País/Estado — Brasil
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — alta meseta
Ámbito de la actuación — provincial/estatal
Agentes — gobierno regional; sector privado; organización de base comunitaria (OBC).

Categorías — Vivienda: acceso a la financiación de la vivienda; acceso igualitario a la vivienda y su propiedad. Participación ciudadana y riqueza cultural: participación comunitaria; riqueza social y cultural. Vivienda y derechos humanos: aplicación del derecho a una vivienda digna; dotación de infraestructura pública para una vivienda digna; habitabilidad y adecuación cultural de la vivienda; vivienda asequible; igualdad de derechos de propiedad y herencia (para las mujeres).

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Resumen

El objetivo de esta práctica era desarrollar un programa de vivienda rural para un gran número de familias que habitan un ámbito geográfico extenso. Entre sus objetivos se encontraban: mejorar las condiciones de vida de los campesinos proporcionándoles medios decentes para la supervivencia, apoyar su autoestima y, por consiguiente, frenar el proceso de empobrecimiento que les conducía al éxodo rural; superar la escasez de recursos económicos mediante el trabajo participativo, la autoconstrucción de las viviendas y el desarrollo de aptitudes para la construcción; recuperar la cultura local y la ciudadanía comenzando por que las familias reconocieran y asumieran su propia identidad como campesinos; demostrar la posibilidad de crecimiento de la agricultura familiar cuando se tiene acceso a crédito.

Parte del interés del proyecto se basa en que la recuperación de la autoestima tenía lugar en su propio hogar. Era un hecho que los campesinos se avergonzaban del mal estado de sus viviendas cuando recibían visitas (especialmente las mujeres), y a esto contribuía el contraste existente entre las casas y sus instalaciones granjeras destinadas al trabajo de rutina (por ejemplo los graneros o porqueras que fueron renovadas con los fondos del Programa Nacional para las Familias Campesinas (PRONAF)).

También se consiguió un aumento de conocimiento político en cuanto a las relaciones entre las instituciones financieras y los campesinos; la participación de las familias comienzaba con la primera planta hasta el final de la construcción y las mujeres tuvieron un papel clave en el proceso de toma de decisiones.

Fechas Clave

• 6 de Marzo de 1998 — El Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) decide organizarse para reclamar viviendas rurales.
• 30 de Agosto de 2002 — Se firma la negociación con La Caixa.
• 13 de Noviembre de 2002 — Comienzan los trabajos de construcción.
• 25 de Abril de 2003 — Se inaugura la primera vivienda.
• 31 de Julio de 2003 — Finaliza la construcción de todas las viviendas.

Descripción

Situación previa a la iniciativa

La situación de los campesinos del estado de Rio Grande do Sul se caracterizaba por una estructura familiar desintegrada, la pérdida de rentas, la infravivienda, la dificultad de acceso a créditos, la pérdida de la cultura local y el cambio de tendencia agrícola hacia el monocultivo. Presionadas por esta situación y atraídas por las ciudades, las familias de campesinos se vieron forzadas a abandonar sus tierras en busca de trabajo, salario y mejores condiciones de vida. La mayoría eran propietarios de pequeñas tierras, muchos vivían con sus padres en condiciones precarias y en algunos casos compartían techo en la granja con los útiles de trabajo y con el ganado. El Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) dio a conocer que existía un gran número de familias que vivían en situación de riesgo, hacinados y en malas condiciones higiénicas. Denunciaron que esas condiciones de vida estaba minando la identidad de los campesinos y de la vida rural en general.

Establecimiento de prioridades

Se establecieron las siguientes prioridades a partir de la observación de la necesidad real del desarrollo de la vivienda:

• reunir a los socios con el objetivo tanto de crear una linea de crédito para subvencionar el diseño de la intervención como de definir las atribuciones de cada socio;
• movilizar a los grupos de base por parte del MPA y establecer un criterio de prioridad de asistencia a las familias. Una vez clasificadas las familias, asignar los casos para cada grupo de trabajo. Los grupos participarían activamente en el proceso de organización del movimiento social y en la mejora de las condiciones de las viviendas precarias;
• formar un cuerpo de asistencia técnica encargado de elaborar el borrador de la planta de las viviendas, de dirigir el trabajo de construcción y de orientar a las familias.

