Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas
patrocinado por Dubai en 2004, y catalogada como
GOOD.
(Best Practices Database)
País/Estado — Honduras
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — tropical y subtropical
Ámbito de la actuación — metropolitana
Agentes — gobierno local
Categorías —
Gestión ambiental: creación de zonas verdes en la ciudad; introducción de criterios ecológicos en el entorno urbano.
Contacto Principal
Unidad de Gestión Ambiental de la Municipalidad del Distrito Central (UGAM) — gobierno local
Dr. Waleska Pastor, Secretario Ejecutivo
D. Jonathan Laínez, Unidad de Gestión Ambiental de la Municipalidad del Distrito Central
Municipalidad del Distrito Central
Tegucigalpa, Comayagüela.
Honduras.
Tel: +504 236 5513 / 221 0910
E-mail: ugam@alcaldiadetegucigalpa.com
La desaparición de zonas verdes y el desequilibrio en la biodiversidad de la capital ha afectado negativamente desde el punto de vista social, económico y ambiental. También han hecho que disminuya la sostenibilidad de los recursos naturales de todo el país y, concretamente, del Distrito Central. La destrucción de los recursos hace que se desvanezcan las opciones de sostenibilidad, optimización y provisión de los mismos a largo plazo, sobre los que se fundamentan los servicios ambientales de la ciudad.
La Unidad de Gestión Ambiental, comprometida con esta causa, está comenzando a realizar propuestas para el desarrollo de este tipo de proyectos en el Distrito Central, con el fin de lograr un equilibrio biológico y reducir los resultados negativos que causa la erosión producida por agentes como el viento, el agua o el fuego, que tan dañino impacto ejercen sobre las zonas verdes y las cuencas de los ríos, así como sobre las microcuencas urbanas.
La propuesta se basa en la reforestación de todas las zonas verdes de los diferentes sectores, barrios y bulevares de la ciudad, mediante la implicación y la participación de diferentes agentes sociales, incluyendo centros de educación, empresas del sector privado, organizaciones comunitarias e instituciones militares. La idea del proyecto es poner en marcha un esfuerzo colectivo y sinérgico para devolver paulatinamente los recursos naturales al Distrito Central, reestableciendo así un agradable paisaje que, hace algún tiempo, era además el hábitat ideal de una amplia variedad de especies de aves.
- Enero de 2004 — Se presta apoyo técnico al vivero municipal para la producción de las especies vegetales necesarias para el proceso de reforestación.
- Mayo de 2004 — Se comienza el proceso de reforestación a nivel municipal, aprovechando la estación de lluvia. Se pone marcha, asimismo, un programa sectorial de fertilización y mantenimiento de la masa vegetal plantada.
- Junio de 2004 — Se incorpora el proceso de reforestación a las celebraciones de la semana del medio ambiente, como una de las actividades más importantes.
- Septiembre y octubre de 2004 — Se repite el proceso de siembra en aquellas zonas donde las plantas no habían arraigado.
Las estrategias que se han seguido en el desarrollo del programa son las siguientes:
- Con el fin de no saturar las competencias de la Alcaldía, el equipo técnico y administrativo realizó una lista de cada una de las etapas y acciones necesarias para la puesta en marcha, durante una primera fase de 180 días, de los proyectos y programas de prioridades incluidos en el Plan Municipal para el Desarrollo «La Nueva Alianza».
- Los sistemas de financiación previstos para la práctica incluían la adopción de balances económicos y la participación de entidades bancarias privadas para la movilización de recursos financieros en forma de créditos puente.
- Entre las políticas más importantes que se desarrollarían en esta fase inicial, cabe destacar el sistema de participación ciudadana en el control y ejecución de las obras y proyectos, lo que, en última instancia, ha llevado a la creación del Programa de Protección, Conservación y Control ambiental de la Municipalidad del Distrito Central. Este programa tiene los siguientes objetivos propuestos:
- Ordenación, limpieza y embellecimiento de todas las zonas verdes. Se llevará a cabo una política de mantenimiento de los espacios públicos, en la que se invitará a participar al sector privado.
- Restauración de los parques. Se promulgará una política de embellecimiento, adorno e iluminación de los parques durante el primer período de 180 días.
- Conservación y mantenimiento de las zonas verdes, lo que incluye, entre otras medidas, la reforestación y el pintado de dichas zonas.
- Contratación de personal para los procesos de siembra y mantenimiento de las zonas verdes, dando preferencia a las mujeres, ya que existe un predominio de mujeres cabeza de familia en el Distrito Central.
- Desarrollo de un programa integral de reforestación rural y urbana, llevado a cabo mediante la participación ciudadana, sobre todo de jóvenes.
Los objetivos referentes a la reforestación incluyen:
- La promoción de los sistemas de participación ciudadana que sean de utilidad para la implantación de técnologías sostenibles y el desarrollo de iniciativas y organizaciones locales para la gestión y la conservación de los recursos naturales.
- La sensibilización y la concienciación de los habitantes del Distrito Central sobre la importancia de la participación y la organización para la gestión de los recursos naturales.
- La recuperación de la belleza paisajística de la capital.
