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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1803.html   
Conservación comunitaria del patrimonio construido del Tíbet (Lhasa, China)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2004, y catalogada como BEST. (Best Practices Database)
País/Estado -- China
Región según Naciones Unidas -- Asia
Región ecológica -- alta meseta
Ámbito de la actuación -- barrio
Agentes -- gobierno local; organización no gubernamental (ONG).

Categorías -- Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de puestos de trabajo; formación profesional; acceso a créditos. Procesos de planificación urbana y regional:  planificación comunitaria; remodelación urbana; proceso consultivo; conservación del patrimonio cultural. Arquitectura y diseño urbano: diseño eco-lógico y asequible; conservación del patrimonio arquitectónico; ; diseño comunitario sostenible.


Contacto Principal

Tibet Heritage Fund International (THF) -- organización no gubernamental (ONG)
Pimpin de Azevedo
André Alexander [Andrax888@aol.com]
Berliner Str.68 13189 
Berlin, Germany 
Tlf.: 2834627
Web: http://www.tibetheritagefund.org


Socio

Tibet Heritage Fund International (THF) -- organización no gubernamental (ONG)
Pimpin de Azevedo
André Alexander [Andrax888@aol.com]
Berliner Str.68 13189
Berlin, Germany 
Tlf.: 2834627
Web: http://www.tibetheritagefund.org
Colaboración financiera.
Colaboración política.
Colaboración técnica.Colaboración administrativa.


Socio

Departamento de Patrimonio Cultural -- gobierno local
Mr. An Li
13, Guozijian Street, 100007 
Beijing, China 
Tlf.:+86-10-64061213
Colaboración financiera.
Colaboración política.
Colaboración técnica.


Resumen

En 1996, el gobierno de la ciudad de Lhasa invitó a la Tibet Heritage Fund International (THF, Fundación del Patrimonio del Tíbet),una iniciativa desarrollada inicialmente de forma espontánea que acabó estableciéndose como ONG, a tratar de invertir el proceso de degradación que venía sufriendo la zona antigua de la ciudad durante más de una década, . Después de exhaustivas consultas a la comunidad local se desarrolló un primer concepto para un programa de rehabilitación. Éste incluía la rehabilitación de varios edificios residenciales históricos y la mejora de las infraestructuras. En 1997 se inició un programa de saneamiento y abastecimiento de aguas, y, desde 1998, el Departamento de Patrimonio Cultural de Lhasa se convirtió en socio principal. Se eligió la zona central de Lhasa, Barkor, como área piloto de conservación. También se realizaron varios proyectos completos de restauración y rehabilitación, así como algunas intervenciones de urgencia llevadas a cabo para estabilizar los edificios y evitar daños mayores.

Este proyecto brindaba a los habitantes la posibilidad de formarse profesionalmente con maestros tibetanos y expertos extranjeros. Se llegó a capacitar profesionalmente a más de 300 tibetanos (de los cuales más del 50

Los habitantes participaron tanto en la fase de planificación como en la de realización, lo que incluía participar en los trabajos de construcción e infraestructuras. La THF ha invertido en estos proyectos más de 800.000 dólares. Se formó profesionalmente y se dio empleo a más de 300 tibetanos, de los cuales la mayoría han encontrado trabajos posteriormente. El proceso de degradación del centro pudo finalmente invertirse, con lo que el florecimiento de la población de Barkor fue evidente. El Departamento de Patrimonio Cultural continúa el proyecto desde 2002 con fondos del gobierno central. La idea del proyecto ha sido extensamente apreciada, y el THF ha sido invitado por diversas instituciones regionales chinas, miembros del parlamento mongol y por grupos de interés de la región india himalaya de Ladakh para que se apliquen estas mismas ideas en sus respectivas regiones. El método participativo usado en Lhasa para la restauración y rehabilitación del patrimonio cultural urbano se ha adoptado como base para un desarrollo alternativo de barrios históricos en la capital china de Pekín. La idea fue presentada en una conferencia celebrada en universidad de Tsinghua, con el patrocinio de la Unesco y los gobiernos francés y alemán, el 30 de octubre del 2002.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

