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País/Estado — Brasil
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — alta meseta
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno central; gobierno local; sector privado; fundación; asociación de profesionales.Categorías — Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de puestos de trabajo; formación profesional. Desarrollo económico.
Rua Eduardo Sprada, 4520 Campo Comprido ZIP: 81270-010 Tfno/Fax: (55)(41)373-5565E-mail: fas@fas.curitiba.pr.gov.br
Ayuntamiento de Curitiba
La institución es responsable del cuerpo docente del Centro de Formación Profesional de la Fundación de Acción Social, así como de las acciones pedagógicas desarrolladas en estas unidades, de acuerdo a las directrices establecidas por el órgano gestor, FASE-mail: fundacenccf@terra.com.br
Colaboración Impartición de cursos.
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Avenida Cândido de Abreu, 200 5ª planta Centro Cívico Tfno/Fax: (55)(41) 254 8775E-mail: sipcep@terra.com.br
En un mundo en constante innovación tecnológica es necesario formar a personas y generar oportunidades de empleo y obtención de ingresos. En este contexto, la Fundación de Acción Social se centra en el desarrollo de una política sistemática de formación profesional y social, haciendo posible por tanto la mejora de habilidades, capacidades y competencias, permitiendo que los ciudadanos se integren en el mercado laboral y articulando los procesos de educación profesional con otras políticas de desarrollo público y de generación de ingresos.
Este nuevo escenario conlleva un cambio profundo en la perspectiva de las políticas de generación de empleo y de ingresos, combinando el necesario aumento en la creación de puestos de trabajo con las políticas que valoren los trabajos realizados sin contrato laboral formal, como los que se realizan en el hogar, en la comunidad, como resultado de estudios, en actividades culturales, recreativas, deportivas y educativas (entre otras) y de desarrollo humano.
Teniendo todo esto en cuenta, los Programas de Formación Profesional son fundamentales, ya que no sólo representan la posibilidad de integración social a través de la inserción en el mercado laboral, sino la integración en la vida colectiva, desarrollando actividades que contribuyen a la situación de autosostenibilidad, así como al ejercicio de ciudadanía que revierte positivamente en la propia comunidad en que se inserta el ciudadano.
Para la política de educación profesional actual, el reto reside en la búsqueda de un modelo que pueda servir para formar trabajadores, preparándolos tanto para el mercado laboral como para el ejercicio de su ciudadanía; lo que no sólo se refleja en el estatus que la persona ha alcanzado en el mercado laboral sino también en la formación de mentes flexibles con una sólida formación en conocimientos generales.
Los cursos de capacitación social y profesional que se ofrecen en los centros de formación profesional llamados Liceos de Oficios de la Fundación Acción Social se dirigen fundamentalmente a la satisfacción de las demandas/necesidades del mercado, así como a las expectativas y a los intereses de las comunidades social y económicamente vulnerables, y a las características del lugar y de los residentes situados en torno a las unidades educativas, de forma que se puedan alcanzar por completo los procesos de inclusión social y de ejercicio de la ciudadanía.
El Programa de los Liceos de Oficios surge en respuesta a la necesidad de formación profesional de los clientes con bajos niveles de escolarización y de formación profesional. Afronta de manera directa el reto del desempleo y muestra un sistema sólido de procesos de inserción laboral, desarrollando y reforzando las competencias y las habilidades. Puede verificarse con claridad que la búsqueda de cursos de profesionalización, especialmente de aquellos que ofrecen condiciones de formación y de auto-sostenibilidad a corto plazo ha constituido una tendencia creciente.
Las personas a las que se dirige el proyecto engloban aquellas con ingresos familiares de hasta tres veces el salario mínimo, candidatos jóvenes a sus primeros trabajos a partir de 16 años de edad, personas con necesidades especiales, con un bajo nivel de escolarización y cualificación profesional, así como aquellos bajo riesgo de despido, desempleados, emprendedores que ya tienen o que desean tener su propio negocio, y personas que proceden de los programas sociales del Ayuntamiento.
Las acciones profesionales en el campo de la educación se dirigen indistintamente a hombres y a mujeres. No existe un programa de capacitación exclusivamente dirigido a las mujeres. Sin embargo, se puede observar que, del total de participantes en los cursos, alrededor de 31.438, el 70% (22.007) son mujeres, principalmente de entre 25 y 40 años.
Según una investigación de una muestra realizada sobre un universo de 2.110 personas de ambos sexos que completaron sus cursos de capacitación profesional en los Liceos de Oficios, se decía que alrededor del 74% de mujeres no trabajaban durante el tiempo del curso, contabilizando un total de 16.285 mujeres.
De estas mujeres, el 23% (3.746) disfrutaron de un aumento de sus ingresos tras participar en los cursos. También se puede asegurar que el 88% (14.330) experimentaron algún beneficio como resultado de su participación en el programa.
En el proceso de formar a población con bajo nivel de escolarización y con poca experiencia, el programa persigue el aumento de sus ingresos a través del desarrollo de su capacidad empresarial personal, ofreciendo a la población oportunidades de tener sus propios negocios y estimulando patrones asociativos entre la gente de la misma comunidad.
