Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1772.html |
País/Estado — Perú
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — alta meseta; montañosa
Ámbito de la actuación — pueblo
Agentes — organización no gubernamental (ONG); organización de base comunitaria (OBC); agencia internacionalCategorías — Desarrollo económico: desarrollo económico local / metropolitano; formación de capital y capacidad empresarial; capacidad empresarial; oportunidades para la cooperación; microcréditos; acceso igualitario a los recursos económicos. Gestión ambiental: restauración ambiental; seguimiento y control; sostenibilidad ecológica; gestión de recursos; ecoturismo; indicadores de sostenibilidad. Equidad de género e inclusión social: funciones y cometidos por razón del género; necesidades por razón del género; fomento del auto-liderazgo de las mujeres; acceso a los recursos; eliminación de trabas a la igualdad de género (medidas de discriminación positiva).
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Comunidad Campesina de Jatun Ayllu Distrito Pusi/ km 85 Carretera Puno-Juliaca-Taraco-Pusi (No existe una dirección precisa, por ser zona rural) Puno PerúColaboración financiera.
Reducción de la pobreza:
Según reportes de la FAO (Serie Desarrollo Rural Nro 09 - 4ta.
Edición-95), las vacas criollas latinoamericanas producen un promedio
3.5 litros de leche por día; en la zona de desarrollo de la iniciativa
han estado produciendo mucho menos: 1.8 litros por día (0,29 dólares EEUU por cada
litro o bien 0,522
dólares EEUU por cada vaca y día);
ahora, por el incremento de forraje de totora, las vacas han aumentado
su rendimiento a 3 litros, lo que significa (0,87
dólares EEUU por vaca y día) un incremento del 66.6%, además por el aumento de forraje,
las familias están incrementando su hato ganadero.
Manejo técnico del recurso totora:
En la zona de ejecución de la iniciativa, los totorales proporcionaban
un promedio de 55 Tm/ha de forraje, debido a un manejo
inadecuado (cosechas incorrectas), luego de la aplicación del principio
de desarrollo sostenido: «Cortar en el momento oportuno y con cuidado
para no malograr las plantas y poder tener más, para mañana», se
incrementaron los rendimientos de forraje de totora a 85 Tm/ha,
debido a las acciones de capacitación participativa sobre el manejo del
totoral.
La biodiversidad:
En las zonas acuáticas de desarrollo de la totora se encuentra el
sustento alimentario (proteína) de las familias ribereñas,
proporcionado por los peces nativos y las especies de avifauna
(anátides), cuya disminución es perceptible. Al aumentar las áreas de
totora por los trabajos de plantación, la biodiversidad lacustre se
está incrementando, aumentando también sus beneficios.
Participación positiva de asociaciones:
La colaboración de los socios ha facilitado lograr los resultados,
considerando acciones de planificación participativa, en donde las
relaciones técnicas, sociales, productivas y económicas se han dado de
abajo hacia arriba y de adentro hacia fuera en la comunidad,
considerando primero la opinión y necesidades locales.
Carácter sostenible:
Los resultados prácticos verificables con el aumento de las áreas de
totorales se convierte en una experiencia perdurable, de este
proyecto piloto por lo que las familias continuan plantando.
Otros sectores vecinos y comunidades se encuentran dispuestas a
iniciar esta experiencia por los resultados observados en el lugar de
la inicativa.
Género:
En la familia rural, definitivamente, la mujer es el puntal
decisivo para el desarrollo agropecuario. La iniciativa orientó para dar
mayor peso de decisión a las mujeres, quienes muestran mayor
disposición en la consecución de los trabajos, siendo los varones el
sustento de fuerza física para los trabajos. «No se puede negar la
calidad y presencia indiscutible de la mujer, en
los procesos de cambios importantes, en un planeta en donde el 50% de
sus habitantes son mujeres y son madres del otro 50%».
Por la evaluación realizada por CEDAS y la promoción del Proyecto de Conservación de la Biodiversidad, se seleccionó al Sector Corpa, en la comunidad de Jatun Ayllu, por la situación vulnerable de sus totorales, la necesidad de forraje y la situación de pobreza de las familias. La participación del Club de Madres del Sector fue determinante, ante la duda de los varones en la definición de la ejecución de la Práctica.
Los objetivos y estrategias fueron analizados dentro de la comunidad y aprobados después de su análisis. Los principios de las estrategias propuestas, están orientados a impulsar la gestión local y al respeto por la multiculturalidad, base de la riqueza del conocimiento campesino andino.