Los tibetanos son una de las minorías étnicas de China cuyos derechos están protegidos constitucionalmente. La ciudad de Lhasa constituye su centro tradicional, cultural y religioso. El centro histórico de Lhasa, que es el distrito con mayor densidad de población tibetana, comenzó a degradarse a partir de la gestión estatal de la vivienda en los años sesenta. Los edificios empezaron a carecer de la adecuada infraestructura, por ejemplo, de agua potable. Algunas áreas se convirtieron en guetos. Los niños pequeños contraían enfermedades relacionadas con el agua, así como diarrea crónica. Los barrios históricos se reemplazaron por edificios nuevos que no guardaban ninguna relación con las condiciones naturales y climáticas locales. Los habitantes de estos distritos históricos, en su mayoría familias con bajos ingresos, fueron abandonando la ciudad antigua. Los edificios comenzaron a degradarse y los conocimientos tradicionales de edificación y de artes aplicadas comenzaron a desaparecer rápidamente .

Establecimiento de prioridades

Los particulares indicados anteriormente establecieron contactos locales y formaron grupos de presión hasta que la municipalidad accedió a cooperar con la ONG que formaban. La primera actividad que se llevó a cabo fue un estudio social de tres meses de duración en el área afectada, con el fin de establecer prioridades, realizado por Doña Pimpim de Azevedo. En el estudio, los habitantes indicaron sus preferencias por un régimen de propiedad, así como por la disponibilidad de agua potable y saneamiento, también se decantaban por las viviendas tradicionales, que están climáticamente adaptadas al ambiente de alta meseta. También se establecio el entorno social del barrio como prioridad. Con todo esto, la THF diseñó un programa para rehabilitar los edificios residenciales históricos más afectados y mejorar las infraestructuras de abastecimiento de agua y saneamiento de la zona. Se volvió a consultar a los habitantes de cada edificio para las fases posteriores de planificación y de intervención. Se hizo evidente entonces la carencia de ciudadanos tibetanos locales para los oficios de artesanos, fontaneros, electricistas e ingenieros y arquitectos, con lo que se estableció una segunda prioridad: la formación profesional de estas personas en un ámbito local.

Formulación de objetivos y estrategias

La conservación del patrimonio cultural de la ciudad antigua de Barkor se antojaba imposible sin el apoyo e implicación de la comunidad local. Por ello, el proyecto se concibió como un puente entre las comunidades locales y el gobierno. Esto se logró por medio de las reuniones de la Agrupación del Barrio de Barkor (oficialmente registrada), que posibilitó el debate sobre temas urbanos. Esta reuniones dieron lugar a las prioridades mencionadas anteriormente, así como a la predisposición de los residentes de emprender un importante trabajo de mantenimiento para poder hacer sostenible el proyecto.

Con el fin de atraer el suficiente interés y apoyo por parte del gobierno, se enfatizó el valor turístico potencial del centro restaurado de la ciudad. Se propuso hacer un listado de importantes edificios históricos particulares, para que, así, más adelante, los edificios restaurados pudieran ser expuestos como modelos del proyecto. Así, la primera fase de la estrategia consistía en una pronta rehabilitación de dos de los monumentos claves: la casa Tadongshar y la casa Trapchishar. Dichas edificaciones fueron profusamente visitadas por funcionarios del gobierno, turistas y ciudadanos de a pie de Lhasa, una vez que la rehabilitación se hubo completado. Esto encaminó el proyecto hacia una segunda fase de rehabilitación de una pequeña barriada compuesta por ocho edificios, que significó el primer paso para una aproximación en escala a la ciudad antigua como conjunto.

En lo que respecta a la realización de las obras, las empresas de construcción gubernamentales resultaron inadecuadas, por cuanto éstas se dedicaban mayoritariamente a nuevas construcciones. Así pues, se hizo evidente la necesidad de devolver a los artesanos mayores a la actividad, para formar profesionalmente a una generación más joven. Tradicionalmente, los hombres dominaban las obras y la construcción, y el papel de la mujer se limitaba a transportar agua, materiales, etc. Para aumentar el nivel de implicación, se formaron tres equipos de mujeres que recibieron formación en la construcción de tejados, potabilización de agua y enlucidos de paredes. También se dio a las mujeres preferencias de empleo y formación profesional en los aspectos de gestión de proyecto y logística, contabilidad, contratación y aprovisionamiento. Estos objetivos fueron llevados a cabo por la THF, y las aportaciones del Departamento de Patrimonio Cultural desempeñaron un importante papel en su realización.

