| Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2006 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/06/bp0886.html |
País/Estado — Brasil
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — tropical y subtropical
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno regional; gobierno local.Categorías — Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de puestos de trabajo; formación profesional. Servicios sociales: seguridad ciudadana; reducción y prevención del delito; reforma del sistema judicial; acceso igualitario a los servicios sociales (especialmente para las mujeres); grupos vulnerables (incluyendo a las mujeres). Equidad de género e inclusión social: eliminación de trabas a la igualdad de género (medidas de discriminación positiva); integración.
Rua Abdon Duquia Pedro Osório Rio Grande do Sul Brazil Tlf: +5553 32551505/ 32552297E-mail: cootrajoba@Katatudo.com.br
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Colaboración política.
Colaboración política.
Colaboración política.
El Consejo General del Poder Judicial del Estado de Rio Grande do Sul está desarrollando un proyecto de inclusión para exconvictos, a través del Foro de la comarca de Pedro Osório. Trata de ser una aproximación a aquellos cuya libertad está limitada según la Constitución, y cuyos derechos se reducen a los mínimos que permite la ley, y que, una vez recuperada su condición de ciudadanos, no pueden disfrutarla plenamente debido a la falta de preparación para su readmisión por parte del Estado y de la sociedad. La opinión general de la sociedad en este sentido es que se deben imponer penas severas y duraderas a quien comete un delito. Cuanto más tiempo permanezcan condenados y alejados del grupo social mayor es la satisfacción de la comunidad. Así, los convictos merecen el peor trato para justificar el sentimiento de venganza de las víctimas. Para los exconvictos lo mejor es regresar a prisión, de donde nunca debieron salir. Esta práctica es innovadora porque pretende introducir un cambio en la manera de pensar de la población. Es necesario dignificar el trato hacia los convictos y facilitarles nuevas oportunidades para su inclusión social. De no ser así, sólo se consigue reforzar la delincuencia. La prueba está en el alto índice de delicuencia, a pesar del elevado número de convictos, y en el hecho de que los delitos continúan sucediendo. Con el sistema penitenciario actual y la indiferencia hacia este sector por parte de la población la situación tiende a empeorar, y sólo es posible cambiarla potenciando experiencias positivas para ellos.
El problema principal eran las reincidencias. De hecho, las penas impuestas a los convictos no servían para educarlos sino para que volviesen a delinquir. Estos abandonaban la prisión sin condición alguna de conseguir empleo, por tanto, continuaban viviendo de la delincuencia y, en algunos casos, caían en el consumo de drogas y alcohol. El índice de reincidencia en prisión oscilaba entre el 50 y el 80 por ciento.
La Cooperativa João-de-Barros (Cootrajoba) fue el primer proyecto destinado a mejorar la situación de los ex-convictos y los ex-delincuentes juveniles en libertad. Desde 2003 sus miembros trabajan en la fabricación de ladrillos huecos y compactos. Hace un año se incorporó al proyecto la experiencia de incluir a los familiares dentro de la cooperativa de cara a mejorar sus condiciones, de forma que las esposas, madres y hermanas de aquellos que ya pertenecían a la cooperativa comenzaron a trabajar en la producción de pilas para lavar y sanitarios. De la misma manera comenzaron a fabricar alambradas para corrales de gallinas, campos de fútbol, etc.
El proyecto comenzó en julio de 2003 a nivel de debate. La Cooperativa se constituyó en noviembre del mismo año y las actividades que realizan no tienen fecha límite determinada. La prensa fue la fuente de propagación tanto para los convictos como para las autoridades de la comunidad. Por una parte, los ex-convictos mostraron su interés en trabajar para su reinserción en la sociedad y, por otra parte, la comunidad demostró su disposición para hacer posible los proyectos de los convictos. La Cooperativa Social de Trabajadores João-de-Barro se constituyó después de numerosos encuentros entre los exconvictos y los representantes de la comunidad en los que se trataban las posibilidades de empleo de los primeros. El logro fue conseguir iniciar el proceso productivo sin ayudas finanieras. Los convictos lograron, mediante su trabajo, reunir los recursos suficientes para producir los ladrillos, a través de un contrato en la fábrica de ladrillos. Paralelamente, se estaba creando un equipo técnico formado por voluntarios para ayudar en las tareas administrativas de la empresa.
