Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1862.html |
País/Estado — Brasil
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — tropical y subtropical
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno central; gobierno regional; gobierno localCategorías — Vivienda: vivienda asequible; carencia de hogar, personas sin hogar; acceso a la financiación de la vivienda; industria de la construcción; mejora y modernización de asentamientos precarios; materiales de construcción y tecnología constructiva; acceso igualitario a la vivienda y su propiedad; viviendas en alquiler; ordenanzas y estándares. Vivienda y derechos humanos: aplicación del derecho a una vivienda digna; prevención de deshaucios forzados; propiedad asegurada; arrendamientos seguros; dotación de infraestructura pública para una vivienda digna; vivienda accesible; habitabilidad y adecuación cultural de la vivienda; vivienda asequible; igualdad de derechos de propiedad y herencia (para las mujeres).
Avenida do Contorno, 6664 - 3º andar Bairro Santo Antonio - Belo Horizonte - MG 30110 110 Brasil tel: 31 3277 6407 fax: 31 3277 7777
El Programa de Reassentamento em Função de risco ou de Obras Públicas (PROAS)Programa de Realojos Ocasionados por Obras Públicas y Catástrofes [e]s un programa para el realojo de familias desplazadas por la realización de obras públicas, aplicable también a las víctimas de catástrofes que no tengan la posibilidad de volver al lugar donde se encontraban sus casas. El PROAS está pensado para atender a familias asentadas en terrenos públicos y cuyos ingresos mensuales son de hasta cinco veces el salario mínimo, aproximadamente cuatro dólares EEUU. Estas familias son consideradas socialmente vulnerables lo cual justifica los subsidios ofrecidos por el Ayuntamiento para la compra de una nueva casa.
Su propósito es la mejoría de la calidad de vida y la integridad física de las familias que necesitan ser realojadas. Las bases de PROAS son:
Prácticas anteriores sólo reconocían una indeminización económica para los propietarios, normalmente de bajo valor y sin derecho a ningún tipo de subsidio. Esto obligaba a las familias a adquirir nuevas propiedades en peores condiciones e incluso en lugares sin infraestructura urbana.
De acuerdo con los criterios del programa, a partir de la información obtenida de las familias a realojar, se escoge la modalidad a través de la cual van a ser ayudadas.
Para ser asistidas por este programa de realojo y seguimiento, las familias necesitan demostrar una estancia de al menos dos años en la propiedad afectada, con documentos que reflejen el nombre, la fecha y la dirección. A los beneficiarios no se les permite tener ninguna otra propiedad ni en el municipio, ni en la región metropolitana. Otras condiciones previas son no haber recibido previamente ayuda de este u otro programa municipal y tener unos ingresos familiares de hasta cinco veces el salario mínimo.
Si no cumple alguno de los criterios anteriores, una familia puede ser asistida por el PROAS en la modalidad de ayuda económica, siempre que demuestre ser titular de la propiedad. Esta modalidad se aplica también a las propiedades comerciales, recibiendo el propietario una indemnización de acuerdo a la tasación de la propiedad.
Además, el PROAS también asiste a familias desalojadas por obras públicas llevadas a cabo por otras instituciones, como la CEMIG, la CBTU, la COPASA o la Compañía de Correos.
La implicación, durante la ejecución del proyecto, de las organizaciones comunitarias en el debate y en las decisiones concernientes al uso de los recursos municipales resulta esencial para entender las necesidades reales de la población, así como para socializar la información recibida.
Por ello, el programa se preocupa por crear espacios de participación para las comunidades implicadas, donde se debatan las prioridades y las formas en las que se va a entregar la ayuda, además de publicar panfletos y manuales con explicaciones sobre la actuación. La rutina del programa incluye encuentros y movilizaciones con las familias implicadas, así como la distribución de toda la información publicada.
Esta guía de actuación es compatible con el refuerzo de una ciudadanía activa ya que promueve la mejora de la calidad de vida de las familias asistidas por las políticas municipales que se desarrolla a través del PROAS. En el caso de PROAS, las formas, los criterios y los procedimientos de la asistencia se definen en función de los objetivos citados:
Período | Realojos | Subsidios económicos | Indemnizaciones (totales) | Indemnizaciones (parciales) | Total | Recursos empleados |
1995/96 | 147 | 56 | 18 | 3 | 224 | 1.684.457,33 |
1997 | 11 | 33 | 15 | 1 | 160 | 1.101.624,77 |
1998 | 101 | 2 | 13 | 54 | 170 | 1.090.312,95 |
1999 | 338 | 17 | 32 | 28 | 415 | 2.601.089,80 |
2000 | - | - | - | - | 301 | 2.949.077,38 |
2001 | 126 | 36 | 71 | 5 | 238 | 2.526.367,14 |
2002(*) | 146 | 12 | 96 | 6 | 260 | 2.823.316,71 |
2003(**) | 168 | 34 | 57 | - | 259 | 2.882.466,97 |
2004(***) | 40 | 6 | - | - | 46 | 651.389,24 |
TOTAL | 1177 | 196 | 302 | 97 | 2073 | 18.310.102,29 |
(**) 24 realojos por valor de 351.000 reales se financiaron mediante acuerdos con CEMIG.
