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País/Estado — Perú
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — árida y semiárida
Ámbito de la actuación — metropolitana
Agentes — gobierno central; gobierno regional; gobierno local; paraestatal; sector privado; organización no gubernamental (ONG); organización de base comunitaria (OBC); agencia internacional; fundación; asociación de profesionales; institución académica o de investigación; instituciones filantrópicas; medios de comunicación.Categorías — Erradicación de la pobreza: formación profesional. Gestión ambiental: reducción de la contaminación; restauración ambiental; restauración ambiental. Modelos de producción y consumo: reciclaje y reutilización de residuos.
Distrito de Marcará Provincia de Carhuaz Departmento de Ancash Perú Teléfono: 043 - 743048 Fax: 043 - 743048E-mail: urpi@terra.com.pe
Colaboración técnica y donaciones en especie.
Colaboración técnica y donaciones en especie.
Colaboración financiera.
Colaboración financiera.
El proyecto presentaba una propuesta para la creación de un órgano gestor de los residuos sólidos de ambas ciudades, como alternativa para reducir la contaminación y mejorar la salud de la población. Perseguía los siguientes objetivos: separar los residuos sólidos en origen; organizar la recogida de todos los residuos, orgánicos e inorgánicos; depositar los residuos en un destino apropiado; sensibilizar a la población sobre la gestión de los residuos y sus implicaciones para el medio ambiente; y reducir la contaminación ambiental mediante la clausura del vertedero muicipal y la recuperación de los terrenos sobre los que se asienta.
El proyecto promociona los productos fabricados con papel reciclado, como cartas, forros y otros productos artesanos realizados por las escuelas y diversas organizaciones comunitarias. Los residuos orgánicos producen 88 toneladas anuales de compost, que es empleado para enriquecer el suelo de cultivo. Otros residuos, que son separados, como los plásticos, los vidrios o los metales, son vendidos a los mercados locales de productos reciclados.
Para la separación de los residuos se ha planteado la distribución entre la población de dos tipos distintos de recipientes: uno para la basura orgánica (para producir compost) y otra para residuos inorgánicos no separados. Los residuos inertes se depositan en lugares específicos construidos junto al nuevo vertedero controlado. También ha sido posible establecer una adecuada administración municipal de los servicios públicos, mejorando la logística y la calidad del servicio, así como la descentralización de la misma a través de pequeñas empresas que ofrecen el servicio.
Fortalecer la capacidad de gestión de los residuos sólidos del conjunto de instituciones --gobiernos locales, empresas públicas y privadas, así como organizaciones sociales-- en estas dos ciudades, y contribuir a reducir la contaminación ambiental.
El personal que debía recibir la formación necesaria para llevar a cabo las actividades del proyecto fue seleccionado por un equipo interdisciplinar formado por hombres y mujeres, y por el director del proyecto, que se encargaba de administrar los recursos según iban llegando a los beneficiarios.
El establecimiento de una pequeña empresa con la colaboración de las personas que participaban en las actividades informales de reciclaje ha facilitado la transferencia de la infraestructura, la logística y el equipo necesarios para el nuevo vertedero controlado en favor de los beneficiarios, que se han hecho cargo de la administración y la generación de ingresos.
Finalmente, toda la administración del proyecto ha sido transferida a los gobiernos locales y a las organizaciones de base.
La participación ciudadana ha crecido de forma gradual, inicialmente a través de diversas organizaciones de base (clubes de madres, asociaciones de padres de familia y comités vecinales) en temas como la transformación del papel reciclado, la educación a los niños y la vigilancia cívica sobre el servicio municipal de limpieza. Otro desafío ha sido la incorporación al proyecto de las familias que se ganaban la vida con diversas actividades informales asociadas al antiguo vertedero.
A nivel institucional, se ha trabajado con el Ministerio de Educación (para el trabajo con escuelas y profesores), con el Ministerio de Sanidad (para la implicación de los hospitales en el programa y para las labores de auditoría ambiental) y con otras organizaciones no gubernamentales que operan en el campo del medio ambiente, intentando integrar los diversos esfuerzos realcionados con los residuos domésticos.
Se han establecido diversos mecanismos de consulta, como mesas de diálogo, reuniones periódicas y entrevistas con los residentes, para incorporar diversas sugerencias referidas a los sistemas de recogida de residuos, incluyendo las rutas de recogida o los criterios de separación, tipos de trabajo que se podían realizar con el papel reciclado o la inclusión de campamentos de vacaciones para los niños como parte de las campañas de concienciación.