Uno de los objetivos del programa es fomentar la participación en otros programas o actividades, facilitando y fomentando la inserción de personas procedentes de comunidades desfavorecidas en programas de educación básica, proporcionándoles acceso al sistema sanitario y a los servicios de comida complementaria y de asistencia de emergencias.
Los recursos humanos destinados al programa corresponden al propio papel institucional que desempeña el organismo gestor de FAS (organismo gestor de la asistencia social en la ciudad), así como al Ayuntamiento de Curitiba. Este papel específico se compone de asistentes sociales, pedagogos, psicólogos, administradores, economistas, sociólogos y otros profesionales académicos que son responsables de la gestión del programa.
El programa se basa también en la prestación operativa de un servicio por parte de una fundación. Esta institución FUNDACEN es responsable de contratar instructores, supervisores y equipos de apoyo que constituyen la estructura docente de los Centros de Formación Profesional. Además, es responsable también de la operatividad de acciones pedagógicas aplicadas a la educación de jóvenes y adultos en los Centros de Formación Profesional, siguiendo las directrices de la Fundación de Acción Social.
Las aulas, que son un total de treinta, están distribuidas alrededor de toda la ciudad para satisfacer la demanda de la población más necesitada. La intención es trabajar en estrecha relación con la comunidad en todas las acciones llevadas a cabo, ya que cuando se unen esfuerzos y las acciones no se realizan de manera aislada, se logran mejores resultados.
El sistema de evaluación implica la existencia de indicadores operativos y de gestión. Los operativos tienen como objetivo hacer un seguimiento y una evaluación de las acciones propuestas y de su planificación y realización, del porcentaje de abandono y de finalización de los cursos y de los porcentajes de ocupación media en las aulas. Los indicadores de gestión sirven para evaluar la eficacia del curso, mostrando el porcentaje de estudiantes que se han insertado en el mercado laboral, los estudiantes que han asistido a más de un curso, y el porcentaje de estudiantes que aumentaron sus ingresos tras la finalización del mismo.
En 2003 los datos fueron: 1.717 grupos, con 36.000 personas apuntadas, 31.438 que terminaron los cursos (90,4% del total de los que comenzaron) y 29.771 certificados (94,7% de la cantidad total de alumnos que acabó los cursos).
En una encuesta realizada en enero de 2003 se recogieron los siguientes hechos: el 74% de las personas inscritas no trabajaban durante su asistencia a los cursos y el 25% sí; de las personas que no trabajaban, el 36,3% (7.997) se insertaron en el mercado laboral como resultado de su participación en los cursos, identificándose unos ingresos medios de 279 reales entre estas personas. Del 26% que trabajaba, el 22,7% declaró haber aumentado sus ingresos, y tal aumento fue de en torno al 79,8%.
En cuanto a los recursos del programa, podemos observar que cada real invertido generó 5,71 reales de ingresos en la población.
El programa ha estado contribuyendo también al aumento del nivel de escolarización de la población dirigiéndoles (de nuevo) a la escuela formal.
La colaboración con empresas públicas y privadas ha contribuido a facilitar la entrada de los estudiantes inscritos en el programa en el mercado laboral.
La característica más importante de acciones como las de la formación profesional es su función estructural, es decir, el programa no se evalúa por el objetivo específico de impartir cursos, sino de forma obligada, orientada a la asistencia de personas que carecen de empleo. La sostenibilidad comienza, por tanto, con la constatación de que los índices de inserción laboral de los estudiantes en el mercado laboral comienzan a evolucionar, con la consiguiente generación de ingresos e independencia de los programas de asistencia.
De acuerdo con lo establecido previamente, se puede constatar que alrededor de cuatro de cada diez personas de las que siguieron el curso y que no trabajaban antes de realizarlo, incrementaron sus ingresos. E incluso entre aquellos que ya trabajaban se experimentó un notable incremento de sus ingresos.
En lo que respecta a los resultados que se basan en los recursos dirigidos a esta actividad, se puede concluir que por cada real gastado se generaron 5,71 reales para la población.
El alto grado de participación de las mujeres (70%) se explica por varios motivos. Culturalmente, las mujeres han venido conquistando espacios que antes les estaban vedados. Lentamente, han sido capaces de incrementar su participación en el mercado laboral, en este caso como resultado de la necesidad de incrementar los ingresos de sus familias o debido a que son en realidad la "jefe del hogar", que tiene que procurar su supervivencia.
Teniendo esto en cuenta, las mujeres necesitan estar cualificadas para el mercado laboral y el Programa de Liceos de Oficios ha estado ayudándolas a mejorar su calidad de vida.
Los cursos de duración media han mostrado incluso mejores resultados y una participación creciente de la comunidad, lo que facilita los procesos de integración en el mercado laboral.
La dignificación del curso, a través del pago de una tasa de inscripción simbólica, es una acción que hace disminuir los índices de absentismo en el curso, mejorando así los patrones de aprendizaje.
Socio colaborador | Año 2001 | Año 2002 | Año 2003 |
Fundación Acción Social | 1.345.745,00 dólares EEUU | 1.479.433,00 dólares EEUU | 1.582.979,00 dólares EEUU |
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