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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp2514.html   
Asentamientos Humanos en Rapirran (Bolivia)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2004, y catalogada como GOOD. (Best Practices Database)
País/Estado — Bolivia
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — tropical y subtropical
Ámbito de la actuación — pueblo
Agentes — fundación.

Categorías — Erradicación de la pobreza: formación profesional; generación de ingresos. Ordenación territorial: remodelación urbana y suburbana; igualdad de derechos de propiedad y herencia (especialmente para las mujeres). Vivienda: acceso igualitario a la vivienda y su propiedad; acceso a la financiación de la vivienda; industria de la construcción.

Contacto principal

Edgar Rada Zeballos

Rapirrán, Pando, Bolivia
Teléfono: 591-3-8429339

Socio

Leonardo Benítez

Cobija, Pando, Bolivia
Teléfono: 591-3-8429339


Organización Nominadora

Fundacion Boliviana del Hábitat (FUNHAB) — fundación
Teléfono: 591-2-782003
E-mail: funhabbol@mixmail.com

Resumen

El plan describe la necesidad de crear un hábitat adecuado para un centenar de familias que perdieron sus viviendas y todos sus enseres en un incendio. El nuevo asentamiento con 480 parcelas ha sido diseñado por la Fundación Hábitat en la provincia de Nicolás Suárez, departamento de Pango.

Cada año, durante la estación de lluvias que va de diciembre a marzo, el nivel del río cercano se eleva diez metros e inunda toda la región; sin embargo, eso no es todo, ya que el río trae cocodrilos y serpientes que suponen un riesgo añadido para la población. Debido a estas circunstancias las viviendas se construyen elevadas sobre pilastras de madera, con la altura necesaria en función del nivel de las aguas. Cuando desciende el nivel del río (desde finales del invierno hasta el otoño), el acceso a las viviendas se realiza a través de unas escaleras.

El incendio tuvo lugar el primero de octubre de 2001 a la una y media de la madrugada, afectando a varias personas. Posteriormente se realizó una visita, junto a las autoridades locales, para evaluar los daños.

El nuevo asentamiento se sitúa en una zona adyacente, a dos kilómetros y medio de distancia, al anterior asentamiento y cuenta con una extensión mayor; por otra parte, se encuentra a menos de dos kilómetros de una pista de aterrizaje. Según el plan de urbanización, cada familia tendrá acceso a una parcela y a una vivienda con todos los servicios básicos, agua potable y energía. El aspecto más importante de todo el plan de urbanización es el acceso al agua, que se extrae de un acuifero subterráneo situado a sólo ocho metros de profundidad y que tiene agua potable no contaminada. Por otra parte, el nuevo asentamiento se encuentra en un emplazamiento estratégico, a menos de dos kilómetros de la frontera con Brasil, un mercado potencial para sus productos y mercancías que pueden vender en la zona franca de Cobija, la principal ciudad boliviana de la región, lo que supone una importante fuente de ingresos para la población.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

En 1985 un pequeño grupo de desempleados llegó a Montevideo de Rapirrán, en el extremo norte de la provincia de Abuná, del departamento boliviano de Pando, en busca de mejores oportunidades; allí se instalaron con sus familias, esposas, niños y ancianos. Montevideo limita con Brasil al norte --donde el río Abuná constituye la frontera natural--, mientras que al oeste y al sureste lo hace con la selva y el sistema fluvial del Amazonas, muy rico en maderas y animales tropicales.

Establecimiento de prioridades

Después del incendio se censó a las familias, incluyendo a las viudas, ancianos y discapacitados, que recibirían prioridad, para otorgarles una parcela en el nuevo asentamiento, situado en un emplazamiento más seguro, por encima del nivel inundable. Se consideró que no podía dejarse a ninguna familia fuera del proceso, por lo que el nuevo asentamiento debía incorporar a todo el centenar de familias. FUNHAB diseñó el plan de urbanización y un modelo de vivienda con dos dormitorios y otras estancias. Se creó un comité vecinal para colaborar con los trabajos de evaluación y con el alojamiento del personal.

Formulación de objetivos y estrategias

Al desarrollar el plan de Montevideo se procuró diseñar un proyecto que pudiera replicarse en otras zonas geográficas (algunas personas ya han expresado su interés en llevarlo a cabo), ya que la intención de FUNHAB es usarlo como modelo para la urbanización de otros asentamientos rurales.