La Cooperativa cuenta con la coordinación del Consejo General del Poder Judicial, y con el apoyo de los poderes legislativo y ejecutivo locales, el Ministerio Público, la Asociación Comercial e Industrial de Pedro Ósorio, el Consejo Legislativo de Brasil, el Rotary Club de la comarca, la Asociación Riograndense de Desarrollo de Asistencia Técnica y Extensión Rural (Emater), la Universidad Federal de Pelotas, el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai), el Sindicato de Indústria de la Construción Civil (Sinduscon), Consulti, y otros grupos de fuerza de la comunidad. No hubo donaciones para la ejecución del proyecto, por tanto, el duro trabajo de los convictos fue toda la inversión necesaria para su consolidación.
La reincidencia es la cuestión que más preocupaba a los responsables de administrar la justicia en el Estado de Rio Grande do Sul. Por este motivo, el Consejo General de Justicia del estado lanzó en 2000 el Proyecto de Vida. Para ampliar este proyecto se generaron relaciones de cooperación con la Organización de Cooperativas de Rio Grande do Sul (Ocergs 0) con la intención de crear veinte cooperativas de producción y trabajo para los exconvictos. Esta iniciativa se proponía la reinserción social y la recuperación del caracter de ciudadanos de estos, mediante el trabajo cooperativo. En la comarca de Pedro Osório se ejecutan las condenas en la Penitenciaría Regional de Pelotas, donde el número de convictos ha ido aumentando, ya que la gran falta de trabajo para ellos y sus familias ha contribuido a la reincidencia. Buscando un modo de alterar esta realidad, el Poder Judicial y el Ministerio Público local hicieron un llamamiento a los convictos residentes en la penitenciaría, a través de los medios locales de comunicación, para presentarles la propuesta. Un vez aceptada, se celebraron reuniones cada martes de Septiembre, Octubre y Noviembre con el objetivo de hallar la mejor propuesta del sector a explotar, así como para formar la cooperativa con eficacia. De esta forma comenzó a funcionar la Cooperativa João-de-Barro. Los propios convictos se encargaban de su administración a través de un proceso de selección. Hoy en día cuenta con un total de cuarenta trabajadores, todos ellos aún sujetos al cumplimiento de su condena en prisión. Los presos han asistido a cursos de capacitación para el trabajo en cooperación y junto a ellos trabaja un equipo técnico formado por unos veinte voluntarios.
La reintegración en la sociedad mediante el trabajo digno es gratificante. Entre los resultados a destacar se encuentra el acompañamiento psicológico de los voluntarios, el apoyo de ONGs, las colaboraciones firmadas por los Ayuntamientos de la comarca y diversos órganos del estado, y la garantía de motivación para que los exconvictos encuentren modos legales de ganarse la vida así como para alejarles de las drogas y la delincuencia. El resultado de los cambios de estilo de vida de los miembros de la cooperativa ha sobrepasado con creces las expectativas de los que apoyaban el proyecto. Muchos de los jóvenes que consumian tóxicos y practicaban crimenes diariamente, que antes no se hubieran incorporado a una cooperativa de ningún modo, están ahora trabajando orgullosamente y cambiando sus vidas. Esto demuestra que lo que les faltaba eran oportunidades. Desde el punto de vista de la cooperativa, con casi un año y medio de existencia ya se la puede considerar una empresa, ya que ha sido capaz de introducir sus productos en el mercado regional. Existen muchos ejemplos de convictos que están desarrollando un trabajo ético y digno gracias a estas posibilidades de inclusión. El índice de reincidencias en prisión de los miembros de Cootrajoba no sobrepasa el 10 por ciento (anteriormente oscilaba entre el 50 y el 80 por ciento). Por otro lado, están aumentando las incorporaciones al proyecto. Es de destacar la implicación por parte de las comunidades de la región en los debates sobre el sistema penitenciario y sobre su trato hacia los convictos. La comunidad ha comenzado a ser consciente y a discutir sobre su realidad, buscando modos eficaces de reinsertar a esta población en el grupo social.
La aproximación y modificación efectiva del Poder Judicial ha sido fundamental. En el trascurso de la práctica hemos observado que la institución que puede legalmente conducir a la población a prisión es capaz, y debe ser ella misma, de reconducir a los ex-convictos de vuelta a su hogar, a sus amigos y a la sociedad en general. Los ex-convictos no deben ser vistos más como delicuentes, sino como personas que necesitan oportunidades para reconstruir su vida y recuperar nuevamente su dignidad. Otro asunto a considerar es la cooperación establecida entre las instituciones y los ciudadanos de la comarca. Desde la formación de la Cooperativa João-de-Barro algunos estudiantes de ciencias humanas, profesionales (psicólogos y sociólogos), además de las autoridades locales, la Asamblea Municipal, así como las asociaciones de comerciantes y los grupos de fuerza de la comunidad están prestando un apoyo enorme a la causa. En tercer lugar un agradecimiento a la capacidad humana. Cada día que pasa es visible la satisfacción y la alegría de los hombres y mujeres que ahora están reinsertados, trabajando y ganando su propio salario de un modo legal. Sus testimonios están llenos de gratitud y emotividad de unos hacia otros, hasta el punto que dicen haber encontrado una nueva familia, la familia João-de-Barro.