Formulación de objetivos y estrategias

Se realizaron reuniones y asambleas donde se estipularon los siguientes objetivos:

• mantener a los campesinos en su tierra y asegurarles mejores condiciones de vida y la posiblidad de acceder a viviendas decentes;
• defender el sistema de explotaciones agrarias familiares;
• implantar un nuevo modo de vida en el campo en el que los campesinos controlen su vida y su producción y no se vean coaccionados por ninguna institución multinacional o empresa agraria;
• reconstruir el modelo original de granja en el que la alimentación depende de la producción de la granja, recuperando las variedades de semillas originales de la tierra, como oposición a los cultivos modificados genéticamente.

Movilización de recursos

La Cooperativa de Crédito rural Horizontes Novos de Novo Sarandi (CRENHOR) junto con el MPA tomaron la iniciativa en el proceso de movilización de recursos. El resto de implicados fueron el Consejo de Gobierno del Fondo de Gobierno para la Indemnización de los Trabajadores (FGTS), La Caixa, el Gobierno del Estado de Rio Grande do Sul a través del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (SEHADUR) y el Ministerio de Fomento de Rio Grande do Sul. Las negociaciones terminaron con la autorización del Consejo de Gobierno del FGTS para subvencionar los materiales de construcción de las viviendas. El Gobierno del Estado, CRENHOR y el Ministerio de Fomento de Rio Grande do Sul aportaron recursos financieros que se complementaron con fondos del Programa de Promoción de Vivienda Social (PSH). La Caixa se encargó de transferir los fondos públicos. Con estas aportaciones se cubrieron los recursos humanos y los técnicos, el equipo y las instalaciones para el desarrollo del proyecto, la preparación de documentos, firmas de contratos y asambleas de dirección así como el mobiliario y los gastos de dirección de la obra. Las familias beneficiadas se encargaron de revisar los materiales y de la propia construcción, su papel resultó determinante para la organización de toda la intervención. La Caixa realizó su inversión directamente a los abastecedores de materiales de construcción a precios especiales subvencionados por el Gobierno del Estado y CRENHOR. Los receptores de los beneficios fueron las 2.031 familias indicadas por el MPA.

Proceso

El Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) está repartido en once grupos regionales en el Estado de Rio Grande do Sul. Entre ellos organizan a 3.000 grupos de trabajo con más de 35.000 familias implicadas. A cada grupo de trabajo le corresponde un coordinador que se mantiene en contacto permanente con las familias de su grupo para discutir problemas y soluciones. A principios de 1998 el MPA lanzó una campaña para solicitar una intervención por una vivienda rural decente. Tras una reunión con el Gobierno del Estado recibieron una subvención pública para su programa a través del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (SEHADUR). A continuación comenzaron las negociaciones con La Caixa para que subvencionara el resto de proyecto. Esta primera organización falló porque ni La Caixa ni el Gobierno tenían experiencia específica en programas de vivienda rural. Se traspasó la negociación al Consejo de Gobierno del FGTS y este autorizó fondos de 1.442,30 dólares por vivienda para desarrollar un proyecto piloto de vivienda rural, en parte gracias a la institucionalización del PSH por el gobierno Federal. Como los beneficiaros se correspondían con familias de bajos ingresos sin sueldo mensual fijo no se encontraba un criterio para un programa tradicional de financiación de vivienda. Los demás socios aportaron el resto de los fondos y una subvención para la adquisición de materiales para la autoconstrucción, mientras que las familias beneficiadas colaboraron haciéndose responsables de las obras de construcción. Se contrataron dos arquitectos y un grupo de técnicos para realizar los proyectos de vivienda (planos y maquetas) que se someterían a la aprobación del MPA y las familias implicadas. El ojetivo era diseñar plantas de vivienda que se adaptasen a las distintas zonas de la región. Se realizaron unos dicisiete seminarios regionales, con la colaboración del equipo técnico del proyecto, para hablar sobre el proceso de financiación y los procesos de contratación y construcción de las viviendas. Como se tardó poco tiempo en obtener los fondos del PSH el acuerdo para desarrollar el proyecto se pudo firmar en julio de 2002; CRENHOR y MPA reunieron personal a tiempo completo para trabajar conjuntamente con el equipo de La Caixa en la construcción de las 2.031 viviendas desde el 5 de noviembre de 2002 con el objetivo de que se inaugurara oficialmente la primera vivienda el 25 de abril de 2003.

