Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas
patrocinado por Dubai en 2006, y catalogada como
GOOD.
(Best Practices Database)
País/Estado — Argentina
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — árida y semiárida
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno central; gobierno regional; gobierno local; fundación.
Categorías —
Gestión ambiental: reducción de la contaminación; tecnología ambientalmente responsable; restauración ambiental; gestión de recursos; ecoturismo.
Procesos de planificación urbana y regional: programación de la inversión del capital; planificación comunitaria; planeamiento regional; recursos para el planeamiento regional.
Participación ciudadana y riqueza cultural: participación comunitaria; riqueza social y cultural; respeto a la diversidad cultural.
Contacto Principal
Municipio de Iruya — gobierno local
Sandra Bettina Ferrante [sbferrante@yahoo.com.ar]
Belgrano s/n, CP 4633,
Iruya, Provincia de Salta, Argentina.
Tel: 0054-03887-15630018
Organización Nominadora
El Ágora: Ibero-American & Caribbean Forum on Best Practices — organización no gubernamental (ONG)
Claudia Laub [claudialaub@agora.com.ar]
Dirección en Córdoba:
Laprida 175
Barrio de Nueva Córdoba, CP 5000,
Córdoba, Argentina.
Tel/Fax: +54 351 4210060
Dirección en Buenos Aires:
Azcuenaga 1077, 2B
Buenos Aires, Argentina.
Tel: +54 11 48256882
E-mail: elagora@agora.com.ar
elagora@arnet.com.ar
Web: http://www.elagora.org.ar
Socio
Comisión Regional del Río Bermejo (Corebe) — gobierno central
Adolfo Larrain
Pasaje Molinedo 335. CP 4400,
Salta Capital, Argentina.
Tel: 0054-0387-4214893
Fax: 0054-0387-4313591
E-mail: cbbpeasalta@arnet.com.ar
Colaboración financiera.
Colaboración política.
Colaboración técnica.
Socio
Programa Social Agropecuario (PSA) — gobierno central
Cristina Sanz
Alsina 646, CP 4400,
Salta Capital, Argentina.
Tel: 0054-0387-4313689
Fax: 0054-0387-4221117.
E-mail: saltapsa@uolsinectis.com.ar
Colaboración financiera.
Colaboración política.
Colaboración técnica.
Socio
Programa de Desarrollo de las Comunidades Indígenas (DCI) — gobierno central
Diego Rostagno
Independencia 1016, CP 4600,
San Salvador de Jujuy, Argentina.
Tel: 0054-0388-4234801
E-mail: dcisalta@imagine.com.ar
Colaboración financiera.
Colaboración política.
Colaboración técnica.
Socio
Fundación Help-Argentina — fundación
Macarena Sabin Paz [Macarena@helpargentina.org]
Avda. de Mayo 1370, 16, CP 1085,
Capital Fderal, Argentina.
Tel: 0054-011-43814089
Colaboración financiera.
El municipio de Iruya tiene una población aproximada de 4.800
habitantes. Sus habitantes, mayoritariamente indígenas y
pertenecientes al Pueblo Kolla, se distribuyen en 18 comunidades y/o
en 30 pequeños parajes. A la mayor parte de estas localidades se
accede solamente a pie y después de recorrer estrechos senderos,
durante más de ocho horas.
En la práctica presentada se propuso revalorizar las pautas
culturales propias de la población local y el fortalecimiento de sus
organizaciones comunitarias. De esta manera, se fue avanzando en la constitución de espacios de concertación entre actores locales y socios externos.
La creación de la Secretaría de Turismo es una expresión visible de la
política municipal en relación con el desarrollo del ecoturismo y con
la generación de empleo e ingresos genuinos para los habitantes de
Iruya. El reconocimiento del potencial de la actividad turística se
combinó con intervenciones directas, por parte del Gobierno local,
para asegurar la apropiación de los beneficios por la comunidad. Así, se facilitó la inclusión social y económica de quienes estaban en situación de mayor desventaja.
- Agosto 2003 — Constitución de espacio de articulación interinstitucional.
- Enero 2004 — Creación de la Secretaría de Turismo (municipal).
- Abril 2005 — Creación de Unidad Local (coordinación entre el
Programa Social Agropecuario (PSA) y el Municipio).
- Diciembre 2006 — Representación mayoritaria de autoridades
municipales indígeneas.
- Enero 2006 — Evaluación de la gestión municipal por trescientos
delegados comunitarios externos.