En la actualidad se está aplicando un sistema de recogida separada de residuos sólidos urbanos en ambas ciudades. La población se ha acostumbrado a unos nuevos hábitos que incluyen la separación de los residuos orgánicos e inorgánicos en el propio hogar para su posterior recogida por los camiones municipales. Por otra parte, se ha reducido el consumo de plásticos gracias al uso de bolsas de tela para hacer las compras y al consumo de refrescos en botellas de vidrio.
La recogida de los residuos orgánicos e inorgánicos se lleva a cabo de forma organizada, gracias a que el sistema municipal de recogida de basura ha mejorado sus rutas y su logística.
El depósito final de los residuos sólidos se lleva a cabo en lugares adecuados sin causar ningún tipo de contaminación del entorno. Se han construido dos nuevos vertederos controlados, uno para cada ciudad, que permiten la posterior comercialización de los materiales reciclados.
La población se ha concienciado sobre los problemas ambientales asociados a los residuos sólidos y esta concienciación, por ejemplo, ha reducido el problema de los retrasos en el pago de las tasas municipales de recogida de basuras.
Por último, se ha logrado un descenso de los niveles de contaminación gracias a la clausura del antiguo vertedero y la recuperación de los terrenos que ocupaba. De esta forma, se han reducido considerablemente los riesgos para la calidad del aire y para la salud humana que llevaba asociados.
La municipalidad no sólo ha visto reducidos los costes y las inversiones requeridos por el sistema de gestión de residuos, sino que además sus recursos se han optimizado y la recaudación de tasas para manetenerlos han aumentado, ya que la población ahora está pagando por un servicio que también garantiza su salud y el cuidado del medio ambiente.
La participación ciudadana en la gestión ambiental se ve impulsada también por la generación de nuevos empleos y por las mejoras en las condiciones de trabajo. La instalación de una pequeña empresa encargada de gestionar los servicios administrativos del vertedero controlado ha mejorado la calidad de vida de aquellas familias que anteriormente se ganaban la vida recogiendo y reciclando materiales en el antiguo vertedero, obteniendo ingresos que no cubrían sus necesidades básicas, mientras que ahora disponen de los medios y de la infraestructura para desarrollar su trabajo en condiciones adecuadas.
La sostenibilidad ambiental se hace presente, en primer lugar, en los nuevos vertederos controlados y sus inmediaciones, donde se han reducido los niveles de contaminación gracias a un tratamiento adecuado antes del depósito final. Además, se ha determinado legalmente que una vez que el vertedero controlado sea clausurado sus terrenos se convertirán en zona verde. De esta manera, se ha conseguido una ciudad más limpia y se ha concienciado a la población y a las autoridades municipales sobre la necesidad de mantener un buen sistema de gestión de residuos que garantice la salud de los ciudadanos y la buena imagen de la ciudad. De igual modo, el cambio en los hábitos de consumo ha supuesto una reducción del uso de plástico y un aumento de la demanda de materiales reciclables como el papel.
Es necesario señalar la importancia del trabajo desarrollado en las escuelas de educación primaria y secundaria para aumentar la concienciación sobre el problema de los residuos, que ha permitido generar cambios dentro de los hogares gracias al impulso de los niños. A este trabajo se unen diversas actividades de formación dirigidas a los profesores y varias campañas públicas desarrolladas en la ciudad.
A nivel técnico, la construcción de los vertederos controlados se ha adaptado a las circunstancias del emplazamiento. Las zanjas del vertedero se han realizado de forma económica, exclusivamente con materiales de la zona. El diseño de la planta de compostaje es sencillo pero altamente eficiente en el proceso de gestión de los residuos orgánicos y de su transformación. Este modelo ha sido adoptado por otras instituciones como CARE-Perú, que lo ha implantado en diversos proyectos sobre temas sanitarios que desarrolla en diferentes municipios del país. Estas instituciones tienen la posibilidad de visitar los vertederos controlados y recibir información sobre esta experiencia.
A nivel educativo, la estrategia y las metodologías aplicadas han sido tomadas como modelo a diversas escalas, que van desde el ámbito de departamento al ámbito nacional, y ya han sido tenidas en cuenta en diversas experiencias similares que se están desarrollando en ciudades como Carhuaz, Cajamarca o Chavín.
A nivel social, los métodos de trabajo de la Asociación Urpichallay han proporcionado resultados significativos en lo que se refiere a la aproximación a la población y a los programas de concienciación. Esta experiencia ha permitido desarrollar toda una estrategia de trabajo que se está extendiendo por diferentes instituciones que trabajan en proyectos de diversa naturaleza, así como en consorcios en los que participan una diversidad de organismos, como es el caso de Urpichallay.
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