Movilización de recursos

Los fundadores y directores de la THF realizaron viajes a Pekín, Europa y Norteamérica con el fin de recaudar fondos durante conferencias y reuniones con organismos donantes. La Fundación Trace, con sede en Estados Unidos, resultó crucial en las primeras fases de financiación. Las embajadas alemanas y holandesa en Pekín visitaron el lugar del proyecto en Lhasa, sobre todo a partir del embajador holandés, Ate Oostra. La movilización de recursos humanos fue una tarea sencilla: en Lhasa los obreros tenían una gran predisposición por incorporarse al trabajo. Unos 2.000 ciudadanos tibetanos desempleados solicitaron unirse al programa de formación profesional, de los cuales se aceptó a 300. Se ofrecieron, para la formación profesional de tibetanos, expertos de los cuatro continentes: China (incluido Hong Kong), Japón, Sudáfrica, E.E.U.U., Alemania, Portugal, Inglaterra, Finlandia, Suecia, así como a ayudarles de múltiples formas por poco más que los costes, inmediatamente después de tener noticia del proyecto. Esto implicó que los fondos recaudados se gastaron de una forma directa y local del proyecto, sin que hubiese picos significativos ni elevados salarios de expertos extranjeros, etc, lo cual ayudó considerablemente al presupuesto. Si se hubiese pagado a todos los expertos extranjeros que participaron, los costes del proyecto se hubiesen duplicado. El Departamento de Patrimonio Cultural utilizó entonces los evidentes y notables resultados para solicitar fondos al gobierno central y continuar avanzando en el proyecto.

Proceso

Después del exhaustivo estudio social y edificatorio del barrio en cuestión, y del establecimiento de las prioridades, la realización precisaba de una adecuada preparación. La rehabilitaciones iniciales de los edificios, llevadas a cabo por empresas constructoras, resultaron inadecuadas, debido a la falta de habilidad en construcción tradicional y técnicas edificatorias. El factor clave que contribuyó al éxito del proyecto fueron los obreros veteranos (la mayor parte de ellos de entre 60 y 70 años) que se reincorporaron a la actividad laboral para trasmitir sus conocimientos.

Los departamentos de abastecimiento de agua y saneamiento de la ciudad de Lhasa llevaron a cabo mejoras en la infraestructura ayudados por diez tibetanos locales formados en el oficio de fontaneros de forma específica para este proyecto.

Se eligieron los edificios para la rehabilitación basándose en el compromiso y la participación comunitaria. Durante el proceso del estudio social, la comunidad de la Casa Tadongshar (véase la página web del proyecto, http://www.tibetheritagefund.org, para la identificación de estos edificios) se interesó inmediatamente por el creciente potencial de su histórico edificio vecinal, con lo que fue elegido como primer edificio clave para ser rehabilitado por los artesanos locales. Asimismo, se celebraron más reuniones con los habitantes con el fin de planear la rehabilitación, y discutir la infraestructura y la intervención en cada piso. A lo largo de todo el proceso, se mantuvieron reuniones semanales a las que las partes propietarias podían acudir para, de esta manera, ver el trabajo en proceso y discutir acerca de su desarrollo. Esto ayudó a incrementar la valoración de todo el trabajo que el proceso implicaba, lo cual era importante porque los residentes serían después responsables de su mantenimiento y puesta a punto con regularidad. Ya durante el trabajo en Tadongshar, las comunidades vecinas solicitaban que su bloque vecinal fuese el siguiente en ser rehabilitado. De hecho, a lo largo de todo el proceso, había una lista de espera de edificios por rehabilitar. Sin embargo, no se aceptaron peticiones individuales hasta que la comunidad entera y todos sus residentes alcanzasen consenso sobre qué hacer y de qué manera hacerlo. Ya que parte de la rehabilitación consistía en el desmontaje de tejados y en la realización de ampliaciones de patios, debido a que los propietarios señalaban una continua falta de espacio, un prerrequisito necesario fue el importante proceso de debate previo entre propietarios.