Sin embargo, aunque lo más sencillo sería comprar el suelo y proceder a urbanizarlo, la falta de recursos financieros lo impide, por lo que conseguir la titularidad del terreno se convierte en un serio obstáculo. Para obtener los recursos se han realizado rifas de viviendas construidas en la ciudad y se ha recurrido a la ayuda externa, con los que se ha podido comprar suelo y urbanizarlo aplicando una tecnología de construcción desarrollada por el programa. En temas técnicos se desarrolló un programa de formación profesional, finalizado en 2000.

Movilización de recursos

En los países en vías de desarrollo como Bolivia y sus países vecinos hay que contar con una serie de problemas como son las infraestructuras inadecuadas, los escasos medios de transporte, la falta de recursos financieros y el bajo nivel formativo. Teniendo en cuenta estos factores, se calculó un coste total de 550.000 dólares EEUU para la construcción de las viviendas y de los servicios básicos, aunque, finalmente, el gobierno sólo concedió 328.500 dólares para construir 100 viviendas. Se empezaron a buscar recursos para completar el presupuesto, pero la Unión Europea respondió negativamente, por considerar que ya se contaba con fondos suficientes.

Hubo varias razones para el éxito de este proyecto, entre ellas posiblemente la más importante fuese la elección de un sistema constructivo propio que emplea la madera, un material barato y abundante, a diferencia del ladrillo, muy escaso en la zona, y que llega a costar hasta 25 centavos de dólar por unidad, y del cemento portland, que tiene un precio de 5,73 dólares los 40 kilos ya que es transportado desde Brasil a través del río (aparte, a diferencia del antiguo asentamiento, que se encontraba a menos de un kilómetro de la frontera, el nuevo se encuentra a más de dos).

Recurriendo a la experiencia previa en el sistema constructivo empleado se pudo construir a muy bajo costo, aunque es necesario mencionar que se hizo difícil colaborar con empresas constructoras, ya que éstas no encontraban incentivos para desarrollar proyectos con un presupuesto tan ajustado, sin los medios técnicos necesarios y, además, con materiales no convencionales.

FUNHAB ha diseñado todo el proyecto, que después ha sido adoptado ampliamente por la población, con un coste total de alrededor de 20.000 dólares, sin ningún tipo de préstamo ni ayudas. En este punto hay que decir que el Fondo Social y Productivo de Bolivia, aunque no tiene medios para desarrollar ningún plan de vivienda, se embolsa por la gestión un 10% de cada proyecto.

Proceso

El primer desafío para llevar a cabo el proyecto fueron las condiciones del clima de la zona, con temperaturas de 38-40oC, miles de mosquitos y malaria, que dificultaron las tareas de evaluación y replanteo hasta el punto de hacer enfermar de malaria al responsable, aunque tuvo la suerte de regresar a tiempo para recibir asistencia médica.

La distancia entre La Paz y Cobija (capital del departamento) es de alrededor de 1.200 kilómetros, un vuelo de hora y media, mientras que hasta Montevideo de Rapirrán hay otros 300 kilómetros a través de autopistas brasileñas, otras dos horas de viaje, que incluyen volver a cruzar la frontera y cruzar el río Abuná.

La población --hombres, mujeres y jóvenes-- ha trabajado en el desbroce del terreno para deslindar las parcelas y en la construcción, con madera de itaúba, de un puente de 60 metros de longitud sobre el río Abuná para unir las orillas boliviana y brasileña.

Durante todo el proceso se han celebrado un gran número de reuniones con la población, primero para censar a las fmailias y después para seleccionar el mejor modelo arquitectónico y los sistemas de saneamiento y de captación de agua a emplear. También hubo dos reuniones con las autoridades locales para conseguir apoyo oficial de La Paz, capital del país.

Aspectos tecnológicos

El método adoptado para construir las viviendas implica el uso de muros prefabricados de hormigón armado, con molduras metálicas para reforzar los puntos de esfuerzo crítico. Los muros tienen forma hexagonal --basada en una de las formas más resistentes de la naturaleza: los panales de abejas-- sobre los que apoyan una bóveda semiesférica con un espesor de tan sólo 2,5 cm. Esta estructura soporta grandes cargas sin necesidad de vigas ni pilares intermedios.

La cimentación tiene forma de paralelogramo y está realizada con cemento y pequeñas piedras o piezas cerámicas. Cada muro tiene una altura de 2,6 m, una superficie de 2,34 m2, un peso de 96 kg (frente a los 116 kg de un muro similar de ladrillo) y un momento de inercia muy elevado. Pero su característica más importante es su bajo coste: 15 dólares, aunque no se trata de un producto comercial ya que sólo se produce para su empleo en estos proyectos. FUNHAB desarrolló esta tecnología, con apoyo del gobierno boliviano, para utilizarla en proyectos de bajo coste; otra característica importante de estos muros es que pueden utilizarse como cubiertas y losas auto-portantes, ya que soportan cargas laterales gracias a su estructura nervada.