Hasta hace pocos años, la población localizada en el municipio de
Iruya se encontraba en una situación de empobrecimiento y aislamiento
extremo. Los escasos programas en ejecución de la zona se encontraban desarticulados. Sólo como excepción se promovía la participación de las comunidades indígenas en el diseño de estrategias para el desarrollo local.
Desde mediados de 2003 comienzan a reunirse en el pueblo de Iruya
diferentes actores institucionales, tanto externos como representativos de la población local. A partir de consensos alcanzados en este espacio de articulación y junto con el inicio de una nueva gestión municipal se establece como prioritario:
- Asegurar la participación comunitaria en el diseño e
implantación de nuevas propuestas de desarrollo local.
- Fortalecer las organizaciones indígenas y revitalizar la cultura
local.
- Aprovechar el potencial ecoturístico de la zona para generar
nuevas fuentes de ingreso para la población local, en un marco de
gestión ambiental sostenible.
Los objetivos de esta iniciativa incluyen la mejora de la calidad de
vida de la población local y la promoción del desarrollo sustentable
a nivel regional, integrando aspectos socioeconómicos, culturales y
ambientales. La estrategia específica de género incluyó acciones con
la mayor parte de las mujeres campesinas del municipio, se promovió
un acceso discriminado a beneficios para mejorar su calidad de vida en
el ámbito doméstico y se facilitó su participación en espacios
públicos (encuentros de mujeres a nivel provincial, integración en
niveles de decisión de organizaciones comunitarias, etc). Para
definir los objetivos e incorporar las estrategias, se combinaron
mecanismos que permitieron generar consensos entre los actores locales y
los socios, articulando sus intereses específicos.
Esta experiencia se basa en la movilización de recursos humanos
locales y en una reasignación participativa de los recursos técnicos y
financieros externos. Para el caso de los recursos financieros, se
destaca que lo innovador de la experiencia fue impulsar un proceso en
el cual su asignación y administración queda de manera creciente en
manos de la población local. Así, todos los recursos movilizados se
entrelazan sobre la base de acrecentar el capital social (humano y
local). La sinergia resultante no sólo está permitiendo captar mayor
calidad y cantidad de recursos sino que facilita una retroalimentación
positiva del proceso que facilita su continuidad a medio plazo.
La constitución de un ámbito de articulación entre las instituciones
de promoción del desarrollo local, donde se facilite la participación
de las comunidades indígenas fue el impulso que inicia esta
experiencia. En la construcción de este espacio, para que realmente
se consolidara como un lugar de encuentro y de participación comunitaria,
el principal problema que se tuvo que sortear fue la falta de
práctica en ese sentido y la desconfianza inicial entre los actores.
Hoy se sabe que el esfuerzo valió la pena y que se estaban dando los
primeros pasos de un diálogo difícil y necesariamente intercultural.
Este diálogo no solo es indispensable para lograr consensos y diseñar estrategias sino que contribuye a que la población local ejerza sus derechos económicos, sociales y culturales.
La situación anterior comienza a solucionarse cuando asume la
intendencia el dirigente Teodocio David Canchi nativo de
una de las comunidades indígenas más numerosas y con más trayectoria
en el proceso organizativo. Más tarde, este proceso se desarrolló con
mayor profundidad con la conformación de un equipo de líderes
comunitarios en el Gobierno local, al cuál se integra una mujer como
concejala . Al mismo tiempo, comienzan las reuniones de dirigentes de
todas las comunidades, hoy constituidos en el Consejo Indígena de Iruya.
Después de un intenso proceso de formación y toma de conciencia, por
parte de la población local, se logra reducir la contaminación que se
estaba generando debido a la inadecuada disposición de residuos. De
esta manera, la población local se preparó para aprovechar la
oportunidad que brindaba la creciente afluencia de turistas (de menos
de 100 visitantes diarios, pasó en menos de tres años a más de 700 en
temporada alta). Con el apoyo del gobierno local y provincial se logró
promover y ordenar esta actividad, que en la actualidad es una de las
principales fuentes de ingresos para las áreas urbanas y comunidades
cercanas. Al mismo tiempo y a través de los espacios de articulación
se diseñó una estrategia que intensifica el trabajo con las
comunidades rurales, asignando de forma participativa recursos financieros y técnicos en función de la motivación y capacidad de trabajo de éstas.