Se encontró oposición por parte de promotores que favorecían a hoteles y bloques de vivienda de elevado coste frente a las viviendas existentes. Dados los precios exorbitantes y las condiciones climáticas inadecuadas de estos proyectos, le hacían un flaco favor a la comunidad. Después de que fuesen listados 93 edificios, hubo varios intentos de demoler algunos de ellos. Entre 1998 y 2000 estos intentos fueron bloqueados con éxito por el alcalde de Lhasa, Lobsang Gyentsen. D.An Li y D. Guo Bao, del Departamento del Patrimonio Cultural, con el apoyo de Guo Zhan de Pekín, continuaron cubriendo otros factores clave del proyecto.

Resultados obtenidos

Se ha conseguido proteger 93 edificios de forma permanente y se ha rehabilitado una parte importante del área central de Barkor. Se ha mejorado en gran medida las condiciones de vida de 1.000 habitantes.

Se han reparado edificios de apartamentos en estado de ruina. Hay agua potable disponible, y se ha mejorado el saneamiento.

Los residentes se encuentran ahora más unidos, al darse cuenta de que la comunicación entre ellos ayuda a conseguir mejoras. Para el gobierno de Lhasa, la interacción con los residentes en lo que se refiere a rehabilitación urbana ha sido una experiencia importante.

El gobierno ha cambiado de forma significativa su política: hasta 1998, el objetivo oficial era haber reemplazado todas las edificaciones antiguas existentes para el 2000. Desde el comienzo del proyecto, la rehabilitación y conservación de los edificios históricos y tradicionales y sus barriadas se ha convertido en una política oficial.

En fechas anteriores a 1996, los edificios protegidos de la región no podían ofrecer la función de edificios residenciales y tuvieren que ser convertidos en museos, condenando a los edificios a convertirse en edificaciones protegidas pero sin función residencial. Desde que se llevó a cabo el proyecto, se ha convertido en una práctica ampliamente aceptada el hecho de restaurar y proteger los edificios para que sigan sirviendo como hogares para la comunidad de residentes.

Se ha formado profesionalmente a 300 artesanos, algunos de ellos actualmente están formando a otros artesanos en Lhasa y otras partes de China e incluso en Mongolia. Muchos de estos aprendices han conseguido encontrar empleos de su oficio en Lhasa.

Las mujeres también participaron este proyecto, incluidas contables, supervisoras de logística y expertas artesanas, y han ofrecido un importante modelo a seguir para toda la comunidad.

Quizá el resultado más importante del proyecto ha sido el cambio de actitud hacia la arquitectura histórica, los barrios antiguos y el patrimonio cultural. Antes de la realización del proyecto, las ideas que prevalecían sobre la arquitectura y el patrimonio cultural eran que los edificios y barriadas antiguos habían llegado al límite de su utilidad, y se les asociaba con la idea de retroceso. Así, sólo algunos edificios y monumentos aislados se preservaban como reliquias del pasado, mientras barriadas enteras se reemplazaban con edificaciones supuestamente modernas, la mayor parte de ellas inadecuadas a las condiciones locales climáticas y ambientales. El proyecto ha puesto de manifiesto que los enfoques alternativos al patrimonio cultural y ambiental pueden contribuir no sólo al desarrollo económico local, mediante la creación de puestos de trabajo y revitalización de habilidades, sino también como medio para fortalecer las comunidades y su identidad y contribuir al desarrollo del turismo. Hoy, las edificaciones tradicionales e históricas han recuperado el lugar excepcional que les corresponde en Lhasa, y se espera que el Departamento de Patrimonio Cultural continúe rehabilitando edificios para comunidades residenciales en el futuro.