La Cooperativa João-de-Barro nació con la pretensión social de mejorar las vidas de los ex-convictos, y en segundo lugar para recibir apoyo. Los miembros de la cooperativa actúan en diversas ramas del mercado de trabajo y en todo momento se espera la rentabilidad, independientemente de la función que se practique. Como prueba de esto, la fábrica de ladrillos se inició como plan de trabajo. Ahora la Cooperativa está ganando prestigio en los ámbitos de la limpieza de calles, en la producción de utensilios de granja, de alambradas y de productos manufacturados. En Pedro Osório esta cooperativa es la mayor generadora de empleo, sólo por detrás del Ayuntamiento y del hospital local.
Esta iniciativa, en colaboración con la Asamblea Legislativa del estado de Rio Grande do Sul, la Institución Mauricio Sirotshy Sobrinho y la UNESCO, ganó el Premio a los Derechos Humanos de 2005; en esta convocatoria la cooperativa mostró el trabajo realizado, además de presentar nuevas alternativas de trabajo y de explicar la importancia subjetiva del proyecto para los que participan en él. La existencia de la cooperativa se ve como una posibilidad importante de estructurar una vida social en contraposición a la vida en prisión. Una vez dentro, los miembros comenzaron a darse cuenta de las posibilidades de construir una nueva vida para el futuro. Hasta el momento, estaban acostumbrados a vivir sin expectativas de futuro, y ahora son capaces de visualizar la posibilidad de gozar de una vida digna en libertad y sin la determinación imperativa de ingresar en prisión. La falta de apoyo y estructura para la profesionalización del trabajo se identifica como uno de los elementos determinantes que les llevaban a cometer delitos. En relación a este aspecto, dos miembros de la comunidad (con el consentimiento del grupo) afirman: «si dejara la prisión ahora y no tuviera una cooperativa para trabajar, y un empleo para mí, estaría robando y haciendo cosas incluso peores. Esto debería haber existido desde el principio, de esa manera yo no habría caído en ese mundo.» «Dos años en la cooperativa son como dos años de vida para cualquiera. Porque si no existiese hubieran sido dos años en prisión.» Los testimonios enfatizan la idea de que la cooperativa representa la posibilidad de tener esperanza, de ser capaces de visualizar un futuro mejor para ellos y sus familias. Por esta razón, el trabajo de la cooperativa es muy fácil de reproducir, ya que hay listas de convictos que ya han demostrado su voluntad de pertenecer a ella cuando finalice su condena. Se podrían destinar recursos a la cooperativa para desarrollar la expansión de la fábrica de ladrillos, para comprar maquinaria moderna para la fabricación y transporte de ladrillos huecos y compactos.
La cooperativa se rige por su propia constitución en la que se establece como objetivo la defensa de la economía social de los asociados, organizando el trabajo individual, así como sus intereses frente a terceros grupos, y sin ánimo de lucro, en las siguientes actividades: producción de ladrillos y otros artefactos cerámicos para la expansión de la fábrica de ladrillos y su comercialización; recepción, transporte, clasificación, evaluación, almacenamiento, beneficios, industrialización y comercialización de sus productos en el área de la agricultura, especialmente para los productos agrícolas y de plantación de árboles; adquisición y reenvio a los miembros de los bienes de producción y consumo necesarios para desempeñar sus actividades; prestación de asistencia técnica al grupo social, en colaboración con el órganismo público activo en este ámbito; obtención de los recursos necesarios para cubrir los gastos agrícolas y la inversión en los miembros; posibilidades de ofrecer otros servicios relacionados con la actividad de la cooperativa, como porteros, mantenimiento de los edificios, calles y parques, además de los servicios generales de construcción civil. La cooperativa será capaz de asociarse a otros grupos similares cuando lo considere oportuno. Además de la legislación propia, también es aplicable el Código Civil de Brasil (Ley número 10.406, del 10 de Enero de 2002) y la Ley de Cooperativas (Ley número 5.764, del 16 de Diciembre de 1971), que define la política nacional para las cooperativas y establece su régimen jurídico.
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