Resultados obtenidos

Se han construido viviendas rurales para 2.031 familias de campesinos en 112 de los municipios del Estado en los que se organiza el MPA, con la consiguiente mejora de la calidad de vida y la autoestima, además de prevenir el éxodo rural, manteniendo a los campesinos en sus tierras. Las familias participaron en el proceso completo, desde la movilización hasta la organización de los créditos y se encargaron de construir sus propias viviendas. Las viviendas ocupan una superficie en planta de 51,84 metros cuadrados, se sitúan en el propio terreno de los propietarios en las zonas recomendadas por el equipo técnico (los ingenieros del MPA). Las propiedades consistían en pequeñas explotaciones agrarias y los tamaños dependían de la extensión de los cultivos (de 2 a 5 hectarias). La movilización en las comunidades rurales incentivó la participación dentro del Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) y desarrolló la convicción de que es posible conseguir financiación y mejoras en la calidad de las viviendas mediante la participación y la organización a nivel general. Al mismo tiempo la experiencia de disponer de crédito de la cooperativa a través de Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar (PRONAF) estimuló a las economías locales, creando empleo y más ingresos de capital, incrementando la producción agrícola y su comercialización. Las mujeres participaron activamente en todo el proceso, en especial adaptando las nuevas viviendas a las necesidades reales de las familias y asegurando la satisfacción general con el resultado. Los campesinos se dieron cuenta de que es posible adaptar los programas de financiación de viviendas a la obtención de crédito. Se regularizaron documentos personales como partidas de nacimiento, tarjetas de identidad y números en la seguridad social, ya que era necesario para obtener los créditos. La regularización no formaba parte de los objetivos principales sino que resultó una consecuencia del proyecto que contribuyó a asegurar los derechos como ciudadanos de los afectados.

Sostenibilidad

Los socios se han asegurado la continuidad de esta práctica al implicar socialmente a la gente en todas las fases del proyecto con la construcción de sus propias viviendas. CRENHOR participó como una estructura organizada con solvencia técnica, capaz de comprender la propia cultura y realidad rural. El MPA -como movimiento social potente con experiencia en programas de créditos rurales- garantizó la credibilidad de la iniciativa, así como los recursos necesarios. Los recursos se proporcionaron en forma de contratos de préstamos con garantías de devolución, estableciendo de común acuerdo cuotas cada seis meses durante seis años a través del PSH. La disponibilidad de los recursos técnicos y humanos mediante contrato y otros instrumentos legales garantizó el uso apropiado, eficiente y efectivo de los materiales de construcción. La toma de conciencia de los responsables de las políticas de vivienda, de los organismos públicos, así como del Consejo de Gobierno del FGTS y de La Caixa permitió ajustar la línea de crédito a la realidad específica de los campesinos y, de este modo, la práctica pudo desarrollarse con la flexibilidad necesaria. La sostenibilidad social del proyecto queda garantizada por el gran número de familias atendidas en distintos lugares del Estado y la sostenibilidad institucional se basa en el hecho de que el ámbito de la actuación se extiende a 112 municipios.