Sostenibilidad

Sostenibilidad financiera: el proyecto fue capaz de atraer fondos internacionales y del gobierno central, pero se apoya sobre todo los recursos locales. Esto incluye contribuciones económicas, pero sobre todo el trabajo de los habitantes. Debido al rápido crecimiento económico de China, el interés en invertir en desarrollo urbanístico de Lhasa también es alto, así que el reto era y sigue siendo definir de una forma adecuada lo que se desea conseguir en cuanto al desarrollo del área antigua para, así, canalizar las inversiones de forma coherente con estos objetivos. La sostenibilidad financiera a largo plazo ha recibido un importante impulso desde que el gobierno central y el Departamento de Patrimonio Cultural se han implicado. Se espera que los cambios en las políticas se dirijan de nuevo al uso de recursos existentes y se extiendan y amplíen a proyectos de otras áreas.

Sostenibilidad económica: cuando se ampliaron las posibilidades de empleo para tibetanos locales sin educación superior (esta situación es mayoritaria en la región), gracias al programa de formación profesional, solicitaron unirse 2.000 personas, de las cuales se aceptó a 300. Los graduados han conseguido generalmente empleo en la construcción y restauración, o bien ellos mismos ya están formando profesionalmente a otros. La THF mantiene un porcentaje del 50Sostenibilidad cultural y ambiental: el proyecto reavivó con éxito algunos de los aspectos más relevantes de la cultura tradicional, contribuyendo así a un renovado orgullo por las técnicas locales, elementos que acabarán beneficiando a largo plazo al Tíbet mediante el turismo y las industrias relacionadas con éste. El proyecto ha conseguido cambiar profundamente la actitud, tanto de residentes como de funcionarios del gobierno, hacia las edificaciones antiguas y hacia las técnicas tradicionales. Se ha reavivado así el interés sobre el patrimonio arquitectónico del Tíbet y las relaciones que subyacen entre el ser humano y el entorno natural. Asimismo, el proyecto ha contribuido a documentar técnicas constructivas tradicionales, que hasta entonces pasaban de generación en generación, o bien oralmente o mediante el aprendizaje directo del oficio.

Igual de importante es el hecho de que en la arquitectura tradicional se haga uso de materiales disponibles en el entorno local, y se ahorre energía mediante un diseño exclusivo de la edificación, usando barro como aislante y excrementos de yak secados al sol como combustible. Estos beneficios fueron, más tarde, mejorados mediante la instalación de calentadores solares para el agua y duchas en algunos edificios, y mediante la mejora de los diseños de las ventanas y los lucernarios orientados hacia el sur.

Lecciones aprendidas

La comunidad local es el factor más importante en la rehabilitación sostenible del patrimonio cultural urbano. Esto implica que se debe involucrar a la comunidad en todas las fases del proceso, desde la toma de datos hasta el diseño del proyecto y su realización. Unos estudios socioeconómicos detallados son un buen punto de partida de cara al diseño del proyecto, para poder entender las aspiraciones locales y convertirlas en objetivos del proyecto claramente definidos y compartidos por toda la comunidad.

Otra importante lección aprendida es que las obras de rehabilitación las llevan mejor a cabo artesanos y constructores que estén satisfechos con su trabajo y con su papel dentro del proyecto. En el caso concreto de este proyecto, fue a los propios habitantes a los que se les formó en la profesión de constructores. Los contratistas convencionales no pudieron poner a prueba con éxito su trabajo, porque ni tenían la suficiente motivación como para aprender nuevas técnicas, ni tenían ningún interés real en el tema de la rehabilitación.

Muchas veces se califica a las tradiciones locales como irrelevantes durante periodos de rápido crecimiento urbanístico y modernización. Sin embargo, las técnicas tradicionales, con frecuencia nos ofrecen modos de vida que tienen muy en cuenta el entorno y las condiciones locales sociales y climáticas. Por lo tanto, los proyectos de rehabilitación urbana deberían primero entender completamente las tradiciones locales para, así, desarrollar soluciones acordes con estas, en vez de importar diseños e ideas de otras regiones.