- La reducción del dañino impacto ambiental que ha causado la desaparición de masa vegetal.
- Recursos financieros. Los recursos financieros se consiguieron por medio de los protocolos administrativos internos de la Alcaldía Municipal, que se detallan a continuación:
- elaboración de un análisis de las actividades mensuales;
- valor estimado de los recursos mensuales necesarios;
- elaboración de un informe final, tras el término del contrato, para poder hacer efectiva su liquidación económica.
- Recursos técnicos. Entre el personal técnico encargado de la supervisión y la coordinación de las actividades se encuentran dos ingenieros agrónomos y dos técnicos supervisores de las zonas verdes. Todos ellos son parte integrante de la Unidad de Gestión Ambiental y han recibido la formación adecuada para poder ofrecer ayuda técnica a las microempresas que participan en el proyecto.
- Recursos humanos. El grupo de trabajo del vivero municipal se compone de ocho personas: tres de ellas son jubiladas y con una mayoría de mujeres. El resto de personal lo forman jóvenes contratados por la municipalidad. Existen cinco microempresas, cada una formada por cinco personas, contando al microempresario. Tres de las microempresas las dirigen mujeres.
La población de Tegucigalpa participó de forma activa en el proceso de reforestación mediante la intervención de los siguientes agentes sociales: grupos ambientales organizados, asociaciones vecinales, grupos de taxistas, colegios, universidades, veteranos de guerra, empresas privadas, y cualquiera que estuviese dispuesto a trabajar en la reforestación de zonas verdes.
La participación ciudadana en la reforestación se hizo tangible a partir del establecimiento de acuerdos entre los diferentes participantes que se comprometieron a colaborar en el proceso de siembra. Algunas personas fueron más allá y pidieron que se les asignase una zona concreta para poder ser ellos los responsables de su cuidado y mantenimiento.
La Unidad de Gestión Ambiental es la responsable última de la planificación y la ejecución del proyecto. Desde la toma de posesión de su cargo, el recién elegido alcalde, Miguel Pastor, otorgó la máxima prioridad a este proyecto. Esto se refleja de forma evidente en la política ambiental, que ofrece el contexto adecuado para que se produzcan de manera sostenible los procesos de restauración, protección y gestión ambiental, mediante instrumentos legislativos institucionalizados que promueven la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones y en la adquisición de responsabilidades con su entorno natural.
El proyecto de reforestación de la capital se encuentra en fase de ejecución y ya ha conseguido resultados evidentes, lo que confirma el compromiso de la Alcaldía con el proceso y su realización acorde con lo planificado. Esto constituye un gran avance que otorga credibilidad a la participación ciudadana y al apoyo continuado de las autoridades municipales, que se han ganado el título de ecodirectores, en vista de la transformación realizada de las zonas verdes, que habían permanecido en desuso tanto tiempo, en zonas de gran valor ecológico.
El primer objetivo, que consistía en conseguir la ordenación y el cuidado de las zonas verdes de los bulevares y la restauración de los parques de la ciudad, se ha alcanzado con creces, sobre todo gracias al apoyo de las instituciones ya mencionadas. El proyecto ha contado con una abrumadora respuesta por parte de la población implicada y con la credibilidad de las autoridades municipales, que han dado en todo momento una imagen de un compromiso sincero con el restablecimiento del orden y el cuidado del entorno, con el fin de ofrecer a las siguientes generaciones un legado natural en mejores condiciones.
Sin embargo, hasta ahora sólo se ha realizado una parte de todo el proceso ideado por el gobierno. En la segunda fase se realizarán proyectos para una gestión integrada de las cuencas de los ríos de la capital, lo que conllevará una influencia mayor en el entorno, al implicar en esta fase zonas de actuación todavía más grandes que las que hasta ahora se han abarcado.
Aún es pronto para comprobar que, efectivamente, se han producido mejoras en la calidad de vida de las familias de la capital, ya que se trata de procesos a medio y largo plazo. Sin embargo, algunas mejoras sí son ya evidentes, como la recuperación del valor paisajístico de la zona y la reducción de los niveles de suciedad.
La participación ciudadana e institucional en el proyecto ha resultado tan útil que merece la pena sistematizar, en lo sucesivo, métodos que la posibiliten. De hecho, en muy contadas ocasiones la sociedad se ha identificado de una manera tan próxima con algún proyecto municipal.
El establecimiento de políticas ambientales orientadas al orden y al cuidado del entorno urbano del centro de la capital ha contribuido a la aprobación de normativas destinadas a una población deseosa de acabar con el desorden y el caos reinantes hasta el momento en Tegucigalpa.
Gracias a estas políticas ambientales, se han podido definir unas nuevas reglas del juego que posibilitan el desarrollo integral y ordenado de la ciudad, necesitado desde hacía tiempo.
El liderazgo institucional de Tegucigalpa se ha extendido a otras comunidades vecinas mediante la ayuda técnica prestada por la Alcaldía Municipal. Así, se han establecido acuerdos intermunicipales para fomentar el crecimiento integral y ordenado a otras municipalidades del país, organizados bajo el auspicio de la Asociación de Municipalidades de Honduras.