Lecciones aprendidas

Esta práctica ha demostrado que la democratización del acceso a crédito y la mejora de las condiciones de vida rurales, especialmente en lo que se refiere a la vivienda, supone una contribución importante en la lucha contra la pobreza y el éxodo rural. A través de la concienciación, tanto de sus problemas como de sus propias necesidades, las familias de campesinos han sido capaces de construir colectivamente soluciones para solventar muchos de estos problemas, y de desarrollar un proceso de participación en la toma de decisiones a partir de una organización sólida, fomentando la solidaridad en la comunidad local. Este capital humano sabría movilizarse de nuevo para aportar nuevas mejoras. Otra gran ventaja de la colaboración con movimientos sociales es que se garantiza que los beneficiarios realmente necesitan ayuda. Es importante mejorar el seguimiento técnico de la fase de construcción incorporando un modelo de asesoramiento y orientación más sistemático. A través de las negociaciones con el Consejo de Gobierno del FGTS, los fondos de los servicios técnicos están incluidos en el presupuesto lo que mejora el desarrollo del proyecto. Una cooperativa de crédito como CRENHOR, como movimiento social organizado, es capaz de producir sus propias herramientas y soluciones. Es necesario ajustar la propia construcción a las características locales, a menudo los campesinos viven muy alejados entre sí y eso dificultó el trabajo de construcción comunitario, en esos casos se reunió como grupo de trabajo a la familia y a los vecinos más próximos.

El MPA continúa luchando por recuperar la identidad y las actividades agrícolas de los pequeños campesinos y se propone abrir una vía de comunicación entre los grupos de MPA de las distintas regiones y Estados. En este sentido se han realizado encuentros estatales con los MPA de Paraná, Santa Catarina, Piauí, Espírito Santo y Rondonia.

El primer paso consistió en la concienciación de cambio de una realidad precaria a otra mejor. Finalmente la práctica demostró que el Movimiento de Pequeños Agricultores, organizado región a región y puesto en contacto a través de una estructura organizada de toma de decisiones, ha proporcionado decisiones eficientes, democráticas y efectivas.

Transferibilidad

Actualmente están en desarrollo 4.100.000 operaciones que afectan directamente a la agricultura familiar en Brasil, con un total de trece millones de miembros afectados. En el Estado de Rio Grande do Sul el 18,35 por ciento de los habitantes vive en el campo, donde se están llevando a cabo unas 395.000 operaciones de agricultura familiar que están proporcionando trabajo a 1.200.000 trabajadores de campo, la mayor parte de ellos pequeños propietarios. Según los informes del MPA aún existen 786.532 viviendas insalubres y 455.050 viviendas que cobijan a varias familias. Esto muestra la importancia de este tema y la potencialidad de revertir el déficit de vivienda a través de programas que respeten las características de la población rural.

La capacidad de subvención que poseen el PSH y el Gobierno del FGTS, así como la organización de sus infraestructuras y sus mecanismos legales para transferir capital por toda la nación y, por otra parte, la actuación del MPA en 17 estados más son condiciones favorables para que se desarrollen proyectos similares en otras regiones. De hecho, se está negociando la construcción de otras 5.000 viviendas, ampliando el margen de actuación a 150 municipios del mismo estado y a los otros 17 estados en los que actúa el MPA. Hoy en día se están negociando propuestas de desarrollo en en los estados de Paraná, Santa Catarina, Piauí, Espírito Santo y Rondonia.

Perfil Financiero

Nota: Un dólar americano equivalía en 2002 a 2.89 reales brasileños.

Referencias

Oficina del Representante del Estado, Sérgio Goergen  (20 de junio de 2003)   «É concluído o primeiro plano de habitação rural do Brasil»,   Boletim Informativo, 20.000, 06, 4 páginas 

  (Mayo de 2003)   «Morada da União: linha de crédito viabiliza construção de 2.000 casas na zona rural para melhorar qualidade de vida da população carente»,   MARKETING BEST, pág. 34