Transferibilidad

Al igual que ocurre en muchas sociedades, donde se transmite la historia de forma oral, también es posible que la transmisión de conocimientos y técnicas se pierda en períodos de rápido crecimiento urbanístico y de cambio social. El proyecto se ha encargado de documentar estas técnicas, reavivando así esta cadena de trasmisión, lo que incluye el mantenimiento mediante varias técnicas, incluyendo el uso de dibujos de estilo tibetano en vez de planos arquitectónicos, que los artesanos locales no entendían fácilmente. La formación y apoyo in situ diarios para facilitar la enseñanza de nuevas técnicas, como electricidad, fontanería, y el uso de técnicas y materiales de construcción modernos también se ha documentado. Estos sistemas y técnicas, incluido el tipo de formación y aprendizaje que se ha revelado como efectivo para proyecto, están ahora disponibles en la página web de éste y los usan otras personas y comunidades interesadas en aplicar esas lecciones aprendidas a la realización de sus respectivos proyectos.

Asimismo, se han preparado artículos, vídeos y dibujos del proyecto para poder responder a la creciente demanda de transferibilidad a otros proyectos. Otros proyectos que hacen uso de estas herramientas son, por ejemplo, el programa de rehabilitación y conservación de Pekín y Ladakh. En Pekín, con la colaboración del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Tsinghua, se adaptó el enfoque comunitario de Lhasa (incluidos los estudios arquitectónicos y sociales) para preparar un plan de rehabilitación para tres de los distritos históricos de 'Hutongs' (callejones) de Pekín. Este plan se envío a las autoridades de la ciudad y a día de hoy se espera su evaluación.

También se adaptó esta práctica de rehabilitación de edificios y formación profesional en Mongolia, Ladakh y en regiones con minorías tibetanas en las provincias chinas de Sichuan y Qinghai, normalmente a raíz de la invitación de comunidades locales e instituciones que tenían conocimiento del proyecto Lasha. Los graduados del proyecto de Lhasa formaron profesionalmente a la gente de estas áreas en las técnicas tradicionales.

La transparencia y claridad de todas partes del proyecto ha sido, en todo momento, esencial, y, en lo sucesivo, la THF deberá seguir esforzándose para aumentar esta transparencia y el cumplimiento riguroso de las alianzas con los departamentos gubernamentales, incluso con los que no están involucrados de forma directa en el proyecto. Creemos firmemente que el hecho de que se reconozca este trabajo de cooperación servirá de motivación a las autoridades del gobierno central para continuar su compromiso con los trabajos de rehabilitación.

Perfil Financiero

Socio19981999200020022003
THF100%75%50%5%-
Dpto Patrimonio Cultural-25%50%95%100%
Presupuesto total (dólares EE.UU.)173.931450.000800.000800.000800.000

Referencias

Kucklick, Cristoph  (2002)   «Der Kampf um Alt-Lhasa»,   GEO, Special Himalaya, Hamburg, la principal revista alemana de geografía y viajes, número 4, p28-36 
Qiong, Su  (2000)   «Barkor Street Preservation»,   China's Tibet, la revista oficial nacional que trata asuntos culturales y de desarrollo del Tíbet, número 6, p39-41 
Yiu, Benjamin y THF  (2000)   «Forefront of Lhasa historical buildings preservation»,   SPACE, 2 partes, en la revista de arquitectura SPACE (Hong Kong), números 17 y 18, p108-113 y p104-109 
  (1999)   «Bessinung aufs Erbe»,   in Neue Zuercher Zeitung. Switzerland 
Alexander, André  (1999)   The Lhasa Old City Rehabilitation Program   Penang Malaysia 
Schittich, Cristoph  (1999)   «Extension, Conservation and Rehabilitation: a View of Asia»,   DETAIL - Review of Architecture, número especial 
Azevedo, Manuela; Alexander, André  (1998)   The old city of Lhasa - Report from a conservation project   Berlín 
Maas, Harald  (1998)   «Abrissbagger in der Stadt der Gotter»,   Frankfurter Rundschau, número 38, p3 
Maggio, Meg  (1998)   New Hope for Lhasa's Old Buildings   Orientations, Hong Kong 
Alexander, André  (1995)   «Inner City of Lhasa 1948-1995»,   Proceedings of the 7th seminar of the International Association for Tibetan Studies (IATS), Graz, Steinkellner et al, Oesterreichische Akademie der Wissenschaften, Vienna 

Edición del 12-07-2004
Traducción del inglés: Alejandro Gallego Lozano
Revisión: María Cifuentes Ochoa
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1803.html   
 
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Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la EdificaciónDepartamento de Urbanística y Ordenación del Territorio