Los resultados obtenidos con esta iniciativa han sido los siguientes:
- Mejoraron las condiciones de vida de la población de Iruya a
partir de la generación de ingresos mediante el desarrollo del
ecoturismo (se crearon más de 500 nuevzas plazas que todavía no cubren
la demanda, se
quintuplicó el número de restaurantes, se formaron a guías locales,
etc); se estableció un sistema de recolección de residuos y reciclado
de los mismos, se pusieron en funcionamiento [xx?] huertas y granjas
comunitarias; alrededor de 300 familias recibieron apoyo económico para
realizar inversiones prediales y comunitarias teniendo en cuenta el
empleo de tecnologías ancestrales y de bajos insumos externos; más de
120 familias mejoraron sus viviendas y están construyendo cocinas de
bajo consumo; desde fines del 2004 unas 1.500 personas del área urbana
cuentan con agua potable y desde mediados de 2005 más del
60% de las familias del área rural accedieron a provisión de agua corriente.
- Se desarrollaron diferentes espacios de coordinación e
integración entre los distintos actores (Unidad Local, Consejo
Consultivo Municipal) y se consolidó una red de organizaciones
locales. Esta red, denominada Consejo Indígena se reúne mensualmente
desde hace un año y medio. La asignación de recursos humanos, técnicos
y financieros a nivel municipal es gestionada a través de los espacios
de articulación y con una alta participación de la población local.
- Se constituyeron, a nivel local en cinco comunidades indígenas, las asambleas mensuales como los espacios
legítimos para la toma de decisiones y el monitoreo participativo de
las intervenciones tendientes al desarrollo local.
Para que el proceso iniciado sea realmente sustentable son necesarias
mayores inversiones en infraestructura básica (caminos,
comunicaciones, servicios sanitarios, etc) que corresponde garantizar
al Estado Nacional. Sin embargo, en lo referido a la iniciativa que se
presenta, puede afirmarse que se alcanzó sostenibilidad en los siguientes aspectos:
Financiera. Funcionan fondos rotatorios (microcréditos) en
ocho comunidades que sostienen servicios de sanidad animal y semillas
de especies forrajeras. Estos fondos, administrados por las
organizaciones comunitarias cuentan con altísimos porcentajes de pago
(superiores al 85%).
Social y económico. Se distribuyen los recursos disponibles
en base a la participación de la población local permitiendo la inclusión
de aproximadamente 270 familias que no habían recibido apoyo para mejorar
su producción (comercial y/o de autoconsumo) anteriormente. Las
rehabilitaciones y construcciones de nuevas viviendas se realizaron principalmente con materiales asequibles localmente.
Cultural. Se inició un proceso dinámico de revalorización
de la cultura local con base en el diálogo intercultural, que
contribuyó a fortalecer las organizaciones comunitarias.
Ambiental. Se facilitó el empleo de tecnologías productivas
que minimizan la utilización de insumos externos. Están en
construcción 130 cocinas familiares que permitirán reducir el consumo
de leña. La disminución de la contaminación por la adecuada disposición de los residuos es resultado de la conciencia de la población local sobre el problema y de un gran número de jornadas de trabajo comunitario.
Institucional. La idea central de la iniciativa se sostiene
en base a una institución informal, el Consejo Indígena que funciona
como una red. Los espacios de concertación entre actores (a
excepción de la Unidad Local) alcanzaron continuidad como resultado de
la convicción interna de los involucrados. Se considera que este modo
de capitalización social de la experiencia es el que asegura su
continuidad, consolidando un proceso cada vez más autogestionado.
En este recorrido, que cuenta con unos pocos años, se ha aprendido
que es posible recrear nuevas formas de intervención para promover el
desarrollo local. Ahora se sabe que se pueden desechar las prácticas
asistencialistas y construir instancias de participación amplias que
al mismo tiempo permitieron revitalizar la cultura local y consensuar intereses entre los actores involucrados.
Se aprendió que es necesario articular los ámbitos urbano y rural, que
éstos pueden nutrirse entre sí y que una reasignación participativa y
eficiente de los recursos permite resultados de mayor alcance y
sostenibilidad. Aún así, se reconoce que falta infraestructura en
comunicaciones y rutas transitables para mejorar el intercambio y la
comercialización de los productos.
La consolidación de instancias de coordinación institucional fue de
gran utilidad para lograr un empleo más eficiente y eficaz de los recursos humanos, técnicos y financieros disponibles. Además, permitió lograr una sinergia en el aprovechamiento de éstos junto con una planificación participativa de la distribución y empleo de los mismos.
Se lamenta no haber invertido más recursos en la documentación y
sistematización del proceso. Sin embargo, se considera que este
informe es un primer paso y se valora positivamente que permitió
reflexionar sobre las acciones realizadas.