Durante el año de trabajo (febrero 2002 a enero 2003), el Proyecto de conservación de la Biodiversidad (dependiente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la Autoridad Binacional del Sistema TDPS (ALT)), destinó los recursos financieros para las actividades de capacitación y ejecución de las acciones de plantación de totora, CEDAS proporcionó los equipos de capacitación y los recursos humanos y técnicos a partir de sus especialistas en capacitación, manejo de recursos naturales y plantación/monitoreo de las plantaciones y la participación comunal. La RNT participó con algunas acciones de capacitación sobre Educación Ambiental. La buena práctica fue desarrollada por las familias comunales capacitadas, quienes aportaron la mano de obra (50%) no calificada y las plántulas de totora (75.000 plántulas); aquí es importante remarcar que ante la duda de los varones por iniciar los trabajos, la participación del Club de Madres fue determinante para la ejecución en la iniciativa, quedando demostrado, de manera práctica, que la mujer es la base de la gestión campesina, especialmente en momentos críticos.
CEDAS, el Proyecto de Biodiversidad y la comunidad se convirtieron en los socios confiables para el manejo de los recursos financieros. Actualmente CEDAS se desenvuelve bajo normas peruanas acordes con la Cooperación Técnica Internacional y se somete a exámenes anuales contables auditados.
La experiencia partió del análisis ambiental realizado en la zona ribereña del Lago Titicaca, promovido por el Centro de Desarrollo Ambiental y Social (CEDAS), en forma conjunta con algunas familias del Sector Corpa, en la comunidad de Jatun Ayllu; los resultados se compartieron con todas la familias lugareñas. Se constató la existencia de totorales deteriorados y se determinó que era importante realizar acciones de plantaciones de totora en los lugares en donde había desaparecido por el mal manejo y por las condiciones ambientales (sequías o inundaciones). Con la finalidad de concretar acciones de plantación (recuperación) el proyecto se coordinó con el Centro Materno del Sector comunal y la Directiva sectorial, quienes proporcionarían la mano de obra no calificada (50%) y las plántulas de totora a plantar (75.000 plántulas), con la Gerencia Peruana del Proyecto de Conservación de la Biodiversidad del Sistema TDPS/PNUD, quienes proporcionarían los recursos financieros para el pago del 50% de la mano de obra no calificada y calificada y la Reserva Nacional del Titicaca (Área Natural Protegida por el Estado Peruano) conjuntamente con CEDAS, se haría responsable del desarrollo de las acciones de capacitación y la dirección técnica de los trabajos de plantación, concretando de esta manera la iniciativa.
Lo innovador de la iniciativa fue que la primera evaluación de campo, realizada en los totorales, fue efectuada en forma conjunta con un grupo de familias rurales interesadas y el equipo técnico de CEDAS en donde surgieron las primeras preguntas:
Esta preguntas fueron respondidas por CEDAS y sirvieron de base para la ejecución del plan de trabajo realizado en forma conjunta con los beneficiarios (elaboración participativa). Ante la indecisión de los varones, la participación de la mujer ha sido determinante en la toma de la decisión final y así fue que se planificaron y ejecutaron las actividades programadas.
Uno de los principales problemas que se presentaron fue la duda de los varones de poder obtener buenos resultados con las actividades de plantación, superándose esta dificultad con la decisión de las mujeres en tomar la iniciativa, demostrando pujanza y valor con su participación (Comité de Totora e iniciativas diferentes en la acción) que muchas veces no es tomada en cuenta, por oposición masculina injustificada.
Un problema no superado, de manera general, es que algunas instituciones privadas y/o estatales no han generado resultados positivos en las actividades productivas en el campo, situación que ha creado desconfianza en los lugareños (con razones justificadas, por supuesto) por el manejo inadecuado de técnicas y recursos.
Las herramientas metodológicas empleadas se basaron en la participación plena de los beneficiarios en todas las etapas de ejecución de la buena práctica, validándose con los resultados tangibles y comprobados actualmente, con las mejoras de las condiciones de vida, por el incremento de forraje de totora, aumento de sus vacunos e ingresos económicos. El trabajo efectivo entre los socios de la sociedad civil pública y privada participantes, ha dado sus frutos en los aspectos económicos, culturales y ambientales, mas aún si se proyecta que la comunidad (Sector Corpa) entiende, ahora, los principios de desarrollo sustentable.