(***) 34 realojos por valor de 510.000 reales se financiaron mediante acuerdos con MANNESMANN. 3 realojos y 6 subsidios económicos por valor de 106.389,24 reales se financiaron mediante acuerdos con COPASA.
Desde la definición de los desalojos previstos, los equipos técnicos de PROAS se ponen en contacto con el resto de las instituciones implicadas, intercambiando y buscando información para el diseño de intervenciones conjuntas.
La inspección técnica de los inmuebles se lleva a cabo por dos equipos: uno responsable de evaluar las viviendas a demoler (equipo de origen) y otro responsable de la inspección de las viviendas a adquirir por los beneficiarios (equipo de destino). El seguimiento social es realizado por un trabajador social durante todas las fases del proceso de realojo. Pueden ayudarle becarios y otros técnicos de acuerdo con el numero de familias a ser realojadas. El apoyo administrativo se realiza por un profesional del área, acompañado de becarios.
Basándose en las demandas de realojo, todos los equipos participan en una inspección conjunta con la Secretaría de Coordinación y Gestión Regional u otra institución responsable de las obras, acompañados de toda la comunidad. En esta inspección, también identifican las propiedades que van a ser precintadas y derribadas, realizando el primer contacto con los propietarios que van a ser realojados. A éstos se les invita a participar en una reunión acerca del proyecto, en ella participan además miembros de los equipos técnicos del PROAS y de otros departamentos de URBEL, así como de organismos responsables de los recursos financieros, la planificación y la ejecución de las obras. También participan otros socios implicados en las intervenciones. Los propietarios son informados acerca del proyecto y de los criterios de realojo y de procedimiento del programa, detallándose cada paso, la valoración de la propiedad y el calendario de realojo. Este es el momento en el que los propietarios pueden, colectivamente, exponer sus dudas, comentarios, críticas y demandas, teniendo a su disposición técnicos de diversas disciplinas capacitados para informarles y escuchar sus peticiones.
Después de esta reunión, se inicia el proceso de inspección de los inmuebles de origen al tiempo que el equipo social realiza el registro de las familias. Este se lleva a cabo casa por casa y los datos, tanto de la inspección como del registro, se basan principalemnte en la información dada por los habitantes, en las condiciones físicas de los inmuebles y en la documentación presentada. Ésta, a veces carece de una validez legal, sobre todo en el caso de la documentación sobre las mejoras realizadas en las viviendas. El proceso genera conflictos y disputas acerca de las ayudas, especialmente en el caso de parejas unidas informalmente. Es muy importante resaltar que una de las características de las familias asistidas es la alta incidencia de la informalidad de las relaciones matrimoniales y la disgregación familiar, siendo a veces la mujer la única responsable del mantenimiento de la familia a causa de la ausencia, la omisión o la incapacidad del hombre de hacer frente a las responsabilidades familiares, incluso cuando es el cabeza de familia.
La inspección de los inmuebles de origen empieza por la delimitación y el estudio forográfico de los edificios a derribar. Los técnicos responsables los delimitan y hacen los croquis de cada edificio para, después en la oficina, calcular su valor en una tabla específica que aplica los índices de apreciación y depreciación intentando valorar las mejoras realizadas y considerando el interés social del programa. El objetivo es la mejora de la calidad de vida de los habitantes a realojar, quienes no se han beneficiado nunca de las intervenciones urbanas realizadas en el área donde viven y sólo con este programa tienen la oprtunidad de mejorar sus condiciones de vida. La inspección de los inmuebles a demoler se documenta y permanece a disposición de los vecinos.
Tras el registro y la inspección, las familias están cualificadas para recibir una indemnización o una vivienda nueva, según cada caso. Para optar a una vivienda nueva, deben haber vivido al menos dos años en la zona, no tener ninguna otra propiedad y tener unos ingresos familiares de hasta cinco veces el salario mínimo. Las familias que cumplen estas condiciones eligen una vivienda para su realojo, que debe ser inspeccionada para garantizar que cumple las condiciones de habitabilidad y cuenta con las infraestructuras básicas.