El principal secreto para desarrollar la tecnología descrita es la manufactura de los moldes, que han de ser necesariamente de hierro para obtener una superficie uniforme (¡que sólo necesita una mano de pintura!) después de un proceso de seis horas de endurecimiento.

Por último, resulta cómodo trabajar con este sistema porque se trata de un proceso de montaje más que de construcción.

En definitiva, este sistema constructivo es una respuesta a la falta de materiales de construcción que aprovecha la experiencia acumulada para ayudar a las personas con menos recursos y sin hogar de Bolivia.

Resultados obtenidos

El apoyo y la colaboración de la población, a través de reuniones y de grupos organizados de trabajo compuestos por hombres y mujeres, ha sido el principal impulso en la creación del nuevo asentamiento para estas cien familias.

Se ha conseguido una mejora en la vida de grupos humanos como es el caso de estas cien familias, con sus mejeres, niños y ancianos, gracias a su decisión de colaborar para llevar adelante este proyecto. Las mejoras se pueden concretar en los siguientes aspectos: seguridad en la titularidad de los terrenos donde se asientan sus viviendas, mejoras en las relaciones entre la comunidad y las autoridades locales para la creación de un comité de agua y energía.

Se ha aprobado una estrategia, consensuada entre los líderes comunitarios y las autoridades locales y centrales, para crear una organización de base territorial con el objetivo de representar a la población y de poner en marcha un programa de formación profesional para el mantenimiento de los sistemas de saneamiento y de suministro eléctrico.

Por último, se ha constatado una tendencia a organizar asociaciones para la seguridad, la salud, la educación y el desarrollo económico. Por ejemplo, la noche que se declaró el incendio, toda la población brasileña que vivía frente al poblado cruzó el río para ayudar a crear una cadena humana para sofocar el fuego.

Sostenibilidad

Para hacer frente a desastres naturales como el incendio o las inundaciones anuales, la población tiende a organizarse mejor; a pesar de no tener ningún tipo de deudas, han decidido pagar una serie de cuotas para sufragar diversos gastos, como el transporte aéreo a La Paz u otros pequeños gastos.

Social y económica

Todas las familias tienen ahora mayores ingresos a través de su principal actividad, que es la venta al por menor en Brasil. Los productos son adquiridos en la zona franca de Cobija, almacenados en las propias casas y posteriormente vendidos, con un pequeño margen, a los brasileños que acuden en busca de artículos a bajo coste. Todo este proceso está enmarcado en un acuerdo con las autoridades locales por el que están exentos de impuestos toda una serie de productos como alimentos, enseres domésticos, textiles, juguetes, etc.

La mayoría de las familias están formadas por un matrimonio con dos o tres hijos en edad escolar, con una media que se sitúa en cinco miembros por familia.

Cultural

Todas las familias vienen de La Paz, han recibido educación en castellano y son de religión católica, por lo que han heredado todos los aspectos de la cultura boliviana.

Ambiental

En el antiguo asentamiento las aguas negras terminaban en un pozo, contaminando el subsuelo, mientras que el agua potable para cocinar sus alimentos era adquirida en Brasil. El nuevo asentamiento cuenta con una serie de conductos que llevan las aguas residuales a una planta de tratamiento, de forma que se evita la contaminación del subsuelo y se puede extraer el agua potable directamente del acuífero, para lo cual se cuenta con un depósito en altura alimentado por un bomba que mantiene la presión en la red de distribución.

Lecciones aprendidas

En todos los casos de desastres naturales --incendios, inundaciones, terremotos-- se ha procurado evitar los procedimeintos burocráticos y acudir directamente al correspondiente personal de campo. Aunque los primeros días el escenario de los desastres se llena de periodistas y televisiones, éstos enseguida vuelven a sus despachos de la ciudad y se echa en falta una información precisa, por lo que no hay suele haber una guía de cómo actuar en estas situaciones.

La primera lección es que hay que realizar una acción preventiva y preparar una guía sobre cómo actuar frente a los posibles desastres.

