias

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Staff Writer  (2004)   «Garbage in Burkina Faso turns into profit»,   Afrol.com http://www.afrol.com/articles/15053, 17 de didiembre de 2004, p.1 

World Bank Media Team  (2004)   «In the Can: Burkina Faso Profits From Garbage»,   Terra Economica http://www.terra-economica.info, 16 de diciembre de 2004, p.1 

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Sachetti, Franco  (2003)   «La plastica riciclata come materiale di costruzione e arredo. Prospettive di sviluppo in Burkina Faso»,   Università di Torino, Facoltà di Architettura, Corso di perfezionamento "Habitat, tecnologia e sviluppo", Edición especial 30 de septiembre de 2003, p. 52 

Cenqui, Francesco; Civettini, Paolo  (2003)   «Recupero di rifiuti plastici nei paesi in via di sviluppo: il caso del Senegal»,   Università degli Studi di Brescia, Facoltà di Ingegneria, Corso di Laurea in Ingegneria Civile, 30 de mayo de 2003, p. 542 

Dieng, Sidy  (2003)   «Gestion des ordures ménagères. Les acteurs interpellent les autorités communales»,   Walf Fadjri Senegal, 10 de junio de junio de 2003, p.1 

Seck, El Hadji Dame  (2003)   «Recyclage. Ces déchets qui créent des emplois»,   Walf Fadjri Senegal, 5 de junio de 2003, p. 1 

Gioda, Piera  (2002)   «Special Edición - de Déchet à Ressource. un project de coopération decentralisée»,   Quaderni della Città di Torino, 10 de junio de 2002, p. 46 

Soleil  (2001)   «Une unité de pré-traitement des déchets plastiques dans le quartier de Koundam, à Kaolack»,   Soleil, 10 de mayo de 2001, p. 1 

Edición del 24-11-2006
Traducción del inglés: Luis Gorostiza
Revisión: María Cifuentes Ochoa
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2006 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/06/bp0978.html   
 
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Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la EdificaciónDepartamento de Urbanística y Ordenación del Territorio