El proceso de identificación de los recursos con los que cuentan las distintas municipalidades de Honduras debe orientarse a la participación de los diferentes agentes sociales, sobre todo del Distrito Central. Esto constituye una prueba evidente de la voluntad de los habitantes de hacer de su ciudad merecedora del calificativo de capital de la república. También es destacable que los acuerdos establecidos con otras ciudades gemelas de otros países, como Estocolmo y Nueva Orleans, pueden ayudar a resolver los propios problemas de Tegucigalpa.
Los cambios en el comportamiento de la sociedad son especialmente difíciles de llevar a cabo al hallarse ésta muy encorsetada dentro de un rígido sistema educativo. Sin embargo, ya son evidentes los primeros avances. Existen varias comunidades organizadas que han asumido la responsabilidad del mantenimiento de las zonas verdes de sus barrios. Estas acciones se complementan con las del sector privado, que comienza a incorporar a sus planes de actuación la participación en proyectos enfocados al reestablecimiento de la sostenibilidad ambiental.
La integración de los aspectos sociales, económicos y ambientales surge de la necesidad de dar respuesta a los problemas del entorno con cierta previsión de futuro, sobre todo en lo que se refiere a los recursos naturales del Distrito Central. Este proyecto de reforestación podría desencadenar todo un proceso de recuperación sostenible de las zonas más dañadas del territorio nacional incluyendo fuentes de agua potable, terrenos y zonas protegidas legalmente, que también existen en áreas cercanas a la capital.
La municipalidad del Distrito Central ha aportado el 75% de todos los recursos financieros utilizados hasta el momento. El 25% restante corresponde a los ciudadanos, que se implicaron intensamente en la financiación de actividades de restauración de los parques.
Los costes asumidos por la corporación municipal se pueden recuperar mediante la recaudación de fondos generados por la aplicación de sanciones económicas contra la tala ilegal de árboles y a través de las medidas compensatorias que establezca el Plan de Arbitraje de Impuestos Municipales. Todo ello se orienta a la recuperación de la belleza paisajística de la ciudad, que hasta el momento se hallaba sumida en el desorden y el caos traídos por la modernización y el anárquico crecimiento urbano. En última instancia, esta recuperación del valor paisajístico del lugar, repercutirá en un aumento de la calidad de vida de los habitantes y turistas.
El enfoque participativo de género seguido durante todo el proceso de reforestación ha influido positivamente en las cinco microempresas encargadas del mantenimiento y cuidado de las zonas verdes reforestadas. En total, tres de las cinco microempresas están dirigidas por mujeres.
El proyecto de reforestación llevado a cabo por la Alcaldía Municipal ha servido para aprender una serie de valiosas lecciones. Una de las más importantes es la importancia de la participación ciudadana, que resulta imprescindible para lograr la sostenibilidad de este proyecto y de otros proyectos similares futuros. Su consecución depende, en gran medida, de la aceptación y participación de los diferentes agentes sociales de la ciudad.
Los aspectos técnicos destacables aprendidos durante el desarrollo del proyecto son:
- Es necesario un conocimiento previo de ciertas ramas de la biología, ya que se debe considerar de forma rigurosa el número exacto y el tipo de especies que se van a plantar, si no se quiere perjudicar la biodiversidad del lugar. Por lo tanto, se debe considerar la utilización de especies vegetales nativas, especies endémicas e incluso especies en peligro de extinción, con el fin de equilibrar su plantación con la de aquellas especies vegetales que, aunque tradicionalmente se hayan plantado de forma profusa, ofrezcan algún riesgo en contacto con las especies nativas. Por ello es importante contar en el equipo técnico con biólogos, agrónomos y otros técnicos relacionados, para que puedan ofrecer orientación en cuanto al tipo de especies vegetales que se deben utilizar en cada proyecto de reforestación.
- Resulta de vital importancia que las políticas ambientales establecidas por la municipalidad tengan continuidad y que no se modifiquen a no ser que se compruebe fehacientemente que los cambios realizados contribuyen a la mejora en la calidad de vida de los habitantes. Por lo tanto, esta clase de procesos deberían institucionalizarse para que pasen a formar parte de las acciones prioritarias de las alcaldías de Honduras y, de esta forma, se garantice su sostenibilidad.
El proyecto de reforestación, llevado a cabo por la Alcaldía, ha servido de motivación para los diferentes sectores de la sociedad que, tras observar los resultados obtenidos, no han dudado en ofrecer su apoyo y participación. Algunos sectores han comenzado incluso a desarrollar sus propios proyectos sobre el mismo tema y muchos han solicitado ayuda a la Alcaldía Municipal. Es la primera vez que la alcaldía ha ofrecido asistencia técnica. También, por primera vez, sehan realizado muchas donaciones de especies vegetales, por parte de grupos organizados, particulares, empresas, colegios y otros proyectos.
La Alcaldía Municipal del Distrito Central de Tegucigalpa aportó la totalidad de los recursos económicos del proyecto. En el año 2003, la aportación fue de 1.275 dólares, mientras que en los años 2004 y 2005 la cantidad ascendió a 1.500 dólares anuales.