Las viviendas elegidas por los beneficiarios son inspecionadas y en caso de pasar el examen técnico, son compradas, documentándose todo el proceso, incluyendo croquis, fotografías y tablas de tasación. Las propiedades que no superan la evaluación también son registradas y los candidatos son informados acerca de la denegación, solicitándoles que indiquen otra vivienda y dándoles instrucciones acerca de las condiciones que ésta debe cumplir para ser aprobada.
Cuando se aprueba la adquisición de una propiedad, se envía un certificado dela inspección al equipo administrativo que verifica si el edificio tiene alguna carga (agua, electricidad, impuestos...) y busca los recursos necesarios para pagar el inmueble. Una vez obtenidos, el equipo contacta con el propietario y elabora el contrato de la transacción: adquisición y compra, cuando hay documentación legal o transferencia de propiedad, cuando no hay documentación legal, fijandose el día del pago. Las tres partes deben estar presentes: URBEL, beneficiario y propietario. Finalmente se decide el día del traslado de la familia realojada.
Así, en todos los casos atendidos por PROAS, desde la identificación y registro de la familia hasta el realojo, todas las fases se desarrollan con el conocimiento de todos los miembros de ésta. De esta manera se trata de garantizar que, en caso de parejas informales, tanto el hombre como la mujer se beneficien cuando la unión es estable, evitando la exclusión de ninguno de ellos, excepto cuando ambos expresen su acuerdo en que sea así. El objetivo es garantizar el derecho de las mujeres a una vivienda digna en condiciones seguras.
El realojo controlado comprende los siguientes pasos:
El principal resultado de PROAS es el establecimiento de un marco de trabajo legal, institucional y programático con objetivos, principios y sistemas de evaluación y control diseñados específicamente para atajar el problema de una manera global.
Es necesario señalar la importancia de realizar un seguimiento del programa para identificar los impactos positivos y negativos y permitir los ajustes necesarios. No obstante, se pueden señalar algunas consideraciones positivas acerca del proyecto:
Cualquiera que sea el motivo del realojo, hay que tener en cuenta que la condición social y económica de las familias en ningín caso puede empeorar, para lo que se establece un subsidio que permite a las familias adquirir viviendas en buen estado, sin riesgos derivados de la edificación del entorno en la que se asienta ésta.
La metodología adoptada para la inspección de los inmuebles a demoler toma en consideración los diferentes materiales empleados para su construcción, lo que resulta en un incremento en el valor de la indemnización. Para la adquisición de nuevos inmuebles, se tienen en cuenta aspectos como la calidad de la edificación y de su entorno. Una de las restricciones se refiere a los casos de establecimientos comerciales o cuando una familia tiene un negocio en su propia residencia, en cuyo caso el subsidio económico se eleva al tener en cuenta el valor añadido de este uso comercial.
También son importantes los conocimientos específicos en los que se ha profundizado a través del contacto con la realidad en la que se encuentran las familias atendidas en el programa. Cuestiones como la falta o la precariedad de las infraestructuras básicas en los pueblos y barrios más desfavorecidos o la ocupación de las áreas de mayor riesgo se han ido comprendido al tiempo que se producía la transformación de esa realidad.
Se ha puesto el énfasis en los aspectos sociales, económicos y culturales durante la relación entre los técnicos y las familias. Un trabajo social intenso que trata de insertar a las familias en sus nuevos emplazamientos ha roto la resistencia inicial presentada al desalojo.
Se puede concluir que la mayor lección aprendida durante el desarrollo del programa es la necesidad de que en las intervenciones urbanas en pueblos y barrios desfavorecidos se preste atención no sólo a la mejora física de la zona dañada, sino también a la calidad de vida de los habitantes afectados, incluyendo aquellos realojados con el objetivo de hacer posibles las intervenciones que beneficiarán al resto.
URBEL (1996) «Programa de reassentamento. Habitaçao, resgate da cidadanía», Publicación de URBEL y la Prefectura Municipal de Belo Horizonte, diciembre, p. 33
Caixeta, Tarcísio (2000) «O desafio de melhorar as condições de moradia da população de vilas e favelas», Planejar BH, (Publicación de la Secretaría Municipal de Planeamiento de Belo Horizonte), abril, año 2 no. 7
(2003) «Habitação, desafios de responsabilidade social», Fundación Assis Chateaubriand, Informe especial BH cidade viva, diciembre. p. 28-29
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1862.html |