Una segunda lección es que resulta preferible ofrecer formación a la población afectada sobre temas técnicos antes que desarrollar costosos programas de edificación. En otra experiencia desarrollada en Santa Cruz, también después de un incendio forestal que destruyó 634 viviendas, se improvisó un curso sobre electricidad a la población, ya que, aunque estaban auto-construyéndose sus viviendas, no contaban con electricistas; el coste de cada instalación habría supuesto 25 dólares, sin embargo, tras el curso, 26 alumnos aprobaron su examen final y pudieron realizar la instalación de todas las viviendas. En otras poblaciones este sistema ha sido bien recibido ya que la formación profesional suele ser cara y en muchas ocasiones no hay posibilidad de acceder a ella en las proximidades. La mejor forma de ahorrar costes y buscar nuevas fuentes de ingreso para la población es la formación profesional en temas estratégicos; en este sentido, el gobierno podría instalar centros formativos a los que acudirían alumnos becados de los diversos asentamientos. De hecho, el gobierno boliviano ha felicitado al responsable de la práctica por esta iniciativa.

El establecimiento de un banco de suelo tendría un gran impacto en este tipo de proyectos, ya que existe una gran cantidad de suelo a bajo precio en los alrededrores de las grandes ciudades, pero hay una falta de recursos debido a la importante crisis monetaria que sufre el país que retrasa cualquier plan de urbanización. Además, hay dos cuestiones que impiden el desarrollo de los programas de auto-construcción: se producen numerosos cambios en los departamentos responsables de formular las políticas económicas y sociales y de garantizar su cumplimiento; y la normativa de edificación existente está obsoleta, muchas veces heredada de la época colonial, que dificulta las innovaciones tecnológicas y que limita la edificación de nuevas viviendas. Para resolver esta situación, el gobierno podría intervenir en el sector de la construcción obligando a cumplir los códigos técnicos y la legislación urbanística que fomente la auto-construcción.

Transferibilidad

Para replicar cualquier plan dirigido a mejorar las condiciones de habitabilidad es preciso reforzar la capacidad de las autoridades locales para trabajar con las organizaciones comunitarias, movilizar recursos financieros y microcréditos, sin olvidar los aspectos técnicos, como las técnicas y los materiales de construcción, así como la promoción de pequeñas empresas. Otra cuestión a resolver es el acceso a los servicios urbanos, con particular énfasis en la distribución de agua potable. En cualquier caso, todo proceso de urbanización implica buscar procedimiento para regularizar la titularidad de los terrenos donde se ubicarán los nuevos asentamientos o en los que ya se asientan urbanizaciones irregulares, donde vive la mayor parte de la población pobre urbana. Existe una gran tendencia a replicar este proyecto en otras zonas rurales del país que guardan similitudes con ésta (Pando, Santa Cruz, Tarija); su réplica en las zonas urbanas, en los asentamientos irregulares e ilegales que existen alrededor de las grandes ciudades, exige un tratamiento diferente.

FUNHAB ha diseñado un plan para extender este modelo. En la actualidad es propietaria de más de 500 parcelas en dos zonas urbanizables próximas a La Paz, destinadas a población sin hogar y sin recursos, para las que se ha desarrollado un modelo arquitectónico adecuado y asequible. Sin embargo, los colectivos con menores ingresos no están en condiciones o no están dispuestos a cubrir los costes. Incluso en el caso de que puedan pagar, se muestran reacios a hacerlo ya que lo consideran una carga, reminiscencia de la economía esclavista. Por otra parte, cuentan con un importante capital humano: su propia capacidad de trabajo físico, cuando están bien alimentados.

Por otra parte, FUNHAB espera conseguir el contrato de recogida de residuos sólidos urbanos de La Paz, una vez que termine el actual en 2004. El plan de FUNHAB pretende incorporar a personas sin hogar en estas tareas, cubriendo aspectos que en la actualidad están desatendidos, como es la recogida de basuras en los barrios pobres y el reciclaje de los residuos. Las actuales autoridades municipales prefieren destinar el monto total del contrato, un millón de dólares anuales, a este proyecto, lo que también podría cubrir los costes de 200 viviendas. De esta forma, un miembro de cada familia (el padre y/o alguno de los hijos) podría trabajar durante seis meses para pagar su vivienda en propiedad.

Por último, una ONG europea cubriría las necesidades de vestido y alimentación de las familias beneficiarias, mientras que la instalación de un invernadero permitiría a estas familias cultivar sus propias huertas.

Este plan fue remitido, bajo el título de «Un hábitat adecuado para la población olvidada», al Primer Congreso de Medio Ambiente Urbano, celebrado en Madrid (España) entre el 6 y el 10 de julio de 1998, donde fue bien recibido.


Edición del 12-07-2004
Traducción del inglés: Carlos Jiménez Romera
Revisión: María Cifuentes Ochoa
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp2514.html   
 
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