Las plantaciones realizadas de manera participativa ya están dando sus frutos con el incremento de totora como forraje y está permitiendo que las familias puedan adquirir uno o dos vacunos más para realizar la actividad de engorde para venta o de producción de leche, lo que significa que durante un periodo de entre 6 y 12 meses se vean incrementados sus escasos ingresos cuando venden algún vacuno o se incrementa la venta de leche de 5.4 litros con tres vacas a 10 litros con aproximadamente 4 ó 5 vacas por familia[1]. Estos ingresos adicionales les permite asegurar alimentación, vestido y algunos gastos en educación y transporte (cuando viajan desde su comunidad a los mercados para proveerse de víveres).
Algunas cifras reportan el siguiente informe :
Los recursos financieros proporcionados por el Proyecto de Biodiversidad (PNUD) fueron con carácter de no reembolsables y se destinaron a la adquisición de materiales de capacitación, pago del personal participante por especialidad (CEDAS) y especialmente, a la mano de obra no calificada de la comunidad. Debido al aumento de forraje e incremento de su hato ganadero y de los derivados (carne y leche), se podría trabajar de manera cooperativa con microcréditos, que les permita autogestión comunal para un desarrollo socioeconómico más trascendente, ya que existe una importante demanda de carne y productos derivados de la leche (queso, yogurt, etc). Existe un potencial muy importante de áreas a ser recuperadas tanto en la misma comunidad como en otras. Lo que demuestra que con pocos recursos económicos (50.000 dólares EEUU) se pueden ejecutar buenas propuestas con benéficos a corto y mediano plazo.
El mapa de Pobreza del Perú muestra a la región como zona de alta pobreza, con ingresos por debajo de los 420 dólares EEUU por año y persona. Los recursos económicos otorgados por el Proyecto de Conservación de la Biodiversidad (PNUD) han servido, especialmente, para el pago de esta mano de obra no calificada de la comunidad. Los pocos recursos económicos utilizados han generado un gran impacto socioeconómico y ecológico en la zona.
En las comunidades campesinas ha existido siempre la tradición sociocultural del trabajo comunal, esta herencia se viene perdiendo. La presente iniciativa a través de faenas comunales ha dado las pautas para la participación de toda la familia y las características de la actividad de plantación de totora permite la participación de mujeres, jóvenes y muy adultos (de acuerdo a la intensidad y características de las sub actividades).
Las acciones de plantación de totora son de carácter ancestral pero durante el último siglo se han dejado de practicar debido a la transculturización y otros factores, por lo que su inclusión es importante como parte del diario quehacer rural de la familia andina circunlacustre, dentro de sus actividades productivas, para la recuperación de su herencia bioecológica y la conservación de la biodiversidad.
De manera general, en la zona circunlacustre del Lago Titicaca, el único forraje es proporcionado por la naturaleza a través de la cosecha, principalmente de la totora y otras plantas acuáticas, que mantiene una ganadería de más de 100.000 cabezas de ganado vacuno, aproximadamente, perteneciente a 25.000 familias asentadas en la zona peruana del Lago Titicaca. Existe un potencial de 12.000 ha a ser recuperadas de manera progresiva y ambientalmente justificadas. El forraje proveniente de manera exclusiva del Lago, permitirá, por otro lado, destinar las escasas tierras agrícolas a la producción de cultivos de pan llevar (autoconsumo familiar).
De la misma manera el incremento de áreas de totorales generará nuevos biotopos para el desarrollo de la biodiversidad lacustre que también es fuente de alimento para la familia rural.
Socio | 2002 |
Reserva Nacional del Titicaca | 2.000 dólares EEUU [3] |
Proyecto de Conservación de la Biodiversidad | 50.000 dólares EEUU [4] |
Comunidad Campesina de Jatun Ayllu-Sector Corpa | 27.000 dólares EEUU[5] |
Presupuesto total | 79.000 dólares EEUU |
CEDAS fue el organizador y responsable de la ejecución de la iniciativa.
[1]: En la zona andina peruana, la producción lechera practicada
con el ganado criollo (no mejorado) tiene una producción promedio de
1.8 litros por día y vaca.
[2]: Ganado vacuno criollo: que no tiene
raza definida. No mejorado.
[3]: La RNT apoyó con algunas acciones de capacitación sobre
Educación Ambiental y el gasto está referido a combustible,
materiales, viáticos , etc.
[4]: El Proyecto de Conservación de la Biodiversidad, a
través del PNUD/ALT, dispuso 100.000 dólares
estadounidenses para el proyecto binacional (Perú-Bolivia) por
lo que se dividió el presupuesto en partes iguales.
[5]: Realizado el cálculo del presupuesto dispuesto por la comunidad
campesina de Jatun Ayllu a través del sector participante de Corpa,
corresponde al 50% de a la mano de obra empleada, además considera
el costo del material vegetal a propagar (plántulas de totora).
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