La Unidad Local constituida en Iruya tiene antecedentes en su homónima
localizada en el municipio de Nazareno (Salta), razón por la cuál esta
práctica se ha beneficiado de una experiencia anterior (y a la vez
simultánea dado que también continúa hasta la fecha). Al igual que
para la instancia de articulación mencionada, también ha habido algún
contacto con dos organizaciones que presentan similitudes con el
Consejo Indígena de Iruya: la Organización de Comunidades
Aborígenes de Nazareno (OCAN) y Unión de Comunidades Aborígenes
de Santa Victoria (UCAV). Las dos organizaciones mencionadas están
localizadas en la provincia de Salta, comparten el mismo ecosistema y
entorno cultural que la práctica que se presenta, sin embargo, pese a
estas similitudes, el contacto entre las experiencias ha sido
relativamente escaso, por eso se considera que más que replicación sería beneficioso un intercambio más fluido que facilitara un proceso de reflexión y sistematización conjunta. De esta manera, ambas experiencias se favorecerían y la síntesis así realizada podría ser fácilmente transferible a otras áreas de la Región Andina.
Esta iniciativa se realiza como parte integral de la política
municipal desde el año 2002 y se apoya en objetivos específicos de la
Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia
de Salta. Además, es coherente con las estrategias y líneas de acción
definidas por Corebe, principalmente en la etapa
2 de implantación del Programa de Manejo Integrado (PROMI)
de la Cuenca del Río Iruya. En relación con este programa, se destaca que la iniciativa presentada permitió dar continuidad a algunos aspectos de la metodología propuesta, en particular en relación con la participación de actores locales.
Aunque es escaso el marco institucional formal que sustenta la
práctica que se presenta, este informe pretende documentar cambios
profundos en las acciones de promoción del desarrollo local en el
ámbito de las políticas del municipio de Iruya. Por otro lado,
mencionar que se está trabajando en el diseño de la legislación
relacionada con el desarrollo del ecoturismo (de forma participativa se elaboraron acuerdos de convivencia para que la actividad se desarrolle en armonía con la cultura local).
La revalorización de la identidad indígena es reciente, no solo en
Iruya sino en todo el país. La legislación nacional reconoce la
preexistencia de los pueblos indígenas y sus derechos territoriales
desde apenas una década. Estos siglos de retraso no constituyen una
excusa pero contribuyen a explicar las demoras en la creación de áreas
específicas para instrumentar políticas indígenas en uno de los
municipios donde es mayoritaria esta población. Aún así, mencionar que
desde el Gobierno local se asumió el compromiso de dar un marco
institucional formal que facilite el ejercicio de los derechos
constitucionales reconocidos a los pueblos indígenas.
Socio | 2001 | 2002 | 2003 | 2004 | 2005 | Total |
COREBE (18% del
presupuesto) | 15.000 | 25.000 | 40.000 | | | 80.000 |
PSA-SALTA (39% del
presupuesto) | 7.000 | 2.500 | 25.000 | 60.000 | 75.000 | 169.500 |
DCI (41% del
presupuesto) | | | 20.000 | 30.000 | 130.000 | 180.000 |
Help (2% del
presupuesto) | -- | -- | -- | 1.500 | 7.000 | 8.500 |
Presupuesto total (en dólares
estadounidenses) | 22.000 | 27.500 | 85.000 | 91.500 | 212.000 | 438.000 |
AA.VV (2004) Programa de Manejo Integrado de la Cuenca del Río
Iruya Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la
Provincia de Salta. Informe Final del Proyecto PEA número 58, COD.
PNUMA 2209, septiembre.
Palacios, F (2004) «Iruya, un ejemplo en tratamiento de
residuos», El Tribuno, 28 de junio, página 86.
Palacios, F (2004) «El 25 habilitarán el primer relleno
sanitario manual. Funcionará junto a otro de compostaje.», El
Tribuno, 4 de junio, página 25.
Rafaelli, S (2003) Hacia el Plan de Gestión Sustentable del
Iruya.
, III Congreso latinoamericano de Manejo de Cuencas
Hidrográficas. Organizado por FAO-REDLACH-INRENA, Arequipa, Perú.
El Tiempo (2003) «Medio Ambiente fue galardonado por la
Nación. La OEA financió el programa», El Tiempo de Salta, 6 de
diciembre, página 6.
Rafaelli, S. (2002) Programa de Manejo Integrado de la
Cuenca del río Iruya. Proyectos realizados y lineamientos futuros
, II
Seminario-Taller Internacional CYTEC-XVII Un enfoque integrado
para la gestión sustentable del agua; experiencias en regiones
semiáridas, Salvador de Bahía, Brasil.